Escuela para Extranjeros TRES REPRESENTANTES DE LA NOVELA DE LA VIOLENCIA: Rebelión después, de Lincoln Silva Rajatabla, de Luis Britto Garcia Para comerte mejor, de Eduardo Gudiño Kieffer TESIS DE MAESTRIA Que para obtener el titulo de Maestra en Lengua Española y Literatura Latinoamericana A SIMONBOUVAR pr e s e nt a E £ EMSEÑANZA , PARA EXTRANJEROS: ] ILSE KRETZSCHMAR RIECKMANN México, D.F. 1976 u N 1 V [ R s 1 o A o N A e 1 o N A l A u T o N o M A o [ M. ~X . 1 e o scuela ara xtranjeros ES S TANTES E VELA E I LENCIA: ebelión spués, e i coln il a ajatabla, e uis ri to arcía ara erte ejor, e duardo udiño ie fer • IOTEC M OC>IJ'1 ~ CENTRO DE N ZA PAKf'I EXTMNJER~ 1 SIS E AESTRIA ue ara t ne r l l e aestra n engua spañola it ra tura at ericana Pr enta E AR EC A N éxico, . F . UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. XxNT6 R6 A Kurt, Boris y Natascha A Carlos Illescas A los hombres que luchan por una verdadera humanidad LA FUERZA Nadie es libre, fuerza de Zeus: los Dioses alcanzaron todo, menos imperio. Olas del mar, derrumbes, uñas, pasos del mar, (Esquilo) arrolladas corrientes de animales deshechos, pitazos en la niebla ronca deciden los sonidos de la dulce aurora despertando en el mar abandonado. (Pablo Neruda) Al fin de la batalla, y muerto el combatiente, vino hacia él un hombre y le dijo: "No mueras, te amo tanto!" Pero el cadáver ¡ay! siguió muriendo. Entonces, todos los hombres de la tierra le rodearon; les vió el cadáver triste, emocionado; incorporóse lentamente, abrazó al primer hombre; echóse a andar ••• (César vallejo) I N D I C E PROLOGO I. LA REALIDAD LATINOAMERICANA l. El marco histórico y la problemática ac- tual de la ' América Latina a) Introducción b) La conquista y la colonj zaci6n - c) La independencia d) El imperialismo e) La proqlemática actual 2. La conciencia de la necesidad de un cam- bio estructural en la América Latina a) La identificdci6n con el Tercer Mundo b) El fenómeno de la enajenación c) El fenómeno de la violencia Bibliografía. Primer capítulo II. LA NOVELA DE LA VIOLENCIA l. Los antecedentes de la novela de la _vio- lencia a) Los aspectos sobresalientes en la li- teratura latinoamericana b) El modernismo c) La novela regional d) La novela moderna 2. El desarrollo y las características de la novela de la violencia a) La novela de la violencia en l~ joven literatura latinoamericana Página 3 6 6 6 7 9 11 16 18 18 21 31 51 58 58 58 63 68 76 90 90 b) La novela de la violencia, expresi6n de la realidad politico-social c) La identidad hombre-violencia en la novela de la violencia d) La estructura de la novela de la vio- lencia Bibliografia. Segundo capitulo III. ENSAYO DE AHALISIS CRITICO SOBRE TRES REPRE SENTANTES DE LA NOVELA DE LA VIOLENCIA l. Rebeli6n después, de Lincoln Silva a) Introducci6n biográfica y literaria de Lincoln Silva b) La estructura de Rebeli6n después, ex presi6n del estado interior del prota gonista - c) El lenguaje, manifestaci6n de la preo cupaci6n social de un autor comprome= ti do d) La hisforia nacional o "El silencio de los cementerios" e) La politica nacional o "Terror mitol6 gico en el teatro del absurdo" f) Lázaro L6pez, protagonista entre el mito y una nueva esperanza g) La mujer y el hombre, explotados y enajenados en el sistema politico im- perialista h) La presencia del contra-poder en teo- ria y acci6n 2. Rajatabla, de Luis Britto Garcia a) Introducci6n biográfica y literaria de Luis Britto Garcia b) La estructura múltiple como expresi6n de la realidad ca6tica c) El lenguaje como instrumento para una nueva comprensi6n del hombre d) Los papeles del humor, de la ira nia y de la sátira en funci6n de la critic a Pá g ina 97 106 114 123 130 130 130 133 1 43 149 154 162 172 182 186 186 189 204 21 2 e) La historia nacional, trasfo ndo d e l a violencia f) El sistema polftico-económico, mo n opo lio .de la violenc.ia - g) El personaje en su. función c o mo s er polftico-social h) La identificación revolucionaria 3. Para comerte mejor, de Eduardo Gudiño Kieffer a) Datos biográficos e introducción a la narrativa de Eduardo Gudiño Kieffer b) La estructura, un rompecabezas infini to contenido en un marco - c) El lenguaje como arma renovador·a y p~ caresca d) El conflicto generacional e) La influencia de la cultura de la vio lencia en los personajes f) Buenos Aires como incorporación a . la violencia g) Sebastián y la búsqueda de la ide nti- dad Conclusiones Bibliograffa. Tercer capitulo INDICE ONOMASTICO INDICE ANALITICO Pág i na 220 22 4 229 2 36 244 244 247 255 263 269 280 289 299 301 310 323 PROLOGO En la América Latina se está escribiendo hoy la nove- la de la violenciaº Sus autores son escritores jóve nes que viven en una realidad de cambios constantes. Con conciencia profunda participan en la transformación de las es tructuras del mundo de la dependencia hacia un mundo liberado y más hu mano. Sus novelas son testimonio de un movimiento de lucha de los pueblos del Tercer Mundo por su independencia º lo que ocurre hoy en un pueblo latinoamericano se trasciende por su identificación con lo que ocurre en el resto del Ter- cer Mundo º Ya no existen países aislados. La situación en la cual se encuentra un personaje de la novela de la violencia es única por sus circunstancias p~ culiares, y sin embargo el motivo de su lucha es universal. Este estudio trata de contribuir a configurar un tema actual dentro de la literatura latinoamericana. Por la íntima relación d e la novela de la v iolencia con la realidad histórica, es indispensable estudiarla en su contexto político y socioeconómico, poniendo énfas is en e l momento actual. 3 Otro punto esencial para la comprensión de la novela de la violencia es atender las ideas filosóficas universales que forman el fondo espiritual de la problemática real y no- velística en la América Latina. Luego s e trata de situar la novela de la violencia en la literatura latinoamericana moderna, demostrando así sus antecedentes, su desarrollo y sus características º Las tres obras como aportación de este tipo de novela han sido escogidas tanto por su temática vivencial como por su expresión literaria extraordinaria; y no, por último, por un interés personal de la autora. Las preocupaciones sinceras de los personajes en Ra jatabla de Luis Britto García (Venezuela), publicada en M§. xico 1971, Siglo XXI Editores, S. A., en Para comerte mejor de Eduardo Gudiño Kieffer (Argentina), P.:!:!. blicada en Buenos Aires 196 9 , Editorial LJ:>sada, So Ao y en Rebelión después de Lincoln Silva (Paraguay), publicada en Buenos Aires 1970, Editorial Tiempo Contemporáneo-E.T.C º- S ºR.L. son las del hombre de hoyº LJ:>s compromisos auténticos de sus autores son los de una minoría universal que está busca!!. do soluciones para sí misma, para el desarrollo de sus paí- 4 me ce a la producción literaria de los últimos años, la informa ción crítica sobre la misma apenas ha empezado a publicarse y por ello se ha empleado ateniéndonos a sus limitaciones, Las referencias en idiomas extranjeros, sobre todo en alemán, se deben al origen de la autora de este estudio y al conocimiento que tiene de la recepción creciente de la lite- ratura latinoamericana moderna en Europa. Las traducciones, menos donde así se indica, son de la autora de este estudio. ses y con esto, para el mundo. Por el hecho de que la novela de la violencia p c _i.:e n~ e r u ción ria e s lti os os, f a i n ríti a bre is a enas a pezado blicarse or ll a pleado onos s it ci nes , r s ncias i i as tr njeros, bre t o n l án, e ben l ri en e tora e ste t dio l oci iento e e e ción ciente e - r t ra l tino ericana oderna uropa. r s cciones, enos nde sí ica, n e tora e ste i . 5 I. LA REALIDAD LATINOAMERICANA l. EL MARCO HISTORICO Y LA PROBLEMATICA ACTUAL DE LA AMERICA LATINA a) Introducción Para comprender la íntima relación de la novela de la violencia con la situación real en la cual se ha escrito y se está escribiendo, hay que atende r la realidad latinoameri cana tanto del pasado como del presente º L3. historia debe tomarse en cuenta para una mayor comprensión de las estructu ras políticas y socioeconómicas que dominan en los países la tinoamericanos del presente º No se puede tratar d e abarcar la realidad . tan comple- ja de varios países del continente en unas pocas páginas, si no de presentar una descripción breve como marco conceptual de los factores rea+es que nos interesan con respecto a la novela de la violencia º 1 El conflicto y la crisis real en 1Fernando Enrique cardoso y Enzo Faletto tienen razón al de- cir "que considerar los problemas económicos o políticos de América ratina como un todo, sin especificar las diferen- cias de estructura y de historia que distinguen a situacio- nes, países y momentos, dentro del conjunto, constituye un equívoco teórico de consecuencias prácticas peligrosas". cardoso, Fernando Enrique y Faletto, Enzo. Dependencia y de sarrollo en América Latina, México, Sig lo XXI, 1969, pp. 1-2º 6 la cual surgió la necesidad de este tipo de novela, se basa fundamentalmente en el complejo histórico, político, y socio económico de la América La.tina. La historia de la América La.tina es la historia del colonialismo, de la opresión, la explotación, de la tiranía, de una continua dominación extranjera y de sus intervenciones. b) La conguista y la colonialización Con la conquista, la América La.tina empieza a tener una "existencia política importante 112 , cuyo valor para la "Madre patria" consistía en primer lugar en acumular rique- zas3 o más bien se trataba de "una economía de exportación ultraexplotadora y dependiente con respecto a la metrópoli 11 . 4 La administración verdadera se quedó en manos del trono esp~ ñol. Para explicar el dualismo en la estructura social de los países latinoamericanos en este siglo, es necesario seña 2Grabendorf, Wolf. La.teinamerika - wohin? Inforrnationen und Analysen, (¿A dónde va la América La.tina? Informaciones y Análisis), MÜnchen, Deutscher Taschenbuchverlag, 1970, p. 11. 3 ~ vease p.e . Díaz del castillo, Bernal. Historia de la conquista de Nue- va España, México, Edit. Porrúa, 1972. Pican-Salas, Mariano. De la conquista a la independencia, México, Fondo de Cultura Económica, 1969. 4 Frank, Andre Gunder. I.umpenburguesía: I.umpendesarrollo, Mé- xico, Edic. Era, 1971, p. 24. 7 lar que esta división de la sociedad empezó con la destruc- ción de las comunidades indígenas con su organización econó- mico-social colectiva -José Carlos Mariátegui lo señaló en la conquista del Perú5- y la distribución de tierra por la corona española. Dominaron estructuras feudales económicas y sociales en las colonias. El sistema económico fue desde entonces de explota- ción por el lado de los señores feudales -ya que la tierra servía de medio de producci6n- sobre los siervos totalmente desposeídos. Ahí está el origen del problema de la integra- ción social que no se ha resuelto hasta ahora, como lo hace notar Pedro Henríquez Ureñaº 6 El subraya además "la desorg~ nización latente" como "debilidad esencial" de la nueva so- ciedad7, característica que ha permanecido también hasta aho ra~ Más que para el trabajo, la propiedad territorial si.s. nificaba para el hacendado ser "propietario" y "p r o p i e - 5Mariátegui, José Carlosº Ensayos de interpretación de la realidad peruana I, Lima, Edito "Librería Peruana", 1934, p. 9. 6 Henríquez Ureña, Pedro. Las corrientes literarias en la Amé- rica Hispánica, México, Fondo de cultura Económica, 1949, p. 45 0 7ureña, Pedro Henríquez. Ibid, p. 45. Véase también para 6 y 7 Grabendorff, Wolf. Ibid, Ceceña Cervantes, José luis. Superexplotación, dependencia y desa - rrollo, México, Edit. Nuestro Tiempo, p. 27. 8 t a r i o fue s i n ó n i ro o de v e n c e d o r y p r o p i e d a d sinónimo de v i o 1 e n c i a" 8 dice An- drés Molina Enriquezº En el "régimen de la propiedad de la tierra" hay que ver las raíces del problema indígena, enseña claramente Mariátegui. 9 r..a Iglesia representaba un instrumento poderoso de ad ministración colonial. En la época colonial la América Latina se integró al sistema capitalista con la característica de la relación de explotación y subordinación entre países y dentro de los paí ses dependientes. c) r..a independencia El movimiento de la independencia siguió los caminos doctrinarios de la revolución francesa y de la independencia norteamericana. Se logró la independencia política de las ex- colonias sin que en realidad se transformaran las condiciones económico-sociales. En cambio, Andre Gunder Frank insiste en que la exportación de materias primas condujo hacia una "po- lítica econ6mica que fortaleci6 aún m~s la dependencia econ~ 8 Molina Enriquez, Andrés, citado por Villegas, Abelardo º Re- formismo y revolución en el pensamiento latinoamericano,--r.1"é x ico, Siglo XXI, 1972, P o 38. 9Mariátegui, José Carlos, Ibid, p. 27. 9 ella el desarrollo del subdesarrollo. 1110 Los sistemas políticos en la América Latina se sorne- tieron económicamente al extranjero: sobre todo a Inglaterra que tenía "esa clara ronciencia de su destino y su .misión histórica a que debe su hegemonía en la civilización capita- lista. 1111 como también a Francia, Alemania y posteriormente a los Estados Unidos de América. Hay que observar que la América Latina con la export~ ción de materias primas y de la importación de productos roa- nufacturados nunca ha entrado en el proceso de su pleno desa rrollo. 12 La política de estos países se caracterizó por la inestabilidad. Al producirse la independencia política, el poder se pasó por lo pronto a las oligarquías de los terrat~ nientes conservadores, que dieron origen a "caudillos" civi- les y militares.13 Las constituciones políticas en general establecidas bajo ejemplos occidentales no impidieron los golpes milita- 1 ºFrank, Andre Gunder, Ibid, p. 24. 11Mariátegui, José carlas, Ibid, p. 11. 12 Este proceso se revela explícitamente en Iann i , Octavio, Imperialismo y cultura de la violencia en América Latina, México, Siglo XXI, 1970º 13véase Grabendorff, Wolf, Ibid, p. 16. 10 res ni favorecieron los cambios de estructuras políticas y oligárquicas. r.a complejidad de éstas en el proceso de la vinculación al mercado internacional capitalista, favor~ció a las clases dominantes en las sociedades latinoamericanas; sobre todo a los propietarios de la tierra, a los políticos y los militares. A fines del último siglo empezó a formarse una clase de burguesía alta que llegó paulatinamente al poder en va- rios países.14 Jorge Graciarena analiza la relación entre las viejas oligarquías latifundistas y los nuevos sectores elitistas de la industria y el comercio que se vincularon por las características del desarrollo económico y político. 15 En el proceso de la industrialización empezaron a crearse nuevas clases de burguesía media, media baja y baja, concentrándose en las ciudades grandes. d) El imperialismo ü:> que más nos interesa respecto a la novela de la violencia es la llamada "segunda conquista 1116 en el fenómeno del imperialismo ª Históricamente se hace la división entre 14Graciarena, Jorge. Poder y clases sociales en el desarro- llo de América Latina, Buenos Aires, PaidÓs, 1970, cap. 2. 15Graciarena, Jorge, Ibid, cap . 2 ª 16villegas, Abelardo, Ibid, p ª 38 ª 11 el imperialismo clásico refiriéndonos de este modo al perío- do del siglo pasado hasta la primera guerra mundial, y e l neoimperialismo corno la "reintegración d e Latinoaméri c a e n el desarrollo imperialista", corno proceso del siglo xx. 17 En nombre de la Doctrina Monroe los Estados Unidos ern pezaron a echar de lado los intereses europeos en la América Latina y a justificar sus intervenciones y explotaciones por la "seguridad" y la "política natural" del "gran amigo o her mano" de este continente. 18 Durante el período·entre las dos guerras mundiales v~ rios países latinoamericanos iniciaron su propio desarrollo nacional. Destacáronse así México, Brasil y la Argentina que lograron exportar sus productos bajo el poder de las bu.E_ guesías nacionales. Políticamente las revoluciones en estos países al principio del siglo culminaron en una serie de le- vantarnientos inquietando de este modo a toda América. Los gobiernos de tipo demócrata-social-reformista cambiaron y si guen cambiando hacia dictaduras militares. Cuba es el único 17Frank, Andre Gunder, Ibid, pp . 76-79 18En una antología recién publicada por Mario Contreras e Ig_ nacio Sosa se reúnen textos y documentos de esta fase del imperialismo norteamericano y de sus repercusiones actua- les: Contreras, Mario - Sosa, Ignacio. Latinoamérica en el si- glo XX, 1898-1945, Textos y documentos, Torno I, México, - U.N.A.M., 1973. 12 país que ha superado las estructuras capitalistas-imperiali.2, tas. ya en 1916 Lenin describió detalladamente las caract~ rísticas fundamentales del imperialismo como "etapa superior del capitalismo 11 • 19 Los puntos esenciales son: -la concentración de la producción y del capital crea monopolios; -el capital industrial se fusiona con el capital ban- cario creando una oligarquía financiera; -la exportación de capital; -los monopolistas capitalistas se reparten económica- mente el mundo y ya terminado este proceso luchan por repartirlo de nuevo.20 La d~pendencia socioeconómica que afecta en el siste- ma capitalista a los individuos de una clase bien definida, encierra en el colonialismo a un pueblo entero, como Fanon lo demuestra. 21 En este sentido el imperialismo aparece ta!!, to en "la etapa superior del capitalismo", como dijo Lenin, 19 r..e . V l . ' l' t . d 1 . l' nin, • I. E imperia ismo, e apa superior e capita is- ~· 7a. ed., Buenos Aires, Editorial Polémica, 1974. 2 ºArzumanian, A. El imperialismo, Buenos Aires, Edit. Carta- go, s . f . Arzumanian, A. confirma la tesis de Lenin con v~ r ios ejemplos de acontecimientos y datos de la América La- t ina. 21 Fanon, Frantz. Los condenados de la tierra, México, Fondo d e Cultura Económica, 1963, cap . I. 13 como en la fase superior del colonialismoº El imperialismo con su omnipotencia de los monopolios y la exportación, ya no solamente de mercancías o de capital sino también de guerras, ha dejado su sello en todos los pai ses latinoamericanos. El capital extranjero -en primer lu- gar el de los Estados Unidos- controla en gran parte las ra- mas claves de la economía de los países dependientes: la agricultura, la industria química, la petrolera , la extrae- ción del cobre, del aluminio y la industria automotriz 0 El campo de intereses de los Estados Unidos en todo el continente es muy complejoº Y su volumen de capital, de desarrollo técnico y militar y su avance en el know how de las cosas es tan inmenso en comparación con el resto de Amé- rica que han logrado situarse en posición dominanteº Ahora se trata de luchar por mantenerla 0 22 22 celso Furtado explica en su libro "Obstacles to development in Latin America" las estructuras de control del proceso de formación de capital en el cual no se han tomado en cuenta de ninguna manera los intereses de las comunidades dependientes º Furtado, Celso º Obstacles to development in Latin America (Obstáculos en el desarrollo de la América Latina), New York, Anchor Books, 1970. Existen otras publicaciones que critican la "simplifica- ción" de algunos economistas que buscan la culpa del desa- rrollo no adecuado a las posibilidades de la América Lati- na sólo en la intromisión extranjera. Albert o. Hirschmann sugiere partir de la realidad de hoy y buscar soluciones científicamente en colaboración entre los economistas de los paíse s interesadosº Hirschmann, Albert o. Ideologies of economic development in Latin America (Ideologías del desarrollo económico en la América Latina), New York, The Twentieth Century Fund, 1961, pp. 3 - 42 . 14 Para asegurar la explotación económica y el control político se emplea un sistema intrínseco que se extiende a todas las esferas posibles en la vida de una nación subordi- nada. En un país dependiente las decisiones políticas se t.Q. man de acuerdo con las grandes instituciones financieras y con el apoyo de la política exterior del país dominante. El imperialismo se ejerce "por medio de las más varia das técnicas de violencia 11 • 23 Desde las intervenciones mili tares y las intromisiones de la CIA hasta la manipulación de la opinión pública a través de los monopolios de los medios de la comunicación y la implantación del american way of life, los Estados unidos controlan al país subordinado apo- yando así a la clase en el poder. octavio ranni, que ha estudiado .al imperialismo bajo el aspecto de "cultura de violencia", resume una cantidad de datos que descifran el proceso de la dependencia que "tiende a penetrar todo el sistema, esto es, la sociedad como un to- do, comprometiendo el pensamiento y la acción, en las esfe- ras económica, política, militar y cultural."24 Nos adelantamos una vez más al encuentro de la novela 23ranni1 Octavio, Ibid, p. 85. 24ranni, Octavio, Ibid, p. 33. 15 de la violencia: " ••• y entrada libre para todas las cosas que viene a vendernos Mister Godwin, ••• y vender a los ex- tranjeros tierras montes lagos casas hombres niños cielos agua peces ríos mares bosques rocas aires aves ...... 2 5 e) I.a problemática actual Lo que se interpreta desde el punto de vista del país dominante como una "interrelación" económica y cultural cons tituye en realidad una dependencia entre una sociedad subde- sarrollada y la sociedad desarrollada 0 Dentro de la socie- dad subordinada, se presenta un proceso de desarrollo -prin- cipalmente en los sectores urbanos- como consecuencia de la "interrelación". Además, la internacionalización del merca- do interno de los países periféricos hace posible la compati:, bilidad entre dependencia política y desarrollo económico º 26 Al mismo tiempo crea un subdesarrollo en los sectores rura- les y en los suburbios infrahumanos al margen de las grandes zonas urbanas. Debemos atender lo siguiente: anteriormente ya analizado por Lenin y expresado ahora por Fernando Uricoe chea - "I.a concepción del subdesarrollo como fenómeno total" 25Britto García, Luis. Rajatabla, Íbid, p. 80. 26cardoso, Fernando Enrique y Faletto, Enzo, Ibid, p . 144 º Véase también cardoso, Fernando Enrique . Ideologías de la burguesía industrial en sociedades dependientes, México, Siglo XXI, 1971. 16 está "ligado al desarrollo de las naciones industriales ...... 27 r.a ideología de la burguesía nacional varía entre una orientación internacionalista y una orientación populista. r.a estrategia del desarrollo es la consigna que proclama ah.2, ra la burguesía latinoamericana, sin embargo, no ha podido lograr satisfactoriamente un ajuste en el salario, en las condiciones habitacionales, en los servicios médicos y en la educación escolar. Pues la burguesía nacional es insepara- ble de la burguesía internacional dentro del sistema capita- lista. También falló el programa de ayuda extranjera que pr~ tendía lograr bajo el nombre de "I.a alianza para el progre- so": "reconocimiento total del derecho de toda la gente de participar totalmente en nuestro progreso", como lo proclamó John F. Kennedy en 1961. 28 r.a mayoría de la población lati- noamericana sigue viviendo totalmente al margen de la sacie- dad. No participa en el desarrollo. Por lo tanto la expan- sión económica no trajo la reforma social. En cambio la im- 27uricoechea, Fernando. Intelectuales y desarrollo en Améri- ca latina, Buenos Aires, centro Editor de América ratina, 1969, p. so. 28 Kennedy, John F. citado por Gerassi, John. The great fear in I.atin America (El gran miedo de América latina), New York, collier Books, 1965, p. 251. 17 pidi6, agravando el tlesnivel de las clases. 29 El expansionismo imperialista con sus formas "refina- das" de dominaci6n y de explotaci6n ha penetrado en la econo mía, la política , y la cultura en las sociedades marginadas de manera tan profunda, q ~ e analizar los fenómenos que prod~ ce significa entrar en "la realidad de todos los días", ide~ tifica:1do hechos, personas, organizaciones, mecanismos e in~ tituciones como lo hace Pedro Vuskovic en su libro recién p~ blicatlo bajo el título de Acusaci6n al imperialismo. 30 2. LA CONCIENCIA DE LA NECESIDAD DE UN CAMBIO ESTRUCTURAL EN LA AMERICA LATINA a) La identif icaci6n con el Tercer Mundo La nueva conciencia de la necesidad de cambios profu~ dos en las socie dades latinoamericanas no solamente implica un lazo entre un pueblo latinoamericano y otro, sino reúne a 29 Por supuesto hay grandes diferencias en el desarrollo de los países latinoarnericanos, pero ningún país ha encontra- do una soluci6n satisfactoria para toda su poblaci6n. Compárese: Gerassi, John, Ibid y Myrdal, G ~ nn a r. Economic theory and underdeve loped regions (Teoría econ6mi c a y regiones subdesarrolladas), New York, Harper & Row Publ. 1971. Frank, Andre Gunder; Puiggros, Rodolfo; Laclau, Ernesto. América Latina ¿Feuda lismo o capitalismo?, Bogotá, Edit. La oveja negra, 1972. Green e , Félix . El ene migo, lo que todo latinoamericano de b e s a b e r s obre e l impe rialismo, Méxic o , Sig lo XXI, 1973. 30vu s ko v i c , Pedr o . Acu s aci6n al imperialismo, México, Fondo d e Cultura Econ6mica, 1975, Advertencia. 18 todos los pueblos del Tercer Mundo. Es importante hacer no- tar c6mo el enfoque de estudios e investigaciones sobre la problemática de la dependencia de unos pueblos hacia otros parte ahora desde el punto de vista de las naciones depen- dientes. 31 Fernando Uricoechea ve la importancia del inte- lectual en "su conexi6n con -y su responsabilidad frente a- la dinámica y la evoluci6n del proceso hist6rico de su socie d d 11 32 a • • • • Se trata actualmente de llegar a una "no-excen- tricic.lad" de todos los paises que llamamos Tercer Mundo. Ci tamos aqu1 a Leopoldo Zea que expresa los sentimientos de la nueva Arn~rica Latina: "Nosotros los latinoamericanos estamos siendo testigos de la reacci6n de todo un mundo contra la marginalizaci6n a que le hab!a sometido la expansi6n occide~ tal. Pueblos que ahora reclaman derechos y tambi~n obliga- ciones, que deben ser comunes a todos los hombres y pueblos." 33 Estas reclamaciones que principalmente se dejan clas~ ficar en exigencias pol!ticas, econ6micas, sociales y mora- les, forman la base de una nueva solidaridad que surge en to dos los pueblos subdesarrollados como preocupaci6n por el 31 V~ase: Zea, Leopoldo. Latinoam~rica y el mundo, Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1960. Marini, Ruy Mauro. Subdesarrollo y revoluci6n, M~xico, Si- glo XXI, 1969. Guti~rrez Santos, Luis. Planteamiento de la necesidad del cambio estructural en Arn~rica Latina, M~xico, B. Costa- Arni c • , 19 6 9 • Varios. Tercer mundo vs. imperialismo, M~xico, Ediciones "El Caballito", 1973. 32uricoechea, Fernando, !bid, p. 74. 33 zea, Leopoldo, Ibid, pp. 102-103. 19 e - £l el ser marginal o el ser explotado, no sola- " ml mente existe en el Paraguay, en Argelia o en Pakistán, sino también existe en cualquier país desarrollado. Tanto en los gettos de Nueva York como en un pueblo de Irlanda la gente vive y sufre las condiciones similares de opresión de un in- dio en un lugar en los Andes. Las características del subde sarrollo pueden ser más graves en el sur de Italia que en ciertas regiones de la Argentina puesto que las estructuras de desnivel dentro de los países más avanzados causan en sí mismas una retroalimentación en la conciencia "tercermundis- ta" a escala mundial. Al respecto citemos el ejemplo claro y actual de la derrota de la potencia más fuerte del capita- lismo por un país subdesarrollado como Vietnam, que creó así inquietudes no sólo a nivel individual sino colectivo.>* La nueva conciencia del Tercer Mundo es inconcebible sin los iniciadores del comunismo: Marx y Engels. Las teo- + Francia fue sobre todo Jean Paul Sartre quien desenmas- caró las estructuras entre Europa y las colonias que per- sisten aún. Sartre, Jean Paul, Prefacio de Los condenados de la tierra, por Frantz Fanon, Ibid. Sartre, Jean Paul. Colonialismo y neocolonialismo, Buenos Aires, Edit. Losada, 1965. En los Estados Unidos fue Herbert Marcuse como líder de la "nueva izquierda" quien encontró la posibilidad de movi- mientos revolucionarios auténticos en los marginados de las sociedades desarrolladas y en el nuevo potencial de hombres conscientes del Tercer Mundo. Marcuse, Herbert. Un ensayo sobre la liberación, México, Edit. Joaquíi Mortiz, 1969. Marcuse, Herbert. Contrarrevolución y revuelta, México, Edit. Joaquín Mortiz, 1975. 20 hombre mismo y por las condiciones en que vive. El Tercer Mundo, y con ~l l r arginal l r plotado, o la- ente iste n l araguay, n rgelia akistán, o tambi~n iste alquier a!s sa ro lado. anto n s e tos e ueva ork o n eblo e l da ente i e fre l s diciones i ilares e resi6n e n i - io n l ar l s ndes. as racterísticas el de rro lo eden r ás r ves n l r e lia e i rtas i nes e rgentina esto e s t cturas e esnivel ntro e s aises ás zados san ! is as na entaci6n n nciencia undis- " cala undial. l ecto it os l j plo l ro tual e errota e tencia ás erte el pita- lis o or n a!s desa rollado o iet am, e 6 s! iet des o 6lo i el i idual o lecti o. 34 a eva nciencia el ercer undo s ncebible i s ores el unismo: arx ngels. as - 34En rancia e bre o an aul artre ien as- r6 s t cturas tre uropa s l nias ue er- t n n. artre, an aul, refacio e os denados e rra, or rantz anon, id. drtre, an aul. oloniali o colonialis o, uenos ires, dit. osada, 65. n s stados nidos e erbert arcuse o 11der e eva i ierda" ien contr6 sibili ad e ovi- ientos l cionarios aut~nticos s arginados e s i ades sarro ladas l evo tencial e bres nscientes el ercer undo. arcuse, erbert. n sayo bre r ci6n, Mé x i ~ o , dit. aquín ortiz, 69. arcuse, erbert. ontra revoluci6n uelta, é >: ico, dit. quín ortiz, 75. A A AA A = ——== o —- == de . pra a o —- Él, y luego la interpretación de Le- 35 forman la nin sobre todo en las tareas de la revolución, base teórica del pensamiento de los intelectuales y al mismo tiempo la base práctica de la lucha liberadora de los guerri lleros del Tercer Mundo. La ideología de la doctrina marxista funciona como parte misma de la estructura social, indicando y justifican- do los cambios anhelados por los pueblos oprimidos. b) El fenómeno de la enajenación La enajenación del hombre es una de las claves filosó ficas en la conciencia social de los cambios necesarios. >" En el idealismo a fines del siglo XIX fueron Fichte, Schelling y luego Hegel quienes emplearon el término de la alienación, de la enajenación en un sentido filosófico. Fichte definió la relación entre sujeto y objeto di- ciendo que el "yo" incluía a los dos: "El yo no es posible como sujeto ni como objeto mientras tanto los dos estén sepa rados; pero sí es posible como un "ambos", si los dos mismos originalmente son uno y su desintegración en la dualidad es Lenin, V. I. El estado y la revolución, 7a. ed. Buenos Ai- res, Edit. Anteo, 1974. 3636 va a usar la palabra "enajenación", —Entfremdung- dijo Marx, en el sentido económico-social; la palabra "aliena- ción" en el sentido psicológico más amplio. 21 r!as ya clásicas de ellos acerca del capitalismo, de la ena- jenaci6n del hombre en ~l, o r t ci6n e e- in bre o s as e oluci6n, 35 an ase 6rica el sa iento e s t ales l is o ie po ase ráctica e ha ib ora e s guerr~ ras e l ercer undo. a logia e ctrina arxista ci na o arte is a e t ctura cial, i do sti i an- o s bios helados or s eblos ri idos. ) l 6 eno e aj naci6n a aj naci6n el bre s a e s l es 6 s n nciencia cial e s bios ecesarios. 36 n l l o es el lo I r n ichte, che ling o egel ienes plearon l t~rmino e aci6n, e aj naci6n n ti o 6fico. ichte efini6 i6n tre jeto jeto i- do ue l o" luía s os: l o o s osible o jeto i o jeto ientras to s s est~n sep~ as; ero i s sible o n bos", i s os is os l ente n o si t raci6n ali ad s 35Lenin, . . l t o oluci6n, a. . uenos i- s, dit. nteo, 74. 36se a sar labra aj nac i6n", - t e dung- ijo arx, l ti o 6mico-social; alabra li na- i6n" n l ntido i l6gico ás plio. . 1 fl! b . ,,37 secundaria y pertenece a un nive mas aJO. En la dualidad siempre predominan fuerzas que tratan de unir los dos lados. "La quietud es no ser", dice Carlos Gurméndez, respecto a Fichte, "porque es un estarse quieto, 38 no existir, no vivir, ni aparecer." En el impulso "amo- verse para liberarse de la sujeci6n de su estado" encuentra Gurméndez el origen y la existencia de la alienaci6n. 39 Schelling dice que todo ser tiene la forma del "suje- to-objeto" según la ley de la identidad cuya abolici6n es im ' bl 40 pos1 e. El puso énfasis en la objetivaci6n de la cual la alienaci6n resulta como un exteriorizarse. Esta cuesti6n lleg6 a tener una base más sustancial en la filosoffa hegeliana. La extrañaci6n forma parte de la realidad del sujeto. La alienaci6n "es el hecho, para un ser, de exteriorizar lo que hay en él, lo que constituye su esencia y considerar lo que él exterioriza como algo extraño a él mismo, como una realidad que le es a la vez opuesta y extraña. 1141 37Hartmann, Nicolai. Die Philoso hie des deutschen Idealismus I. Teil, Fichte, Schelling und die Romantik La filosof a del idealismo alemán, I parte, Fichte, Schelling y el ro- manticismo) Berlfn, Walter der Gruyter, 1960, pp. 71-72. 38 Gurméndez, Carlos. El secreto de la alienaci6n, Barcelona, Edic. 62, 1967, p~. 9-10. 39 Gurméndez, Carlos, Ibid, p. 10. 40 Hartmann, Nicolai, Ibid, p. 135. 41 cornü, A. "La idea de la alienaci6n en He gel, Feuerbach y Marx" en Revista de Guatemala, seg. época, año I, 4, vol. IV, 1952. 22 Para Hegel la alienaci6n representaba un principio universal. La conciencia pura -das "reine Bewusstsein"- es una forma de la alienaci6n porque existe doblemente: "en s! misma y paras! misma". 42 Contra esto el hombre se rebela entregándose a un proceso dial~ctico de creaci6n: inquietud, búsqueda, conciencia de no-saber y conciencia de la contra- dicci6n. Hegel revel6 en su Fenomenolog!a del Esp!ritu el concepto del hombre que se busca constantemente a s! mismo 43 como un deseo por la verdad. As! entendida, la alienaci6n en la conciencia del hom bre permanece en lo conceptual. Es un acto abstracto del pensamiento que le da a la alienaci6n un sentido optimista permitiendo una nueva interpretaci6n de la realizaci6n del hombre. Bajo este aspecto Hegel analiz6 la relaci6n entre amo y siervo sin dudar de la relaci6n misma. 44 Entre los j6venes disc!pulos y cr!ticos del sistema hegeliano fue Feuerbach quien más atac6 al idealismo de He- gel. Feuerbach prepar6 un cambio esencial yendo al materia- lismo antropol6gico. La alienaci6n del hombre individual en su imposibilidad de superarla se debe a la religi6n -según Feuerbach-, y postula que el amor entre los hombres ya no de 42 Hegel, Georg Wilhelm Friedrich. Phanomenologie des Geistes (Fenomenolog!a del esp!ritu) Hrgb. Joh. Hoffmeister, Ham- burg, Felix Meiner Verlag, p. 1 41, s.f. 43 Hegel, Georg Wilhelm Friedrich, !bid, pp. 1 33-171. 44 Hegel, Georg Wilhelm Friedrich, !bid, pp. 133-171. 23 peodiera del amor a Dios y llegara por esta vía a ser amor humano en sí mismo. 45 A. Cornu insiste -en el ya mencionado ensayo- en la importancia de este nuevo enfoque que explic6 la religi6n misma como alienaci6n humana y, por supuesto, como el obstácu lo de la vida colectiva de los hombres. 46 Casi al mismo tiem po con Feuerbach, fue Mases Hess quien marc6 -i11fluido por las ideas socialistas francesas- el paralelismo entre la alienaci6n de la esencia humana en Dios y la alienaci6n real de la esencia humana en el sistema capitalista. 47 En la sub ordinaci6n del hombre a Dios rige el mismo fen6meno como en la subordinaci6n del hombre al hombre y del hombre a los ob- jetos. El cambio radical sucedi6 con el concepto de la enaj~ naci6n de Karl Marx. En el joven Marx el punto de partida fue tambi~n filos6fico-abstracto, para situar el problema despu~s en el contexto concreto del proceso hist6rico-econ6- mico-social. Marx juzg6 el proceso íntegro de la sociedad partien- do del trabajo que puede ser realizaci6n o enajenaci6n del hombre. En la parte econ6mica de los Pariser Manuskripte 45 Feuerbach, Ludwig. Wesen des Christentums (Esencia de la reliqi6n), Bd. 2, Berlín 195b, p. 409. 46 cornu, A., !bid, pp. 89-90. 47 Cornu, A., Ibid, p. 90. 24 Marx ya incluy6 en la esencia de la enajenaci6n la explota- 6 d 1 1 . 48 ci n capitalista e pro etario. El proletario baja a ser mercancía misma . Su miseria se encuentra en proporci6n in- versa al poder de la producci6n cuyo resultado por la compe- tencia es la acumulaci6n del capital en pocas manos. 49 Marx describi6 el proceso de la enajenaci6n en la pr~ ducci6n capitalista marcando los puntos siguientes: 48 -Con la valorizaci6n del mundo de los objetos aumenta la desvalorizaci6n del hombre en relaci6n directa. -El objeto prouuc i do por el trabajo se enfrenta al hombre como una "sustancia extraña" -ein "fremdes Wesen"-, como un "poder independiente" -eine "unabhangige Macht"- de su productor. -La mercancía aparece como pérdida de la propia sus- tancia del proletario, como una "des-realizaci6n" del hombre, como enajenaci6n. -La enajenaci6n del trabajador no se demuestra sola- mente en su relaci6n con el resultado de su trabajo, sino t a mbién en el trabajo mismo que es extraño en Marx , Karl. Texte zu Methode und Praxis, Bd. 2, Pariser Ma- nuscripte (Manuscritos 1844) 1844, Harnburg, Rowohlt TB, 1956. 49 .. Marx , Ka rl. Okonomisch- hiloso hische Manuskri te (1844) MEW (Manuscritos econ mi cos-filos fices) Erganzungsband I. Teil, Stuttgart, Gr~ner-Verla g , 1970, p. 510. V ~ as e también Schleifstein, Josef. Einführung in das Stu- dium von Marx, Engels und Lenin (Introducci6n a los estu- dio s de Marx, Eng·e ls y Lenin), MÜnchen, Becksche Verlag- s buchhandlung, 1972, p. 20. 25 si: "El hombre no se afirma sino se niega en el tra- b . 11 50 ªJº . De eso resulta en consecuencia la enajenaci6~ del ho~ bre r especto de su propia naturaleza. Con esta transforma- ci6n del individuo cambian las relaciones entre los hombres. 51 Si comparamos la teoría de Marx a cerca de la enajen~ ci6n con la realidad que se presenta en el r~gimen capita- lista actual, e n con tramo s al hombre exactamente en esta con- dici6n de ena jenaci6n. Lo que se anhela hoy desde varios án gulas es la integraci6n del ser humano consigo mismo, con su trabajo, con su pr6 j imo y con el mundo. Como también ya lo manifest6 Marx, la enajenaci6n no es de ninguna manera propia del trabajador explotado. El em plea~o burgués pierde su esencia humana en el burocratismo. Tanto el profesionista como el intelectual se encuentran en gran parte en la misma situaci6n de dependencia, de orie nta- c i 6n comercial, y de conformismo que también son formas de la enaj enaci6n. Has t a el empresario y el financiero son víc timas de s u propio sistema: "~a clase poseedora y la clase del proletariado representa n la misma autoenajenaci6n", dijo Marx, con la diferencia d e que la clase poseedora tiene la 50 schleifstein , Josef, Ibid, p. 20. 51schleifstein, Josef, Ibid, pp. 20-21. 26 cuentra en las relaciones objetivadas con otros hombres, en el endiosamiento del capital y en la corrupción humana. Entendiendo ahora al hombre en esta universalidad con creta que es la sociedad capitalista, el hombre "no vive pa- ra sí, sino para ese Otro que le domina y subyuga: el Capi- tal, que es una creación suya". El Capital es "la omnipo- 54 tencia", el "señor universal", el "Espíritu operante". Ba jo estas condiciones, la enajenación del hombre por el traba jo con el fin de producir más y más cosas para crear más y más capital, se extiende de la dimensión económico-social llegando a ser enajenación absoluta, deshumanización y nega- ción misma de toda la humanidad. Al aplicar el concepto de la enajenación desarrollado por Marx, a América Latina y al Tercer Mundo en general, en- contramos al hombre que vive en esta situación suprimido ba- jo una enajenación doble. La enajenación se produce en el sistema capitalista por medio de la explotación en la manera de producir; en el sistema colonial el colonizado es explota do en primer lugar de la misma manera "por el colono en las relaciones de producción" y en segundo lugar "por la metrópo 55 li en las relaciones de intercambio". 5Schleifstein, Josef, Ibid, p. 31. 53 54 Este análisis de Re Gurméndez, Carlos, Ibid, p. 39. Gurméndez, Carlos, Ibid, p. 39. 5Szahar, Renate. Colonialismo y enajenación, Contribución a la teoría política de Frantz Fanon, México, Siglo XXI, 1972, p. 27. 27 d . t . h 52 apariencia e una exis encia umana. La enajenaci6n se e~ entra n s i nes jeti adas n tr s bres, n l i sa iento el pital n rr pci6n ana. ntendiendo ora l bre sta i ersalidad n reta ue s i dad pitalista, l bre o i e a- 1, o ara se tro e ina yuga: l api- l, e s na ci6n a 11 • 53 l apital s la nipo- 4 cia", l fior iversal", l 1ritu erante". a stas diciones, j aci6n el bre or l trab~ n l e r ducir ás ás sas ara rear ás ás pital, ti de e ensi6n 6mico-social le do r aj aci6n soluta, anizaci6n ega- i6n is a e a anidad. l licar l ncepto e aj aci6n sarro lado or arx, mérica atina l ercer undo eneral, - t os l bre e i e sta i6n ri ido a- a j aci6n ble. a aj aci6n e r duce l a pitalista or edio e plotaci6n n anera e r ducir; n l a lonial l l izado s explot~ o ri er ar e is a anera or l l no s i nes e u ci6n" ndo ar or metr6p~ i n s i nes e bio 11 • ste álisis e e 52schleifstein, sef, id, . 1. 3 ur éndez• arlos, ! id, . 9. 4 ur éndez, arlos, id, . . 55 zahar, enate. oloniali o ajenaci6n, ontri uci6n r1a l1tica e rantz anon, M~xico, i lo XI, 72, . 7. nate Zahar acerca del colonialismo lo podernos ampliar y adaE tar igualmente a su forma moderna: al imperialismo, e n cual la enajenación también es doble. Cabe añadir el aspecto sociopsicol6gico del fen6rneno de la enajenaci6n condicionado por la subordinaci6n. El horn bre explotado se impide a sí mismo la torna de su propia con- ciencia en la identificaci6n con este papel. Di ce Frantz Fanon del hombre burgués educauo en una sociedad colonial que su enajenaci6n es "de naturaleza inte- lectual". El está enajenado en la medida en que ve a la cul 56 tura europea corno un medio para deshacerse de su raza. El mismo fen6rneno ha perdurado en las sociedades dependientes en la actualidad: para las clases media y alta es " chic" o "in" hablar en idiomas extranjeros, consumir productos extranje- ros o adaptarse a otro estilo de vida; pues es una entrega enajenante a otra cultura impuesta con violencia a la suya. Octavio Paz revela este proceso histórico de la sociedad me- xicana en el libro El laberinto de la soledad. 57 Luis Britto García crea una visi6n t o tal de la enaje- naci6n por la explotaci6n en el consumo: " ••• las sopas heinz el reloj de diecisiete rubíes el colch6n sweetdrearn el ani- llo de compromiso joyería la tacita de oro el rnaletfn de cue 56 p· 1 Fanon , Frantz º ie negra, máscaras blancas, Uruguay , Sch~ pire Ed . 1974, p. 203. 57Paz, Octavio. ~E~l:__..:l~a~b:;...;e~r~i~n_t_o~_d_e~l_a~_s_o_l_e_d~a_d, Mé x ico, Fondo de Cultura Económica, 1959. 28 ro de foca el traje wilco las medias interwoven ••• 11 • 58 El campesino colonizado está enajenado -según Fanon- "por s e r víc tima de un sistema basado en la explotaci6n de una raza por la otra, en el desprecio de una cierta humani- d a d, por un cierto tipo de civilizaci6n considerada supe- rio r .1159 Esta s i tuaci6n se demuestra igualmen'te bajo el ré- gimen i mper i alista en la naci6n dependiente. De acuerdo con Renate Zahar la explicaci6n de esta enajenaci6n se entiende e n pr imer lug ar po r la dependencia y la explotaci6n econ6mi- ca y no por la cuesti6n racista. 60 El hombre moderno sf vive con la conciencia de su ena jenac i6n. Ya desde Marx el hombre no la considera como un destino inevitable . Con Marx no solamente cambi6 el concep- t o de i nterpretarla sino fue también Marx quien desarroll6 una teoría para superarla: no hay que dejar al ser humano condenado a la pasividad y a la impotencia sino darle un va- lor práctico y concreto - l a acci6n. 61 La abolici6n de la enajenaci6n coincide con la emancipaci6n del proletariado m~ diante la revoluci6n social con la desaparici6n del antago- . d 1 62 nismo e c ases. 58 Britto Garc ía, Luis, !bid, p. 158. 59 Za har, Renate, Ibid, p. 29. 60 za har , Renate, Ibid , p. 29. 61 Y 62schleifstein, J osef, !bid, cap. II. "Der dialektische Materialismus" (El materialismo dialéctico). 29 — —— oa. —- al - teo ría y práctica, característica del materialismo dialéctico e histórico, abrieron perspectivas que han movido y siguen mo- viendo a millones de hombres en todo el mundo. La revolu- ción cubana, la guerra en Vietnam, los movimientos de libera ción en el Tercer Mundo y la agudización de las contradiccio nes del mundo occidental, han afectado gravemente al sistema capitalista-imperialista dejando sus huellas de conciencia en todos los países desarrollados y subdesarrollados. Filosóficamente existen fuertes tendencias que se ba- san en la doctrina marxista; en este campo se mueve toda la "nueva izquierda". Otros filósofos consideran la enajena- ción como un estado mental, creyendo "que una transformación interna, un renacimiento espiritual permitirá al hombre re- tornar de esta condición" explica Fritz Pappenheim las co- rrientes filosóficas modernas con respecto a este problema. *> El "retorno a la religión", la "reorientación filosófica", las reformas educativas, sociales, económicas o las "cons- trucciones utópicas" sí pueden tener valor, revela Pappenhein, sin embargo, están condenados a fracasar "porque se concen- tran en aspectos aislados de la enajenación y no los ven co- mo partes interrelacionadas de una tendencia que domina la sociedad contenporinea”.”* appenheim, Fritz, La enajenación del hombre moderno, Méxi co, Edic. Era, 1965, p. 396. 6 o appenhein, Fritz, Ibid, pe. 107. 30 Las exposiciones de Marx y Engels en la unidad de te~ ri y ráctica , racterística de l aterialis o i l ctico e ist6rico, ri ron rspectivas ue an ovido i en o- i do a ill nes e bres n t o l undo. a r olu- i6n bana, l e ra n iet am, l s ovimientos e li ra i6n l ercer undo dizaci6n e s contradicci~ es el undo cidental, an t do r ente l i t a pitali t i perialista j do s ellas e nciencia t os l s aises sarroll dos desarrollados. il 6f ica ente e isten f ertes t encias e a- n l ctrina arxista; n ste po ueve t a l " eva i ierda". tros il6 fos nsideran l ajena- i6n o n t o ental, ndo ue na a aci6n t rna, n i iento piritual er itirá l bre - r ar e sta ndici6n" plica ritz penhei s - 63 i nte s 6fi as odernas n ecto ste le a. l torno l i6n", t ci6n 6fica ", s r as ucativas, iales, 6 icas s ns- ciones t6picas" i eden t er lor, ela penheim, s i bargo, t n denados asar rque a een- t n e n ectos i l os e l aj aci6n o l s n - o r tes adas e na encia ue ina 64 ciedad t mporáne a". 6 3 p h . F · . . 6 d 1 h mb d é . a pen e1m, r1tz, a at ac1 n e rem erno, xi , ic. ra, 65, . 9 . 64 Pa penheim, ritz, I id, . 7. Por otro lado, ser!a muy simple esperar que la trans- formaci6n fundamental de la sociedad "eliminara automática- . d 1 f d 1 . . .t. 11 65 mente y para siempre to as as uerzas e a enaJenaciun , objeta Pappenheim mismo. No obstante que Marx y Engels por un lado y Lenin y sus seguidores por otro, tienen diferen- cias doctrinarias, s! están de acuerdo al ver en el cambio estructural socioeconómico de la sociedad la condici6n para entrar en una nueva etapa en la cual el hombre se ve aut€nt! camente liberado para poder luchar por su integraci6n, por su humanizaci6n. c) El fen6meno de la violencia "Venganza Anarcoterrorista por la Muerte de Meins", "Violentas Manifestaciones en Israel contra la Pol!tica Econ6mica", "SO Muertos y Docenas de Heridos en Tiroteos, al Parecer entre Milicianos en un Barrio de Africanos en Luanda", "Hubo nuevos Episodios de Violencia" (Buenos Aires), "Inglaterra no Planea Retirar sus Fuerzas de Irlanda del Norte", "Planea el Pentágono Aumentar 3 Divisiones al Ej€rcito de EU", - la foto de varias tiendas frente al Centro de Informaci6n de las Naciones Unidas destruidas por el estallido de una bomba. Lo anterior es una selecci6n de titulares y encabeza- mientos de un peri6dico de un solo d!a: el d!a de hoy. 66 To 65Pappenheim, Fritz, Ibid, p. 109. 66Exc€lsior, M€xico, Lunes, 11 de noviembre de 1974. 31 dos estos acontecimientos tienen atrás una serie de ra zones y de motivaciones distintas, pero todos se caracterizan o r su manera de ejecuci6n: la violencia. Es violencia abie rta, escondida, vengativa, liberadora, institucional, individual, colectiva, militar, policiaca, revolucionaria, mortal, demo~ trativa, provocadora, poderosa, f1sica, simb6lica y total. As1 se manifiestan algunas de las múltiples caras que puede tener la violencia as1 como varios de los factores que inter vienen en ella. La palabra violencia deriva de la voz latina: vis, fuerza. Originalmente quiere decir "energ1a aplicada con má xima intensidad a un punto dado, en un momento dado 11 • 67 Ca- si id~ntica, la palabra agresi6n, derivada del latín aggredi, dirigirse, es "la energia psicobiol6gica en cuanto se dirige a un fin especifico. 1168 Como esta energia es propia del ho~ bre, se podria decir que el hombre es un ser violento y agr~ sivo por naturaleza. Esta tesis no contiene ninguna valora- ci6n, sin embargo: expresa en cierto sentido una justifica- ci6n de instintos agresivos que incluyen la violencia ya co- mo condici6n de nuestra existencia. Actualmente la agresi6n como conducta humana es obje- to de estudios psicol6gicos, biol6gico s o antropol6gico s. 67 Derbez, Jorge. Prometeo encadenado, Ensayo sobre la violen cia y la crisis actual, M~xico, Edit. Samo, pp. 20- 30. - 68oerbez, Jorge, Ibid, p. 30. 32 Los resultados de investigaciones sobre la conducta de las especies animales son reconocidos mundialmente como aporta- ciones de gran importancia en el fen6meno de la violencia hu 69 mana. Ultimamente han surgido dudas sobre este criterio bastante unilateral. Arno Plack habla del "mito de la agre- si6n", y del peligro "de aceptarla como algo ya dado y expl.!:_ cado. 1170 "Lo esencial de la agresi6n es -seg6n la opini6n gen! ral- una tendencia subjetiva de atacar, de hacer daño", dice A . 71 ugust Kaiser. Esta tendencia agresiva del individuo se explicaba antes de Freud como la consecuencia de la frustra- ci6n. En Freud, la teorfa de la agresi6n se basa en la opo- sici6n de los dos instintos principales, de "libido" y de "destrucci6n" o de "instinto de vida" e "instinto de muerte". 72 La teoría psicoanalítica de Freud sobre la formaci6n y la funci6n del "yo" es muy importante para el entendimiento de la agresi6n y la violencia, porque el "yo" es el centro en el cual sucede la intercomunicaci6n de los instintos pro- 69 .. Ve~se Lorenz, Konrad. Das sogenannte Bose, Zur Naturges- 70 c~ichte der Aggression (La agresi6n, el pretendido mal), Wien, Dr. Borotha-Schoeler Verlag, 1963. Plack, Arno .. Der Mythos vom Aggressionstrieb (El mito del instinto de la agresi6n), Múnchen, List Verlag 1973 p 45. , , • 71 K . A t "A · · " aiser, ugus . ggress1v1tat als anthropologisches Pro- blem" (La agresi6n como problema antropol6gico), en Arno Plack, Der Mythos vom Aggressionstrieb (El mito del instin 72 to de la agresi6n), Milnchen, List Verlag, 1973, p. 45. - Freud, Sigmund . "Más allá del principio del placer" (1920) e n Psicología d e las masas, 4a " ed. Madrid, Alianza Edit . , 1974, pp. 83-137. 33 pios con las demandas del mundo exterior. 73 Sin embargo, ni los enfoques biol6gicos, antropológi- c os, psicol6g i co s o psicoanal!ticos considerando "el compor- tami e nto violento corno reacci6n 'natural' , 1174 como critica Hannah Arendt, nos dan la ra zón para c omprender la violencia en toda su repercusi6n a c t ual. F!sicamente vista, la violencia se define por "fuer- zas qu e se oponen a otras fuerzas 11 • 75 Es t a frase incluye lo que se presenta en la acci6n violenta: la fuerza va en con- tra de un modo natural de proceso, ya que lo interrumpe o lo destruye. Entonces filos6ficamente vista la calidad de vio- lento indica que si hay vida. Puesto que ningún s~jeto u ob jeto es igual a otro, la contradicci6n ent re ambos tiende al movimiento dial~ctic o con el fin de la síntesis. Dentro del yo del hombre las fuerzas entre pensamient o y emoci6n luchan por el equilibrio en donde el pensamiento se enajena con la intromisi6n de los sentidos. 76 Cualquier acto violento es parte de la realidad hist~ rica en la c ual se produce. En un siglo l ejano se mat6 a e~ c lavos sin raz6n, ea la Edad Media se quemaron hombres por 73 v~ a s e Freud, Sigmund, Psicolog!a de las masas, !bid, p. 9. Tambi~n: Abriss der Psychoanalyse (Esquema del psicoanáli- sis), Frankfurt. M. Fischer Taschenbuchverlag, 1972. 74 ArenJt, Hannah. Sobre la violencia, M~xico, Joaqu!n Mortiz, 1970, p. 54. 75 11 I escas, Carlos. len c i ~ , U.N.A.M., 76 Illescas, Carlos, Clase universitaria: La novela de la vio- 1° sem. de 197 3 , apuntes en clase. !bid (discusi6n en cla se) • 34 herej!a, en tiempos recientes se fusilaron e intoxicaron a millones de jud!os declarados raza inferior, en la guerra de Vietnam se jug6 al tiro al blanco con seres humanos. Todos estos acontecimientos sucedieron en su propio ambiente so- cial. La justificaci6n y la práctica de la violencia han cambiado con el tiempo. En cada época se generan distintas libertades y diferentes tabaes en el ejercicio de la violen- cia º Lo que resulta obvio es el papel enormemente importan- te que siempre ha desempeñado la violencia, tanto en las re- laciones humanas de un circulo pequeño como en asuntos pol!- tices y sociales de gran alcance: el desnivel y la desigual- dad se crearon por medio de la violencia y se mantienen por ella. Antonio Tenorio Adame ve exactamente ah! el origen h . ~ . d 1 . 1 . 77 1stur1co e a vio encia. Sin duda vivimos hoy en las condiciones más propicias de una posible violencia total, destructora de toda la huma- nidad. La amenaza mortal se ha concentrado cada vez más y se encuentra hoy con mayor intensidad en mano de los estados. Lenin señal6 el estado -segan Engels- como "fuerza especial de represi6n" y -segan Marx- como "una fuerza que está por encima de la sociedad y que 's e d i v o r c i a m á s y más de 1 a so c i e da d 1 • 117 8 Engels ya demostr6 que la violencia requiere instrumentos e implementos, por 77 Adame, Antonio Tenorio. Juventud y violencia, México, Fon- do de Cultura Econ6mica, 1974, p. 75. 78L . 1 enin, V. I., E estado ••• , Ibid, pp. 15 y 26. 35 79 eso es propia del estado. La estructura de cualquier estado moderno está bas ada en el uso de la violencia corno última i nstanc i a : e l aparato militar se mantiene contra la "posibl e " a9 r e si6n d e enemigos extranjeros; la policfa se man t i e ne e n cont ra de l criminal o del "ene migo" interno. Las dos instituciones se caracteri- zan por ser aceptadas corno l a s ún i cas arma s l egfti rnas p a ra el empleo de la violencia, con el fi n de g a ran t iza r q ue e l gobierno siga funcionando en el goce de todas s us faculta d es de poder. De esta realidad resulta la gran importancia del desa rrollo técnico, de la investigaci6n cientffica y d e la fabri caci6n industrial de instrumentos de violencia. La econornfa se vincula a los fines polfticos; el capital y el poder lle- gan a ser sin6nimos, mientras que la violencia es el medio más poderoso y eficaz para el mantenimiento de los grupos i~ teresados en el status qua. Esta planeaci6n t a nto te6ric a corno práctica requiere "una actividad rn e n t a 1 de g ran complejidad".ªº Las condiciones polfticas, econ6rni c a s y so- ciales de l poder se basan en varios factores según los dife - 79Engels, Friedrich. Anti-Dühring, Mé x ico, Edi t . Grij a lbo, 1964. Véase también: Arendt, Hanna h, Ibid , p . 9. Senghaas, Dieter, Aggressivitat und kollektive Gewalt (La agresi6n y la violencia colectiva ), Stuttgart, Ve r l a g W. Kohlhamrner, 1 971, p. 85. 80 Arendt, Hannah, Ibid, p. 55. 36 namarca demuestra mucho menos necesidad de imponer algo por la violencia que un país de dictadura dependiente del extran jero como Guatemala, en donde la violencia es el pan diario. Lo que esencialmente se diferencia entre el primer ejemplo y el segundo es la situación histórica que ha determinado la realidad actual. Como lo describimos anteriormente, las naciones lati- noamericanas, al igual que los países de origen colonial de otros continentes, se crearon mediante la violencia. Para Fanon, colonialismo y violencia son inseparables. ?* Antonio Tenorio Adame lo llama "simbiosis violencia-desarrollo des- igual, o de minorfa".*? Los aspectos principales de esta re lación determinan hasta hoy las estructuras en el imperialis mo. Frederic Wertham hace resaltar: 1) "la amenaza o uso de la fuerza física contra la población colonial", 2) "la violencia oculta bajo la forma de hambre, desnutrición y exceso de trabajo", 3) "la repartición de las posesiones coloniales 83 entre las grandes potencias". 8lranon, Frantz. Los condenados de la tierra, Ibid, p. 58. 82adame, Antonio Tenorio, Ibid, p. 75. 83Wertham, Fredric. La señal de Caín (Sobre la violencia hu- mana), México, Siglo XXI, 1971, p. 83. 37 rentes sistemas de estado. Un pa!s social-dem6crata como D~ arca uestra ucho enos cesidad e i poner l o or i l ncia e n a!s e i t ura endiente el extra~ ra o uatemala, nde i l ncia s l an i rio. o ue ci l ente i r ncia tre l ri er plo l ndo s it i6n ist6rica e a t inado li ad tual. o scri i os t ri r ente, s ci nes tí- a ericanas, l i al ue l s aises e ri en lonial e tr s ntinentes, e ron ediante i lencia. ara 1 . , . . 1 . . bl 81 anon, on1a~1smo i encia n ara es. ntonio enorio dame a a biosis i l cia-desa rollo es- i al, e inorfa 11 º 82 o s ectos ri cipales e sta i6n t inan asta y s t cturas l imperiali~ o. rederic ertha ace saltar: ) la enaza so e rza a ntra l blac i6n lonial", ) la i l ncia culta ajo a e bre, snutrici6n ceso e ajo", ) la arti i6n e s sesiones l niales tre s des tencias 11 • 3 81Fanon, rantz. os denados e rra, ! id, . 8. 2Adame, ntonio enorio, id, . 5. 83we rt am, redric. a ñal e a!n bre i l ncia u- ana), M~xico, i lo XI, 71, . 3. El uso de la violencia física en contra de la pobla- ci6n es el control central en la mayor1a de los países del Tercer Mundo. No se gobierna con poder aut~ntico sino con terror. Eso puede presentarse en forma constante como ac- tualmente ocurre en el Paraguay en donde la tiranía no tiene absolutamente ninguna base en las masas. El partido oficial se apoya exclusivamente en el ej~rcito y en la policía, cuyo perfeccionamiento se supervisa por los militares del Pentág~ no º El terror tambi~n tiene otro tipo de manifestarse en formas m§s ocultas, brotando solamente en ocasiones en las cuales el Estado se ve amenazado en su sustancia como suce- di6 en M~xico en 1968. La ignorancia de la vida humana, la selecci6n arbitr~ ria de las víctimas en acciones incalculables producen en la poblaci6n sentimientos de inseguridad, de horror y de pánico " La violencia así usada es una forma de enajenar al hombre de manera directa y brutal despreciándolo como individuo humano. En la historia de un país en general no se descubre abiertamente su cara verdadera, pero ahora sí existen varios testimonios de actos violentos de esta índole. Fran~ois Bourricaud analiza varias situaciones de violencia en la Am~ rica Latina, sobre todo en la historia del Pera y de la más reciente de Colombia, de esta manera postulando la necesidad de publicar y clasificarlas para su mejor interpretaci6n. 84 84aourricaud, Fran~ois. "La violencia en Am~rica Latina" en Mundo Nuevo, NGm. 48, París, junio 1970, pp. 4-10. 38 Eduardo H. Galeano presenta cr6nicas de "la permanente vio- lencia de los opresores nacionales y extranjeros de todas partes 11 • 85 En su estudio sobre Guatemala se desarrolla deta lladamente c6mo se resuelve el mantenimiento de la "tranqui- lidad" a través de la "quietud" de los cementerios como "t1- . d ame r 1· c a n a 11 • 86 pico caso e p a z La lista de acontecimientos de torturas, desapareci- mientas, de robo, de corrupci6n y de injusticia es inmensa- mente larga. Juan José Arévalo revela el proceso hist6rico hacia la "nueva colonizaci6n" en Guatemala: asesinatos a la manera de la "Ley de Fuga", asesinatos por el robo de un d6- lar aniquilando aun el menor sentido de justicia mora1. 87 Al fonso Meluk presenta ejemplos muy parecidos en Colombia: "Muertos. Atracos. Violaciones. Sangre. Sangre. D1a tras dfa. 1188 As1 llega a ser la atm6sfera en una sociedad en la cual los valores humanos se menosprecian constantemen- te por las autoridades mismas. La prisi6n no solamente significa estar f1sicamente 85 Galeano, Eduardo H. Violencia y enajenaci6n, México, Edit. Nuestro Tiempo, 1971, Presentaci6n. 86Galeano, _Eduardo H. Guatemala pa1s ocupado, Mé xico, Edit. Nuestro Tiempo, 1967, p. 47. 87 Arévalo, Juan José. Antikomunismo en América Latina, Méxi- co, Edit. América Nueva, 1959, p. 33. 88 Meluk, Alfonso. Etiolog1a de la delincuencia en Colombia, Bogotá, Eáic. Tercer Mundo, 1969, p. 103. 39 preso sino estar expuesto a las crueldades más sádicas de los oficiales y sus ayudantes c6mplices: torturas primitivas hasta las formas más refinadas. 89 La historia de los Truji- llo en la República Dominicana es testimonio de un terror in comparable: control absoluto, violencia total, campos de con centraci6n, asesinatos abiertos y "suicidios". 9º Basta enterarse de las publicaciones diarias para ver que el segundo punto de Wertham, de la violencia oculta, tam poco se ha resuelto. El hambre y la desnutrici6n en el Ter- cer Mundo representan, en comparaci6n con el alto desarrollo de los paises dominantes, un desnivel que incluye la violen- cia como algo inevitable: observar un rumbo- como el "Pedre- gal" en M~xico, D. F. o "Miraflores" en Lima y contemplar al mismo tiempo los alrededores de estas grandes capitales bas- ta para darnos cuenta con qué violencia totalizadora se ha llegado a tales contrastes en las condiciones de vida. La cara verdadera de la dominaci6n del imperialismo y su "monopolio de la violencia91 ya no se dejan ocultar. Lo alarmante es el uso tan mecánico y burocrático de la violen- cia. Con la militarizaci6n y el entrenamiento anticomunista 89chamorro, Pedro Joaqu1n. Estirpe sangrienta. Los Somoza, M~xico Patria y Libertad, 1957, p. 7. 90Bustamante, Gregario R. Una satrap1a en el Caribe, Guatema la, Edic. del Caribe, 1949, cap. I. 91 ranni, Octavio, !bid, p. 86. 40 a - _¿árcitos latinoamericanos subsidiados por "el hermano fuerte", los Estados Unidos demuestran la ba se en el apoyo de la violencia en cuestiones de la "seguri- dad nacional" de las sociedades latinoamericanas y de la "se guridad continental". Con la centralización de la violencia estatal los he- chos violentos se integran en una situación de violencia to- tal. Se habla de violencia estructural y de violencia insti tucional. La violencia de las estructuras capitalistas e im perialistas enajena al hombre en la manera de producción, en el burocratismo anónimo, en los medios de masa y en el siste ma de consumo encarcelándolo en la "cultura de la violencia". 92 La violencia institucionalizada controla al hombre aplastándolo en su enajenación: los políticos, los militares, los juristas, los curas y pedagogos transforman la mente, la emoción y el cuerpo del individuo según los intereses de las fuerzas de represión. El ser humano en nuestra sociedad latinoamericana se ve oprimido por la enajenación y la violencia en dependencia mutua y totalizadora. Provocado por el clima permanente de la violencia ejercida por los poderosos del Estado se vislum bra la otra cara de la violencia. Marx lo presentó como el "otro papel en la historia", como el "papel revolucionario".?> anni, Octavio, Ibid, p. 86. 93engels, Federico, Ibid, p. 177. 41 que reciben algunos ej~rcitos ino ericanos si iados or el ano erte", s st dos nidos uestran b~ n l oyo e i l ncia esti nes e guri- ad i nal" e s i ades ino ericanas e e ri ad t i ental". on trali ci6n e i l ncia tatal s e- os i l ntos e ran na i6n e i l ncia - l. e abla e i l ncia t ctural e i l ncia inst~ i nal. a i l ncia e s t cturas pitalistas erialista s ajena l bre anera e u ci6n, n l r crat rno 6nirno, n s edios e asa l sist~ rna e o arcelándolo ltura e i l ncia". 2 a i l ncia tu ali ada ntrola l bre l st dolo aj nac i6n: s olíticos, s ilitares, s ristas, s ras agogos ra an ente, rnoci6n l erpo el i i uo ún s r ses e s rzas e resi6n. l r ano estra i dad ino ericana e ri ido or aj naci6n i l ncia endencia utua l ora. r ocado or l l a anente e i l ncia j rcida or s derosos el stado i ra tra ra e i lencia. arx r sent6 rno l tr o apel ist ria", rno l apel l ci nario 11 • 93 92 1 · o · b ·a a n1, t v10, 1 , . • 93 Engels, ederico, id, . 77. Sus palabras c€lebres de la violencia como "la comadrona de toda vieja sociedad que anda grávida de otra nueva; de que es el instrumento con el cual el movimiento social se impone 94 y rompe formas polfticas enrigidecidas y muertas", expre- san y explican lo que es la "contra-violencia". Marx ve en esta forma de la violencia una etapa inevitable en el proce- so hist6rico-natural para el nacimiento de una nueva socie- dad. 95 Lenin dice radicalmente que esta violencia del prese~ te está totalmente justificada en cuanto garantiza la no-vio lencia del futuro. En su análisis del Estado y la revolu- ci6n llega a la conclusi6n de que la única manera de superar al Estado represivo es mediante la revoluci6n violenta. 96 La violencia libertadora es una respuesta. No es vio lencia que surge de la nada: " ••• no es en principio su violencia (de los pueblos oprimidos) es la nuestra, inverti- da, ••• 1197 aclara Sartre. En la contra-violencia intervienen principalmente dos factores: el factor emotivo y el racional. El odio en el in dividuo hacia el opresor llega a constituir una furia ina- 94Engels, Federico, !bid, p. 177. V€ase tambi€n Lenin, v. I. El estado y la revoluci6n, !bid, pp. 28-29 95 Lenin, V. I. El estado, !bid, pp. 217 ss. 96Lenin, v. I. El estado, Ibid, p. 30. 97 sartre, Jean Paul, Prefacio de Frantz Fanon, Los condena- dos de la tierra, !bid, p. 17. 42 guantable que en un momento critico estalla para contrarres- tar y superar la violencia ejercida sobre él. ¡" ••• que mi pueblo, Guatemala, encuentre el cauce de su c6lera, el cami,- no de su libertad", escribe el psiquiatra C€sar Meza: 98 Es- ta violencia no es "irracional". El movimiento en contra del opresor indica implícitamente el pensamiento del cambio hacia un equilibrio en la justicia. La contra-violencia co- mo terapia tambi€n es el punto de arranque de Frantz Fanon, es "liberaci6n" y es la tinica posibilidad de realizaci6n del individuo opresivo. 99 Ya Sorel le di6 un "valor €tico" a la violencia "cuando ·se manifiesta a trav€s de la lucha de cla- ses. "100 Hannah Arendt analiza más desapasionadamente la con- tra-violencia considerando que el hombre en el estado moder- no se ve privado de sus derechos y necesidades humanas de ac tuar: "La facultad de acci6n convierte al hombre en un ser politico". 1º1 Al tomar en cuenta que filos6ficamente visto "actuar es la respuesta humana al hecho de haber nacido" 1º2 e ;1tendemos el fuerte impacto que tiene la imposibilidad de la participaci6n política en el hombre en una situaci6n limi te. 98 Meza, C€sar. El col€rico (borderline), M€xico, Edit. Joa- quín Mortiz, 1970, nota introductoria. 99 Fanon, Frantz. Los condenados de la tierra, Ibid, Cap. I. 100 Sorel, George, citado por Lara Saenz, Leoncio. "La v iolen cia en Am€rica Latina ¿Alternativa o imperativo?" e n Nue=- vo Mundo, núm. 41, Buenos Aires, nov. 1969, p. 18. 101 Arendt, Hannah, Ibid , p. 73. 43 En el factor racional se trata de la concientizaci6n pol1tica y moral del individuo o de grupos sociales que lle- ga a la convicci6n de que la acci6n violenta es la Jnica res puesta para lograr los cambios sociales anhelados. Al igual que en el factor afectivo interviene la raz6n, la racionali- dad empieza a buscar soluciones cuando el hombre se siente "conmovido". 1º3 En esto estriba la caracter1stica del com- promiso humano: la raz6n y la emoci6n se dirigen concertada- mente hacia la misma meta. Influido ideol6gicamente por la doctrina marxista y por las obras y ejemplos que pusieron Mao-Tse-Tung en China, Ho-Tschi-Minh en Vietnam y Fidel Castro en Cuba, algunos gr~ pos de hombres han llegado a entender la contra-violencia co mo el medio legitimo del ser oprimido para su liberaci6n. Adem~s, en el esp1ritu revolucionario de liberaci6n cada pa1s tiene sus h~roes nacionales en los cuales los moví mientas actuales se apoyan. Fidel Castro entendi6 la revolu ci6n cubana como la continuaci6n y la conclusi6n de la revo- luci6n nacional anticolonial que proclam6 Jos~ Mart1 a fines 104 del siglo pasado. En Venezuela Douglas Bravo de la FALN (Fuerzas Armadas de Liberaci6n Nacional) cit6 a Sim6n Bol1- 1º2Arendt, Hannah, Ibid, p. 73. 103Arendt, Hannah, Ibid, p. 59. 104 b R . R 1 .6 De ray, egis. evo uci n en 1967, p. 20. 44 la revoluci6n , La Habana, var para e n foc a r l a necesidad de la lucha armada. 1 05 El mo- vimiento insurreccional de Tupac Amaru en contra de los con- quistadores en el Perú es otro ejemplo frecuentemente citado de defensa legitima, mucho antes de que la ideolog!a marxis- ta-leninista entrara en este continente. La nueva conciencia pol!tica que incluye la necesidad de cambios radicales aparece en una minor!a de hombres ameri canos. Pero la minor!a está creciendo. De acuerdo con Her- bert Marcuse participan más aquellos grupos sociales que es- tán "(relativamente) libres de los intereses y aspiraciones conservadoras e integradoras. 11106 La oposici6n militante se encuentra entre j6venes de la clase media, estudiantes, int~ lectuales, e mpleados, pero tambi~n entre obreros y campesi- nos y hasta entre el lumpemproletariado. Además, algunos curas se han vuelto revolucionarios dándole un nuevo sentido a su misi6r. eclesiás t ica. La protesta e studiantil o la violencia juvenil abarca todo el continente; es "un fen6meno general, en proceso de expansi6n". 1º7 La rad i calizaci6n de los jóvenes crece mien- tras menos posibilidales reales existen para "canalizar sus 1º5 Bravo, Douglas. "Guerra de guerrillas en Venezuela", en Lateinamerika Ein zweites Vietnam? (La Am~rica Latina ¿Un segundo Vietnam? ), Hrsg. Giangiacomo Feltrini, Hamburg, Rowohlt Taschenbuchverlag, 1968, p. 339 º 106 Marcuse, Herbe rt. Un ensayo sobre la liberaci6n, Ibid, P o 59. 107 v arios. Hablan los j6v e ,1es de Am~rica Latina. Recientes do cume ntos producidos por la juventud latinoamericana, Buenos Ai res, Edic. Búsqueda , 1 9 73, p. 40. 45 marxista . su proviemática en pertenecer a la clase media y a la vez ser de "las vanguardias revolucionarias" no indica necesariamente "la vinculación efectiva" de ellos "con las fuerzas reales”, con el proletario industrial, observa Ruy 110 Mauro Marini, Otros grupos de estudiantes oscilan dentro de la "nueva izquierda" de un extremo a otro y toman la lu- cha como "algo anárquico, individualista".1%? Esta dualidad o más bien dispersión en el movimiento estudiantil, causa mu cha tensión y no-comunicación entre ellos mismos, sin embar- go, la rebelión juvenil "anticapitalista", "antiimperialista”, "antiestablishment" ha contribuido a despertar la conciencia y la comprensión para las estructuras de violencia en la so- ciedad actual. Los movimientos sindicalmente organizados de z e 2 obreros -como existen en la Argentina = podrían llegar a ser un gran obstáculo para varios regímeies dictatorio-impe- rialistas. Ya que el problema consiste en que el trabajo significa ascender a la clase de la "pequeña burguesía", lo que indica en general que existe muy poca conciencia de cla- 108 109 Varios. Hablan los jóvenes..., Ibid, p. 43. Green, Gil. La nueva izquierda ¿Anarquista o marxista?, México, Edit. Nuestro Tiempo, 1972, p. 18. MOmarini, Ruy Mauro, Ibid, p. 27 Micreen, Gil, Ibid, p. 18. Detvsase Suárez, Carlos. "Argentina: El pueblo se enfrenta a la dictadura de los monopolios", en Cuadernos Americanos, núm. 3, México, mayo-junio, 1973. 46 aspiraciones de cambio", 1º8 dicen e llos mismos. Los estudian t es en t i e n den e n parte l a l ucha como "una expr e si6n d e clas e . u 1 09 s b l ~ . arx i s t a u e c ti ca n tenece r l se ed i a l a ez r e l as gua rdi as l c i o n a rias" o i d i ca sariamente la u laci6n tiva " e ll s o n a s rzas les", n l r l e tario ustrial, serva uy uro arini. 0 tros r pos e ia ntes scilan tro e eva ierda" e n t o t ro an a - a o lgo árqu ico, i i ualista 11 • 111 s ta ali ad ás i n i ersi6n l ovimiento t diantil, usa u a si6n - unicaci6n tre ll s is os, i bar- , eli6n enil nticapitalista", tii perialista", t l ent" a tr ido espertar nciencia prensi6n ara s t cturas e i l ncia n - i e dad tual. os ovimientos i l ente nizados e reros o i t n n rgentina112- drfan gar e r n r n stáculo .:ira rios f me u es i t t r io-i pe- listas. a ue l l a nsiste n ue l ajo ifica nder l se e efia rguesfa", e ica n e r a l e iste uy ca nciencia e la- 8 v a rios. ablan s 6 enes ••• , id, . 3. º9 r en, il. a eva ierda narquista arxista?, éxico, dit. uestro i po, 72, . 8. ll Marini, uy auro , id, . 7 111Gr e n, il, id , . 8 . 11 2vé a se rez , rlos. rgentina : l e blo frenta a i t dura e s onopolios", e~ a dernos ri anos, úm. , éx ico, ayo-junio, 73 . se entre los obreros. La participaci6n revolucionaria de los campesinos es aún más escasa que la del obrero. Gerrit Huizer interpreta "la resistencia al cambio" principalmente como "autodefensa" del campesino y llega a la conclusi6n de que "mi e ntras más se resistan al cambio las élites latinoamericanas, más radi- cales se volverán las demandas y los medios de lucha del cam . d 11 113 pesina o • Los muy marginados del lumpemproletariado a veces participan en movimientos de cualquier índole atraídos por la violencia. Ellos no tienen nada que perder º La I g lesia refleja dentro de su sistema el gran afán de mantener el status qua. Sin embargo, destacan algunos c~ ras que no solamente luchan por la renovaci6n de la Iglesia sino que toman al pie de la letra lo que "el Evangelio impl.!_ ca, en forma prioritaria, la solidaridad total con los opri- midos11 .114 La forma más organizada y eficaz de la contra-violen- cia es sin duda la guerrilla. Entendemos por guerrilla ac- ciones violentas de hombres conscientes en su convicci6n po - 113ttuizer, Gerrit. El potencial revolucionario del campesino en América Latina, M€xico, Sig lo XXI, 1973, p. 346. 114 Allaz, Tomás G. La iglesia contra la pared, México, Edit. Nuestro Tiempo, 1971. 47 lftica, moral o ideol6gica. En el movimiento g ue rrillero se ha superado la separaci6 n entre teorfa y acci6n de la opos i- ci6n polftica y el conflicto entre la raz6n y l a e moci6n e n el individuo. El objetivo de la guerrilla ac tual en l a lilllé - rica Latina es "implantar el socialismo, para lo cual trata de despertar la conciencia anticapitalista y antiimperial is - ta, y politizar a los sectores oprimido s mi e ntras hace la lu cha armada 11 • 115 Ernesto Che Guevara vi6 en la acci6n guerrillera en América "la vta correcta " y e l "eje central de la lucha 11 • 116 Su formaci6n ideol6gica se bas6 particularmente en el marxis mo-leninismo y en la revoluci6n cubana de Fidel Castr0 con cuyas experiencias desarroll6 sus tácticas de la gu e rrilla. 117 Tanto Che Guevara como Regis Debray parten en sus ins- trucciones sobre la lucha guerrillera de la situaci6n real de la América Latina, en donde las condiciones de los Andes en Bolivia no son las mismas que las de un pa fs del Caribe. Una acci6n lograda hoy no garantiza que se logre mañana. Las premisas del "Che" son: "Movilidad constante, vigil;;incia 115Monteforte, Toledo, Mario. "La violencia en Centro-Améri- ca" en Cuadernos Americanos, México, 1971, núm. 3, mayo/ junio, p. 116Guevara, Ernesto Che. "Gu2rra de guerrillas : un método" en Che teorfa y acci6n, México, Edit. Extemporán eos, 1 9 72. p. 1 84 . 117Guevara, Ernesto Che, Ibid. Guevara, Ernesto Che. Pasajes de la guerra revolucionaria, México, Edic. Era, 1969. Guevara, Ernesto Che. El diario del Che en Bolivia, Méxi- co, Sig lo XXI, 1968. 48 constante, desconfianza constante" 118 haciendo de la guerri- lla una organización con sus propias leyes y tácticas. Hay que distingu i r entre la guerrilla urbana y la gu~ rril la r u ral. Los Tupamaros -el "Movimiento de Liberación Nacional" e i1 el Uruguay- llaman los dos objetivos principa- les d e la guerrilla urbana: "crecer" y "debilitar al enemi- go11 .119 Sus medios tác ticos para sus golpes sorpresivos son: "el sabotaje", "el ataque a integrantes de las fuerzas repr~ sivas", "la represalia", "el atentado dinamitero", "el se- cuestro y la cárcel revolucionaria", "operativos de pertre- chamiento", "el copamiento del domicilio", "el operativo de 120 propaganda armada ." La guerrilla rural necesita ante todo el apoyo popu- lar. Su lucha es más abierta con enfrentamientos a tropas del ejército. Es más constante y continua; la comunicación y e l movimiento son más lentos. Las descripciones de Che Guevara sobre la lucha en Cuba y en Bolivia son testimonios de la amplia dimensión que pueden lograr pequeños núcleos · 11 121 guerri eros. 11 8 Guevara, Ernesto Che, "Guerra de guerrillas .•• , Ibid, p. 191. Véase también Debray, Regis, Ibid. 119 Tupamaros, M.L.N. Ac tos Tupamaros, Buenos Aires, Schapire Editor, 1971, p. 9. 120Tupamaros, M.L.N., !bid, pp. 9-19; Véase también Costa, Ornar. Los Tupamaros, México, Edic. Era, 1972, pp. 60-77. 1 21 ~ ue vara, Ernesto Che. Pa sajes ••• , Ibid, El diario ••• , Lb id. 49 ejérci to de un país dependiente representan más que la autoridad gubernamental. Forman parte del plan estratégico del impe- rialismo en todo el mundo. La violencia y la contra-violen- cia se retroalimentan en forma dialéctica. Igualmente el te rror ha encontrado su respuesta en el terrorismo, que se ma- nifiesta como la parte más espantosa y absurda de la contra- violencia porque imita al terror arbitrario. Terror y terro- rismo se condicionan y provocan mutuamente teniendo en común el efecto calculado del horror. *?? De esta manera la violencia revolucionaria llega a ser irracional. Sin el fin que la justifique como medio pierde su legitimidad, su fuerza y su autenticidad. La vio- lencia por la violencia es algo absurdo. El proceso histórico de la transformación socioeconó- mica, política, ideológica y cultural de los pueblos subdesa rrollados es liberalizador y doloroso a la vez. El momento marca acentuadamente la interrupción de conceptos imperialis tas anticuados y la renovación de la sociedad en el desper- tar y en el luchar por los pueblos del Tercer Mundo. E E f 2 macker, Friedrich. Terror Mythos-Realitat Analyse (El te- rror mito-realidad anál h, Verlag Fritz Molden, 1974. Friedrich Hacker tomó como punto de arranque los aconteci mientos durante los juegos olímpicos en Munich 1972 y es= tudia las causas de los fenómenos de terror y terrorismo que actualmente logran espantar y angustiar a todo el mun do con un efecto tremendo. 50 La problemática de la contra-violencia consiste en la violencia con la cual los grupos en el poder contestan. El enemigo estatal es mucho más fuerte. La policía y el ej~rc~ t o e n 1s endiente r sentan ás ue t ri ad bernamental. r an arte el l n estrat~gico el pe- lismo t o l undo. a i l ncia ntra-violen- ia entan a dial~ctica. l ente l t~ o r a contrado uesta l o, e a- if ies t a o arte ás antosa surda e ntra- i l ncia rque i ita l t rror r itrario. error y t rro- ris o se dici nan y r ocan utuamente t i do e co ún 122 l f cto l lado el horror. e sta anera l i l ncia r l cionaria ll a a r irr i nal. in l fi e l j stifi ue co o edio i rde l iti idad, rza t nticidad. a io- l cia or l i l ncia s l o surdo. l r ceso i t6rico e l tra f r aci6n i con6- 1 ~ ica, olítica, l6gica ltural e s eblos subdes~ l os s l dor l roso ez. l omento arca t a ente l i t ci6n e nceptos imperiali~ t s ti ados l r vaci6n e l s i ad n l sper- r n l har or s eblos el ercer undo. 122Hacker, ri drich. e ror ythos-Realitat nalyse l - r ito-realidad nálisis), Wien -MUnchen-Züric , erlag ritz olden, 74. ri drich acker t 6 o nto e ue l s nteci ientas rante l s j os lí picos n unich 72 s= t ia l s sas e l s f 6 enos e t ror t rr ri o ue t l ente ran antar gustiar o l un o n n f cto tre endo. B I B L I O G R A F I A PRIMER CAPITULO Adame, Antonio Tenorio. Juventud y violencia, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1974. Allaz, Tomás G. La iglesia contra la pared, México, Edit. Nuestro Tiempo, 1971. Arendt, Hannah. Sobre la violencia, México, Joaqu1n Mortiz, 1970. Arévalo, Juan José. Antikomunismo en América Latina, México, Edit. América Nueva, 1959. Arzumanian, A. El ili1perialismo, Buenos Aires, Edit. Cartago, s.f. Bourricaud, Franc;ois. "La violencia en América Latina", e ;1 Mundo Nuevo, 48, Par1s, junio 1970. Bravo, Doug las. "Guerra de guerrillas en Venezuela" en Latein- amerika Ein zweites Vietnam? (La América Latina ¿Un s~ gundo Vietnam?), Hrsg. Giangiacomo Feltrini, Hamburg, Rowohlt Taschenbuchverlag, 1968. Bustamante, Gregario R. Una satrap1a en el Caribe, Guatemala, Ediciones del Caribe, 1949. Cardoso, Fernando, Enrique. Ideolog1as de la burgues1a indus- trial en sociedades dependientes, México, Siglo XXI, 1971. Cardoso, Fernando, Enrique y Faletto, Enza. Dependencia y de- sarrollo en América Latina, México, Siglo XXI, 1969. Ceceña Cervantes, José Luis. Superexplotaci6n, dependencia y desarrollo, México, Edit. Nuestro Tiempo. Chamorro, Pedro Joaquín. Estirpe sangrienta, Lo s Somo za , Mé- xico, Patria y Libertad, 1957. 51 Contreras, Mario - Sosa, Ignacio. Latinoamérica en el siglo XX, 1898-1945, Textos y documentos, Tomo I, Méx ico, U.N.A.M., 1973. Cornu, A. "La idea de la alienaci6n en Hegel, Feuerbach y Marx" en Revista de Guatemala, seg. época, año I, 4, vol. IV, 1952. Costa, Ornar. Los Tupamaros, México, Edic. Era, 1972. Debray, Regis. Revoluci6n en la revoluci6n, La Habana, 1967, s.e. Derbez, Jorge. Prometeo encadenado, Ensayo sobre la violen- cia y la crisis actual, México, Edit. Samo. Díaz del Castillo, Berna!. Historia de la conquista de Nueva España, México, Edit. PorrGa, 1972. En gels, Friedrich. Anti-Dühring, M~xico, Edit. Grijalbo, 1 9 64. Fanon, Frantz. Los condenados de la tierra, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1963. Fanon, Frantz. Piel negra, máscaras blancas, Uruguay, Scha- pire Ed. 1974. Feuerbach, Ludwig. Wesen des Christentums (Esencia de la re- ligi6n), Bd. 2, Berlín 1956. Frank, Andre Gunder. Lumpenburguesía : Lumpendesarrollo, Mé x i co, Edic. Era, 1971. Frank, Andre Gunder; Puiggros, Rodolfo; Laclau, Ernesto. Am~­ rica Latina ¿Feudalismo o capitalismo?, Bogotá, Ed it. La oveja negra, 1972. Freud, Sigmund. Abriss der Psychoanalyse (Esquema del psico- análisis), Frankfurt/m., Fischer Taschenbuchverlag, 1972. Freud, Sigmund. "Más allá del principio del placer" (1920) en Psicología de las masas, 4a. ed., Madrid, Alianza Edit., 1974. 52 Furtado, Celso. Obstacles to development in Latin America (Obstáculos en el desarrollo de la América Latina) , New York, Anchor Books, 1970. Galeano, Eduardo H. Guatemala país ocupado, México, Edit. Nuestro Tiempo, 1967. Galeano, Eduardo H. Violencia y enajenaci6n, México, Edit. Nuestro Tiempo, 1971. Gerassi, John. The great fear in Latin America (El gran mie- do de América Latina), New York, Collier Books, 1965. Grabendorf, Wolf. Lateinamerika - wohin? Informationen und Analysen (¿A d6nde va la América Latina? Informacio- nes y análisis), MÜnchen, Deutscher Taschenbuchverlag, 1970. Graciarena, Jorge. Poder y clases sociales en el desarrollo de Am~rica Latina, Buenos Aires, Paidos, 1970. Green, Gil. La nueva izquierda ¿Anarquista o marxista?, Méxi co, Edit. Nuestro Tiempo, 1972. Greene, Félix. El enemigo lo que todo latinoamericano debe sahPr sobre el imperialismo, México, Siglo XXI, 1973. Guevara, Ernesto Che. "Guerra de guerrillas: un método" en Che teoría y a c ci6n, Méx ico, Edit. Extemporáneos, 1972. Guevara, Ernesto Che. El di a rio d e l Che en Bolivia, México, Siglo XXI, 1968. Guevara, Ernesto Che. Pasajes de la guerra revolucionaria, México, Edic. Era, 1969. Gurméndez, Carlos. El secreto de la alienaci6n, Barcelona, Edic. 62, 1967. Gutiérrez Santos, Lu is. Planteamiento de la necesidad del cambio e structural en América Latina, México, B. Cos- t a -a ra i c , 1969. 53 Hacker, Friedrich. Terror Mythos-Realitat Analyse (El terror mito-realidad análisis), Wien-München-Zürich, Verlag Fritz Molden, 1974. Hartmann, Nicolai. Die Philosophie des deutschen Idealismus I. Teil Fichte, Schelling und die Romantik (La filo- sofía del idealismo alemán, I. parte, Fichte, Schel- ling y el romanticismo), Berlín, Walter der Gruyter, 1960. Hegel, Georg Wilhelm Friedrich. Phanomenologie des Geistes (Fenomenología del espíritu), Hrgb. Joh. Hoffmeister, Hamburg, Felix Meiner Verlag, s.f. Henrfquez Ureña, Pedro. Las corrientes literarias en la Am~­ rica Hispánica, M~xico, Fondo de Cultura Econ6mica, 1949. Hirschmann, Albert O. Ideologies of economic development in Latin America (Ideologías del desarrollo econ6mico en la América Latina), New York, Tne Twentieth Century Fund, 1 961 . Huizer, Gerrit. El potencial revolucionario del campesino en América Latina, M~xico, Siglo XXI, 1973. Ianni, Octavio. Imperialismo y cultura de la violencia en América Latina, México, Siglo XXI, 1970. Kaiser, August. "Aggressivit~t als anthropologisches Problem" (La agresi6n como problema antropol6g ico), en Arna Plack, Der Mythos vom Aggressionstrieb {El mito del instinto de la agresi6n), München, List Verlag, 1973. Lara Saenz, Leoncio. "La violencia en Am~rica Latina ¿Alter- nativa o imperativo?", en Mundo Nuevo, núm. 41, Buenos Aires, nov. 1969. Lenin, v. I. El estado y la revoluci6n, 7a. ed., Buenos Ai- res, Edit. Allteo, 1974. 54 Lenin, V. I. El imperialismo, etapa superior del capitalismo, 7a. ed., Buenos Aires, Edit. Polémica, 1974. Lorenz, Konrad. Das sogenannte Bose, Zur Naturgeschichte der Aggression (La agresi6n, el pretendido mal), Wien, Dr. Borotha-Schoeler Verlag, 1963. Marcuse, Herbert. Contrarrevoluci6n y revuelta, México, Edit. Joaqu1n Mortiz, 1975. Marcuse, Herbert. Un ensayo sobre la liberaci6n, México, Edit. Joaqu1n Mortiz, 1969. Mariátegui, José Carlos. Ensayos de interpretaci6n de la rea- lidad peruana, I, Lima, Edit. "Librer1a Peruana", 1934. Marini, Ruy Mauro. Subdesarrollo y revoluci6n, México, Siglo XXI, 1969. Marx, Ka rl. Okonomisch-philosophische Manuskripte (Manuscri- tos: econ6mico-filos6ficos) (1844), MEW Erganzungsband I. Teil, Stuttgart, Gronerverlag, 1970. Marx, Karl. Texte zu Methode und Praxis, Bd. 2, Pariser Ma- nuskripte (1844) (Manuscritos 1844), Hamburg, Rowohlt Taschenbuchverlag, 1956. Meluk, Alfonso. Etiolog1a de la delincuencia en Colombia, Bo gotá, Edic. Tercer Mundo, 1969. Meza, César. El colérico (borderline), México, Edit. Joaqu1n Mortiz, 1970. Monteforte Toledo, Mario. "La violencia en Centro-América", en Cuadernos Americanos, núm. 3, México, mayo/junio 1971. Myrdal, Gunnar. Economic Theory and underdeveloped Regions (Teor1a econ6mica y regiones subdesarrolladas), New York, Harper & Row Publisher, 1971. 55 Pappenheim, Fritz. La enajenaci6n del hombre moderno, México, Edic. Era, 1965. Paz, Octavio. El laberinto de la soledad, Mé¡~ico, Fondo de Cultura Econ6mica, 1959. Pican-Salas, Mariano. De la conquista a la independencia, Mé xico, Fondo de Cultura Econ6mica, 1969. Plack, Arno. Der Mythos vom Aggressionstrieb (El mito del instinto de la agresi6n), MÜnchen, List Verlag, 1973. Sartre, Jean Paul. Colonialismo y neocolonialismo, Buenos Ai res, Edit. Losada, 1965. Sartre, Jean Paul. "Prefacio", en Frantz Fanon, Los condena- dos de la tierra, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1963. Schleifstein, Josef. Einführung in das Studium von Marx, En- gels und Lenin (Introducci6n a los estudios de Marx, Engels y Lenin), München, Becksche Verlagsbuchhandlung, 1972. Senghaas, Dieter. Aggressivitat und kollektive Gewalt (La agresi6n y la violencia colectiva), Stuttgart, Verlag W. Kohlhammer, 1971. Suárez, Carlos. "Argentina: El pueblo se enfrenta a la dict~ dura de los monopolios", en Cuadernos Americanos, núm. 3, Méx ico, mayo/junio, 1973. Tupamaros M.L.N. Actos Tupamaros, Buenos Aires, Schapire Edi tor, 1971. Uricoechea, Fernando. Intelectuales y desarrollo en América Latina, Buenos Aires, Centro Editor de América Lati- na, 1969. Varios. Hablan los j6venes de América Latina, Reciente s doc~ mentos producidos por la juventud latinoamericana, Buenos Aires, Edic. Búsqueda, 1973. 56 Varios. Tercer mundo vs. imperialismo, México, Edic. "El ca- ballito", 1973. Villegas, Abelardo. Reformismo y revoluci6n en el pensamien- to latinoamericano, México, Siglo XXI, 1972. Yuskovic, Pedro. Acusaci6n al imperialismo, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1975. Wertham, Fredric. La señal de Caín (sobre la violencia huma- na), México, Siglo XXI, 1971. Zahar, Renate. Colonialismo y enajenaci6n, contribuci6n a la teoría política de Frantz Fanon, México, Siglo XXI, 1972. Zea, Leopoldo. Latinoamérica y el mundo, Caracas, Universi- dad Central de Venezue la, 1960. Referencias especiales Excélsior, Mé xico, Lunes, 11 de noviembre de 1974. Illescas, Carlos. Cl a se universitaria: La novela de la vio- lenc ia , U.N.A.M., 1° sem. de 1973, apuntes en clase. 57 II. LA NOVELA DE LA VIOLENCIA l. LOS ANTECEDENTES DE LA NOVELA DE LA VIOLENCIA a) Los aspectos sobresalientes en la literatura del siglo XIX El escritor Gabriel García Márquez opina en una entre vista acerca de la literatura latinoamericana lo siguiente: "Tengo la impresi6n de que todos los escritores latinoameri- canos están escribiendo el mismo libro. A través de libros diferentes, apuntando características diversificadas estamos esclareciendo una misma realidad". 1 Ya en el siglo XIX empezaba a configurarse una preoc~ paci6n dirigida a descubrir América desde el punto de vista literario, concentrándose esta preocupaci6n más y más en la búsqueda del hombre latinoamericano de su identidad. Cons- c iente e inconscientemente están presentes algunas preguntas principales en la novela latinoamericana que representan algo como "conciencia continental": 1 Garcia Márquez, Gabriel. "Entrevista con ••• " del Diario Po- pular, Lisboa, en Excélsior, México, 5 de junio de 1975, p. 21A. 58 ¿Quién soy yo? ¿Qué es mi país? ¿Qué es América? ¿Cuál es mi posición en este complejo de nuestro con- tinente? ¿Cómo encuentro la trascendencia individual y colecti va de mí, de mi país, y de la América Latina? Estos puntos claves se desarrollaron en el siglo pasa do alrededor de la problemática entre "tradición y rebelión", del "problema del idioma", de "las fórmulas del Americanismo" y del "afán europeizante".? Los enfoques han surgido de manera muy divergente se- gún la posición que toma el escritor en su tiempo, en su lu- gar y en conexión con su compromiso personal literario. El camino a seguir desde el inicio de una novela verdaderamente latinoamericana hacia la "nueva" y la "novísima novela" ac- tual es largo y a veces laberíntico. Se caracteriza por una pluralidad de ideas y de conceptos, de estilos y de técnicas, de influencias nacionales y extranjeras y de fantasías e ima ginaciones. La realidad se abre a veces claramente y en otras ocasiones se presenta en forma intrínseca y multiforme. En el siglo XIX predominaba la cuestión del enfrenta- “Henriquez Ureña, Pedro. "Seis ensayos en busca de nuestra expresión", en Obra crítica, México, Fondo de Cultura Econó mica, 1960, pp. 241-271. 59 ¿Qui~n y ? ¿Qu~ s i ais? ¿Qu~ s Am~rica? uál s i sici6n ste plejo e estro n- te? 6 o cuentro dencia i idual colect~ a e i, e i· a!s, e Am~rica atina? stos ntos l es e sarro laron l lo pas~ o edor e r l ática tre i i6n eli6n", el r l a el i i a", e l s 6 ulas el mericanis o" el fán r peizante 11 • 2 os f ques an r ido e anera uy i ergente - n sici6n e t a l scritor tie po, - ar exi6n n promiso rsonal rio. l ino guir sde l i i io e a vela r er ente ino ericana acia eva" v!si a vela" c- t al s l o ces l eríntico. e racteriza or a l rali ad e as e nceptos, e stil s e t~cnicas, e i l ncias cionales tr njeras e tasías i a i aciones. a li ad e re ces ente n tras asi nes r senta f r a i t í ca ultif r e. n l lo I inaba esti6n el frenta- 2 enriquez refia, edro. eis sayos n sca e estra presi6n", bra riti a, M~xico, ndo e ultura con6 ica, 60, p. 1-271. Lo rr e Ñ desti no de América, mientras que en este siglo la insistencia gi- ra más bien alrededor de "autocuestionamientos".” Dicho de otra manera, la novela empezó a explorar el "estar" del hom- bre latinoamericano para profundizar más adelante en el "ser" La novela tradicional del siglo pasado le parece a Carlos Fuentes como "una forma estática dentro de una sociedad está tica”*, lo cual quiere decir que la narrativa reflejaba en proyección directa la realidad que se captaba tal como apare cía. En la multiplicidad simultánea y sucesiva de corrien- tes literarias que además se mezclan, destacan claramente al gunos movimientos de mayor importancia. No los vamos a loca lizar dentro de las literaturas nacionales. Pues no se tra- ta de generalizar pero la diferenciación se encuentra más "en los distintos centros de gravedad formados por elementos históricos, políticos, económicos y sociales, que en las con ciencias nacionales correspondientes" .” Martínez, José Luis. "Unidad y diversidad", en César Fernán dez Moreno, América Latina en su literatura, México, Siglo XXI, 1972, p. 74. Puentes, Carlos. La nueva novela hispanoamericana, México, Edit. Joaquín Mortiz, 1969, p. 14. Ferdinandy, María Magdalena. "Rudolf Grossmann: Geschichte und Probleme der lateinamerikanischen Literatur" (Historia y problemas de la literatura latinoamericana), en Cuadernos Hispanoamericanos, Madrid, núm. 233, 1969, p. 563. 60 miento del hombre a la naturaleza, a la condici6n y al dest~ o e mérica, ientras e n ste lo i t cia i- ás i n edor e t esti a ientos". 3 icho e tra anera, vela pez6 plorar l star" el - re ino ericano ara f ndizar ás elante l r". a vela i i nal el lo sado rece a r los uentes o na a tática entro e a i dad stá a 114 , al iere ecir e rativ a j a e ci6n ir cta li ad ue taba l o ap a r~ 1'.a. n ultiplicidad ultánea cesiva e rrien- s rias ue ás ezclan, st can ente l nos ovimientos e ayor portancia. o s os a ! ar ntro e s t ras acionales. ues o e - e neralizar ero i ciaci6n e cuentra ás n s i ti tos tros e edad ados or entos i t6ricos, l1'.ticos, 6 icos ciales, e n s n i cias cionales r ondientes". 5 3Mart1'.nez, sé uis. nidad i ersidad", ésar ernán ez oreno, mérica atina n t ra, éxico, iglo- XI, 72, . 4. 4Fuentes, arlos. a eva vela i americana, éx ico, it. 1'.n ortiz, 69, . 4. 5Fe rdinandy, ar1'.a agdalena. dolf ross a n: eschichte d r l e er eina eri anischen it ratur" istoria l as e t ra atinoamericana), e n uadernos is anoamericanos, adrid, . 33, 69, . 3. , . isa do de manera parecida. Enrique Anderson Imbert subraya las tendencias culturales del romanticismo en su principio, cul- minación y en su paso al parnaso y al naturalismo. ? En la Historia de la literatura hispanoamericana de Angel Valbuena destacan los movimientos del romanticismo, de la novela sen- timental y de la poesía gauchesca. ? El romanticismo que se desarroll6 bajo la influencia europea, en particular de la francesa, no tomó el camino de rebelión del poeta o de su aislamiento social, característi- cas que se dejan sentir en el romanticismo europeo. El poe- ta latinoamericano romántico se quedó dentro de los lazos que lo "ligaban a la tierra y a la familia y a las costumbres tradicionales".? Actualmente se utilizan descripciones ro- mánticas en forma de ironía por el contenido de una realidad oculta y cruel; "Aunque el niño creciera en soledad por aque llos parajes, revolcándose entre las malezas, alimentándose de frutas silvestres, abandonado al cuidado de la congrega- ción de viudas, poca gente quiso acreditar en la historia contada por las ancianas alucinadas..."? Anderson Imbert, Enrique. Historia de la literatura hispano- americana, Tomo I, México, Fondo de Cultura Económica, 1971, pp. 471-472, Valbuena Briones, Angel. Literatura hispanoamericana, Tomo V de la Historia de la literatura española, Barcelona, Edit. Gustavo Gili, 4a. ed., p. 559. 7 Henriquez Ureña, Pedro, Ibid, p. 116. Silva, Lincoln. Rebelión después, Ibid, p. 11. 61 Los historiadores de la literatura tratan la clasifi- caci6n de los momentos literarios culminantes del siglo pas~ o e aner a recida. nrique nderson I bert raya l s t encias lt rales e l r antici o n ri cipio, l- inaci6n n so l r aso l t rali o. 6 n l istoria e t ra i a ericana e ngel albuena st can l s ovimientos el r anticis o, e l vela n- 7 ental e esia uchesca. l antici o ue e esa ro l6 ajo ncia r pea, arti ular e l fr cesa, o t 6 l ino e eli6n el eta e iento cial, racteristi- s e e ejan ntir l r antici o r peo. l oe- l tino ericano r ántico e ed6 ntro e l s l os e ligaban rra ilia s st bres t i i nales 11 • 8 ctual ente til n scri ciones - ánticas n a e a ia or l ntenido e a li ad culta r el: unque l i o ciera n l ad or aqu~ ! s arajes, l dose tre l s alezas, li entándose e tas estres, onado l i ado e grega- i6n e i das, ca ente iso reditar ist ria ntada or l s cianas l i das ••• 119 . nderson bert, nrique. istoria e t ra i ano- ericana, o , éxico, ndo e ultura con6mica, 71, p. 1-472. v l ena riones, ngel. it ratura i oamericana, o e istoria e t ra añola, arcelona, it. ustavo ilí, a. d., . 9. 8Henriquez reña , edro, id, . 16. 9 Si lva , i coln. ebeli6n spués, id, . 1. A ] >, — les cripciones de la vida cotidiana en tipos populares -sobre to do en las páginas que se acercan ya al realismo- da la ima- gen del gran contraste en un mundo que empieza a entrar en el proceso de la industrialización. El costumbrismo del si- glo XIX ha influído a toda narración posterior de manera evo lutiva pasando a niveles descriptivos más profundos. Adria- no González León usa cuadros costumbristas en su novela País 10. novela muy actual que se basa en la realidad de portátil la violencia imperialista y antiimperialista. Las imágenes costumbristas dispersas en el libro muestran, como en una fo tografía, a la sociedad todavía en lo "estático", lo campes- tre y lo popular, que sigue formando parte de la visión con- tradictoria y caleidoscópica de la Venezuela de hoy. La poesía gauchesca de la Argentina y del Uruguay re- conoce en José Hernández, autor del Martín Fierro, a "uno de los ancestros de la novela actual por sus poderosas vibracio nes anímicas y su aliento dramático", observa Luis Harss.** Este impacto vital se percibe en las novelas de muchos auto- res jóvenes actuales. Tanto Adriano González León como Lin- coln Silva crean tensiones emocionales en situaciones lími- tes, acompañadas por un discurso dramático de la acción. O conzález León, Adriano. País portátil, Barcelona, Edit. Seix Barral, 1968. Mhuarss, Luis. Los nuestros, Buenos Aires, Edit. Sudamerica- na, 1966, p. 13. 62 El costumbrismo, con su ambiente de folklore, con de~ i nes e i a ti i na n s pulares bre t~ o s 9inas ue ercan a l l o- a a- n e l ran ntraste n undo e pieza trar n l r c eso e ustriali aci6n. l bris o el i- lo I a f l ído a arraci6n osterior e anera o ti a s ndo i eles scriptivos ás r f ndos. dria- o onzález e6n sa adros st bristas n vela aís ortáti110 , vela uy tual ue asa li ad e i l ncia perialista tii perialista. as ágenes st bristas i ersas n l ro uestran, o a grafía, i dad avía n stático", pes- pular, ue e ando arte e i i6n n- i toria l sc6pica e enezuela e oy. a esía chesca e rgentina el ruguay - oce Jos~ ernán dez, tor el artín ie ro, no e s cestros e vela tual or s derosas vibraci~ es í ic as l to r ático", serva uis ar s. 11 ste pacto ital rcibe s velas e uchos to- s 6 enes t ales º anto driano Gonz~lez e6n o in- ln il a an i nes ocionales i nes i- s, pañadas or n i rso r ático e cci6n. 10González e6n, driano. aís ortátil, arcelona, dit. eix a ral, 68. 11Harss, uis. os estros, uenos ires, dit. damerica- a, 6, . 3. Otro lazo entre la literatura del siglo pasado y la del siglo XX se anuncia en la prosa de los "civilizadores" o "pensadores" corno Sirn6n Bolívar, Andrés Bello y José Martí. Ellos empezaron a marcar una línea de creaci6n literaria vinculada con la necesidad profunda de luchar por diversas causas de índole política, moral y cultural. José Martí, c~ yas páginas expresaron su prop6sito de construir una socie- dad más justa, se enlaza por supuesto con José Carlos Mariá- tegui y Ernesto Che Guevara. 12 La inspiraci6n ideol6gica de ambos llevaron a la confrontaci6n del yo consigo mismo en su contexto social, cuesti6n primordial en varias novelas y muy presente en la novela de la violencia. Hay que subrayar entonces, que el "compromiso políti- co y social" del escritor no es nada nuevo en la literatura latinoamericana. Lo que ha cambiado son varios factores de- terminantes -por ejemplo el punto de vista ideol6gico, la e~ presi6n literaria del mismo, la problemática de los persona- jes- pero indudablemente se comprueba su presencia y su im- portancia en las corrientes literarias del siglo XX. b) El modernismo Literariamente este siglo ernpez6 aproximadamente vein te años antes de su final con el movimiento del modernismo. Fue la primera rnanifestaci6n literaria que se fij6 en la con 12 Martí, José. Nuestra América, Barcelona, Edit. Ariel, 1970. 63 temporaneidad abriendo el continente hacia ideas y tenden- cias universales. La aspiraci6n de borrar el costumbrismo y el localismo como el afán de renovar el lenguaje y tomar una conciencia más amplia de su tiempo cambiaron profundamente la prosa y la poesfa desde el modernismo. 13 Las obras de los escritores dejaron de ser simples "documentos". De testigos externos de la realidad los auto- res se convirtieron en "testigos objetivos de su mundo inte- rior", dice Augusto Roa Bastos, escritor y critico paraguayo. "Y es aquf", sigue el mismo "en los hondones de la subjetiv.:!:_ dad, donde la presi6n de la realidad descubre y manifiesta modos nuevos de su esencia objetiva y posibilidades in~ditas de comunicaci6n interhumana, puesto que el escritor no está aislado del contexto social 11 • 14 En este punto de la vincul~ ci6n de la subjetividad interior con la objetividad exterior y esencial ya encontramos un lazo con la novela de la violen cia, cuyos protagonistas se enfrentan a su ser más intimo en el cual se percibe y se revela lo que está atrás de lo c oti- diana en lo real. Esta característica de la novela de la violencia se deja remontar directamente al modernismo mien- 13Lafforgue, Jorge. "La nueva novela latinoamericana", en Nueva novela latinoamericana, Tomo I, Compilaci6n de tex- tos por ••• , Buenos Aires, Edit. Paid6s 1969 (Letras Ma- yúsculas), p. 19. 14 Roa Bastos, Augusto. "Imagen y perspectivas de la narrati- va latinoamericana actual", en La critica de la novela ibe- roamericana contemporánea, Antología, M€xico, U.N.A.M. Cen- tro de estudios literarios, 1973, p. 53. 64 \. tras que otros aspectos son parte de una evoluci6n al pasar las corrientes literarias. Hace constar Carlos Illescas que la novela de la violencia "parte del modernismo". 15 Una de las figuras centrales del modernismo fue Rub~n Dar1o, innovador en esp1ritu y forma po~tica, gran maestro de toda la palabra escrita en Arn~rica Latina. En su tiempo le escribi6 Juan Valera: "Y usted ni imita a ninguno: ni es usted romántico, ni naturalista, ni n e u r 6 t i c o, ni decadente, ni simb6lico, ni parnasiano. Usted lo ha revuelto todo: lo ha puesto a cocer en el alambique de su cerebro, y h d d 11 . . " 16 a saca o e e o una rara quintaesencia • En los relatos y en la poes1a modernista -se escribie ron pocas novelas- la nueva temática agot6 la mitolog1a uni- versal. La renovación formal utiliz6 desde los metros anti- guas hasta el verso libre, ambos convirti~ndose en un culto a la belleza y a la elegancia, a un refinamiento de la expr~ sión y de los conceptos estéticos. 17 El arte se volvió "ar- te por el arte"; la L::mtas1.i florecía sin dogmatismos o com- prorn isos como en el cuento "El Rub1", de Rub~n Dar1o. La realidad se convirti6 en algo extraño, lujoso y fabuloso co- mo en "El palacio del sol 11 • 18 En este cuento, lo poético, lo estético, con sus repeticiones en una descripción sobre 15111escas, Carlos, !bid. 16oar1o, Rubén. Azul •.• , M~xico, Edit. Nacional, 1973, p. 12. 17 véase Bueno, Salvador. Aproximaciones a la literatura his- panoamericana, La Habana, Instituto del Libro, 1967, pp. 82-83. 18oar1o, Rubén, !bid. 65 Berta, demuestra una actitud espiritual que e scoge lo bello como máximo valor: "la niña de los ojos c olor de a ceituna, fresca como una rama de durazno en flor, luminosa como un al ba, gentil como la princesa de un cuento azul 11 • 19 Todos los sentidos están eil cont acto con la narraci6n d e la fiesta del "rey p a triarcal" en Ariel de José Enrique Rod6, cuando habla de "las telas, las joyas, los perfumes", de los "vientos, aves y plantas". La "libertad paradisial" s e presenta como un ambiente exterior voluptuoso y compla- ciente mientras interiormente rige un "ascético egoismo". 2º La expresi6n de pesimismo y decadencia acompañan el movimie~ to modernista de la exploraci6n del lenguaje y de la sensa- ci6n del placer artístico. El afán de bus c ar expresiones adecuadas para una "nu~ va sensibilidad" con efectos impresionistas a base de sensa- ciones: como los juegos hiperestésicos, las trasposiciones visuales de los colores o los ejercicios de variaciones mon6 cromas abri6 infinitas posibilidades al lenguaje. En la no- vel a de la violencia esta apertura de la expresi6n hace sen- tir atm6sferas: "A las cansadas pude darme cuenta que todo lo que el soldado me dijo, no pasaba de un suceso sin norma ni forma, cuyo tono mis t erioso y truculento hacia parte de 19oarfo, Rubén, Ibid, p. 71. 20 Rod6, José Enrique. Ariel, Liberalismo y jacobinismo, ensa yos, México, Ed it " PorrGa, 1968, p. 82. 66 su enmarañada fantas1a que como una especie de enredadera de mb b 1 d d . . " 21 so ras trepa a por as pare es e su conciencia • La herencia más importante del modernismo, ha sido hasta hoy el esp1ritu de renovaci6n: explorar el lenguaje a fondo para causar placer y descubrir aperturas infinitas a la imaginaci6n. Con el "ambicioso cosmopolitismo 1122 se in- trodujo una temática amplia de nuevos conceptos e ideas mun- diales. Al mismo tiempo empez6 a enraizarse un "americanismo": todav!a en forma oculta y fragmentaria a principios del si- glo XIX, luego desarrollado por los románticos como "deriva- ci6n de la independencia" y en el modernismo "restringido a lo hispanoamericano y opuesto a los Estados Unidos 11 • 23 Ariel de Rod6 es punto de partida de la aparici6n de un antiimperi~ lismo en la literatura latinoamericana. Rod6 expres6 su pre~ cupaci6n por una "América des 1 a ti ni za da ••• a imagen y semejanza del arquetipo del Norte" que "flota ya so bre los sueños de muchos sinceros interesados por nuestro porvenir ••• " y concluye: "Es necesario oponerle los l!mites que la raz6n y el sentimiento señalan de consuno 11 • 24 Esta toma de conciencia de tipo muy real surgi6 den- 21s·1 i va, Lincoln, Ibid, p. 98. 22 Bueno, Salvador, Ibid, p. 82. 23Bueno, Salvador, !bid, p. 63. 24 Rod6, José Enrique, !bid, p. 35. 67 tro de un movimiento que se caracteriz6 por aspectos estéti- cos fácilmente p redestinados a log rar una ruptura e ntre e l momento hist6rico actual y el arte. Sin embargo, con el " clo ble compromiso" del modernismo "con las ma trice s culturales de occidente desnaturalizadas por efecto d e la crisis euro- pea " y " c on la bGsqueda de l a autenticida d y o r ig i na lidad d e 25 América y el hombre que la habita" entra la inquie tud y e l dinamismo en los movimientos literarios. c) La novela regional La novela latinoamericana moderna recibfa ya desde en tonc es impulsos, sin embargo, empe z6 a estructurars e c omo no vela partiendo de las corrie ntes regionalistas. 2 6 Baj o el nombre del "regionalismo mundonovista 11 2 7 o de la " e ra p ostm~ dernista 1128 se expresa la influencia directa del nuevo len- guaje del modernismo en un ambiente novelesco que todavfa se mueve en el paisaje americano. La poesfa sigui6 e xplorando en el nivel de la innovaci6n del lenguaj e como herencia del modernismo, mientras que la novela encontr6 sus rafees en la 25 Jara Cuadra, Re né. "Tierra y mundo en la novela contemporá nea", en Primer seminario internacional de literatura his= panoamericana, Universidad del Norte Antofagasta, Santiago de Chile, 1969, p. 57. 26varios crfticos están de acuerdo en este punto; Véase Ale- grfa, Fernando. La novela hispanoamericana siglo XX, Bue- nos Aires, Centro Editor de Am~rica Latina, 1967, p. 16. 27Alegr1a, Fernando, La novela ••• , Ibid, p. 16. 28eamilton, Carlos D. "La novela actual de Hispanoamé rica, Introducci6n", en Cuadernos Americanos, nGm. 2, México, 1973, p. 224. 68 realidad amarga de los pa1ses latinoamericanos º ¿"Ar-te por el arte", "literatura pura" en contraposi- ci6n c on "credo político" y "compromiso social"? Los dos as pectes se dejan sentir en el desarrollo de la literatura la- tinoamericana del siglo XX. Al observar este proceso, Pedro Henr1quez Ureña dice: "Una parte del grupo de los innovado- res literarios empez6 a interesarse en los problemas socia- les, y la mayor1a de los socialistas aprendieron la t~cnica de la nueva literatura". Como ejemplo de s1ntesis nombra a Pablo Neruda, "un atrevido innovador desde los dos puntos de vista, el social y el literario 11 • 29 Los novelistas al principio de este siglo presentaron al hombre frente a la naturaleza que era fuerte, dura y sal- va j e. El s e r humano siendo como es part1cula de ella, no la pod1a dominar: "Al humanizar la pampa, la selva, las monta- ñas y los ríos, en realidad deshumanizaron al hombre 11 • 30 Tambi~n frente a los acontecimientos de un movimiento como lo fue la revoluci6n mexicana el hombre se siente sin poder, sin planes conscientes de integraci6n con lo que estaba pa- sando. En Los de abajo, novela de la revoluci6n mexicana, publicada en 1916, el hombre sencillo ama "a la Revoluci6n 29 Henr1quez Ureña, Pedro. Las corrientes literarias, Ibid, p. 197. 3 0 Alegría, Fernando. Novelistas contemporáneos hispanoameri- c a nos, Antología, Intr. de ••• , Bastan, Heath and Company, 1 964, Introducci6n. 69 porque es la Revoluci6n 11 • 31 El deseo de dominar y de "ser dueños del valle, de las planicies, de la sierra ••• 11 , 32 no puede realizarse; en cambio los hombres se mueren, olvidados y devorados por la naturaleza que los cubre con su niebla. "Y as1 estamos nosotros: a reniega y reniega y a mát~ nos y mátenos ••• 11 , 33 dice el protagonista Demetrio Macias dándose cuenta del momento cuando para él ya todo está perd~ do. La emoci6n lo llev6 al movimiento armado. La imagen del trasfondo hist6rico es la de un pueblo en el momento de su nacimiento a un cambio social muy profu~ do. Se describen episodios testimoniales en el ambiente del campo, en donde el habla es grosera y directa, como la vio- lencia de la revoluci6n. La vida humana tiene poco valor. En la glorificaci6n de la violencia: "Qué hermosa es la Re- voluci6n, aun en su misma barbarie 11 , 34 se reconoce el desti- no inevitable del hombre americano. La novela regional es naturalista y realista; se enl~ za con la novela costumbrista del siglo XIX, con la diferen- cia de que ya existían aperturas muy amplias en el lenguaje 31 Azuela, Mariano. Los de abajo. Novela de la revoluci6n me- xicana, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1958, p. 128. 32 Azuela, Mariano, Ibid, p. 138. 33 Azuela, Mariano, Ibid, p. 133. 34 Azuela, Mariano, !bid, p. 72. 70 lítica reconociendo elementos más sociales y humanos. El crítico Jorge Lafforgue subraya el nacer o renacer -tomando en cuenta los antecedentes del siglo XIX- de "la clara preocu pación por exponer y denunciar los grandes fenómenos socia- 35 Carlos Fuentes encuentra un cam- les del continente...”. bio esencial a partir de la literatura de la revolución mexi cana: "La certeza heroica se convierte en ambiguedad crítica, la fatalidad natural en acción contradictoria, el idealismo romántico en dialéctica irónica"”.?? Hace constar por último Fernando «Alegría que "contra el preciosismo de los discípu- los de Darío surge una impetuosa necesidad de afrontar la condición del hombre hispanoamericano y de definirle en rela ción al medio ambiente inmediato y a sus posibilidades de evolución”.>? Estas características principales, observadas por los tres críticos y escritores latinoamericanos, las podemos re- sumir diciendo que el novelista reaccionó ante las condicio- nes históricas y empezó a responsabilizarse. Aún retrasados los autores latinoamericanos iniciaron un descubrir intelec- tual y artístico de sus países. Después de Los de abajo se publicaron varias novelas 3 uafforgue, Jorge, Ibid, p. 20. SCruentes, Carlos, Ibid, p. 14, 3 Talegría, Fernando. La novela hispanoamericana siglo XX, Ibid, p. 10. 71 y en el espiritu. La novela regional abri6 su conciencia p~ 11tica ociendo entos ás ciales anos. l riti o rge aff rgue raya l acer acer to ando enta s t edentes el lo IX- e la l ra preoc~ ci6n or oner unciar l s r des f 6 enos cia- 1 1 . " 35 s e nti ente •••• arlos entes cuentra n - io ncial artir e t t ra e l ci6n exi na: a rt za roica e nvierte biguedad ritica, t l ad atural n ci6n ntradictoria, l l o ántico i l ctica 6 ica 11 • 36 ace nstar or l o er ando -Al gria e ntra l i i o e s i i u- s e ario rge na i petuosa cesidad e ntar dici6n el bre ericano e efinirle n la i6n l edio biente ediato s sibili ades e l ci6n 11 • 37 stas racteristicas ri cipales, servadas or s s it s rit res ino ericanos, s e os - ir i do e l velista i n6 te s ndicio- es i t6ricas pez6 onsabilizarse. ún os s tores ino ericanos i i r n n scubrir t lec- al rt1stico e s aíses. espués e os e ajo blicaron arias velas 35 L fforgue, rge, id, . 0. 36Fuentes, arlos, id, . 4. 7 Alegría, er ando. a vela a ericana lo X, id, . 0. del tipo regionalista, criollista e indigenista. Destacaron entre otras: Raza de bronce, de Alcides Arguedas, en Bolivia, novela indianista o indigenista, La vorágine, de José Eusta- cío Rivera, en Colombia, novela de la selva, regional o crío !lista; Don Segundo Sombra, de Ricardo GÜiraldes, en la Ar- gentina, novela gauchesca; Doña Bárbara, de R6mulo Gallegos en Venezuela, novela regional de la tierra, del llano; Huasi- pungo de Jorge !caza, en Ecuador, novela indianista o indi- genista y El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegria, en el Pera, también novela indianista o indigenista. 38 Estas novelas son documentos de la cr6nica problemát~ ca latinoamericana: el hombre contra la naturaleza, el campo contra la ciudad, el latifundio contra la dictadura, el hom- bre nativo contra el extranjero. Son "dos principales na- cleos temáticos": el del "hombre-naturaleza" y el del hombre en el esquema repetitivo de sufrir las injusticias de los "explotadores" o del 11 explotador 11 • 19 El carácter documental 38véase Anderson Imbert, Enrique, Ibid; Henr1quez Ureña, Pe- dro, Las corrientes literarias ••• , !bid, Sánchez, Luis Al- berto. América: novela sin novelistas, Lima, Edit. Libr. - Peruana, 1933. El critico Luis Harss todav1a no habla de una "verdadera novela latinoamericana", escrita hasta 1920 y opina que "los años siguientes fueron más de promesa que de éxito". Harss, Luis, !bid, p. 15. 39 Loveluck, Juan. "Crisis y renovaci6n de la novela hispano- americana", en La novela hispanoamericana, Selec. Int. y n~ tas de ••• , Santiago de Chile, Edit. Universitaria, 3a. ed., 1969, p. 15. De manera semejante lo analiza Carlos Fuentes, encontrando tres factores arquet1picos: "la naturaleza devorada", el "dictador", "la masa explotada". La "tendencia documental y naturalista" tiene por supuesto su explicaci6n en "esa trama original de nuestra vida", añade Fuentes. Carlos Fuen tes, "La nueva novela latinoamericana" en Juan Loveluck, Ibid, p. 166. 72 se ha mante n ido en e l d e sarrollo de la novela. Actualmente, e n l a novela de la violencia no se cierra la visi6n poética e n e sta identifica ci6n, sino ella es el punto de arranque de la lucha inte r i or y e x terior del hombre políticamente más concientizado. En La vorágine la naturaleza se traga al hombre: "Los devor6 la selva 11 , 4 0 es la última frase del libro. En Rebe- li6n después, el hombre nace en un lugar aislado "entre las cuchillas de una cordillera desconocida y un río sin nombre fijo 11 , 41 pero de la naturaleza an6nima sale para enfrentarse a vivir toda la problemática compleja y a ctual de su país. El campo d e o pcraci6n de la novela antiimperialista en la América del Sur fue la mina y más adelante el petróleo. En Centroamérica se trata de la banana y del cacao. La nove la de la viole ncia no tiene un campo predilecto de la explo- taci6n. Su esfera es la totalidad del fenómeno del imperia- lismo y se conc entra e n las consecuencias, y reacciones en el hombre. En Doña Bárba ra las grandes dicotomías americanas de civilización y b a rbarie o d e cultura y primitivismo se con- trapo ne n: por un lado se encuentra "Mister Danger", el ex- 4 0R. ivera, p. 259. 41silva, José Eustasio. La vorág ine, Méx i co, U.N.A.M., 1972, Lincoln, Ibid, p. 9. 73 A axplo tada. Actualmente las fronteras ya no están divididas tan claramente. Adriano González León nos deja entrar en la rea lidad más compleja de Venezuela de hoy. El "Mister Danger" en País portátil se ha metido en las entrañas mismas de toda la gente en forma enajenante. El joven Andrés, hijo de una estirpe del campo milita en una organización de la guerrilla urbana para atacar al sistema imperialista con sus propios métodos. Tanto en Los de abajo como en La vorágine y en Doña Bárbara, la realidad es sumamente violenta. Los novelistas documentan la violencia, la fotografían y la denuncian. Ariel Dorfmann explica la esencia de esta violencia: "El én- fasis está puesto en los padecimientos, en el estado socioeconómico-legal que permitía ese despojo, en una naturaleza que se tragaba al hombre, quien aparece como un ser pasivo que recibe los golpes de las fuerzas sociales y naturales que se desencadenaban sobre ¿y La violencia es la esencia que oprime al hombre, lo degrada y lo aplasta. Se dirige desde arriba hacia abajo apareciendo como una con- dición a priori, de la cual no hay salida ni escape. En Do- ña Bárbara leemos: "jilanura venezolana! Propicia para el esfuerzo, como lo fué para la hazaña, tierra de horizontes abiertos, donde una raza buena, ama, sufre y espera... 1" Dorfmann, Ariel. Imaginación y violencia en América, Barce lona, Edit. Anagrama, 1970, p. 10. á ss ; Gallegos, Rómulo. Doña Bárbara, México, Fondo de Cultura Económica, 2a. ed. 1954, p. 326. 74 tranjero, el explotador y por el otro se halla la masa expl~ a. ctual ente s teras a o t n i i idas ente. driano onzález e6n os eja trar a d ás pleja e enezuela e oy. l ister anger" n a1s ortátil a etido s tr ñas is as e a ente n a ajenante. l en Andr~s, ijo e a ti e el po ilita a anizaci6n e ue ri la r ana ara t car l a perialista n s r pios m~todos. anto os e ajo o a rágine oña árbara, li ad s amente i lenta. os velistas entan i lencia, rafían uncian. riel orf a n plica ncia e sta i lencia: l ~n- sis stá uesto s a d e c i m i e n t o s, l t o i n6mico-legal e er itía se spojo, n na t raleza e ba l bre, ien arece o n r sivo e i e s lpes e s rzas ciales 42 aturales e e adenaban bre ~l". a i l ncia s ncia e ri e l bre, grada lasta. e iri e sde ri a acia ajo areci ndo o a n- i i6n riori, e al o ay li a i ape. n o- a árbara os: ¡Ll nura ezolana! ropicia ara l f erzo, o é ara azaña, rra e ri ontes . d d b f ... 43 i rtos, n e a a ena, a, re era •••• 42 f . 1 . "6 1 . > y expresa una profunda protesta social. En El señor presidente, el dictador con su función mágico-mítica personifica la omnipotencia demoniaca en la tierra, en un poderío tan perverso, que da una nueva dimen- sión a la figura del tirano en la América Latina. Lincoln Silva revela en Rebelión después, con el personaje del dicta dor, el Mbrubuvichá, cómo la sustancia mágica de la figura real del déspota hace tan imposible un ataque hacia él. Es- ta característica es en su esencia la misma que crea Astu- rias. En su ambiente "de miedo, delación y miseria que se vive bajo una dictadura latinoamericana" -El señor presiden- 56 te es una "novela de atmósfera". El fenómeno de la crea- ción de atmósferas sigue en la novela de la violencia. Lin- coln Silva crea esta visión en el descubrimiento del miste- Ocampo, Aurora M. "Un intento de aproximación al realismo mágico", en Manatí, año 1, núm. 2, México, 1974, p. 14. Brushwood, John S. "Miguel Angel Asturias entre sus contem poráneos", en La crítica de la novela contemporánea, Ibid, P. 161, 5Cocampo, Aurora, Ibid., p. 19. N- 56] 55 americanos empezaron a descubrir "este mundo mágico, este mundo maravilloso que es Iberoamérica, y se han visto oblig~ 54 os do n uaje e pa presar". rge l l o ágico". n ombres e a1z trelaza ica vanguardi~ n l ito ericano 1155 presa a r f nda r testa cial. n l or r sidente, l i t dor n H3n ágico-m!tica ersonifica nipotencia oniaca rra, n der1o rverso, ue a a eva i en- 6n ra el o mérica atina. i coln il a ela ebeli6n spués, n l rsonaje el i ta or, l brubuvichá, 6 o st ncia ágica e ra al el spota ce posible n ue acia l. s- racter!stica s ncia is a e rea stu- í s. n biente e iedo, l ci6n iseria e i e ajo a i t ura ino ericana" l or r si en- s a vela e 6sfera 11 • 6 l 6 eno e r a- i6n e 6sferas e vela e i lencia. in- ln il a r a sta i i6n l s bri iento el iste- 54o po, urora . n t to e i aci6n l l o ágico", anat1, o I, . , éxico, 74, . 4. r s od, hn s. iguel ngel sturias tre s t ro ráneos", a riti a e vela t poránea, Ibid~ p. 1. 56 ca po, ºd rora, 1 ., . • 79 rio en lo real y de lo real en el misterio º Miguel Angel Asturias mismo habla de su obra de " lite ratura de compromiso" definiendo la funci6n del escritor la- tinoamericano de ser "testigo", " acusador " y "protes tante" a la vez. El une la realidad perceptiva sensualmente con los conceptos lógicos de justicia que forman la visi6n imagina- ria de su mundo poético. 57 En este punto tambié n hay una clara influencia en la novela de la violencia. Otra novela interesante en la evoluci6n narrativa, viéndola en relaci6n con Rebeli6n despué s , es Hijo de hombre (1955) del paraguayo Augusto Roa Bastos . En la novela se ex presa la conciencia metafísica del círculo eterno de la rep~ tici6n de la misma fatalidad, pensamiento de los guaraníe s, 58 la poblaci6n indígena del Paraguay. La melancolía de los indios forma parte de la parábola bíblica de Ezequiel (XII) º La historia del Paraguay y de América "ha oscilado sin des- canso entre la rebeldía y la opresi6n, entre el oprobio de sus escarnecedores y la profecía de sus mártires ••• 11 , 59 dice Roa Bastos en Hijo de hombre. El símbolo de la esperanza, el Hijo de Hombre es a la vez símbolo del sufrimiento: "Alg~ 57Lorenz, Günter w. Die zeit enossische Literatur in Latein- amerika (La literatura contempor nea en la Ameri c a Latina), TUbingen und Basel, Horst Erdmann Verlag, 1971, p. 73. 58Lorenz, Günter W. ha examinado la influencia del ambiente y las categorías de pensar de los guaraníes en la obra de Roa Bastos; véa se: Die zeitgenossische Literatur ••. , Ibid, pp. 107-110. 59 Roa Bastos, Augusto. Hijo de hombre, Buenos Aires, Edit. Losada, p. 281. 80 na salida debe haber en este monstruoso contrasentido del hombre crucificado por el hombre. Porque de lo contrario se ria el caso de pensar que la raza humana está maldita para siempre, que e s t o es el infierno y que no podemos espe- rar salvaci6n. Debe haber una salida, porque de lo contra- rio .•• "6º El suicidio es la dnica respuesta 16gica; es vio- lencia autodestructiva. La novela Rebeli6n despu~s de Lincoln Silva, paisano joven de Augusto Roa Bastos, entra -aunque de manera mucho más elemental- en el mismo simbolismo del protagonista cen- tral: Lázaro es esperanza y v íctima en el sufrimiento, car- gando el destino del Paraguay y de la Am~rica Latina en sus hombros. Lo torturan y lo matan como crucificándolo. La es peranza sí existe pero se trasciende a un futuro inseguro. Hijo de hombre pertenece en su forma poético-estilís- tica y en las dimensiones metafisicas-especulativas al rea- lismo mágico. En la estructura temporal-espacial y en la apertura de la perspectiva ya va hacia la forma multidimen- sional de narrar de la " nueva novela 11 • 61 La misma observa- ci6n podemos hacer acerca de Rebeli6n despu~s, solamente que la novela es muy elemental en toda su estructura y se concen tra en lo más simb6licamente necesario. 60 Roa Bastos, Augus to, Ibid, p . 2 80. 6lc .., .. ompctrese Gunter W. Lorenz, Ibid, pp . 10 9-110. 81 A la segunda promoci6n de la novela moderna latinoame ricana pertenecen entre otros Ernesto Sábato, Julio Cortázar 62 y Juan Rulfo. Ellos siguen el camino renovador iniciado por los mae stros anteriores absorbiendo además marcadamente la influencia de escritores extranjeros, como Faulkner, Proust, Joyce, Musil, Sartre o Dos Passos. 63 La obra de Juan Rulfo se ubica dentro del realismo má gico. La forma de su novela Pedro Páramo es breve y caneen- trada con su impacto del lenguaje poético, del tiempo líber~ d o con las voces del pasado da la visi6n "de una cultura muerta" y a la vez de "una cultura de la muerte 11 • 64 El tiem po parece ser estático. Esta atm6sfera de la muerte respecto a toda una cult~ r a está presente en la novela de la violencia. Lincoln Sil- v a la crea con sus "cementerios", que han reemplazado a los pueblos vivos, Eduardo Gudiño Kieffer la crea en la repre- si6n de la sociedad como una especie de muerte cultural y Luis Britto García con la venta total del país al extranjero que indica lo irracional de esta economía. Al mismo tiempo dan un paso adelante en la aparici6n de contra-poderes que quieren romper con lo est5tico y con lo muerto. 62 Rodríguez Monegal, Emir. "Los nuevo s novelistas", !bid, p. 104. 63véa s e Emir Rodríguez Monegal, " Los nuevos novelistas", !bid, p. 104. 64Jill Levine, Suzanne. "Ped ro Pá ramo y Cien años de soledad; un parale lo", e n La novela latinoamericana, México, Revis- ta d e la Universidad de M~xico, vol. XXV, núm. 6, feb., 1971, p. 21. 82 En la Argentina son Ernesto Sábato y Julio Cortázar -los grandes antagonistas de Borges- quienes introducen nue- vos conceptos literarios al continente latinoamericano. Con El túnel (1948), de Ernesto Sábato se traspasa la angustia moderna europea del existencialismo a la Am~rica Latina. La incomunicación, la incapacidad de construir un puente entre el pensamiento especulativo e intelectual (herencia europea) y la vida irracional y misteriosa (herencia americana), es un tema que vive más tarde en Rayuela de Cortázar y en Para comerte mejor de Eduardo Gudiño Kieffer. Las dos esferas de influencia en el mestizaje buscan su dominación y su comuni- caci6n. En Sobre h~roes y tumbas (1961), Sábato intenta supe- rar el caos interior que va conforme con el mundo ca6tico ex terior. Los episodios políticos, hist6ricos y sociológicos en forma de ensayo o de investigaciones científicas que con- tinuamente interrumpen los acontecimientos, la multiplicidad de puntos de vista narrativos y de tiempos en los varios ni- veles po~ticos abren la novela profundamente en el sentido moderno en el cual se reconoce como iniciador a Cortázar. La conciencia americana de Sábato, la búsqueda de al- go absoluto encima de los h~roes y tumbas de la realidad ar- gentina en una capital enajenante o en el infierno interior del hombre, expresa as1 un compromiso humano, individual y social a la vez: "Y pienso si no será siempre as!, que el ar 83 te de nuestro tiempo, ese arte tenso y desgarrado, nazca in- variablemente de nuestro desajuste, de nuestra ansiedad y nuestro descontento. Una especie de intento de reconcilia- ci6n con el universo de esa raza de frágiles, inquietas y an helantes criaturas que son los seres humanos 11 • 65 Luego es Cortázar el que introduce una concepci6n ra- dical de varios aspectos en la estructura de la novela. Di- ce Ivan A. Schulmann: " ••• varios de los centros urbanos ame- ricanos han alcanzado la madurez y el desarrollo culturales suficientes para desempeñar un papel creador en un plano un~ versal. Esta posici6n cosmopolita es la de Julio Cortázar". 66 Con Rayuela publicada en 1963 empieza la búsqueda de la "nueva novela" admitiendo una realidad ca6tica, polifacética y caleidosc6pica que exige una nueva forma de expresi6n, un nuevo protagonista y un nuevo lector que se vuelva "c6mpli- 67 ce" del autor, creando con ~l y recreando la novela. ~ Para lograr que el lector participe más en los probl~ mas planteados por el autor, es necesario emplear la palabra en un sentido nuevo. Palabras de clis~, novelas de formas congeladas ya no sirven. Carlos Fuentes ve el prop6sito de Cortázar en "agotar todas las formulaciones posibles de un 65sábato, Ernesto. Sobre héroes y tumbas, Buenos Aires, Edit. Sudamericana, 1974, 15a. ed., p. 468. 66schulmann, Ivan A. "La novela hispanoamericana", I b id, p. 27. 67cortázar, Julio. Rayuela , Buenos Aires, Edit. Sudamerica- na, 1963, p. 454. 84 libro imposible 11 • 68 La realidad creada es una visi6n del mundo en la cual existen simultáneamente lo real y lo irreal, lo e spiritual y lo material, lo auténtico y lo mimético en una sintesis. totalizadora. Para captar y unir los varios ni veles de la realidad en la visión poética de la novela, el autor tiene que destruir todas las formas tradicionales, sea el orden cronológico de capitulas, de frases, palabras y le- tras y el desarrollo dramático en la linea argumental. Lo que pone en su lugar es una creación intrinseca a las técni- cas, aparte de las literarias, tomadas de la música, de la danza, del cine y de la pintura; las mezcla con citas y alu- siones a otros escritores o filósofos y repite todo en forma de espejismo. Además transforma lo escrito con humor, con irania y con critica cuestionando la novela misma. El lector tiene que entregarse intuitivamente con to- do su ser sin saber a qué lo lleva la búsqueda metafisica en una realidad infinita. No ha y garantia para nada. La única certidumbre es la angustia, la enajenación y el aislamiento del hombre. La nueva novela llega como el nouveau roman fran cés a la antinovela, que es autonegaci6n al rebelarse "con- tra una forma de narrar que corresponde a una falsa concep- ci6n de la realidad" y "contra un lenguaje que masticado y rumiado hasta la excrecencia termina por desvirtuar la expr~ 68 Fuentes, Carlos. Da nueva novela hispanoamericana, Ibid. p . 69. 85 º6 l º t . n 69 si n 1 eraria • Se pone en duda entonces tanto la situaci6n del hom- bre como la estructura de la novela en su forma, en su cante nido y en su lenguaje. ¿Crisis de la novela o muerte de la novela? Enrique Anderson Imbert sostiene el punto de vista de que "la novela cambia de formas pero no las pierde". 7º Forma y contenido se asumen mutuamente. Con la nueva novela los escritores latinoamericanos se han vuelto "contemporáneos" en un sentido universal. Sus obras se han traducido a varios idiomas y se leen en todas partes. Jean Franco habla de una "hermandad universal" lo- g r ada a base d e la "experimentaci6n con el lenguaje y la fo.E_ ma" y de un "nuevo cosmopolit i smo" enfocado en la "preocupa- c i6n por el subconsciente y por ciertas experiencias radica- 1 11 71 es • Empez6 un boom de la novela latinoamericana, un "fe n6 meno d e i n t e rnacionalizaci6n 11 • 72 Entre los autores del boom s e configuran sobre todo los novelistas que se citan en t re la tercera promoci6n de la novela moderna: José Donoso, Ca rlos Fuentes, Ga briel García M&rquez, Guillermo Cabrera In 73 fante y Mario Varga s Llosa . 69Alegrí a , Fernando. "Antiliteratura", en César Fernández Mo reno, América Latina en su litera t ura, Coord. e intr. por- ••• , M ~ x ico, Sig lo XXI, 1972, p . 24 5. 70Anderson Imbert, Enrique. "Fo rmas en la novela contemporá- nea ", e n Juan Loveluck, Ibid, p . 21 4 . 71 Fr anco , J e an. La cultura moderna e n Am ~ ric a La tina, México, Edi t. Joaquín Morti z , 1 97 1 , pp . 202 - 203 . 720 J ~ . . onoso , ose . Hi stor i a oersona l de l "boom", Barce lona , Edi t. Anag r ama , 1 9 72 , p: 1 9 . 73 Rod r ígue z Monega l, Emir . . " Los nuevos noveli stas ", I bid , p . 105 . 86 Carlos Fuentes expresa en la novela La muerte de Ar- temio Cruz (1962), su critica y su resignaci6n de la histo- ria mexicana postrevolucionaria. El busca una "nueva sensi- bilidad" en la integraci6n de la estructura con el conteni- do. La realidad del hombre en la nueva novela es dialéctica. Los personas son "seres humanos complejos y ambiguos", 74 con cepto que se manifiesta determinantemente en el "yo", en el "tti" y en el "~l" de Artemio Cruz. Tanto Silva, como Britto Garcia y Gudiño Kief fer usan los diferentes pronombres pers~ nales para abarcar las variadas posibilidades que ofrece es- te acercamiento al protagonista. La gran obra Cien años de soledad (1967) de Gabriel Garcia Márquez sintetiza en cierta forma, la visi6n critica con la visi6n mágica. En Macando, lugar imaginario en Sud- am~rica, se vive dinámicamente el proceso ciclico y circular de la vida en una eternidad que es inm6vil y retornante a la vez, caracteristica del realismo mágico. El personaje sufre la soledad y la angustia moderna, caracteristica del realis- 1;10 critico. La historia de Macando, "olvidado hasta por los pájaros" 75 incluye en su cr6nica la irrealidad, las imagina- cienes, las locuras, los miedos, sueños y deseos de sus habi tantes. Se abren los mitos, la magia y los fantasmas que 74 Rodriguez Monegal, Emir. "La nueva novela latinoamericana", Ibid, p. 338. 75 Garc1a Márquez, Gabriel. Cien años de soledad, Buenos Ai - res, Edit. Sudamericana, 1969, p . 340. 87 A mm a rio. La gracia de Cien años de soledad "estriba precisamen- te en contemplar lo maravilloso como parte de lo cotidiano, sin solemmidad”, ?* A la anciana Pilar Ternera no le extraña ningún acon tecimiento. Ella sabe que la historia de la familia Buendía es "un engranaje de repeticiones irreparables, una rueda gi- ratoria que hubiera seguido dando vuelta hasta la eternidad de no haber sido por el desgaste progresivo e irremediable del ejer.?? El tiempo se puede detener, se puede extender, se puede borrar y se puede volver eterno; se deja limitar, se deja confundir con otras épocas, pero en última instancia "el tiempo estaba dando vueltas en redondo". /* El concepto temporal es liberado dentro de su única guía de la eternidad. A esta especie de coexistencia de todos los tiempos en forma multiplicadora del espejismo corresponden la simultaneidad y la repetición de los sentimientos, de las actitudes y los he chos y de las preocupaciones del hombre. Con ironía y con burla la visión total de la novela llega a un nuevo concepto de conciencia y de crítica en una creación que es antes de todo expresión literario-poética. ocampo, Aurora M., Ibid, p. 20. IIGarcía Márquez, Gabriel. Cien años de soledad, Ibid, p. 334 garcía Márquez, Gabriel. Cien añoS..., Ibid, p. 192. 88 forman parte de la realidad. No hay justificación del mist~ i . a racia e ien os e l ad striba r i en- t plar aravi loso rno arte e ti iano, i rnnidad". 76 ciana ilar ernera o tr ña i gún aco~ rniento. la e ue istoria e ilia uendfa s n granaje e eti i nes arables, a da i- t ria e biera uido do uelta asta i ad e o aber o or l sgaste r gresivo re ediable el . " 77 J • l ie po ede etener, e ede t nder, e ede o rar e ede lver t r o; eja itar, e eja nfundir n tras ~pocas, ero l a t ncia l e po t ba ndo eltas n ndo" 78 l ncepto poral s o entro e ica 1a e i ad. sta ecie e existencia e os s e pos a ultipli adora el eji o nden ult neidad etici6n e s ti ientos, e s ti es s h~ os e s cupaciones el bre º on 1a n rla i i6n tal e vela a n evo ncepto e nciencia e rf ti a n na ci6n ue s tes e o presi6n literario-po~tica. 76ocampo, urora ., id, . 0. 77 arc1a árquez, abriel. ien os e l dad, id, . 34 78 Garcfa árquez, abriel. ien s ••• , id, . 2. 2 García Márquez logró la síntesis americana en la "realidad irreal", Mario Vargas Llosa la ha buscado en la "realidad verbal", como él mismo formula el resultado del proceso creativo. /? Las estructuras complicadas en sus últi nas novelas, sobre todo en Conversación en la catedral, son muy pretenciosas requiriendo al "lector-cómplice" de Cortá- zar, que está dispuesto a descifrar y a recrear los experi” mentos brillantes de la forma. Más hacia la investigación linguística que formal, tiende la novela Tres tristes tigres de G. Cabrera Infante. El lenguaje mismo es el tema donde realmente ocurre la novela. La nueva novela abrió toda la pluralidad interna del continente latinoamericano sintetizando literariamente la tradición mítico-mágica con la tradición intelectual-1lógica. Artísticamente ha logrado un nivel universal en su estructu- ra que agota todas las aperturas de la novela. El efecto re cíproco entre la novela y la realidad sociológica de perspec tivas muy variables. Los autores de la nueva novela tienen conciencia profunda de la situación del hombre como ser uni- versal y manifiestan estilística, técnica y temáticamente la madurez literaria de la América Latina. Lo que no se ha tomado en cuenta es la aparición de nuevos fenómenos reales en la identificación de la América A purenz; Gúnter W., Ibid, p. 197. 89 Como Garc1~ árquez r6 tesis ericana n li ad al ", ario argas losa a scado li ad rbal", o l is o ula l lt do el t . 79 ceso a ivo , as t cturas plicadas s lti ~as ovelas, bre o n onversaci6n n tedral, n uy r t ciosas iri do l 6 plice" e ortá- ar, e stá i uesto escifrar rear s peri- entas ril tes e a. M~s acia esti aci6n üística e al, e vela res t s res e . abrera fante. l uaje is o s l a nde ente u re vela. a eva vela ri6 a l rali ad t r a el nti ente atino ericano do tera ia ente i i6n iti - ágica n i i6n l ctual-16gica. rtí ente a r do n i el iversal t ctu- e ora 0 as s erturas e vela. l cto í r co tre vela li ad soc iol 6 ~ica e perspe~ as uy ariables. o s t res e eva vela en ncienci a r f nda e ci6n el bre o r ni- ersal anifiestan stilística, ica áti ente adurez ria e mérica atina. o e o a ado n enta s arici6n e evos 6 enos les n ti ci6n e mérica 79 _ .. Lo z , unter ., id, . 7. " apo liticismo" en la narrativa de autores como Cortázar, García Márquez o Vargas Llosa; ellos sí expresan la alienación del hombre, pero no la basan en la crisis social actual. 90 2. EL DESARROLLO Y LAS CARACTERISTICAS DE LA NOVELA DE LA VIOLENCIA a) La novela de la violencia en la joven literatura latinoamericana Mientras que los escritores de la nueva novela logra ban su madurez narrativa abriendo las puertas europeas y nor teamericanas a la literatura de este continente, ya empeza- ban a surgir las voces de los escritores jóvenes. Ellos han aprendido mucho -tanto de los maestros de principios de si- glo como de los grandes escritores de la novela moderna "de creación"- pero con la sensibilidad del discípulo crítico se dan cuenta de las limitaciones de lo que se escribió. Los escritores jóvenes no quieren ser una especie de posdata del boom latinoamericano, sino buscan su propia expresión litera- ria que actualmente ya marca nuevas tendencias. Además ellos viven toda la problemática de la lucha entre varias fuerzas en sus países; sin pertenecer al aparato gubernamental por lo menos en esta primera fase. En México, por ejemplo, tra- alegría, Fernando. Literatura y revolución, México, Fondo de Cultura Económica, 1971, p. 23 (Col. Popular 100). 90 Latina con el Tercer Mundo. Fernando Alegria habla del "ap~ liticis o" rrativa e tores o ortázar, arcia árquez argas losa; ll s 1 presan ci6n el 80 bre, ero o san risis cial tual. . RO LO S RACTERISTICAS E VELA E I ENCIA ) a vela e i l ncia j en t ra ino ericana ientras e s crit res e eva vela logr~ an adurez rrativa ri do s ertas r peas E ericanas t t ra e ste ntinente, a peza- an rgir s ces e s crit res 6 enes. llos an r dido ucho to e s aestros e ri cipios e i- l o e s r ndes rit res e vela oderna e ci6n"- ero n sibili ad el i i ulo riti o an enta e s i it i nes e e cribi6. os crit res 6 enes o ieren r a ecie e sdata el in ericano, o scan r pia presi6n ra- ue t l ente a arca evas encias. demás ll s i en a r ble ática e ha tre arias rzas s afses; i ert necer l arato ernamental or enos sta ri era se. n éxico, or plo, - 80Alegr1a, ernando. i atura y oluci6n, éxico, oado e ultura con6mica , 71, . 3 ol. opular 0). bajaron o trabajan para el gobierno escritores como Agustfn Yáñez, Octavio Paz, Carlos Fuentes y Juan Rulfo. Como factores determinantes en la "novfsima" narrati va de la Am~rica Hispana, Miguel Donoso Pareja, escritor y crftico ecuatoriano enumera los siguientes: l. "Crisis de la oligarqufa exportadora y toma de i~ portancia de las burguesfas urbanas y las clases medias; 2. localizaci6n de la superestructura artística en la infraestructura más desarrollada; 3. superaci6n de etapas por parte de la literatura en relaci6n con los aspectos menos desarrollados de nuestros paises; 4. y las alianzas de grupos y fuerzas sociales ínter nas en funci6n del desarrollo nacional ••• , 5. la visi6n planetaria -homogeneizadora y hetero- geneizadora a la vez- del mundo actual 11 • 81 En estos aspectos se apoya el punto de vista que tomamos respecto al cambio de la conciencia en los pafses latinoame- ricanos, en donde se ve claramente la vinculaci6n del escri- tor joven con el contexto real de su pafs y del mundo. Al mismo tiempo el escritor como artista está influido y forma parte de los movimientos espirituales que se alimentan mutua 810 p . . 1 onoso areJa, Migue • mo I, Antología, Sel., tas, 1972, p. 19. Prosa joven de Am~rica Hispana, To- Int. de ••• , México, Edit. Sepseten- 91 A lar la relación imperativa entre el hombre y los "c o n- textos”, com Jean Paul Sartre llama todas las circuns- tancias en las cuales se encuentra el hombre en su medio-am- biente. ** "¿Dónde vive, palpita, resuella, sangra, gime, cla ma la época tremebunda, hecha de contextos, que es la nues- tra?" se pregunta Alejo Carpentier. ?> Los novelistas de la novela regional se preocupaban por los problemas sociales en los cuales el hombre se veía situado, enfocando de esta manera el tema de la novela por el "estar" del ser humano. Los escritores de la nueva nove- la se han fijado principalmente en el "ser" del hombre. De acuerdo con Miguel Donoso Pareja los novísimos escritores hispanoamericanos están vinculando "los problemas existencia les con los sociológicos"** uniendo entonces la preocupación por el "ser" con el "estar” del individuo, en búsqueda de la trascendencia. Podemos concluir por lo tanto que la novela joven está sintetizando estos dos aspectos y profundizando en el "yo" del hombre como individuo pero inseparablemente ligado con su contexto social. e idea de Sartre respecto a la vinculación escritor=-con- texto real se desarrolla en el capítulo siguiente. "Carpentier, Alejo. Tientos y diferencias, Montevideo, Arca Edit., 1967, pp. 21-22, Donoso Pareja, Miguel, Ibid, p. 23. 84 92 mente con los cambios sociales. En la novela de la violencia tiene evidencia partic~ r i6n perativa tre l bre s e - tos", rno an aul artre a a as s i ns- cias s ales e cuentra l bre rnedio-arn- iente. 82 6nde ive, alpita, suella, gra, i e, el~ rna ~poca re ebunda, cha e ntextos, ue s ues- ?" e r unta lejo arpentier. 83 os velistas e vela i nal paban or s l as ciales s ales l bre e efa do, f cando e sta anera l rna e vela or l star" el r ano. os rit res e eva ve- an o r i l ente n l er" el bre. e erdo n iguel onoso areja s 1sirnos crit res i a ericanos t n i l ndo l s l as existenci~ s n s i l6gicos" 84 i ndo t nces cupaci6n or l er" n l star" el i iduo, tisqueda e dencia. ernos ncluir or to e vela en stá do st s os ectos dizando l o" el bre rno i i uo ero r l ente o n ntexto cial. 82La a e artre ecto i culaci6n critor n- to al e sa rolla l pitulo iente. 83carpentier, lejo. ientos i r ncias, ontevideo, rca dit., 67, p. - 2. 4 onoso areja, iguel, ! id, . 3. Otra caracter!stica de la narrativa actual es la de 85 ser "preponderantemente urbana". La transformaci6n de la novela temáticamente basada en el ambiente campesino a la no vela que se ocupa de los temas de las zonas urbanas, sucedi6 en consecuencia del crecimiento de las grandes ciudades como M€xico, Caracas o Buenos Aires, donde se ha concentrado la vida pol1tica y cultural de los pa!ses y donde surgen por su puesto los problemas y conflictos del hombre moderno. En la novela de la violencia las capitales son con preferencia el centro de la atenci6n, porque representan el poder imperia- lista más evidentemente que otras ciudades y atraen las mani festaciones de la contra-violencia con acentuado inter~s. La búsqueda de "una identidad nacional pero dentro de una trascendencia planetaria1186 es un aspecto de plantear la necesidad de la individuaci6n en la identificaci6n hom- bre-pa1s, en un mundo cada d1a más amenazante en su proceso tecnol6gico y burocrático en favor de otros paises. A la vez l a preocupaci6n de l escritor está conectada con los acon tecimie ntos a n i ve l mundial. Si el escritor no se encierra en el individualismo, surge la "necesida d básica de integraci6n dentro del mundo atomizado y búsque da de una idea definitivamente planeta- 85 oonoso Pareja, Miguel, Ibid, p. 39. 86 oonoso Parej a, Miguel, Ibid, p. 39. 93 ria 11 • 87 Esta caracter1st i ca demuestra que el escritor joven se aleja de la búsqueda puramente metaf1sica de algo absolu- to, como lo persigui6 Oliveira en Rayuela. Sobre todo en la novela de la violencia se está anunciando un cambio: ya no se trata de buscar lo inalcanzable en un "kibbutz del deseo" o en el "esp1ritu del Zen", sino de situarse dentro de moví- mientas universales reales. La influencia obvia de ideas de la "nueva izquierda" abri6 la visi6n del escritor con respe~ to a la relaci6n entre la liberaci6n de todos los hombres y el individuo o del encarcelamiento entre todos y uno. En la "Construcci6n de las contraideolog1as del con- trapoder 1188 se concentra el punto esencial de un ir adelante del escritor en direcci6n de las nuevas realidades en la Amé rica Latina como parte del Tercer Mundo. Tomando en cuenta que "la novela es, de todas las artes la más estrechamente vinculada a la vida social del ambiente en que se escribe y la que más fielmente retrata la moral que lo rige 11 , 89 no nos sorprende la aparici6n de los nuevos valores en la novela ac tual. Estos aspectos unidos a la "elaboraci6n de los simbo- los de identificaci6n nacional y de legitimidad institucio- 90 nal", son los puntos clave que marcan la novela de la vio- 87 Donoso Pareja, Miguel, Ibid. p. 39. 88Donoso Pareja, Miguel, Ibid, p. 39. 89González, Manuel Pedro. "La novela hispanoamericana en el contexto de la internacional", en Varios, Coloquio sobre la novela hispanoamericana, Ibid, p. 48. 90Donoso Pareja, Miguel, Ibid. p . 38. 94 lencia dentro de la nov1sima narrativa actual. Se podr1a decir, que la nov1sima novela en gran par- te es novela de la violencia, porque la violencia palpita en cualquier página que se escribe en la Am~rica Latina.: ya sea en la explotaci6n sexual en un cuento del joven escritor En- rique Jaramillo Levi o en la enajenaci6n por el cine como en la novela La traici6n de Rita Hayworth, de Manuel Puig. Sin embargo, entendemos por novela de la violencia cuando las c~ racter1sticas mencionadas incluyen en sí la contra-violencia, formando juntos una parte esencial en la estructura de la no vela. Novelas que están penetradas por la violencia en su problemática actual, aGn de manera muy distinta, son por ejemplo: Los hombres de a caballo de David Viñas, publicada en 1968. Trágame tierra de Lizandro Chávez Alfara, publicada en 1969. Pa1s portátil de Adriano González Le6n, publicada en 1969. Vela de armas de Lu.is Britto García, publicada en 1970 y El r1o del este de Fernando Caballero, publicada en 1971. Jl.c.tualmente se nota menos "la vaga espera de un suc~ so mesiánico, apocal1ptico, cuya ausencia parece justificar 1 . . . ~ " 91 . d 1 . cua quier 1nacc1un , actitu que A eJO Carpentier atribuye 91 carpentier, Alejo, Ibid, p. 78. 95 a la novelística de principio de este siglo. En cambio, la ideologizaci6n primordialmente marxista y la responsabiliza- ci6n del hombre han provocado acciones y actividades que no pasan inadvertidas en la novela de la violencia. La característica de la novísima novela de la "paul~ tina proletarizaci6n de quienes la hacen" 92 y la hip6tesis de que "sus necesidades reales -de los escritores- se aprox~ men (no que sean exactas ni mucho menos) a las del proleta- riado11, 93 parece ser un lento pero importante proceso. Los tirajes de una novela escrita por un autor joven son de 3000 ejemplares en general. El escritor trabaja en otras ramas alrededor del periodismo, del cine, de los medios de comuni- caci6n o de las universidades. En sus oficios el autor es 16gicamente participante del proceso de la explotaci6n en el trabajo, tema que empieza a entrar en la narrativa actual. La observaci6n de Donoso Pareja sobre la vinculaci6n del motivo central, la bGsqueda del hombre por una identidad en un mundo desintegrante "a otras posibilidades concretas que son determinadas por el contexto hist6rico-social 11 , 94 d~ muestra que esta tendencia marca determinantemente la litera tura joven latinoamericana y se comprueba con vigor en su co 92 oonoso Pareja, Miguel, Ibid, p. 39. 93oonoso Pareja, Miguel, Ibid, p. 35. 94oonoso Pareja, Miguel, Ibid, Tomo II, p. 15. 96 rriente de la novela de la violencia. Vamos a definir corno novela de la violencia aquella novela actual que está pene- trada por la violencia y la contra-violencia en su esencia literaria. Esta definici6n incluye la identificaci6n irnpe- rialismo-estado-violencia-terror por un lado y por el otro enajenaci6n-toma de conciencia-identificaci6n con el Tercer Mundo-signo3 de contra-violencia-terrorismo. Art1sticarnente se crean atrn6sferas de esta situaci6n total en la cual el es critor-narrador-personaje da un testimonio personal creando en la estructura, en el lenguaje y en la temática y la trama una visi6n novelista revolucionaria de nuestra realidad. Es ta identif icaci6n de varias novelas actuales no se ha tomado en cuenta ni en el estudio de Donoso Pareja ni en otras pu- blicaciones sobre narrativa joven. b) La novela de la violencia, expresi6n de la realidad pol!tico-social Sobre la vinculaci6n literatura-realidad existen tan tos puntos de vista como autores que han opinado sobre este problema tan complejo. No cabe duda que "la novela aspira a reflejar la vida lo rn~s p e r f e c t a m e n t e posible; no, desde luego, lo más exactamente posible". 95 Desde luego la novela como g~nero literario es muy suscepti- 95 Amor6s, Andr~s. Introducci6n a la novela contemporánea, Ma drid, Edic. Anaya, 1971, p. 239. 97 ble de convertir la obrá de arte en un campo de manifestacio nes q·.i:= r·e-:tenecen originalmente a las ciencias sociales. Georg Lucacs dirigió en contra del arte "unidimensional" que confunde un estudio sociológico con la creación art1stica o convierte medios art1sticos y técnicos en el objetivo absol~ to. 96 El segundo punto es igualmente ac t ua l por las tenden- cias de la lingü1stica de usurpar la literatura. También Karl Marx 3 8 opuso a la reducción del arte que lo valora ba- jo aspectos ideológicos u otros ajenos a é1. 97 La novela es como obra de arte una "esfera autónoma " 98 cayo "único crite- r io def initivo es la calidad". 99 Sin embargo, como el arte es propio del hombre y el hombre está determinado por los "contextos ", su creac ión con secuentemente tiene su autonom1a s6lo "p o r, e n y a trav és de su condicionamiento social".lOO En el hom- bre esto no significa lirnitaci6n sino punto de partida en el sentido sartreano. Tampoco en el arte se reducen las posib~ l idades poéticas, solamente es la base de la cual parte la es tética, dialécticamente uniendo los dos conceptos. 96Lukacs, Georg. "Realismo ¿Experiencia socialista o natura lismo burocrático?", en Varios. Realismo ¿Mito, doctrina o tendencia histórica?, Buenos Aires, Edit o Tiempo contem poráneo, 1969, p. 7, p. 17. - 97véa se Sánchez Vásquez Adolfo. Las ideas estéticas de Marx, México, Edic. Era, 1965, pp. 96-97. 98 sánchez Vásquez, Adolfo, Ibid, p. 9 7 . 99 Amor.Ss, Andrés, Ibid, p. 224. lOOSánchez Vásquez, Ibid, p. 96. 98 El critico Emir Rodríguez Monegal previene contra la dependencia de "abstracciones ideol6gicas" (generalmente eu- ropeas) que deforman la realidad. El proclama que la visi6n poética esté "enraizada en la circunstancia política, social y econ6rnica" pero al mismo tiempo critica la subordinaci6n 1 . . h . 11 101 1terar1a acia e a. Actualmente en la América Latina este asunto es un terna muy discutido. Sartre provoc6 e influy6 determinante- mente a varios escritores cuando él no solamente defendi6 la "idea del compromiso o de responsabilidad del escritor con sus contemporáneos", sino también afirrn6 "que.el creador li- terario debe escribir participando en los debates sociales y poltticos de su tiernpo". 1º2 Sartre exige en forma irnperati- va la actividad del escritor con el fin de la responsabiliz~ ci6n y concientizaci6n de sus lectores. Desde otro ángulo, Osear Collazos insiste en que ac- tualrnente "no podernos seguir permitiéndonos la vieja liber- tad de escindir al escritor entre ese ser atormentado y mil~ groso que crea y el hombre que ingenua o perversamente está dándole la raz6n al lobo". 1º3 Tal vez se exagera la efica- cia de la literatura en su funci6n de ayudar a provocar carn- lOlRodr.1'.guez Monegal, Emir. "Un juego de espejos enfrenta- dos", en Juan Loveluck, Ibid, p. 116. 102sartre, Jean Paul, citado en Andrés Arnor6s, Ibid, pp. 248- 249. 103collazos, Osear. "Encrucijada del lenguaje", en Osear Co- llazos, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa. Literatura en la revoluci6n y revoluci6n en la literatura, M€xico, Siglo XXI, 1970, p. 37. 9 9 través del ensayo, de la documentación o de artículos, que son medios más adecuados científicamente. Quizás somos tes- tigos de un cambio: en la novela de la violencia hay rasgos de una integración Íntima de las ciencias sociales y de sus formas de expresión en el grado que ellas parecen someterse a la literatura y no al revés. Además han avanzado tanto las ciencias sociales, sea la psicología, la sociología o la politología, que son actualmente parte de la formación y de la conciencia del hombre. Negar su presencia en el arte es negar la realidad. Sin duda, escribir significa transformar el mundo a través del lenguaje y sin duda es difícil, no resulta lícito imaginarse un ser humano que vive rodeado de un caos de vio- lencia e injusticia que se siente tranquilamente con la preo cupación única por el juego estilístico, el cual solamente entenderán unos pocos artistas e intelectuales. Esta acti- tud además de evasiva resulta incongruente en la relación hu mana. Sin embargo, la obligación de tomar parte activa ex- clusivamente en los acontecimientos concretos, limita al es- critor y a la creación literaria poniéndolos en forme subor- dinada en el ministerio de algo que es otra cosa. Cortázar se basa dentro de la auténtica realidad del Tercer Mundo en su contexto sociohistórico y político en la 100 bios reales. Si el escritor anhela esto, puede realizarlo a trav~s el sayo, e entaci6n e rt los, e n edios ás cuados i t íf ente. uizás os s- s e n bio: vela e i l ncia ay os e na r ci6n í a e s cias ciales e s as e presi6n l r do e ll s r cen eterse t ra o l rev~s. demás an zado to s cias ciales, a a i logía , i logía lit logía, e n t al ente rce e rnaci6n e nciencia el bre. egar r sencia n l rte s gar li ad. in da, cribir ifica s for ar l undo és el uaje i da s if ícil, o ulta it aginarse n r ano ue i e eado e n os e i o - cia j sticia e te a il ente n a p re~ aci6n ica or l go stilí s tico, l a l l a ente t derán os cos t &s l ctuales. sta cti- d ás e asiva ulta gruente n l i n u ana. in bargo, li aci6n e rnar arte ti a - si ente s nteci ientos ncretos, ita l s - rit r ción ria po ni ~ ndolo s rn u or- i ada l inisterio e l o e s tra sa. ortázar asa ntro e a téntica li ad el ercer undo n ntexto ci hist6rico olítico "responsabilidad moral" y "personal" del escritor, 104 punto de vista que es compartido por varios escritores j6venes. 105 Por supuesto, esta identificaci6n individual no significa permanecer en la vida interior sino encontrar la manera de hallar en la realidad personal lo objetivo: sea en la impre- si6n de un paisaje, en un diálogo amoroso, en una situaci6n de !ndole violenta o en una fantas!a. Angel Rama dice, que la objetivaci6n del escritor es " .•• el ajuste germinal que se produce entre su vivencia obs~ siva y una estructura que pueden compartir otros hombres". 1º6 El no valoriza la elecci6n temática sino insiste en el enrai zamiento de lo más particular en la realidad social def ini~n dola y descubri~ndola. 107 Fue necesario aclarar un poco la relaci6n realidad- ficci6n, porque la novela de la violencia nos ofrece la vi- si6n real en un momento hist6rico de transformaci6n de los pueblos del Tercer Mundo. Se podr!a clasificar como "litera tura comprometida", "literatura de combate" o "literatura so cial". 1º4cortázar, Julio. "Literatura en la revoluci6n y revolu- ci6n en la literatura", en Osear Collazos, Ibid, pp. 55-56. 1º5Mesa Redonda. Literatura y realidad en Arn~rica Latina; Hernán Lavfn Cerda, Chile; Enrique Jaramillo Levi, Panamá; Ricardo Fret~, Argentina; Vladimiro Rivas Iturralde, Ecua dor; Instituto Goethe, M~xico, 3 de julio de 1975. - 106 Rama, Angel. Problemas para el narrador latinoamericano, Caracas, S!ntesis Dosmil, 1972, p. 65. 107 Rama, Angel, Ibid, pp. 63-69. 101 a a a desarro llo político-social en los demás países latinoamericanos que se encuentran en una época pre-revolucionaria, se reflejó en la actual narrativa que es "en un sentido u Otro,... la lite ratura del surgimiento de la revolución latinoamericana que por el momento sólo ha triunfado en un país, pero cuyas raÍ- ces y perspectivas lo desbordan largamente". +98 A partir de la revolución cubana se presentó en la América Latina el fe- nómeno de un cambio cuantitativo y cualitativo en la novela, L1 cambio cuantitativo sucedió con un nuevo descubrimiento de este continente bajo nuevos ángulos de vista produciendo el boom. Respecto al cambio cualitativo, la novela de la violencia empieza a recoger todas las expresiones de la vio- lencia y la contra-violencia que se manifiestan con más y más fuerza, convirtiéndose en testimonio y "reflejando toda la historia inoficial del presente".+09 En Colombia ya se habían iniciado novelas en forma testimonial y documental que trataron de explicar los aconte cimientos de enfrentamientos entre el poder estatal y las fuerzas revolucionarias de la oposición. La muerte violenta del líder del partido liberal, Jorge Eliécer Gaitán, provocó la acentuación de algunos escritores en dirección hacia el e ernández Retamar, Roberto. "Intercomunicación y nueva li teratura", en César Fernández Moreno, Ibid, p. 328. 10311 escas, Carlos, Ibid. 102 Lo que el ejemplo de Cuba provoc6 acerca del desarr~ ll lf ti -social n l s ás afses l tino ericanos ue e uentran n na oca - olucionaria, s e fl j6 l tual a rativa ue s n n ti o otr , ••• l r t ra el r i iento e l r l ci6n l tino ericana e or l omento 6lo a t iu do n afs, ero yas f- ees rspectivas s ordan a ente". 1º8 artir e l l ción ana r sent6 l mérica atina l - 6 eno e n bio antitativo alit ti o l vela. l bio antitati o edi6 n n evo bri iento e ste nti ente ajo evos gulos e ista uciendo l om. especto l bio alitativo, vela e i l nc i a pieza ger as s resiones e io- cia ntra-violencia e anifiestan n ás ás f e rza, nvirti dose n t ti onio l j do t a l i t ria i ficial el r sente". 1º9 n ol bia a bfan i i i o velas a t timonial cumental e n e plicar s nte i ientos e f t ientos tre l der tatal l s rzas lucionarias e osici6n. a uerte i lenta el f er el arti o eral, rge li cer aitán, oc6 t aci6n e l nos rit res i ción acia l 1º8F ández etamar, oberto. c unicación eva i t r t ra", n C~sar er ández oreno, I id, . 8. 1º9 r 1 scas, arlos, id. compromiso político y el intento de descubrir las razones de la violencia continua. Jorge Zalamea trat6 de dar su testimonio en forma de un poema satírico: "El gran Burundún Burundá ha muerto" (1952) y en forma de un relato: "La metamór fosis de su excelencia" (1949). El autor mismo explica que sus dos libros existen fuera de Colombia "porque la denuncia va a la ra1z 11 • 11º En esta aclaraci6n se esconde probablemente una de las razones de porqué los escritores de algunos paises tardaron tanto en tratar el fen6meno de la violencia estatal y de los contra- poderes en su esencia profunda. Un pa1s políticamente tan cerrado como el Paraguay ofrece al escritor tres posibilida- des: callarse, estar conforme con el régimen o publicar en la emigraci6n, que es el caso de Fernando Caballero y de Lin coln Silva. Sobre la literatura guatemalteca se sabe tam- bién que es "una triste y dolorosa historia de la Literatura del exilio 11 • 111 A partir de 1954 e l escritor adquiere "una nueva forma de militante responsabi l idad 11 • 112 Otra raz6n probable por la que todavía no ha aparee~ do la gran obra maestra de la novela de la violencia, se de- 110zalamea, Jorge. "La actual literatura en Colombia", en Va rios. Panorama de la actual literatura latinoamericana, Madrid, Edit. Fundamentos, 1971, pp. 89-90. 111Galich, Manuel y Morales, Arqueles. "Nueva literatura gua temalteca", en Varios. Panorama de la actual literatura latinoamericana, !bid, p. 63. 112 Galich, Manuel y Morales, Arqueles, !bid, p. 87. 103 be a la complejidad tremenda de la problemática. Sobre l os acontecimientos en Tlatelolco se ha publicado mucho; el li- bro más valioso quizás sea La noche de Tlatelolco, de Elena Poniatowska, que capta la violencia de manera elemental den- tro de una atm6sfera de una sorpresiva incomprensión. Es una documentaci6n excelente, pero la novela de Tlatelolco to dav!a no se ha escrito. Un asunto de trayectoria mundial dentro del problema del imperialismo es la lucha por el canal de Panamá. Admite el joven panameño Enrique ,Jaramillo Levi: "No podemos escri- bir, todavía no; tendría que ser en forma más totalizado- ra ••• , para tratar el problema básico y tan complejo de nues tro pa!s 11 • 113 En el carácter inmediato y en la espontaneidad con que algunos escritores han presentado por dentro los aspee- tos totales hist6ricos y sociol6gicos del funcionamiento de sus paises, a trav~s de experiencias subjetivas por sus per- sonajes se está tal vez anunciando una nueva concepci6n del 114 realismo en el sentido como lo reclama Angel Rama. Los hechos que estructuran la novela de la violencia están arrai gados en el hombre-personaje y no se crean como sucesos e n s!, tesis que se comprobará en los tres libros analizados. 113Enrique Jaramillo Levi, Mesa Redonda, Ibid. 114 ... ,.. Vease p. 101, tambien Angel Rama, Ibid, pp . 63-6 9 . 104 A . a . tinan te y confluyentemente un análisis profundo de la sociedad. Los escritores jóvenes no tienen una formación doc- trinaria rígida. Como la revolución espiritual y social en el Tercer Mundo apenas empieza a desarrollar un programa de conducta, la novela de la violencia apenas empieza a estruc- turarse. Dice Carlos Illescas, que "...la capacidad crítica a todavía no está muy desarrollada, se determina más por la 115 El criterio del escritor de- emoción que por la razón". pende por supuesto de su edad, de su trasfondo cultural en su país, de la influencia de otros autores y de su sensibili dad al captar y percibir lo que está atrás de las aparien- cias. La novela de la violencia no es reportaje. Los ele- mentos reales de la identificación con el antiimperialismo se transforman al mundo poético creando una atmósfera de vio lencia, de enajenación, agustia y soledad. Pero se está anunciando la solidaridad en el afán de provocar los cambios anhelados. Fernando Alegría reconoce lo verdadero en la litera- tura revolucionaria en la condición de que en la imagen o en la visión del escritor quede "su concepción del mundo, tanto como el testimonio de su intento para marcar, a su vez, esa realidad". ++ En este sentido podemos hablar de la novela rea: Carlos, Ibid. 116 Alegría, Fernando. Literatura y revolución, Ibid, p. 30. 105 El lenguaje tiene una funci6n social y representa determina~ t fl ent ente n álisis r f ndo e l ciedad. os crit res j 6 enes o en na aci6n c- aría í i a. o luci6n piritual cial l ercer undo enas pieza esa rollar n r r a e nducta, vela e i l ncia enas pieza tr c- t rarse. ice arlos ll cas, e " ••• la acidad ritica todavi ~ o stá uy sa rollada, t r ina ás or l oci6n ue or l r 6n". 115 l rit rio el critor e- nde or uesto e ad, e tra do ltural aís, e ncia e tr s tores e sensibil~ ad l ptar y ercibir l ue stá trás e l s arien- ías. a vela e l i l ncia o s r ortaje. os le- entas les e i tifi ci6n n l tii periali o tra an l undo po~tico do a t 6sfera e i l cia, e ajenaci6n, ustia l dad. ero stá nciando l li ri ad l f n e r vocar l s bios helados. r ando legria oce l r adero n ra- t ra l cionaria l ndici6n e e n l i agen i i6n el critor ede u cepci6n el undo, to o l t ti onio e i t to ara arcar, ez, sa li ad". 116 n ste ti o e os ablar e vela 115 111escas, arlos, id. 6 l gria, er ando. it ratura y r luci6n, I id, . 0. in A =-— —-=- AR == Lg=====-—". —=--- A contrar lo humano en este mundo caótico. Aunque profundiza en el desciframiento y descubrimiento de las estructuras in- humanas, en el fondo es literatura optimista porque acepta y afirma la transformación buscándola en toda su estructura poética, trascendiéndola del presente hacia el futuro. Probablemente se van a formar lazos entre la litera- tura de preocupación social del continente latinoamericano con la literatura chicana y negra, en los Estados Unidos, con la literatura africana hasta ahora casi desconocida y la literatura de otras regiones marginadas del mundo. Tiene en común la identificación de ser el Tercer Mundo y la misma me ta de su liberación. Cc) La identidad hombre-violencia en la novela de la violencia La violencia como problema fundamental en la América Latina ya se ha tomado en cuenta. La novela no solamente re fleja este tono, sino la violencia forma parte de la esencia de la visión poética: estructura, ambiente, personajes y len guaje están penetrados por ella. La violencia es punto de partida y fin a la vez, El estudio más amplio sobre el fe- nómeno de la violencia en la literatura lo realizó Ariel Dorf- mann en el libro Imaginación y violencia en América. ++? Como LM borfmann, Ariel, Ibid. 106 de la violencia como "literatura revolucionaria". La novela de l a violencia es un grito de protesta, una búsqueda por e~ ntrar ano te undo 6tico. unque f ndiza n l s i iento s bri iento e s t cturas - anas, n l do s t ra ti i s ta rque epta a ra aci6n scándola n a t ctura ética, a i ndola el r sente acia l t ro. abl ente an ar os tre ra- ra e cupaci6n cial el nti ente atinoaroericano n t ra i ana egra, s stados nidos, n t t ra na asta ora si s onocida t ra e tras i nes arginadas el undo. iene ún ntif icaci6n e r l ercer undo is a e e r ci6n. c a ti ad bre-violencia vela e i l ncia a i l ncia o l a a ental mérica atina a a ado enta. a vela o ente ja ste o, o i l ncia a arte e ncia e i i6n oética: t ctura, biente, rsonajes le~ aje t n netrados or lla. a i l ncia s nto e arti a ez. l t dio ás plio bre l - 6 eno e i l ncia t t ra li 6 riel orf- a n l ro ci6n y i l ncia mérica. 117 o 117 Dorf a n, riel, id. otra referencia sirve el pr6logo de Miguel Donoso Pareja en 118 La violencia en Ecuador. No nos interesa en primer lugar investigar la temática de la violencia desde los ángulos de las ciencias sociales sino tratar de descubrirla y demostraE la en sus formas intr1ilsecas, especificas y mGltiples en la expresi6n literaria. El personaje está definido por encontrarse en un mun do en el cual la violencia ha llegado a ser una totalidad, una cosmovisi6n. ¿C6mo reacciona el protagonista, qu~ inte~ tos hace por salir de la violencia? Ariel Dorfmann anota las posibilidades siguientes: "hacia afuera o hacia adentro, horizontal o vertical, sexual o social, constante o disconti nua, personal o colectiva, liberadora o más enajenante, hi- riente o mortal". 119 En el enfrentamiento del personaje con la violencia se puede escoger fundamentalmente entre tres mo dos: "la violencia vertical y social; la horizontal e individual; la inespacial o interior". 12º Por Gltimo, Ariel Dorfmann agrega "la v i olencia est~tica, na rrativa, la novela misma como un acto de agresi6n al lec- t " 121 or • 1180 P . M . 1 . 1 . d onoso areJa, igue • La vio encia en Ecua or, Prol. de ••• , M~xico, Edit. Di6genes, 1973. 119 oorfmann, Ariel, !bid, p. 17. 120 Dorfmann, Ariel, !bid, p. 18. 121 Dorfmann, Ariel, Ibid, p. 19. 107 Antolog1a, El primer modo de r eacció n violenta en forma vertical y social es la violencia de la reheli6n, de la insurrecc i6n. La encontramos en los héroes desde la novela naturalista has ta la novela de la violencia . De es ta violenc i a se calla la historia oficial de los pqfses. Sus héroes viven en cancio- nes populares, e n documentos inoficiales olvidándose con el tiempo o convirtiéndose en héroes nacionales. Se l e vantaron en contra del explotador , de los oficiales, de los poderosos . La lucha se dirige en forma de grupo o individualmente . Su motivaci6n en la novela naturalista sucede por un "ya no aguantar más" del personaje. Son e n general esfuerzo s aisl~ dos como "producto de actos inconscientes más que el result~ ~ d . d . l" 122 El . uO e una postura organiza a y raciona precio es 16gicamente la muerte por la opresi6n de los máE fuertes de arriba que no permiten esta forma de liberaci6n. En la nueva novela, la verticalidad de la violencia no tiene tanta vigencia directa. Los lados no están tan cla ramente separados porque en un ser existe la posibilidad de usar la violencia desde los dos ángulos. Artemio Cruz empi~ za su camino liberándose del estado de recibir la violencia al usarla. Después sigue ejerci~ndola desde arriba. Su hi- jo sufre el destino que pudo haber elegido el padre: se mue- re en la lucha revolucionaria en vez de vivir a costa de ella. Al entender ahora al hombre diaHk·cicamente, los cli- 122 Dorfmann, Ariel, Ibid, p. 19 º 108 sés del bien y del mal han pasado a ser un problema entre los hombres a serlo dentro de cada hombre. En el desarrollo temático de la violencia esto significa entrar más profunda- mente en el personaje que gana más autenticidad humana. La misma observación de un cambio cualitativo respec to al personaje hace Adam David Miller acerca de la literatu ra negra en los Estados Unidos. Actualmente el protagonista negro ya no divide el mundo entre los blancos y los negros como símbolos de explotación y de sufrimiento sino trata de captar toda la complejidad de las estructuras, en las cuales todos pueden ser cómplices y víctimas. +? La violencia vertical -incluyendo el aspecto intros- pectivo del personaje- es el medio más obvio del uso de la violencia en el personaje de la novela de la violencia. Ano ra ya no son puros esfuerzos aislados; pues se conectan unos con otros por el mismo trasfondo ideológico socialista. Se empieza a estrcturar la lucha organizada con el fin de im- plantar el socialismo. Sea Andrés, con su bomba en la mano en País portátil, un grupo de guerrilleros en Rajatabla o al quien que trata de darle un balazo al Mr, Roberson en Rebe- lión después; todos ellos no actúan inconscientemente para liberarse del momento de la represión. Por diferente que pueda ser su presión interna buscando la exteriorización, es 123 4i11er, Adam David, editor y co-autor de Dices or black bones (Dados o huesos negros), Black voices of the seven- ties, U.S.A., 1970; plática personal con la autora, Ber- keley, 6 de febrero de 1975. 109 s~s el ien el al an sado r n r l a tre l s bres rlo entro e da bre. n l sa rollo ático e i l ncia sto ifica trar ás f nda- ente l rsonaje e ana ás t nti i ad humana ~ a is a servaci6n e n bio alitati o respe~ l ersonaje ace da avid i ler erca e tu gra s st dos nidos. ctual ente l r t gonista gro a o i ide l undo tre s l cos s gros o f bolos e plotaci6n e f iento o ta e ptar a plejidad e s t cturas, s ales d d 6 l . ~ t. 123 os e en r p ices i i as. a i l ncia ertical n do l ecto tr s- cti o el rsonaje- s l edio ás vio el so e i l ncia l rsonaje e vela e i lencia. ho a o n ros erzos i os; es ectan os n tr s or l is o t do i l6gico cialista. e pieza t t rar l ha r anizada n l e i - l ntar l i li o. ea Andr~s, n ba ano n afs ortátil, n r po e e rilleros ajatabla ! g ien e ta e arle n l zo l r. oberson ebe- 1J6n dc~spu~s; os ll s o t an sci t ente ara r rse el omento e resi6n. or i rente e eda r r si6n t r a scando t ri ri aci6n, s 123Miller, da avid, itor e-autor e ices r l ck nes ados esos gros) , lack ices f e en- s, .S.A., 70; pl~tica ersonal n tora, er- eley, e rero e 75. tos personajes han tomado conciencia profunda en la situa- ci6n actual de sus paises, se han identificado con la lucha de la liberaci6n de los pueblos del Tercer Mundo y están tra tanda de protestar y de provocar cambios con el medio de la contra-violencia. Los protagonistas Eduardo y Delia de Pais portátil representan en forma muy clara esta rebeldía social. Su me- ta está bien definida y su organizaci6n de la guerrilla urb~ na usa las tác ticas revolucionarias del Che Guevara. Tanto Delia como Eduardo han superado su presi6n y su angustia existencial. Eduardo es el "hombre nuevo" anhelado por Che Guevara y Delia es la "mujer nueva" anunciando el potencial liberador que podrá tener un dia la mujer en el Tercer Mundo. La violencia horizontal e individual es la violencia que Fanon describe como una manera de entrenamiento antes de soltarse en forma vertical. 124 La encontramos en la novela de la violencia en el lumpemproletariado al margen de la so- ciedad o en las masacres en el campo en Rajatabla donde uno mata al otro. En forma más individual y enajenante, esta violencia predomina en la visi6n universal de la nueva novela º El pe~ sonaje se ve instalado en el "mundo como cárcel o laberinto o jungla urbana" 125 Los modos de sobrevivir son varios: la 124Fanon, Frantz. Los condenados de la tierra, Ibid, cap. I. 125 f . 1 - . d 27 Dar mann, Arie , I b i , p. º 110 rebeli6n en contra de la sociedad en su incomunicaci6n, de la soledad y de la angustia interior se abre camino usando la violencia en vez de que ella sea usada en contra de uno. El protagonista en El túnel, de Sábato, destruye para no te- ner que destruirse él mismo. Artemio Cruz la elige antes de que ella pueda ser usada por el otro. Esta violencia mata a pueblos enteros como en Pedro Páramo o en Cien años de sole- dad en donde es una cadena infinita y engañosa salida a la barbarie. A veces es la única posibilidad de la comunica- ci6n que une al perseguidor con el perseguido como en Raja- tabla. La violencia horizontal es como un balanceo en bús- queda de la integridad y del equilibrio interior y exterior del personaje. Por su carácter dialéctico tiende a la des- trucci6n dándo le una tendencia pesimista ~e resignaci6n o de desesperaci6n a la novela moderna. Sus personajes son "re- beldes existenciales más que sociales 11 • 126 La novela de la violencia tal vez podrá llegar a sintetizar el factor exis- tencial con el factor social. En la visi6n de las grandes ciudades se está anunciando un cambio en su desenmascaramien to como monstruos y como productos de nuestras estructuras capitalistas-imperial.istas; Caracas se desnuda de esta mane- ra tanto en Pais portátil como en Rajatabla y Buenos Aires enseña su cara verdadera en Para comerte mejor. 126 oorfmann, Ariel, !bid, p. 33. 111 Con el protagonista sucede algo parecido: la aliena- ci6n indefinida de él se descubre como enajenaci6n más con- creta, verbi gratia en el protagonista de Rajatabla; la reb~ li6n existencial incluye la posibilidad de la rebeli6n social aan traspasado al futuro como en Sebastián de Para comerte mejor. Los autores de la novela de la violencia no se acomo dan con la enajenaci6n como condici6n existencial sino consi deran su tarea primordial el enfrentarla en su dependencia al sistema polftico-econ6rnico. Cuando el hombre dirige su violencia en contra de si mismo hablamos de violencia inespacial e interior. Ella se encuentra en toda la novela actual: en el silencio entre la gente, en la ignorancia, en la incapacidad de reaccionar ha- cia lo exterior. Ariel Dorfmann comprueba este "ambiente fantasmag6rico 11127 en la novela Al filo del agua, de Agustín Yáñez, que ha ejercido influencia extensa en la narrativa ac tual. En Oficio de tinieblas, de Rosario Castellanos, algu- nos personajes se encierran de esta manera en la incomunica- ci6n entre dos clases sociales. En Rebeli6n después, el cu- ra y el maestro de latín usan la mera fraseología de sus ins tituciones para evitar un enfrentamiento verdadero con el pueblo. La madre y Paola en Para comerte mejor, hablan si- multáneamente en dos mon6logos sin escucharse y se quedan ca da una sola en su frialdad y su enajenaci6n. 127oorfmann, Ariel, Ibid, p. 37. 112 Llega un momento durante el cual este estado inte- rior de ánimo ya no es tolerable y el hombre vuelve a des- truirse en el suicidio como Miguel en Hijo de hombre, como Olive i ra en Rayuela (cas i seguramente) y como Sebastián en Para c omerte mejor. La posibilidad de escapar a la violen- cia no existe; el personaje puede elegir o estar más dispue~ t o a una u otra forma de llevarla a cabo, pero como se nace o se muere, se vive con ella. Al autodestruirse, la espera~ za muere o se traspasa a otros seres del futuro, conservando un optimismo débil en la afirmaci6n de que otros hombres rea lizarán lo que no pudo lograr el personaje, como lo expresa Sebastián. La novela de la violencia está profundizando en las nfiltiples caras de la violencia con la característica de ver la más y más claramente vinculada con el sistema del estado. La novela r ecose sus modos de manifestaci6n y abre la verdad de la situación. Se fija en las apariciones actuales de las formas del contra-poder del cual destaca la tendencia de con testar con violencia " El fen6meno más sobresaliente es la guerrilla, que se percibe en su comparici6n o en sus accio- nes que aparecen dispersamente en los libros. En la evolu- ci6n de la narrativa latinoamericana la novela de la violen- cia c o ntribuye al enfrentamiento del hombre con sus preocup~ cienes esenciales en una atm6sfera en la cual fluctúa la vio lencia que ~barca al hombre en esta identidad. 113 d) La estructura de la novela de la violencia Al tratar de iniciar una estructuración de la novela d e la v iolencia nos preguntamos ahora: ¿Cuáles son sus carac ~erís ~ icas generales en la técnica y cómo se usa para crear la visión poética en su unidad estructural? En los tres ejemplos -asunto de un análisis más pro- f undo- se verá cómo lo general se prese nta e n cada novela en forma muy particular. La novela de la violencia es en su es tructura, en el uso de las técnicas y en el lenguaje novela moderna. Ella sigue el camino innovador de la nueva novela que destruye las formas tradicionales de l a novela y la abre a posibilidades infinitas de la expresión literaria. Para Fernando Alegría las técnicas revolucionarias en el arte tie nen valor únicamente "en la medida en que afectan y cambian a la sociedad y al artista en su más íntima y auténtica rea- lidad 11.128 La novela de la violencia no cae en el "formalis mo". Emplear las técnicas renovadoras es una necesidad ínt~ ma siendo elemento estructural p 2 ra cap tar, definir e identi f icar la violencia. Esta actitud no separa contenido y for- ma sino se traspasa y entreteje los varios niveles narrati- vos. El lengua je se caracteriza por la identificación con 12 8 Alegría , Fern2ndo. Literatura y r e volución, Ibid. p. 10. 114 la "violencia narrativa". Aumentando en su profundidad y en su apertura, el lenguaje es libre en el empleo adecuado de expresarse en cualquier estilo, sea del modernismo, de la vanguardia o del costumbrismo. Según la necesidad se rompe el orden de las palabras, se inventan otras nuevas, se usan idiomas extranjeros y el habla popular. No hay limites o restricciones. Las combinaciones de letras y palabras son infinitas para contribuir a crear las atrn6sferas de violen- cia y de angustia. La técnica del "rnon6logo interior", usado en toda la novela moderna a partir de Joyce en sus diversas funciones, es una necesidad vital en la novela de la violencia. Para Andrés en el carni6n y para Lázaro en la cárcel -cada quien solo en un considerable lapso de tiempo- es la única forma de comunicar toda su angustia y turbaci6n del estado de áni- mo en el cual se encuentran. El libre "fluir de la concien- cia" sirve en su necesidad psicol6gica para la reconstruc- ci6n de todas las circunstancias aclarando de esta manera el estado interior del personaje. El protagonista que participa en la contra-violencia, ya sabe además, que no existe el diálogo con el gobierno; tampoco se puede emprender una plática abierta con cualquier gente debido a la clandestinidad que requieren las acciones guerrilleras. Un personaje corno Andrés está solo con sus preocupaciones, dudas y esperanzas; hace una especie de auto 115 - ” . nes Oo fantasías. El monólogo interior es entonces un "prin- cipio estructurador importante" en la novela de la violencia, hace resaltar Carlos Illescas. +2? La "libre asociación de ideas" con la toma de con- ciencia de la imaginación, usada por Freud y literariamente empleada en el surrealismo francés, forma base estructural de la novela de la violencia. En la negación de tiempo y es pacio y en el fluir poético de palabras se construye con par tículas ejemplarmente toda la totalidad de una "cultura de la violencia". Por la rapidez interna de algunas novelas co mo Rebelión después y País portátil, causada por la angustia del yo del protagonista de ser "liquidado", el lector tiene la impresión de que no le alcanza el tiempo para exponer ex- plícitamente su historia. El yo del narrador-personaje tie- ne que apresurarse, mientras que el lector reconstruye la historia a través de las imágenes asociadas. Otra necesidad estructural para tratar el tema de la violencia y de la contra-violencia es el contrapunto, elemen to tomado de la música. En Rayuela y en Señas de identidad, de Juan Goytisolo, se intercalan, entrecruzan o van paralela mente los varios niveles narrativos explicándose en la fuga final en su contenido. Esta técnica toca en la nueva novela 129 111escas, Carlos, Ibid. 116 análisis freudiano de sf mismo, de su medio a mbiente y de sus enemigos a base de libres asociaciones, recuerdos, imág~ es o tasfas. l onólogo t rior s t nces n rin- i io t t rador portante" vela e i l e ncia, ace saltar arlos cas. 129 a l re ciaci6n e as" n a e n- i cia e aginaci6n, sada or reud tera ia ente pleada l r l o cés, a ase t ctural e vela e i lencia. n aci6n e ie po e~ acio n l ir ético e l bras e nstruye n p a ~ f las plar ente a t l ad e a ltura e i lencia". or i ez t rna e nas velas c~ o ebeli6n s ué s afs ortátil, sada or gustia el o el r t gonista e r i ado", l tor ene presi6n e ue o za l ie po ara oner x - f i t ente istoria. l o el r or-personaje - e e resurarse, ientras ue l tor nstr ye i t ria és e s ágenes ciadas. tra cesidad t ctural ara tar l a e i l ncia e ntra-violencia s l ntrapunto, eleme~ ado e úsica. n ayuela n eñas e ti ad, e an oytisolo, e r alan, t r zan an paral el~ ente s arios i eles arrati os li dose n a al n ntenido. sta c nica ca n eva ve l a 129 r escas, arlos, id. sus limites llegando a ser recurso al construir una realidad poética cada vez más polifacética e intrfnseca y casi incomu nicable. En la novela de la violencia es un medio indispen- sable para descifrar la violencia estatal que se ejerce en muchos lugares y con varios métodos simultáneamente como en Rajatabla. Lo mismo sucede con los signos de la contra-vio- lencia que aparecen por aquf y por acá. El trabajo del au- tor es coleccionarlos, construir las relaciones entre ellos e integrarlos en el proceso del cambio. La forma laberfntica de los relatos corresponde a la angustia de los personajes de no encontrar una soluci6n. Po demos comparar esta forma con la violencia horizontal e inte rior que gira dentro de la misma cárcel sin encontrar una sa lida adecuada. Como los personajes de Kafka se sienten inca paces de actuar en contra del poder omnipotente, algunos pe~ sonajes en la novela de la violencia andan errantes en su en c arcelamiento interior. La fragmentaci6n del tiempo cronol6gico que se ha e~ plea do en sus varios planos a partir de Proust, subraya en la novela de la violencia el carácter subjetivo del relato. No se escr i be documentaci6n sino un testimonio muy personal. El yo del narrador entra en el pasado, en el presente y en el futuro según sus imaginaciones y sus recuerdos. Con el trato del espacio sucede algo parecido. Se extiende hasta donde el yo inter i or lo imagina, a pesar de que se encuentre 117 exteriormente en un lugar definido. La recurrencia a los mitos clásicos y modernos es muy común en la literatura moderna; en el sentido de Joyce como una gran paráfrasis de la historia y en el sentido de Freud buscando lo colectivo en lo individual. La novela de la violencia sintetiza los dos aspectos en la presentaci6n de la violencia estatal y la contra-violencia. En un nivel muy amplio se trata del problema generacional, eterno y ac- tual a la vez como está simbolizado en el complejo de Edipo. El ser se ve condenado al terror m!tico. La violencia no asombra ni sorprende siendo destino fatal y divino. Inten- tar la liberaci6n o la explicaci6n significa hacer un traba- jo de S!sifo, absurdo en s! mismo al adquirir la conciencia de que la rebeli6n es inútil. Sin embargo, la rebeli6n juv~ nil tiene en el enfrentamiento generacional un factor fuerte a su lado, que es el tiempo. Lo que no se logra hoy, se lo- grará mañana. Para crear la atm6sfera m!tica se utilizan simbolis- mos y alegor!as como en los personajes de Rebeli6n después y técnicas del realismo mágico que transforman toda la histo- ria en una imaginaci6n del terror. El afán de otros autores tiende a presentar la totalidad del fen6meno de la violencia viéndolo en sus partes y mezclando lo m!tico-mágico con lo racional-l6gico como lo hace Luis Britto Garc!a. En pa!ses con influencia ind!gena más fuerte, digamos el Paraguay, la 118 visi6n de lo mágico y de lo particular forma parte importan- te infiriendo la totalidad. Los excesos del terror t i enen rasgos tan obsesionados que un realismo sencillo no los cap- taria en su contenido de bestialidad. Por otro lado, las técnicas del realismo critico recogen más detalladamente to- do lo que contribuye a complementar la imagen de la violen- cia. La novela de la violencia no es indigenista ni euro- peizante; ella sigue sintetizando las herencias americanas con la apertura temática de la identificaci6n con el Tercer Mundo. El personaje es carácter individual y colectivo a la vez. Algunas protagonistas están vistos desde un ángulo muy individual, mientras que otros representan lo colectivo. Los personajes centrales como Andrés, Lázaro o Sebastián abren su ser más intimo en su lucha existencial por la iden- tif icaci6n con un compromiso personal y social, tema esen- cial en estas novelas. En su misi6n revolucionaria se colee tivizan por su funci6n. Otros personajes se caracterizan por pertenecer a un problema social y colectivo como el "mulato-torturador", el "policia corrupto", el "cura anticomunista", el "bur6crata" o la "mujer-objeto". Varios grupos raciales, étnicos o so- ciales son tratados como caracteres colectivos: todo un pais sufre la opresi6n: el lumpemproletariado participa en la vi~ lencia; las ancianas indigenas viven como si ya estuvieran 119 muertas; la policía mata a los revolucionarios. No s e tra t a de quitar a los miembros de ciertos grupos su individualidad, pero la verdad es que ella no existe en su funci6n socia l . Su actuaci6n es estereotipo sin alcanzar características persona- les. De las técnicas ajenas a la literatura son en primer lu gar las técnicas cinematográficas las que determinan la estruc tura de la novela de la violencia. No son préstamos para enr~ quecer a la novela sino necesidades por la forma en la cual se presenta el contenido. Dar la multiplicidad de visiones que se crean a veces .simultáneamente en distintos lugares se lo- gra con la técnica del montaje. En País portátil las accio- nes guerrilleras se presentan en un momento da do con la rapi- dez requerida enfocándosela en diversas situaciones y diver- sos sitios de la ciudad. La influencia más importante parte de Manhattan Transfer de John Dos Passos, con su serie de imá genes simultáneas. La multiplicidad de visiones como Borges la presenta en "El Aleph", contribuye en Rajatabla a la tota- lidad dispersa y ca6tica que es nuestra realidad. La técnica de dar vistas rápidas, corresponde a la si- tuaci6n en la cual se encuentra el protagonista. Al ser lle- vado por la policía en un coche a un destino desconocido, se captan solamente cortes de lo que se ve a momentos por una ventana (Rajatabla). Huir de la policía en barrios labe rínticos desconocidos indica rapidez al pasar las imágenes (País portátil). El fade-out del cine, el fin a l de una e sce na o de un capítulo tiende a cortes violentos e n e l narra - 120 ción por razones de la técnica del montaje. La tensión de Emilio en Los hombres de a caballo, de David Viñas, es into- lerable: su mujer lo busca para ir a la cama mientras que sus pen s amie nto s van a la lucha social en la cual está en- vuelto. 1 3 0 Los cambios radicales de la escena marcan la ne- c esidad interior. El close-up, en el cine, el gran acercamiento a un objeto o persona, entra en la novela de la violencia de mane r a exterior e interior. En el espacio exterior se emplea au mentando la tensión en el narrador-personaje como Lázaro, cuando lentamente entran y se acercan los torturadores. In- teriormente es una introspección psicoanalitica del persona- je o de un movimiento politico en los cuales el lector entra independientemente de las circunstancias exteriores, caso que se da en todas las tres novelas analizadas. La técnica cinematográfica del flash-back y del flash- forward rompe las unidades aristotélicas, que consisten en unidad de lugar, de acci6n y de tiempo. La acci6n presente en la novela actual se extiende en el tiempo, en el lugar y en la acción misma. En la novela de la violencia el pasado es estático, en el cual el tiempo no transcurre; este pasado impide los cambios necesarios en el presente a cada rato in- terrumpiéndolo. O dicho de otra manera: el pasado es la vio lencia del opresor, es la violencia estatal que se extiende 13 ºv· - ·d hmb d bll ~ inas, Davi • Los o res e a ca a o, M~xico, Siglo XXI, 1968, I. cap. 121 hasta el presente. El presente es la juventud, es la rebe- li6n, la contra-violencia, la toma de conciencia, la lucha y el anhelo de cambio. El futuro es el enemigo del pasado y la esperanza del presente. Sin la trayectoria hacia el fut~ ro, ya la lucha contra el pasado estar1a perdida. En esta dial~ctica temporal se mueve la acci6n del presente. 122 B I B L I O G R A F I A SEGUNDO CAPITULO Alegr!a, Fernando. "Antiliteratura", en C~sar Fernández Mor~ no, 1\Ill~rica Latina en su literatura, Coord. e intr. por ••• , M~xico, Siglo XXI. Alegr!a, Fernando. La novela hispanoamericana siglo XX, Bue- nos Aires, Centro Editor de Am~rica Latina, 1967. Alegr!a, Fernando. Literatura y revoluci6n, M~xico, Fondo de Cultura Econ6mica, 1971. Alegr!a, Fernando. Novelistas contemporáneos hispanoamerica- ~, Antolog!a, Intr. de ••• , Boston, Heath and Comp~ ny, 1964. Amor6s, Andr~s. Introducci6n a la novela contemporánea, Ma- drid, Edic. Anaya, 1971. Anderson Imbert, Enrique. "Formas en la novela contemporánea", en Juan Loveluck. La novela hispanoamericana, Santi~ go de Chile, Edit. Universitaria, 3a. ed., 1969 º Anderson Imbert, Enrique. Historia de la literatura hispano- americana, Tomo I, M~xico, Fondo de Cultura Econ6mi- ca, 1951. Azuela, Marinao. Los de abajo, Novela de la revoluci6n mexi- cana, M~xico, Fondo de Cultura Econ6mica, 1958. Benedetti, Mario. "Los temas del novelista hispanoamericano", en Juan Loveluck, La novela hispanoamericana, Santi~ go de Chile, Edito Universitaria, 3a. ed., 1969. Brushwood, John s. "Miguel Angel Asturias entre sus contemp~ ráneos", en La critica de la novela contemporánea, Antolog1a, M~xico, U.N.A.M., Centro de estudios lite rarios, 1973. 123 Bueno, Sa l v ador. Aprox imacione s a la lite r atura hispano amer i- cana, La Habana, Instituto d e l Libro , 196 7. Carpentier, Al e jo. Tientos y diferenc i a s, Mo ntevideo , Arca Edit,, 1967. Coddon Peebles, Marcelo. "Notas sobre un proceso: De l a nov~ la del superrealismo a l a novela a c t ua l en Hi spano - américa", en Primer seminario intern aciona l de lit ~­ ratura hispanoamerica na, Universida d del No r te Anto- fagasta, Santiago de Chile, 1969. Collazos, Osear. "Encrucijada del lenguaje", en Osear Colla- zos, Julio Cortázar, y Mario Vargas Llosa. Literatu- ra en la revoluci6n y revoluci6n ~n la l iteratura , México, Siglo XXI, 1970. Cortázar, Julio. "Literatura en la revoluci6n y revoluci6n en la literatura", en Osear Collazos, Julio Cortázar y Mario Vargas Llosa, Literatura en la revoluci6n y revoluci6n en la literatura, México, Siglo XXI, 1970. Cortázar, Julio. Rayuela, Buenos Aires, Edit. Sudamericana, 1963. Darto, Rubén. Azul ••• , México, Edit. Nacional, 1973. Donoso, José. Historia personal del "boom", Barcelona, Edit. Anagrama, 1972. Donoso Pareja, Miguel. La violencia en Ecuador, Antologfa , Pr61. de ••• , México, Edito Di6genes, 1973. Donoso Pareja, Miguel. Prosa joven de América Hispana, Tomo I, Antologfa, Sel., Int. de' º '' México, Edit. Sepse- tentas, 1972. Dorfmann, Ariel. Imaginaci6n y violencia en América, Barce.lo na, Edit. Anagrama, 1970. Ferdinandy, Marfa Magdalena. "Rudolf Grossmann: Geschichte und Probleme der lateinamerikanischen Literatur" (His , 124 toria y problemas de la literatura latinoamericana), en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 233, Madrid, 1969. Fernández Retamar, Roberto. "Intercomunicaci6n y nueva lite- ratura" en César Fernández Moreno. América Latina en su literatura, México, Siglo XXI, 1972. Franco, Jean. La cultura moderna en América Latina, México, Edit. Joaqu!n Mortiz, 1971. Fuentes, Carlos. La nueva novela hispanoamericana, México, Edit. Joaqu!n Mortiz, 1969. Fuentes, Carlos. "La nueva novela latinoamericana", en Juan Loveluck, La novela hispanoamericana, Santiago de Chile, Edit. Universitaria, 3a. ed., 1969. Galich, Manuel y Morales, Arqueles º "Nueva literatura guate- malteca", en Varios. Panorama de la actual literatu- ra latinoamericana, Madrid, Edit. Fundamentos, 1971 Gallegos, R6mulo. Doña Bárbara, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 2a. ed.", 1954. Garc!a Márquez, Gabriel. "Entrevista con ••• " del Diario Pop~ lar, Lisboa, en Excélsior, México, 5 de junio de 1975. Garc1a Márquez, Fabriel. Cien años de soledad, Buenos Aires, Edit. Sudamericana, 1969. González Le6n, Adriano . Pa!s portátil, Barcelona, Edit. Seix Barral, 1968. González, Manuel Pedro. "La novela hispanoamericana en el contexto de la internacional", en Varios. Coloquio sobre la novela hispanoamericana, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1967 (Tezontle). Hamilton, Carlos D. "La novela actual de Hispanoam~rica, In- troducci6n", en Cuadernos Americanos, núm. 2, M~xico, 1973. 125 Harss, Luis. Los nuestros º Buenos Aires, Edit. Sudamericana, 1966. Henriquez Ureña, Pedro. Las corrientes literarias en la Amé- rica Hispánica, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1949. Henriquez Ureña, Pedro º "Seis ensayos en busca de nuestra e~ presi6n", en Obra critica, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1960. Jara Cuadra, René. "Tierra y mundo en la novela contemporá- nea", en Primer seminario internacional de literatu- ra hispanoamericana, Universidad del Norte Antofaga~ ta, Santiago de Chile, 1969. Jill Levine, Suzanne. "Pedro Páramo y Cien años de soledad: Un paralelo", en La novela latinoamericana, M~xico, Revista de la Universidad de M~xico, vol. XXV, núm. 6, febrero, 1971. Lafforgue, Jorge. "La nueva novela latinoamericana", en Nue- va novela latinoamericana, Tomo I, Compilac16n de textos por ••• , Buenos Aires, Edit. Paid6s 1969 (L~ tras Mayúsculas). Lorenz, GÜnter W. Die zeitgenossische Literatur in Latein- amerika (La literatura contemporánea en la Am~rica Latina), TÜbingen und Basel, Horst Erdmann Verlag, 1971. Loveluck, Juan. "Crisis y renovaci6n de la novela hispanoam~ ricana", en La novela hispanoamericana, · Selec. Int·. y notas de ••• , Santiago de Chile, Edit. Universita- ria, 3a. ed., 1969. Lukacs, Georg. "Realismo ¿Experiencia socialista o naturalis- mo burocrático?", en Varios º Realismo ¿Mito, doctri- na o tendencia hist6rica?, Buenos Aires, Edit. Tiempo contemporáneo, 1969. 126 Mart1, José. Nuestra América, Barcelona, Edit. Ariel, 1970. Hartinez, José Luis. "Unidad y diversidad", en C€sar Fern:in- dez Moreno, América Latina en su literatura, México, Siglo XXI, 1972. Miller, Adam David. Dices or black bones (Dados o huesos ne- gros), Black voices of the seventies, u.s.A., 1970. Ocampo, Aurora M. "Un intento de aproximaci6n al realismo m:i gico", en manat1, año I, ntim. 2, México, 1974. Rama, Angel. Problemas para el narrador latinoamericario, Ca- racas, Sintesis Dosmil, 1972. Rivera, José Eustasio. La vorágine, México, U.N . A.M., 1972. Roa Bastos, Augusto. Hijo del hombre, Buenos Aires, Edit. Lo sada, 1971. Roa Bastos, Augusto. "Imagen y perspectivas de la narrativa latinoamericana actual", en La critica de la novela iberoamericana contemporánea, Antologia, México, U.N.A.M., Centro de estudios literarios, 1973. Rod6, José Enrique, Ariel, Liberalismo y jacobinismo, ensa- yos, México, Edit. Porrúa, 1968. Rodriguez Monegal, Emir. "La nueva novela latinoamericana", en Juan Loveluck, La novela hispanoamericana, Santi~ go de Chile, Edit. Universitaria, 3a. ed., 1969. Rodriguez Monegal, Emir. "Los nuevos novelistas", en La cr1- rica de la novela iberoamericana contemporánea, An- tologia, México, U.N.A.M., Centro de estudios lite- rarios, 1973. Rodriguez Monegal, Emir. Narradores de esta América, Tomo I, Montevideo, Edit. Alfa, 2a. ed. 1969. Rodriguez Monegal, Emir. "Un juego de espejos enfrentados", en Juan Loveluck, La novela hispanoamericana, Santi~ go de Chile, Edit. Universitaria, 3a. ed., 1969. 127 Sábato, Ernesto. Sobre héroes y tumbas, Buenos Aires, Edit. Sudamericana, 1974, 15a. ed. Sánchez, Luis Alberto. América: novela sin novelistas, Lima, Edit. Libr. Peruana, 1933. Sánchez, Luis Alberto. Proceso y contenido de l a novela his- pano-americana, II, Estudios y ensayos, Madrid, Edit . Gredes, 1953. Sánchez Vásquez, Adolfo. Las ideas estéticas d e Marx, México, Edic. Era, 1965. Schulmann, Iva A. "La novela hispanoamericana y la nueva téc nica", en Varios. Coloquio sobre la novela hispano- americana, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1967 {Tezontle). Torre, Guillermo de. Historia de las literaturas de vanguar- dia, Tomo I, Madrid, Edic. Guadarrama, 1971. Valbuena Briones, Angel º Literatura hispanoamericana, Tomo V de la Historia de la literatura española, Barcelona, Edit. Gustavo Gili, 4a. ed. Viñas, David. Los hombres de a caballo, México, Siglo XXI, 1968. Zalamea, Jorge. "La actual literatura de Colombia", en Va- rios. Panorama de la actual literatura latinoameri- ~· Madrid, Edit. Fundamentos, 1971. Referencias especiales Illescas, Carlos. Clase universitaria: La novela de la vio- lencia, U.N.A.M., Iº sem. de 1973, apuntes en clase. Mesa Redonda. Literatura y realidad en América Latina; Her- nán Lav1n Cerda, Chile; Enrique Jaramillo Levi, Pan~ má; Ricardo Freté, Argentina; Vladimiro Rivas Itu- rralde, Ecuador; Instituto Goethe, México, 3 de ju- 128 David. Plática personal con la autora, Berkeley/ Calif., 6 de febrero de 1975, 129 lio de 1975. Miller, Adam D~vid. lática rsonal n tora, erkeley/ alif., e rero e 75 º III. ENSAYO DE ANALISIS CRITICO SOBRE TRES REPRESENTANTES DE LA NOVELA DE LA VIOLENCIA l. REBELION DESPUES, DE LINCOLN SILVA a ) Introducci6n biográfica y literaria de Lincoln Silva Lincoln Silva es el más joven de los tres escrito- res que me he propuesto tratar. Naci6 en 1945 en Barrero Grande, pueblo guaran1 del interior del Paraguay; hijo de una maestra rural. Su padre muri6 cuando era chico. Lin- coln Silva creci6 en su pueblo natal y se traslad6 a Asun- ci6n, capital del pa1s, a los quince años · para seguir estu- diando all1. Nuestro autor entr6 en contacto con otros j6- venes dedicados a la literatura, quienes redactaban y publ~ caban Criterio, revista más conocida fuera del Paraguay. Lincoln Silva trabaj6 en el diario ABC e ingres6 a la Uni- versidad, en donde sigui6 la carrera de Ciencias Soci,ales. A los 25 años, después de haber terminado la mitad de su primera novela Rebeli6n después, emigr6 a la Argenti- na, en donde terrnin6 y public6 su libro y en donde reside actualmente. "Para sobrevivir", corno Lincoln Silva mismo 130 lo formula, "trabajo en periodismo". 1 Además, ha publicado cuentos y poemas en diversos 6rganos del Paraguay, de la Ar gentina y del Brasil, pero piensa reunirlos en volumen. En la actualidad está trabajando en un ensayo: "El Paraguay que nace y el Paraguay que muere", que trata sobre los as- pectes de la dependencia y el despotismo en su pa1s. A me- diados de agosto de este año saldría su segunda novela, Ge- neral general. Por los datos sobre la infancia y la adolescencia del escritor establecemos lo autobiográfico de Rebeli6n des- pu~s, que más se afirma en el carácter testimonial de la no vela: " •.• en el Paraguay la neutralidad no es sino una for- ma de la reacci6n 11 , 2 dice el joven escritor. Se siente comprometido con la lucha para un porvenir más humano: "Los narradores j6venes queremos encontrar una nueva forma de li teratura profunda y bella que exprese en la ficci6n la rea- lidad del Paraguay y del mundo, la rebeli6n del hombre con- tra un orden de cosas hace mucho tiempo injustas 11 • 3 Por su puesto esta verdad no puede existir dentro del Paraguay, donde la tortura, un tema central del libro, es un tabG ab- soluto. 1 silva, Lincoln. Carta personal a la autora, Buenos Aires, 12 de julio de 1975. 2 Rufinelli, Jorge. "Lincoln Silva o los signos de la rebe- 3li6n", en Marcha, Montevideo, 10 de marzo de 1972, p. 30. Rufinelli, Jorge, Ibid. p. 31. 131 Lincoln Silva es un escritor fi e l a su época y par - ticipa como vic tima-te stig o en la histor i a inmediata d e su pa1s. La somete a una critica de p r o t esta po l i t ica, socia l y mora l. Su compromiso es personal, trascendiéndose e n la preocupaci6n po r e l hombre y en la conciencia ideol6gica con el mundo. Re be li6n de s pué s es una cre aci6n literaria de la objetivi dad paraguaya a través de la observaci6n sub- jetiva, intuida por un art i s ta talentoso. El crea una vi- si6n dirigida hac i a la vocac i 6n a l a muerte de s u p ueb l o e n un momento h i st6rico, momento en el cual d i c ho p ueblo empi ~ za a mostrar signos de rebeldia tend i entes al c ambi o revolu cionario. Dejemos expresar a Linco ln Silva qué se propuso e n Rebeli6n despu~s: "Quise penetrar hasta el fondo d e nuestra desgracia y nuestra impotencia, frente a un siste ma que nos trata como a bichos, que introduce agujas eléctricas en el cuerpo de cualquier hombre que reclame un poco de justicia, o hable simplemente de sus derechos. Claro que es una obra de ficci6n, que no sólo no le ocurri6 a nadie, en particu- lar, sino que le puede ocurrir a cualquiera de nosotros, ¿no?". 4 Las preguntas clave de Rebeli6n después son l a s si- guientes: ¿Quién soy? se pregunta Lázaro L6pez, el protago - nista. ¿Paraguay, qué es, qué fue y qué será? La s dos pr~ 4Rufinelli, Jorge, Ibid, p. 31. 132 guntas están ligadas en la preocupaci6n del ser humano tan- to existencial como social. De este planteamiento resulta una tercera pregunta referida al nivel estructural y esti- lfstico: ¿Qu~ quiere crear el autor? Lincoln Silva aporta a la narrativa paraguaya un nuevo elemento que no se ha abordado hasta hoy: "el reflejo de la realidad de los últimos años, especialmente a partir del momento en que Alfredo Stroessner se entroniza en el p~ der". 5 Rebeli6n despu~s es testimonio de este presente, so bre el cual no habla la historia oficial. Es novela de la violencia, que representa en forma breve y elemental las ca racterfsticas de esta corriente literaria actual. 6 b) La estructura de Rebeli6n despu~s, expresi6n del estado interior del protagonista La novela es moderna e innovadora sin presentar las dificultades estructurales de la nueva novela. Su forma es cerrada en el plan narrativo que empieza en el nacimiento del protagonista Lázaro L6pez y cierra con su muerte inevi- table. En el plan espiritual la novela es abierta; proyec- ta su asunto en un futuro incierto. Rebeli6n despu~s tiene 5Ed "t " i or. Rostros de la tortura, Rebeli6n despu~s por Lin- coln Silva", en Análisis, Buenos Aires, núm. 518, feb. de 1970, s.p. 6 Los datos biográficos y los datos sobre actividades y pla- nes de Lincoln Silva están tomados de la carta personal !bid. ' 133 un marco exterior que es la estancia de Lázaro López en la prisión para presos politicos en la capital de su pais. En tiempo y espacio definido, la presencia del protagonista en este lugar es punto de partida a sus recuerdos, a sus expe- riencias, a sus comentarios y a su deseos. Los recuerdos convergen con la situaci6n del presente y parten de nuevo. Para la forma narrativa se usa la tercera persona en las p rimeras cuatro páginas que relatan el nacimiento del prot~ gonista y su primera infancia. La historia del joven, tan- to su vida exterior como interior se narra en la primera persona singular, en el "yo" de Lázaro López. Se percibe lo que él puede alcanzar en su conciencia reflexiva. No hay distancia entre el narrador y los acontecimientos. La novela se divide en 25 partes o capitulas. En cada capitulo se revela un acontecimiento clave de la vida del pecsonaje central basado en el ambiente histórico, geo- gráfico y social de su pais, Paraguay. Dentro de un capit~ lo encontramos un desarrollo dramático en tiempo cronológi- co que se interrumpe y se complementa por la situación pre- sente en la prisión. A veces el cambio tipográfico (cursi- vas) indica la interrupción del presente por el pasado, de s ucesos reales por imaginativos o de diálogo por descrip- ción. Los recuerdos le aclaran y explican poco a poco al protagonista el po r qué de su ~uerte violenta y el porqué de 134 A E TIT A == ITA = = slo a ra llegar a la realidad brutal, compleja y verdadera del presente. No se trata de presentarla a través de mundos ra cionales y lógicos; las visiones rápidas crean atmósferas más que situaciones con gran movilidad entre las escenas. A través de las imágenes fragmentadas se desenmascara más y más la totalidad de la situación. La atmósfera se percibe en el nivel de los sentidos que conmueven la emoción del lector que conecta lo subjetivo con la objetividad. La novela se enlaza con otras novelas modernas de búsqueda de la identidad de un personaje y de su país, por ejemplo Artemio Cruz en México o Alvaro en España en Señas de identidad, de Juan Goytisolo. Llegar a la identifcación significa en las tres novelas la muerte del protagonista. Sin embargo hay una diferencia esencial entre las búsquedas de Artemio Cruz, de Alvaro y de Lázaro López. Para Artemio Cruz la única esperanza muere con su hijo. En sus horas de agonía él proyecta lo que hubiera podido ser su vida a su "t6”, a un futuro hipotético, que su "yo" nunca ha vivido. Aunque aparezcan en la novela una sociedad y un tiempo, "es la historia de un destino personal, intransferible, que se cierra con la muerte del protagonista". ? carlos Fuentes en Carballo, Emanuel. Diecinueve protagonis- tas de la literatura mexicana del siglo XX, México, Empre- sas Edit. , 1965, p. 437. 135 la situaci6n de su pafs en el cual sucede esto. Hay que re ver cada seña, hay que reinterpretar todo lo que sucedi6 p~ ar li ad rutal, pleja r adera el r sente. o ta e r sentarla és e undos ales 16gicos; s i i nes i as an 6sferas ás e i nes n ran ovilidad tre s enas. és e s ágenes a entadas ascara ás ás t l ad e ci6n. a 6sfera ercibe n l i el e s ti os e ueven oci6n el tor e necta jeti o n jeti idad. a vela laza n tras velas odernas e G.squeda e ti ad e n rsonaje e afs, or plo rt io ruz n éxico lvaro n spaña eñas e ti ad, e an oytisolo. legar ti ci6n ifica s s velas uerte el r tagonista. in bargo ay a i r ncia ncial tre s G.squedas e Artemio ruz, e lvaro e ázaro 6pez. ara rt io ruz Gnica eranza uere n ijo. n s ras e onía l r yecta ue biera dido r i a tG.", n t ro i otético, ue o" nca a i ido. unque arezcan n vela a i ad n e po, s ist ria e n sti o rsonal, sferible, ue i ra n uerte el r tagonista". 7 7 carlos uentes arballo, anuel. ieci ueve rotagonis- s e t ra exicana el lo X, éxico, pre - s dit. 65, . 37. Alvaro, en Señas de identidad es una espec i e de es - pectador de sf mismo y de su pafs. Juan Goytisolo pone e n duda la historia y la cultura d e España. Para Alvaro el presente es incierto, el pasado es muerto y del futuro no espera nada. Su actitud ante la vida es pesimista. La úni ca esperanza se anuncia en el nivel del lenguaje: prime ro hay que criticar y denunciar y destruir para poder construir algo nuevo algún dfa. La búsqueda de Lázaro no es l a de un viejo agonizante en su resignación ni tampoco la de un ind~ viduo muy pre ocupado por sf mismo y por su pafs durante un largo tiempo. Lázaro fue un ser no-consciente corno los dos otros protagonistas; Lázaro adquiere conciencia mientras que su presente ya no está en sus propias manos igual a los otros dos, pero con su último grito de "¡Nooo ooo!" ex- presa que no acepta la realidad de su muerte violenta. Aun que muera corno individuo, no muere su grito d e "¡Nooo ooo!" Su camino es "el camino de un hombre y de mucho s a la vez 11 8 (p . 12). Con su muerte no se cierra la búsqueda, po~ que no es la de un individuo aislado. La trayectoria de la esperanza de Lázaro va hacia el futuro: Rebelión d e s - p u ¡§ s. Se puede matar a inocentes o a rebeldes; l o que no se logra matar es la rebe lión. La conciencia e s el p ri~ cipio, lo que sigue es la acción. Respecto a la realidad, tanto Fuentes corno Goytisolo tiene n conciencia p rofunda de 8Las páginas indicadas se r ef i e r e n de aquf en ade lante a Re- belión despui§s, de Lincoln Silva. 136 e lla y su crftica del sistema social es mordaz; pero el in- dividuo se queda sólo con su enajenaci6n. En Rebeli6n des- pués, Lázaro empieza a enterarse de las causas de ésta y de l movimiento antiimperialista que lucha en su contra. La revisi6n de los episodios de la vida de Lázaro ocurre en la forma narrativa del "mon6logo interior", subr~ yado en cursivas. El mon6logo interior de Lázaro no es un "fluir libre de la conciencia" como en James Joyce, para quien fue "la forma interna de la relaci6n épica de situa- 9 ciones y caracteres". Tampoco es un recurso técnico como e n Thomas Mann quien lo utiliz6 "para descubrir y poner de manifiesto una rea lidad que está muy por encima de las cir- . . d. t " 10 cunstancias 1nme 1a as • En Lázaro el flujo de asociacio nes está provocado por el dolor ffsico, por el pánico emo- cional y por las confusiones espirituales que sufre en las torturas. El espfritu no acepta lo que el cuerpo sufre sin poder defenderse y busca desesperadamente el porqué de lo que sucede. El "mon6logo interior" surge de la necesidad del yo que trata de no perder su integridad que es atacada de manera tan amenazadora tanto ffsica como psfquicamente. En e ste sentido el mon6logo interior define la novela como p rincipio de construcci6n, dentro del cual se abren las es- tructuras poéticas, mfticas, aleg6ricas y teatrales de Re- beli6n después. :¡ Baqu e ro Goyanes, Mariano. Estructuras de la novela actual, Barcelona , Edit. Planeta, 1970, p. 51. 137 :emá tica para estos niveles estructurales: el gran escenario teatral es toda la ciudad de Asunción, "donde se ensaya la alegoría de todos los tiempos y donde los papeles por orden de aparición, son: 1. EL SILENCIO 2. EL TERROR 3. LA DELACION 4. LA LIBERTAD 5. LA DICTADURA 6. LA DEMOCRACIA 7. LA CORRUPCION 8. EL PUEBLO 9. LA POLICIA 10. LA IGLESIA 11. EL EJERCITO 12. LA MISERIA 13. LA REVOLUCION (la dificultad de lle var a escena este personaje, hace que la obra no valga nada y a lo largo y a lo ancho del escenario crezca la frustración como yerba mala)" (pp. 78-79). Silva usa como método artístico un "efecto de alejamiento" al presentar la realidad proyectada a una función teatral; un segundo nivel narrativo se logra al escoger la forma de la alegoría, en la cual las preocupaciones y las pesadillas del autor adquieren rasgos de papeles humanos. En el concepto temporal de Rebelión después existen tres secuencias narrativas. El presente es el tiempo real de la novela. Paralelamente el "yo" del protagonista vive 138 Lincoln Silva da al l ec tor una especie de guia tern~ a ara t os i eles t ctura l es: l ran nario tral s a ad e sunción, nde saya oría e os s ie pos nde s peles or r en e arición, n: l CIO . OR . LACION . D s. I RA . OCRACIA . RUPCION . BLO . LICIA 0. ESIA ll. CITO 2. ISERIA 3. LUCION l ifi ltad e ar ena ste rsonaje, ace ue ra o alga da o cho el enario zca t i6n rno erba ala)" p. -7 9 ). il a sa rno étodo rtí ti o n fecto e iento" l r sentar li ad ectada a ci6n tral; n ndo i el rrati o ra l ger a e l oría, al s cupaciones s sadi las el tor quieren os e apeles anos. n l ncepto poral e ebeli6n spués isten s encias rrativas. l r sente s l ie po al e vela. aral l ente l o" el r t gonista i e ili dades del tiempo subjetivo en alucinante simultaneidad de pasado, presente y futuro y en el espesor de las vivencias individuales que crean para el tiempo una magnitud propia, 44 La limitación del flujo temporal está en psicológica”. la no-voluntariedad espiritual de su personaje. Los aconte cimientos del pasado se concentran más y más hacia el pre- sente para coincidir con él en la última página, en la cual se anuncia a la vez débilmente el futuro. Aparte del tiempo definido hay un plan diferente en la apertura temporal tanto hacia un pasado lejano y eterno como hacia un futuro abierto e indefinible. El pasado es la historia del Paraguay, es la historia de sufrir y de mo- rir representada por las ancianas "flotando en el espacio y en el tiempo, como ensayándose para la eternidad" (p. 12). El futuro significa la esperanza, la posibilidad de la trans formación, sin saber exactamente cómo y cuándo. El espacio está conectado al tiempo. En el presen- te se limita a la prisión o más exactamente a un cuarto en la prisión. Es un espacio cerrado y limitado de donde físi camente no hay salida. Los espacios del pasado son los lu- gares en los cuales se cumplió algo importante en la vida A — M castagnino, Raúl H. Tiempo y expresión literaria, Buenos Aires, Edit. Nova, 1967, p. 32. 139 en él y en la "intimidad subjetiva" de un tiempo psicol6gi- co o del alma. En Lázaro coexisten "las infinitas posibil~ des el ie po bjetivo l i ante ultaneidad e sado, r sente t ro n l esor e s i encias i i uales ue an ara l ie po na agnitud r pia, i l6gica". 11 a i it ci6n el jo poral stá n - oluntariedad iritual e rsonaje. os nte i ientos el sado ncentran ás ás acia l re- nte ara incidir n l l a gina, n al uncia ez il ente l t ro. parte el ie po fi i o y n l n i rente ertura poral to acia n sado o t r o o acia n t ro ierto efinible. l sado s i t ria el araguay, s ist ria e frir e o- ir r sentada or s cianas do l acio l ie po, o ándose ara i ad" . 2). l t ro nifica eranza, sibili ad e s aci6n, i ber ct ente 6 o ándo. l acio stá ectado l ie po. n l r sen- ita ri i6n ás ct ente n arto risi6n. s n acio rr do it do e nde fsi ente o ay li a. os acios el sado n s - ares s ales pli6 l o i portante n i a 11castagnino, aúl . i po presi6n ria, uenos ires, dit. ova, 67, . 2. de Láz a r o . El espacio, en donde sucede lo qu e e stá a trás de l a tortura e n l a c árcel es Asunc i 6n, e s l a capital d e Pa raguay . Como en e l concept o temporal de la novela también e n l a d i mensi6n e s pacial e x i s t e la apertura ampl ia. El 0 - pac i o del p asado s e p ierde e n " una c o r diller a de sco noc ida" y "en u n rfo sin nombre fijo" (p . 9 ). El or igen del hombr e s e present a c omo un a n tes integrado c6s micame nte sin i mpo r - t ancia de tiempo o espa cio definido , p ensamie nto que toda - vfa se mantiene e n los pueblo s indfgenas . Con e l milagr o del "parto entre las cenizas" (p. 10 ) se enlaza el pasado con el presente y el futuro "de un p a f s q ue e xist e , zozo - brando sobre el tremedal de su histo ria increfble". (p . 1 2 ). El anuncio "se difundi6 por toda l a serranfa , lleg6 ha sta las orillas de la selva y penetr6 rápidamente en los pueblo s vecinos y lejanos ••• " (p. 10). El espacio perdido se puede superar en la comunicaci6n y en la esperanza del futuro. En la apertura de la conciencia orientada hacia la solidari dad con el Tercer Mundo el espacio se extiende hacia otros pafses. La fluencia temporal que parte de un permanecer es- pacial exterior -leva el ritmo en el cual se revela la tra- ma de la novela. Al sentir la "musicalizaci6n" d e Rebeli6n después, caracterfstica muy obvia en la novela moderna, 12 12saquero Goyanes, Mariano, Ibid, cap. VIII. 140 recuerda la estructura del Bolero de Ravel. En esta compo- sici6n se empieza a desarrollar lentamente un tema musical que pasa de un instrumento a otro variando cada vez y aume~ tanda la intensidad, la participaci6n de los instrumentos, el tiempo y la potencia del sonido hasta unir a todos los elementos en un final culminante y abrupto. En Rebeli6n después se percibe algo parecido: cada situaci6n de los re- cuerdos varia en las circunstancias pero en el fondo la esencia gira alrededor del mismo tema, aumentando la ten- si6n interior y la intensidad de la tortura hasta acabar con la culminaci6n de la i dentificaci6n de todos los signos, que significa al mismo tiempo el final del libro con la muerte del protagonista. La variaci6n fugaz y repetitiva es una necesidad interior por el estado del "yo" de Lázaro. Una frase se repite varias veces en la novela como un leitmotiv que conecta las imágenes de Lázaro con la si- tuaci6n del presente. "¡Es él!" ¡El ha sido!" grita Lila denunciando a Lázaro. Esta exclamaci6n está clavada en su mente. Fue un momento tan significativo, que solamente por revivirlo repetidas veces en la resistencia de reconocer la cara verdadera de Lila y la cara verdadera de la situaci6n politica de su pais, "las imágenes se van limpiando lenta- mente ... " (p. 127). Muy marcadamente se presenta la influencia del cine en la estructura de la novela. Los capitulas son más bien 141 escenas puestas una tras otra en forma de montaje. Todas funcionan directamente en relación con el desciframiento de la realidad que le parece inexplicable al protagonista. No hay dis c ursos abstractos de tipo ensayo o panfleto, ni par- tes con vida separada del sentido de contribución para el desarrollo de la novela. Esta unidad estructural se compr~ bará en los demás niveles de la visión poética. Rebelión desoués es la más cinematográfica de las tres novelas. Permitiría una adaptación a l cine sin tener que cambiar la narración en su esencia 1ntima. Otras técnicas del cine comparecen igualmente al l~ do del montaje. El movimiento acelerado se verifica en el captar de imágenes rápidas y fragmentarias de Lázaro entre dos aplicaciones de la tortura. El fade-out de cortes a ve- ces violentos y a veces lentos sucede por los cambios de mé- todos de tortura que interrumpen y provocan la imaginación del protagonista. El slow-up que detiene una situación lo más posible estructura las escenas de la tortura en su caracte- rfstica de parar el tiempo cronol6gico. En el close-up ex- terior, el lector ve a través de los ojos de Lázaro a sus torturadores en su presencia f1sica. Interiormente el clo- se-up forma parte esencial de la estructura En la introspe~ ción de Lázaro. El flash-back es necesario para ir a las rafees de la comprensi6n, técnica que se usa mucho en las - novelas policiacas; el flash-forward es importante en la an ticipación de la muerte del personaje, sin dejarle al lec- 142 tor la menor ilusi6n o duda sobre la gravedad de la situa- ci6n. c) El lenguaje, manifestaci6n de la preocupaci6n social de un autor comprometido De las tres novelas presentadas, Rebeli6n después está escrita en el lenguaje más sencillo y elemental. No es un lenguaje simple, que careciera de finura en la expre- si6n poética pero tampoco es un lenguaje que rompe con las reglas como en la nueva novela. Se usa el habla popular paraguaya, el dialecto gua- ran1, el lenguaje tradicional del mundo hispánico y lo más renovador de una literatura ya integrada universalmente. En esta sintetizaci6n del lenguaje, Lincoln Silva sigue el camino de los grandes escritores latinoamericanos como Cor- tázar, Fuentes y Vargas Llosa. Mientras que para ellos es una meta llevar al lenguaje a los más complejo abarcando una infinidad de formas posibles, el joven escritor Lincoln Silva usa solamente algunos recursos técnicos y estil1sti- cos para hacer visible la realidad que se caracteriza ejem- plarmente en su visi6n creada. Consideramos que el poeta moderno intenta liberar a las palabras de su carga semánti- ca heredada dándoles "su aire de recién nacidas 0 , 13 entende 13 Befumo Boschi, Liliana y Calabrese, Elisa. Nostalgia del futuro en la obra de Carlos Fuentes, Buenos Aires, F. Gar cía Cambeiro, 1974, p. 152. 143 A A A A Le eo iio -—- 3iñcoln Silva: "Refrescaba aquella noche y en el estero las ranas bramaban como terneros. El viento sur sacudía los árboles y con su silbido amenazaba las puertas" (p. 13). La prosa se acerca a la poesía. La realidad que se abre en esta visión está mucho más allá de las puras apariencias y tiene su fluir E ._ 14 poético muy propio. Las metáforas crean imágenes poéticas y expresivas: El país aparece como "un cementerio solo" (p. 12). Lázaro se fugó en "una noche sin memoria" (p. 12) y Lázaro y Lila entraron "en una región llena de relámpagos como si cayeran estrellas derretidas en las venas..." (p. 56). Repentina- mente hay un cambio a lo más soez del habla de los milita- res: -"El Ejército se va a emputecer con ustedes, ¡puñeta!- aulló el sargento..." (p. 56). El español de la clase baja se reduce a formas ar- caicas mezcladas con palabras en guaraní: "Esa Juliana e un depóca che ama, se jue a bañarse con periódo y todo..." (p. 78). El paraguayo linguísticamente no es "contemporá- neo" y universal. En su bilinguismo se queda atrás en la 1471 modernismo fue el primer movimiento en el cual la poe- sía y la prosa empezaron a formar una sola unidad. El poema en prosa y la prosa-poesía enriquecen los géneros literarios en nuevas creaciones. En Silva el ritmo de la poesía determina la forma de la narración. 144 mos lo que es lo poético en l lenguaje de Li ~coln ilva : efrescaba uella che n l t ro s as aban o eros. l i nto r udfa s oles n i o enazaba s ertas" . 3). a r sa e erca esfa. a li ad e re n sta i i6n tá ucho ás llá e l s ras ariencias ti e ir ~ . 4 po~tico uy r pio. as etáforas an ágenes éticas presivas: l afs arece o n enterio lo" . 2). ázaro 6 n na che i emoria" . ) ázaro il a tr ron n na i6n ll a e lá pagos o i eran stre las erreti as s as .•• " . 6). epentina- ente ay n bio ás ez el abla e s ilita- s: l jArcito a putecer n st des, ; fieta!- ló l nto ••• " . 6). l afiol e l se aja e uce as r- icas ezcladas n labras n aranf: sa li na n 6ca e a, e e fiarse n ri6do • " . 8). l r uayo in üf c rnente o s t porá- eo" iversal. n i in üi o eda trás 14El odernis o e l ri er ovimiento n l al oe- fa r sa pezaron ar a la idad. l a n r sa r sa-poesfa ri ecen s neros ri s n evas ciones. n il a l o e esfa t r ina a e rraci6n. tendencia del continente hacia la intercomunicaci6n. 15 Co- mo contraste existe la costumbre de enseñarles a los estu- diantes escolares el latin. Es un lenguaje cargado con la tradici6n europea que tiene su signif icaci6n en ciertos es- tudios elevados. Usándolo en relaci6n con las inquietudes de un adolescente como la masturbaci6n, lo lleva a la cari- catura y al absurdo: "El hombre se masturbaba con oraciones tales como: 'Secundum nostrae civitates jura'." (p. 65.) En el habla del padre Castilla se expresa la tradi- ci6n cat6lica con el afán de detener cualquier progreso: "¿Deseáis acaso que este pueblo sea barrido por la Ira Divi na? ¿Os esperaréis que venga el Comunismo, para daros cuen ta que el reino del demonio ha llegado?" (p. 47). Frases de conjuro como éstas niegan a la gente una vida humana en esta tierra. El lenguaje barroco de la Iglesia sirve ade- más para desposeer a la gente humilde de lo poco que es su propiedad: "-¿Para qué necesitáis llenar vuestras casas de espejos, adornos y cortinas, si atrás de esas baratijas es- candéis la lujuria, el pecado y la impudencia? En lugar de consumiros e n la vanidad, no debiérais escatimar esfuerzos para terminar este templo, donde se adora al Padre, al Hijo y al Espiritu Santo" (p. 47). 15 "Ya se ve que po r todos los caminos, los de la lengua ha- blada y de la lengua escrita, el signo de nuestra época es el universalismo", dice Angel Rosenblat en Lengua li- teraria y lengua popular en América. Lincoln Silva demues tra c6mo el Paraguay se resiste a esta tendencia. - Rosenblat, Angel. Lengua literaria y lengua popular en América, Caracas , Universidad Central de Venezuela, Facul tad de Humanidades y Educaci6n, 1969, p. 127. 145 Un lenguaje sencillo y comunicativo se limita a la gente que vive en un ambiente de familia y de amistad. Pe- ro aun en esta intimidad está puesto en peligro por el pro- blema de la denuncia como en el caso de Lázaro y Lila. Es- tos métodos fascistas provocan el silencio entre los pro- pios miembros de una familia. En las exclamaciones de "¡Huraaaaaaaa!", de "¡Arri- baaaaaaaaa!" y "¡Vivaaaaaaa!" de quinientos hombres al reci bir al "Ilustrfsimo Huésped y ciudadano de la patria, Dr. Marcus Roberson", se percibe la farsa de la "amistad". Len guaje oficialmente dirigido en unos gritos no es lenguaje de comunicación; es lenguaje violentado y cortado. El len- guaje polftico y oficial sol~mente existe en clis~s y fra- seologfas. Los "Dioses" no se dirigen al pueblo. El len- guaje está sustituido por la violencia estatal. Sus porta- voces, los sargentos torturadores y guardias en la prisión se limitan a decir unas frases repetitivas: "- Todo el mundo está enterado, chamigo. - ( ... ) - Sabemos que te trajeron por cosas inciertas. - ( ... ) " (p. 121) No vale la pena apuntar las palabras de Lázaro, el prision~ ro, porque nadie lo escucha. Solamente cuenta el lenguaje conforme con el sistema. No hay diálogo. Las voces de la oposición se oyen como toses y gritos que forman el "coro 146 ag6nico" en la prisi6n (p. 119). Con naturalidad Lincoln Silva integra elementos del realismo mágico, caracter1sticas estilísticas de la vanguaE dia y rasgos del rnodernisJllO y del romaaticismo en su novela. se usa la sinestesia: •1as balas le .silban a uno en las en- trañas• (p. 18), la asociaci6n 11ri,cja y · fon~tica (jitanjáf~ ra): "¡Lila lira! ¡Lila luna! ¡Lila lucero! ¡Lila locura! '" (p. 56) y la asociaci6n vocálica (juegos poranomásticos): "las ra- nas bramaban", "mosquitos y bichos" (p. 13). Como los poe- tas del expresionismo juntaron adjetivos y sustantivos car- gados de un sentido especifico, Lincoln Silva empieza su . ....... ·- ~.. "\. primera página con palabras como "cuchil!os", "poncho rojo", "perros rabiosos", "sangre", "ceniza•,,. "sollozos", "gritos", "silencio", "llanto", "matanza". Sin qu·e sucediera en esta primera página más que un parto en circunstancias peculia- res, el lector entra de golpe en un ambiente de angustia, de violencia, de tristeza y de muerte. La atm6sfera de la violencia se crea en la primera página en las imágenes percibidas visual y auditivamente. En otras páginas se logra la misma impresi6n mediante la descripci6n naturalista que recuerda la escena del asesina- 147 A o cuarto salía una voz que parecía ser femenina y que pude comprobar más tarde, cuando una orden del gringo hizo que el mulato abriera la puerta y apareciera una mujer delgada y peregrina" (pp. 24- 25). La misma atmósfera de la violencia se crea en el con- traste de las imágenes del paisaje de tipo costumbrista y los rostros de la muerte y del silencio en ellas o en des- cripciones románticas del amor entre Lázaro y Lila mientras que ya se conoce el desenlace. Lincoln Silva crea un lenguaje poético, que es be- llo y cruel, fino y tremendo según la temática de la escena. Implícitamente corre la crítica en toda la visión poética. "Enfrentar la realidad es muy difícil", dice el autor, "y quien no recurra al fusil tendrá que recurrir necesariamen- te a la metáfora. Y nada es sencillo como algunos creen, pues para tomar el fusil hay que tener conciencia y coraje, y para escribir un buen libro hay que tener talento, oficio Y amor por el género humano”,** cualidades que Lincoln Sil va demuestra y expresa en su novela. La armonía es algo del momento: "Cuando el sol da la cara, flores de todos los agujeros, reflejos por cualquiera parte, y el día como que- riendo forzar la belleza al máximo" (p. 100). Después de la cima viene la caída: "Es que el sol quema y la tierra hierve, en el talón se pueblan rajaduras donde el silicio y A Rufinelli, Jorge, Ibid, p. 3l. 148 to de Maria en Woyzeck de Büchner: "Eran en total como cua- tro, tal vez cinco. De hacia el fondo del cu~rto lia na z ue arecia r enina e de probar ás e, ndo a r en el ri go i o e l ulato riera erta areciera a ujer l ada regrina" p. 4- 5). a is a 6sfera e i l ncia a l n- ste e s ágenes el aisaje e o st brista s stros e uerte el cio n ll s n es- i nes ánticas el or tre ázaro ila ientras e a oce l esenlace. i coln il a rea n uaje ético, e s e- ruel, o re endo ún ática e cena. plicit ente re riti a a i i6n ética. nfrentar li ad s uy ificil", ice l tor, ien o u ra l sil drá e u rir esari en- etáfora. ada s ci lo o nos r en, es ara ar l sil ay e er nciencia raje, ara cribir n en ro ay e er nto, ficio 16 y or or l nero ano", ali ades ue i coln i! a uestra presa vela. a onia s l o el omento: uando l l a ara, res e os s ujeros, fl jos or alquiera arte, l ia o e- do r ar ell za l áxi o" . 0). espués e a i ne ida: s ue l l a rra i rve, l 6n eblan uras nde l io 16 ufinelli, rge, id, . 1. MB el calcio le dieron una resignaci6n mineral, una especie de futuro de piedra" (p. 101). En la petrificaci6n se anuncia la muerte. En el lenguaje, la tradici6n hacia el pasado simboli zado en el lat!n, ayuda al sistema a mantener el status quo. Para la problemática del presente se necesita un nuevo len- guaje directo: "Acá y en otras par.tes, lo que hay que apre!!. der son frases que pregonen la violencia y se pueda usarla contra los opresores como si nada fuera" (p. 65). Esta pr~ clamaci6n coincide con nuevas ideas pedag6gicas sobre la educaci6n en el Tercer Mundo orientadas en la realidad y en l "b "6 17 la 1 eraci n. d) La historia nacional o "El silencio de los cementerios" Dentro de la pregunta central de la novela ¿Qué es el Paraguay?, el autor extiende su basqueda hacia el pasado. ¿Qué factores de la historia influyen en el ambiente de la vida actual de los personajes y c6mo interviene la historia en la polftica actual del pafs? La novela está precedida por un epfgrafe tomado del himno de los guaranfes: "Quien pregone cosas viejas no pasará del ocaso. 17véase Freire, Paulo. Pedagogfa del oprimido, México, Siglo XXI, 1970. 149 El polvo de su lengua enarenará su sangre y será su coraz6n desierto". Lincoln Silva se dirige en contra de lo estático del pasado. Vivir este estado de ánimo en la actualidad significa mori~ se espiritual y f1sicamente. Las escenas breves se presen- tan como fragmentos de la historia. No es necesario descri birla detalladamente con todas sus consecuencias. Lo esen- cial para Silva es crear la atm6sfera de ella cuyo equiva- lente es la violencia mortal que ha transformado un pueblo vivo en un pueblo muerto. Las imágenes de una tierra-cernen terio, protesta y nostalgia a la vez, recuerda a los poemas del paraguayo Herib Campos Cervera, que expresa este senti- miento 11ricamente: " ... Un puñado de tierra que lleve entre sus labios 1 . 1 d t t " 18 _a sonrisa y a sangre e us muer os ... Después de la guerra civil Paraguay qued6 destruido: "El pa1s era un cementerio solo, con arsenales vac1os y trincheras rellenas de cadáveres oficialistas y opositores" (p. 12). No tenia importancia en qué lado luchaba uno; el destino inevitable de la muerte violenta les tocaba a todos. 18campos Cervera, Herib. "Un pufiado de tierra", en Enrique Anderson Imbert, Eugenio Florit. Literatura h i spanoameri- cana, Antolog1a e introducci6n hist6rica, New York, Holt, Rinehart and Winston, 1970, Tomo 2, p. 371. 150 La imagen se repite en la descripción de un pueblo: "Como si durmieran para siempre sus habitantes, el pueblo era un cementerio con arenales entre las pequeñas casas .•• " (p. 49). Ya no hay matanza ni enfermedades; ya no existe la vi da. La capital, en general sfmbolo de la vida moderna de un pa1s, más orientada hacia el futuro en su intensidad enajenante, en Paraguay es "la más silenciosa capital echa- da sobre la tierra •.. " (p. 76). Tanto en el campo como en la ciudad el reino de la opresi6n y de la explotaci6n ha lo grado aplastar al hombre. La tierra~cementerio está más cerca que el cielo-esperanza. La concepci6n es fatal; el hombre se ha entregado a su destino. En esta capital no existen seres humanos, solamente "pasean pesadillas y silen cios con ropa humana" (p. 76). Aqu1 se ha borrado el 11mi- te entre vida y muerte, entre realidad y sueño en un gran silencio. La visi6n sombrfa sustenta el mundo de Pedro Pá- ~, donde las voces susurran procedentes del pasado y don de lo único cierto es la muerte. En Pedro Páramo se crea un mundo que "enseña la ilusi6n de la vida y la realidad de la muerte 11 • 19 Juan Rulfo eterniza la muerte, culturalmente enraizada en el ind1gena. El mundo de Lincoln Silva es un mundo muy parecido con las mismas caracter1sticas de la so- 19J.ll . i Levine, Suzanne, Ibid, p. 22. 151 ledad, del silencio, en donde la muerte tiene más fuerza que la vida. El valle a donde van Lila y Lázaro es "un valle de lágrimas" (p. 90), allf escuchan "LA CANCION DE LOS HIJOS PERDIDOS" (p. 91). C6mo puede haber vida en una tierr a "donde las rafees se abren paso entre los huesos y las cen! zas de los humillados" (p. 96). La plenitud está perdida. Esta tierra paraguaya ya no es fértil. La violencia ejerc! da en las guerras y en la explotaci6n tanto de la tierra c~ rno del hombre, la ha desprovisto de su estado original de plenitud. El hombre no quiere ni puede romper sus lazos con ella; sin tener la posibilidad de realizarse en el tra- bajo constructivo en la tierra y con la tierra, el hombre la busca en una muerte antes de tiempo. Para los grupos te rratenientes la Reforma Agraria prosigue siendo "lengua muerta" (p. 65), un latinajo. En la visi6n hist6rica, mito y realidad no se sepa- ran. Están unidos corno desde hace siglos en l as culturas indfgenas. En este aspecto Lincoln Silva se ubica dentro de la literatura moderna en la sucesi6n de Miguel Angel As- turias y Juan Rulfo, los grandes escritores del realismo rn~ gico. Dentro de este mundo básicamente regional, tanto en Asturias y en Rulfo corno en el joven Silva, parte esencial de la búsqueda de la identidad significa la identif icaci6n con la historia del pafs a trav~s de la conciencia mf tica corno "único recurso que posee el hombre primitivo p~ra lo- 152 grar un acercamie nto comprensivo al mundo que lo rodea, y, 20 a la ve z, conoce rse". Al constru i r e identif i car la "con cienc i a mft i ca " de l paragua yo, se forma en el protagonista l a " conc iencia critica" sobre la historia, que reconoce en el do l or de l hombre la fuerza para luchar por su liberaci6n. En la historia existfan intentos para cambiar el pafs-cementerio en un pafs que funcionara como base de la v ida. La "insurrecci6n de los descalzos" (p. 85) carecfa de medios y se perdi6 en un gran silencio. Los esfuerzos aisl a dos estaban perdidos antes de que empezaran: "-Como p~ rros hay que terminar con estos contreras- gritaba el Alca! de Cirilo Cabrera, mientras revolvfa su cuchillo en las tr~ pas de l maestro Jesús Mancuello, sujetado por cuatro solda- dos contra el murall6n de Paso Tanquera" (p. 72). Para se- guir viviendo hay que inventarse "una rafz heroica" (p. 96) que c ubra la t r agedia co n una mentira melodramática. La h isto ri a conflictiv a se simboliza en la muerte y l a l eyenda d e l héroe Solano L6pez cuyo nombre usan los pol! ticos de un lado y de otro. Aunque él muri6, la lucha no está decidida. El escenario bélico en el cual se encentra- ba, se ha reproducido en un cuadro. Como este cuadro es ob jeto de la contemplaci6n y la concientizaci6n de Lázaro L6- pez, quien toma forma comparativa en él, toda la historia 20 Bef umo Boschi, Liliana, Calabrese, Elisa, Ibid, p. 16 153 es el cuadro mismo que ha permanecido en la escena actual. e) La política nacional o "Terror mitol6gico en el teatro del absurdo" La política del país está determinada por el impe-- rialismo: "Ganamo la guerra, perdimo la tierra y se vinie- ron lo gringos" (p. 96), dice el soldado Eleuterio. Lo s gringos "pagan bien a sus empleados" (p. 41), y "andan ca- vando pozos de pitrolio ••• " (p. 96). Los Estados Unidos de América aparecen como el "Imperio" que simboliza un mundo mítico que se ha sobrepuesto en su totalidad al pequeño pu~ blo del "Supremo Mburuvichá". La omnipotencia del imperio se personifica en la figura del "Embajador Itinerante Dr. Marcus Roberson". Obviamente es una alusi6n a la visita de Nelson Rockefeller al Paraguay, cuando el régimen "lanzó contra los estudiantes todo su aparato de repre si6n". 21 El imperialismo se ha metido en forma invencible con su poder mítico en un país caracterizado por un subdes ~ rrollo alarmante. Del lado del imperialismo y en nombre de su poder omnipotente el Mburuvichá solamente es un brazo prolongado de los Estados Unidos; es un títere que domina al país como un brujo o el diablo mismo siendo la única ins 21 . Romero Bastos, Raúl. "El Paraguay , entre el terror y la revoluci6n", en Cuadernos Americanos, núm. 3, México, mayo/junio, 1970, p. 36. 154 tancia en el bien y el mal. El pafs se transforma en un "infie rno en la tierra" (p. 81). Como un infierno en la tierra , como un tiempo "del demonio liberado" describe Georg Lukacs el pe rfodo de Cervantes en España. Esta situaci6n estaba relacionada con la desesperada lucha de la religi6n por su renovaci6n d e ntro de las formas mfsticas mientras se 22 iniciaba un cambio de valores espirituales en el pafs. Como en aquel tiempo la religi6n, ahora el imperialismo ha- ce su último intento de mantener su funci6n de omnipotencia. Es un mito puro, eterno en su significado, grotesco en su frenesf y equivocado en su ignorancia frente al tiempo. Los c6mplices más fieles del sistema imperialista son "esos grupos llamados terratenientes" (p. 65), luego los limitares y los que viven en el barrio más tranquilo y elegante de Asunci6n. Para el resto de la poblaci6n es me- jor "cerrar el pico" (p. 22). Existe una "oposici6n Parla- mentaría", pero con la seguridad de ir como los demás al exilio, a la cárcel o estar "escondidas para siempre bajo tierra" (p. 23) c asi nadie abre la boca. Los únicos que tienen derecho a vivir son los grupos en el poder y los ca- llados que nunca ponen en duda este orden social. Para los atrevidos, que a pesar de la represi6n, ex 22 Lukacs, Geo rg. Die Theorie des Romans (La teorfa de la no v e l a) , Ei n geschichtsphilosophischer Versuch Uber die Far men der grosses Epik, Berlin, Luchterhand, 1971, p. 20. - 155 presan que no están de acuerdo con esta realidad, existen métodos muy eficaces para callarlos. La "Central Intelli- gence Agency", l a CIA, mantiene una red de espfas y colabo- radores; además está integrada en el ejército y en la poli- cfa nacional. Agentes de la CIA interrogan directamente a hombres sospechosos y usan paraguayos para los trabajos más humildes de la represi6n polftica, como la vigilancia y la tortura. La CIA es el gran monstruo burocrático y acciona en secreto detrás de cualquier funci6n polftica e impide que se levante alguien, asf sea un poquito de los cementerios si- , lenciosos. Si una persona llama la atenci6n no tarda en ser detenida y llevada a la prisi6n o a un campo de caneen- traci6n. En estos reclusorios se usa la tortura para obli- gar al prisionero a declararse culpable y a confesar "hasta ~ lo que no sabe". Amenazan, golpean, dan patadas en los tes , tfculos, choques eléctricos, inyecciones aceitosas. El pr~ tagonista sufre sus métodos: " ... que me agarran el pescuezo, que me queman las orejas con cigarros encendidos hasta apa- garles en el agujero de mis cartflagos, que una vez engrill~ do y desnudo como me encuentro, me hieren el ombligo con una aguja eléctrica, me arrancan las uñas con pinzas, me zambu- llenen la pileta fétida y me destrozan a gritos ••. " (p. 58). Esta realidad no es mágica ni mftica pero la violen- cia en un estado tan directo y cruel negándole al hombre su dignidad humana no es aceptable como algo real. La deshuma 156 - - - o. 2 nera de poder relacionarse con sus torturadores, es en la imaginación de que "podríamos haber sido personajes de una especie de teatro que no sé por qué lo llaman del absurdo" (p. 25). En el tema de la tortura se centraliza la preocupa- ción del autor. En su presencia constante en la novela se refleja toda la represión del Estado. La tortura es la vio lencia ejercida en el individuo que tiene atrás la fuerza policiaca y militar, la política intolerante de un gobierno apoyado por los Estados Unidos. En la tortura, el Estado se identifica con el fascismo hitleriano en Alemania. En la tortura el Estado se quita la máscara y se pierde la úl- tima duda sobre la verdad del grado de su represión. Lo que las palabras pueden ocultar o modificar en su sentido, en la tortura se descubre y se da a conocer el sistema polí tico en su sustancia más Íntima: de no ser del pueblo ni pa ra el pueblo sino en contra del pueblo, en contra de su pro greso y en contra de su juventud, que significa la vida, la esperanza y el futuro de un país. Lincoln Silva se infiltra con el trato minucioso e intenso de la tortura en el tabú más secreto de su país. La tortura es un elemento que determina de manera decisiva la estructura de la novela. Como la política actual forma el trasfondo del "teatro", la tortura está siempre en el 157 nizaci6n llega a tal grado para la victima, que la única m~ era e der i narse n s dores, s aginaci6n e e ri os aber o rsonajes e na ecie e tro e o s~ or é la an el s rdo" . 5). n l a e rt ra ntraliza cupa- i6n el tor. n r sencia nstante vela fleja a resi6n el stado. a rt ra s i cia r ida n l i i uo ue e trás rza oliciaca ilitar, olitica l rante e n bierno yado or s st dos nidos. n rt ra, l stado ntifica n l o i o le ania. n rt ra l st do e uita áscara i rde l- a da bre r ad el r do e resi6n. o ue s l bras eden cultar odificar tido, n rt ra scubre a nocer l a olf st ncia ás i t a: e o r el eblo i p~ l eblo o ntra el eblo, ntra e pr~ r so ntra e entud, e ifica i a, eranza l t ro e n ais. i coln il a filtra n l to inucioso so e rt ra n l ú ás reto e a1s. a rt ra s n ento e t ina e anera cisiva t ctura e vela. o ol1tica tual a l do el atro", rt ra stá pre n l L . . . . trayec toria ejemplar: en la partícula se refleja la totalidad. Este concepto de hacer visible la realidad interrelaciona el pensamiento de los pueblos indígenas que ha influido en las novelas del realismo mágico. Mientras la tortura es una especie de función de- trás de cortinas cerradas, el espectáculo de la "fiesta" es la manifestación política abierta que más destaca. La visi ta del "Mr. Roberson" es la razón. La fiesta se celebra de modo tan real dentro de su irrealidad, que tal vez ni prota gonistas ni espectadores se dan cuenta de su función absur- da para un monopolio de la violencia. El gobierno usa to- dos los elementos clásicos para intimidar a la gente demos- trando su poder absoluto en el apoyo del imperialismo norte americano. La atmósfera mítica transforma al Estado y sus demostraciones en algo omnipotente, del cual no hay escape para nadie. El Mburuvichá y su huésped suben "al olimpo del es- pectáculo" (p. 115). En la mitología griega es el lugar de los Dioses que son invulnerables e inmortales, y desde don- de dirigen el destino de los hombres según su voluntad. Luego se cantan "los himnos nacionales de ambos países, fue ron izadas las respectivas banderas y comenz6 la fiesta" (p. 115). Los himnos y las banderas simbolizan la "honra de la patria", preocupación de cualquier mandatario o gober nante en cualquier país. Respecto a la significación de la 158 primer plano adquiriendo especial importancia en su tra ye~ ria plar: n tf ula l e j a ta li ad. ste cepto e ce r isible a lidad t rr elac i ona l sa iento e s eblos f genas ue a l ido s velas el l o ágico. ientras rt ra s na ecie e ci6n e- s e rti as rradas, l ectáculo e s ta " s anifestaci6n olftica ierta ue ás estaca . a i si el r. oberson" s 6n. a sta l bra e odo n al ntro e li ad, ue l ez i prot~ enistas i ectadores an enta e ci6n sur- a ara n onopolio e i lencia. l bierno sa - os s entos l si os ara idar ente os- o der soluto l yo el periali o nort~ ericano. a 6sfera ftica a a l stado s ostraciones n l o nipotente, el al o ay ape ara adie. l buruvichá ésped en l li po el s- ctáculo" . 5). n itologfa ri ga s l ar e l s ioses e n i lnerables i ortales, sde n- e i en l sti o e s bres ün luntad. uego ntan l s i nos ci nales e bos afses, e n i as l s ectivas nderas enz6 i ta" . 5). os i nos s nderas bolizan onra e atria", cupaci6n e alquier andatario gobe~ nte n alquier afs. especto ifi ci6n e fiesta dice Octavio Paz: "La fiesta es una operaci6n c6smi- ca: la experiencia del desorden, la reuni6n de los elemen- tos a principios contrarios para provocar el renacimiento de la vida 11 • 23 Sabemos que la fiesta tiene un lugar muy i~ portante en las costumbres de cada pueblo con ritos propios y reglas basadas en su cultura. Una fiesta como funci6n de unos actores y el eco obligado de la multitud de la gente no es verdaderamente una fiesta. La observaci6n de que se borran "las fronteras entre espectadores y actores, entre oficiantes y asistentes", 24 como condici6n de la fiesta no se dan en la divisi6n entre un grupo en el "olimpo" y el resto en la calle. Sin embargo, el rasgo de la fiesta, que "la distingue finalmente de otros fen6menos y cererno- nias: laica o religiosa, orgta o saturnal, la Fiesta es un hecho social basado en la activa participaci6n de los asis- 25 tentes", se cumple inesperadamente, cuando alguien de la multitud s! participa activamente tirando un balazo hacia "Mr. Roberson". El "desbande general" y la violencia que siguen son también caractertsticas ttpicas en una fiesta de una sociedad que conoce "el dilirio, la canci6n, el aullido y el mon6logo, pero no el di~logo 11 • 26 23 Paz, Octavio. El laberinto de la soledad, México, Fondo de Cultura Económica, 5a. ed. 1967, p. 46. 24 Paz, Octavio, !bid, p. 47. 25 Paz, Octavio, !bid, p. 47. 26 Paz, Octavio, !bid, p. 47. 159 En esta alegorfa Lincoln Silva ha creado unas pági- nas tan satfricas y unas caricaturas polfticas tan ir6nicas que recuerdan a la literatura picaresca. La realidad en la cual se denuncian los defectos, lo feo y lo inmoral está vista en forma satfrica. Silva deforma en este sentido la realidad en su visi6n determinada de las cosas como lo hace el novelista de la picaresca, caracterfstica que encontra- mos en otros ejemplos de la novela de la violencia. Los rasgos picarescos se mezclan con imágenes muy realistas: la "salva de veinti6n cafionazos", "los aviones de guerra" en el aire y el sonido de "las sirenas de los barcos" (p. 155) testimonian la orientaci6n polftico-militar del Estado. En la expresi6n del deseo "de una vida interminable al Mburu- vichá Supremo" (p. 115) se compara la inmortalidad de los Dioses con la aspiraci6n igual del imperialismo. La parti- cipaci6n de "las campanas de la Catedral" que "repicaron j~ bilosas" (p. 115), junto con las sirenas de los barcos mili tares demuestra el papel de la uni6n Iglesia-Estado, punto importante en el sistema polftico represivo, que destaca también en Pafs portátil. Silva hace visible la realidad a través de la per- cepci6n psfquica que vive en mitos y leyendas de su heren- cia tanto indigenista como universal. En el Paraguay fue- ron Gabriel Casaccia, José Marfa Rivarola Matto y Augusto Roa Bastos quienes pusieron en contacto al p6blico y la cr! tica latinoamericana "con el mundo paraguayo como algo sor- 160 fo1k16 rico, sino por su trágica raigambre en los niveles míticos donde vida y muerte reconocen su identidad última". +? De acuerdo con Osvaldo Fuentes, Silva ha ido más allá que Roa Bastos y los otros escritores paraguayos al haber tomado "el drama del pueblo, la opresión, la explotación, el des- piadado reino del terror? como tema de su libro; lo ha fundido "mediante un quehacer dialéctico que dió como pro- ducto a su obra". En la dialéctica entre la violencia estatal y los signos de la contra-violencia, entre lo que es y lo que po- dría ser, entre un estado de función teatral y un estado del pueblo, Silva no se contenta con incertidumbres. La crisis actual de su país vive en su novela en un testimonio artístico que es al mismo tiempo un solo grito de protesta. Decir la verdad sobre el terror y una locura sin ejemplo de nuncia a los responsables y nos provoca a todos a quienes vivimos en el mundo en el cual sucede todo esto. Y 2Tp1a, Josefina. "La narrativa en el Paraguay de 1900 a la fecha", en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 231, Madrid, marzo, 1969, pp. 647-648, Fuentes, Osvaldo. "Comentario sobre Rebelión después", en Uno por uno, Buenos Aires, enero, 1972, s.p. 28 29 30 Fuentes, Osvaldo, Ibid, S.p. Sostiene Mario Benedetti, que ”"...el mundo del subdesarro llo (que es a la vez víctima y dividendo del mundo desarro llado) no sólo debe crear su ética en rebeldía, su moral — de justicia, sino también proponer una autointerpretación de su historia y también de su parcela de arte, sin consi derarse obligado a aceptar para siempre el diagnóstico que sobre tales temas y tales problemas elabora el mundo del desarrollo,...”. Benedetti, Mario. El escritor latino- americano y la revolución posible, Buenos Aires, Edit. Al- fa Argentina, 1974, pp. 57-58. 161 prendente , pero no por lo pintoresco, lo épico o lo folkl~ o, o or ica bre s i eles fticos nde i a uerte ocen ti ad l a 11 • 27 e erdo n svaldo uentes, il a a i o ás llá e oa astos s tros crit res r uayos l aber t ado l r a el eblo, resi6n, plotaci6n, l es- i ado i o el ror 1128 o a e ro; a dido ediante n ehacer i l ctico e i6 o ro- 29 eto ra". n i l ctica tre i l ncia tatal s os e ntra-violencia, tre ue s e o- rfa r, tre n t o e ci6n tral n t o el eblo, il a o ntenta n i rti bres. a risis tual e afs i e vela n i onio tf ti o e s l is o tie po n lo rito e rotesta. ecir r ad bre l r r na ura i plo d~ ncia s nsables os r voca os ienes . . 1 d 1 1 d . d 30 i i os un o a ce e o sto. 27Pla, sefina. a arrativa n l r uay e 00 ha", uadernos is anoamericanos, . 31, adrid, arzo, 69, p. 7-648. 8 uentes, svaldo. omentario bre ebeli6n spués", no or no, uenos ires, ero, 72, . . 9 uentes, svaldo, id, s. . 0s sti ne ario enedetti, e " ••• l undo el desa ro ue s ez i t a i i do el undo sa ro o) o 6lo be rear ti a eldfa, oral - e sticia, o bién r poner a t i t r retaci6n e i t ria bién e rcela e rte, i nsi erarse li ado eptar ara pre l i n6stico - e bre l s as l s r l as ora l undo el desarro~lo, •• ". enedetti, ario. l critor o- ericano l ci6n osible, uenos ires, dit. l- rgentina, 74, p. -58. 1 En el plan narrativo de la función teatral y de l o mitico, la violencia estatal en su expresión más destacada de la tortura está vista como parte de un pasado prolongado. Siendo en realidad el presente, carece por completo de con- temporaneidad. Es algo irreal e infernal que ni en tiempo y espacio pertenece a la actualidad. Silva hace más que critica; ya a priori en su libro les da a todos los fen6me- nos de la represión papeles en el teatro del absurdo desnu- dándolos a fondo. f) Lázaro López, protagonista entre el mito y una nueva esperanza Jes6s gritó con voz fuerte: "Lázaro, sal fuera. Sa lió el muerto, ligados con fajas pies y manos y el rostro envuelto en un sudario. Jes6s les dijo: Soltadle y dejadle ir". 31 En la figura de Lázaro está simbolizado el limite entre la muerte y la vida. El destino del paraguayo es la muerte anticipada; en este ambiente del pais-cementerio su- cede el milagro del "parto entre las cenizas" (p. 10), suce de el "Tanimb6 sapukái: el grito en el polvo" (p. 9). Las oraciones de las ancianas se dirigieron "a un todopoderoso aobrigen que creó al hombre •.. " (p. 10). Ellas le salvan la vida a Lázaro: era dificil "aislarlo de aquel poncho es- 31"La resurrección de Lázaro", 43.44., en San Juan 11, Nue- vo Testamento, Sagrada Biblia, Madrid, Biblioteca de auto res cristianos, 1962, p. 1116. 162 carlata, pegajoso, mojado ... " (p. 10), y son ellas, quienes lo liberan del pasado d e la muerte "echando tierra sobre el enigma de su origen" (p. 10). Lo dejan vivir para un futu- ro; para "el camino de un hombre y de muchos a la vez, de un pa1s que existe, zozobrando sobre el tremedal de su his- toria incre1ble" (p. 12). En esta frase se encuentra la clave del personaje Lázaro, que es victima del pasado y s1~ bolo de una nueva conciencia. Lázaro es símbolo del paraguayo y símbolo del Paraguay. Es un personaje plural e individual a la vez. El personaje Lázaro L6pez es "el único personaje que permanece a pes a r de todas las frustraciones, inmolaciones, suicidios y deserciones. Porque su oficio es existir y des~ guar esteros: el pueblo paraguayo 11 • 32 Esta interpretaci6n del protagonista caracteriza muy bien el sentido profundo de la humanizaci6n del personaje y con esto de la orientaci6n hacia la vida en la literatura paraguaya. Un ensayo político sobre este país se llama "El Pa- raguay , entre el terror y la revoluci6n 11 ; 33 en medio se si túa Lázaro haciendo su radiograf1a de la tiran1a y recogie~ do las expresiones del descontento y de la resistencia del pueblo. La significaci6n del protagonista, habitante de di 32 Rivarola-Matto, Juan Bautista. "Algunas ideas acerca de la l iteratura paraguaya", en Cuadernos Americanos, núm. I, México, 1972, p. 235. 33 Romero Bastos, Raúl, Ibid. 163 cha naci6n "es la historia del Paraguay enmarcada en la vi- da de un personaje fundamentalmente político como elemen- to .•• ". 34 En este aspecto la novela de la violencia encue~ tra su esencia en un protagonista contrapuesto al personaje de la nueva novela. Los elementos políticos, como el te- rror, la violencia, la tortura, se personifican y los pers~ najes se entienden políticamente en una relaci6n dialéctica. Lázaro L6pez también es un personaje de carne y hu~ so; su mentalidad es criolla y occidental con un fondo de pensamiento indigenista y fatalista. Su tragedia consiste en el hecho de que Lázaro ya está preso cuando empieza a darse cuenta de lo que realmente sucede en su país. En el momento del cambio de la perspectiva narrativa del pronom- bre "él" al "yo" de Lázaro como protagonista-narrador y na- rrador-testigo, ya no tiene ninguna libertad de actuar. Su relación con el mundo está limitada al contacto unilateral con los cuatro torturadores. El destino de Lázaro recuerda el camino de Tanilo en el cuento "Talpa" de Juan Rulfo. 35 Tanilo tampoco puede escapar a la muerte. Es personaje-ví~ tima que cumple su funci6n en el sufrimiento. Lo único que Lázaro puede hacer, es entrar en su "imaginaci6n comprensiva" que es "el método esencial de la 34 Fuentes, Osvaldo, Ibid. 35 Rulfo, Juan. "Talpa", en El llano en llamas, México, Fon- do de Cultura Econ6mica, 9a. ed. 1969, pp. 55-65. 164 psicologfa". 36 Lo hace para verse a sf mismo en esta dimen si6n y a los demás viviendo una profunda angustia en el su- frimiento de la violencia ffsica del presente y en el en- frentamiento de la violencia psicofilos6fica en su memoria. Lázaro es un protagonista anti-héroe, solo y abandonado en su vida y en su muerte. Al principio de la bt1squeda de su "yo", Lázaro tie- ne dudas sobre su existencia: "A veces pienso que no exis- to", dice él y sigue: "Pero me circundan casas, árboles, tierra y un espacio infinito; mi vida y mi muerte están li- gadas también a esta perspectiva" (p. 13). Los objetos al- rededor suyo le comprueban su existencia como sujeto, pero más adelante al perder la noci6n de tiempo los objetos le provocan a sentirse sin centro y sin orientaci6n fija. Lo t1nico seguro es su propia angustia y su propio dolor. El primer recuerdo de Lázaro es su excitaci6n en la primera relaci6n sexual con la hija de su madrina. El con- tacto no significa para él un ir adelante hacia ser hombre sino un ir atrás "cayendo de espaldas en el pozo vacfo de mi origen" (p. 14), como él lo dice. Lázaro confunde a Car mencita con la figura materna, y regresa de esta manera a las rafees de su "yo" como individuo y como paraguayo. La bt1squeda amorosa de la madre quiere decir en la mitología 36 Pouillon, Jean. Tiempo y novela, Buenos Aires, Edit. Pai- d6s, 1970, p. 32. 165 ii == o o———-—p. == ———— == —— em —o=-—_ y is =— ER 7 a A - a a soluta personificada en el personaje del Mburuvichá; ya de antemano el deseo inconsciente de Lázaro está condenado al fracaso. Regresar a la madre y a la tierra va a significar la muerte. El mundo de la cárcel y la tortura constante alie- nan a Lázaro. Se siente extraño a sÍ mismo. Se vuelve sor do a su propio grito. La única manera de no perder su inte gridad es ir hacia atrás recordando todo lo que fue y a tra vés de las imágenes obtenidas comprender su destino. Entre la violencia y la magia "se interna en sus propios recuer- dos tratando de descubrir las causas por las cuales diaria- mente es ESTE EA. E Lo real empieza a mezclarse con lo onírico. Lázaro siente que se convierte "...en un sueño terriblemente vivido" (p. 31). Dos veces en su vida son las mujeres quienes trata- ron de sacarlo de la amarga realidad paraguaya. Lo iban a llevar a un mundo más trascendente. Las fuerzas sobrenatu- rales de su abuela postiza Ramona Arguello, una gitana, transforman a ésta místicamente. Lázaro tiene miedo de en- trar en este trance mágico porque "podría convertirme en al go que ya no controlaría con el tiempo" (p. 37), argumenta 3rditor. "Rostros de la tortura", Ibid, s.p. 166 griega matar al padre, reunirse con la madre go'bernar el pa1s. El padre es en la sociedad paraguaya una potestad a ~ luta rs nificada n l rsonaje el buruvichá; a e t ano l seo nsciente e ázaro stá denado l aso. egresar adre rra a ificar uerte. l undo e rcel rt ra nstante líe- an ázaro. e te tr ño i is o. e elve r o r pio rito. a nica anera e o rder te ri ad s r acia trás r ando o e e és e s ágenes tenidas prender stino. ntre i l ncia agia e t rna s r pios uer- os o e scubrir s usas or s ales iaria- 37 ente s torturado .•• " o al pieza ezclarse n 1rico. ázaro te e nvierte .• . en n ño t ible ente i i o" ( . 1). os ces i a n s ujeres ienes ta- n e carlo e arga li ad r guaya. o n ar n undo ás dente. as rzas renatu- les e uela ostiza a ona rgÜello, a it na, ra an ~sta 1stica ente. ázaro e iedo e - r ste t ce ágico rque dr1a vertir e n ! o e a o ntrolar1a n l ie po" . 7), enta 37Editor. ostros e rt ra", ! id, . p. él. Quiso vivir simplemente observando como un espectador sin comprometerse y sin meterse en algo cuyo desenlace des conocía. Por eso no comprende por qué le toca a él "ser destrozado por completo" (p. 36). Otra salida espiritual de la vida real hubiera sido la religi6n por medio de su tfa Venancia que era "una espe- cie militante de la fe" (109). Ella obligaba a Lázaro a ca minar de rodillas hacia "la virgencita india de Caacupé" (p. 110) y aquella "aventura sangrienta" llen6 a Lázaro de dolorosas satisfacciones y de un dulce horror" (p. 110). La "beatif icaci6n" se interrumpi6 por su madrina y sus pie~ nas gangrenosas fueron salvadas por los médicos. Lázaro da la impresi6n de un ser masoquista y pasivo que observa con indiferencia situaciones limites de su propia existencia. Emocionalmente aparece bloqueado. No se encuentra en con- tacto con su cuerpo y con su energía de hombre: "Lo que pa- sa es que no tengo gestos, soy demasiado inexpresivo; cuan- do me rfo o me lloro, parece que da lo mismo" (p. 40). El medio a mbiente en el cual la muerte siempre estaba más pre- sente q ue la v ida lo hace aparecer más apagado que vivo. El masoq11ismn del protagonista se identifica también con la herencia indigenista paraguaya. Su esperanza y su anhelo más grande de encontrarse y de entregarse fu e la relaci6n con Lila. Ella era para él la vida, l a sonrisa, el amor, la pasi6n, la locura y el ca- 167 o isto la sexualidad. La trai ción de Lila es inexplicable para Lázaro. Se resiste hasta el final a establecer la conexión entre las palabras "-¡Es 61! - ¡El ha sido!" y la mujer que las profiere, Lila. Al identificarla finalmente ya está en trance, más muerto que vivo. El intento de comprometerse en la relación hombre- mujer fracasó antes de llegar a la plena satisfacción. Con Carmencita, la energía sexual de Lázaro se diri ge hacia su propio origen; con Lila se evade en un paraíso utópico. Lázaro es irreal en su búsqueda amorosa confun- diendo sus deseos sexuales con lo mágico-mítico en vez de relacionarlos con lo humano. Su figura recuerda en varios aspectos al héroe un poco simple, inocente, de algunos cuen tos románticos; sin embargo a Lázaro no se le abren las puertas de castillos, jardines o bosques misteriosos y be- llos, al contrario, se le cierran las puertas de la prisión para siempre. Hay una identidad triste en el carácter del personaje-víctima con la tragedia del pueblo paraguayo y de los pueblos oprimidos del Tercer Mundo. Tampoco había interés en Lázaro de comprometerse en un movimiento revolucionario. Se enteraba de los fines polí ticos revolucionarios de la ideología socialista, de los an helos de cambios sociales y de la organización guerrillera en su país a través de su amigo Rafael Droguet. Lázaro ob- servaba la oposición política sin comprometer su neutrali- 168 riño y predominando sobre todo ~sto ualidad. a i i6n e ila s plicable ara ázaro. e siste asta l al t lecer exi6n tre s alabras s él! l a o!" ujer e s rofiere, ila. l ntificarla ente a stá ce, ás uerto e i o. l t to e prometerse n l i6n bre- ujer s6 tes e ar l na t ci6n. on ar encita, erg1a ual e ázaro iri e acia r pio ri en; n ila e ade n n r 1so t6pico. ázaro s al n s ueda orosa nfun- i do s seos uales n ágico-m1tico n ez e i narlos n ano. u ra erda arios ectos l roe n co ple, cente, e nos cue~ s ánticos; i bargo ázaro o ren s ertas e sti los, i es sques isteriosos e- s, l ntrario, i rran s ertas e ri i6n ara pre. ay na ti ad te l rácter el r naje-victi a n edia el eblo r uayo e s eblos ri idos el ercer undo. a poco b1a t rés n ázaro e prometerse n n ovimiento lucionario. e t raba e s es al! s l cionarios e l g1a cialista, e s elos e bios ciales e anizaci6n ue ri lera n a1s és e igo afael roguet. ázaro b- aba osici6n l1tica i prometer eutrali- ~8 dad. Aunque conocfa bien las ideas y acciones del gobierno y pens6 más de una vez acerca de los agentes de la CIA "que la muerte serfa un remedio para dicha gente" (p. 67), con- fiesa que "no tuve coraje para asociarme con ellos" (p. 67), a los revolucionarios. Su papel es vivir las consecuencias de la violencia y sufrir las repercusiones del terror y del terrorismo en su propio pellejo, lo que lo va destruyendo más y más. Ya en estado de delirio, Lázaro obtiene la visi6n de una vida diferente en la tierra. Ve la revoluci6n como una primave- ra en la cual todas sus pesadillas vividas se transforman en sueño poético de una vida llena de fe, de amor, de paz y de igualdad entre los hombres. Pero la imagen es ut6pica. No existe el escape hacia un futuro hipotético como no exis te el regreso al origen materno. Lo único real son "los p~ sos de la muerte" (p. 62) de los torturadores. Identificar los significa entender las relaciones entre la policfa naci~ nal y la organizaci6n de la CIA, comprender los mecanismos de la corrupción nacional por el imperialismo y la enajena- ci6n profunda del hombre en él. Más aún que observaci6n al sistema polftico es identificación personal de los últimos c6mplices de la represi6n polftica. Lázaro hace un análisis de la tortura que es acci6n y situaci6n permanente y única en su presente. El mismo di ce que su historia pasa a ser "una alegorfa del infierno en ~9 la tierra, una regi6n de la tierra, un pafs donde los hom- bres y las mujeres nacen en un pozo sombrfo, cuya profundi- dad poblada de horrores vivenciales, los va amoldando poco a poco, dentro de los cánones del desastre" (p. 99). Este aspecto regional en una visi6n profundamente subjetiva es muy obvio en la novela; también el de ser "una alegorfa au- tobiográfica, en que una vez desviado monstruosamente el curso de la sangre, la muerte clava sus garras a lo largo y a lo ancho de una piltrafa humana" (p. 99). Lázaro es el propio testigo de su catástrofe, es un elegido, que podrfa ser cualquier otro. En esta trascendencia él mismo recono- ce lo esencial de su testimonio: "Todos los hombres están amenazados y nadie puede creerse ya fuera de la locura y el terror de los inquisidores de la especie humana" (pp. 99- 100). La historia de Lázaro no es un caso solitario. Hoy es él en el Paraguay y al mismo tiempo son miles de hombres en el Tercer Mundo. Mientras que el protagonista se mete más y más en los sueños hasta perder la esperanza de una salida, Lincoln Silva se vale de la revelaci6n de conflictos de existencia real "para politizar lenta, deliberadamente a su personaje, inmerso en un alocado juego dialéctico 11 • 38 Lo onfrico en la novela es más que un elemento surrealista o un recurso estilístico del realismo mágico: es intima necesidad del 38Fuentes, Osvaldo, Ibid, s.p. 170 protagonista mientras surge de los efectos trastornantes de la tortura. La politizaci6n es el resultado de los sucesos exteriores y la introspecci6n del personaje, que lentamente tiene que captar que no existe la justicia. La muerte se halla más y más presente. Lázaro es el Lázaro bíblico que se levant6 de la tumba , pero le falta ánimo para vivir. Lázaro es Jesús traicionado, martirizado y crucificado. Lázaro es la resu- rrecci6n de Solano L6pez que resume con su muerte el símbo- lo del drama paraguayo. Lo que no se pudo matar en la fig~ ra de Solano L6pez, es el espíritu de la rebeli6n. Todavía no tiene sufi cie nte fuerza en Lázaro L6pez, que se levant6 de la ceniza como el fénix cuyas alas ya estaban rotas imp~ diéndole volar. Su misi6n consiste en verificar, testimo- niar e identificar, cargando sobre sus hombros todo el do- lor y e l sufrimiento de su pueblo. En la conciencia que alcanza al final, Lázaro pier- de su inocencia: "Creo que mi estupidez e ingenuidad hicie- ron posible mi destrucci6n completa. Conociendo la condi- ción humana, habiendo visto, escuchado y leido escenas de ensañamiento y perversidad, me puse tranquilamente a espe- rar que me llegara el turno como a un cordero más" (p. 104). En este reconocimiento se acercan y se unen el mundo que lo r o dea y su mundo interior. De golpe se abre lo frágil de esta vida en toda su profundidad. El pasado amenazante al- 171 can za e l p r e s e nte. "La muerte del indiv iduo desclasado da pas o a l a concien c i a y a s1 e l hombre s e e nc uentra, i nmerso por prop i o sentimi e n to , e n la honda p r o b lemática d e su pue- b l o 11 . 39 Abrir la conc ienc i a e s un p roceso doloroso. La " Re b e l i 6n " tiene q ue esperar hasta un f uturo, hasta un "después" . En el tí l timo ¡Nooo ooo ! de Lázaro se expresa el no-aceptar y e l no darse por vencido de la v1cti ma q ue protesta hasta e l f i na l . Todav1a la r e bel i 6n está posterga da en la realidad y en la novel a . Algtín d1a se va a presentar, tanto en la realidad como en l a novela. g) La mujer y el hombre, explotados y enajenados en el sistema político imp~rialista Tanto los papeles de las mujeres como los de los hombres son de personajes aplastados y marginados. Las an- cianas ind1genas simbolizan la eternidad de la problemática en este mundo. Ellas dan la impresi6n de no existir. Ah1 entra el tema del indio con el contraste estil1stico de una descripci6n romántica y un punto de vista que ya no lo mira como parte folkl6rica del pafs sino como elemento social que está desintegrado en el proceso del tiempo. 40 Proteger la 39Fuentes, Osvaldo, Ibid, s.p. 4 0c b . d bl d "' n 1 a e citar acerca e este pro ema a Fernan o Moran: E biculturalismo no fue reconocido por las clases superio- res, cuya cultura fue exclusivamente española. El bicul- turalismo se convirti6 en un fen6meno e x clusivamente popu lar". En el indigenismo de Asturias e !caza ya se conec=- (Contintía en la pág. siguiente) 172 vida que "no cumple su ciclo" (p. 101) es como el trabajo de S1sifo, trágico en su sentido al realizar un trabajo ab- surdo. Ramona ArgÜello, la gitana, se escapa a su mundo má gico; la t1a Venancia cae en la locura por su fanatismo re- ligioso fracasado. Filiberta, la vieja dueña de la posada de Lázaro "estaba con sus ataques de tos que se parecen a terremotos de un tiempo a esta parte" (p. 71). Ninguna de estas mujeres vive la realidad de su tiempo y de su pa1s. Todos los personajes, menos las ancianas vistas por el narrador en las primeras páginas del libro, se presentan a través de la perspectiva narrativa del "yo" del protago~ nista Lázaro. Están vistos en su relaci6n social, en su i~ portancia de descifrar y comprender la historia actual del Paraguay y en su relaci6n muy personal con Lázaro aclarando situaciones de su vida. Coincide con la observaci6n de Fer nando Alegria acerca de que en la novela moderna "la reali- dad -toda la realidad- adquiere forma y trascendencia a tr~ vés de la conducta del ser humano 11 • 41 En Rebeli6n después (Continuaci6n de la pág. anterior) t6 "el estado degradado de las culturas ind1genas" con el infradesarrollo como realidad hist6rica. Morán, Fernando. Novela y semidesarrollo (una interpreta- ci6n de la novela hispanoamericana y española, Madrid, Taurus Ediciones, 1971, pp. 188-190. 41Alegr1a, Fernando, citado por Coddon Peebles, Marcelo. "Notas sobre un proceso: De la novela del superregionalis moa la novela actual en Hispanoamérica", en Primer semi~ nario internacional ••. , Ibid, p. 33. 173 se centraliza el mundo narrativo en la figura humana que es punto de partida y fin del camino de la v iolencia, del do- lar, del sufrimiento, de la conciencia y de l a rebeli6n. La única mujer joven en la novela es Lila. Lite r ~ - riamente el personaje de Lila no tiene carqcteristicas muy individuales. Ella está vista en funci6n como elemento polftico. En su primera juventud demuestra signos de cari - ño y de afecto personal hacia Lázaro, pero después de ha ber conocido a un Coronel se convierte en objeto d e los proy ec- tos de éste y del sistema polftico de su pafs en coopera- ci6n con la CIA, embotando por ello mismo su sensibilidad y compasi6n humanas. Primordialmente la manifestaci6n de su opresi6n se expresa en su ser como mujer y en especial en sus relaciones sexuales. El ser es lo "unfvocamente mascu- lino, la especie humana es el hombre 11 , 42 escribe E. D. Du- ssel. En nuestra sociedad la mujer es del "segundo sexo" o del "otro sexo", dice Simone de Beuvoir. El primer sexo o el original le corresponde al var6n. 43 Lila es instrumento en manos de hombres que están acostumbrados a usar de la mujer como objeto. Ellos la transforman en una especie de monstruo. El Subsecretario ;• 42oussel, Enrique D. "Metafisica de la femineidad. La mu- jer : ser oprimido" , en Am __ é_r_i_· c_a_L_a_t_i_· -=n_a_.,_d_e......._p_e_n_d_e_n_c_i_a__.Y..___l_i_b_e raci6n, Buenos Aires, Fernando Garcfa ,Cambeiro, 1973, p. 97. 1 43Beuvoir, Simone de. El segundb sexo, Buenos Aires, Edit. Siglo XX, 1969, Introducci6n: 174 _ :chándo la para el tráfico de drogas. Los agentes de la CIA le pa- gan para espiar y traicionar a Lázaro, a través de su aman- te, el Coronel. Lila es propiedad privada suya. El gobier no ha reconocido el elemento reaccionario en esta mujer y se vale de ella para mantener su estructura. Como la mujer no es un ser humano por sÍ misma, es fácilmente deshumaniza ble. Lila no tiene conciencia del movimiento de la libera- ción de la mujer, ni se interesa por las ideas progresistas. Su inteligencia no produce nada que sea propio de ella. Igual que su emoción y su sexo, su espíritu está enajenado, está poseído por otro. Lila es una prostituta del estado y una personificación del terror reaccionario. La prostitu- ción le sirve como salida del círculo de la represión. Su precio es ser objeto del hombre e instrumento de todo su sistema de machismo patriarcal. Ella representa el papel antiguo de la mujer tradicional dependiente y amoral, mane- jable por el hombre más fuerte. Lázaro la desenmascara con ojos clínicos, pedazo a pedazo descubriendo su papel demoniaco de una especie de Ju das, soplona, denunciadora. Atrás de los hombres que la usan se encuentra el capital en su función de demonio: "Li- la se había comprado demasiado cosas últimamente..." (p. 58). Ella es joven y bella. Podría aparecer como la figu- ra de Gretchen en el sentido fáustico de Goethe. Sin embar go, ya es Margarita, la seductora perversa que se convierte 175 de Abastecimiento le paga viajes al extranjero aprovechánd~ ara l fi o e r gas. os entes e I a- an ara piar nar ázaro, trav~s e an- , l oronel. ila s r piedad ri ada ya. l bieE o a ocido l ento ci nario sta ujer ale e lla ara antener t ctura. o o ujer o s n r ano or i is a, s ente deshumaniz~ le. ila o e nciencia el ovimiento e ra- i6n e ujer, i t resa or s as r gresistas. s l ncia o uce ada e a r pio e lla. ual ue oci6n xo, píritu stá aj nado, stá seído or tro. ila s a r stituta el t o a rs nifi aci6n el rror cionario. a rostitu- i6n e o li a el i lo e resi6n. u r cio s r jeto el bre ru ento e o a e achis o atriarcal. la r senta l pel ti uo e ujer i i nal endiente oral, ane- le or l bre ás erte. ázaro ascara n j s l icos, azo dazo s ubriendo apel oniaco e na ecie e as, plona, unciadora. trás e s bres e san cuentra l pital ci6n e onio: i- abía prado asiado sas im ente . " . 8). la s en e la. odría arecer o u- e retchen l ti o stico e oethe. in bar o, a s argarita, uctora rversa e nvierte en Mefisto mismo como encarnaci6n de un sistema inhumano y podrido por el capital. Silva conc entra en el personaje de Lila lo que el ambiente puede hacer del ser humano. Las estructuras de la tradici6n feudal no han cambiado. La vida no se vive hacia adelante sino hacia atrás. La mujer mantiene las estructu- ras reaccionarias polfticas, religiosas y sociales. Es vfc tima del sistema y de sf misma. No forma parte del anhelo de cambios. Se dijo en uno de los debates de la Tribuna del Año Internacional de la Mujer en México que en la Améri ca Latina "la falta de instrucci6n cfvica favorece la mani- pulaci6n de la mujer por partidos polfticos, .•• " y que "es necesario educar a la mujer para que no siga siendo instru- mento de los politiqueros que desean conservar el 'status qua' para fines polfticos 11 • 44 En Pafs portátil ya encontramos a la mujer nueva, contraria a Lila. Es Delia, una joven revolucionaria, lib~ rada de ser objeto de alguien. Ella vive en funci6n de sus propios intereses y de una nueva ideologfa, que reconoce co mo meta. Su relaci6n mujer-var6n está definida por ser er~ tico-sexual, su relaci6n social-polftica con sus pr6jimos cuenta por hermandad. Ella misma se forma una opini6n y usa su inteligencia para luchar en contra del sistema que 44varias. "Iberoamérica, tierra de Cenicientas", en Excél- sior, México, 26 de junio de 1975, sec. A, p. 16. 176 considera sin valor para las necesidades auténticas del ser humano. "Se nos presenta la lucha por nuestra liberaci6n como una tarea doble: como mujeres frente a una problemáti- ca femenil y universal, y como ciudadanos frente a una rea- lidad latinoamericana de explotaci6n econ6mica y dominaci6n 45 cultural", proclaman las mujeres latinoamericanas hoy en d1a. En Delia la mujer se humaniza y se trasciende del presente hacia un futuro y de una ciudad y de un pa1s a to- dos los paises del Tercer Mundo. En Lila todavía gana el pasado. En el contraste entre las figuras de Lila y Delia se anuncia la politizaci6n del tema de la mujer en la nove- la latinoamericana. La realidad pa~aguaya, reflejada en Re- beli6n después todavía no ha tomado en cuenta la aspiraci6n de la liberaci6n de la mujer. Como las ancianas ya están apagadas por la muerte presente, los ancianos aparecen resignados por la miseria política. El abuelo Fidencio se daba cuenta de que son "e~ tos gringos los que compran la conciencia de nuestros hom- bres pOblicos" (p. 40). El pertenecía a un partido, pero a pesar de que viajara seguido a la capital en asuntos pol1t! cos, no veta posibilidades de cambios en el presente o en el futuro. Los políticos "son comerciantes desde mucho an- 45 varias. "Iberoamérica, tierra de Cenicientas", !bid, sec. A, p. 16. 177 tes de Cristo" (p. 40), solfa decir y "se muri6 en el olvi- do" (p. 40). Eleuterio, el soldado viejo perte nece a l os olvidados de la guerra. El sabe lo trágico y absurdo d e l hecho de que los lesionados y mutilados les pidan limosna a los gringos relatándoles su historia. Su mon6logo es el de los moribundos que disimulan que se escapan de este reino" (p. 98). Ellos tienen conciencia polftica. Su inconformi- dad está en el aire y en el ambiente sin que ninguno les ha ga caso. Son hombres del pasado y en el presente no encuen tran su lugar. Los hombres que sf han encontrado su lugar en el sistema polftico actual, son los torturadores de Lázaro. Son los personajes que más intervienen en su vida. De ellos es "el gringo", que da las 6rdenes y las indicacio ne s a sus c6mplices. Este es miembro de la CIA y pertenece a la guardia personal del Mburuvichá y su huésped, el Dr. Mar cus Roberson, y bajo su vigilancia o curren los arrestos de gente sospechosa de ser antiimperialista. De la misma mane ra que el gringo mete las manos en varios oficios y aparece a cada rato interfiriendo en la vida del Paraguay, asf tam- bién los Estados Unidos bloquean el sistema polf tico del pafs. En la figura del gringo, Lincoln Silva protesta y critica al imperialismo norteamericano. El "Mr. Roberson" es el elemento polftico del gran poder (big steak), inalc a ~ zable y aislado del contacto humano como l a s grandes empre- sas, los bancos y las instituciones polfticas. En cambio, 178 - - _16 grado el imperialismo interviene en la vida diaria del pueblo paraguayo. La cár- cel se descubre como lugar militar en Íntima cooperación con la CIA. El lector no llega a saber nada del gringo acerca de su personalidad, su carácter, su apariencia físi- ca o su nombre. El gringo como elemento político es el ti- po que ayuda al funcionamiento a mantener el status quo. No demuestra sentimientos en su trabajo. Está acostumbrado a recibir Órdenes de arriba y comunicarlas hacia abajo ha- ciéndose responsable de su exacto cumplimiento. Su función en esta novela consiste únicamente en su desenmascaramiento e identificación por parte de Lázaro. Este tipo de hombre sin nombre es clásico en la historia de la opresión colonial, de la guerra o del espionaje; se tra- ta de un círculo impersonal en su relación mecanizada con otros hombres que son para él puros objetos, como 81 lo es para Éstos. Pino, el capitán, recibe Órdenes del gringo. Pino es un agente extranjero, que funciona con frialdad e igno- rancia hacia Lázaro, su paisano. El es el número dos en la jerarquía de los torturadores. Sus ataques son tanto verba les como realizados con el uso de la picana eléctrica. El "teniente ayudante" y el "sargento mulato" lo llaman "mi ca pitán". Ambos solamente reciben Órdenes y las aplican a la víctima. El sargento mulato pertenece al ejército. La eje 179 en el gringo se caracteriza hasta qu~ r do l periali o i t r i ne n l i a iaria el eblo r guayo. a r- el scubre o ar ilitar 1 ti a peraci6n n I . l tor o a ber ada el ri o erca e rs nalidad, rácter, ariencia 1si- a bre. l ri o o ento l1tico s l - o e uda l i a iento antener l t s o. o uestra t ientos n ajo. stá brado cibir 6r enes e rri a unicarlas acia ajo a- i ose nsable e acto plimiento. u ci6n sta vela nsiste i ente ascara iento tifi ci6n or arte e ázaro. ste o e bre i bre s l sico istoria e resi6n lonial, e e ra el ionaje; e - e n i lo personal i6n ecanizada n tr s bres e n ara l ros bjetos, o él s ara éstos. ino, l pitán, i e 6r enes el ri go. i o s n ente tr njero, e ci na n d o- cia acia ázaro, isano. l s l ero os n 1a e s dores. us ues n to rba s o l os n l so e i ana el~ctrica. l iente udante" l r ento ulato" la an i it n". bos ente i en 6r enes s li an i ti a. l ento ulato rt ece l ej~rcito. a ej~ cuci6n de las torturas es su trabajo. Desde el punto de vista racial es el más discriminado. Al lograr un puesto militar se integr6 de hecho a la sociedad a la que defiende con más vigor y convencimiento que otras personas provenie~ tes de grupos ~tnicos más favorecidos. En la identificaci6n de los torturadores se revela paso a paso el funcionamiento de la integraci6n del imperi~ lismo en la polftica del pafs. La embajada norteamericana, el gobierno paraguayo, el ejército, la policfa están inter- venidos por agentes de la CIA que mantiene una red de con- trol sin posibilidad de escape. Los torturadores son social mente los más degradados en este sistema cerrado, son los más serviles y los más feroces en la destrucci6n ffsica de la victima. Están enajenados en todo su ser por su oficio de la muerte, frente a la que muestran una indiferencia bru tal. El sauismo les es programado y mecanizado. El hombre enajenado no es capaz de una verdadera re laci6n humana. Los torturadores concentran en el más alto grado los conflictos entre los personajes en Rebeli6n des- pu~s. Si el ser humano enajenado rompe su aislamiento diri giéndose al otro, el único medio de la comunicaci6n es la violencia. Esta se halla metida como parte inseparable en el 1ntimo ser del hombre y en su expresi6n vital. La rela- ci6n hombre-mujer se caracteriza en el acto sexual por la vio lencia en vez del amor. Hay una violaci6n "en una tarde 180 de truenos y relámpagos" (p. 90) de Tomasita, única hija de una mujer desengañada. En el "entrenamiento antiguerrille- ro", que se lleva a cabo peri6dicamente en los alrededores de la Capital y otros puntos estrat~gicos, a los participa~ tes causan una "rara sensaci6n" las "nalgas descomunales" de la enfermera de turno (p. 95). Al papá de Eleuterio le hicieron "eso que solo se hace a las mujeres: le cogieron. En serio chamigo" (p. 98). Tanto el hombre como la mujer son vulnerables en su sexo y en su sexualidad. La violencia sexual es en el pri- mer caso la antigua violencia del hombre hacia la mujer, que hi .zo el mestizaje del continente latinoamericano; en el segundo ejemplo es la frivolidad del militar ante la apari- ci6n de cualquier mujer vista solamente por partes de su cuerpo y en el tercer ejemplo es el uso homosexual como pa~ te del desprecio y la destrucci6n humana del hombre en la guerra. En Rebeli6n despu€s, vida es sin6nimo de lo viole~ to en un sentido general; la muerte es la única forma de ad quirir silencio . La paz no existe ni abajo ni encima de la tierra. En la uni6n hombre-violencia en el nivel elemental de la vida se descubre el aspecto básico de Rebeli6n des- pu€s. Al estar integrada la violencia en el amor, en el se xo, en el nacer y en el morir, en el campo y en la ciudad y en cualquier signo de vida parece ser causa más que efecto 181 manteniéndose por y en la ignorancia del ser humano, perso- nificado por Lázaro en el estado de la no-concie ncia. Du- rante el proceso de su concientizaci6n se pone signo tras signo juntos formando el mosaico en el cual se caracteriza más y más la violencia estatal en su manifestaci6n vigorosa como efecto del sistema actual. h) La presencia del contra-poder en teorfa y acci6n En Rebeli6n después la perspectiva de la ideología revolucionaria ya está presente. Es un lazo débil todavía que se corta a cada rato violentamente por los grupos pode- rosos pero ya no desaparece. En los recuerdos de Lázaro , en este mundo fantástico y mítico del terror, hay momentos lúcidos muy reales de pensamientos y acciones en contra del poder estatal. La nueva ideologfa viene del extranjero: "Volver de Europa con tanta sabiduría y decir en su propia ciudad todas esas herejías de tipo científico, caus6 asom- bro de todo el mundo" (p. 21). También la acci6n revolucio naria recibe apoyo por fuera: "Tal vez se trataba de una ar ganizaci6n encargada de promover y desarrollar guerrillas para derrocar al Gobierno" (p. 23). La revoluci6n como re- novaci6n por dentro parece estar perdida, porque "el levan- tamiento que derroc6 al presidente Tibursio Romero" (p. 23), que fue la rebeli6n en cooperaci6n de "Las Fuerzas Armadas" para proporcionar paz, libertad y justicia al pueblo, muri6. 182 Los mismos militares que lucharon para la liberaéi6n le abren la puerta al Mburuvichá. La Oposici6n Parlamentaria es una farza burocrática, que no tiene adictos. El antfpoda de Lázaro es el joven Rafael Drouget. Rafael no vendió su conciencia por la "sirnb6lica existen cia" de "los Héroes, el Amor, la Independencia" (p. 29) de la patria. Pertenece a una organizaci6n guerrillera; ~l es "uno de los cabecillas" de la "Operación Cuatro Puntos Cardinales" (p. 30). Su objetivo es "secuestrar al diplom~ tico imperial y usarlo corno reh~n para exigir a cambio la libertad de los prisioneros sociales •.• " (p. 118). Otro plan es colocar una bomba en el edificio de la CIA. Existe un gran contraste narrativo en la novela en- tre escenas de violencia y la presencia estatal, que están vistas en un mundo rnftico y teatral, y los signos y anun- cios de cambios revolucionarios que se narran de manera muy realista. La visión poética trata en su estética de equil~ brar las fuerzas. Rafael decfa frases corno "callar es complicarse con todo lo que acá sucede" o "la alienación está haciendo es- tragos. Esta generaci6n está teórica y practicarnente jodi- da" (p. 87). El personaje Rafael es un ser político. El está profundamente comprometido en teorfa y acci6n. Es el único personaje que no vive el aislamiento en el cementerio de su pa!s. Su orientaci6n es universal, habiendo integra- 183 do la doctrina marxista y las adaptaciones prácticas en su continente. Su ideal se dirige hacia un futuro y trata de provocar cambios necesarios en el presente. Pero la acci6n guerrillera fracasa y el precio de Rafael es ser condenado a trece años de trabajo forzado. Rafael pertenece a la j uventud entusiasta cuyos princip i os éticos y sociales son altos. Al reflexionar so- bre la mi seria de su pueblo llega al medio de la contra-vio lencia como foco importante de interrumpir el monopolio en el empleo de l a violencia, que es el Estado. Rafael es uno de los personajes de la novela de la violencia que forman la nueva generaci6n. Están influidos por la imagen del Che, la figura más idealizada del combatiente latinoamericano y dirigen su atenci6n a todos los enfoques guerrilleros del Tercer Mundo. Sin embargo, su actitud es más romántica que r acio n ~ lmente elaborada. En el mismo tiempo y en el mismo lugar que Rafael hab1a escogido para la acci6n guerrillera del secuestro, ocurren inesperadamente otras provocaciones en contra del "Olimpo" e impiden que se lleve a cabo la acci6n prevista: los estudiantes tratan de "romper la formaci6n" frente a los ilustres personales "en señal de protesta", además se producen "encuentros de algunos campesinos con la Guardia Rural" y "el balazo que le cost6 la vida al traductor Ofi- cial de su Excelencia" (p. 118) provocado por estas demos- 184 traciones, el gobierno ejerce arbitrariamente su potencial de violencia con toda la fuerza que lo caracteriza, en con- tra de cualquier individuo, como si se tratara del juicio final de los Dioses iracundos. Lincoln Silva hace visible la dial~ctica de la vio- lencia. Ella es el bumerang que regresa para ser utilizado de nuevo. El plan narrativo del tiempo presente con las m~ nifestaciones de la contra-violencia y de su futuro anhela- do se aleja por completo del nivel psicol6gico de la intros pecci6n del protagonista. Se orienta mediante un plan so- ciofilos6fico identificando de esta manera la acci6n colec- tiva y la raz6n con el porvenir del hombre. Se descubre que sf existe la conciencia individual, que sf existe un es tado de ánimo de desesperaci6n y rabia que se proyecta en contra del poder al encontrar su ambiente adecuado. En la "fiesta" la multitud está a punto de estallar. Es la masa que empieza a enlazarse en la atm6sfera de la violencia que se crea como un detonador de la pre-revoluci6n. Sin embargo, esta escena nos deja ver que la inte- graci6n de los varios elementos antiimperialistas todavfa no se produce. Está postergada por la rebeli6n hacia el f~ turo. Rebeli6n despu~s es una novela positiva en el fondo como toda la novela de la violencia reconoci~ndose en la transformaci6n algo necesario que se dirige en la lucha del presente hacia un futuro más humano para todos. 185 2. RAJATABLA, DE LUIS BRITTO GARCIA a ) Introducci6n b iográfica y l i t eraria de Luis Britto Garc 1a Luis Britto Garcfa n a c i6 e n Caracas en 1940. Sus e studios los real i z6 e n l a misma ciudad, e n donde obtuvo el t ftulo de Abogado e n l a Un iver s i dact Centra l de Ven ez uela , en 19 62 . Escribi6 peq ~ ~ñas narraciones de s d e los di e ciséis años de edad. En 1964 public6 un volumen de cuentos, Los fugitivos (Editorial Pensamiento Vivo, Caracas). En 1970 recibi6 el premio "Casa de las América s", por su libro Raja- ~· En noviembre del mismo año public6 un volumen de di bujos, Racha (Editorial Rocinante, Caracas). Hacia 1966 concluy6 Vela de armas, una novela sobre la violencia polf- tica venezolana, editada en "Arca", Montevideo, 1970. En agosto del 71 el grupo "Rajatabla" puso en escena su obra Venezuela tuya, que gan6 el premio "Juana Sujo" a la mejor obra de teatro del año, publicada por la Editorial "Tiempo Nuevo" (Barcelona, Buenos Aires), en 1972. Aparte de su trabajo literario Luis Britto Garcfa ha realizado labores periodfsticas: Conjuntamente con Jaime Ballestas, dirigi6 dos peri6dicos humorfsticos universita- rios: El Torturado (1975-1964) y Cero (1966-1970). Varios trabajos publicados en el primero figuran en 50 Años de Hu- 186 morisma, antologfa del humor venezolano contemporáneo (Edi- torial Pensamiento Vivo, 1965). Colabora como redactor y dibujante en varias publicaciones satfricas y de combates polfticos: La Pava Macha; El Infarto y La Sápava Panda. Ha colaborado asimismo en diversos diarios y revistas de la iz quierda venezolana: el diario Clarfn y las revistas Rocinan- te, Vea y Lea y Revent6n. Entre sus obras cientfficas destacan El Presupuesto del Estado, un manual sobre las instituciones hacendfsticas contemporáneas; además escribi6 diversas monograffas sobre materia administrativa, hacendfstica y presupuestaria; y s~ bre ciencia y l a tecnologfa en su relaci6n dependiente del imperialismo. Luis Britto Garcfa, como profesionista, gan6 el co~ curso para la "Provisi6n de la cátedra de historia del pen- samiento polftico", en la Escuela de Estudios Internaciona- les de la Facultad de Economfa de la misma Universidad Cen- tral de Venezuela. Desde 1970 trabaj6 como profesor de Me- todologfa de la Investigaci6n en las Ciencias Sociales y de Sistemas Presupuestarios, en la misma casa de estudios. Ac tualmente es jefe de la Cátedra de Historia del Pensamiento Polftico de la misma Escuela; Profesor Agregado de la Cáte- dra de Economfa y Polf tica Fiscal de la misma escuela y Un~ v e rsidad. Ejerce como abogado. La variedad de las activi- dades de Luis Britto Garcfa con sus amplias capacidades se 187 reflejan en su obra literaria. En Rajatabla participa Bri- tto Garcfa en su actividad de dibujante satfrico, el Britto Garcfa, en su funci6n de abogado de los derechos de su pue- blo; el Britto Garcfa en su actividad de catedrático cons- ciente de la miseria polftica y econ6mica de su pafs y el Britto Garcfa en su ejercicio de periodista intelectual y crftico. Pero primordialmente habla en Rajatabla el Britto Garcfa, escritor, que ha integrado sus muchos talentos y su amplia orientaci6n humanfstica y cientffica para crear un - libro innovador en su totalidad poética. Nuestro autor es un escritor profundamente comprom~ tido con la situaci6n polftica de su pafs. Dice sobre sf mismo: "Durante mi adolescencia asistf a la sofocaci6n de un pafs por la violencia militar de Pérez Jiménez. Durante mi primera juventud, como miembro de uno de los partidos ilegalizados, asistf a la destrucci6n de una generaci6n por la violencia igualmente militar y paramilitar de la social- democracia populista. Era inevitable que esto se reflejara en algunos de mis escritos, a pesar de que, para la época, las eminencias postulaban una cultura "universal", dentro de la cual era de mal gusto hacer referencia al pafs, y mu- 1 cho peor hablar de lo que en él sucedfa". 1Britto Garcfa, Luis. Carta personal a la autora, Caracas, 2 de julio de 1975. Dice Jean Franco: "Poco a poco, durante los últimos siglos, los escritores han ido liberando su imaginaci6n de la he- (Continúa en la pág. siguiente) 188 Como los otros escritores de la novela de la violen cia, el autor de Rajatabla rompe con el "universalismo" de la nueva novela y basa su temática para el efecto en la rea lidad concreta y diaria latinoamericana, que es la del Ter - 2 cer Mundo. b) La estructura múltiple corno expresi6n de la realidad ca6tica Rajatabla es a primera vista un libro de cuentos, relatos, prosas, narraciones y fábulas, que desarrollan un acontecimiento propio o una situaci6n particular. Pero pronto nos percatamos de que cada pieza contribuye con su imagen particular a explicar una misma realidad que es múl- tiple y compleja. Todos estos mundos distintos convergen en el "yo", en el "tú" y en el "él" de un autor profundarne~ te comprometido. Sus recuerdos, sus deseos y sus esperan- zas son los de su pa1s y por lo mismo son los del Tercer Mundo. El lugar de los hechos ficticios, que podr1a ser cualquier otro pa1s explotado, es en este caso Venezuela; Caracas, su capital, es una ciudad hostil al hombre: cruel e inhumana. El tiempo de Rajatabla es el actual, pero se extiende al pasado y a un futuro infinito. El personaje (Continuaci6n de la pág. anterior) rencia del colonialismo." Dentro del proceso de esta libe- raci6n que culmin6 en la "universalizaci6n" de la literatu ra latinoamericana se está efectuando la identif icaci6n con las metas del Tercer Mundo. 2 Los datos biográficos están tomados de la carta personal de Luis Britto Garc1a, Ibid. 189 protago nista. Los rasgos autobiográficos de carácter testimonial de la novela de la violencia la enlazan con la novela pica- resca. A la misma influencia se debe la forma abierta en Rajatabla que estructura los detalles como en un juego mo- saico. En su afán de crear un mundo total mediante las pe- queñas partes Britto convuelve a las raíces de la épica. Las tres substancias que forman el mundo épico, figura, acontecimiento y espació,” construyen la totalidad poética en Rajatabla. Como la figura de Ulises anda errante en el mar en busca de su tierra, el protagonista de Rajatabla re- curre al universo para encontrar el equilibrio gue no halla en este mundo. El autor realiza una búsqueda incesante de la feli- cidad por algo absoluto que dé unidad al hombre y a su vida. Lo que ofrece la realidad al hombre es la herencia de un an tagonismo extremo. Para el ser humano surgen una serie de problemas. Luis Britto García dice sobre Rajatabla que "la narrativa consiste esencialmente, en la exposición del de- senvolvimiento de conflictos (los dioses contra los dioses, los dioses contra los hombres, el señor K. contra la maraña judicial, el señor Bloom contra el tiempo). En el curso de SRayser, Wolfgang. Das sprachliche Kunstwerk (Análisis lite- rario), Bern und Miinchen, Francke Verlag, 1948, l6a. ed. 1973, p. 356. 190 central es el autor mismo, tanto como narrador como protag ~ ista. os os t biográficos e rácter onial e vela e i l ncia l zan n vela i a- sca. is a ncia be a ierta ajatabla e t ctura s eta les o n n go o- ico. n f n e ar n undo tal ediante s e- eñas artes ri to vuelve s í es e ica. as s stancias e an l undo ico, ra, nteci iento spacio, 3 str yen l t t li ad ética n ajatabla. o ra e lises da nte n l ar n sca e rra, l r t gonista e ajatabla - re l i erso ara contrar l uilibrio q e o a la ste undo. l tor liza a squeda sante e li- ad or l o soluto e é i ad l bre i a. o ue fr ce li ad l bre s erencia e n t i o t o. ara l r ano r en na rie e l as. uis ri to arcía i e bre ajatabla e la rrativa nsiste cial ente, n posici6n el e- olvi iento e nflictos s i ses ntra s i ses, s i ses ntra s bres, l or . ntra araña icial, l or l ntra l ie po). n l rso e 3 Kayser, olfgang. as r chliche unst erk nálisis - rio), ern d linchen, r cke erlag, 48, 1 a. . 73, . 6. estos conflictos, los hombres usan los unos contra los otros para predominar o sobrevivir, tanto una violencia implicita (religi6n, filosofia, moral, derecho, propaganda, prestigio) como una violencia explicita (policia, comando de bombardeo estrat~gico, ley de fuga). Cuando no existen medios institu cionales válidos para resolver las presiones causadas por la violencia impl1cita, entonces revienta la otra . Esta es la situaci6n de mi pa1s". 4 Britto desnuda esta realidad a fon- do en un libro que trata de entrar en ella y abarcarla hasta sus últimos limites. En la paráfrasis de algunos cuentos reviven visiones literarias de Kafka (con el personaje del Sr. K.), de Joyce (con el personaje del Sr. Bloom) y de Monterroso (con el pe~ sonaje de Mr. Godwin). Además de incluir proyecciones lite- rarias en su libro, Britto recoge en su visi6n opiniones de cr1ticos socioculturale s como Marcuse y McLuhan. No los imi ta pero si los apoya y los convierte ya en clásicos en su in tento de superar la etapa actual en la cual vivimos. Es interesante el comentario de Antonio Ben1tez Rojo acerca del libro de Britto: "En su conjunto, como Pedro Pára- mo o Cien años de soledad, Rajatabla escapa a cualquier in- tento convencional de clasif icaci6n porque abarca un imposi- ble, una cuarta dimensi6n en su afán de apuntarle en plena 4 Britto Garcfa, Luis. Carta pe rsonal .•. , Ibid. 191 cara a la esquiva realidad, en este caso una realidad conti- nental, compleja en cuanto que resume culturas y rasgos so- cioecon6micos distintos". 5 Lo "imposible" que se hizo posi- ble en la visi6n po~tica de Rajatabla se logra por la unidad en la diversidad que se representa tanto en la estructura y en el lenguaje como en la temática. Los acontecimientos dis tintos se determinan por su contribuci6n al hacer visible el fen6meno total del imperialismo. El tiempo y el espacio extendidos infinitamente permiten moverse en un mundo imag~ nario muy amplio. Según Albert Camus hay que tratar de distinguir en- tre lo verdadero y lo falso en este mundo en el cual todo es incierto. El hombre, sumido en los abismos abiertos por la duda en el ser, elige entre el suicidio y el no-suicidio. Al seguir viviendo llega al sentimiento inconsciente ante el universo: J a nostalgia de una unidad, el deseo de alto abso- luto. 6 Esta postulaci6n tan sutil de Camus, es lo que busca el personaje Oliveira en Rayuela, el personaje Alvaro en Se- ñas de identidad y el personaje central de Rajatabla, que es el propio Britto Garc1a. Los tres autores viven a trav€s de sus personajes id€nticos a ellos, en los abismos abiertos en tre sus realidades y sus deseos; asimismo, entre la realiza- 5aenitez Rojo, Antonio. "Rajatabla", en Revista Casa de las Américas, núm. 64, La Habana, 1971, p. 181. 6 Camus, Albert. Le mythe de Sisyphe (El mito de Sfsifo), Pa- ris, Librairie Gallimard, 1942, p. 20. 192 ci6n de los deseos y las realidades deseadas. Los tres tie- nen el esp1ritu de modernidad y las preocupaciones del hom- bre moderno. Sin embargo, hay una diferencia fundamental. Ya vimos en el capitulo dedicado a Rebeli6n después lo indi- vidual en la preocupaci6n y la búsqueda en Señas de identi- dad y en La muerte de Arternio Cruz, que cabe igualmente a Ra- yuela. La búsqueda en Rajatabla es corno en Rebeli6n después también la de un individuo, pero éste en Rajatabla es un horn bre consciente socialmente y su camino es el de un movimien- to revolucionario que aglutina la ideolog1a y las acciones que acaecen en los pa1ses del Tercer Mundo. En Rajatabla no se trata de un proceso de concienti- zaci6n corno en Rebeli6n después. El protagonista ya está consciente y comprometido. Lo que revelan sus preocupacio- nes es el funcionamiento de nuestra sociedad con sus múlti- ples conflictos, enfrentamientos y encuentros en sus diferen tes caras, las mismas que forman parte de lo que es nuestra realidad ca6tica. Rajatabla está divid i do en siete partes que se lla- man: "Carne", "Calle ciega", "Trono" , "Ilusiones ópticas", "Trama", "Vuelco" y "Ciclo". "Carne" tiene 9 piezas que suman 23 páginas "Calle Ciega" tiene 11 piezas que suman 27 páginas " Trono" tiene 21 piezas que suman 44 páginas "Ilusiones 6pticas" tiene 11 piezas que suman 22 páginas 193 "Trama" "Vuelco" "Ciclo" tiene 6 piezas que suman 12 páginas tiene 3 piezas que suman 13 páginas tiene 6 piezas que suman 45 páginas Si dibujáramos una curva de las siete secciones ha- bríamos trazado una parábola con el climax en la parte que corresponde a "Trono". Al comparar esta parábola con otra que se refiera a la cantidad de las páginas, veríamos tam- bién el clímax en "Trono"; luego observaríamos c6mo esta s~ gunda parábola produce otro climax al final del libro: 45 páginas. Mientras que todas las muestras tienen solamente una o dos páginas, en la última parte se extienden, en va- rios casos, hasta 15 páginas. Muchas piezas están ilustra- das por dibujos satíricos del autor, mediante los que enseña al hombre con cara de angustia, de sorpresa o de esperanza. De esta forma el autor trata de apoyar las etapas de su bús- queda. En cada parte se revelan bajo encabezamientos pro- pios de las producciones, acontecimientos, situaciones, ima- ginaciones, sueños o especulaciones filos6ficas, que forman los setenta y dos mundos claves de las preocupaciones del au tor. En la primera parte, "Carne", conocemos la muerte y la violencia vinculada a la vida, como lo más natural en la miseria de un país explotado. Dice Luis Britto García, que él descubri6 la estética de la violencia en "el estallido p~ 194 A A AAA AAA > A A AAA A A - pe a Ll poo pon > prono =>. --- métodos de represión y su opositor y enemigo, la guerrilla. Otros rasgos de la problemática represiva se desen- mascaran en la segunda parte, "Calle ciega". Aquí se presen ta a la burguesía "respetable". Se produce la crítica descar nada del autor, su miedo de ser igual a lo que denuncia y la angustia de que no cambie nada. En "Trono" la crítica se in tensifica contra el imperialismo norteamericano y contra la política nacional venezolana. La impotencia del hombre de actuar en contra de la explotación, de la injusticia y del burocratismo hace que el "personaje" se sienta en un mundo- prisión, absurdo, en el cual no solamente lo amenaza el hom- bre sino también los objetos y la técnica total. Britto des taca la burocracia como la forma más enajenante en el siste- ma imperialista, A pesar de que cambien los Órganos de go- bierno e instituciones la burocracia sobrevive cualquier cam bio. Hasta al inventar y establecer por broma una "oficina de las compatibilidades" (p. 99), ésta adquiere paulatinamen te su propia vida con "sus leyes, sus institutos, sus minis- terios, sus jerarquías, su código, sus policías, sus planes de jubilación, sus condecoraciones, sus impuestos, sus con- gresos, sus Presidentes, su orden jurídico, cosas todas ellas que fueron infiltrando muy hábilmente, como si se tra Britto García, Luis, Carta personal..., Ibid. 195 roxístico que desnuda la verdad de una situaci6n". 7 Apare- cen también en la primera arte la olicfa con sus m~todos e resi6n ositor igo, uerrilla. tros os e l ática resiva e esen- ascaran n nda arte, a le i a". quf e e!!_ rguesía etable". e r duce riti a sear ada el tor, iedo e r al e nuncia gustia e e o bie ada. n r no" riti a sif ica ntra l periali o rt ericano ntra lftica cional ezolana. a potencia el bre e t ar n ntra e plotaci6n, e j sticia el r crat rno ace e l rsonaje" ta n rnundo- ri i6n, surdo, l al o l ente enaza l - re i o bién s jetos t~cnica tal. ri to es a rocracia rno a ás aj nante n l te- a perialista. esar e ue bien s 6r anos e o- i r o i nes rocracia revive alquier ca~ io. asta l entar t lecer or a a fi ina e s patibilidades" . 9), ~sta quiere atinarne!!_ r pia i a n us es, s stit tos, s inis- ri s, s r uías, 6digo, s olicfas, s l nes e ilaci6n, s decoraciones, s puestos, s n- r sos, s residentes, r en rf ico, sas as ll s e r n r o uy bil ente, rno i e 7 ri to arcía, uis, arta rs nal ••• , id. tara de las verdades ••• " (p. 100). El hombre se reduce a ser su propio fantoche, que ni posee el control sobre sí mismo ni sobre los objetos. El espacio en la tierra está limitado y el tiempo no es seguro. El hombre busca desesperadamente una salida en este caos. Hasta aquí predominan las imágenes de la lucha real del hombre, que forman la primera parte del libro, que llega en "Trono" a un clliuax temático, el que visto estructu ralmente se fusiona con la forma. En "Ilusiones ópticas", el autor inicia su b6squeda metafísica a través del arte. Pero el arte en este mundo también es ca6tico, se presenta como enemigo del hombre en un alejamiento mutuo, mientras que al técnica progresiva abarca todas las posibilidades racionales e irracionales. El tiempo irregular y movible deja al hombre inseguro y sin orientaci6n. La b6squeda, en "Trama", va a los campos de la filosofía. Britto crea la visi6n de una selva (la filoso- fía) en donde el hombre se desvía en huellas perdidas (la Etica, la Estética, la Ontología, la Teología). El protago - nista grita por "un Absoluto" que hasta ahora nadie ha caza- do" (p. 140). 8 Esta b6squeda metafísica fracasa. La raz6n del ser humano le hace posible la comprensi6n de las 6ltimas cuestiones humanas pero no lo ayuda a salir del nihilismo. 8 De aquí en adelante, las páginas indicadas se refieren a Rajatabla. 196 El hombre ahora explora a sus subconscientes en el afán de llegar a un mundo intacto. Sin embargo, los caminos ·: son '.' i'alh~r{nt1 c6s ' c'dmo '1a's' sendas· en la selva, pues · los •• ·.; "subcónsc'í'ent'e'S ' tienén ~ a -su vez subconscierl tes y asf ,· ina caoablement'e" (p. ' i 42) . ' -:.': ! 1: , .. Britto critica el ~~todo del psicoanálisis freudiano '' como soluci6n para el bienestar _de la humanidad. Detecta sus limites en el subjetivismo y en el antagonismo interior ák !> ho~re: "Cada objéb:> es en ·el ' mismo instante infinitas COSaS para · infinitas personas, que•- SOñ una misma" · {p.: '' 143). Otra trampa para ser preocupado es ·la psicoterapia en: suco- rrupc16n por el sistema capitalista. El psiquiatra• "de: as- pect'O 'i'nofénsivo ••• pereibía rentas hacía ,negocios ·movilizaba influencias'· ·escribía · para la prensa Seria manejaba. latifun.,- tlios cenabá c'on los mi'ii:tares apoyaba a la policía· se decla- raba· partid!ari6' d'el' ·o-rden apoyaba el envío de ·tropas ••• ll • (p. 144). 'Dé' 'esta manerá se · desenmascara el -"extraño ·Caso" de . "Miste:r Hyde como' e 'l ' caso• "no'bnal' ' y respetable de nuestra, so c-.i:edad. .}.1 ~ .: t i ~ . ,; • ¡·/ . i. El prot , ~gonista se ve rodeado de un mundo que "fluye ·T ·._i .... ~; '! : sin cone~i6n con la 16gica" (p. 148). Mientras que gritan "sonidos azules" y un "nudo de serpientes" se transforma "en una montaña de arañas metálicas" (p. 149), el protagonista piensa que se está volviendo loco. ,En 'un' sueño B:i;ittó trata de huir de este mundo a "un reino fantástico" (p. 150) pero 197 su propia pesadilla lo contamina: "lo invade lo enferma lo ataca de irrealidad", y "se retiran los sonidos las estruc- turas los cristales de música las arpas liquidas los versos algebraicos ••. " (p. 150). El autor-protagonista no logra huir de su "irremediable realidad" y de su "vida irremedia- ble" (p. 151). En "Vuelco", la búsqueda se trasciende del ámbito in dividual a las relaciones entre los hombres y entre el hom~ bre con el mundo que lo rodea. Ya el niño está enajenado en nuestra sociedad y el hombre adulto se siente preso y solo. La realidad guerrillera sigue estando presente; se relaciona con la vida diaria y las pesadillas durante las noches en un mundo real-irreal. El hombre perseguidor y el hombre perse- guido entran en relaci6n intima que culmina en una identidad mortal, lo que enajena todo tipo de lucha. Aqui termina la segunda etapa del libro. En "Ciclo" entramos en una especie de utopia. El "yo" del autor vive en el plano real en su misi6n de expre- sar sus preocupaciones . En la última etapa de la búsqueda ~l es el único que se salva al final de este mundo, con obj~ to de mostrarnos "la caída de la humanidad". Su misi6n es romper los últimos limites del ser humano para llegar a "un futuro más allá". Ahora deja atrás las imágenes proliferan- tes vistas a trav~s de varios y sucesivos caleidoscopios que reflejan el mundo ca6tico del terror y del espanto. El per- sonaje-autor siente tramarse los "hermosos hilos para enea- 198 zas —— ——— —=— === y Ra ===. -—-— == === === -_-— — Ass AA A ——_ -- pasados presentes y futuros se cruzan como rostros de ba- bosas..."” (p. 215). La ciencia hace posible esta vida imagi naria. Pero a priori se hace sospechosa por la corrupción en que suele caer, la cual se manifiesta tanto en la vida de la tierra como en la utopía misma. Britto coincide con las ideas de Marshall McLuhan, quien ha desenmascarado el papel del hombre que quiere relacionarse con el mundo en una mane- ra "conocida" y "tradicional" mientras que el ser humano mis mo, los demás, la civilización y la tecnología se encuentran en un proceso de cambio continuo, McLuhan revela junto con Quentin Fiore cómo la "tecnología eléctrica" de los medios masivos nos ha influido en todos los aspectos de la vida y nos obliga a reflexionar y a reevaluar cualquier pensamiento y cualquier institución que aceptábamos antes. La salvación del hombre no es muy segura. En la vi- da utópica, el protagonista desarrolla una misión parecida a la que tenía en la tierra y que "consiste en presenciar el último estado de la agonía del cosmos" (p. 209). Ahí se es- tá anunciando otra salida que está "más allá de nuestras no- ciones de apreciación del tiempo "cuando la máquina del uni- verso se reactive" (p. 209). uchuhan, Marshall y Fiore, Quentin. The medium is the massa- 9s (El medio es el masaje), New York, Bantam Books, 1967, Véase también McLuhan, Marshall. La cultura es nuestro ne- gocio, México, Edit. Diana, 1974, 199 jes laberintibos, encuentro de los seres en un un'íverso doh- cle pa · ~ados r sentes t ros ' ~e · ~~uzan · co~b · tóHros ak·' .;.. Losas ••• 11 . 5). ' a ~iencia ce· po~ibl~ ~sdt ~ 'ida irn~ iJ .!. aria . ero r i i fi~ c · ~ · 'spechÓsa or ' cbrru~6i6n ~' , • .. : . , " " ¡ . i " ,~ - I! . . . / e ele er, al ' anifiestá · . .' tó ' 'ilida rra o t pfa is a. { ; ' ·. .. - ri to ihciae b n s " as O.e arshal;I. cLuhan, qui~n qa . runaspar:a.do_ 71 apel f'.. !... · • t" • • r 1 , .;.,.. , •• J. L • • a 1 bre_ . ~ue 51uiere re1ac¡:~on . f+se . '?r e+. !Il'f~ª S\ ~n . un 1 ~ . ~~ - -9-r ; d.;i. 11 11 .adici_onal 11 _i tr s, qu~ J- l. i¡;er y ,a.n? is o., s ás, lizac;::i6,n , :).a 1re c;>l.9g,1a, . s~ . enc _ uent . ~a . z:i 1 •• • • •• - \ ' - • • • ~ - • ·• ~- n n ceso e bi.o ntinu.o. . cLul;i¡:tn ,r:ela, . _unto 90,n ueptiq. il)re o l g1a l. ctrica" e s edios asivos s a i o n . ~o,do~ .. s ectos e vid~ 1 s bliga l ,xionar reeva , l~f- _ r . cu'.3-~quf~X: pe.p.sam~e!lto 9 cu~lquier . sti t _ción ue a~ept~P, . .;t~os tes. j. a v.::ición el bre o 's tnuy ::;egura.' n " i- a t pica, l !?rotagonis~~ desarro~la , a. isión ¡:trecida e 1a _ ~él- tierr~ ue 11 cons~ste , p~esenc . i.~r e~ " l o t o e n1a el os" . • . 9) • h1 s- nciando. t;ra . li a <:;\ue stá ás llá a~ . estras o- . . -' ),. ' .. i nes e reciación el ie po ndo .la . !Iláq~in _ a el ni- erso cti e" °' 9). •"11r.r r ., _ I ~ - ; 9McLuhan, arshall iore, Que~tin. he ediu e a sa- ~ · l edio · s. l asaje)· , · e ork; ari·t>am · o >s·,, l9,·67-. éase bién cLuhan, arshall. a ltura s estro e- c io, éxico, dit. iana, 74. . a persona jes, en su lugar geográfico o imaginado, en su tiempo crono- lógico o irreal, y en su desarrollo dramático, con circuns- tancias especiales. También la técnica y la forma de narrar cambia según la temática. Lo que solamente cambia en su for ma de expresión es la violencia, presente en todos los cuen- tos como base diversificante, luego el caos en sus formas particulares, la crítica, la ironía, la búsqueda de un mundo más humano y un movimiento perpetuo que no se limite ni se detenga. Esta temática está presente en todos los ejemplos. Las preguntas esenciales aparecen como hilos de identifica- ción enredando y uniendo los varios niveles. Así es como las muestras son capítulos de una novela cuya unidad encon- tramos en la temática que se crea en la forma de una "histo- ria despedazada".*/ Britto anhela enseñar los varios factores que inter- vienen en la realidad actual, no solamente en la realidad vi sible y física sino también en la realidad mental e imagina- da. La visión poética de las pluralidades de posibilidad se extiende hacia una especie de espejismo. En esta técnica, cada capítulo lleva las reflexiones ad infinitum, y es símbo de una realidad inagotable. El autor integra el espejismo en la totalidad del libro. Además se repite esta técnica dentro de algunas piezas: se duplica el mundo, se duplica el Meavater, Fernando. "Una historia despedazada: Rajatabla", en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 276, Madrid, junio, 1973, p. 607. 200 Todas las muestras poseen vida propia en sus person~ j s, n l ar ográfico i aginado, n tie po r no- l ico i al, esa rollo r ático, n i ns- t cias eciales. a bién l t nica y l f r a e arrar bia ún ática. o e ente bia n ar a e presión s i lencia, r sente n t os l s en- s o ase i ersificante, l o l os s as arti ulares, riti a, 1a, squeda e n undo ás ano n ovimiento r etuo e o e ite i t nga. sta ática stá r sente n os s plos. as r untas nciales arecen o il s e ntifica- i n r ando i do s arios i eles. s! s o s uestras n 1tulos e na vela ya idad con- os n ática ue rea a e na isto- 10 edazada". ritto hela señar l s arios t res e i ter- i en li ad tual, o l ente li ad i le 1sica i o t bién li ad ental i agina- > este gran des equilibrio entre la ciudad y el campo y dentro de la ciudad parece disolverse en el aire. Un "hilo invisible" (p. 104) entre los dos les une en una reconquista que integra el mun- do del pasado y el mundo del futuro en un presente maravillo so. Flor canta el canto de la naturaleza, sencillo y natu- ral, expresión de su sueño de conquistar el mundo. Robbie canta el canto de la civilización, perfeccionado, estudiado, reproducido y amplificado electrónicamente. La desconfianza de Flor acerca del mundo entero e in tacto de la ciudad la dispersa Robbie: "Buenos Aires no se 3 . . Sarmiento, Domingo F., Ibid, p. 23. 287 Flor de Irup~, l ico rsonaje ue o s e ue- s ires, l ra i t rarse a l i dad. e r duce n lla l ilag ro ue nca e r duce n l s narenses: lor e ed6 n o bie, n uenos ires ero o bie, rque o- bie e ara lla sto ue ia e r, i ás i e- os: u a l sfalto, o n l ento, ire uro, - fo, apa r6n, orajú, rizonte, l z" . 7). os res l s uestos, s .Qtfpodas, s ntrarios" . 8) an, r en ara i pre i plicaci6n, i r untar or l or qu~? l nflicto tre l s s i ili i nes, la ropea, l ci nada r gresista; ericana, asi fgen a, ri itiva, rbara, cada" o otivaci6n ial" el cundo e omingo º ar iento, 35 ste ran es uilibrio tre i ad l po entro e i ad rece i l erse l ire. n ilo isible" . 4) tre l s os s ne a nquista e i t gra l un- o el sado l undo el t ro n n r sente maravill~ . l or nta l nto e t raleza, nci lo atu- l, resi6n e eño e nquistar l undo. o bie nta l nto e i il ci6n, rf ci nado, t iado, ucido plificado l t 6 i ente. a s onfianza e lor erca el undo tero to e ad i ersa o bie: uenos ires o 55 ar iento, omingo ., id, . º inunda, Flor de Irupé, Buenos Aires es el cielo" (p. 150). No puede suceder nada porque "en Buenos Aires los rios están asfaltados" (p. 198). Como la novela empieza con la llegada de Flor termina con el sueño de su gran triunfo al regresar a "Alto Verde", pueblo de su origen, como "una reina" (p. 198), "transformada en diosa" (p. 199), "Voz de la Argenti- na" (p. 200), "cantante internacional" (p. 200) y "empera- triz" (p. 199). Alto verde como "útero", como "seno mater- no", como "verdadero Olimpo" (p. 198) a los pies de ella, la "glorificada" y "amada" (p. 199) es la nostalgia del regreso al origen, de algo absoluto, de algo mágico e indiscutible en donde desembocan los deseos y las esperanzas del hombre. Reuni6n de los grandes antípodas civilizaci6n-barbarie a fa- vor de la naturaleza, del origen más auténtico del hombre que integra las adquisi.ciones modernas y técnicas de la ciu- dad en una entrega a lo divino y a la justicia natural que hace sentir lo resquebrajoso de nuestra cultura inauténtica. No importa la muerte del pájaro Gardel ni el suici- dio de Sebastián; lo único que cuenta es seguir adelante ca~ tanda. La raz6n de la modernidad fracasa. La fuerza miste- riosa y mágica triunfa y transforma la realidad en un mundo del folklor y de la ilusión. Seriedad e irania coexisten en la apertura de esta posibilidad soñada. Buenos Aires, deseo y esperanza en el destino del pafs, se ha vuelto enemiga de s1 misma. 288 g) Sebastian y la búsqueda de la identidad La conciencia de la juventud que crea Gudiño median- te los personajes Robbie, Ana y Sebastian se profundiza en la lucha individual de Sebastian. El se halla enredado en sus conflictos personales tanto psicol6gicos como existenci~ les y busca desesperadamente su identidad personal, connota- da por lo argentino. Como intelectual burgués comprende y analiza las causas y relaciones de la miseria del hombre mo- derno en la sociedad actual argentina y como él, busca una salida a su fastidio y a su nausea interior. Mientras que la rebeldía juvenil en contra de la generaci6n mayor contie- ne rasgos mas adolescentes, la lucha interior del protagoni~ ta se emprende en forma madura y sincera relacionándose en parte con la búsqueda existencial de Oliveira en Rayuela. El arma en el proceso de adquirir su plena identidad era pa- ra Gudiño (alias Sebastián) la conciencia y el lenguaje. El autor queda atrás de su personaje y observa el mundo a tra- vés de éste º En Buenos Aires, el "cuerpo", en el cual la sangre fluye en forma desviada por la violencia constante, Sebas- tian desarrolla en su ser mas intimo la conciencia racional de un despertar amargo acompañado por una intensidad emocio- nal de vivir el dolor de todo lo que ocurre. Como la estruc tura y el lenguaje en su relaci6n profunda con el contenido 289 dan unidad al libro, el personaje central tiene esta cara cte r1stica en su acci6n de absorber la crisis actual y de tra s- cenderla en lo esencial de su lucha. Gudiño se encuentra cercano a la filosof1a existencialista francesa no como un post-boom latinoamericano sino como una suerte de "pre-re vo- lucionario" que se ocupa tanto de la problemática indiv idua l como social del hombre, con objeto de que sea posib1e a lgún d1a un camino auténtico en la comunicaci6n s oc ial. Durante un periodo el mismo ritmo de "levantarse , t~ mar el tranv1a, cuatro horas de oficina o de fábrica, la co- mida, el tranv1a, cuatro horas de trabajo, ••• es una ruta que se sigue fácilmente durante la mayor parte del tiempo. S6lo que un d1a se alza el 'por qué' y todo comienza con esa lasitud teñida de asombro 11 • 36 Camus subraya la palabra "co- mienza". Pues "la lasitud está al final de los actos de una vida maquinal, pero inicia al mismo tiempo el movimiento de 1 . . " 37 a conciencia • En la continuaci6n el hombre puede volver se inconscientemente "a la cadena" o permanecer en la situa- ci6n del "despertar definitivo". Al final del despertar vi ~ ne, con el tiempo, la consecuencia: suicidio o restableci- miento. Se puede decir que el personaje Sebastián se encue~ tra en el estado que define Camus como "el despertar defini- 36 Camus, Albert. El mito de S1sifo. El hombre rebelde, Bue- nos Aires, Sa. ed. 1967, p. 20. 37 Camus, Albert, Ibid, p. 20. 290 tivo 11 , 38 quien ve con profunda conciencia las resquebrajadu- ras de este mundo. El estado de ánimo de Sebastián es el de un gran desequilibrado. El busca el estado de la "reintegr~ ci6n", deseando la "nostalgia de la unidad" y sintiendo el deseo de algo "absoluto 11 • 39 Se encuentra en el abismo entre la realidad que existe y la realidad anhelada que parece ser inalcanzable. Seg6n Camus, vivir entre lo que es y lo que podría ser es vivir en lo absurdo. Georg Lukács capta el mismo sentido diciendo que el peligro empieza cuando el mun- do exterior ya no se identifica con las ideas del individuo que entonces llegan a ser realidades subjetivas del alma, ideales. 40 Sebastián traspasa el "restablecimiento" hacia un fu turo indefinible y elige el suicidio. Su muerte es resigna- ci6n y es esperanza. La resignaci6n está en la negaci6n del asco y de la repugnancia que le causa este mundo que "fue y será una porquería" (p. 9). La esperanza se proyecta hacia el futuro en otros seres. Sebastián no es un "hombre absur- do" en el sentido de Camus al interpretar el "mito de Sísifo" Camus proclama la a ceptación de la vida en conciencia plena 41 del absurdo. Sebastián lucha por darle un sentido profundo 38 Camus, Albert, Ibid, p. 20. 39 Camus, Albert, Ibid, p. 23. 40Lukacs, Georg º Di e Theorie des Romans, Ibid, p. 67. 41 Camus, Albert, I bid, p. 95. 291 ' a la vida y precisamente eso lo lleva al fracaso. La deci- si6n es suya y la identificaci6n con ella significa libertad. Para Sartre la libertad se alcanza en la manera siguiente: el ser elige entre dos o varias posibilidades y se hace res- ponsable de su decisi6n. 42 Esta condici6n metaf1sica del existencialismo sartreano se halla atrás de la lucha que Gu- diño deja vivir a su protagonista. Sebastián descubre en el suicidio la libertad como liberaci6n y carga para si mismo. Se encuentra a si mismo y niega su ignorancia y su fastidio. ¿Cuáles son los momentos clave en el desarrollo de la propia individualidad moral del protagonista? Terminante mente desde el principio el autor enfrenta al lector con el suicidio de Sebastián. "La vida y la muerte como contrapos~ ciones vitales, el hacer y el no hacer, son constantes anti- téticas en Para comerte mejor 11 , 43 señala Miguel Donoso Pare- ja. La vida significa para Sebastián "la suma de los miedos de perderla" (p. 27) y por eso se busca entretenimientos "p~ ra no aburrirse mientras las horas se nos escapan inexorabl~ mente" (p. 27). El se siente podrido por ser "t~rmino me- dio" (p. 40) mientras que el heroismo es de los demás. Los otros son los guerrilleros o los burgueses contentos, en cam 4 2siemel, Walter. Jean Paul Sartre in Selbstzeugnissen und Bilddokurnenten, Reinbeck bei Halñburg, Rowohlt Taschenbuch- verlag, 1964, p. 41. 43 0 p . M" 1 "B A " 11 Ib .d XIII onoso areJa, igue • uenos ires ••• , i , p. • 292 bio Sebastián no se identifica ni con los unos ni con los otros. Su lucha interior de encontrar su propia identifica- ci6n se personifica mediante "dos compañeros discretos, insu perables, magn1ficos: Mierdal1n el Bueno y Mierdal6n el Malo, el primero junto a mi coraz6n, el segundo º ºº bastante más ab~ jo" (p º 28) º Mierdal1n es el "yo" formado por la educaci6n y por la cultura, mientras que Mierdal6n expresa los instin- tos humanos de este "yo" que están oprimidos por la sociedad º Pero Sebastián no espera realmente nada de ellos, porque los dos pertenecen a la gran cloaca de su vida con la anica dife rencia de que "Mierdal1n" disminuye un poco el sentido de la palabra original mientras que "Mierdal6n" lo aumenta. "Es- cribir º Escribirse. Hacerse uno mismo a su propia imagen y semejanza" (p. 30) es el anico camino en el cual es posible vivir o En el lenguaje de Sartre la situaci6n del hombre se define por "facticidad" y "libertad". La facticidad abarca las condiciones a las cuales el hombre está sujeto º 44 En el caso de Sebastián ~stas son el ser hijo de "un honesto bur- gu~s", el ser del "sexo masculino", el ser argentino y otras (p º 27) º En este primer concepto de la existencia el hombre no puede influir. Ante el trasfondo de las condiciones im- puestas sobre el ser el hombre puede elegir en libertad al 44 Sartre, Jean Paul. L'~tre et le n~ant. Essai d'ontologie ph~nom~nologique (El ser y la nada), Par1s, Gallimard, 1943, p. 610. 293 tiempo que realiza sus planes. En la acci6n de la realiza- ci6n de sus metas el hombre existe como un ser libre. 45 O as1 como lo dice T. S. Eliot, adorado y frecuentemente cita- do por Sebastián: "And right action is freedom, From past and future also" (p. 40). Entre la continuidad de la tradición proclamada por Eliot y la tendencia moderna de romper todos los limites de la imaginaci6n Sebastián elige escribir y crear: " ••• pienso en las posibilidades infinitas, en las infinitas salidas, en las puertas de la percepci6n sin llaves de mescalina. Pien- so que de repente puede suceder algo que nos proyecte hacia una dimensi6n desconocida, inimaginable, alucinante y verda- dera al mismo tiempo" (p. 55). Para poder entrar en este otro mundo, Sebastián crea a un personaje libre en tiempo y espacio: Cecilia "ave del paraíso, sol, estrella, diosa, • • • " (p. 56) . Con Cecilia se puede hacer todo menos bajarla a la tierra. Ella es puro juego que "apenas" se toca con la ima- ginaci6n (p. 145). Es como evasi6n dentro de la evasi6n y lejos de toda la problemática de compromterse o de no-compr~ meterse. A momentos Sebastián no quiere ver la realidad tal como es: " • •• uno se conforma con un c6modo e indiferente no s~ y no importa, pero Mierdal1n y Mierdal6n no permiten que 45sartre, Jean Paul. L'@tre et le n~ant, Ibid, pp. 615-617. 294 la comodidad y la indiferencia duren demasiado, no, ensegui- da se trenzan en una de sus interminables discusiones, ense- guida empiezan los discursos, las peleas, los argumentos" (p. 76). El escritor Georg BÜchner, antecedente de la moderni- dad y creador de un nuevo sentido de vivir trágicamente con- f i6 sus ideas y pensamientos tntimos a dos personajes que r~ cuerdan al Sebastián ignorante y al Sebastián buscador. Uno es Danton, quien con su asco por. la vida sin sentido y sin orden espiritual se resigna a cualquier acci6n; el otro es Robespierre, con su apetito salvaje y su fe en la salvaci6n dentro de la lucha destructiva y creadora de la revoluci6n francesa. Sin embargo, Sebastián el buscador no está conven cido de nada ni de nadie. Mierdaltn y Mierdal6n aparecen c~ mo una nueva versi6n del conflicto de Fausto, de sentir dos almas en un solo cuerpo. La lucha entre "lo bueno" y "lo ma lo" no deja en paz al protagonista. "Lo bueno" que trata "del deber ser, de la humanidad, de la civilizaci6n, del pr~ greso, de la caridad cristiana y de la libertad" y "lo malo", la verdadera libertad existencial de que "se puede ser lo que uno sueña y hasta lo que sueña que sueña" (p. 76) hacen más y más difícil la convivencia con estos dos anttpodas en un ser. Siempre le atrae la esfera imaginaria del sueño y del juego. Ser pájaro, ser 1irbol o contar aventuras "tales como habe r estado con el Che en Camiri" (p. 99) no sirven para si 295 tuarse en el aqu! y ahora . Sebastián no se engaña. Su ani- co compromiso y su dnica esperanza consiste en escribir. En la esfera real del mundo circundante no se compromete con na die: "Mufado, hastiado, cansado, aburrido. Y bueno. Jode- te" (p. 111), se dice as! mismo. El hombre forma parte de la totalidad del absurdo siendo "Caperucita Roja en el bos- que" (p. 139). No hay salida: "Mamá qué dientes tan grandes ~enés . Para comerte mejor, hijito. Robbie qué dientes tan grandes tenés. Para comerte mejor, amiguito. Ana qué dien- tes tan grandes tenés. Para comerte mejor, amorcito. Ceci- lia qué dientes tan grandes tenés. Para comerte mejor, au- torcito. Buenos Aires qué dientes tan grandes tenés. Para comerte mejor, argentinito" (pp. 139-140). El lobo está es- condido en cualquier hombre y en cualquier cosa. Ni "Alice en Wonderland" ni James Bond pueden salvar la situación. Identificarse con la rebeldta juvenil nada más es luchar "contra molinos de viento" (p. 159) y profundizar más en el oficio de escribir para que "caigan las máscaras, los disfra ces, los sudarios" (p. 160) lo llevan más a la duda y final- mente a la verdad. El encuentro con el joven Romeo Tavares hace ver la posibilidad de otra vida violentamente vivida y anuncia la propia muerte. Otro signo es la muerte del canario Gardel que deja de cantar la melod!a del campo en la ciudad. La es cena con el niño Héctor Aquiles demuestra la i mposibilidad 296 de dar un sentido a la vida por ser "caritativo" para sentir la propia generosidad. Cuando las palabras se desenmascaran siendo "cadáveres" (p. 181) se dirigen como fantasmas en con tra del escritor. Sebastián comprende que el oficio de es- cribir no excluye lo absurdo. La realizaci6n de esta verdad provoca la desesperaci6n. Hay que buscar otro nivel de lu- cha en el futuro en algún ser. La esperanza es conjetural y fugaz pero la inquietud y la no-conformidad sobreviven en Mierdal!p y Mierdal6n. Como Lázaro en Rebeli6n después transfiere la rebe- li6n hasta "después" al enfrentar una situaci6n límite y moE_ tal, Sebastián da el salto hasta el futuro al reconocer su limitaci6n. Se arroja al mar, que significa para él la co- nexi6n con "el otro lado", nostalgia de un tiempo cuando el mundo era intacto e integro. Es una recaída al origen en una violencia dirigida en contra de s1 mismo. En las tres novelas analizadas la introspecci6n del personaje central se produce mientras él se está enfrentando al mundo social. En Rebeli6n después al final se logra la identidad dolorosa del mundo interior con el mundo exterior º En Rajatabla, el protagonista estima imposible una integra- ci6n de su mundo interior y el exterior y se crea un nuevo mundo completo dentro de su imaginaci6n. En Para comerte mejor, lograr la identificaci6n significa el suicidio para el protagonista Sebastián, porque su búsqueda y su lucha han 297 llegado a su fin. Van a seguir "all1 donde cuaje alguna ac- ci6n que no sea escribir un libro. Donde se luche de otra manera. ¡Qu~ se yo!" (p. 194). La esperanza señala en las tres novelas hacia la ac- ci6n o Esta se traspasa a un futuro por razones muy comple- jas pero demuestra sus signos interminables, que se presen- tan muy dispersos, muy diferentes y muy problemáticos. La novela de.la violencia está empezando a profundizar en la realidad actual latinoamericana vi~ndola en toda su estructu ra compleja en la cual la violencia pertenece al lado poder~ so y la contra-violencia al lado d~bil. Sin embargo, el tiempo estará al lado de los oprimidos tanto en la visi6n po~tica corno en la realidad. ,. 298 CONCLUSIONES Este trabajo intent6 presentar una visi6n general de la novela de la violencia y su expresi6n particular en tres de sus representantes: Lincoln Silva, Luis Britto Garc1a y Eduardo Gudiño Kieffer. Los tres autores se han enfrentado dentro de su obra literaria a un tema que preocupa al hombre del siglo veinte en la sociedad de hoy. Los distintos aspectos de la proble- mática, tanto el desenmascaramiento de la violencia estatal con sus consecuencias enajenantes en el ser humano como la toma de la responsabilidad en la conciencia y la acci6n de una minoria creciente, convergen en una profunda preocupa- ci6n por el hombre. La búsqueda de una nueva identidad in- cluye la búsqueda por nuevas formas de expresi6n literaria. Dentro de este trabajo que tra~a de contribuir a es- tructurar la presencia de la violencia y la contra-violencia en la novela moderna latinoamericana se abren varios temas especiales que merecen un análisis profundo que sobrepasa el asunto del estudio presente. Entre ellos se encuentra la re laci6n de cada novela con la obra literaria completa de su autor, el cambio del papel de la mujer en la novela latino- 299 americana, la situaci6n de cada novela dentro de la literatu ra de su pa1s, la influencia estil1stica de los movimientos literarios en cada obra y la apertura y comparaci6n de la nueva temática vista en el contexto de la literatura del Ter cer Mundo. Los tres autores abrieron nuevos horizontes que tie- nen importancia en la literatura actual latinoamericana y en la poco distribuida y conocida de otras partes del Tercer Mundo. La novela de la violencia está empezando a existir . Será muy interesante observar su camino futuro. 300 B I B L I O G R A F I A TERCER CAPITULO 1. REBELION DESPUES DE LINCOLN SILVA (PARAGUAY), BUENOS AI- RES, EDITORIAL TIEMPO CONTEMPORANEO, 1970. Baquero Goyanes, Mariano. Estructura de la novela actual, Barcelona, Edit. Planeta, 1970. Beuvoir, Simone de. El segundo sexo, Buenos Aires, Edit. Si- glo XX, 1969. Befumo Boschi, Liliana y Calabrese, Elisa. Nostalgia del fu- turo en la obra de Carlos Fuentes, Buenos Aires, F. Garc1a Cambeiro, 1974. Benedetti, Mario. El escritor latinoamericano y la revolu- ci6n posible, Buenos Aires, Edit. Alfa Argentina, 1974. Campos cervera, Herib. "Un puñado de tierra", en Enrique An- derson Imbert, Eugenio Florit, Literatura hispanoame- ricana, Antolog1a e introducci6n hist6rica, Holt, Rinehart and Winston, New York, 1970. Carballo, Emanuel. Diecinueve protagonistas de la literatura mexicana del siglo XX, México, Empresas Edit., 1965. Castagnino, Raúl H. Tiempó y expresi6n literaria, Buenos Ai- res, Edit. Nova, 1967. Coddon Peebles, Gordon. "Notas sobre un proceso: De la nove- la del superregionalismo a la novela actual en His- panoamérica", en Primer seminari o internacional de 301 literatura hispanoamericana, Universidad del Norte Antofagasta, Santiago de Chile, .1969 º Dussel, Enrique D. "Metaffsica de la femineidad. La mujer: ser oprimido", en América Latina, dependencia y li- beraci6n, Buenos Aires, Fernando Garcfa Cambeiro, 1973. Editor. "Rostros de la tortura, Rebeli6n después por Lincoln Silva", en Análisis, Buenos Aires, núm º 518, feb. de 1970. Freire, Paulo. Pedagogfa del op~imido, México, Siglo XXI, 1970. Fuentes, Osvaldo º "Comentario sobre Rebelión después", en Uno por uno, Buenos Aires, enero, 1972. Jill Levine, Suzanne. "Pedro Páramo y Cien años de soledad: un paralelo", en La novela latinoamericana, México, Revista de la Universidad de México, vol. XXV, núm. 6, feb., 1971. Lukacs, Georg. Die Theorie des Romans (La teorfa de la nove- la), Ein geschichtsphilosophischer Versuch uber die Formen der grossen Epik, Berlin, Luchterhand, 1971. Morán, Fernando º Novela y semidesarrollo (una interpretaci6n de la novela hispanoamericana y española), Madrid, Taurus Edic., 1971. Paz, Octavio. El laberinto de la soledad, México, Fondo de Cultura Económica, Sa. ed. 1967. Pla, Josefina. "La narrativa en el Paraguay de 1900 a la fe- cha", en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 231, Ma- drid, marzo, 1969. Pouillon, Jean. Tiempo y novela, Buenos Aires, Edit. Paid6s, 1970 0 302 Rivarola-Matto, Juan Bautista. "Algunas ideas acerca de la literatura paraguaya", en Cuadernos Americanos, núm. I, México, 1972. Romero Bastos, Ratíl. "El Paraguay, entre el terror y la rev~ luci6n", en Cuadernos Americanos, núm. 3, México, ma yo/junio, 1970. Rosenblat, Angel. Lengua literaria y lengua popular en Amé- rica, Caracas, Universidad Central de Venezuela, Facultad de Humanidad~s y Educaci6n, 1969. Rufinelli, Jorge. "Lincoln Silva o los signos de la rebeli6n", en Marcha, Montevideo, 10 de marzo de 1972. Rulfo, Juan. "Talpa", en El llano en llamas, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 9a. ed. 1969. Varias. "Iberoamérica, tierra de Cenicientas", en ExclHsior, México, 26 de junio de 1975. Referencias especiales Silva, Lincoln. Carta personal a la autora, Buenos Aires, 12 de julio de 1975. "La resurrecci6n de Lázaro", 43., 44., en San Juan 11, Nuevo Testamento, Sagrada Biblia, Madrid, Biblioteca de au tores cristianos, 1962. 303 2. RAJATABLA DE LUIS BRITTO GARCIA (VENEZUELA), MEXICO, SIGLO XXI, 1971. Britto Garc!a, Luis. Los fugitivos (cuentos), Caracas, Edit. Pensamiento Vivo, 1964. Vela de Armas (novela), Montevideo, Edit. Arca, 1970. Racha (dibujos), Caracas, Edit. Rocinante, 1970. Venezuela tuya (obra teatral), Barcelona/Bunos Aires, Edit. Tiempo Nuevo, 1972. Arauja, Orlando º Venezuela violenta, Caracas, Edic. Emperi- des, 1968. Aray, Edmundo º "La actual literatura de Venezuela", en Pano- rama de la actual literatura latinoamericana, Madrid, Edit. Fundamentos, 1971. Barthes, Roland. El grado cero de la escritura seguido de Nuevos ensayos cr!ticos, M~xico, Si~lo XXI, 1973. Benedetti, Mario. El escritor latinoamericano y la revolu- ci6n posible, Buenos Aires, Edit. Alfa Argentina, 1974 0 Benedetti, Mario. Letras del continente mestizo, Montevideo, Edit. Arca, 1967. Benitez Rojo, Antonio. "Rajatabla", en Revista Casa de las Am~ricas, núm. 64, La Habana, 1971 º Borges, Jorge Luis. "La muralla y los libros", en Nueva an- tolog!a personal, M~xico, Siglo XXI, 1968. Camus, Albert . Le mythe de Sisyphe (El mito de S1sifo), Pa- r!s, Librairie Gallimard, 1942 . 304 nezolana", en La novela iberoamericana contemporánea, XIII Congreso internacional de literatura iberoame- ricana, Caracas, Universidad Central de Venezuela, 1968. a Fnanco, Jean. Introducción a la literatura hispanoamericana, Caracas, Monte Avila Editores, 1970. Hodgart, Matthew. La sátira, Madrid, Biblioteca para el hom- bre actual, 1969. Horkheimer, Max y Adorno, Theodor. Dialektik der Aufkl3rung (La dialéctica del esclarecimiento), Frankfurt, Fis- cher-Verlag, 1971. Kayser, Wolfgang. Das sprachliche Kunstwerk (Análisis lite- rario), Bern and Munchen, Francke Verlag, 1948, l6a, ed. 1973. Marcuse, Herbert. One-dimensional man (El hombre unidimensio nal), U.S.A., Bacon Press, 1964. McLuhan, Marshall. La cultura es nuestro negocio, México, Edit. Diana, 1974. McLuhan, Marshall y Fiore, Quentin. The medium is the massa- ge (El medio es el masaje), New York, Bantam Brooks, 1967. Monterroso, Augusto. "Cómo me deshice de quinientos libros", en Movimiento perpetuo, México, Joaquín Mortiz, 1972, Monterroso, Augusto. "Mister Taylor", en Obras completas (y otros cuentos), México, Joaquín Mortiz, 1959, 3a. ed. 1971. Oppenheimer Martin. La guerrilla urbana, México, Edit. Extem poráneos, 1972. Ramírez Faría, Carlos. "Rajatabla", en Revista Momento, núm. 734, Caracas, agosto, 1970. 305 Carrera, Gustavo Luis. "El tema del petr6leo en la novela v~ zolana", a vela ericana t poránea, I ongreso cional e t ra e- na, aracas, niversidad entral e enezuela, 68. nanco, an. cci6n t ra americana, aracas, onte vila ditores, 70. odgart, a thew. a tira, adrid, iblioteca ara l - re tual, 69. orkheimer, ax dorno, heodor. ialektik er ufklarung a i l ctica el l r i iento), rankfurt, is- er- erlag, 71. ayser, olfgang. as r chliche unstwerk nálisis - rio), ern d unchen, r cke erlag, 48, 1 a º . 73. arcuse, erbert. ne-di ensional an l bre i i ensio al), oS.A., acon re s, 64. cLuhan, arshall º a lt ra s estro gocio, éxico, dit. iana, 74 º cLuhan, arshall iare, uentin. he ediu e a sa- 2:. l edio s l asaje), e ork, anta rooks, 67 0 onterroso, ugusto. 6 o e shice e i ientos s", ovimiento rpetuo, éxico, quín ortiz, 72 º onterroso, ugusto. ister aylor", bras pletas tros entos), éxico, quín ortiz, 59, a º . 71. ppenheimer artin. a e ri la r ana, éxico, dit. xt ráneos, 72. amírez aría, arlos º ajatabla", evista omento, º 34, aracas, osto, 70 º . "América Latina: Literatura del 'Tercer Mun do.", en Panorama de la actual literatura latinoame- ricana, Madrid, Edit. Fundamentos, 1971. Savater, Fernando. "Una historia despedazada: Rajatabla", en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 276, Madrid, junio, 1973. Segal, Alicia. "Rajatabla", en El Nacional (Diario), Caracas, 7 de marzo de 1971. Silva Ludovico. "Leyendo Rajatabla", Papel Literario de El Nacional, 7 de junio de 1970. Referencias especiales Britto García, Luis. Carta personal a la autora, Caracas, 2 de julio de 1975. Illescas, Carlos. Plática con la autora, México, 8 de sep- tiembre de 1975. 306 Revueltas, Jos~. "Am~rica atina: it ratura el ' rcer un º ", ora a e tual t ra in e- na, adrid, dit. ndamentos, 71. avater, er ando º na ist ria s edazada: ajatabla", uadernos is anoamericanos, Gm. 76, adrid, nio, 73. egal, licia . ajatabla", n l acional iario), aracas, e arzo e 71. il a udovico º eyendo ajatabla", apel it rario e l acional, e io e 70 • . eferencias eciales ri to arcfa, uis. arta rsonal tora, aracas, e lio e 75. cas, arlos. lática n tora, M ~xico, e p- ie bre e 75. ¡O GUDIÑO KIEFFER (ARGENTINA) , BUENOS AIRES, EDIT. LOSADA, 1968. Gudiño Kieffer, Eduardo. Fabulario, Buenos Aires, Edit. Losa da, 1969, Carta abierta a Buenos Aires violento, Buenos Aires, Emecé Editores, 1970. Guía de Pecadores, Buenos Aires, Edit. Losada, 1972. Será por eso que la quiero tanto, Buenos Aires, Emecé Editores (1975). Anderson Imbert, Enrigue. "Formas en la novela contemporá- nea", en Juan Loveluck. La novela hispanoamericana, Santiago de Chile, Edit. Universitaria, 3a. ed., 1969, Baquero Goyanes, Mariano. Estructuras de la novela actual, Barcelona, Edit. Planeta, 1970. Biemel, Walter. Jean Paul Sartre in Selbstzeugnissen und Bild dokumenten, Reinbeck bei Hamburg, Rowohlt Taschen- buchverlag. 1964, Blanco Amor, José. "La novela argentina de hoy y el país real", en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 205, Madrid, 1967. Camus, Albert. El mito de Sísifo. El hombre rebelde, Buenos Aires, 5a. ed. 1967. Cortázar, Julio. Rayuela, Buenos Aires, Edit. Sudamericana, 1963. Donoso Pareja, Miguel. "Buenos Aires, que dientes tan gran- des tienes", en Siempre, núm. 851, México, 15 de oct. de 1969. 307 3. PARA COMERTE MEJOR DE EDUARD GUDI~O I FER TI A), ENOS I ES, IT o SADA, 68. udiño ie fer, duardo. abulario, uenos ires, dit. osa a, 69. arta ierta uenos ires i lento, uenos ires, ecé ditores, 70. uía e ecadores, uenos ires, dit. osada, 72 º erá or o ue iero to, uenos ires, Emec~ ditores 5) º nderson bert, nrique º r as n vela t porá- ea", an oveluck. a vela i americana, antiago e hile, dit. niversitaria, a. d., 69. aquero oyanes, ariano. str cturas e i vela tual, arcelona, dit o l neta, 70. ie el, alter º n aul artre el st ugni sen d ild umenten, ei beck ei amburg, owohlt aschen- chver lag, 64 º lanco mor, sé. a vela entina e·. hoy l aís al", uadernos is anoamericanos, . 5, adrid, 67. amus, lbert. l ito e ísifo. l bre elde, uenos ires, a. d. 67. ortázar, lio. ayuela, uenos ires, dit o damericana, 63 0 onoso areja, iguel. uenos ires, ue i ntes ran- es es", i pre, . 1, M~xico, 5 e ct. e 69. Editor. "Entrevista a: Eduardo Gudiiio Kieffer", en Puiio y Letra, Revista de creaci6n y análisis, Guayacil, ene ro, 197 5. Fuentes, Carlos. La regi6n más transparente, México, Fondo de Cultura Econ6mica, 1958, 2a. ed. aum. 1972. Goic, Cedomil. "Estructura de la novela contemporánea", en Primer seminario internacional de literatura hispa- noamericana, Universidad del Norte Antofagasta, San- tiago de Chile, 1969. González Le6n, Adrián. Pa1s portátil, Barcelona, Seix Barral, 1969. Ianni, Octavio. Imperialismo y cultura de la violencia en América Latina, M~xico, Siglo XXI, 1970. Lukacs, Georg. Die Theorie des Romans (La teor1a de la nove- la), Ein geschichtsphilosophischer Versuch uber die Formen der grossen Epik, Berlin Luchterhand, 1971. Mafud, Julio. "El machismo en la Argentina", en Mundo Nuevo, núm. 16, Paris, oct., 1967. McLuhan, Marshall. La cultura es nuestro negocio, M~xico, Edit. Diana, 1974. McLuhan, Marshall y Fiare Quentin. The medium is the massa- ge (El medio es el masaje), New York, Bantam Books, 1967. Morán, Fernando. Novela y semidesarrollo (una interp reta- ci6n de la novela hispanoamericana y espaiiola), Ma- drid, Taurus Edic., 1971. Sarmiento, Domingo Faustino. "Análisis de Facundo", en Vida de Juan Facundo Quiroga, estudio preliminar por don Benito Varela Jácome, 1970. Sartre, Jean Paul. L'gtre et le n~ant. Essai d'ontologie ph~nom~nologique (El ser y la nada), Parfs, Galli- mard, 1943. 308 Solero, F. J. ¿Qué es América? Literatura y contorno, Bue- nos Aires, Edic. Ambito, 1972. Tamayo Vargas, Augusto. "Lo antiguo y lo novísimo en la pi- caresca de Eduardo Gudiño Kieffer", en Cuadernos Hispanoamericanos, núm. 295, Madrid, enero, 1975. Varios. Prosa er6tica, México, Edit. Samo, 1972. Referencias especiales Gudiño Kieffer, Eduardo. Carta personal a la autora, Buenos Aires, 3 de julio de 1975. Gudiño Kieffer, Eduardo. El día en que a Kohah le tocaron la Kolah, inédito, escrito en 1973. 309 INDICE ONOMASTICO A Abriss der Psychoanalyse, 34 "Actual literatura de Venezuela, La", 222 "Actual literatura en Colombia, La", 103 Actos Tupamaros, 49 Acusaci6n al imperialismo, 18 Adame, Antonio Tenorio, 35, 37 Adan Buenosayres, 280 Adorno, Theodor, 242 "Aggressivitat als anthropologisches Problem", 33 Algressivitat und kollektive Gewalt, 36 A egr!a, Ciro, 72 Alegr!a, Fernando, 68, 69, 71, 86, 90, 105, 114, 173 ~leph, El, 120 Algunas ' ideas acerca de la literatura paraguaya", 163 Allaz, Tomás G., 47 América Latina, dependencia y liberaci6n, 174 Am€rica Latina, ¿feudalismo o capital ismo?, 18 Am~rica Latina en su literatura, 60, 86 "Am€rica Latina: Literatura del 'Tercer Mundo'", 224 América, novela sin novelistas, 72, 76 Amor6s, Andr€s, 97, 98, 99 "Análisis de Facundo", 182, 280 Anderson Imbert, Enrique, 60, 72, 86, 150, 248 Anti-DÜhring, 36 "Antiguo y lo nov1simo en la picaresca de Edua rdo Gudiño Kieffer, Lo", 259 "Antikomunismo en América Latina", 39 "Antiliteratura", 86 Aproximaciones a la li t eratura hispanoamericana, 65 Arauja, Orlando, 226 Aray, Edmundo, 222, 223 Arendt, Hannah, 34, 36, 43, 44 Arévalo, Juan José, 39 "Argentina: El pueblo se enfrenta a la dictadura de los mono polios", 46 Arguedas, Alcides, 72 Ariel, Liberalismo y jacobinismo, 66 Ar zumanian, A., 13 Asturias, Miguel Angel, 78, 80, 152, 172 Azuela, Mariano, 70 Azul .•• , 65 310 B Baquero Goyanes, Mariano, 137, 140, 254 Barthes, Roland, 204, 205 Beauvoir, Simone de, 174 Befumo Boschi, Liliana, 143, 153 Bello, Andrés, 63 Benedetti, Mario, 75, 161, 206, 213, 219 Ben!tez Rojo, Antonio, 191, 192 Biemel, Walter, 292 Blanco Amor, José, 247 Bol1var, Sim6n, 44, 45, 63 Borges, Jorge Luis, 78, 83, 120, 215 Bourricaud, Francois, 38 Bravo, Douglas, 43, 45, 236 Brave New World, 217 Britto Garcia, Luis, 16, 28, 29, 82, 87, 95, 118, 186-243, 270 Brushwood, John s., 79 Buchner, Georg, 148, 272, 295 "Buenos Aires, qué dientes tan grandes tienes", 262, 292 Bueno, Salvador, 65, 67 Bustamante, Gregario R., 40 c Caballero, Fernando, 95 Cabrera Infante, G., 86, 89 Calabrese, Elisa, 143, 153 Campos Cervera, Herib, 150 Camus, Albert, 192, 290, 291 Carballo, Emanuel, 135 Cardoso; Fernando Enrique, 6, 16 Carpentier, Alejo, 78, 92, 94 Carrera, Gustavo Luis, 223 Carta abierta a Buenos Aires violento, 244, 281, 285, 286 Casaccia, Gabriel, 160 Castagnino, Raúl H., 139 Castellanos, Rosario, 112 Castro, Fidel, 43, 44, 48 Ceceña Cervantes, José Luis, 8 Cervantes, 155 Cien años de soledad, 87, 88, 111, 191 Coddon Peebles, Marcelo, 76, 173 Colérico, El, 43 Colonialismo y enajenación, 27 Colonialismo y neocolonialismo, 20 Coloquio sobre la novela hispanoamericana, 75, 94 311 Collazos, Osear, 99, 101 "Comentario sobre Rebeli6n después", 161 "C6mo me deshice de quinientos libros", 215 Condenados de la tierra, Los, 13, 20, 37, 42, 44, 110 co·nquista: a la independencia, De la, 7 Con·trarrevoluci6n t revuelta, 2 O Contreras, Mario, 2 Conversaci6n en la catedral, 89 Cornu, A., 24 C-orrientes literarias en la América Hispánica, Las, 8, 72 Cort&zar, Julio, 82, 83, 84, 90, 99, 100, 101, 203, 255, 280 Costa, Ornar, 49 "Crisis y renovaci6n de la novela hispanoamericana", 72 Critica de la novela iberoamericana contera ránea, 64, 78, 79 Cu tura es nu·estro ne~ocio, La, 199, 271 Cultura ln<>derna en Ain rica Latina, La, 86 Chamorro, Pedro Joaqu!n, 40 Chávez Alfaro, Lizandro, 95 Che teoría y acci6n, 48 Chomsky, Noam, 205 D Dar1o, Rubén, 65, 66 Debray, Regis, 44, 49, 219, 237 Dependencia y desarrollo en América Latina, 6 Derbez, Jorge, 32 D1a en que a Kohah le tocaron la Kolah, El, 274 Dialektik der Aufkla:rung, 242 Diario del Che en Bolivia, El, 48, 49 Dtaz del Castillo, Bernal, 7 Dices or black bones, 109 Diecinueve· rota onistas de la literatura mexicana del si lo XX, 5 Donoso,-.Jos~, 86 Donoso Pareja, Miguel, 97, 93, 94, 96, 97, 107, 262, 292 Don Se~do Sombra, 72 Doña Brara, 72, 73, 74 Dorfmann, Ariel, 74, 106, 107, 108, 110, 111, 112 Dos Passos, John, 82, 120 DÜrrenmatt, Friedrich, 276 Dussel, Enrique D., 174 E Economic theory and underdeveloped regions, 18 312 Editor, 133, 166, 246 EinfÜhruna in das Studium von Marx, Engels und Lenin, 25 Enajenaci n del hombre moderno, La, 30 Eliot, T. S., 294 "Encrucijada del lenguaje", 99 Enemigo, El, 18 Engels, Friedrich, 25, 30, 31, 35, 36, 41, 42 Ensayos de inter retaci6n de la realidad eruana, 3, 8 Ensayo so re a li eraci n, Un, 20, 45 11 Entrevista a: Eduardo Gudiiio Kieffer", 246 "Entrevista con García M§rquez", 58 Escritor latinoamericano la revolución asible, El, 161, 206 Estado y a revoluci n, E , O, 35, 42 Estirpe sangrienta, 40 "Estructura de la novela contempor§nea, La", 252 Estructuras de la novela actual, 137 Etiolog!a de la delincuencia en Colombia, 39 ~tre et le neant, L', 293, 294 F Fabulario, 244 Faletto, Enzo, 6, 16 Fanon, Frantz, 13, 20, 27, 28, 29, 37, 42, 43, 110 Faulkner, William, 82 Ferdinandy, Maria Magdalena, 60 Fern§ndez, Macedonio, 247 Fern§ndez Moreno, César, 60, 86, 102 Fern§ndez Retamar, Roberto, 102 Feuerbach, Ludwig, 22, 23, 24 Fichte, Johann Gottlieb, 20, 22 Filo del agua. Al, 112 Fiare, Quentin, 199, 271 Florit, Eugenio, 150 "Formas en la novela contempor§nea? 86, 248 Franco, Jean, 86, 188, 189 Frank, André Guner, 7, 10, 12, 18 Freire, Paulo, 149 Freté, Ricardo, 101 Freud, Sigmund, 33, 34, 77, 118 Fuentes, Carlos, 60, 71, 72, 77, 84, 85, 86, 87, 91, 135, 283, 284 Fuentes, Osvaldo, 161, 164, 170, 172 Fugitivos, Los, 186 Furtado, Celso, 14 313 G Gaitán, Jorge Eliécer, 102 Galeano, Eduardo H., 39 Galich, Manuel, 103 Gallegos, R6mulo, 72, 74 Garc1a Márquez, Gabriel, 58, 86, 87, 88, 89, 90, 212 General, General, 131 Gerassi, John, 17 Goethe, Johann Wolfgang von, 175 Goic, Cedomil, 252 Gonzál~z Le6n, Adriano, 62, 74, 95, 277, 278, 285 González, Manuel Pedro, 94 Goytisolo, Juan, 135 Grabendorf, Wolf, 7, 8, 10 Graciarena, Jorge, 10 Grado cero de la escritura, El, 205 "Gran BurundGn Burunda ha muerto, El", 103 Great fear in Latín America, The, 17, 18 Greene, F€lix, 18 Green, Gil, 45, 46 Grossmann, Rudolf, 60 Guatemala pa1s ocupado, 39 Gudiño Kieffer, Eduardo, 82, 83, 87, 244-298 Guevara, Ernesto Che, 48, 49, 63, 110, 279 "Guerra de guerrillas en Venezuela", 45 "Guerra de guerrillas: un método", 48, 49 Guerrilla urbana, La, 237 Guía de pecadores, 244 Guiraldes, Rica~do, 72 Gurmendez, Carlos, 22, 27 Gutiérrez Santos, Luis, 19 H Hablan los j6venes de América Latina, 45, 46 Hacker, Friedrich, 50 Hamilton, Carlos D., 68 Harss, Luis, 62, 72 Hartmann, Nicolai, 22 Hegel, Georg Wilhelm Friedrich, 20, 22, 23 Henr1quez Ureña, Pedro, 8, 59, 61, 69, 72 Hernández, José, 62 Hess, Mases, 24 Hijo de hombre, 80, 81, 113 Hirscfuñann, Albert O., 14 Historia de la conquista de Nueva España, 7 314 Historia la literatura española, 61 Historia la literatura his anoamericana, 61 Histor ·a e as· te·ratll'r·as: de va:ngua:rd'ía, 76 "Historia despedazada: Rajatabla, Una", 200 Historia personal del "boom", 86 Hodgart, Matthew, 217 Hombres de a caballo, Los, 95, 121 Hombres de ma!z, 79 Hora del sol, 244 Horkheirner, Max, 242 Ho-Tschi-Minh, 44 Huasipungo, 72 Huizer, Gerrit, 42 Huxley, Aldous, 217 I Ianni, Octavio, 10, 15, 40, 41, 275 "Iberoarn~rica, tierra de Cenicientas", 176, 177 Icaza, Jorge, 72, 172 "Idea de la alienaci6n en Hegel, Feuerbach y Marx, La", 22 Ideas estéticas de Marx, Las, 98 Ideolog!as de la burgues!a industrial en sociedades depen- dientes, 16 Ideologies of econornic develo¡rnent in Latín Arnerica, 14 Iflesia contra la ~ared, La, 7 I lescas, Carlos,4, 65, 102, 105, 116, 238 "Imagen y perspectivas de la narrativa latinoamericana ac- tual", 64 Imaginaci6n y violencia en América, 74, 106 Imperialismo, El, 13 Im erialismo, eta a su 13 Im erialisrno cultura Latina, 6, 1 ' 2 Intelectuales desarrollo en América Latina, 17 Intento de aproximaci n al realismo m gico, Un", 79 "Intercomunicaci6n y nueva literatura", 102 Introducci6n a la literatura his anoamericana, 189 Introducci n a la novela contempor nea, 97 J Jara Cuadra, René, 68, 76 Jaramillo Levi, Enrique, 101, 104 Jean Paul Sartre in Selbstzeugnissen und Bilddokumenten, 292 Jill Levine, Suzanne, 82, 151 315 Jonesco, Eugene, 234 Joyce, James, 82, 115, 118, 137 "Juego de espejos enfrentados, Un", 99 Jung, c. G., 265 Juventud y Violencia, 35 K Kafka, Franz, 117, 191, 203, 270 Kaiser, August, 33 Kayser, Wolfgang, 190 Kennedy, John, 17 L Laberinto de la soledad, El, 28, 159 Laclau, Ernesto, 18 Lafforgue, Jorge, 64, 71 Lara Sáenz, Leoncio, 43 Lateinamerika ein zweites Vietnam?, 45 Late·ü1amerika - wohin? Informationen und Anal sen, 7 en el siglo XX, 1 Latinoamérica y el mundo, 19 Lav1n Cerda, Hern!n, 101 Lengua literaria y lengua popular en América, 145 Lenin, V. I, 13, 20, 25, 31, 35, 42 Letras del continente mestizo, 213, 219 "Leyendo Rajatabla", 205 11 Lincoln Silva o los signos de la rebeli6n", 131 Literatura en la revoluci6n revoluci6n en la literatura, 9, 101 Literatura hispanoamericana, 150 Literatura y realidad en Arn~rica Latina, 101 Literatura y revoluci6n, 90, 105, 114 Lorenz, Gunter w., 80, 81, 89 Lorenz, Konrad, 33 Los de abajo, 69, 70, 71, 74 Loveluck, Juan, 72, 75, 77, 78, 86, 99, 248 Lukacs, Georg, 98, 155, 291 Lumpenbur~uesfa: Lurnpendesarrollo, 7 Ll Llano en llamas, El, 164 316 "Machismo en la Argentina, El", 264 Mafud, Julio, 264, 277 Manhattan transfer, 120 Mann, Thomas, 137 Marcuse, Herbert, 20, 45, 141, 241, 242 Marechal, Leopoldo, 78, 280 Mariátegui, Jos~ Carlos, 8, 9, 10 Marini, Ruy Mauro, 19, 46 Mart1, Jos~, 44, 63 Mart1nez, Jos~ Luis, 60 Mart1n Fierro, 62 Marx, Karl, 20, 22, 24, 25, 26, 27, 29, 30, 31, 35, 41, 42 "Más allá del principio del placer", 33 McLuhan, Marshall, 199, 271 Medium is the massage, The, 199, 271 Meluk, Alfonso, 39 "Metaf1sica de la femineidad. La mujer ser oprimido", 174 "Metam6rfosis de su excelencia, La", 103 Meza, C~sar, 42 "Miguel Angel Asturias entre sus contemporáneos", 79 Miller, Adam David, 109 "Mister Taylor", 216, 226 Mito de S1sifo, El. El hombre rebelde, 290 Malina Enr1quez, Andr€s, 9 Monteforte Toledo, Mario, 48 Mongerroso, Augusto, 212, 215, 216, 226 Morales, Arqueles, 103 Morán, Fernando, 172, 173, 280 Movimiento perpetuo, 215 Muerte de Artemio Cruz, La, 87, 193 Mundo es ancho y ajeno, El, 72 "Muralla y los libros, La 11 , 215 Musil, Robert, 82, 267 Myrdal, Gunnar, 18 Mythe de Sisyphe, Le, 192 Mythos vom Aggressionstrieb, Der, 33 N Narradores de esta América, 78 "Narrativa en el Paraguay de 1900 a la fecha, La", 161 Neruda, Pablo, 69 Noche de Tlaltelolco, La, 104 Nostalgia del futuro en la obra de Carlos Fuentes, 143 "Notas sobre un proceso: de la novela del superrealismo a la novela actual en Hispanoamérica", 76, 173 "Novela actual de Hispanoamérica, La", 68 "Novela argentina de hoy y el pa1s real, La", 247 317 Novela de la violencia, La, 34 Novela hispanoamericana, La, 72, 75, 77, 84, 248 "Novela hispanoamericana en el contexto de la internacional, La", 94 Novela hispanoamericana siglo XX, La, 68, 71 "Novela hispanoamericana y la nueva técnica, La", 75 Novela iberoamericana contemporánea, La, 223 "Novela latinoamericana, La", 82 Novela y semidesarrollo, 173 Novelistas contero or~neos his anoamericanos, 69 Nuestra Am rica, 63 Nuestros, Los, 62 Nueva antología personal (Borges), 215 Nueva izquierda ¿Anarquista o marxista?, La, 46 "Nueva literatura guatemalteca", 103 Nueva novela hispanoamericana, La, 60, 85 Nueva novela latinoamericana, La, 64, 72, 75, 77, 87 "Nuevos novelistas, Los", 78, 82, 86 Nuevo Testamento, 162 o Obra critica, 59 Obras completas (y otros cuentos) (Monterroso), 216 Obstacles to development in Latín Anerica, 14 ócampo, Aurora M, 79, 88 Oficio de tinieblas, 112 ~konomisch-philosophische ~~s~riete (1844), 25 One-dimens i onal man, 242 Oppenheimer, Martín , 237, 238 p P a 1 s po r t á ti 1 , 6 2 , 7 4 , 9 5 , 11 O , 116 , 12 O , 16 O , 1 7 6 , 2 O 4 , 2 O 9 , 251, 285 "Palac io del sol, El", 63 Panorama d e la actual literatura latinoamericana, 103, 222, 24 Pappenheim, Fritz, 30, 31 Pa r a c omerte mejor, 83, 111, 112, 113, 244-298 "Parag uay e ntre el terror y la revoluci6n, El, 154 Pariser Manuskripte, 25 Pasajes de la guerra revolucionaria, 48, 49 P ~ z , Octavio, 28, 91, 159 Pedagogía del oprimido, 149 Pedro P~ramo, 72, 82, 111, 151, 191 318 Phanomenologie des Geistes, 23 Philosophie des deutschen Idealismus, Die, 22 Pic6n-Salas, Mariano, 7 Piel negra, máscaras blancas, 28 Pla, Josefina, 161 Plack, Arno, 33 Planteamiento de la necesidaq del cambio estructural en Amé- rica Latina, 19 Poder y clases sociales en el desarrollo de América Latina, 11 Poniatowska, Elena, 104 Potencial revolucionario del cam esino en América Latina El, Pouillon, Jean, 165 Primer seminario internacional de literatura hispanoamerica- na, 76, 173, 252 Problemas para el narrador latinoamericano, 101 Proceso, El, 270 Proceso contenido de la novela his anoamericana, 75 Prorneteo en·ca ena o, 3 Prosa er6tica, 269 Prosa joven de América Hispana, 91 Proust, Marcel, 82, 117 Psicología de las masas, 33, 34 Puig, Manuel, 75 Puiggros, Rodolfo, 18 "Pufiado de tierra, Un", 150 Q ¿Qué es América? Literatura y contorng, 286 R Racha, 186 Rajatabla, 16, 110, 117, 120, 186-243, 253, 260, 270, 297 Rama, Angel, 101, 104 Ramfrez Farfa, Carlos, 235 Rayuela, 83, 84, 94, 113, 116, 192, 255, 280 Raza de bronce, 72 "Realismo ¿experiencia socialista o naturalismo burocrático", 98 Realismo ¿Mito doctrina o tendencia hist6rica?, 98 Rebeli6n des~u~s, 61, 73, 79, 80, 81, 112, 116, 118, 130-185, 192, ó!, 202, 204, 209, 211, 218, 220, 226, 227, 230, 236, 239, 243, 252, 260, 273, 276, 297 319 Reformismo revoluci6n en el ensamiento latinoamericano, 9 Regi n rn s transparente, La, 83, 284 "Resurrecci6n de L3zaro, La", 162 Revoluci6n en la revoluci6n, 27, 44 Revueltas, Jos~, 224 R!o del Este, El, 95 Rivarola Matto, José Marta, 160, 163 Rivas Iturralde, Vladimiro, 101 Rivera, José Eustasio, 72, 73 Roa Bastos, Augusto, 64, 80, 81, 160 Rod6, José Enrique, 66, 67 Rodr!guez Monegal, Emir, 75, 78, 82, 86, 87, 99 Romero Bastos, RaGl, 154, 163 Rosenblat, Angel, 145 "Rostros de la tortura", 133, 166 "Rub!, El", 63 "Rudolf Grossmann: Geschichte und Probleme der lateinamerika nischen Literatur!~ 60 Rufinelli, Jorge, 131, 132, 148 Rulfo, Juan, 82, 91, 152, 164 s Sábato, Ernesto, 82, 83, 111 Sánchez, Luis Alberto, 72, 75, 76 Sánchez Vásquez, Adolfo, 98 Sarmiento, Domingo Faustino, 280, 287 Sartre, Jean Paul, 20, 42, 82, 99, 293, 294 Sátira, La, 217 Satrapia en el Caribe, Una, 40 Savater, Fernando, 200, 202 Schelling, Friedrich Wilhelm, 20, 21, 22 Schleifstein, Josef, 25, 26, 27, 29 Schulmann, Ivan A., 75, 84 Secreto de la alienaci6n, El, 22 Sega!, Alicia, 225 Segundo sexo, El, 174 "seis ensayos en busca de nuestra expresi6n", 59 Senghaas, Dieter, 35 Señal de Ca!n, La, 37 Senas de 1dentidad, 116, 135, 136, 192, 193 Senor Presidente, El, 79 Ser3 por eso que la quiero tanto, 244, 281 Silva, Lincoln, 61, 63, 67, 73, 79, 81, 82, 87, 130-185, 218, 227 . Silva, Ludovico, 205 Sobre héroes y tumbas, 83, 84 Sobre la violencia, 34 320 Sogenannte Base, Das, 33 Solero, F. J., 286 Sorel, George, 43 Sosa, Ignacio, 12 Sprachliche Kunstwerk, Das, 190 Su3rez, Carlos, 46 Subdesarrollo a revoluci6n, 19 Superexplotaci n, dependencia y desarrollo, 8 T "Talpa", 164 Tamayo Vargas, Augusto, 259, 260 "Tema del petr6leo en la novela venezolana, El", 223 "Temas del novelista hispanoamericano, Los", 75 Tercer mundo vs. imperialismo, 19 Terror Mythos-Realitat Analyse, 50 Texte zu Methode und Praxis, 25 Theorie des Romans, Die, 155, 291 Tiempo y expresi6n literaria, 139 Tiempo y novela, 165 Tientos y diferencias, 92 "Tierra y mundo en la novela contemporánea", 68 Torre, Guillermo de, 76 Trágame Tierra, 94 Traici6n de Rita Hayworth, La, 95 Tres tristes tilres, 89 Tse-Tung, Mao, 4 Túnel, El, 83, 111 Tupamaros, Los, 49 Tupamaros, M. L. N. u "Unidad y diversidad", 60 Uricoechea, Fernando, 17, 19 V Valbuena Bri ones, Angel, 61 Valera, Juan, 63 Varela Jácome, Ben ~ to, 280 Vargas Llosa, Mario, 86, 89, 90, 99, 143, 205 Varias, 176, 177 321 Varios, 19, 45, 46, 75, 103, 269 Vela de armas, 95, 186, 238, 239 Venezuela tuya, 186 Venezuela violenta, 226 Vida de Juan Facundo Qnjrqga, 280 Villegas, Abelardo, 9, 11 Viñas, David, 95, 121 "Violencia en América Latina, La", 38 "Violencia en América Latina ¿Alternativa o imperativo?, La", 43 "Violencia en Centro-América, La", 48 Violencia en Ecuador, La, 107 Violencia y enajenaci6n, 39 Vorágine, La, 72, 73, 74 Vuskovic, Pedro, 18 w Wertham, Fredic, 37 Wesen des Christentums, 24 Woyzeck, 148, 272 y Yáñez, Agust!n, 78, 91, 112 z Zahar, Renate, 27, 29 Zalamea, Jorge, 103 Zea, Leopoldo, 18, 19 Zeitgenossische Literatur in Lateinamerika, Die, 80 322 INDICE ANALITICO A Absurdo (Loo), -y la rebeli6n en Camus, pp. 290-291 -en Silva, pp. 157-160, 173 -en Britto, pp. 192-193 -en Gudiño, pp. 290-291 Agresi6n (La), pp. 32-34 Alegorl'..a (La), pp. 138, 160, 216 Alienaci6n (La), -su definici6n, p. 21 -concepto filos6fico de Schelling, pp. 21, 22 -concepto filos6fico de Hegel, pp. 21-23 -concepto filos6fico de Feuerbach, pp. 22, 23 -concepto filos6fico de Hess, p. 24 -por la tortura, p. 166 -en la nueva novela, p. 90 Aliteraci6n (La), p. 258 Americanismo (El), -en el modernismo, p. 67 -en el siglo XIX, p. 39 Análisis (El), -Autoanálisis del personaje en la novela de la violencia, pp. 115-116 Antiimperialismo (El), -en la conciencia latinoamericana actual, pp. 16-21, 46 -en la literatura latinoamericana, p. 67 -en la novela de la violencia, pp. 109-110, 137 Antinovela (La), p. 77 "Anti-nueva-novela" (La), p. 211 Arte por el arte (El), pp. 65, 69 Atm6sfera (La), -de violencia, pp. 97, 113, 126-127, 149, 202-203, 229, 239 -de incomunicaci6n, p. 267 -de erotismo, p. 268 -de la ciudad, pp. 245, 280-288 -en la novela de la violencia, pp. 79, 82, 113, 118, 147- 148 -ml'..tica, p. 118 B Bilingüismo · (El), -en el Paraguay, p. 144 323 Boom (El), -de la literatura latinoamericana, pp. 86, 90, 102 Burgues1a (La), -su ideolog1a, p. 17 -y clases sociales, pp. 11, 172, 233-236 -antagonismo de clases, p. 29 c Capital (El), -su papel en la sociedad capitalista, pp. 15-16 -y el poder pol1tico, p. 15 -desenmascaramiento de su funci6n en la novela de la violencia, p. 1175 Capitalismo (El), -e imperialismo, pp. 11-13 -y teor1a, p. 16 -explotaci6n capitalista, pp. 25-26 Central Intelligence Agency (CIA) -su desenmascaramiento en la novela de la violencia, pp. 156, 174-176 Ciencias sociales (Las), -y literatura, p. 98 -y la novela de la violencia, pp. 100, 104 Civilizaci6n (La), -y barbarie en la novela regional, p. 73 -y barbarie en la novela de la violencia, pp. 74, 286- 288 -y proceso de cambio, p. 193 Collage cubista (El), 258 Colonialismo (El), -y herencia literaria, pp. 188-189 Conciencia (La) , -americana, pp. 67-68 , 83 -metaf1sica , p. 80 "Contextos" (Los ) , -conce pto d e Sartre, pp . 9 2 , 98 , 99 , 293- 294 Corrupci6n (La ), -pol1tica, pp. 154-162, 169 -y ciencia, p. 199 Cosmo politismo (El), -en el modernismo, p. 67 -"nuevo", p. 86 Costumbrismo (El), -del siglo XIX, pp. 62, 64 -en la novela de la violen c i a, pp . 62 , 11 5 , 1 48, 17 2 Critica (La) , -su papel en la novela d e l a violencia, pp. 148, 1 97 , 212-2 20, 247 , 270- 27 1 3 24 D Desarrollo {El), -e imperialismo, p. 11 -y dependencia, pp. 13, 14, 18 -del subdesarrollo, pp. 9-10 Doctrina Monroe {La), p. 12 Documentaci6n {La), -y novela de la violencia, pp. 104, 105 E Ej~rcito {El), -entrenamiento anticomunista, p. 40 -y autoridad buernamental, p. 50 Emancipaci6n {La), -del proletariado, p. 29 -de la mujer, pp~ 276-278 Enajenaci6n {La), -su definici6n, p. 21 -concepto en Marx, pp. 23-27 -colonial, pp. 27-28 -y conciencia, p • . 29 -y su abolici6n, p. 29 -como estado mental, p. 30 -aspectos aislados de ella, p. 30 -y relaci6n humana, pp. 118-119 -en el niño, p. 1~8 -autoenajenaci6n, p. 26 -lucha enajenada, p. 198 -y burocracia, p. 195 -de la belleza, pp. 273-274 -por el consumo, pp. 225, 264-274 -y violencia, pp. 38, 112 -y novela de la violencia, pp. 97, 112 -de los torturadores, p. 180 -y est~tica, p. 196 -e imperialismo, pp. 172, 175 Epica (La), -sus substancias {Kayser) , p. 190 Espacio {El), · -en la novela de la violencia, pp. 117-118 -en Silva, pp. 139-140 -en Britto, pp. 196, 198, 210 -en Gudiño, pp. 252, 281 Espejismo {El), -en Garc1a Márquez, p. 88 -en Britto, p. 200 -en Gudiño , pp. 250-251 325 Estado (El), (Véase Violencia y ••• ) Estética (La), -y "contextos", p. 98 -y visi6n poética en Silva, p. 143 Estructura "musical" (La), -en Silva, pp. 140-141 -en la novela de la violencia, p. 116 -el contrapunto, pp. 116, 253 -el "leitmotiv", p. 141 Existencialismo (El), -de Sartre y la novela latinoamericana, p. 82 -de Sartre y su influencia en Gudiño, pp. 293-294 Explotaci6n (La), -colonial, p. 78 -econ6mica, pp. 10-15, 16-18 -pol1tica, pp. 14-15 -cultural, p. 15 -capitalista, pp. 25-26 -racial (Fanon), p. 28 Expresionismo (El), -en Rebeli6n después, p. 147 -su visi6n de la ciudad, p. 283 F Feudalismo (El), -estructuras feudales en las colonias, p. 8 Fiesta (La) , -definici6n de o. Paz, p. 159 -en Rebeli6n después, pp. 159-160 Formalismo (El), -literario, p. 114 Freudismo (El), p. 77 G Guerrilla (La), Guerrilleros (Los), -su definici6n, pp. 47-48 -urbana, pp. 49, 237-240 -rural, p. 49 -en la novela de la violencia, pp. 113, 120-121 -acciones y organizaci6n guerrilleras en la novela de la violencia, p. 120 País portátil, pp. 74, 110, 120 Rebelión después, pp. 182-185 Rajatabla, pp. 195, 236-243 326 Para comerte mejor, p. 279 -testimonios guerrilleros, p. 49 H Humor (El), -humor negro en Monterroso, p . 212 en Britto, p. 212 -y violencia, pp. 212, 213 I Idealismo (El), p. 21 Ideología marxista (La), (v~ase Marxismo) Iglesia (La), -y el mantenimiento del status quo, p. 47 - como instrumento de administraci6n colonial, p. 9 -y renovaci6n, p. 47 - y lenguaje en Rebeli6n des~ués, p .• 145 -uni6n Iglesia-Estado en Re eli6n después, p. 160 -y hechos revolucionarios en Para comerte mejor, p. 279 I mperialismo (El), -clásico, p. 12 - n eoimperialismo , p. 12 -sus c onsecuencias, pp. 13-16 -expansionismo imperialista, p. 13 - su plan estrat~gico, p. 50 -su fen6meno en la novela de la violencia, pp. 74, 77 -en Panamá, p. 104 -en la visi6n po~tica de Rajatabla, pp. 195, 224-229 -y la explotaci6n de la tierra, pp. 220-223 -sus consecuencias en personajes de la nove l a de la violencia, pp. 172-182, 230, 233-236 -su desenmascaramiento en la novela de la violencia, pp. 179-182, 195 -y ciudad en la novela de la violencia, p. 111 -e industrializaci6n, p. 14 -y manipulación, p. 270 I n d i o (El), -tema d el •••• en Rebeli6n despu~s , p. 1 72 J Jitanjáfora (La), pp. 209, 257 327 L Lenguaje (El), -neologismos, p. 262 -el lunfardo, p. 262 -su funci6n social en la novela de la violencia, p. 103 Liberaci6n de la mujer (La), pp. 176-177 Libre asociaci6n (La), -de ideas (Freud), p. 116 en el surrealismo franc~s, p. 116 en la novela de la violencia, p. 116 Linguistica (La), -y literatura, p. 98 Literatura (La), -comprometida; de combate, pp. 69, 80, 99-101 -de compromiso, concepto de Sartre, pp. 91-100 -social, p. 101 -revolucionaria, p. 105 -chicana, 106 -negra pp. 106, 109 -del Tercer Mundo, pp. 189, 224 Lumpemproletariado (El), -en la novela de la violencia, pp. 110, 119 M Marxismo (El), -doctrina marxista, pp. 26, 30, 31 -doctrina marxista en Rebeli6n despu~s, p. 184 -y la literatura europea, 71 Materialismo (El), -antropol6gico, p. 23 -dial~ctico e hist6rico, p. 30 Matriarcado (El), pp. 264-266 Medios (Los), -masivos, p. 199 -de la comunicaci6n, pp. 273, 275 Metáfora (La), pp. 144, 211, 216, 257 Militares (Los), -sus m~todos en Rebeli6n despu~s, pp. 154-159 -el "arte militar", p. 225 -sus m~todos en Rajatabla, pp. 224-225 -en el Tercer Mundo, p. 41 -su lenguaje en Rebeli6n despu~s, p. 144 Mito (El), -mitos en Joyce, p. 118 en Freud, p. 118 en la novela de la violencia, p. 118 328 -del Edipo, pp. 118, 155, 156, -64 -mitolog1a griega, p. 158 Modernismo (El), -y la novela de la violencia, pp. 65, 115 -homenaje al modernismo en Para comerte mejor, p. 260 -en Rebe1i6n despu~s, p. 147 Mon6logo interior (El), -en Joyce, pp. 115, 137 -en Th. Mann, p. 137 -en la novela de la. violencia, p. 115 -en Rebeli6n después, p. 137 -en Rajatabla, p. 229 -en Para comerte mejor, p. 252 Muerte (La), -como tema en Pedro Páramo, p. 82 -como tema en Rebelü5n después, pp. 150-154, 162-172 N Narrador (El), -testigo, pp. 82, 163, 171, 229, 246 Naturalismo (El), -en Rebeli6n después, p. 148 Nihilismo (El), pp. 196, 243 Novela (La), -naturalista, p. 70 -realista, p. 70 -criollista, p. 72 -indianista, indigenista, p. 72 -gauchesca, p. 72 -costumbrista, p. 70 -regional, pp. 70-72, 96, 96 -de la revoluci6n mexicana, pp. 69-70 -dentro de la novela, p. 163 -antiimperialista, p. 73 -nueva novela, pp. 85, 86-90, 114 -y violencia, pp. 108-111 -su estructura, P o 114 - y universalismo, p. 188 -nov1sima novela, pp. 90-97 -nouveau roman, p. 85 -de l a violencia, definici6n, pp. 95, 97 Nueva izquierda (La), -filosof1a de la ••• , p. 30 -y la lucha estudiantil, pp. 43-44 -su influencia en la literatura actual en la América Latina, .p. 94 329 -su influencia en Rebeli6n después, p. 184 -su influencia en Rajatabla, p. 236 o Oligarqu1a (La), p. 16 On1rico (Lo), -en el surrealismo, p. 170 -en el realismo mágico, p. 170 ~en Rebeli6n después, pp. 166, 170 -en Rajatabla, pp. 198-199 -en Para comerte mejor, p. 267 Oposici6n (La), -parlamentaria en Rebeli6n después, p. 183 p Personaje (El), (en la novela de la violencia) -individual, p. 118 -colectivo, pp. 119-200, 163 -pol1tico, pp. 164, 171, 174, 183 -testigo, p. 170 -espectador, pp. 229-230 -antihéroe, p. 165 -la mujer-objeto, pp. 174, 175 -el hombre nuevo, pp.l84, 213 -la mujer nueva, pp. 176-177, 275 Picaresca (La), -lo picaresco en Rebeli6n después, p. 160 -lo picaresco en Para comerte mejor, p. 259 Poes1a (La), -gauchesca, p. 62 -modernista, p. 65 -prosa-poes1a en el modernismo, p. 144 en Rebeli6n despu~s, p. 144 en Rajatabla, p. 207 Polic1a (La), -su papel en Rebeli6n después, pp. 97, 156 -guardia personal del Mburubichá, pp. 178-179 -represi6n policiaca en Raaatabla, p. 144 en Re eli6n después, p. 156 -y autoridad gubernamental, p. 50 -en el Tercer Mundo, p. 38 -sus m~todos en Rajatabla, pp. 238-241 Prosa (La), -de los civilizadores, p. 63 330 Publicidad (La), -sus efectos, pp. 270-273 R Realismo (El), -burgués, p. 77 -socialista, p. 77 -mágico, pp. 79-82 en Rebeli6n después, pp. 147, 151-152, 158 -critico, p. 93 -nueva concepción del ••• , p. 104 Rebeli6n (La) , -su esp1ritu, pp. 171-172 Regionalismo (El), p. 68 -lo regional en Rebeli6n después, p. 172 Revolución (La), -social, p. 29 -cubana, pp. 30, 48 -mexicana, p. 42 -francesa, pp. 9, 186 -venezolana, p. 236 -pre-revoluci6n, p. 185 -movimiento de la ••• , en Rebeli6n después, pp. 183-184 -actividad revolucionaria, en Rajatabla, pp. 237-241 -espiritual del Tercer Mundo, p. 105 Romanticismo (El), p. 61 s Sátira (La), -lo sat1rico en Rebelión después, p. 160 -en Rajatabla, pp. 214-219 -y crítica, p. 218 -aforismos sat1ricos, p. 215 -lo sat1rico en Para comerte mejor, pp. 260-261 Sexo (El), -y la mitologfa en Rebelión después, p. 165 -y enajenación, pp. 174-176 Sincopas (Las), p. 209 Socialismo (El), -como meta de la guerrilla actual, p. 48 -ideolog1a socialista en la novela de la violencia, p. 108 Sociedad (La), -desarrollada, p. 16 331 -subdesarrollada, pp. 16, 19 -capitalista, p. 29 -manipulada, pp. 271-272 -de consumo, pp. 271-272 Subdesarrollo (El), pp. 16, 20 Surrealismo (El), pp. 77, 116, 258 T Técnicas cinematográficas (Las), -en la novela de la violencia, pp. 88, 120-121, 125, 158-159 -el montaje, pp. 120, 141-142, 158, 201 -el fade-out, pp. 120, 142, 202 -el close-up, pp. 121, 142, 202 -el flash-back, pp. 121, 142, 201, 251 -el flash-forward, pp. 121, 142, 201, 251 -el slow-up, p. 142 Tercer Mundo (El), p. 50 -identificaci6n latinoamericana, p. 19 -y no-excentricidad, p. 19 -y violencia física, p. 32 -y violencia oculta, pp. 37, 40 -su identificaci6n en la novela de la violencia, pp. 89- 90, 100, 101, 106, 189, 193, 236, 243 -solidaridad con el ••• en Rebeli6n después, p. 149 - y educaci6n, p. 149 -y personaje-víctima, p. 168 -y literatura latinoamericana, p. 189 Terror (El), -en el Tercer Mundo, p. 38 -y terrorismo, p. 50 su identificaci6n -en la novela de la violencia, p. 97 -en Rebeli6n después, pp. 97, 138, 157-158, 169 -personificado, pp. 158, 161-162 -en Rajatabla, pp. 224-229, 238-240 -contra-terrorismo, p. 238 Testimonio (El), -de la novela de la violencia, p. 102 -de la novela en Colombia, pp. 102-103 -en la literatura moderna, p. 103 -en la literatura revolucionaria, p. 103 -en Rebeli6n después, pp. 133, 171 -en Rajatabla, pp. 188, 193, 221, 229, 234 Tiempo (El), -su concepto en Proust, p. 117 -en la novela de la violencia, pp. 116, 117 -en Rebeli6n después, pp. 134, 139-140, 150, 172, 185 332 -en Rajatabla, pp. 192, 196 -en Para comerte mejor, pp. 251-252 -y lenguaje, pp. 209-210 -il6gico, p. 210 Tortura (La), -en la Arn~rica Latina, p. 38-40 •-en Paraguay, p. 132 -en Rebeli6n despu~s, pp. 118, 146, 156-158 -en Rajatabla, pp. 227-228 -torturadores (Los) en Rebeli6n después, pp. 146, 179-180 u Utop1a (La), pp. 217-218 -Antiutop1a, p. 217 V Vanguardia (La), -literaria, pp. 70-71 -social, p. 206 -y la novela de la violencia, p. 115 Violencia (La), -su qefinici6n, p. 32 -hist6rica, pp. 34-35, -cultura de la ••• , pp. -estatal (del Estado), 181, 182, 224 149-154, 220-223 15, 116, 224-226, 269-278, 285-286 pp. 35-37, 97, 117, 155-156, 161, -sus instrumentos, pp. 35-36 -y colonialismo, p. 37 -testimonios de la ••• , pp. 38-40 -estructural, p. 41 -institucional, p. 41 • -y la novela de la violencia, pp. 114-122 -y expresi6n literaria, 97, 107, 113, 115, 146, 206 ~vertical y social, pp. 107-110 -horizontal e individual, pp. 107, 110-112 -inespacial e interior, pp. 107, 112, 289 -est~tica, narrativa, pp. 107, 113, 115 -y el concepto temporal en la novela de la violencia, pp. 117-118, 121-122, 161-162 -y lenguaje, pp. 146-147 -su dialéctica, pp. 161, 185, 240 -y comunicaci6n humana, pp. 180-181 -sexual, p. 181 -y la ciudad, pp. 226, 280-288, 289 -urbana, p. 239 333 -y naturaleza, p. 223 -sus leyes y condiciones, p. 241 -impl1cita, p. 191 -explicita, p. 191 -autodestructiva, pp. 81, 113 -revolucionaria, p. 50 -juvenil, p. 43 -contra-violencia, pp. 41-50, 95, 97, 113, 185, 236-243, 263 -concepto de la contra-violencia en Marx, pp. 41-42 Fanon, p. 43 Engels, p. 42 Sorel, p. 43 Lenin, p. 42 Arendt, p. 43 Sartre, p. 42 -antiimperialista, pp. 48-50 334 81BLIOTc:r- A. SIM0 N BOLIVM CENT:;') DE rNS' ÑANZA PA ,/\ EXTR ANJERQ5