UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO FACULTAD DE PSICOLOGÍA “RELACIÓN ENTRE ACOSO ESCOLAR Y RIESGO SUICIDA EN ESTUDIANTES DE PRIMER INGRESO EN EDUCACIÓN SUPERIOR”. T E S I S QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE: LICENCIADA EN PSICOLOGÍA PRESENTA: SOMARA ANMI GORETY HERRERA CERVANTES DIRECTOR DE TESIS: DRA. CORINA LENORA BENJET REVISORA: MTRA. PATRICIA GUILLERMINA MORENA WONCHEE CIUDAD UNIVERSITARIA, CDMX., 2018 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis esta protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. 2 ÍNDICE RESUMEN. 6 INTRODUCCIÓN. 7 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y JUSTIFICACIÓN. 10 MARCO TEORICO 12 CAPITULO I. ADOLESCENCIA 12 1.1 DEFINICIÓN DE ADOLESCENCIA 12 1.2 CARACTERÍSTICAS DE LA ADOLESCENCIA 14 1.2.1 CAMBIOS BIOLÓGICOS 14 1.2.2 CAMBIOS COGNITIVOS 17 1.2.2.1 Concepción de la muerte en la adolescencia 20 1.2.2.2 Fundamentos fisiológicos: Desarrollo cerebral 22 1.2.3 CAMBIOS PSICOLÓGICOS 24 1.3 ETAPAS DE LA ADOLESCENCIA 28 1.3.1 ADULTEZ EMERGENTE 30 1.3.1.1 Principales cambios en la adultez emergente en comparación con la adolescencia 32 1.4 CONDUCTAS DE RIESGO, MORTALIDAD Y SUICIDIO EN LOS ADOLESCENTES Y ADULTOS EMERGENTES. 34 CAPITULO II. CONDUCTA SUICIDA. 39 2.1 DEFINICIÓN DE SUICIDIO 39 2.2 TIPOS DE CONDUCTAS SUICIDAS 40 2.2.1 SUICIDIO CONSUMADO 41 2.2.2 IDEACIÓN SUICIDA 41 2.2.3 PLAN SUICIDA 43 2.2.4 TENTATIVA DE SUICIDIO 45 2.3 GÉNESIS Y PROGRESIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA 46 2.4 FACTORES DE RIESGO 48 2.5 FACTORES DE PROTECCIÓN. 51 2.6 EL SUICIDIO EN MÉXICO 52 3 CAPÍTULO III. ACOSO ESCOLAR. 55 3.1 DEFINICIÓN DE ACOSO ESCOLAR 55 3.2 ANTECEDENTES DEL ACOSO ESCOLAR. 56 3.3 TIPOS Y ROLES DE ACOSO ESCOLAR. 59 3.4 CONSECUENCIAS DEL ACOSO ESCOLAR EN ADOLESCENTES Y ADULTOS EMERGENTES 62 CAPÍTULO IV. RELACIÓN ENTRE ACOSO ESCOLAR Y CONDUCTAS SUICIDAS. 64 4.1 LIMITACIONES EN LAS INVESTIGACIONES 69 4.2 MODELOS TEÓRICOS 70 4.2.1 LA TEORÍA INTERPERSONAL PSICOLÓGICA DEL COMPORTAMIENTO SUICIDA 70 CAPÍTULO V. MÉTODOS 74 5.1 OBJETIVO GENERAL 74 5.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS 74 5.3 HIPÓTESIS 75 5.4 DEFINICIÓN CONCEPTUAL DE VARIABLES 77 5.5 POBLACIÓN 78 5.6 MUESTRA 78 5.7 INSTRUMENTO 79 5.8 DISEÑO DE INVESTIGACIÓN 81 5.9 CONSIDERACIONES ÉTICAS 81 5.10 PROCEDIMIENTO 81 5.11 ANÁLISIS ESTADÍSTICO DE DATOS 82 CAPÍTULO VI. RESULTADOS 84 CAPÍTULO VII. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN. 94 8.1 CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN. 94 8.2 LIMITACIONES DEL ESTUDIO ACTUAL Y SUGERENCIAS PARA FUTURAS INVESTIGACIONES. 99 8.2.1 IMPLICACIONES PARA POLÍTICAS PÚBLICAS DE SALUD Y EDUCATIVAS. 101 REFERENCIAS. 104 4 AGRADECIMIENTOS Universidad Nacional Autónoma de México por ser y seguir siendo la máxima casa de estudios, por ofrecer una formación profesional tan completa y proporcionarme maestros interesados en desarrollar estudiantes para poder desempeñarse en el campo profesional. A Margarita Cervantes por ser una mujer extraordinaria en todos los sentidos de la palabra, por ser mi ejemplo a seguir, mi pilar más grande, hoy te debo todo lo que soy, te amo mamá. Mi familia que es parte fundamental en mi vida, por estar ahí, a mi papá, mis hermanos, mis sobrinos, a todos aquellos que participaron directa o indirectamente en la elaboración de esta tesis. A Eryin, Zoé y Raúl por ser mi motivación más grande para que vean en mí un ejemplo a seguir, gracias por siempre creer en mí. A Paulina Barrera y Jimena Cabrera por ser mis compañeras en este camino desde el primer día, por una amistad infinita y un apoyo incondicional en todo momento, las quiero muchísimo. A Yessica Sierra, Graciela Sandoval y Andrea Rodríguez por ser más que mis amigas, por todos estos años juntas, por mostrarme que la amistad verdadera y la lealtad en toda la extensión de la palabra existen, son las mejores, las amo. Jeremy Olmos, gracias por creer en mí siempre, por estar ahí en todo momento y jamás dejarme de motivar, por todo lo que has hecho por mí, por acompañarme en este camino de la vida. Finalmente a mis amigos por compartir buenos y malos momentos conmigo, por ser un verdadero apoyo. 5 AGRADECIMIENTOS ACADÉMICOS A mis maestros que marcaron cada etapa de mi camino universitario, gracias por los conocimientos proporcionados, ha sido un honor aprender de su experiencia profesional, gracias por su dedicación por impulsarme y creer en mí. A mi directora de tesis, Dra. Corina Benjet, por su enseñanza comprometida y su apoyo académico, le tengo un aprecio muy grande. Así como una admiración profunda, gracias por guiarme y motivarme en este proceso tan importante, por brindarme la oportunidad de participar en un proyecto que muestra la importancia de la Psicología en México, abriendo mi panorama. A mi revisora. Mtra. Patricia Guillermina Moreno Wonchee, por estar ahí en todo momento, por sus palabras de aliento y su orientación no sólo académica sino también personal, por sus aportaciones en éste proyecto. Es una psicóloga y académica excelente. La aprecio muchísimo, gracias por ser una increíble persona. Al Dr. Jorge Rogelio Pérez Espinoza por contribuir en mi preparación desde los inicios de la carrera, por su orientación a lo largo de la misma, por abrir mi perspectiva sobre las aplicaciones de la psicología y de la vida, gracias por su apoyo incondicional. A la Dra. María Martina Jurado Baizabal por brindarme cimientos sólidos y muy importantes durante todo el proceso académico, por la confianza, por el tiempo y la motivación constante, es un placer aprender de usted. Al Mtro. Salvador Chavarría Luna quién me brindo su valioso tiempo para el término de éste proyecto, compartiendo su conocimiento en todo momento, haciendo posible una mejora de esto. 6 RESUMEN. El acoso escolar o bullying, puede llevar a consecuencias importantes para quienes lo sufren, entre éstas se encuentra el suicidio; existen conductas previas a la consumación del acto, las cuales son conocidas como conductas suicidas. Los adolescentes debido a la etapa en que se encuentran son vulnerables de presentar ambas problemáticas. El objetivo de esta investigación fue conocer la relación entre la presencia de cuatro tipos de acoso escolar (físico, verbal, relacional y ciberacoso) y las conductas suicidas (ideación, plan e intento) en una muestra de estudiantes mexicanos de nuevo ingreso a la universidad. Se tomó una muestra de 4199 alumnos de nuevo ingreso que respondieron una encuesta en línea que incluía escalas internacionalmente utilizadas para medir acoso y conductas suicidas. Se realizaron primero pruebas descriptivas para conocer la prevalencia del acoso escolar, análisis de chi2 para conocer las diferencias entre sexos y luego regresiones logísticas para estimar la asociación entre el acoso y las conductas suicidas. 41.2%, 30.8%, 19.8% y 10.1% de los alumnos reportaron haber sido víctima de acoso verbal, acoso relacional, acoso físico y ciberacoso, respectivamente, alguna vez en la escuela hasta los 18 años de edad. Los hombres reportaron más acoso físico que las mujeres y las mujeres reportaron más acoso verbal, relacional y ciberacoso que los hombres. De los alumnos que reportaron acoso escolar, del 19.4% al 62.4% ha tenido ideación suicida, del 25.2% al 60.4% un plan suicida y del 32.4% al 68.9% habían intentado suicidarse. Se estima que la probabilidad de presentar conductas suicidas para los individuos que han sufrido acoso escolar incrementa de 2.4 a 5.3 veces su riesgo por lo cual la creación, modificación y desarrollo de políticas públicas para dar solución a esta problemática es importante. Es importante mencionar que este proyecto es un análisis secundario de datos de una encuesta que se lleva a cabo en el Instituto Nacional de Psiquiatría Dr. Ramón de la Fuente (INPRF), cuyo nombre es “Proyecto Universitario para Alumnos Saludables (PUERTAS)”. Palabras clave: Acoso escolar, Riesgo suicida, Estudiantes, México. 7 INTRODUCCIÓN. En 1970 en México se registraron 554 muertes por suicidio, en 1994 fueron 2603 mostrando un incremento del 150%, en el 2007 se reconocieron 4,338 dejando como evidencia un incremento en la tasa de suicidio del 275% (Borges, Orozco & Medina-Mora, 2010) estas modificaciones han ido en incremento hasta la actualidad, el suicidio se presenta cada vez más en adolescentes (INEGI, 2015), esto evidencia que las conductas suicidas son una problemática de salud pública, no sólo a nivel nacional, sino en todo el mundo. Siendo así existen tres factores que se pueden identificar en las personas que tienen un riesgo suicida alto, entre los cuales se encuentran la sensación de agobio hacia las personas cercanas a él, sentirse aislados y habilidad para involucrarse en conductas que impliquen un daño hacia sí mismos (Joiner, 2006) de manera que las tasas de suicidio son menores si se tiene un nivel mayor de integración social. Si consideramos que la adolescencia es una etapa caracterizada por cambios a nivel biológico, físico y psicológico, en donde el cerebro continua en desarrollo, se puede observar que estas nuevas experiencias los pueden llevar a percibir situaciones como estresantes (Arenas, 2013 en Mendoza 2016) siendo así que el individuo es considerado como una parte inseparable de su entorno, ya que las propiedades psicológicas cambiantes de su entorno inmediato influyen de manera directa, la relación existente entre el adolescente y su medio no está en una sola dirección, sino que es recíproca. Siendo así podemos decir que las relaciones interpersonales desde el inicio de la psicología han interesado mucho a los expertos, pues los seres humanos somos seres biopsicosociales, y las dificultades que se encuentran en estas se han estudiado a lo largo de los años, encontrando que estás pueden llegar a tener una asociación con la presencia de intentos suicidas en adolescentes. Entre las principales dificultades se encuentran: dificultades para hacer amistades, crueldad entre los compañeros, rechazo, aislamiento social, falta de relaciones o amigos 8 íntimos y malas relaciones entre pares (Johnson et al., 2002). De donde resulta el segundo fenómeno relevante: el acoso escolar el cual en las últimas décadas es un tema que ha tenido gran auge, y ha pasado a convertirse en un tema que está presente en nuestro día a día. En los adolescentes existen patrones conductuales que pueden ser detonantes de estas conductas, como lo son los factores de riesgo, los cuales pueden ser definidos como elementos que tienen alta probabilidad de causar un daño o resultado no deseado (Hernández, 1996) como ocurre con conductas que los colocan en situaciones donde son vulnerables y pueden adquirir una enfermedad o incapacidad o incluso la muerte. Hallazgos internacionales demuestran que el acoso escolar suele estar entre estas conductas (Cerezo & Ato, 2005; Cerezo & Méndez, 2012; Mendoza, 2016) sin embargo también se ha encontrado que este tipo de conductas no suele presentarse sola o de manera aislada; en investigaciones realizadas anteriormente en otros países se ha observado una asociación entre haber vivido acoso escolar y presentar un riesgo suicida (Davies &Cunningham, 1999; Prinstein et al., 2000; Bearman & Moody, 2004; Toros et al., 2004). Desde 1999 se encontró en Irlanda que el 22% de un grupo de adolescentes que reporto acoso escolar había presentado intento suicida (Davies &Cunningham, 1999); en el 2000 se realizó un estudio en donde se evidenció que el rechazo entre pares es un factor predictor para la ideación suicida (Prinstein et al.) así como el aislamiento social y la falta de relaciones entre pares (Bearman & Moody, 2004); en todos estos se muestra que estas conductas de acoso escolar pueden predecir la aparición no sólo de ideación sino también de plan e intento suicida (Toros et al., 2004). Como observamos las situaciones estresantes como el acoso escolar representan un factor detonante al que se le debe dar primordial atención cuando hablamos de suicidio, pues los factores psicosociales pueden influir en la presencia de un riesgo suicida en los adolescentes. Por lo anterior este trabajo presenta un análisis correlacional del acoso escolar y el riesgo suicida en una muestra de estudiantes mexicanos sosteniendo la importancia de contribuir con el estudio del suicidio en la adolescencia, 9 reconociendo la relación que tiene con su entorno y como este influye de manera directa en él. En el primer capítulo se inicia definiendo a la adolescencia, sus características y cómo influye en las conductas de riesgo y la conducta suicida. En el segundo capítulo, se enfoca en la conducta suicida en sí, como se define, los factores de riesgo y protección, así como la situación del suicido en México. Posteriormente en el capítulo tres se habla del acoso escolar, mostrando el estado actual con los principales hallazgos a nivel internacional, las consecuencias de pasar por este tipo de conductas y la situación actual en México. El capítulo 4 cierra la revisión de la literatura con la relación entre acoso escolar y riesgo suicida, las limitaciones de la literatura actual, y los modelos teóricos para entender estas asociaciones. Posteriormente en el capítulo 5 se describe la metodología de la investigación, en el capítulo 6 se presentan los resultados y por último en el capítulo 7 se realiza la discusión de los hallazgos, las limitaciones y aportaciones del estudio y las implicaciones para políticas públicas de salud y educativas. . 10 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Y JUSTIFICACIÓN. “José Luis de 14 años de edad, tenía unas semanas de haber ingresado a tercer año de secundaria, y desde el primer día había sido víctima de burlas por parte de sus compañeros que lo afectaron tanto que ayer decidió terminar con su vida, ahorcándose, en el municipio de Aramberri, en Nuevo León. El padre del adolescente ya había alertado a la directora de la secundaria, identificada como Zoraida Orozco González de la secundaria “Pablo Livas” quien hizo caso omiso. El día 05 de septiembre al medio día llego el menor a su casa, y con los ojos rojos de tanto llanto le comento a su madre que no quería volver a la escuela porque no soportaba más la situación, la madre trato de tranquilizarlo, pero a las 16:000 hrs. lo encontró en el patio colgado de un árbol, llevándolo a una clínica en donde se confirmó su muerte, los investigadores encontraron una carta que escribió el estudiante en la que pedía perdón a sus padres así como dejaba los nombres de sus compañeros que lo acosaban” (1) 06 de septiembre, 2016 Hechos como esté encontramos con mucha frecuencia en nuestro país lo cual ha comenzado a formar parte de nuestra vida cotidiana. Por lo tanto es de suma importancia observar la relación entre el acoso escolar y la conducta suicida ya que ambos fenómenos son de gran importancia en la actualidad en donde se puede notar un aumento en ambos. Dado que se ha observado un acrecentamiento en las tasas de suicidio en México, principalmente en los jóvenes de 15 años a 24 años de edad, ya que de 1980 al 2012 ha incrementado más del 150%, entre esta población el suicidio se ha convertido en la tercer causa de muerte (Borges et al 2010; Lozano et al 2013; WHO, 2014; Benjet 2016). 1. Aguilar, B. (2016) Menor se suicida tras ser víctima de bullying en NL. Diario Milenio recuperado el 15 de Enero 2017 de http://www.milenio.com/monterrey/Menor-suicida-victima-acoso- escolar_0_806319390. 11 Se debe agregar que el suicidio no puede ser atribuido a un solo factor, debido a que se encuentran implicadas diversas variables de tipo social, psicológico y biológico (Leenars, 1991). Sin embargo estudios recientes correlacionan estos dos temas, arrojando una relación entre el acoso escolar y las conductas suicidas, dichas investigaciones encontraron que los adolescentes que son sometidos a algún tipo de violencia dentro del contexto escolar incrementa la posibilidad de que algunos intente suicidarse (Hinduja & Patchim, 2010 en Mendoza, 2016) o bien lo completen (Klomek et al., 2009 en Mendoza, 2016). En México tanto el acoso escolar como el riesgo suicida forman parte de las principales problemáticas ya que se presentan con gran frecuencia, despertando el interés de los profesionales de la salud mental por llevar a cabo acciones antes de que la salud mental o física pueda verse afectada (Cowen, 2000). Cabe mencionar que a pesar de que el suicidio y el acoso escolar son temas que en las últimas décadas han sido objeto de muchas investigaciones, existen pocos estudios que se enfoquen a examinar los factores de riesgo tanto familiares como de relaciones entre pares asociados con el riesgo suicida como tal, es decir con la ideación, plan e intento de suicidio en los adolescentes (King & Merchant, 2008) De ahí que la presente investigación tenga como objetivo principal conocer la relación que existe entre diferentes formas de acoso escolar y conducta suicida, con el objetivo de contribuir con la literatura actual, debido a que aunque existe gran cantidad de investigación en ambos temas, y principalmente en el acoso escolar, debido a la difusión que tiene actualmente siendo identificada como una de las principales problemáticas a nivel internacional, en relación con el riesgo suicida no se ha dado la atención e investigación que requiere ya que aunque las otras consecuencias existentes dentro del acoso se den con mayor frecuencia y por ende hayan sido mayormente estudiadas, el suicidio es una de las más fatales y extremas que puede ocasionar, representando una problemática que puede ser prevenida y debe atenderse de la manera adecuada tanto por parte de los profesionales de la salud como por los docentes y la sociedad en general. 12 MARCO TEORICO CAPITULO I. ADOLESCENCIA 1.1 Definición de adolescencia La palabra adolescencia, como su etimología lo refiere, tiene una raíz del latín la cual proviene de adolescere, que significa crecer. Sin embargo el concepto es más complejo que el significado en sí, ya que este está formado por ciertos elementos que se modifican a lo largo del tiempo, como el contexto histórico, social y cultural, de manera que existen distintos planteamientos y abordajes del mismo. La adolescencia es una etapa que en gran medida está limitada por un componente biológico, sin embargo existen variaciones dependiendo de diversos factores ambientales. Por lo tanto el cambio que se da entre dejar la niñez y entrar a la vida adulta es un acontecimiento que en algunas culturas tradicionales suele ser celebrado por medio de rituales de transición, debido a que esté proceso no sólo está enfocado a un cambio en las funciones sexuales y reproductivas en la persona, sino que genera expectativas a nivel social, colocando creencias y roles específicos que deben cubrirse en esta etapa que los prepara para comenzar con el rol adulto, siendo así la sociedad y el status un elemento primordial en esta etapa de la vida humana (Pineda & Aliño, 1999). En nuestra sociedad actualmente el ingreso a la universidad representa para cierto sector de la población adolescente este cambio, está transición de una etapa a otra, en donde los alumnos de primer ingreso comienzan a adoptar un rol adulto. Por lo tanto es primordial definir en qué consiste la adolescencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la adolescencia como un periodo del desarrollo humano, que surge después de los 10 años de edad y dura hasta los 19 años, colocando como fase de inicio la pubertad, sin embargo este proceso suele ser muy subjetivo dependiendo de la individualidad de cada persona. 13 El fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2011) considera algunos elementos por los cuales delimitar en una definición el concepto de adolescencia sería muy complicado, uno de ellos es que depende la manera en que cada uno de los individuos experimenta de forma distinta esta etapa, aunque se tenga como conocimiento que la pubertad marca el inicio de la misma ésta suele ser distinta entre niñas y niños, e incluso entre personas del mismo sexo. Como segunda fuente de variación se debe considerar a la sociedad, y como esta marca pautas distintas para cada lugar geográfico. En cada país varia la edad que se considera como mayoría de edad, ya que en algunos como México está es alcanzada a los 18 años, sin embargo en la República Islámica de Irán la mayoría de edad en caso de las niñas es a los 9 años y 15 años en los niños, está diferencia es muy evidente, motivo por lo cual es importante no sólo reconocer la edad a la que se otorga esta “licencia” sino la permisividad en actividades que conlleva la misma, como votar, casarse, tener derecho a la propiedad o consumir sustancias toxicas legales. Ya que estás prácticas y la edad legalmente para comenzar a realizarlas está independiente de la madurez tanto física como psicológica que tenga una persona, de modo que este tipo de situaciones influye directamente en la forma en la que se concibe a la adolescencia y como ésta es vivida de formas muy distintas dependiendo el entorno social. En muchos países no es necesario contar con un permiso legal para ejercer dichas actividades, de tal forma el fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, 2011) plantea que no existe un concepto único aceptado a nivel internacional sobre la adolescencia y como debe ser su interacción con el medio. Siendo así definir de forma clara y concreta en qué edad específica comienza y en qué edad termina es una de las principales controversias, ya que la adolescencia es ambigua, y muchas veces tiene variaciones individuales, de tal forma que la definición puede variar dependiendo de las aproximaciones teóricas desde donde se quiera abordar, por lo tanto más que un concepto universal puede observarse como un constructo teórico y social, el cual tendrá variaciones dependiendo la perspectiva con la que se quiera observar. 14 Ballesteros (1984) define a la adolescencia como un estado trascendente en la vida de cada ser humano, ya que es una etapa en donde se define la identidad afectiva, psicológica y social tanto en hombres como en mujeres. En este periodo de evolución se pretende alcanzar la madurez presentando cambios a nivel físico, psicológico y social que se manifiesta en cada persona con diferente intensidad (Cárdenas, 2004). Es así que la adolescencia es una etapa en el ciclo de vida de todo ser humano, es un periodo ubicado entre la infancia y la adultez, que no se distingue por ser un proceso único, sino un periodo en donde ocurre una transición del desarrollo implicando cambios a diferentes niveles, y que presenta variaciones dependiendo de lo antes mencionado, sin olvidar que no es un concepto estático, por lo cual se encuentra en constante cambio (Papalia et al, 2001). 1.2 Características de la adolescencia La adolescencia y la pubertad son dos conceptos que suelen confundirse muy frecuentemente, por lo cual es necesario hacer una diferencia entre estas; la pubertad es la fase del desarrollo del organismo en la que el crecimiento físico alcanza su completa madurez, mientras que la adolescencia es aquella fase en donde ocurren cambios generales en distintas áreas (físico, psicológico y social) de una persona, las cuales se caracterizan por tener un grado de intensidad y desarmonía (Parolari, 2005). 1.2.1 Cambios biológicos Estos cambios suelen aparecer en la pubertad, ya que forman parte de un proceso que tiene como objetivo conducir a los adolescentes a una madurez sexual, es decir a la fertilidad con la finalidad de poder reproducirse (Viner, 2005 en Parolari, 2005), y tener la capacidad para satisfacer el deseo sexual. La edad promedio para presentar estos cambios es entre los 8 y los 13 años, cabe mencionar que tarda más tiempo (entre 2 años) en comenzar los cambios en los niños siendo como principal signo el aumento del volumen testicular, mientas que 15 en las niñas aparece el botón mamario (telarca) y aproximadamente 2 años después comienza la menstruación (menarca) (Zanon en Martinis, 2008). A continuación se muestra un cuadro con los principales cambios tanto en hombres como mujeres durante esta etapa de su vida que da inicio en la pubertad: 16 Tabla 1. Cambios físicos en la adolescencia HOMBRES (Debido a la producción de andrógenos principalmente la testosterona en los testículos)(Papalia y Duskin, 2012) MUJERES (Debido a la producción de estrógenos en los ovarios) (Papalia y Duskin, 2012) EN COMÚN  Desarrollo óseo y muscular ensanchándose los hombros y la espalda.  Cambio de voz (engrosamiento).  Aumento de vello corporal.  Disminuye la grasa en el cuerpo.  Crecimiento de pechos.  Crecimiento de testículos, próstata y pene.  Espermarquia.  Ensanchamiento de caderas.  Desarrollo muscular y acumulación de grasa principalmente en las caderas y muslos.  Aparición de vello pélvico y axilar.  Cambio de voz (más fina).  Crecimiento de senos.  Crecimiento de labios mayores, menores, clítoris, vagina y útero.  Inicia la menstruación.  Aumento de estatura.  Mayor producción y secreción de sudor.  Acumulación de grasa: Acné.  Maduración y crecimiento de los genitales externos.  Cambio en el pigmento de los pezones. Nota: Elaboración propia basado en Papalia y Duskin, 2012. Es importante conocer que el periodo en el que aparecen cada uno de estos cambios es distinto tanto en hombres como en mujeres así como está implicada la 17 individualidad ya que depende de elementos genéticos, hábitos de vida, lugar geográfico donde se encuentren; en el caso de las mujeres suele alcanzarse su ganancia máxima antes de la menarca, y esto es debido a que una vez que esta comienza se entra en una fase lenta del desarrollo (Viner, 2005 en Parolari, 2005). Mientras que en el caso de los hombres se sostiene por más tiempo y el pico más alto de crecimiento se alcanza en la penúltima etapa del desarrollo (Viegas 2008, en Martanis 2008). Todos estos cambios son producidos por el sistema nervioso, principalmente el hipotálamo, el sistema endócrino: la hipófisis, tiroides, glándulas suprarrenales y gónadas. Ambos sistemas producen hormonas, sexuales y de crecimiento que son las responsables de dicho proceso físico en los adolescentes (Marti y Onrubia, 1997 en Acosta, 2008). Cabe mencionar que en ocasiones las características sexuales suele aparecer antes de lo esperado, conociéndose como pubertad temprana, la aparición de signos de pubertad a los 8 años es considerado pubertad temprana en niñas en quienes es más común que esto ocurra, mientras que para los niños es a los 9 años, de manera que las niñas que comienzan a menstruar antes que el promedio pueden tener dificultades para mantener relaciones interpersonales entre niños que se desarrollaron a una tasa similar (Petersen et al, 1991 en Mendle, Turkheimer & Emery, 2007) mientras que para los niños incrementa la agresividad y el surgimiento del apetito sexual, lo que ocasiona que sean más susceptibles a presentar depresión lo cual puede llevar a la aparición de conductas suicidas, padecimientos físicos, problemas en la escuela tanto a nivel académico como social, consumo de sustancias, inicio de la vida sexual precoz o desórdenes alimenticios; en ambos casos estas diferencias suelen ser objeto de burla por parte de sus compañeros, desencadenando problemas psicológicos, como baja autoestima o autoconcepto (Mendle, Turkheimer & Emery, 2007). 1.2.2 Cambios cognitivos Los adolescentes no sólo continúan desarrollándose físicamente, por lo tanto no sólo lucen de forma distinta, sino que también cambia su pensamiento, teniendo 18 un razonamiento abstracto y la capacidad de elaborar juicios morales complejos, aunque se podría considerar que tienen un pensamiento aún inmaduro, pueden prever el futuro de una forma más centrada en la realidad (Papalia & Duskin, 2012) Con respecto a este cambio, Piaget (1975) plantea que el nivel más alto del desarrollo cognoscitivo es el de las operaciones formales en donde se adquiere el pensamiento abstracto. Los adolescentes entran en este nivel de pensamiento alrededor de los 11 años lo cual les permite una nueva interacción con su medio así como una manipulación de la información recibida completamente distinta a la infancia. Se elimina el considerar únicamente el presente, y se adquiere la capacidad para ubicarse en tiempo histórico y espacio específico, de igual forma los símbolos adquieren un nuevo sentido en donde estos pueden utilizarse para representar otros símbolos de forma que la habilidad matemática se modifica llevándolos a un nivel de aprendizaje superior. Por otra parte las metáforas y las alegorías pueden ser percibidas e interpretadas con mayor claridad, formulando hipótesis y considerando las probabilidades o posibilidades no sólo de lo que es sino de lo que podría ser, adquiriendo un razonamiento hipotético-deductivo (Papalia, 2001) Estos cambios en el procesamiento de la información es un reflejo de la maduración que se adquiere a nivel físico en los lóbulos frontales del cerebro lo cual puede sustentar los avances cognitivos que plantea Piaget, estos avances/procesos se dividen en 2 categorías: el cambio estructural y el cambio funcional. El cambio estructural abarca modificaciones en la memoria de trabajo y en la cantidad creciente de conocimiento que se encuentra almacenado en la memoria a largo plazo, llevando a los adolescentes a percibir su vida de forma distinta ya que ahora pueden lidiar con problemas más complejos o decisiones que abarquen varias piezas de información almacenada (Martín, 2016, Papalia, 2012). 19 Por otra parte el cambio funcional está enfocado al aprendizaje, el recuerdo y el razonamiento, de manera que estos procesos se enfocan en obtener, manejar y retener la información percibida por el adolescente, dentro de las modificaciones más importantes encontramos que tienen la capacidad para tomar decisiones, atención selectiva, control de sus impulsos y su memoria de trabajo. Sin embargo es necesario hacer una observación en ese punto, la toma de decisiones, el razonamiento y el control de los impulsos se modifican preparando al adolescente para una etapa adulta en donde es necesario tener la capacidad de prever el futuro, de manera que la conducta dirigida a objetivos requiere el control de los impulsos o la capacidad de demora, es decir el retraso de la gratificación para la optimización de los resultados; esta capacidad y cambios suelen madurar poco después de la adolescencia, por lo tanto la impulsividad es una característica primordial de esta etapa (Bogin, 1994). A su vez surge una modificación en el lenguaje debido a que pueden expresar relaciones lógicas entre oraciones y frases, adquiriendo una habilidad para tomar una perspectiva social que les permita debatir acerca de conceptos abstractos como la justicia, entendiendo el punto de vista de otro y nivel de conocimiento, es decir toman consciencia de las palabras como símbolos que poseen más de un significado y uso, conociendo que el significado de éstas tiene mucha carga social y moral. De manera que estas modificaciones se ven reflejadas en cambios psicológicos. Siendo así que su nivel de empatía aumenta, permitiendo la resolución de problemas sociales, establecer relaciones interpersonales y notar la importancia que tiene el entorno en donde se desarrollan, ya que se modifica el sentido de reconocerse como seres pertenecientes a una sociedad (Piaget, 1975).Con esto se puede observar mayor importancia del área psicosocial en su vida, más específicamente relación entre iguales en el ámbito escolar (Bogin, 1994). 20 1.2.2.1 Concepción de la muerte en la adolescencia Teniendo en cuenta todas estas modificaciones a nivel de pensamiento, ocurridas durante esta etapa, cabe mencionar que en la adolescencia también se modifica la concepción acerca de la muerte, ya que a diferencia de la niñez comienzan a adquirir los componentes del concepto adulto de la misma; la universalidad refiriéndose a que le ocurre a todo ser viviente, irreversibilidad es decir que no se puede volver a la vida, causalidad componente enfocado a plantear que se produce por alguna razón, y la no funcionalidad, concepto que se refiere al cesamiento de toda actividad (Noppe & Noppe, 1997). Además podemos decir que los adolescentes relacionan a la muerte con conceptos religiosos y filosóficos que los llevan a considerar teorías sobre la vida después de la muerte (Tamm & Granqvist, 1995). Podría parecer que el concepto que van adquiriendo tiene elementos que se contraponen tales como el sistema de creencias o las ideas que se generan al momento de considerar vida después de la muerte, es decir una existencia no corpórea, y el adquirir el conocimiento enfocado a que la muerte es algo definitivo e irreversible. Sin embargo la asociación entres estos no es una contradicción, sino un mecanismo de defensa que se crea para hacer frente a situaciones tan dolorosas. Estas proporcionan beneficios psicológicos como, proporcionar apoyo emocional, control cognoscitivo, regulación moral y forman parte de una identidad grupal (Ramos, 1992). Siendo así el concepto maduro sobre la muerte se deba observar desde un punto de vista únicamente cognitivo, de manera que no se debe aplicar de la misma forma a los factores emocionales, vivenciales y afectivos, más que entrar dentro del mismo esquema (Noppe & Noppe, 1997), interactúan de forma conjunta para formar en el adolescente un concepto sobre la muerte y con esto darle significancia en su vida. El adolescente al adquirir un nuevo nivel de pensamiento junto con nuevos conocimientos acerca de la muerte, debe hacer una integración a modo personal 21 sobre el significado que adquiere en su vida, mismo que tomará en cuenta aspectos como la experiencia individual ante este tipo de situaciones así como la formación de su nueva identidad enfocándonos en sistemas de creencias, ya que la concepción de la muerte va más allá de un componente biológico, implicando otras áreas del pensamientos. Siendo así en esta etapa se deja de percibir al fallecimiento como algo externo o lejano, comienza a situarse como una posibilidad que puede ocurrir a nivel personal, lo cual implicaría una pérdida de su propia existencia. Sin embargo este cambio cognitivo acerca de la muerte presenta algunas variaciones dependiendo la etapa de la adolescencia, cabe mencionar que las características del pensamiento adolescente están sujetas a dichas etapa, las cuales podemos apreciar en la tabla 2, que se presenta a continuación: Tabla 2 Características del pensamiento adolescente sobre la muerte Etapa Principales características de pensamiento Adolescencia temprana  Poco frecuente tener experiencias directas con la muerte  Poca información sobre el tema  Falta de preocupación por la muerte  Se habla hipotéticamente de su propia muerte es decir de forma alejada  Angustia generada por su propia muerte se relaciona con sentimientos de otros más que los propios  No les preocupa dejar un legado o ser recordados si fallecieran  Se comienza a presentar el concepto adulto de la muerte  No incluyen ideas de continuidad extracorpórea. Adolescencia intermedia  Pocas experiencias con la muerte 22  Cuando ocurre alguna experiencia con la muerte toma una postura egocentrista  Busca más información acerca de la muerte  Se plantea la continuidad de la vida después de la muerte  Inicia la preocupación por fallecer y la manera en que ocurrirá.  Le angustia que no logre realizar sus planes antes de morir  Comienza a darle importancia en dejar un legado o ser recordado si llegara a fallecer Adolescencia tardía  Las experiencias con la muerte aumentan ocasionando deseos de desapegarse de personas cercanas.  Piensan en defensas que podría usar ante la pérdida.  Se tiene la creencia de que existe la continuidad después de la muerte  Les preocupa dejar un legado o ser recordado  Les angustia tener que separarse de sus seres queridos  Aún hay falta de preocupación por su propia muerte  Se tiene completamente o casi el concepto adulto de la muerte Nota: Elaboración propia basada en (Pryor, J, s.f) Es así que a pesar de que el adolescente desde la pubertad comience a tener presentes los elementos que componen el concepto adulto sobre la muerte, vaya evolucionando su pensamiento en torno a este tema; si bien es cierto la evolución al igual que la adolescencia suele tener variables individuales que intervienen en dicho desarrollo. 1.2.2.2 Fundamentos fisiológicos: Desarrollo cerebral Por último es necesario mencionar que estos cambios se fundamentan en cambios a nivel orgánico, durante la infancia se tiene un aumento desorbitado de neuronas y de conexiones nerviosas las cuales se mantendrán en el organismo 23 siempre y cuando éstas sean utilizadas, de manera que una vez alcanzando los 12 o 13 años de edad aproximadamente, es decir entrando a la adolescencia se continua el desarrollo del cerebro por medio de una reducción a la que se le conoce como “poda neuronal”, en donde se eliminan las conexiones innecesarias o inútiles. Comienza en la zona posterior del cerebro y termina en la corteza prefrontal, uno de los motivos por el cual esta parte del cerebro encargada del razonamiento, la toma de decisiones y en cierta medida el control de las emociones llega a su madurez en los primeros años de la adultez. Sin embargo la corteza prefrontal no es la única estructura responsable de los cambios durante la adolescencia, el sistema límbico el cual está formado por el hipocampo, la amígdala, el septum pellucidum, los núcleos talamicos anteriores y las circunvoluciones del cíngulo es el encargado de controlar las emociones, motivación, aprendizaje y la memoria. Siendo así a esta edad se vuelven más complejos los procesos que deben realizarse ya que las situaciones a las que se enfrenta de igual forma se vuelven más complejas (Oliva, 2007). Por otra parte los procesos que ocurren en estas estructuras también influyen de manera directa; la mielinizacion es uno de ellos, y tiene mayor relevancia durante esta etapa ya que no sólo se tiene un incremento, sino que las redes se vuelven más grandes y complejas. Cabe mencionar que las áreas frontales de igual forma son las últimas en mielinizarse (Casey et al., 2008). De manera que observamos que estas dos áreas primordiales pasan por una serie de cambios a lo largo de esta etapa, de manera que para encontrar un equilibrio entre la razón y la emoción, para el adolescente suele ser uno de los principales conflictos a los que se enfrentan en esta etapa de su vida, ya que aunque se espera que la neocorteza sea la encargada de dominar a la razón, y mantenga el control sobre el sistema límbico (control de emociones) en situaciones de riesgo, con los adolescentes la situación es distinta y hay momentos en donde la amígdala es la encargada de controlar la situación; esta situación ocurre más de lo que se piensa, es decir los adolescentes se caracterizan por ser impulsivos, colocándose en situaciones de riesgo constantemente. 24 Siendo así el riesgo, el peligro y la impulsividad unas de las características que podrían describir el comportamiento adolescente. Comienzan a adquirir la capacidad de planeación, se modifica su pensamiento pasando a un nivel superior de racionalidad, la toma de decisiones y el análisis de las mismas comienza a cobrar un papel fundamental. En otras palabras se puede decir que muestran niveles adultos de capacidad intelectual (Reyna & Farley, 2006) sin embargo es importante mencionar que a pesar de estas nuevas habilidades, no cuentan con la capacidad para anular los impulsos en situaciones con una gran carga emocional. Hay que mencionar además que el contexto ambiental y el significado emocional de las decisiones influyen mucho en el adolescente (Steinberg, 2005) incluso más que dichas capacidades intelectuales. Finalmente el incremento de actividad en el núcleo accumbens, contribuye a dicha explicación, pues este es el encargado de la búsqueda de recompensas por el comportamiento o en los circuitos del placer y la exploración, lo que da como resultado que a pesar de apreciar el peligro y poder prever el futuro los adolescentes den mayor importancia a la recompensa que recibirán por las conductas de riesgo a las cuales pueden estar expuestos (Oliva, 2007). 1.2.3 Cambios psicológicos El crecimiento, evolución o maduración en cada etapa está caracterizado por una crisis, un cambio no sólo a nivel estructural o biológico, sino también a nivel psicológico y social; el hablar de una crisis no hace referencia a hablar de un problema como suele pensarse de forma común. Ya que etimológicamente la palabra crisis tiene un origen griego, que proviene de crino lo cual significa separar o cambiar. Esto enfocado a la adolescencia es cambiar de dirección de una etapa del pasado al futuro, con el objetivo de adquirir una maduración interior, y aunque hablar de maduración podría resultar muy subjetivo, esta se refiere a la consolidación de una estructura psicológica que terminará de definir la personalidad de cada uno (Parolari, 2005). 25 Sin embargo para poder definir la personalidad, es necesario tener un autoconocimiento y autoconcepto, que no sólo se modifica sino que también se consolida. Para entender mejor esto debemos hablar de los cambios físicos, estos traen consigo una alteración en la imagen corporal que perciben de ellos mismos, con ello el sentido del yo se ve modificado. De igual manera hay un cambio a nivel de pensamiento, ya que esta área demanda que el autoconcepto sea más complejo y perfeccionado. Esto no sólo se ve reflejado en este sentido, sino también en el contexto social, pues influye en el sentido de los roles que se deben ejercer en esta etapa, de manera que el adolescente debe tomar decisiones para precisar su camino, que implican un cambio en cada una de las áreas de su vida (Aguirre, 1994). Todos estos aspectos contribuyen a la formación de la identidad, pues se relacionan de forma conjunta para formar la personalidad. De manera que definir la identidad que te caracteriza, durante la adolescencia es una de las principales búsquedas, ya que como plantea Erikson (1950) el adolescente se esfuerza para poder encontrar el sentido del yo, lo cual forma parte de un proceso saludable y de vital importancia que tiene como base los resultados de las etapas anteriores como la confianza y autonomía que ha adquirido a lo largo del tiempo (Papalia, 2012). De manera que, en la Teoría de Erikson (1968), especifica que durante la etapa de la adolescencia el conflicto que se debe superar es la crisis de identidad frente a la confusión, de acuerdo con el mismo autor, la identidad es necesario construirla, por medio de la resolución de conflictos que abarcar distintas áreas, entre las cuales se encuentra la vocación u ocupación , el desarrollo de creencias y la internalización de valores, la identificación ideológica, pertenecer a un grupo social y desarrollar una identidad sexual que sea satisfactoria para él, conllevando con esto adopción de roles y orientación sexual. Es por esto que la exploración de los aspectos mencionado anteriormente y el compromiso ante ellos genera cuatro estados de formación de la identidad en los adolescentes (Marcia, 1980 en Coleman & Henry, 1999) cuyo objetivo de 26 encontrar un sentido en cada una de estas áreas y resolver la crisis de identidad es que el adolescente obtenga una lealtad, una fidelidad para así encontrar una pertenencia social: 1. Identidad difusa, es caracterizada por la falta de compromiso en algún ámbito de esta etapa así como una limitación ya que no ha explorado las alternativas existentes. 2. Identidad fracasada, es cuando existe el compromiso sin embargo no se explora. 3. Identidad moratoria, de modo contrario existe una exploración activa pero no el compromiso. 4. Logro de identidad, es la obtención del éxito en la búsqueda de la identidad, ya que se tiene una exploración un compromiso. Sin embargo es necesario reconocer la interacción que hace el adolescente con el medio, ya que la relación que surge entre estos no es en un solo sentido, sino de forma recíproca ya que el contexto donde se desarrolla, y surge este proceso de socialización funge como un modelo de roles y agentes sociales. La familia que forma parte de su entorno social inmediato influye de gran manera en la formación y búsqueda de esta identidad de forma que la relación que exista en esta área es de suma importancia, debido a que los padre pueden fomentar el desarrollo de la autonomía por medio de exigencias de madurez, razonamiento deductivo y apertura de la experiencia, así como son los encargados de brindar afecto, aceptación y comunicación que le permitan crear una imagen positiva de sí mismos. A pesar de que la familia del adolescente forme parte de su entorno social inmediato no es el único núcleo con el que mantiene un contacto social, las relaciones interpersonales entre iguales adquieren una relevancia mayor, en donde se le debe dar importancia al desarrollo psicosocial entre iguales, por tal motivo Jones, Valrtaus, Jackson y Morrill (2014 en Coleman & Henry, 1999) estudiaron la forma en que la amistad puede influir en dicho desarrollo y en la creación de la identidad, encontrando que el apoyo de una amistad ayudó predecir 27 en un 3.2% el logro de identidad, el 2.4% para la identidad moratoria y un 2.5% para la identidad difusa, sin tener hallazgos sobre la identidad enfrascada, es decir que el tener conflictos dentro de este círculo social se relaciona positivamente con la creación de una identidad moratoria y difusa, así como el contar con el apoyo se relaciona con el logro de la identidad. Por esto las relaciones íntimas son esenciales durante esta etapa de la vida, el pertenecer a un grupo permite compartir y encontrar comprensión, empatía, confianza, y aceptación, satisfaciendo las necesidades emocionales y sociales que permitan comprender el mundo social. Todo esto nos lleva a un punto primordial dentro de la vida adolescente, las relaciones interpersonales, la conformación de grupos entre iguales, la pertenencia a estos, proporciona una identificación afectiva generando pautas comportamentales, ya que al encontrarse en la misma etapa logran apoyarse mutuamente para aclarar la confusión de roles y promover la consolidación ideológica. Se debe agregar que las relaciones interpersonales creadas en esta etapa influyen de manera significativa en la vida de los adolescentes, ya que el valor que se coloca a las opiniones y expectativas que se tiene de ellos a este nivel es muy grande, debido a que hay estudios que demuestran que el no contar con redes de apoyo a este nivel puede ser un factor de riesgo que ocasione un inicio de la vida sexual temprano, consumo de sustancias toxicas y una imagen corporal distorsionada (Brown & Larson, 2009). La influencia de los pares tiene un punto máximo el cual oscila entre los 12 y 13 años de edad lo cual va disminuyendo en la adolescencia media y tardía. Este tipo de relaciones brindan un lugar para experimentar las situaciones de transición entre la niñez y la vida adulta, representan un escenario en donde cada una de las personas puede adquirir su individualidad, convertirse en un ser autónomo e independiente de sus padres con quienes ha establecido una relación ambivalente por la dependencia que aún tiene con ellos, es una prueba de la realidad que les espera durante su vida adulta, permitiéndoles expresar sus sentimientos y 28 emociones, definiendo su identidad y validando su autoestima (Buhrmester, 1996, en Papalia et al, 2001). De manera que los adolescentes que cuentan con este tipo de red de apoyo, es decir con amistades cercanas y estables tienen una opinión de sí mismos positiva, al igual que sus comportamientos, poseen habilidades sociales y es poco probable que presenten síntomas de depresión, ansiedad o que se manejen de una forma hostil (Berndt y Pery, 1990; Buhrmester, 1990; Hartup y Stevens, 1999). Finalmente como se mencionaba es una relación bidireccional, el tener buenas relaciones sociales fomenta una adaptación positiva ante el medio, que a su vez fomenta las buenas amistades. 1.3 Etapas de la adolescencia Como sabemos la adolescencia no es un momento específico en la vida del ser humano, es una transición y un proceso construido que requiere tiempo para alcanzar la culminación del mismo, entonces la adolescencia se divide en tres etapas básicas: adolescencia temprana, adolescencia media y adolescencia tardía (Casas &Ceñal en Coleman & Hendry, 1999).  La adolescencia temprana: Es la primera de las fases, y se presenta aproximadamente entre los 11 y 13 años de edad. Aparece con la pubertad, siendo caracterizada por la velocidad en que se surgen y se desarrollan los cambios físicos, apareciendo los cambios sexuales secundarios, por la parte psicológica y social, no se ven afectados de manera general, estos están más enfocados a la forma en que se modifica la percepción de su apariencia física generando curiosidad y una sensación de extrañeza. Estos sentimientos y emociones se relacionan de forma directa con su entorno social, la relación entre pares se fortalece ya que al encontrarse en la misma etapa logran una identificación que fortalece dichos vínculos. Finalmente, en el área cognitiva los cambios aún no son evidentes, el pensamiento abstracto comienza su desarrollo y con esto las demás habilidades no se tornan evidentes. 29  La adolescencia media: (14-17 años) Cuando se llega a esta fase la pubertad ha finalizado casi en su totalidad, alcanzando aproximadamente la maduración sexual por completo, lo cual significa que los cambios físicos en los órganos sexuales han concluido, causando a su vez que su apariencia física y el resto de los cambios mencionados anteriormente sean muy evidentes. Por otra parte, el pensamiento abstracto está más consolidado, permitiendo prever el futuro de una mejor manera. Sin embargo, es importante mencionar el impacto que las situaciones de alto riesgo como el estrés podrían mermar poner en práctica esta nueva forma de concebir el mundo, ya que ante ciertas situaciones que sean percibidas como amenazas para él, puede volver a un pensamiento concreto limitando su capacidad para ver las implicaciones futuras de sus actos. El entorno social continúa siendo significativo. Sin embargo, la imagen que tiene de sí mismo comienza a adquirir sentido, pudiendo identificar su rol y proyectarlo ante el mundo, con el que interactúa de una forma egocéntrica, queriendo obtener atención y aprobación social, así como tiene sentimientos de fortaleza e invulnerabilidad, existiendo mayor probabilidad de colocarse en situaciones de riesgo. Un punto importante es que en el área sexual el contacto se incrementa, ya que no sólo continua la necesidad de exploración que se encuentra en la adolescencia temprana, sino que ahora surge el deseo sexual mientras que la atracción permanece y se potencializa como una de sus prioridades.  Adolescencia tardía: (17-21 años) Es la última etapa de la adolescencia antes de llegar a la adultez por lo cual los cambios físicos y sexuales han cesado, siendo capaces de reproducirse. El pensamiento abstracto ya está desarrollado por completo, aunque el nivel y el ritmo que cada persona alcance pueden estar influidos por factores tanto individuales como del medio donde se desarrolla. La forma en que interactúa con el mundo ha sido por medio de asumir el rol que se espera de él, conllevándolo a un incremento de las responsabilidades por sus comportamientos, 30 enfrentándose a las exigencias del mundo adulto. Finalmente la pertenecía social continúa siendo fundamental debido a que la necesidad de aprobación y atención por parte de los pares continua siendo de su interés sin embargo esto es enfocado a construir relaciones interpersonales más sólidas. 1.3.1 Adultez emergente Conviene subrayar, que como bien se ha mencionado existe una edad estimada tanto para el inicio de la pubertad como de la adolescencia. Sin embargo esto suele variar de manera individual, ya que existen características tanto personales como ambientales que pueden favorecer a que los cambios presentes en estas etapas surjan antes que lo estimado. Cabe mencionar que estas edades también han presentado variaciones lo largo del tiempo, pues siglos atrás la adolescencia y la pubertad comenzaban años después, al igual que terminaban antes, pues las demandas sociales e históricas pedían dar un salto a la adultez casi de manera inmediata. De hecho cuando comenzó la investigación sobre la adolescencia Hall en 1904 definió que esta comenzaba a los 14 años y terminaba hasta los 24, mientras que actualmente se considera que esta da inicio con la pubertad a los 10 y finaliza con la adolescencia tardía a los 18 o 19 años aproximadamente. La cual termina no sólo porque alcanzan su punto máximo los cambios fisiológicos, sino debido a demandas sociales tales como la transformación académica, es decir pasar de una escuela a otra en donde implican mayor responsabilidades y con ello más independencia en cuanto a la toma de decisiones (Arnett, 2008). Siendo así actualmente la adolescencia termina o se extiende años después de lo definido como adolescencia tardía, y terminando este periodo aún no se puede considerar que han pasado a ser adultos jóvenes, puesto que muchas de las transiciones que deben darse en esta fase aún no terminan, siendo así es necesario considerar una nueva etapa que forma parte de la transición entre dejar de ser adolescente y comenzar a ser un adulto joven, es decir la adultez emergente se extiende de los 18 a los 25 años aproximadamente y se caracteriza 31 por ser la edad exploratoria de identidad, de enfocarse en uno mismo, de sentir emociones que lo hacen percibirse incompleto, inestable e incluso la etapa de las posibilidades, siendo estas cinco características las que definen a esta etapa (Arnett, 2008). Las anteriores características se esclarecerán en lo que sigue, pues el explorar la identidad hace referencia a que se descubren posibilidades en las relaciones interpersonales, en lo académico e incluso en lo laboral, siendo estas más duraderas que en la adolescencia, llevándolos a conocer con mayor claridad sus capacidades y limitaciones, aumentando su autoconocimiento para formar una idea clara de quienes son en realidad. Llevando a la siguiente característica, la inestabilidad, ya que a medida que se realiza este descubrimiento, esta exploración, pasan por muchos cambios y modificaciones en su vida colocándolos en una inestabilidad. Se centran en uno mismo puesto que las decisiones que van tomando son las que definirán su futuro, si deciden mudarse, tener hijos, estudiar una carrera o un posgrado, depender de sus padres o conseguir un trabajo, son aspectos en los que se enfocan para convertirse en personas autosuficientes. La adultez emergente también es caracterizada por sentirse incompleto o en medio y esto es debido a que ya no es concebido como un adolescente, pero tampoco lo es como un adulto, esto es debido a un sentimiento que los hace percibir que aún no terminan el periodo de transición en la vida para convertirse en un adulto en plenitud. Finalmente, es la edad de las posibilidades, ya que aquí pueden tomar distintos caminos, distintos futuros, es una edad para transformarse en lo que deseen ser (Arnett, 2008). Es necesario mencionar que este fenómeno reciente no se encuentra presente en todas las culturas, sólo aparece en dónde se requiere mayor educación y por lo tanto existen posibilidades de ingresar a estudiar una profesión a nivel superior (Facio, Resett & Micocci, 2015) al igual que en donde es posible aplazar el matrimonio y la paternidad, es decir los roles que caracterizan el ser adultos (Arnett, 2000) de manera que los principales países en donde podemos observar más este fenómeno es en los países con mayor industrialización como, Estados 32 Unidos, Canadá, casi toda Europa, Australia, Nueva Zelanda y Japón (Arnett 2000; Bynner, 2005 en Arnett, 2008, Chisholm & Hurrelmann, 1995 en Arnett, 2008). 1.3.1.1 Principales cambios en la adultez emergente en comparación con la adolescencia Como bien hemos visto la adultez emergente ocurre inmediatamente después de que termina la adolescencia tardía, sin embargo en la adolescencia aún no se terminan de desarrollar por completo en el ámbito físico, cognitivo y psicológico, por ello existen algunas variaciones a comparación de la etapa anterior, las cuales están enfocadas en continuar con el desarrollo que comenzó años atrás y las cuales podemos observar a continuación: Tabla 3 Principales cambios en la adultez emergente Área Principales cambios Física  El funcionamiento físico alcanza su nivel más alto.  Se alcanza la estatura máxima  Aumenta la densidad de los huesos  Alcanzan su nivel más alto de resistencia física la cuál es conocida como máxima obtención de oxígeno  A los 25 años la potencia cardiaca alcanza su máximo nivel.  Menor susceptibilidad a las enfermedades aunque se descuide un poco su salud ya que no asisten a los hospitales, tienen mala nutrición, falta de sueño o mayor tensión  El sistema inmunológico es más eficiente  Los accidentes automovilísticos suelen ser la principal causa de muerte seguida del homicidio.  Aumentan las tasas de contagio de enfermedades de transmisión sexual 33 Cognitiva  Capacidad de pensamiento abstracto por completo  Aumenta el pragmatismo  Se adquiere la capacidad de tener un juicio reflexivo  Mayor reconocimiento e incorporación de limitaciones prácticas al pensamiento lógico  Pensamiento dialectico, es decir incluir una consciencia creciente de que los problemas y las soluciones.  Pensamiento múltiple más que dualista  Capacidad de comprometerse Psicológica  Aumenta la autonomía  Disminución de la religiosidad  Fe de individuación-reflexiva  Aumenta el autoestima  Aumenta el autoconocimiento  Menos susceptibles a las criticas  Mejora la relación con los padres  Desarrollo de la identidad más evidente  Desarrollo de un sistema de valores Nota: Elaboración propia basada en Arnett, 2008. Podemos concluir que en cada uno de los tres ámbitos se presentan modificaciones, y aunque muchas de estas son el continuo de los cambios iniciados en la pubertad y continuados en la adolescencia, podemos encontrar que alcanzan su nivel máximo. Cabe mencionar que las conductas de riesgo son algo que continua presente en esta etapa, de manera que las tasas de suicidio que han incrementado en los últimos años también incluyen a este tipo de población, que si bien ha adquirido nuevas habilidades en cuanto a pensamiento, continua atravesando una etapa caracterizada de grandes cambios que suelen ser percibidos como estresantes (Arnett, 2008). 34 1.4 Conductas de riesgo, mortalidad y suicidio en los adolescentes y adultos emergentes. Si consideramos que la adolescencia es una etapa caracterizada por cambios a nivel biológico, físico y psicológico, en donde el cerebro continúa su desarrollo, con el objetivo de proporcionar herramientas necesarias para hacer frente a la vida adulta, observaremos que la nueva experiencia que enfrentan los puede llevar a vivir situaciones que son consideras o percibidas como estresantes (Arenas, 2013 en Mendoza, 2016). Estas situaciones forman parte de su entorno social el cual puede ser inmediato o se puede encontrar un poco más alejado del adolescente pero que de igual forma emerge y causa alguna influencia en el mismo. De manera que el entorno social no sólo abarca a un número limitado de personas, sino que está constituido por diferentes áreas en su vida, en donde se mantiene en contacto ya sea directo o indirecto con sistemas que se correlacionan entre sí; Bronfenbrenner (1979, citado en Shaffer 2000) concibe al individuo como una parte inseparable de su ambiente; proponiendo un modelo para explicar los procesos del desarrollo, en donde plantea un modelo que tiene como principal objetivo integrar los diferentes niveles de interacción biopsicosocial, explicando la ecología del desarrollo humano, es decir, de qué forma los procesos mediante los que una persona y las propiedades psicológicas cambiantes de su entorno inmediato influyen mutuamente, ya que la interacción entre el entorno y el adolescente es bidireccional, recíproca. Cada una de las cinco etapas planteadas dentro de esta teoría (microsistema, mesosistema, exosistema, macrosistema y cronosistema) tienen una influencia dentro de la vida del adolescente aunque ésta varíe dependiendo de cada persona. Teniendo en cuenta las características de esta etapa, como la sensación de invulnerabilidad, percibir a la muerte como algo impropio, necesidad de experimentar cosas nuevas, susceptibilidad a la influencia social, necesidad de transgresión a las normas en busca de una identidad y autonomía y la dificultad para planificar (Coleman & Hendry, 1999), podemos hablar del impacto que tiene en el ambiente en la conducta adolescente, lo cual puede estar relacionado con el 35 incremento o la aparición de conductas que traen consigo consecuencias nocivas (Fonseca, 2010), es decir conductas de riesgo. Las cuales suelen ser características de esta época, por lo cual existen estudios que se han encargado de estudiar las mismas. En España, un estudio realizado en Murcia en el 2010 encontró que el 25% de los adolescentes que estudian, realizan acciones con riesgo social y para su salud, encontrándose entre las principales: Consumo de drogas, conducir bajo el efecto del alcohol, fracaso escolar y acoso escolar (Cerezo & Méndez, 2012). Otros estudios demuestran lo mismo; en el Youth Risk Behavior Suveilance (YRBS) de los Estados Unidos, Kann et al. (2013), en una población de estudiantes norteamericanos hallaron que el 64.7% mientras conducían enviaban mensajes de texto, el 34.9% había bebido alcohol y el 23.4% consumido alguna sustancia psicoactiva y el 8% había intentado suicidarse (Mendoza, 2016). Sin embargo estas conductas de riesgo no pueden ser atribuidas únicamente a características de la edad, ya que existen elementos que incrementa la vulnerabilidad a llevar a cabo este tipo de comportamientos, estos son conocidos como factores de riesgo. Los factores de riesgo pueden ser definidos como elementos que tienen alta probabilidad de causar un daño o resultado no deseado en los adolescentes abarcando distintas áreas en su vida como pueden ser factores familiares, sociales o individuales (Hernández, 1996). Algunos ejemplos de este tipo de riesgos a los que se enfrenta o podría enfrentarse un adolescente se muestran a continuación: 36 Tabla 4. Ejemplo de factores de riesgo Área Individual (Psicológicos, biológicos) Familiar Económica, ambiental y social Factores de riesgo  Características de la personalidad  Inseguridad  Baja autoestima  Ansiedad  Depresión  Dependencia  Evitación  Manifestaciones de rebeldía  Trastornos psicológicos.  Consumo de sustancias toxicas  Enfermedades de transmisión sexual asociado a prácticas de riesgo  Embarazo  Estrés  Dinámica familiar: estructura disfuncional, conflictos)  Influencia familiar negativa  Incomprensión o desconfianza  Falta de comunicación  Estilo de crianza  Violencia  Desventajas económicas  Condiciones marginales de la comunidad  Falta de oportunidades  Criminalidad  Tráfico ilegal de drogas  Deserción escolar  Acoso escolar Nota. Elaboración propia basada en (Pineda & Aliño, 1999) El ser humano es biopsicosocial por lo tanto estos factores de riesgo mantienen una estrecha relación, entre cada una de las áreas que pudieran estar presente en 37 su vida, sin embargo es necesario remarcar la importancia que tiene la conducta, es fundamental a la hora de conservar la integridad y con ello la salud de todos los adolescentes, ya que existen algunas conductas que los colocan en situaciones de riego donde son vulnerables llevándolos a adquirir una enfermedad o incapacidad e incluso la muerte. Lo cual es preocupante, debido a que estas suelen aparecer en conjunto. Es decir, están caracterizadas porque no se presentan de manera aislada sino que mantienen un estrecha relación con alguna otra conducta de riesgo, aunque en frecuencia e intensidad pueden variar ambas están interrelacionadas (Cruz, Bandera & Gutiérrez, 1999). Más allá de analizar la forma en que estás interactúan o la correlación que exista entre ellas, debemos enfocarnos en las características individuales así como las retribuciones obtenidas, que llevan a un adolescente a toma la decisión de involucrarse en conductas de riesgo, ya que existen estudios que plantean que depende del balance de consecuencias negativas o positivas que perciban (Gullone & Moore, 2000) así como la retribución que obtengan, es decir los beneficios que puedan conseguir de dichas conductas (Goldeberg, Halpen-Felsher & Millstein, 2002 en Mendoza). Para ello es necesario retroceder al inicio del tema, en donde se hablaba de la importancia del ambiente en la adolescencia, debido a que los factores de riesgo del corte psicosocial, se encuentran altamente relacionados con este tipo de conductas, tal como iniciar un consumo de drogas temprano, colocarse en actos que pongan en peligro su seguridad y el uso de la violencia en las relaciones interpersonales por ejemplo (Farrington, 2005 en Cerezo & Méndez, 2012). Además en las sociedades occidentales, un porcentaje significativo de adolescentes muestra conductas sociales que se manifiesta de distintas maneras (Farrington, 2005 en Cerezo & Méndez, 2012) presentando comportamientos delictivos como agresión, destrucción de la propiedad, fraudulencia, robo y transgresión de normas. Definitivamente una de las conductas que más suele estar presente es la agresividad entre iguales, siendo esta detectada en todos los centros escolares sin importar el grado o el lugar (Cerezo & Ato, 2005). Siendo un 38 acontecimiento que no sólo involucra a la persona que lo ejerce y a la víctima, sino a toda la comunidad educativa (Salmivalli, 2010). En México, en el 2012 los datos recabados por la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) encontraron que el 3.9% de los adolescentes reportaron que durante el último año habían sufrido algún tipo de violencia o agresión de los cuales el 29.30% había ocurrido en la escuela y en el hogar. De igual modo otro hallazgo fundamental respecto a dicha encuesta se observó un incremento en el intento de suicidio pasando de un 1.1% en el 2006 a 2.7% en el 2012, por lo tanto las prevalencias en hombres subieron de 0.6% a 0.9% y en mujeres de 1.7% a 4.6%. Por consiguiente se especula que el 3.5% de los adolescentes han intentado suicidarse. Un dato importante al respecto a esto, es que en el año 2008 la tasa de suicidio en adolescentes se disparó un 8%, alcanzando su nivel más alto en 15 años. (Papalia, 2012) sin embargo como se mencionaba las conductas de riesgo suelen estar interrelacionadas. En el caso del suicidio se ha observado que los jóvenes que tienen antecedentes de enfermedades emocionales, que ejercen o son víctimas de la violencia, con problemas académicos o conductuales en la escuela, con antecedentes de maltrato infantil, han sido factores que se relacionan con mayor probabilidad de cometer un suicidio o una conducta de éste tipo (Borowsky et al., 2001). En conclusión, los suicidios y los intentos de suicidio son acontecimientos que se encuentran inmersos en los marcos sociales que los acontecen, siendo estos elementos que pueden influir de manera significativa en los comportamientos suicidas (Rojas, 1978). 39 CAPITULO II. CONDUCTA SUICIDA. 2.1 Definición de suicidio La etimología de la palabra suicidio está compuesta por dos términos, los cuales provienen del latín: Sui, el cual significa de sí mismo y caedere, que significa matar; de manera que al conjuntarlas significa: matarse a sí mismo. El concepto y significado de suicidio ha estado en constante cambio, ya que a lo largo de los años se ha dejado de observar como un delito para pasar a concebirse como una enfermedad, sin embargo ante la sociedad es un tema que causa particular interés por el deseo de preservar la vida ante cualquier situación (Papalia & Duskin, 2012). Siendo así se amplía el panorama de investigación respecto al suicidio, ya que al dejar de ser observado solo como delito pasa a formar parte del área de la salud, siendo así la Organización Mundial de la Salud (1969) considera al suicidio como “cualquier acto por el que un individuo se causa a sí mismo una lesión o un daño, con un grado variable de la intención de morir, sin importar el grado de intención letal o de conocimiento del móvil”. Mientras que para Mansilla (2010) el suicido es la acción de quitarse la vida de forma voluntaria y premeditada; sin embargo este acontecimiento de forma completa, no sólo abarca al suicidio, sino también al intento de suicidio, ideación suicida, amenazas, gestos, tentativas y el hecho consumado. Ya que podría ser que estas conductas estén motivadas por un deseo de expresar emociones o sentimientos como la desesperación, el desamparo, la frustración y la ira (Buendía, Riquelme & Ruiz, 2004) más que por un deseo de morir, por la carencia de recursos para comunicar dichos sentimientos. Por lo tanto la investigación acerca de este fenómeno, debe abordarse desde distintas perspectivas considerando cada uno de los elementos que lo componen entre los cuales encontramos componentes de tipo: biológico, psicológico, sociológico, cultural y filosófico (Leenars, 1991en Mendoza 2016). Una corriente que nos permite abordar los compuestos anteriores, considerando el trabajo 40 interdisciplinario que demanda el suicidio es: la suicidología, que tiene como principal objetivo implementar las condiciones que favorecen la vida de las personas (Martínez, 2007). Shneidman (2004) fue quien dio lugar a esta perspectiva, planteado que las personas que cometen este acto presentan dolor psíquico, desesperanza, enojo y desesperación ante la falta de recursos que permitan encontrar una solución adecuada a los problemas que lo quejan encontrando como única alternativa el suicidio. Apoyando a este planteamiento encontramos que Chávez y Leenars (2010) proponen que las personas que se suicidan se encuentran experimentando un dolor psicológico que conciben como insoportable, ocasionando una incapacidad para satisfacer sus necesidades. Mientras tanto si observamos la epidemiologia del suicido encontramos que, en el 2012 a nivel mundial se registraron 804 000 muertes por suicidio, en algunos países las tasas de suicidio son más elevadas en los jóvenes, y a nivel mundial el suicidio es la segunda causa principal de muerte entre los 15 y 29 años, los medios más comunes para llevarlo a cabo son la ingestión de plaguicidas, el ahorcamiento y el uso de armas de fuego. Siendo que el 75% de los suicidios se producen en países de ingresos bajos y medianos, de manera que se puede decir que cada 40 segundos ocurre una muerte por suicidio (OMS, 2013). 2.2 Tipos de conductas suicidas De manera que el suicidio es un fenómeno de amplio panorama que implica una serie de conductas o de actos suicidas que suelen presentarse de forma evolutiva y que dan pauta para detectar el riesgo suicida en un adolescente, de manera puntual el riesgo suicida es la probabilidad que tiene una persona de acabar con su vida (Martínez, 2007). Ahora bien la Organización Mundial de la Salud (1969) define como acto suicida todo hecho por el cual una persona se causa a sí misma una lesión, independientemente de su intención y del conocimiento de sus motivos. De manera que estas conductas se clasifican en cuatro principales manifestaciones: 41 2.2.1 Suicidio consumado Se define como cualquier muerte que sea resultado, de un acto positivo o negativo realizado por la victima ya sea directa o indirectamente, con la característica de que la víctima conocía el resultado (Durkheim, 1992). Sin embargo la parte de la intencionalidad es un elemento que ha tenido variaciones al momento de incluirlo en la definición del suicidio consumado, ya que para otros autores no es un elemento característico. Siendo así la Organización Mundial de la Salud (1969) define al suicidio consumado como todo acto suicida que tiene como resultado la muerte de la persona. Sin embargo este puede realizarse también de forma pasiva o indirecta; siendo este considerado como la muerte originada por una actitud indiferente e inmóvil ante toda la vida (Rojas, 1984 en Buendía, Riquelme & Ruiz, 2004) cabe mencionar que el suicidio pasivo es observado primordialmente durante la pubertad o la adolescencia. 2.2.2 Ideación suicida Una vez que hemos definido el suicidio es necesario que hablemos del primer eslabón de este, la ideación suicida, pues en los últimos años ha adquirido mayor relevancia en el campo de la investigación. En México, la Dirección de Investigación Epidemiológica y Psicosocial del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente entre 1882 y 2003 publicó 56 investigaciones sobre el suicidio de las cuales 30% se enfocaba en la ideación suicida (Jiménez & González- Forteza 2003 en Sánchez-Sosa, Villareal & Misuti, 2013) mientras que del 2003 al 2012 se han realizado investigaciones sobre epidemiología psiquiátrica, las cuales forman parte de una iniciativa internacional coordinada por la Organización Mundial de la Salud, con el objetivo de conocer y evaluar los trastornos psiquiátricos, en donde se encontró que el 17% de las investigaciones estaban enfocada en el suicidio (INPRF, 2011). Por tal motivo debemos considerar a las conductas suicidas como un factor de riesgo y un precursor para el suicidio consumado; sin embargo, a la hora de definirlo han existido diversas controversias. En 1989 Goldney et al. Lo definen 42 como una serie de cogniciones que cuyo contenido suele variar pero que está enfocado a pensamientos sobre el suicidio como una solución real a los problemas por los que atraviesa el adolescente, caracterizado por creencias de que la vida no vale la pena vivirse, que pueden ir desde preocupaciones graves con fantasías autodestructivas hasta planes explícitos sobre como matarse. Años más tarde Eguiluz en 1995 recalca la importancia que tiene la ideación suicida, ya que plantea que es un factor predictor para el suicidio consumado, de manera que la define como pensamientos intrusivos y repetitivos sobre la muerte auto infringido, llevando a considerar la manera, las circunstancias y las condiciones en que esto puede ocurrir. Complementando la idea anterior se puede decir que el suicidio es un proceso que inicia con la idea de quitarse la vida, pasando por una serie de intentos hasta conseguir el objetivo y suicidarse (González-Forteza, 2003). Cabe mencionar que la ideación suicida suele venir acompañada de una ideación mórbida, la cual puede definirse como pensamientos reiterativos en torno a la muerte, al igual que abarca un panorama muy amplio en donde podemos encontrar pensamientos de tipo inespecífico como considerar que no vale la pena vivir hasta planes en concreto para llevar a cabo el suicidio en donde incluso pueden venir amenazas (Mardomingo, 1994). Según Pérez (s.f) la ideación suicida puede manifestarse de las siguientes maneras:  Ideación suicida sin plan de acción: Es aquella idea en la cual el adolescente tiene y expresa deseos de morir pero no sabe de qué forma acabaría con su vida.  Ideación suicida con un método inespecífico: De igual forma la persona tiene y expresa deseos de morir, sin embargo ha pensado en varias maneras de conseguir su muerte, es decir cuenta con métodos variados sin decidir alguno es específico.  Ideación suicida con un método especifico pero carente de planificación: El individuo desea morir, eligió un método especifico, pero aún no ha realizado un plan en donde resuelva cuando hacerlo, el lugar y las consideraciones necesarias para lograr el suicidio 43  Plan suicida; En ocasiones es considera como la última fase de la ideación suicida, ya que además de expresar los deseos de acabar con su vida, la persona cuenta con un método especifico, es decir ha realizado un plan acerca del lugar y la manera en que realizará dicho acto así como pensar las consideraciones que requiere para poder cumplir el objetivo de suicidarse. Es necesario mencionar que para consumar un suicidio no necesariamente se requiere de un plan ya que hay algunas personas que intentan suicidarse guiándose por la impulsividad sin la necesidad de tener un plan establecido, sin embargo la ideación y la intención de querer lograrlo son dos elementos que se mantienen presentes pese a la influencia de la impulsividad (Kessler, Borges & Walters, 1999 en Silverman, et al., 2007). Finalmente es necesario hacer una diferencia entre únicamente el deseo de morir y la idea de terminar con la vida, ya que es en este punto se han tenido diversas controversias al momento de definir la ideación suicida como tal, puesto que algunos autores mencionan que la idea de terminar con la vida es la que la caracteriza y la diferencia de cualquier otro pensamiento, de modo que debemos considerar el tipo de pensamientos que surgen para poder identificar en qué etapa se encuentra, ya que esta puede llegar a evolucionar hasta un plan suicida como se mostró anteriormente. Por lo cual es un indicador de riesgo suicida, debido a que la mayoría de las personas que intentan suicidarse o logran consumar dicho acto, dan un aviso antes de hacerlo. 2.2.3 Plan suicida El plan suicida, es un término difícil de describir, ya que existe controversia y diversas consideraciones entre autores, de manera que se puede decir que en ocasiones es una acción que ya no sólo engloba a la persona que desea quitarse la vida, sino a otra persona, pues es un acto interpersonal en el que se transmiten los pensamientos incluyendo deseos o intencionalidades sobre terminar con su vida, sin embargo es fundamental mencionar que esto no es una característica determinante del plan suicida, puesto que sólo se presenta en algunos casos. Esta es localizada en un punto medio entre la elaboración de cogniciones acerca de 44 morir, es decir de la ideación suicida y posteriormente la tentativa. Dentro de la categoría de comunicación suicida, se pueden incluir comunicaciones de forma verbal y no verbal, las cuales pueden tener una intención pero no ocasionar ningún tipo de lesión aún. Dentro de estos tipos de comunicación encontramos la amenaza suicida en la cual la persona da indicios sean claros o no, de que va a suicidarse, con la intención de expresar su sufrimiento o lo que está por ocurrir. Y el plan suicida el cuál es la propuesta sobre la elección de un método que le permita llevar a cabo su fallecimiento, en está pueden no sólo encontrarse pensamientos sino también actos que ha llevado a cabo para encontrar el método adecuado (Álvarez, et al. 2011). El plan suicida es uno de los términos poco definidos dentro del suicidio, ya que presentan muchas contradicciones debido a que, algunos autores lo engloban dentro de la ideación suicida pues plantean que no se puede hacer un plan de manera consciente sin antes haber tenido el pensamiento de morir y la intención de llevarlo a cabo (Silverman, et. al, 2007), motivo por el cual se menciona el plan suicida como el nivel más alto de la ideación suicida, actualmente surgió la categoría de comunicación verbal, en la cual encontramos varios niveles como se muestra a continuación: Tabla 5 Clasificación de las conductas en el plan suicida. Plan suicida Propuesta de un método con el que llevar a cabo una autolesión que puede derivar en la muerte, pero sin una intención fija de llevarlo a cabo. Propuesta de un método con el que llevar a cabo una autolesión que lleva a la muerte, con un grado indeterminado de intencionalidad. Propuesta de un método con el que llevar a cabo una autolesión que conlleve al suicidio, con una intención definida de hacerlo. TIPO I TIPO II TIPO III 45 Nota: Adaptación basada en la Revisión de la nomenclatura de O´Carroll et al., propuesta por Silverman et al., 2007 en Álvarez, 2011. Para concluir independientemente de la perspectiva con la que se quiera definir al plan suicida podemos decir que este es la organización tanto de la ideación suicida y la intencionalidad, seleccionando un método que le permita llevarlo a cabo, así como tomar la decisión acerca del momento y del lugar que le permitan ejecutar dicho plan. Es necesario reiterar la importancia de lo que se acaba de exponer, ya que al igual que la ideación, forman parte de un peldaño dentro del suicidio para que este pueda ser consumado. 2.2.4 Tentativa de suicidio Es toda conducta que busca la muerte de uno mismo pero que en el transcurso de ser consumada es detenida, ya sea porque los medios no fueron los adecuados o existió un factor ambiental que interrumpió dicho proceso para culminar con la vida. En resumen se puede decir que en la tentativa de suicidio existe el propósito de morir sin embargo el criterio que se utiliza para lograrlo, no es el apropiado (Echavarría, 2010). Este acto ha sido nombrado de maneras diferentes ya sea intento de suicidio, tentativa de suicidio, o parasuicidio; aunque es importante mencionar que a pesar de la gran diversidad teórica a la hora de definir este fenómeno, pueden existir diferencias con el termino parasuicidio, ya que para algunos autores este es considerado como un “gesto suicida” siendo esto una seria de conductas voluntarias e intencionales que se auto inflige una persona con el objetivo de ocasionarse algún daño físico, pero que no tiene la intencionalidad de quitarse la vida, de manera que el objetivo es obtener algún beneficio para sí mismo, solucionar alguna necesidad, la cual no puede satisfacer de otra manera debido a la carencia de recursos personales (Echavarría, 2010) que permitan regular sus propias emociones. Dentro de las principales intencionalidades de estos actos suicidadas, que buscan obtener algo distinto a la muerte encontramos: 46  Chantaje  Demanda de atención  Agresión psicológica a otros con el objetivo de responsabilizarlos por la muerte del adolescente  Crisis interpersonal Estos suelen ser manifestados por medio de actos instrumentales relacionados con el suicidio, es decir con conductas que son altamente autolesivas pero en las que hay evidencia de que no tenían el objetivo de acabar con la vida sino de utilizar la apariencia con el objetivo de conseguir algo (Carroll et. al, 1996). Siendo así la motivación o intencionalidad de los actos suicidas es lo que determina en cierto punto si se trata de un intento de suicidio o tentativa o de un parasuicidio. 2.3 Génesis y progresión de la conducta suicida Con base en lo mencionado anteriormente podemos decir que el suicidio es considerado un proceso, ya que este implica un conjunto de acciones que se encuentran en constante relación y evolución para que la persona pueda consumar el suicidio. De ahí que algunos autores planteen ciertas etapas para conseguirlo, Poldinger en 1969 propuso tres fases principales: Fase 1. Consideración: La persona comienza a considerar quitarse la vida como una posible solución a determinados problemas ya sean reales o aparentes pero que son percibidos por el individuo como carentes de otra solución. Fase 2. Ambivalencia: En esta fase comienzan los pensamientos contradictorios, ya que la persona se plantea las consecuencias que conllevara su suicidio en todos los ámbitos de su vida lo que lo lleva a tener ideas con tendencias destructivas que por un lado acepta la idea del suicidio como una solución pero al mismo tiempo pone en duda los beneficios del mismo. La duración de esta etapa suele variar dependiendo la 47 personalidad del individuo, ya que incluso en personas muy impulsivas puede no existir o tener una duración breve. Fase 3. Decisión: La persona ha elegido terminar con vida, ya estableció un plan de suicidio para llevarlo a cabo, mostrando un cambio en el comportamiento, ya que ahora este suele estar caracterizado por una tranquilidad aparente pues la ambivalencia del punto anterior ha desaparecido, por lo tanto su conducta ahora está enfocada en solucionar los pendientes que aún tiene en vida con el objetivo de preparar todo para su muerte. Es necesario considerar que estas fases pueden ser interrumpidas, entre la primera y segunda debido a interrupciones que pueden deberse a convicciones morales, encontrar alternativas para solucionar problemas o carencia de un método efectivo o letal. Entre el segundo y tercer paso los motivos de interrupción pueden ser un mecanismo de suicidio fallido o factores ambientales como el hecho de ser rescatado por una tercera persona. Si bien, en el 2009 Miranda, et al. plantearon que existen cinco etapas que pueden presentar variaciones en la secuencia, las cuales son, ideación suicida pasiva, contemplación activa del propio suicidio, planeación y preparación, ejecución del intento suicida y finalmente el suicidio consumado. Por su parte Robles, Ancinas y Pérez en 2013 propusieron un proceso suicida similar al de Poldinger, planteando como tres principales fases: Planteamiento o ideación suicida pura, Ideación suicida ambivalente y decisión firme de suicidarse. Para comprender mejor la relación que surge entre estas conductas suicidas y como es la evolución entre las mismas se muestra el siguiente esquema: 48 Ideación suicida Tentativa suicida No efectiva Suicidio frustrado Efectiva Suicidio consumado Muerte Nuevo intento de suicidio Fin de intentos de suicidio Surge el deseo de morir Amenaza suicida Plan suicida El nuevo intento de suicidio en ocasiones requiere volver atrás para elaborar un nuevo plan. Lo cual podría dar como resultado alguna de esta tres alternativas.. Figura 1. Evolución de la conducta Nota: Elaboración propia basada en Ancinas y Muñoz, 2008 en Robles, J., Ancinas, M. & Pérez-Inigo, J. (2013). 2.4 Factores de riesgo El medio social influye de manera directa en el desarrollo emocional y psicológico de una persona, proporciona aspectos y situaciones que es necesario tener delimitadas para poder identificar los factores que pueden determinar mayor vulnerabilidad para el desarrollo de conductas suicidas (Buendía, Riquelme & 49 Ruiz, 2004).Situaciones tales como la presencia de un duelo, abuso sexual, violencia familiar, trastornos del estado de ánimo, problemas académicos, enfermedades físicas, efectos genéticos y familiares, así como factores psicosociales como carencia o dificultad para establecer relaciones interpersonales, son algunas de las variables que incrementan la posibilidad de presentar conductas suicidas. Estas situaciones pueden incluir factores proximales, distales y precipitantes, entre los de mayor relevancia destacan el abuso en consumo de sustancias, la historia familiar de suicidio o haber vivido un evento traumático (Robles, Acinas y Pérez, 2013, Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco, Molnar & Nock, 2008). Lo dicho hasta aquí evidencia que los eventos traumáticos se asocian con el suicidio o la presencia de conductas suicidas. Estudios demuestran que el 97 % de los adolescentes que han consumado el suicidio presentaron un estresor importante previamente (Rich et. al, 1991), sin embargo no sólo en el suicidio consumado hay cifras alarmantes, se encontró que los adolescentes que reportaron tentativa de suicidio, a comparación del resto de la población, habían padecido cuatro veces más eventos vitales estresantes 6 meses antes de intentar suicidarse. Es necesario mencionar que se ha encontrado que los adolescentes universitarios que han vivido algún evento traumático a lo largo de su vida presentan mayor ideación, plan e intentos suicidas (Buendía, Riquelme & Ruiz, 2004). Específicamente en México se reportó que cualquier evento traumático está asociado al incremento de 3.2 veces de las probabilidades de la aparición de ideación suicida, 5.1 veces las probabilidades de un plan suicida y 6.6 veces las probabilidades de un intento suicida, al igual que el número de eventos también se asoció con el suicidio, de manera que entre más eventos ocurrieran en su vida existía mayor probabilidad de presentar un intento de suicidio (Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco, Molnar & Nock, 2008). Como observamos las situaciones estresantes representan un factor detonante al que debemos tomar en cuenta cuando hablamos de suicidio, como ya se mencionó la adolescencia es una etapa de vulnerabilidad ante el riesgo suicida y 50 los estresores más comunes a esta edad suelen ser los relacionados con conflictos interpersonales, separaciones o situaciones de rechazo. Sin embargo el estado emocional que se experimentan durante estos eventos está caracterizado por rasgos de ambivalencia ya que tienen tanto el deseo de morir y de vivir, impulsividad debido a que el suicidio es algo transitorio que requiere un acto impulsivo para ser consumado y rigidez debido a que la persona que desea acabar con su vida mantiene un pensamiento drástico y firme acerca de percibir al suicidio como la única alternativa de solución (Echavarría, 2010). Cabe mencionar que aunque estos factores psicosociales, que son considerados como estresantes, afectan a todos los miembros del sistema social, por la etapa del ciclo vital donde se encuentran las personas, la infancia, la adolescencia y la tercera edad son los grupos considerados con más vulnerabilidad (Gómez, 2010). En otras palabras la adolescencia es una etapa de la vida caracterizada por diversos cambios físicos y psicológicos, que suele ser percibida abrumadora para la mayoría de los adolescentes ya que se vive un descontrol ante el proceso por el cual se está atravesando generando una mayor impulsividad que podría llevarlos a focalizar sus tendencias agresivas y destructivas hacia ellos mismos, de manera que en ocasiones esto puede facilitar la conducta suicida. Según la Organización Mundial de la salud (2006) los comportamientos suicidas en adolescentes tienden a involucrar motivaciones complejas tales como depresión, abuso de sustancias, problemas emocionales, conductuales y sociales, pérdida de relaciones románticas, incapacidad para enfrentar tensiones de la vida, baja autoestima, conflictos de identidad y bullying. Siendo así, el acoso escolar es uno de los factores de riesgo, ya que investigaciones señalan que las malas relaciones entre pares, victimización, agresión y crueldad que surgen en este fenómeno pueden incrementar la aparición y el desarrollo de comportamientos suicidas (Ortega –Ruiz & Nuñez, 2012) como ya se mencionó anteriormente. Por su parte Hinduja y Patchin (2010) entre sus principales hallazgos encontraron que adolescentes víctimas de acoso escolar por medio de las fuentes electrónicas, incrementa el riesgo de la aparición 51 de ideas suicidas. Para concluir muchos autores (Rivers & Noret, 2012, Klomek et al, 2009, Kaminski & Fang, 2009, Lucio & Arenas, 2013) han encontrado que al pasar por la etapa de la adolescencia surgen situaciones estresantes, que pueden generar estados emocionales que evoquen sentimientos de desesperanza, desesperación, tristeza e ira lo cual es un factor que se relaciona de manera directa con la aparición de conductas suicidas. 2.5 Factores de Protección. Los factores protectores son definidos como recursos ya sean personales, sociales o institucionales que suscitan el desarrollo óptimo del adolescente, son condiciones capaces de reducir los efectos de circunstancias desfavorables (Cardozo & Dubini, 2005, Jessor, 199). Estos factores influyen en la aparición y el mantenimiento de las conductas suicidas, reduciendo la probabilidad de un riesgo en el adolescente. Estos pueden variar y ser internos o externos, entre los cuales encontramos elementos como: Tabla 6. Ejemplos de factores protectores Factores de protección Internos Externos  Autoestima alta  Confianza en sí mismo  Asertividad  Empatía  Resiliencia  Autoeficacia  Habilidades sociales  Habilidades de resolución de problemas  Integración social, escolar y laboral  Relaciones interpersonales funcionales  Apoyo social (Red de apoyo)  Relación estable con un adulto  Modelos sociales  Clima educativo abierto y orientador  Competencias cognitivas 52 Nota: Elaboración propia basada en Es necesario hacer hincapié en que dentro de estos factores de protección uno de los más utilizados para las situaciones de estrés, es el apoyo social ya que ha observado que reduce los efectos negativos como el deterioro psicológico, (Buendía, Riquelme & Ruiz, 2004), de ahí que se ha encontrado que el aislamiento social está presente en adolescentes que han reportado conductas suicidas. Es necesario lograr una identificación de los factores de protección con los que cuenta el adolescente ya que es primordial para la intervención, pues esto permite realizar un plan de tratamiento basado en los recursos personales y sociales para así obtener resultados favorables evitando el desarrollo de las conductas suicidas. 2.6 El suicidio en México El suicidio a pesar de ser un tema que ha causado bastante impacto en las últimas décadas a nivel mundial, en México se han encontrado algunas restricciones en la investigación ya que en su mayoría estas son limitadas y se enfocan a muestras particulares de adolescentes o con un número limitado de conductas suicidas y factores de riesgo. Sin embargo entre varios países estudiados por la Organización Mundial de la salud, entre 1981-1983 y entre 1993-1995 se encontró en México la mayor tasa en el aumento de suicidios (61.9%) este incremento ha continuado a lo largo de los años ya que entre 1990 y 2000 se tuvo un incremento del 150% en el suicido entre niños y adolescentes entre los 5 y los 14 años de edad, y de 74% para los adolescentes de 15 a 24 años. Para ser más específicos en 1970 en México se registraron 554 muertes por suicidio, posteriormente en 1994 fueron 2603, observándose un aumento del 156% (Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz en Borges, Orozco, Benjet, & Medina-Mora, 2010), once años después en el 2007 se reconocieron 4,388 fallecimientos a causa del suicidio, siendo así que de 1970 al 2007 hubo un incremento en la tasa de suicidio del 275%, es necesario mencionar que este incremento incluye mayoritariamente a la población joven (Borges, Orozco, Benjet, & Medina-Mora, 2010). En la Encuesta Nacional de las Adicciones 53 2008 (en Borges, Medina-Mora, Quéda & Fleiz, 2009) se encontró que 2 601 210 mexicanos reportaron ideación suicida, 918 363 planearon su suicidio, 593 600 intentaron suicidarse y 99 731 utilizaron servicios médicos por algún intento, especificando que estas conductas son más frecuentes durante la adolescencia, y van disminuyendo al paso de los años, a excepción de la ideación que se mantiene (Borges et. al. 2007). Simultáneamente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (2014) reportó que del año 2000 al 2014 la tasa de suicidios incremento de 3.5 a 5.2 por cada 100 mil habitantes, de estos suicidios se encontró que 2 493 (40.2%) eran jóvenes de 15 a 29 años, de forma que en este grupo de edad la tasa de suicidios alcanza 7.9 por cada 100 mil jóvenes. Dicho de otra manera cuatro de cada diez suicidios registrados en México son personas pertenecientes a la etapa de la adolescencia/ adultez temprana, ya que sus edades oscilan entre los 15 y 29 años de edad, de los cuales, 80.2% fueron hombres y 19.8% mujeres, lo cual indica que por cada mujer cuatro hombres consuman su suicidio. Por otra parte los métodos utilizados para llevar a cabo el hecho, en el 2014 (INEGI) fueron, el ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación como principal método para ambos sexos (78.9%), seguido del disparo con armas para los hombres (9.7%) mientras que para las mujeres es el envenenamiento (20.6%), en tercer lugar se haya para hombre el envenenamiento (6.2%) y para mujeres el disparo con armas (2.9%) y en último lugar para ambos sexos se encuentra la lesión con objetos afilados. Por lo que se refiere a un intento de suicidio, se encontraron 2292 casos registrados, cabe mencionar que estos datos están basado en los egresos hospitalarios, lo cual indica que reportan a personas que se autoinlfigieron y acudieran a una institución de salud pública de las cuales el 53.4% eran menos de 25 años. Haciendo un contraste con los datos del suicidio consumado y los intentos de suicido, existe una diferencia entre hombres y mujeres ya que, para el suicidio consumado la mayoría son hombres mientras que para las lesiones autoinfligidas son mujeres (58.1%). Es primordial hacer investigación este tema, 54 es decir en conductas suicidas ya que son un antecede fundamental de un suicidio consumado posterior. Finalmente en México ha sobresalido de otros 17 países en cuanto a la prevalencia de conductas suicidas, específicamente en la Ciudad de México se tiene una prevalencia del 11.5.% de ideación suicida, 3.9% de plan suicida y 3.1% del intento de suicidio en adolescentes (Borges, Benjet, Medina-Mora, 2008); por lo cual durante los últimos años, la investigación ha estado enfocada en la creación de encuestas o medidas de detección para el riesgo suicida, hasta este momento se cuentan con tres grandes encuestas que permiten evaluar a toda la república en su totalidad (Borges, Orozco, Benjet & Medina-Mora, 2010). Sin embargo algunos estudios enfocados en el tema han encontrado que el estrés ocasionado por situaciones de la vida diaria, en donde se involucran conflictos en el área familiar y social, son factores que incrementan el suicidio en adolescentes mexicanos (González-Forteza, Ramos, Mariño & Pérez, 2002). Así como el ser víctima de abuso, acoso o violación, el aborto y la pérdida de personas significativas, forman parte de lo más importantes reportados por ellos mismos (Chávez, et. al, 2004). 55 CAPÍTULO III. ACOSO ESCOLAR. 3.1 Definición de acoso escolar El estudio del acoso escolar empezó en el año 1978 por Dan Olweus quién acuño el término “Bullying” que aunque es un anglicismo y en el español no tiene una traducción fiel puede ser definido como intimidar, maltratar o amedrentar, suele ser utilizado para hablar de la violencia entre pares. Olweus junto con Heinemann realizó estudios en Reino unido, España, Japón, Australia y Estados Unidos encontrado en sus principales hallazgos que el acoso escolar se produce cuando un estudiante está expuesto de forma repetida durante un tiempo, a acciones negativas perpetradas por otro alumno (Olweus & Heinemann 1993 en Ramírez, 2012). Estas acciones tiene la intencionalidad de causar un daño o incomodar a la persona que experimenta un rol de víctima. La forma en que se presentan dichas conductas puede presentarse de maneras muy diversas, de forma directa o indirecta. Sin embargo las características, definiciones y consideraciones han tenido variaciones a lo largo de los años, ya que hay autores que han agregado elementos a la definición del acoso escolar, tal es el caso de Torres (2000) y Harris Petrie (2003) quienes hacen mayor énfasis en que existe la intencionalidad de dañar a la víctima sin que esta haya provocado al agresor, mientras que Rigby (2008) diferencia entre el acoso maligno y el no maligno basándose en la intencionalidad de causar un daño, remarcando como principal elemento la motivación que tiene el agresor; de manera que cada una de las investigaciones se ha enfocado en algún elemento especifico o bien ha aportado algún componente a la definición del acoso escolar con el objetivo de identificarlo dentro del medio social. En la actualidad, el acoso escolar ha tenido una enorme difusión dentro de los medios de comunicación a tal grado que pareciera que el acoso escolar o el “Bullying” como es conocido popularmente y utilizado por algunos expertos, sea un 56 fenómeno que surgió en los últimos años o que bien ha tenido un incremento significativo. Pero no es así, ya que el acoso escolar es algo que ha estado presente desde el principio de los tiempos pero que no se le había brindado la suficiente atención a nivel cultural, debido a que en lugares como en México formaba parte de un comportamiento socialmente aceptable que se tomaba como conductas pasajeras o menores, restándole importancia, dejando a un lado los efectos que este pudiera ocasionar, pues muchas de las ocasiones se consideraba como una serie de actos que preparaban a los adolescentes para el mundo real, para poder enfrentar o defenderse de las experiencias (MacDonald, 1999). Por otra parte es importante señalar que el acoso escolar/bullying y la violencia escolar aunque son dos términos que están directamente relacionados y se complementan de cierto modo, son dos fenómenos distintos, ya que la violencia escolar abarca todas las acciones y conductas negativistas realizadas por cualquier persona en el entorno escolar y en sus alrededores (Santoyo & Frías, 2014) mientras que el acoso escolar se da exclusivamente entre pares. 3.2 Antecedentes del acoso escolar. El estudio del acoso escolar es relativamente reciente si lo comparamos con otros temas científicos, como ya se mencionó. Olweus fue el primero en acuñar el término de Bullying y es uno de los principales investigadores quienes han aportado a este tema. Sin embargo a finales de la década de los sesenta y a principios de setenta se coloca a Suecia como el punto donde inicia la investigación del acoso escolar; pues se comenzó el interés por investigar los problemas de agresores y víctimas, pronto dicho interés se extendió a otros países. En Noruega se vivió un acontecimiento lamentable que ocasionó el poner mayor énfasis en este campo, ya que en 1982 tres adolescente se suicidaron, colocando al acoso escolar como una de las posibles causas; esto dio lugar a una campaña nacional contra los problemas entre agresores y victimas en 1983. 57 A su vez Olweus realizaba investigaciones del fenómeno en los años 70’s, alcanzando en la década de los 80 y 90 gran auge en Japón, Gran Bretaña, Canadá, Estados Unidos y España quienes prestaban mayor atención al tema del maltrato escolar (Olweus,1998). Para que llegara a convertirse en una problemática de interés en Latinoamérica fue necesario que pasaran algunos años, en los años 90 en Brasil comenzó como una problemática del sector de salud pública. Una de las primeras investigaciones fue realizada en Barranquilla, Colombia en el 2005 por Hoyos, Aparicio y Córdoba, quienes trabajaron en una población entre los 12 y 16 años de edad. Sus principales hallazgos fueron sobre incidencia encontrando como principal al acoso verbal, seguido por el acoso físico indirecto y finalmente el acoso psicológico. También mencionó que las victimas usualmente reciben ayuda de sus amigos o compañeros de la escuela ya que es a ellos a quienes recurren para hablar de su problemática; otra investigación que se realizó en Colombia y que complementaria a lo anterior fue hecha en Cali, Colombia en el 2008 por Paredes, Álvarez y Cols, quienes agregan que el acoso suele darse en la presencia de otros compañeros e incluso delante de los profesores en el aula. Posteriormente en el 2009 se realizó una investigación por Cuevas, Hoyos y Ortiz obteniendo resultados alarmantes, ya que se manifestó una prevalencia significativa de la intimidación entre iguales, encontrando una prevalencia de 90.1% de intimidación verbal, intimidación social 86.2%, intimidación física 71.3% y coacción 29.6% en los estudiantes de primaria, secundaria y media superior de dicho estudios, siendo así esta situación tiene un impacto en la calidad de vida de los estudiantes, influyendo de forma negativa en procesos de aprendizaje y en sus relaciones interpersonales. En Uruguay existen estudios a nivel nacional que tratan el tema del acoso escolar y la violencia dentro de este sector, que tienen como principal objetivo observar la tasa de incidencia (Vizcardi, 2003 en Ramírez, 2012). Por otra parte, Chile, Argentina y Brasil son los únicos países sudamericanos que cuentan con un programa de seguimiento nacional que tiene participación en comparaciones 58 internacionales. Junto con estos países Puerto Rico y México son los principales países en realizar estudios científicos sobre este fenómeno social (Ramírez, 2012). En México, el estudio del acoso escolar comenzó en la década de los noventa que es cuando se dio mayor auge a nivel latinoamericana. Estos estudios se enfocaban principalmente en el nivel de educación básica, la mayoría por medio de una perspectiva cualitativa describiendo las actitudes del personal docente, directivo y estudiantes ante el fenómeno (Barragán Ledesma et al., 2010; Chagas, D.,2005; Prieto, 2005; Vázquez, 2005 en Ramírez, 2012) y algunas con una perspectiva cuantitativa en donde se habla de la prevalencia en las escuelas principalmente en ciudades como Guadalajara, Mérida y Ciudad de México (Castillo &Pacheco,2008; SEDF-UIC,2008; Velázquez & Pérez, 2007; Joffre et al, 2011 en Ramírez, 2012). Se han encontrado principalmente que el acoso escolar estaba presente en cada muestra que se estudió, encontrando como principales limitaciones la falta de denuncia por parte de los estudiantes y a nivel profesional es que las investigaciones antes mencionadas se enfocan en un nivel exploratorio. En los últimos resultados obtenidos por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación señalan que el 6.8% de estudiantes a nivel secundaria intimidó a otros estudiantes y que casi el 14% ha sufrido burlas constantes por parte de algún otro compañero (Ramírez, 2012). En el 2007, se realizó la primera encuesta Nacional sobre Exclusión, Intolerancia y Violencia en las Escuelas de Educación Media Superior (ENEIVEEMS) obteniéndose como principales datos que el 5.6% de los alumnos sufrió violencia física por otro estudiante, 6.7% ejerció violencia contra sus pares y el 4% sufre y ejerce al mismo tiempo acoso escolar. Santoyo y Frías en el 2014 contribuyeron a obtener cifras nacionales con su investigación sobre el acoso escolar en México. Se encontró una prevalencia de uno de cada tres estudiantes de nivel medio superior ha estado involucrado en acoso escolar, siendo el acoso de carácter físico y psicológico el más prevalente, en cuanto los roles el 15.4% se identificó como víctimas, el 8% como agresores, el 66.2% como observadores y como victimas agresores al 10.4%. 59 Por otra parte, en el 2015, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico situó a México en el primer lugar de acoso escolar, de los 34 países que lo integran entre los cuales se encuentran Alemania, Francia, Canadá, Chile, España, Estados Unidos, Japón, entre otros. Esto debido a que en sus estadísticas se encuentra que 18.8 millones de alumnos solamente de nivel primaria y secundaria tanto de escuelas públicas como privadas han padecido de acoso escolar; de tal manera que al encontrar a México en uno de los principales países en este evento, es necesario relacionarlo con otro acontecimiento que ha adquirido un incremente en nuestro país, el cual de igual forma es alarmante, el suicidio. El suicido en adolescentes de entre 10 y 13 años, el 59% se debe en gran parte al acoso escolar, ubicando como principales entidades a Chihuahua, Nuevo León, Guanajuato, Veracruz, Jalisco, Estado de México, Ciudad de México, Puebla y Tabasco (Colectivo ARCIÓN CLEU-DGI, 2015). Al igual que investigaciones realizadas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en el 2014 menciona que el número de estudiantes afectados por este fenómeno ha aumentado el 10% en los últimos dos años. 3.3 Tipos y roles de acoso escolar. La forma en que se manifiesta el acoso escolar no sólo se puede enfocar a sus comportamientos dentro de la escuela, ya que en ocasiones estas conductas se dimensiona abarcando otros ámbitos como es la casa/ vecindario, las redes sociales y el teléfono móvil (Hernández & Lozano, 2007). De manera que el acoso escolar se puede clasificar de la siguiente forma:  Acoso físico  Acoso verbal  Acoso sexual  Acoso psicológico  Ciberbullying o ciberacoso Con base en esa clasificación en cada uno de los tipos pueden existir conductas directas: 60  Acoso físico: Golpes, patadas, codazos, empujones, puñetazos, cachetadas, jalones de cabello, amenazas con armas, etc.  Acoso sexual: Aproximación de los genitales a otra persona sin su consentimiento, tocamientos indeseados o abuso sexual.  Acoso verbal: Gritar, amenazar, colocar apodos ofensivos, criticar, decir palabras obscenas, burlarse o realizar bromas pesadas que ofendan o dañen a otra persona.  Acoso psicológico: Apartar, excluir, ignorar, hacer bromas hirientes, mentir/chantajear, culpabilizar, descalificar, ridiculizar, humillar, controlar/prohibir, etc.  Ciberbullying o ciberacoso: Realizar cualquiera de las conductas antes mencionadas o algún ataque directo por medio de algún medio o aparato electrónico. Mientras que las conductas indirectas están más enfocadas a una violencia psicológica, por ejemplo apartar, excluir o aislar socialmente a una persona, es decir acosarla de forma relacional, puesto que son conductas enfocadas en perjudicar sus relaciones con otras personas como, inventar o facilitar el esparcimiento de rumores dañinos, ignorar, dejar de hablar, en otras palabras violentar sin que el agresor esté presente; de la misma forma que el ciberbullyng, que de manera no presencial y de forma anónima permite realizar este tipo de conductas agresivas con la ventaja de tener mayor y más fácil difusión. Es importante conocer las características del acoso escolar para poder identificarlo. Dentro del acoso escolar hay un desequilibrio de fuerzas entre los involucrados, existe una relación de poder (dominio-sumisión) que ejerce uno o más agresores sobre el acosado o agredido y estás situaciones agresivas se presentan de forma reitera por un tiempo y ocurren de forma intencionada. Como se ha mencionado existen diferentes roles que se pueden tomar del acoso escolar, los principales que son mencionados por la mayoría de los autores son las victimas/agredidos/acosados y el agresor (es). Las víctimas son quienes reciben las agresiones y acciones negativas por parte de otro compañero, quienes 61 a su vez pueden estar divididas en dos grupos: Las victimas típicas o pasivas y las victimas provocadoras (Olweus, 1998). Las victimas pasivas son estudiantes ansiosos e inseguros, que se desarrollan en su medio de una forma cautelosa, sensible y tranquila, quienes ante los conflictos o amenazas del contexto reaccionan de forma pasiva, ya sea llorando o alejándose, poseen características psicológicas específicas como baja autoestima, visión negativa de sí mismo y de la situación, y de forma física en la mayoría de los casos tienen una imagen corporal que muestra debilidad. Mientras que las victimas provocadoras, se caracterizan por una combinación entre ansiedad y reacción agresiva. Como características encontramos que tienen dificultades para concentrarse y suelen comportarse de forma que causan irritación o tensión a su alrededor, es decir hiperactivos. De igual manera los agresores pueden agruparse en 2 categorías: agresores típicos, quienes como característica principal se observa una belicosidad con sus compañeros, que tienen actitudes con tendencia a la violencia, impulsividad y necesidad de dominar a otros, carecen de empatía y tienen una opinión relativamente positiva de sí mismos, cabe mencionar que este último punto ha sido muy controversial dentro de los investigadores del tema, ya que muchos plantean que los agresores tienen baja autoestima (Olweus, 1998). El segundo grupo es de los agresores pasivos, quienes regularmente optan por tomar un papel dentro de grupo como seguidores participando en el acoso pero que normalmente siguen a un líder, es decir no toman la iniciativa, así como muestran simpatía con el agresor típico. Con el paso del tiempo la literatura basada en los diferentes estudios ha roto con la forma binaria que se proponía en un principio, agregando a 2 actores: las víctimas-agresores y los observadores. Las victimas-agresores son quienes sufren el acoso escolar y a su vez lo ejercen, son víctimas de agresores pero también pueden ser agresores de estos. Finalmente los observadores son los testigos de la intimidación. Según Trianes (2000) existen diferentes niveles o grados de implicación: 62  Activo: Es cuando el estudiante ayuda o realiza cualquier tipo de apoyo al agresor.  Pasivo: Es quien refuerza de manera indirecta al agresor (Por ejemplo sonriendo).  Prosocial: Quien ayuda a la víctima.  Espectador: Es quien observa y no hace nada. 3.4 Consecuencias del acoso escolar en adolescentes y adultos emergentes Las consecuencias del acoso escolar, aunque depende mucho de la personalidad de cada adolescente, así como de los recursos con los que se cuentan para enfrentar dicha situación, son elementos que influyen en la frecuencia, intensidad y duración que pueden tener dichas consecuencias; el impacto que genera el acoso escolar no sólo se puede observar en el contexto escolar, sino también a nivel personal y social, presentando algunas de las siguiente conductas como manifestación (Islas, 2014):  Baja autoestima  Temor  Aislamiento  Sentimientos de rechazo  Disminución en el rendimiento escolar  Involucramiento en conductas violentas  Ausentismo escolar  Uso de sustancias toxicas  Repercusiones a nivel físico y a nivel psicológico: llegando a experimentar algunas patologías como ansiedad, depresión, conductas autolesivas.  Ideación suicida  Intento de suicidio  Suicidio 63 De manera que es de suma importancia hablar de las consecuencias negativas que trae consigo el acoso escolar, ya que estas suelen ser muy variadas y pueden abarcar cuatro condiciones de salud: 1. El bienestar psicológico bajo, las victimas experimentan sentimientos de infelicidad, baja autoestima, tristeza y enojo. 2. Bajo ajuste social, en donde se localizan los sentimientos de aversión dirigida hacia la escuela. 3. El estudiante se muestra aislado, en soledad; indisposición física, en donde se encuentran los signos claros de desorden físico y evidencia de alguna enfermedad, incluyendo los síntomas psicosomáticos. 4. Afección psicológica, la cual implica mayor gravedad ya que incluye niveles de ansiedad, depresión, hasta la conducta suicida en donde se incluyen la ideación, planeación e intento suicida, alcanzando algunas de las veces el suicidio como ultima consecuencia. Siendo así que independientemente del rol que ejerza un adolescente dentro del acoso escolar, es necesario detectar estas situaciones ya que es primordial que reciban ayuda y construyan una red de apoyo que les permita superar este conflicto, sino es así, se podría agravar con el tiempo, afectando e impidiendo un desarrollo óptimo; siendo necesario el desarrollar estrategias a nivel escuela, medios de comunicación y entorno familiar para identificar estos síntomas, para trabajar con este problema social en el nivel de prevención así como dar pauta a una intervención que minimice las situaciones y ayude a los estudiantes a alcanzar una adaptación total a nivel escolar, social, emocional e intelectual con el objetivo que la escuela represente un lugar seguro para su desarrollo y así alcanzar la etapa de la adultez con los recursos necesarios para continuar con su crecimiento (Cepeda, 2010). 64 CAPÍTULO IV. RELACIÓN ENTRE ACOSO ESCOLAR Y CONDUCTAS SUICIDAS. El suicidio, a lo largo de los años se ha considerado como un acontecimiento enfocado en aspectos individuales de la persona que lo lleva a cabo, sin embargo este no puede dejar a un lado la parte social; la sociedad tiene sus propias leyes y características que van a influir de forma distinta en cada persona, siendo un factor colectivo que puede generar diferentes impactos dependiendo el individuo (Durkheim, 1897). Por consiguiente, varias investigaciones se han enfocado a este postulado, brindándole primordial importancia al papel que juegan las variables sociales o interpersonales en el suicidio (King & Merchant, 2008) si lo vemos de esta forma el concepto de integración social toma gran relevancia. Durkheim en 1987 hizo la hipótesis de que las tasas de suicidio son menores si existe un mayor nivel de integración social en los grupos de una persona; de igual forma la teoría biosocial de Linehan (1993) considera que a pesar de que existan personas que están predispuestas biológicamente a ser vulnerables emocionalmente y a contar con pocos recursos para regular dichas emociones, es necesario un factor en el ambiente que desencadene aquella predisposición. De ahí que se plante que existen tres factores que identifiquen a las personas que tienen un riesgo suicida alto: sensación de agobio hacia las personas cercanas a él, sentirse aislados y habilidad para involucrarse en comportamientos que puedan causar un daño hacia sí mismos (Joiner, 2006). Además la integración social no sólo actúa a nivel perjudicial, ya que esta puede funcionar como un factor protector, si se cuenta con una red de apoyo sustentada hay menor probabilidad de relacionarse con factores de riesgo, este postulado es conocido como “stress-buffer” (Cohen & Wills, 1985). Existen estudios que apoyan estos planteamientos; Bearman y Moody en el 2004 estudiaron a un grupo de adolescentes durante un año, encontrando que el aislamiento social aumenta de 65 forma significativa las probabilidades de pensamientos suicidas, observando diferentes impactos para mujeres y para hombres, sin embargo ambos enfocados a lo antes mencionado. De manera que las dificultades interpersonales han sido estudiadas a lo largo de los años, encontrando ocho principales dificultades que se asocian con la aparición de intentos de suicidio en los adolescentes, entre las cuales encontramos (Johnson et. al. 2002):  Dificultad para hacer amistades  Frecuentes discusiones con figuras de autoridad  Crueldades hacia compañeros  Frecuente rechazo para compartir  Enojo con compañeros  Aislamiento social  Falta de amigos íntimos  Malas relaciones interpersonales entre pares. Esta asociación entre dificultadas interpersonales y riesgo suicida ha sido respaldada por múltiples autores, que afirman que los sentimientos de soledad, angustia emocional y el aislamiento social son factores previos a la aparición de ideación o intento suicida (Roberts, Roberts & Chen, 1998; King, Schwab-Stone, Flisher et. al, 2001; Connor & Rueter, 2006). De manera que es necesario tomar en cuenta a los factores psicosociales ya que estos influyen en el riesgo suicida, entre las principales aportaciones sobre la asociación existente sobre ambos temas en la población adolescente podemos encontrar lo siguiente: 66 Tabla 7. Principales aportaciones al estudio de riesgo suicida y acoso escolar Principales hallazgos Autor (es) Población Año Aportación Davies y Cunningham 124 jóvenes irlandeses hospitalizados por intento de suicidio 1999 El 22% reporto que el acoso había influido de manera directa con el intento de suicidio. Prinstein et al. 96 adolescentes estadounidenses hospitalizados debido a tentativa de suicidio 2000 El rechazo percibido entre pares era un factor predictor para la ideación suicida, es decir la aceptación social y el pensamiento suicida eran elementos que se correlacionaban. Baldry y Winkel 998 jóvenes de escuelas de Roma 2003 Hallaron una correlación entre la victimización directa ya sea física, psicológica, verbal, exclusión social y difusión maliciosa con la ideación suicida. Bearman & Moody 13,465 adolescentes varones y mujeres (Estudio ADD Health en los Estados Unidos) 2004 Recalcaron que el aislamiento social entre pares y la falta de relaciones interpersonales sólidas eran predictores para la ideación suicida en mujeres. Toros et. al. 4.143 estudiantes turcos 2004 Encontraron que los problemas entre pares, la humillación y el abuso físico en las escuelas eran predictores de intentos de suicidio en adolescentes. Delfabbro, Winefield, 1.284 jóvenes australianos 2006 Tomando en cuenta la satisfacción con la vida, se 67 Trainor et. al. (Estudios diferentes, mismo año y mismos hallazgos) Park, Schepp, Jang et. al. 1.312 jóvenes surcoreanos encontró que el haber sido intimidado se relaciona positivamente con la ideación suicida. Liang, Flisher & Lombard 5.074 estudiantes sudafricanos 2007 Los adolescentes que tenían relación con la intimidación ya sea siendo víctimas o agresores estaban en mayor riesgo de ideación suicida. Fuente: Elaboración propia basada en King & Merchant, 2008. Como se observa arriba existen numerosos estudios que abordan la victimización entre pares, el aislamiento social, la integración social o a modo general las relaciones interpersonales, colocándolas como uno de los factores de mayor influencia en el suicidio consumado y en el riesgo suicida en los adolescentes (King & Merchant, 2008). En el caso específico del acoso escolar/ bullying se ha observado un incremento en la prevalencia de 1997 al 2005, ya que un estudio trasnacional (Nansel, Craig & Overpeck, 2004) en donde se estudiaron a 25 países entre los cuales se encontraban Suecia, Inglaterra, Grecia, Francia, Noruega, Estados Unidos, Canadá, Hungría, Suiza, Austria y Dinamarca, en donde tuvieron una variación en la participación dependiendo del lugar, de entre un 9% a un 54%. Mientras que en Estados Unidos se reportó que el 30% de estudiantes de entre 6 y 10 años había participado por lo menos una vez en alguna situación de Bullying (Nansel, Pilla et al., 2001), al igual que la tasa de prevalencias fue alta con el 21% de adolescentes que informó haber participado 68 en la intimidación física, 54% en la intimidación verbal, 51% en la intimidación social y 14% en la intimidación electrónica. (Wang, Iannotti & Nansel, 2009). De manera que estudios con un corte longitudinal han mostrado las cifras tan altas respecto al acoso escolar, es decir, muestran la gran frecuencia que tiene este fenómeno al estar presente en todos los niveles educativos, con un mayor impacto en la adolescencia; con base en lo anterior se puede decir que este se encuentra asociado a las conductas suicidas, lo que nos lleva a concluir que los adolescentes que son víctimas de intimidación tienen un mayor riesgo suicida (Klomer, Sourander & Gould, 2010; Klomer, Sourander, Niemela et al., 2009) razón por la cual las cifras de acoso escolar aumentan la relevancia que debemos prestarle. Siendo así existen diversos estudios que se enfocan en encontrar la relación entre ambos fenómenos; en el 2008 se realizó una revisión sistémica de 37 estudios, de los cuales 27 estaban enfocados a una edad temprana (niños y adolescentes) y 10 únicamente en adolescentes en donde se encontró que el mayor riesgo de suicidio lo presentan adolescentes que son víctimas de intimidación por pares en el ámbito escolar (Kim & Leventhal en Holt, Vivolo-Kantor, Polanin, Holland et al., 2015). En el 2015, se realizó un metaanálisis con el objetivo de evaluar la asociación entre perpetración, intimidación y suicidio. Se analizaron 46 artículos, y en todos se medía la victimización por intimidación, en 25 se midió la conducta de intimidación y en 11 el estado de la víctima por intimidación demostrando asociaciones significativas (OR = 2,34; 95% CI, 2.03-1.69) entre el suicidio y el acoso escolar. Específicamente en la victimización, perpetración e intimidación, cabe mencionar que existen factores que fortalecen dichas asociaciones tales como el país en donde viven y el método de evaluación (Holt, Vivolo-Kantor, Polanin, Holland et al., 2015). En conclusión los adolescentes que pasan por situaciones de bullying se asocian con mayor riesgo de suicidio, lo cual aumenta cuando se es víctima de intimidación. Aunque cabe señalar que en los estudios que se abordaron en el metaanálisis del 2015, se hallaron datos alarmantes sobre la atención médica, ya 69 que frecuentemente los encargados de esta área no suelen detectar la ideación suicida en los pacientes adolescentes hasta que esta se manifiesta por algún intento de suicidio que requiera intervención médica, motivo por el cuál la prevención a nivel escolar, sobre el abuso y la intimidación, así como dificultades psicosociales pueden contribuir a reducir la aparición de conductas suicidas. 4.1 Limitaciones en las investigaciones Además de los datos mencionados anteriormente, los diversos estudios también se han encontrado con algunas limitaciones. En México una de las principales es que hay pocas investigaciones que analicen la relación que mantienen ambas variables. Por su parte en los estudios descritos con anterioridad podemos encontrar que entre las principales limitaciones se encuentran que, muchas investigaciones no sólo incluyen las conductas suicidas sino que agregan las autolesiones lo cual contamina los resultados. La falta de estudios longitudinales que permitan determinar la relación causal entre el acoso escolar y las conductas suicidas. La falta de publicaciones de estudios inéditos que pudieran arrojar datos importantes para entender dicha relación. La mayoría de estos análisis se enfocan únicamente a los países de habla inglesa, dejando fuera muchos otros. Por otra parte a pesar de que existen muchos hallazgos, estos están separados y son algo inconsistentes producto del tipo de muestra que se utiliza, instrumentos de medida, intervalos en el tiempo de los estudios y conceptualizaciones para la evaluación, haciendo evidente otra de las limitantes: las diferencias en las nomenclaturas utilizadas ya que muchos varían demasiado en la definición de las conductas suicidas. De igual modo los instrumentos representan una de estas, ya que son excluyentes en la población, como la rural, mientras que los análisis no se enfocan en examinar las diferencias entre razas, etnias y culturas. También tenemos limitaciones en los registros como incoherencias en el llenado o falta de datos, el tiempo en el que se realiza la medición ya que entre más lejana sea del evento ocurrido se corre el riesgo de restarle importancia al mismo. Debido a estas complicaciones o limitaciones es necesario continuar con investigaciones cuyas aportaciones permitan confirmar dichas hipótesis respecto a 70 la relación entre suicidio y acoso escolar en México, ya que muchas de las investigaciones en nuestro país están enfocadas únicamente a conocer si existe el acoso escolar y el suicidio en distintas poblaciones pero ignora el tipo de relación que puede existir entre ambas. En conclusión la ideación, el plan y la tentativa de suicidio forman parte de comportamientos del perfil epidemiológico en los adolescentes mexicanos (Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco & Nock, 2008). No obstante el único estudio representativo de población adolescente en México fue realizado en el 2008 por Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco & Nock el cual se enfocó en evaluar la conducta suicida y su relación con eventos traumáticos; sin embargo es necesario mencionar que no incluyó el acoso escolar como uno de los sucesos traumáticos en adolescentes. De manera que la implicación del acoso escolar en las conductas suicidas forman parte de un fenómeno al que se le debería brindar mayor importancia científica. 4.2 Modelos teóricos El suicidio es un fenómeno complejo, que puede ser abordado desde distintas perspectivas las cuales pueden ser sociológicas, biológicas, espirituales o psicológicas, y dentro de la última también podría ser estudiado a un nivel personal o social, ya que el ser humano es un ser biopsicosocial, por ende está compuesto de más de una perspectiva, motivo por el cuál enfocarse en un área exclusivamente seria limitante, de manera que se requiere un trabajo multidisciplinario para comprender la amplitud que engloba el suicidio. Sin embargo al momento de hablar de acoso escolar, nos estamos enfocando a la esfera social, puesto que la escuela forma parte de su entorno social inmediato, pues la escuela forma parte de su mesosistema, mientras que las relaciones entre pares pasarían a ser parte de su microsistema (Bronfenbrenner, 1979). Para comprender la relación existente entre ambos fenómenos, mencionaremos algunos postulados teóricos que contribuyen a dicha explicación. 4.2.1 La teoría interpersonal psicológica del comportamiento suicida La teoría interpersonal, es un modelo relativamente nuevo a comparación de muchos otros, pues hace apenas unos años es que surgió. Joiner (2006) es quién 71 lo plantea, el menciona que considera postulados anteriores sobre el suicidio como el propuesto por Schneidman, quién plantea que las personas que se suicidan es debido al dolor psicológico que están experimentando, el cual es percibido como demasiado profundo e inmutable, lo que los lleva a querer huir de él, encontrando como única solución aparente, terminar con su vida. Sin embargo Joiner trata de ir más a fondo y conocer por qué es que surge este dolor. Sostiene que las personas que se suicidan, no sólo tienen el deseo de morir, sino que han aprendido a dejar a un lado el principio de autoconservación, es decir que ya no tienen miedo del dolor, las lesiones o la muerte, adquiriendo una capacidad aparente de llevar a cabo un suicido. Siendo así cuando se tiene el deseo de morir, aparecen dos estados psicológicos específicos de manera simultánea y constante, el sentimiento de ser una carga y una baja alienación social, todo esto parece confirmar que existen tres componentes principales que sustentan su teoría (Joiner, 2006): 1. Sentimiento de agobio. Es la creencia u opinión de ser una carga para la sociedad, incluyendo familia, amigos o pareja ocasionando que la persona tenga una visión errónea respecto a que, su muerte valdrá más, que su vida para los demás. Este postulado toma como base en lo planteando por Durkheim (1897) quien clasifico al suicidio en 4 sub-categorías dependiendo su relación con el medio, dentro de estas menciona que un tipo de suicidio es el suicidio altruista, el cual se realiza con el fin de generar un bienestar en los demás. Cabe mencionar que diversos estudios han encontrado que la carga percibida era un predictor importante para la aparición de ideación suicida e intentos suicidas (Van Orden, Lynam, Hollar & Joiner, 2006). 72 2. Sentimiento de pertenencia bajo. Dificultades en la alineación social o sentimientos de pertenencia bajos, quieren decir que la experiencia personal de un individuo es sentirse aislado de grupos sociales a quien considera importantes o cercanos a él. La soledad o el aislamiento son sentimientos que se han estudiado mucho dentro del suicido, y se ha encontrado que los sentimientos de pertenencia han predicho la historia de intentos de suicidio en adolescentes y jóvenes universitarios (Conner, Britton & Joiner. 2007). 3. Capacidad adquirida para hacerse daño. Los sentimientos de agobio junto con el sentirse aislados son capaces de generar deseos de morir, sin embargo no son suficientes para predecir que una persona intentará suicidarse. Por ello es que la teoría sugiere que el suicidio implica una lucha entre el principio de autoconservación y las ganas de acabar con la vida. Para lograr dicha capacidad Joiner se apoya en la teoría del proceso adverso la cual propone, que la exposición repetida a un estímulo afectivo, ocasiona que la reacción cambie con el tiempo, generando que dicho estimulo pierda su capacidad para provocar la respuesta original fortaleciendo a su vez la respuesta opuesta (Solomon, 1980 en Joiner, 2009). Siendo así es necesario habituarse a experiencias dolorosas, generando una mayor tolerancia al dolor y un sentido de audacia frente a la muerte. Basándonos en este principio encontramos que las personas que han intentado suicidarse experimentan maneras más graves de intentar un suicidio en un futuro a comparación de las personas que no tienen antecedentes de tentativas pasadas, sin embargo no se limita únicamente a la conducta suicida, ya que esta capacidad también puede ser adquirida por autolesiones no suicidas, accidentes constantes, intervenciones médicas o incluso de forma indirecta, dedicándose a ejercer alguna actividad o profesión que demande crear una resistencia al dolor ya sea propio o ajeno, como los atletas o los médicos (Joiner, 2009). 73 Es así que el postulado de esta teoría este enfocado a que la aparición conjunta de la carga percibida y la falta de pertenencia o aislamiento sean suficientes para generar ideación suicida en una persona, la cual evolucionara para convertirse en intento o tentativa de suicidio sólo con la presencia de la capacidad de hacerse daño (Joiner, 2006).Permitiéndonos concluir la importancia de la esfera social dentro del suicidio y sus comportamiento; que en definitiva ambos factores se relacionan de manera recíproca, ocasionando que el ambiente influya en gran medida en la aparición de un riesgo suicida. 74 CAPÍTULO V. MÉTODOS Esta investigación sobre la Relación entre Acoso Escolar y Riesgo Suicida en estudiantes de primer ingreso en educación superior, se desprende de un proyecto que se lleva a cabo en el Instituto Nacional de Psiquiatría Dr. Ramón de la Fuente (INPRF), que lleva por nombre: “Proyecto Universitario para Alumnos Saludables (PUERTAS)”, el cual propone un estudio multcéntrico, longitudinal y prospectivo dirigido a estudiantes de nuevo ingreso de universidades, en varios estados de la República Mexicana con diferentes tasas de suicidio, en dónde se les invita a responder una encuesta electrónica con el objetivo de mejorar la predicción del comportamiento suicida y otros problemas psiquiátricos y psicosociales asociados a universitarios, así como evaluar el impacto de canalizar a los estudiantes identificados a programas en línea o presenciales dentro de su universidad. Es importante mencionar que dicha encuesta forma parte de un proyecto mayor, como parte de una iniciativa internacional en Estados Unidos, España, Bélgica y Sudáfrica. De manera que el método empleado respeta los lineamientos establecidos en el proyecto original antes mencionado. Finalmente es necesario mencionar que es de carácter correlacional y que pretende realizar uno de los primeros acercamientos al tema, abordando las dos variables en cuestión dentro de la población mexicana. 5.1 Objetivo General  Conocer la relación entre la presencia de acoso escolar y las conductas suicidas en una muestra de estudiantes mexicanos. 5.2 Objetivos Específicos  Determinar la presencia de conducta suicida en estudiantes que han experimentado el acoso escolar. 75  Estimar la probabilidad de presentar conducta suicida dado la historia de acoso escolar en estudiantes de nuevo ingreso a la universidad.  Identificar qué tipo de acoso escolar es más frecuente que se presente en los estudiantes identificados con conducta suicida. 5.3 Hipótesis Hipótesis conceptual. La presencia de conductas suicidas como la ideación, el plan e intento suicida es significativamente mayor en adolescentes que reportan algún tipo de acoso escolar. Hipótesis: Hi1: Hay mayor conducta suicida entre aquellos que han sido víctimas de acoso escolar en comparación con aquellos no víctimas de acoso escolar. Hi2: Existe una asociación significativa entre el acoso escolar y el planeamiento suicida. Hi3: Existe una asociación significativa entre el acoso escolar y el intento de suicidio en adolescentes. Hi4: Existe una asociación significativa entre acoso físico y la ideación, planeación e intento de suicidio. Hi5: Existe una asociación significativa entre acoso verbal y la ideación, planeación e intento de suicidio. Hi6: Existe una asociación significativamente entre acoso psicológico y la ideación, planeación e intento de suicidio. Hi7: Existe una asociación significativamente entre acoso cibernético y la ideación, planeación e intento de suicidio. 76 Hipótesis Nula. Ho1: No hay diferencia entre la presencia de conducta suicida entre aquellos que han sido víctimas de acoso escolar en comparación con aquellos no víctimas de acoso escolar. Ho2: No existe una asociación significativa entre el acoso escolar y el planeamiento suicida. Ho3: No existe una asociación significativa entre el acoso escolar y el intento de suicidio en adolescentes. Ho4: No existe una asociación significativa entre acoso físico y la ideación, planeación e intento de suicidio. Ho5: No existe una asociación significativa entre acoso verbal y la ideación, planeación e intento de suicidio. Ho6: No existe una asociación significativamente entre acoso psicológico y la ideación, planeación e intento de suicidio. Ho7: No existe una asociación significativamente entre acoso cibernético y la ideación, planeación e intento de suicidio. Variables dependientes:  Ideación suicida  Plan de suicidio  Intento de suicidio Variables independientes:  Acoso escolar físico  Acoso escolar verbal 77  Acoso escolar psicológico/relacional  Acoso escolar cibernético Variables demográficas  Edad  Sexo 5.4 Definición conceptual de variables 5.4.1 Variables dependientes  Ideación suicida: Es una serie de cogniciones en donde el contenido suele variar pero que está enfocado a pensamientos sobre el suicidio como una solución real a los problemas por los que atraviesa el adolescente, caracterizado por creencias de que la vida no vale la pena vivirse, que pueden ir desde preocupaciones graves con fantasías autodestructivas hasta planes explícitos sobre como matarse (Goldney et al., 1989).  Plan de suicidio: Es la organización tanto de la ideación suicida y la intencionalidad, seleccionando un método que le permita llevarlo a cabo, así como tomar la decisión acerca del momento y del lugar que le permitan ejecutar dicho plan. Esta es localizada en un punto medio entre la elaboración de cogniciones acerca de morir, es decir de la ideación suicida y posteriormente la tentativa (Álvarez, et al. 2011).  Intento de suicidio: Es toda conducta que busca la muerte de uno mismo pero que en el trascurso de ser consumada es detenida, ya sea porque los medios no fueron los adecuados o existió un factor ambiental que interrumpió dicho proceso para culminar con la vida. En resumen se puede decir que en la tentativa de suicidio existe el propósito de morir sin embargo el criterio que se utiliza para lograrlo, no es el apropiado. (Echavarría, 2010). 78 5.4.2 Variables independientes De manera general puede definirse acoso escolar como sinónimo de “Bullying” que aunque es un anglicismo y en el español no tiene una traducción fiel puede ser definido como intimidar, maltratar o amedrentar, suele ser utilizado para hablar de la violencia entre pares. (Olweus, 1978). La forma en que se manifiesta el acoso escolar no sólo se puede enfocar a sus comportamientos dentro de la escuela, ya que en ocasiones estas conductas se dimensiona abarcando otros ámbitos como es la casa/ vecindario, las redes sociales y el teléfono móvil (Hernández & Lozano, 2007). De manera que se presenta de las siguientes formas:  Acoso escolar físico  Acoso escolar verbal  Acoso escolar psicológico/ relacional  Acoso escolar cibernético 6.4.3 Variables sociodemográficas Hace referencia a las variables que determinan las características sociales o demográficas de un individuo que forme parte de la muestra, en el estudio se incluyen únicamente dos, sexo (condición biológica de hombre y mujer) y edad. 5.5 Población Estudiantes de ambos sexos, que ingresan a la educación superior en 6 universidades diferentes, que se encuentran en diferentes estados de la república mexicana como lo son Aguascalientes, Hidalgo, Sonora y Guanajuato, sus edades oscilan entre los 18 años y los 36, encontrándose la mayoría entre los 18 y 22 años. 5.6 Muestra La muestra se obtuvo por medio del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, gracias a la aplicación vía electrónica del instrumento, la cual se 79 conformó de 4199 participantes, estudiantes de nuevo ingreso a nivel licenciatura, con un mínimo de 18 años de edad, con encuestas completas. Fueron de 6 universidades, Universidad Autónoma de Aguascalientes, Universidad Politécnica de Aguascalientes, Universidad de la Salle Pachuca, Universidad de la Salle Bajo campus Campestre, Universidad de la Salle Bajo campus Salamanca y Universidad de la Salle Noroeste. Manejando como criterios de exclusión ser menores de 18 años y no hablar español. 5.7 Instrumento Las preguntas de la encuesta electrónica provienen de escalas de autorreporte validadas previamente, tales como las que han sido diseñadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de manera que el instrumento original contenía otras escalas además de las que se empleó para esta tesis. Siendo así la encuesta, es auto administrada a través del internet, con una lógica compleja de saltos para minimizar el tiempo de administración, incluye escalas previamente utilizadas y validadas y actualmente en uso en los otros países participantes. Las variables dependientes ideación suicida, plan de suicidio, intento de suicidio se evaluaron con la escala Self-injurious Thoughts and Behaviors Interview (SITBI; Nock et al., 2007) y el Columbia-Suicide Severity Rating Scale (C-SSRS; Posner et al, 2007), escalas ampliamente utilizados a nivel internacional debido al panorama tan amplio que logran abarcar, con 22 y 5 reactivos, respectivamente. Sin embargo para la investigación se tomó como base 3 preguntas primordiales, para ideación suicida: ¿Alguna vez has pensado en suicidarte?, para plan suicida: ¿Alguna vez has pensado en cómo podrías suicidarte (por ejemplo, tomando pastillas o tirándote por una ventana) o has planeado hacerlo?, y finalmente para intento: ¿Has cometido alguna vez un intento de suicidarte (es decir, te has autolesionado deliberadamente con al menos alguna intención de morir)? Es importante mencionar que las tres preguntas son cerradas, y dependiendo la respuesta era el seguimiento de la encuesta, es decir qué reactivo proseguía. 80 Por otra parte la variable independiente de acoso escolar, se midió dentro de la categoría de Violencia y otros factores de riesgo/protección: Acoso escolar físico, verbal, psicológico/ relacional y cibernético. La exposición a la violencia en los cuatro tipos de acoso que se midieron, se enfocaba en su experiencia de acoso escolar en el pasado. De manera que las cuatro preguntas que se emplearon fueron obtenidas de la escala Bully Survey (Swearer & Cary, 2003), la cual está compuesta de cuatro preguntas en una escala tipo Licker de cinco opciones que van desde nunca a muy a menudo. De manera que las cuatro preguntas se refieren a la frecuencia con la cual fue acosado hasta los 17 años de edad en cada uno de los tipos de acoso antes mencionados. Para medir dicha variable se realizó una pregunta en general en donde se englobaban los cuatro tipos de acoso (ver Tabla 8): Las siguientes preguntas se refirieren a la frecuencia con la que has sufrido acoso hasta los 17 años. El término “acoso o bullying” se refiere a aquellas situaciones en las que alguien hiere o asusta a otra persona intencionadamente y la persona acosa tiene dificultades para defenderse. Normalmente, el acoso ocurre repetidamente. A partir de esta definición ¿Con que frecuencia fuiste acosado a cada una de las siguientes formas? Tabla 8. Réplica de la pregunta de acoso escolar del instrumento original Muy a menudo A menudo A veces Muy pocas veces Nunca Acoso físico en la escuela (por ejemplo, te pegaban, te empujaban, o te herían físicamente de manera repetida) Acoso Verbal en la escuela (por ejemplo, se burlaban e ti o te insultaban) Acoso en la escuela ignorándote, excluyéndote o propagando rumores de ti a tus espaldas Acoso a través de internet (por ejemplo en Facebook o Twitter) o a través de mensajes de texto (por ejemplo con sms o whatsapp) Por último para las variables sociodemográficas se utilizaron únicamente edad y sexo, las cuales fueron obtenidas de la Encuesta Original que se les aplicó a todos los estudiantes, posteriormente se realizó una distribución de frecuencias y la 81 variable de sexo se asignó en categorías para incluirla dentro del análisis de regresión logística. 5.8 Diseño de investigación Es un estudio explicativo con una cohorte transversal, retrospectiva, el cual empleo un diseño correlacional debido a que se pretendía medir el grado de relación entre el acoso escolar y el riesgo suicida en estudiantes de nivel superior. 5.9 Consideraciones éticas El protocolo de investigación fue aprobado por el Comité de Ética del Instituto Nacional Psiquiátrico Ramón de la Fuente, al igual que a cada participante se le pedía el consentimiento informado al inicio de la encuesta, todos los participantes que reportaron conducta suicida se les enviaba de manera automática datos en donde podían buscar atención psicológica de acuerdo al plantel donde se encontraban. 5.10 Procedimiento Todas las encuestas se administraron con el software Qualitrics, todos los datos que se obtuvieron fueron protegidos por medio de contraseñas y encriptados, brindando acceso únicamente a los investigadores principales. Si bien los procedimientos generales fueron similares en todas las universidades, de manera que al inicio del año escolar se les invitó a participar en la investigación a todos los alumnos de nuevo ingreso, el reclutamiento vario según la universidad. En la Universidad Autónoma de Aguascalientes, la encuesta se administró durante la "semana de la salud" para nuevos estudiantes en la cual a los estudiantes se les administraron otros cuestionarios generales de salud. Recibieron el enlace de la encuesta, una tableta, el espacio y el tiempo para responder a la encuesta. En la Universidad Politécnica de Aguascalientes, todos los estudiantes de primer año toman una clase sobre desarrollo personal y profesional, y fueron invitados y 82 recibieron el enlace de sus tutores y el tiempo durante la clase. Sus tutores más tarde dieron recordatorios a sus alumnos. En la Universidad de la Salle Bajío, tanto el Campus de Salamanca como el de Campestre, se invitó a todos los estudiantes de primer año y se les dio el enlace, el tiempo y el espacio para participar durante las evaluaciones de los docentes al final del semestre. En la Universidad de la Salle Pachuca, durante una clase de desarrollo personal para todos los estudiantes de primer año, se invitó a los estudiantes y se les dio el enlace. La facultad de ese curso más tarde dio recordatorios a sus alumnos. Finalmente en la Universidad de la Salle Noroeste, los estudiantes fueron invitados y se les dio el enlace, tiempo y espacio para participar durante una clase de herramientas tecnológicas para todos los estudiantes de primer año. Independientemente de la manera de reclutamiento en cada universidad se explicaban los objetivos del estudio, y se les mostraba el consentimiento informado que se mostraba al ingresar a la liga en donde se brindaba mayor información. Una vez que los alumnos terminaban de contestar la encuesta, si se encontraban en riesgo dependiendo los hallazgos eran enviados a otra página de ayuda o se les brindaba información de donde podían solicitar ayuda. Finalmente es necesario mencionar que la tasa de respuesta global (es decir, el número de estudiantes con encuestas completadas / el número total de estudiantes de primer año según lo informado por cada universidad) fue del 79.3%, variando del 44.2% al 90.8% en universidades individuales. 5.11 Análisis estadístico de datos Al obtener los datos recabados estos fueron capturados y se procesaron en el paquete IBM SPSS versión 22. Se obtuvo estadística descriptiva de la muestra, con el objetivo de conocer la naturaleza de la misma, enfocándose en las distribuciones de edad y sexo de los estudiantes recibidos por cada universidad, con el objetivo de asegurar que la muestra fuera representativa de la población 83 estudiantil total. Siendo así las estimaciones de prevalencia se reportaron como números no ponderados (n), proporciones ponderadas (%) y desviación estándar (SD). Se realizó un análisis correlacional, por medio de una tabla de doble entrada, empleando como método estadístico el análisis de chi2 de Pearson, para evaluar las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la prevalencia del acoso escolar, observando la distribución de cada tipo, así como conocer las diferencias entre cada una de las variables dependientes e independientes. Las asociaciones entre los tipos de acoso escolar y las conductas suicidas se estimaron con ecuaciones de regresión logística. 84 CAPÍTULO VI. RESULTADOS Es importante mencionar que el análisis se hizo tomando en cuenta el objetivo general, así como los objetivos específicos abarcando la presencia de conducta suicida, la probabilidad de que esta se presente en estudiantes que han reportado acoso escolar, así como identificar qué tipo de acoso es más frecuente en ellos. Primero se realizó un análisis descriptivo de la composición sociodemográfica de la muestra. La muestra total fue de 4199 participantes de los cuales el 51.1 % (2143) eran hombres, mientras que el 48.7% (2047) eran mujeres. El intervalo de edades fue de 18 años como mínimo y un máximo de 36 años con una media de 18.80 (DS 1.17) (ver tabla 9). Tabla 9 Frecuencia de edad. Frecuencia % 18 2407 57.3 19 908 21.6 20 448 10.7 21 172 4.1 22 o más 264 6.3 Posterior al análisis sociodemográfico, se obtuvo la prevalencia del acoso escolar hasta los 17 años de edad, lo cual permitió conocer la presencia del acoso escolar basándose en los cuatro tipos de acoso escolar, es decir, en acoso físico, verbal, relacional y ciberacoso; de manera que la variable acoso escolar se presenta con una medida de proporción y de dispersión (desviación estándar) (ver figura 3). Se observa que el más frecuente fue el acoso verbal, y el menos frecuente el ciberacoso en la población general afectando 41.2% y 10.1% respectivamente. 85 Figura 2: Prevalencia (y desviación estándar (DS)) de haber sufrido acoso escolar alguna vez Después se probaron las diferencias por sexo (p<0.001), es decir las diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a la prevalencia de los cuatro tipos de acoso (ver tabla 10). Una mayor proporción de hombres (26.7%) reportó acoso físico en comparación con las mujeres, duplicando la proporción de mujeres (12.5%). A la vez, las mujeres reportan más acoso verbal (64.2%), relacional (33.6%) y ciberacoso (11.9%) a comparación de los hombres que presentan niveles inferiores, ya que el 53.6% de los hombres reporta haber tenido acoso verbal, 28.1% acoso relacional y 8.4% ciberacoso. 19.8% 41.2% 30.8% 10.1% 0.0% 20.0% 40.0% 60.0% 80.0% 100.0% Acoso fisico Acoso verbal Acoso Relacional Ciberacoso PREVALENCIA DEL ACOSO ESCOLAR Acoso fisico Acoso verbal Acoso Relacional Ciberacoso DS 0.73 DS 0.54 DS 0.96 DS 1.03 86 Tabla 10 Prevalencia de acoso escolar hasta los 17 años de edad reportado por hombres y mujeres estudiantes de nuevo ingreso universitario. TOTAL Mujeres Hombres X 2 p Acoso Físico N % N % N % Muy a menudo 47 1.1 16 0.8 31 1.5 137.35 <0.001 A menudo 65 1.6 26 1.3 39 1.8 A veces 184 4.4 62 3.1 122 5.7 Muy pocas Veces 525 12.6 149 7.3 376 17.7 Nunca 3333 80.2 1776 87.5 1557 73.3 Alguna vez 821 19.8 253 12.5 568 26.7 133.1 <0.001 Acoso verbal N % N % N % X 2 p Muy a menudo 127 3.1 60 3 67 3.2 49.681 <0.001 A menudo 203 4.9 88 4.3 115 5.4 A veces 382 9.2 163 8 219 10.3 Muy pocas Veces 1000 24.1 416 20.5 584 27.5 Nunca 2442 58.8 1304 64.2 1138 53.6 Alguna vez 1710 41.2 726 35.8 984 46.4 48.196 <0.001 Acoso relacional N % N % n % X 2 p Muy a menudo 100 2.4 51 2.5 49 2.3 18.697 0.001 A menudo 170 4.1 97 4.8 73 3.4 A veces 274 6.6 157 7.7 117 5.5 Muy pocas Veces 734 17.7 376 51.2 358 16 Nunca 2873 69.2 1347 66.4 1526 71.9 Alguna vez 1278 30.8 681 33.6 597 28.1 14.507 <0.001 Ciber acoso N % N % N % X 2 p Muy a menudo 20 0.5 12 0.6 8 0.4 25.787 <0.001 A menudo 38 0.9 32 1.6 6 0.3 A veces 90 2.2 49 2.4 41 1.9 Muy pocas Veces 272 6.6 148 7.3 124 5.8 Nunca 3731 89.9 1788 88.1 1943 91.6 Alguna vez 421 10.1 242 11.9 179 8.4 13.835 <0.001 En segundo término, se realizó un análisis de chi2 de Pearson, para determinar diferencias en las frecuencias de acoso escolar entre aquellos con y sin las tres conductas suicidas y posteriormente una regresión logística, para cada tipo de conducta suicida, con el objetivo de estimar la magnitud de asociación entre los 87 diferentes tipos de acoso escolar y las conductas suicidas. Estos resultados se presentan en la Tablas 11, 12 y 13 para ideación, plan e intento suicida respectivamente. También se muestra en estas tablas, los intervalos de confianza de las razones de momios y el valor p que fue de 0.01 para rechazar la hipótesis nula, siendo así el valor p fue significativo en cada uno de los análisis. La tabla 11presenta la proporción que ha experimentado los diferentes tipos de acoso entre aquellos con y sin ideación suicida. La prevalencia de todos los tipos de acoso es mayor entre los individuos con ideación suicida en comparación con aquellos sin ideación suicida con razones de momio entre 2.4 y 3.6. Además los resultados de esta tabla demuestran que mientras más frecuente es el acoso, mayor es la razón de momio. Aun cuando el acoso es muy pocas veces hay una asociación con la ideación suicida. No se aprecia una diferencia importante entre la magnitud de asociación entre los diferentes tipos de acoso y la ideación. 88 Tabla 11 Análisis de correlación entre acoso escolar e ideación suicida en estudiantes de primer ingreso a educación superior. (p<0.001) Entre aquellos sin ideación Entre aquellos con ideación RM IC 95% X 2 Acoso Físico N % N % 165.66 Muy a menudo 19 0.6 30 3.1 6.4 3.6 -11.5 A menudo 27 0.8 38 4 5.7 3.5 - 9.4 A veces 109 3.4 75 7.8 2.8 2.1 - 3.9 Muy pocas Veces 358 11.2 168 17.5 1.9 1.6 - 2.4 Nunca 2688 84 651 67.7 REF Alguna vez 514 16.1 310 32.3 2.494 2.1-2.9 122.275 Acoso verbal N % N % RM IC 95% X 2 Muy a menudo 52 1.6 76 7.9 8.3 5.7-12 347.568 A menudo 95 3 109 11.3 6.6 4.9-8.9 A veces 241 7.5 142 14.7 3.4 2.7-4.3 Muy pocas Veces 727 22.7 274 28.5 2.1 1.8-2.6 Nunca 2085 65.2 362 37.6 REF Alguna vez 1115 34.8 601 62.4 3.105 2.7-3.6 232.145 Acoso relacional N % N % RM IC 95% X 2 Muy a menudo 38 1.2 64 6.7 9.06 5.9-13.7 380.344 A menudo 73 2.3 98 10.2 7.2 5.3-9.9 A veces 161 5 113 11.8 3.8 2.9-4.9 Muy pocas Veces 499 15.6 238 24.8 2.6 2.1-3.1 Nunca 2428 75.9 448 46.6 REF Alguna vez 771 24.1 513 53.4 3.6 3.1-4.2 296.919 Ciber acoso N % N % RM IC 95% X 2 Muy a menudo 6 0.2 14 1.5 8.5 3.3-21.7 129.872 A menudo 18 0.6 20 2.1 4.3 2.3-8.1 A veces 47 1.5 44 4.6 3.6 2.4-5.5 Muy pocas Veces 164 5.1 108 11.2 2.5 1.9-3.2 Nunca 2964 92.7 776 80.7 REF Alguna vez 236 7.4 187 19.4 3.1 2.4-3.7 117.618 89 En la tabla 12 se presenta la proporción que ha experimentado los diferentes tipos de acoso entre aquellos con y sin plan suicida. La prevalencia de todos los tipos de acoso es mayor entre los individuos con plan suicida en comparación con aquellos sin plan suicida con razones de momio entre 2.8 a 4.4. Igual a lo que se encontró para la ideación suicida, mientras más es la frecuencia del acoso, mayor es la razón de momio para realizar un plan. Aun cuando el acoso es muy pocas veces hay una asociación con el plan suicida. No se aprecia una diferencia importante entre la magnitud de asociación entre los diferentes tipos de acoso y el plan suicida. 90 Tabla 12 Análisis de correlación entre acoso escolar y plan suicida en estudiantes de primer ingreso a educación superior. Entre aquellos sin plan Entre aquellos con plan RM IC 95% X 2 Acoso Físico N % N % 132.26 Muy a menudo 28 0.7 20 5.1 9 5-16.3 A menudo 47 1.2 18 4.6 4.8 2.8-8.5 A veces 151 4 33 8.4 2.8 1.9-4.1 Muy pocas Veces 449 11.9 76 19.4 2.1 1.6-2.8 Nunca 3094 82.1 245 62.5 REF Alguna vez 676 17.9 148 37.7 2.8 2.2-3.4 87.25 Acoso verbal N % N % RM IC 95% X 2 Muy a menudo 83 2.2 45 11.5 9.5 6.4-14.3 230 A menudo 150 4 54 13.8 6.4 4.5-9.1 A veces 325 8.6 57 14.5 3.1 2.2-4.3 Muy pocas Veces 896 23.8 104 26.5 2 1.6-2.7 Nunca 2315 61.4 132 33.7 REF Alguna vez 1455 38.6 261 66.4 3.2 2.6-3.9 113.67 Acoso relacional N % N % RM IC 95% X 2 Muy a menudo 58 1.5 43 10.9 13.8 9-21.2 343.79 A menudo 114 3 58 14.7 9.5 6.6-13.6 A veces 229 6.1 45 11.4 3.7 2.5-5.2 Muy pocas Veces 636 16.9 102 25.9 3 2.3-3.9 Nunca 2731 72.5 146 37.1 REF Alguna vez 1037 27.5 247 62.8 4.467 3.6-5.5 208.185 Ciber acoso N % N % RM IC 95% X 2 Muy a menudo 12 0.3 8 2 7.8 3.2-18.9 123.97 A menudo 24 0.6 14 3.6 7 3.6-13.7 A veces 69 1.8 22 5.6 3.7 2.3-6 Muy pocas Veces 218 5.8 54 13.8 2.9 2.1-4 Nunca 3446 91.4 294 75 REF Alguna vez 324 8.6 99 25.2 3.6 2.8-4.6 107.392 (p<0.001) 91 Finalmente la relación entre intento suicida y acoso escolar es significativa (p<0.001), pudiendo decir que los estudiantes que vivieron acoso escolar tienen mayor probabilidad de presentar un intento suicida, esto se observa en la tabla 13, en donde se presenta la proporción que ha experimentado los diferentes tipos de acoso entre aquellos con y sin intento suicida. La prevalencia de todos los tipos de acoso es mayor entre los estudiantes con intento suicida en comparación con aquellos que no lo han intentado con razones de momio entre 2.6 y 5.3. A si mismo los resultados de esta tabla demuestra que mientras mayor es la frecuente del acoso, mayor es el razón de momio. En todos los casos aún cuando el acoso es reportado en pocas veces hay una asociación con el intento suicida. Por otra parte no se aprecia una diferencia importante entre la magnitud de asociación entre los diferentes tipos de acoso y la ideación. 92 Tabla 13 Análisis de correlación entre acoso escolar e intento suicida en estudiantes de primer ingreso a educación superior. Entre aquellos sin intento Entre aquellos con intento IC 95% X 2 Acoso Físico N % N % RM 94.05 Muy a menudo 41 1 8 5.4 8 3.6-17.7 A menudo 55 1.4 11 7.5 8 4-16.1 A veces 172 4.3 12 8.2 2.9 1.6-5.5 Muy pocas Veces 489 12.2 37 25.2 3.1 2.1-4.7 Nunca 3259 81.2 79 53.7 REF Alguna vez 756 18.8 68 46.3 3.706 2.7-5.1 67.192 Acoso verbal N % N % RM IC 95% X 2 Muy a menudo 105 2.6 23 15.5 9.8 5.8-16.7 132.52 A menudo 181 4.5 24 16.2 6 3.6-9.9 A veces 365 9.1 17 11.5 2.1 1.2-3.7 Muy pocas Veces 970 24.2 31 20.9 1.4 .923-2.3 Nunca 2393 59.6 53 35.8 REF Alguna vez 1621 40.4 95 64.2 2.648 1.9-3.7 33.383 Acoso relacional N % N % RM IC 95% X 2 Muy a menudo 78 1.9 24 16.1 18.8 10.9-32.4 214.99 A menudo 148 3.7 24 16.1 9.9 5.8-16.6 A veces 259 6.5 15 10.1 3.5 1.9-6.4 Muy pocas Veces 698 17.4 40 26.8 3.5 2.3-5.4 Nunca 2830 70.5 46 30.9 REF Alguna vez 1183 29.5 102 68.9 5.3 3.7-7.6 104.017 Ciber acoso N % N % RM IC 95% X 2 Muy a menudo 17 0.4 4 2.7 8.3 2.7-25.6 107.49 A menudo 29 0.7 9 6.1 11.9 5.6-25.6 A veces 79 2 11 7.5 5.1 2.7-9.9 Muy pocas Veces 249 6.2 23 15.6 3.4 2.1-5.5 Nunca 3640 90.7 100 68 REF Alguna vez 374 9.3 48 32.4 4.667 3.3-6.7 83.704 (p<0.001) 93 La figura 4 presenta un resumen visual de los hallazgos de las regresiones logísticas para cada tipo de acoso y cada tipo de conducta suicida como manera de apreciar de manera global el gran número de resultados. Las razones de momios son ligeramente más elevados para el intento suicida (entre 2.6 y 5.3) en comparación con el plan suicida (entre 2.8 y 4.5) y la ideación (entre 2.5 a 3.6). También son más elevados para el acoso relacional en particular. Figura 3: Análisis de predicción sobre el acoso escolar y el riesgo suicida En resumen estos resultados sugieren una relación monotónica, es decir que entre mayor es la frecuencia del acoso mayor es el riesgo de la conducta suicida. Y esta relación se observa para todos los tipos de acoso y todas las conductas suicidas. Además el acoso no tiene que ser frecuente para asociarse con la conducta suicida, simplemente haber sido víctima alguna vez conlleva mayor riesgo. 1 1 1 5.3 3.6 3.1 5.3 4.5 3.6 2.6 3.2 3.1 3.7 2.8 2.5 0 1 2 3 4 5 6 Intento Suicida Plan Suicida Ideacíon suicida Acoso fisico Acoso Verbal Acoso Relacional Ciberacoso Nunca 94 CAPÍTULO VII. CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN. El suicidio es una de las situaciones preocupantes a las que se enfrenta la sociedad en la actualidad ya que en el año 2012 se había convertido en la tercera causa de muerte en los jóvenes de entre 15 y 24 años de edad, incrementando en un 150% a comparación de 1980 (Borges et al 2010; Lozano et al “013; WHO, 2014; Benjet, 2016); hasta el 2014 se encontró que la tasa de suicidios alcanza 7.9 por cada 100 mil jóvenes, es decir 4 de cada 10 suicidios registrados en nuestro país. Son personas que pertenecen a este grupo de edad: adolescencia o adultez emergente, convirtiéndose en un tema al que debemos dar importancia, no sólo en el ámbito de la salud, sino como sociedad (INEGI, 2014). Los suicidios y los intentos de suicidio son acontecimientos que se encuentran inmersos a los marcos sociales que los acontecen, siendo estos elementos que los pueden influir de manera significativa en los comportamientos suicidas (Rojas, 1978). De manera que esté estudio resulta novedoso, no por estudiar el suicidio como un fenómeno aislado, sino por correlacionarlo con otro fenómeno, que en la actualidad es de gran auge: el acoso escolar ya que esté no sólo se observa o se limita al ámbito escolar, sino también a nivel personal y social, ya que en el 2015 México fue situado en el primer lugar de acoso escolar entre otros 34 países (Organización para la Cooperación y el desarrollo Económico, 2015). La presente investigación ofrece datos confiables respecto a estas dos variables, de una muestra de estudiantes representativos de sus universidades en cuatro estados de México: Aguascalientes, Hidalgo, Sonora y Guanajuato. 8.1 Conclusiones y discusión. Este trabajo pone de manifiesto que el riesgo suicida en sus distintas etapas no es resultado sólo de elementos a nivel individual sino también social, colocándolo como un fenómeno que es producto de una serie de factores y procesos psicosociales que forman parte permanente del desarrollo de los jóvenes, pues 95 dichos elementos están en su círculo social inmediato, son una realidad en la que se encuentran inmersos de forma cotidiana. En nuestra sociedad actualmente el ingreso a la universidad representa para cierto sector de la población adolescente una transición de una etapa a otra en donde ellos deben empezar a representar un rol de adulto, con más responsabilidades y expectativas a cumplir, pues es el primer paso para entrar a la vida adulta, convirtiéndolos en adultos emergentes, en donde el ingrediente principal es la carga social. No obstante los adolescentes no sólo se enfrentan a estos cambios, sino que se encuentran en una etapa de avances cognitivos y cambios estructurales que los llevan a un cambio de percepción, pues observan su vida de forma distinta ya que ahora pueden lidiar con problemas más complejos o decisiones más elaboradas, pues se adentran en el mundo del razonamiento y el control de los impulsos por medio de la toma de decisiones que está apoyada en su capacidad de prever el futuro, exigiéndoles la capacidad de demora. Sin embargo estos cambios muchas veces sólo forman parte de lo esperado, pues si bien es cierto, sabemos que estos cambios ocurren después de la adolescencia, ya que la impulsividad forma parte de las características primordiales de esta etapa (Bogin, 1994) pues a pesar de tener habilidades relacionadas con lo antes mencionado, al estar en situaciones llenas de carga emocional no cuentan con la capacidad de anular sus impulsos, llevándolos a colocarse en situaciones de riesgo que se encuentran interrelacionadas, poniéndolos en una posición vulnerable, que puede llegar incluso a la muerte; tal como ocurre con el acoso escolar, es una situación de riesgo que como consecuencia puede derivar en riesgo suicida. En Murcia, España en el año 2010 se realizó un estudio en donde se encontró que el 25% de los estudiantes adolescentes realizaban comportamientos de riesgo social, entre los cuales destacaba el acoso escolar (Cerezo & Méndez, 2012) y en el Estados Unidos en el 2013 se encontró que el 8% de los estudiantes habían intentado suicidarse (Mendoza, 2013); en México en el 2012 se encontró que el 3.9% de los adolescentes reportaron haber sufrido algún tipo de violencia o agresión de los cuales el 29.30% había sucedido en la escuela, así como un 96 incremento en el intento de suicidio, 3.5% de los adolescentes lo había intentado. Postulados que se refuerzan con lo hallado durante el presente estudio. Se encontró que de la muestra total de estudiantes del 10.1% al 40.2% reportaban haber pasado por algún tipo de acoso escolar durante su vida académica. Entre aquellos que reportaron acoso escolar, se encontró que del 19.4 % al 62.4% había tenido ideación suicida, del 25.2% al 60.4% plan suicida y del 32.4% al 68.9% había intentado suicidarse; estas cifras se encuentran fundamentadas en la literatura, pues se ha observado que los jóvenes que tienen antecedentes de violencia en la escuela, tienen mayor probabilidad de presentar conductas de éste tipo (Borowsky et al., 2001). La muestra estuvo compuesta por participantes (96.4%) que se ubicaban entre los 18 y 22 años de edad, lo cual nos habla de personas que se ubican en la etapa de la adolescencia y algunos entrando en la adultez emergente, todos estaban por comenzar sus estudios a nivel superior en las diferentes universidades. Es importante mencionar que sin importar en cuál de las dos etapas estén, la pertenencia social es fundamental, debido a una necesidad de aprobación y atención por parte de sus pares, mostrando la importancia de las relaciones interpersonales. La interacción que hace un adolescente con su medio se da de forma recíproca pues el contexto actúa como modelo de roles y agentes sociales, el tener conflictos en el círculo social inmediato puede derivar en diversas complicaciones a nivel personal, tales como no lograr por completo la creación de una identidad, no satisfacer sus necesidades emocionales y sociales que le permitan comprender su mundo, haciéndolos sentir excluidos y asilados. Tal como ocurre cuando son víctimas de acoso escolar. En nuestra sociedad las conductas que más suelen estar presentes en esta población son la agresividad entre iguales; en el 2014 en México se encontró una prevalencia de 33.8% en estudiantes de nivel medio superior, es decir que uno de cada tres estudiantes había estado involucrado en el acoso escolar (Santoyo & Frías, 2014). Los resultados del presente estudio revelaron que la prevalencia para acoso verbal fue de 41.2%, acoso relacional 30.8%, acoso físico 19.8% y 97 ciberacoso 10.1% para nuestra muestra. Como podemos observar existen diferencias entre la prevalencia de los cuatro tipos de acoso que se midieron en el estudio, encontrando mayor frecuencia en el verbal y el relacional, este hallazgo es consistente con otros estudios (Hoyos, Aparicio & Córdoba, 2005; Cuevas, Hoyos & Ortiz, 2009; Wang, Lannotti & Narsel, 2009) así mismo puede ser explicado por la literatura, dentro de los cambios cognitivos los adolescentes adquieren la habilidad para tomar una perspectiva social lo que los lleva a tomar consciencia de las palabras como símbolos que poseen un significado y uso, notando la carga social y moral de las mismas, esto se ve reflejado en al área psicosocial, tal como ocurre con el acoso verbal (Bogin, 1994; Piaget 1975) . Así mismo violentar de manera indirecta, no presencial y de forma anónima tiene mayor ventaja y facilita la difusión, estas conductas están más enfocadas a la violencia psicológica, mismas que pueden verse reflejadas en el acoso relacional (Olweus, 1998). A partir de los resultados del estudio, se observan mayor prevalencia del acoso verbal, relacional y ciberacoso en mujeres y acoso físico en hombres el doble que en las mujeres (12.5%), estos hallazgos son consistentes con la literatura (Wang, Lannotti & Nansel, 2009; Hoyos, Aparicio y Córdoba 2005; Cuevas, Hoyos y Ortiz, 2009; Santoyo y Frías, 2014). De manera que el acoso escolar es un factor o una situación de riesgo, que es percibida como dolorosa para los adolescentes, ocasionando una limitante para satisfacer sus necesidades emocionales, lo cual en ocasiones puede derivar en riesgo suicida pues se plantea que las personas que cometen un suicidio tienen un dolor psíquico, sentimientos de desesperanza, enojo y desesperación, que ante la falta de recursos que brinden una solución adecuada, dejan como única alternativa estas conductas (Shneidman, 2004; Chávez & Leenars, 2010). Los principales hallazgos de éste estudio, muestran que al correlacionar la presencia de acoso escolar con el riesgo suicida se encontró que existe una asociación significativa entre las tres variables que miden dicha conducta: ideación suicida, plan suicida e intento suicida. El acoso escolar independientemente de su modalidad es un factor que incrementa la probabilidad de presentar ideación 98 suicida, es decir los alumnos que reportan vivir una situación de acoso escolar tienen de 2.4 a 3.1 veces mayor probabilidad de reportar ideación suicida; pensamientos que están enfocados en el suicidio como una solución real a los problemas, si bien el suicidio es una cadena que inicia con la idea de quitarse la vida y que va evolucionando hasta conseguir el objetivo y suicidarse (González- Forteza, 2003) no obstante la ideación es importante no sólo por ser el inicio de está cadena, sino porqué en ocasiones sólo se tiene está y se pasa al suicidio o al intento sin necesidad de estructurar un plan, es decir un suicidio impulsivo (Kessler, Borges &Walters, 1999 en Silverman, et al., 2007) y debemos recordar que ésta característica forma parte de esta etapa. Es mayor el porcentaje de estudiantes que muestran tener un plan suicida en los cuatros tipo de acoso escolar a comparación de lo reportado para ideación, es decir los alumnos que reportaron acoso escolar tienen de 2.8 a 4.4 veces más probabilidad de reportar plan suicida, mostrando que este es un factor que incrementa la probabilidad de presentar estas conductas; el plan suicida es la organización tanto de la ideación suicida y la intencionalidad, seleccionando un método que le permita llevarlo a cabo, tomando la decisión del momento y el lugar, el segundo peldaño de este proceso, en donde se muestra que hay más cognición. Otra contribución de éste estudio es que se encontró que los estudiantes que vivieron acoso escolar tienen mayor probabilidad de presentar un intento suicida, siendo esta variable la que presentó un porcentaje más elevado, es decir que los adolescentes que reportaron acoso escolar tienen de 2.6 a 5.3 veces mayor probabilidad de tener un intento; siendo el último nivel antes de consumar el suicidio, pues es la conducta que busca la muerte de uno mismo pero que en el transcurso fue detenida (Echavarría, 2010); del 32.4% al 68.9% de los estudiantes que han vivido una situación de acoso escolar han presentado tanto ideación suicida como intento. En México se reportó que cualquier evento traumático está asociado al incremento de 3.2 veces de las probabilidades de la aparición de ideación suicida, 5.1 veces las probabilidades de plan y 6.6 veces las 99 probabilidades de un intento suicida (Borges, Benjet, Medina-Mora, Orozco, Molnar & Nock, 2008). La literatura internacional refiere que el acoso escolar es uno de los factores de riesgo, ya que las investigaciones muestran que las malas relaciones entre pares, victimización, agresión y crueldad pueden incrementar la aparición y el desarrollo de conductas suicidas (Ortega-Ruiz & Nuñez, 2012), las tasas de suicidio son menores si existe un mayor nivel de integración social, ya que a pesar de tener un factor biológico que predisponga a la vulnerabilidad emocional y a la falta de recursos que permitan regular emociones, es necesario un factor ambiental que lleve a la presencia de conductas suicidas (Durkheim, 1987; Linehan, 1993) sustentando la relación que se muestra en el estudio entre acoso escolar y riesgo suicida. De modo que las situaciones estresantes representan un factor desencadenante al que debemos prestarle la atención suficiente cuando se habla de suicidio, porqué como ya se mencionó la adolescencia es una etapa de vulnerabilidad ante el riesgo suicida y los estresores más comunes o de mayor impacto, suelen estar relacionados con conflictos interpersonales o situaciones de rechazo. 8.2 Limitaciones del estudio actual y sugerencias para futuras investigaciones. La primera limitación con la que se encuentra la investigación, es que es un estudio transversal, por lo cual no se puede establecer una relación causal ni la direccionalidad entre ambos fenómenos, motivo por el que se sugiere realizar una investigación de cohorte longitudinal que posibilite observar este fenómeno desde otra perspectiva que permita hallar resultados concluyentes desde la causalidad. Si no hay relación causal entonces habría que pensar que hay un tercer factor que explique esta relación. Se ha asumido en esta investigación que el acoso escolar es lo que contribuye a la conducta suicida; es poco probable que la dirección de la asociación sea al revés, pero en este caso se podría explicar porque los jóvenes con conducta suicida son blancos más vulnerables para ser víctimas de acoso. 100 Hay una incongruencia al momento de definir conceptualmente los tipos de conducta suicida, pues algunos autores incluyen el plan suicida dentro de la ideación, entre algunas otras diferencias semánticas dentro de este tema. Dado que las definiciones conceptuales fueron planteadas desde el estudio mayor no se pudo modificar para el presente estudio. Así mismo la falta de información de estas conductas en los jóvenes, hace que puedan ser confundidas con conductas de autolesión, ocasionando un riesgo en los resultados reportados, ya que pueden estar contaminados. La metodología de autorreporte suele conllevar el riesgo de no obtener respuestas honestas. Sin embargo, para medir acoso y conducta suicida es de las pocas metodologías posibles. Además la naturaleza anónima de la encuesta se espera reduce este sesgo y permite mayor honestidad en preguntas sensibles. Otra limitación fue el haber realizado el estudio únicamente en seis universidades de cuatro estados. Se sugiere enfocar investigaciones futuras a un panorama nacional que permita encontrar hallazgos que puedan ser aplicados a toda la población para poder hablar del suicidio y el acoso escolar como un problema real que demanda intervención multidisciplinaria. Del mismo modo se pudo observar que cuando el plantel no solicitaba como requisito contestar la encuesta, difícilmente se llevaba a cabo, ya que en un inicio se planteó que se incluyeran Facultades de Ciudad Universitaria, como la Facultad de ciencias, pero por algunos motivos esto no se pudo conseguir, entre estos destacaba la falta de interés en participar por parte de los alumnos o incluso de las autoridades. Dentro del tema de la población que se utilizó para la muestra se observa que una limitación para generalizar a todos los alumnos universitarios de México, es que a pesar de haber trabajado con una muestra representativa de las universidades participantes, las universidades no son representativas para todas las universidades de México. 101 Se sugiere que se incluyan otras variables que permitan abarcar más áreas dentro de esta problemática, como los factores protectores por ejemplo las redes de apoyo con las que cuentan, pues está podría ser una limitación como lo fue en este estudio. 8.2.1 Implicaciones para políticas públicas de salud y educativas. A nivel general se concluye que todo esto abre una vertiente que es la que necesita mayor atención: La intervención, pues a pesar de que no existe un solo factor que pueda ser el causante en ambas problemáticas, es un aspecto que debería tenerse como prioridad para solucionar este problema. Sugiero que se creen nuevos programas de prevención, intervención y seguimiento del acoso escolar a nivel nacional, pues únicamente Argentina y Brasil cuentan con ellos (Ramírez, 2012). Considero fundamental la creación, modificación y desarrollo de políticas públicas, para dar solución a la problemática planteada durante este estudio. Lo dicho hasta aquí muestra la necesidad de actuar desde diferentes ámbitos, motivo por el cuál sugiero comenzar con la intervención a nivel educativo y de salud. El primer paso a considerar sería la difusión no sólo conceptual de este problema, sino el impacto que tiene en la vida de los adolescentes, es decir cuáles son las implicaciones del acoso escolar observando el riesgo suicida como una de estas mostrando el significado de atravesar por estas situaciones, por lo cual es primordial hacer una campaña tanto en las escuelas a nivel de educación básica, media superior y superior, con el objetivo de abarcar todas las etapas desde sus inicios en la infancia hasta la adultez emergente, esta debería complementarse con campañas de salud emocional, que brinden la información necesaria, no sólo a los jóvenes, sino a toda la población. Posteriormente sería necesario comenzar a realizar programas de prevención, enfocados tanto al acoso escolar como al riesgo suicida pues en ocasiones la ideación suicida no puede ser detectada por los profesionales hasta que esta ya 102 se ha manifestado en un intento de suicidio que requiere intervención médica, una manera en que podrían conjuntarse ambos fenómenos, es que una vez que se realice la campaña y se tenga conocimiento de la problemática, se invite a la denuncia, la cual nos permitirá canalizar a los alumnos que reporten cualquier tipo de acoso escolar, con la intención de brindar ayuda psicológica y académica, en donde se pueda detectar algún riesgo suicida para brindar herramientas emocionales que hagan frente a esta situación así como trabajar con su situación escolar para que el desempeño académico no se vea involucrado y se evite la deserción escolar. Para poder englobar a toda la población que se encuentra en esta situación representa, es necesario que se realicen cambios en el sector educativo, apoyado del sector salud, pueden incluir dentro de sus reformas, alguna en donde se realice una evaluación psicológica como requisito en cada nivel educativo, lo que permitirá detectar a los estudiantes que sean parte de estos eventos, con el fin de diagnosticar algún padecimiento psicológico, así como reconocer a la población vulnerable que podría necesitar intervención. Aquí entra un punto importante, los instrumentos con los que se evaluara, pues es necesario que estos no sean excluyentes en la población, por lo cual se necesita la creación o utilización de un instrumento que sea consistente y valido para incluir a toda la población. Como acabo de mencionar la intervención podría darse de diversas maneras, comenzando podría ser a nivel grupal dentro de las escuela con el objetivo de que sea factible por la magnitud del problema complementándolo con una intervención a nivel individual únicamente para personas que reporten mayor riesgo; se sugiere al sector salud como encargado de proporcionar estas intervenciones ya que dicha atención debería brindarse en las instituciones públicas encargadas de las salud, para garantizar que todos los estudiantes puedan recibir ayuda; sin embargo observando las situaciones actuales del país en este tema, se sugiere replantear la cantidad de profesionales con los que se cuenta, ya que podría ser necesario la creación de áreas, departamentos o instituciones encargadas de proporcionar la atención necesaria, pues si bien los estudiantes son la población a la que va 103 dirigida, es necesario contar con la intervención para personas que formen parte de su círculo social inmediato, como la familia. Por otra parte está intervención puede estar apoyada de intervenciones grupales, a nivel de cursos o talleres que trabajen con el desarrollo de habilidades emocionales que permitan que los jóvenes puedan manejar situaciones que consideran de mayor impacto en sus vidas. En el ámbito escolar, es importante que el personal educativo cuente con una formación que permita tener el conocimiento de resolver o enfrentar tanto el acoso escolar como el riesgo suicida, motivo por el que considero fundamental políticas en donde se deba tener una capacitación y actualización. Por último sugiero un seguimiento de estos adolescentes, para garantizar el éxito de dichos programas y con esto reducir la probabilidad de continuar o presentarse en un futuro. Por todo esto no atender la problemática expuesta puede representar un costo para los jóvenes, su familia, el sector salud y educativo así como para la sociedad, ya que como sabemos es algo que va en aumento y está interrelacionado con conductas que amenazan la salud mental y hasta la vida de los jóvenes. 104 REFERENCIAS. Avilés, M. (2013) Análisis psicosocial del ciberbullying: Claves para una educación moral. Papeles del Psicólogo. 34(1) p. 65-73 Aberastury, A. y Knobel, M. (2001). La adolescencia normal. Un enfoque psicoanalítico. México: Paidós. Acosta, S. (2008) Factores de riesgo asociados a la ideación suicida en adolescentes (tesis de licenciatura). Universidad Nacional Autónoma de México. México. Aguirre, A. (1994) Psicología de la adolescencia. España: Boixareu universitaria Albores, L., Sauceda, J., Ruiz Velasco, S. & Roque, S. (2011) El acoso escolar y su asociación con trastornos psiquiátricos en una muestra de escolares. Salud Pública México. 53(3) p. 220-227. 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