A 7% C d 2.7 Ba + So. f S go ECO UNIVERSIDAD DEL VALLE DE PLANTEL TLALPAN ESCUELA DE PSICOLOGIA Con Estudios Incorporados a ja U.N.A.M. E a E ] a] E? ln bi m E yl ( SÓ ON SAVALE DE LO au FUPIDADA EN 1880 INDICADORES EMOCIONALES DE NIÑOS HIPOACUSICOS DE 5 A 6 AÑOS POR MEDIO DEL DIBUJO DE LA FIGURA HUMANA (DFH) T E S ] 5 QUE PARA OBTENER El TITULO 0E: LICENCIADO EN PSICOLOGIA POR E: OS E ON TOA; ANA MARIA ALBERTINA URIBE VELAZQUEZ DIRECTOR DE TESIS; Lic. Marquina Terán Guillén México, D. F, TESIS CON 1991 FALLA EE ORIGEN J=:Uf'J~ADA N 18ftQ TEL AN ELA E GIA on st dios In r dos l . . . . I I ORES OCI NALES E IN S I CUSICOS E S A~OS R EDIO DEL I JO E A ANA H) s 1 s E RA TENER L I LO D : I I O GIA R S A : A ARIA ERTI A I E ZQUEZ I R E SIS, i . arquina rán 6uill n éxico, O. f. SIS N LA r i EN 91 UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis Digitales Restricciones de uso DERECHOS RESERVADOS © PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL Todo el material contenido en esta tesis está protegido por la Ley Federal del Derecho de Autor (LFDA) de los Estados Unidos Mexicanos (México). El uso de imágenes, fragmentos de videos, y demás material que sea objeto de protección de los derechos de autor, será exclusivamente para fines educativos e informativos y deberá citar la fuente donde la obtuvo mencionando el autor o autores. Cualquier uso distinto como el lucro, reproducción, edición o modificación, será perseguido y sancionado por el respectivo titular de los Derechos de Autor. I • D I C 11 INTRODUCCION ••• , , ••••••••• , • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • l. JUSTIFICACION ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• , • • • • 2 CAPITULO I ANTECEDENTES HISTORICOS •••••••••••••••••••••••• ; •••••• -• • • 8 CAPI TtlLO II f>SPECTOS FISICOS ••••••••••••••••••••••••••••••••• _........ l.l. 2. l. Anatom1a y Fisioloq1a del Aparato de la Audici6n-•••• ; l.l. 2. 2 Elementos Bhicos de Audiolog1a ••••••••••••• -••••• ; •• ;_ l.9 2. 3 Def inici6n y Clasificaci6n de la sordera ••• _.- ·'·, •••• :. • 28 2.4 Valoraci6n de lo Perdida Auditiva ••••••• ,~ •• ;. _31 CAPITULO III MARCO TEORICO •••••••••••••••••••••••••••••• ; ;- • CAPITULO IV METODOLOGIA •••••••••••••••••••••••••••• • ••• CAPITULO V ANALISIS DE RESULTADOS •••••••••••••••••• CAPITULO VI DISCUSION Y CONCLUSIONES••••••••••••••••••• CAPITULO VII _ _ LIMITACIONES Y SUGERENCIAS ••••••••• , •••• ,.--;-... 87 BIBLIOGRAFIA ••••••••••••••••••••••••••• ,................. 89 APENDICES Y ANEXOS ••••••••••••••••••••••••••••••• ,....... 92 Entrevista Test Guest~ltico Visomotor para Niftos El Dibujo de la Fiqura Humana (DFH) Normas para Ni~os Hipoacüsicos de la Prueba de Aptitudes para el aprendizaje Hiskey-Nebraska (NTLA). l M ~ R o D o e e l o M INTRODOCCION La percepción auditiva es una función fundamental en tanto cumple su cometido. La captación de la estimulaci6n auditiva, punto de partida para una serie de procesos de transformación de datos que al integrarse, constituyen en el todo una unidad de información esencial, para integrar el conocimiento del mundo circundante, afectando esto al de- sarrollo psicol6gico y afectivo. Por lo que se considera que una alteración relevante en la en la percepción auditiva obstaculizará en forma importante la captación de la esti- mulación y como consecuencia, la información, lo que marcará deficiencias en la estructuración de las funciones afectivas y psicol6gicas. Desde hace muchos años la sordera ha venido siendo un problema, en el cual se ve afectado principalmente el que la Posee y la familia del mismo, posteriormente las personas que lo rodean como son los parientes y amigos y por ül timo la sociedad, ésto es debido a que existen escuelas que se dedican al tratamiento parcial de la sordera, ya que cuando se dá por causas congénitas es imposible llevar a cabo la recuperaci6n total, lo que nos hace pensar que aün cuando el sujeto pueda desarrollarse de manera casi normal, tendrA siempre el problema de adaptaci6n e integraci6n a su medio ambiente. (Pérez,l.982). Asl nos encontramos ante el hecho de poder determinar hasta que punto el: nii\o hipoacüsico (sordo)z se encuentra adaptado o n6 a su medio ambiente, y si las personas que se encuentran y se mueven a su alrededor, son agentes de esti- mulaci6n o motivaci6n para el bienestar de su personalidad. De todos es sabio que el nino sordo requiere de una educación mas espec1Clca, en las mejores condiciones ambien- tales, si es que "a de tener un desarrollo humano que se acerque más a su potencial". Ninquna orientación beneficiaria al niJ"i.o si no se tiene en cuenta en desarrollo personal y sus necesidades esenciales, éste seguirá siendo ser humano aün cuando se muy grande la pérdida auditiva y como tal debe ser tratado. (Pérez,1982). Se han realizado diferentes investigaciones enfocadas a datos acerca de la personalidad del sordo, pero siempre en comparación del oyente, en los cuales se han obtenido datos en desventaja para los mismos, ya que de antemano se plantea que el sordo tiene un impedimento, el cual, le produce limi- taciones individuales, familiares y sociales. (Myklebust,1975). Pensando que se han realizado grandes esfuerzos por di versas personas (terapistas de audición y lenguaje, médi- cos, audiólogos, maestros especialistas, etc.) interesadas en la rehabilitaci6n del sordo, en la mayor1a de los casos pa- rece ser que éstos se "olvidan'' del aspecto psicológico y de su adaptaci6n social al medio, ya que se limitan a ayudarlos en el aspecto' pedag6qico sin pensar que su rendimiento no será del todo satisfactorio si no se conocen y se manejan en forma adecuada los sentimientos, emociones y pensamientos del nino sordo. Es por eso el interés de la presente investiga- ción en conocer al nii'lo sordo como tal y no en comparación Con el oyente, as1 se considera de suma importancia conocer sus sentimientos, emociones y pensamientos para entender la situación y apoyar a estas personas de la mejor manera posi- ble. (I) En el presente estudio se planteará de forma similar el término hipoacusia y sordera por ser el Qltimo m4s cono- cido e intenta mayor comprensión del tema tratado. Actualmente hablar de poblaci6n afectada por defi- ciencias auditivas refiere el gran problema social que cons- tituyen estas personas. Este panorama se contempla en las investigaciones realizadas por el Instituto Mexicano de Au- dici6n y Lenguaje (I.M.A.L.), las cuales contienen los datos sobre la poblaci6n anacO.sica y débil auditiva en el pa1s. (Valencia,1985). En una investigaci6n auspiciada por la actual secre- taria de Salud (antes SSA) se confirmaron los siguientes da- tos: Hasta 1980 las estad1sticas revisadas eran conserva- doras, se~alando cifras tan bajas como del 3 al 5 \ de per- sonas afectadas en relación a la población total. (Pérez, 1982). A partir de 1984, una población calculada en 72 mi- llones y considerando el 3\ de afectados se obtuvo una pro- porción aproximada de 2 .160, 000 mexicanos con necesidad de servicios especializados solat:1.ente en el área de audici6n disminuida (esta cifra fue proyectada en 1984 basándose en los resultados de las investigación realizada en 1959 por la SSA. que consta en el acta Audiológica y Foniátrica Hispa- noamericana Mayo-Agosto 1959, No.2). oe esta población afectada solo son atendidos 1.326,240. personas que representan el 61\, las restantes 833, 760 que conforman el 38\ no tienen o no asisten a estudios m~dicos. (Roa,1985). La idea actual es de una cifra equivalente a un sor- domudo (para estas investigaciones es el representativo de un anacO.sico) por cada l,600 habitantes lo cual significa que en el pais existen 45,000 personas en estas condiciones de las cuales 10, 400 se encuentran en edad escolar. La incidencia de la alteraci6n en la pérdida auditiva presenta un problema singular, ya que las estad1sticas muestran datos difusos e imprecisos. Bajo el rubro de invalidez e incapacidad se describe la incidencia de la hipoacusia sin especificar el grado o el tipo. (Roa,1985). Se reportan como "secuelas de invalidez e incapaci- dad" y so cuantifica a la nmudez" y a la "sorderaº indistintamente. Por ejemplo la Organización Panamericana de la Salud, ha calculado en nuestro pa1s una incidencia de sordera y mudez del 2\ en la población 9eneral. (Valencia P.,1985). El Doctor Pedro Berruecos, subdirector médico del Hospital. General de la Secretar1a de Salud, afirma que en México, B millones de personas padecen alteraciones negativas del sistema auditivo; entre la población infantil este pro- blema alcanza el 4\ de la niflez en edad escolar. El Doctor Berruecos sef'lala que el número de mexicanos afectados por complicaciones auditivas constituye poco menos de la cuarta parte del total existente en América Latina, donde hay 40 millones de personas con afecciones auditivas y de comunica- ci6n. (La Jornada,1989). De estos 40 millones, indicó, casi la mitad sufre problemas de audición crónica y 9 millones requiere aparatos especiales para' escuchar. En Máxico, uno de cada 10 habitantes registra com- plicaciones en el sistema auditivo; respecto a la población infantil, el 4\ en edad escolar también presenta este tipo de alteraciones. (La Jornada, 1989). En torno a la hipoacusia se encuentran importantes factores que afectan en forma dri1stica el desenvol virniento de las 0 personas con deficiencia auditiva, ya que de acuerdo a las estadisticas en México, una gran mayor1a de adultos viven dependiendo de su familia o bien, se debe a los mCaltiples errores al encauzar éste padecimiento, ya que los padres al encontrarse desorientados se sumergen en estados depresivos de angustia y decepción, que les impide una participación activa en la rehabilitación de sus hijos. {Cortés,1982). En nuestro pa1s, este padecimiento ha estado rele- gado, existiendo pocas instituciones y profesionistas que ofrecen alternativas acertadas para rehabilitar al nif'lo hi- poacúsico. Las formas de detección y evaluaci6n se avocan al conocimiento de funciones cognoscitivas, elaborando solo un diagnóstico pslcométrico sin otorgarle la debida a su desa- rrollo emocional y social. Es por esto que, por medio del presente trabajo, se tratará de conocer cu~les son los indicadores emocionales más frecuentes que presentan los ninos hipoacúsicos por medio del dibujo de la figura humana, con el propósito de entender la situación y apoyar a estos ninos de la mejor manera posible. J D • T I r I e A e I o • JllBTIPl:CJ.CION En el transcurso del trabajo realizado como psicóloga en el Instituto Nacional de la comunicaci6n Humana, he tenido la oportunidad de observar los dibujos de la figura hu~ana en centenares de ninos hipoacüsicos reflejando alteraciones principalmente en las relaciones con su medio ambiente, ten- dencia al aislamiento, pobre auto-concepto, alteraciones en cuanto a su madurez en relaci6n a su interacción social, de- pendencia, inseguridad e impulsividad entre otros; de lo cual surgi6 la inquietud en conocer los indicadores emocionales in.lis relevantes, de los antes mencionados que presentan los ninos hipoacUsicos de 5 a 6 anos. Esto es por que se consi- dera de suma importancia dicha edad, ya que el niño se inicia generalmente en esta edad en el proceso rehabilitatorio (terapia para hipoacüsicos) en lo que es proyecci6n al papel. Es por esto que se pens6 en la aplicaci6n del Dibujo de la Fiqura Humana de los niftos evaluación psicológica de Elizabeth K. !Coppitz ya que se puede utilizar como indice de funcionamiento intelectual, del desarrollo de la percepción (particular.mente de la imagen corporal) y como técnica pro- yectiva. Esta prueba resulta particularmente ütil cuando se trata de niftos entre los 4 y 10 anos. La consigna ambigUa de dibujar "una persona" entera parece llevar al nifto a mirar dentro de s1 mismo y sus pro- pios sentimientos en el intento de capturar la esencia de "una persona•. La persona que un nifto conoce mejor es él mismo; su dibujo de una persona se convierte por lo tanto en un retrato de su interior·, de sus actitudes. El presente trabajo intenta conocer los indicadores emocionales mA.s relevantes en los niños hipoacüsicos y en- tender la relaci6n entre su yo y el medio que lo rodea. 7 Es evidente el efecto de una alteraci6n emotiva y la nota dominante la constituye la distinta organizaci6n y es- tructuraci6n paicol69icas, debidas a la hipoacusia que viene afectando desde la primera infancia. Estas variantes son las que deben decidir las bases de los planes educativos y de los programas de asesoramiento, si de verdad se quieren aliviar los probl .. aa eepecial•• de aprendizaje y de adaptac16n del ni~o hipoacQaico. CAPITULO I A • 'f a C I D a • 'f a 8 JIJITBCBDBllTBB BIBTORICOB DB LA BOllDERA El hombre es un ser altamente dependiente de sus sentidos. A través de ellos recibe las impresiones que in- tegran su experiencia. Y sobre la base de esta informaci6n transmitida por los sentidos construye su mundo, mundo de sus percepciones y conceptos, de su memoria, imaginaci6n, pen- samientos y raz6n. La falta de un sentido reduce y limita el mundo de la experiencia. Priva al organismo de una serie de elementos con los que trabaja la inteligencia y a causa de esta laguna en la experiencia integral, se imponen una serie de conse- cuencias en la ponderaci6n y equilibrio de todo proceso psi- col6gico. El fallo de un tipo de sensaciones altera la in- tegraci6n y funcionaaiento de todos los demSs sentidos. Debido a ello, la experiencia se estructura de manera di- ferente y el mundo de las percepciones, representaciones e imá.genes, as1 como de las ideas, se levanta sobre una base alterada, adqulriendo una nueva configuraci6n. Dichas al- teraciones tienen lugar de modo natural e inconsciente, por lo que puede poner en riesgo todos los dem4s elementos de personalidad, a menos de que el individuo se organice de otro modo. (Roa,1985). La a11plitud y naturaleza de estas alteraciones su- fridas por el organismo dependen del grado de la perturbaci6n sensorial, del momento de su aparici6n y de otros factores, no son idénticas en todos los afectados, pero en todos ellos al parecer, es imperiosa a inevitable, alguna alteración o reorganizaci6n de la experiencia. Por lo visto, la expe- riencia sensorial produce. un impacto que modifica la conducta seg:11n una• determinadas pautas. Esto parece ser verdad, a pesar de las m1lltiples variantes y de las diferencias indi- viduales que pudieran estar implicadas. El prop6sito de éste estudio es investigar la natu- raleza de éste impacto, as1 como el analizar las influencia de la deficiencia auditiva sobre la adaptaci6n emocional en los nifto• afectados. 9 La investigaci6n sobre la sordera, unas de las clases de privacl6n sensorial, cuenta con un largo historial. Las diferentes sociedades a través del tiempo, han mantenido distintas posturas ante las personas con deficiencias audi- tivas. (Davis,1980). As1 tenemos que Arist6teles y después Plinio, sena- laron que •el sordo no pod1a comprender a los dem~s y por lo tanto no era suceptible de educarse". Esta postura se man- tuvo hasta la 6poca medieval, teniendo criterios tan radicales como la expuesta por la "Ley Romana" que no otorgaba los mismos derechos a los sordos como los ciudadanos, llegando a impedir la procreaci6n a los sordos. El Talmud, clasificaba a los sordos entre los tontos y los niftos, mientras que la iglesia cristiana estaba incr6- dula de la capacidad intelectual del sordo, aunque le permi- t1a el matrimonio con ceremonia realizada mediante el len- guaje de signos. El aprendizaje de sordos era considerado c~mo un milagro. (Davis,1980). Fue hasta el aiqlo XVI que un médico italiano (Giromo Cardo de Padua 1501-1572) propuso un conjunto de principios que resum1an la posibilidad de instruir a los sordos. En este siglo son numerosas las diferencias a personas con di- ficultad en la audici6n • Hasta entonces los sordos estaban clasificados en la ~isma categor1a que los deficientes men- tales. En 1555, un monje espaftol Pedro Ponce de Le6n, educa a los niftos sordos de la nobleza y en 1620 en Espa~a aparece el primer libro de sordos, escrito por el monje Juan Pablo Bonet que constitu1a un alfabeto de lenguaje por seftas. (Davis,1980). l.O La carta de Diderot sobre el sordo y mudo, escrita en el siglo XVII, muestra que los fil6sofos de entonces se in- teresaban por los sordos, especialmente en lo referente a las reacciones de la sordera con el lenguaje y el pensamiento. Los primeros intentos de instruir a los sordo comienzan en Europa en la Edad Media, a mediados del siglo XVIII se trata de establecer los derechos personales del sordo en orden a su educaci6n. Durante este periodo, samuel Heineke inicia una escuela de sordos en Alemania, Abbé L'Eppe6 emprende la misma obra en Francia y Thomas Braidwood da los primeros pasos en la Gran Bretatia. La obra de L' Eppeé tuvo una considerable influencia en los primeros trabajos con los sordos en Amé- rica. Carlos Miguel de L'Eppe6, demostr6 que los sordos po- d!an ser educados y hasta vocalizar, lo que generó un mo- vimiento positivo hacia el trabajo con los sordos. (Cortés,1982). Los principales exponentes fueron monjes que crearon institutos dedicados a loa sordos. Las técnicas empleadas iban desde uti).izar instrumentos que incrementaban el nivel auditivo, hasta ejercicios musculares propuestos por Jarnet sobre el 6rea facial. Poateriormente se tunda el centro de .rnformaci6n en lo relacionado a la sordera, con Alejandro Graham Bell, abriendo una nueva senda en la ensenanza del lenguaje del sordo. Este instituto investigaba sobre alg1ln instrumento que ayudara a escuchar al sordo y origin6 los principios del tel6fono. (PerellÓ,1972). Los primeros esfuerzos en crear escuelas para los aordos en los Estados unidos datan de principios del siglo XIX. Inicialmente se intenta en Nueva York, Virginia y connecticut, pero es en Hatford (Connecticut), donde se erige el primer centro permanente para sordos entre los anos 1816 y 1817. A partir de éstas techas, los progresos han sido con- •iderablea. (Davis,l.980). ll En M6xico se anunci6 el 7 de septiembre de 1821, que exist1a un coleqio de sordomudos dirigido por un espanol. En 1861 se promulg6 una ley estableciendo una escuela de sordo- •Udos que por •otivos pol1ticos no logr6 funcionar y fué hasta 1866, que Eduardo Huet empieza la educaci6n de los ni- n.os sordomudos en el colegio de San Juan de LetrAn, nomb- r6ndose un at\o despu6• a Ram6n Alcar6.z como director, pos- teriormente fu6 creada la escuela de profesores para sordomudos, tomando la direcci6n del colegio Protacio Tagle en 1877. (Cortés, 1982). Actualmente se ha llegado ha comprender que los sor- dos e hipoacüsicos pueden •er educados e integrarse a la so- ciedad como miembros activos y productivos de la misma. To- mando en cuenta que la rehabilitaci6n del sordo no debe cen- trarse 1lnicamente en su dltficit auditivo, si no que ademAs debe considerarsele importancia a su problemAtica emocional y de ser posible la de su familia. e a I' X T o L o XX a • I' 11 e T o • l'X8XC08 12 ales conservar el equilibrio antes de convertirse en 6rgano de audici6n. (HAM,A.W.CORllACl(,D.H.,1984). 13 l!!BTllUCTOJIA OUEllAL El o1do gxterno. medio e interno. El o1do externo consiste en un apéndice, la oreja y un conducto que ae extiende desde la oreja al interior del cr&neo (figura No. I) hasta llegar a una cavidad timp!nica o del o1do medio. El conducto no desemboca en el o1do medio porque el tímpano se extiende transversalmente en el extremo profundo del mismo y lo separa del o1do medio. l'J:O!IRA lllo. 1 ISTBUCTQBA QIL OXDO llTIBNO, HIQXO 1 IlfTl8NO ~~~~~~~~~~l___J'--~~~-' º"" """" :stá constituído por la membrana tim- pánica que es una cavidad llena de aire que se abre a la no- sofarínge através de la Trompa de Eustaquio. El oído medio alberga 3 huecesillos: el martillo, el yungue y el estribo. (figura No. 1) que transmiten vibraciones producidas por el tímpano hasta la ventana oval. También se encuentra la ven- tana redonda en esta parte del oído. El oído interno, también llamado laberinto es una estructura compleja formada por un conjunto de cavidades y canales limitados por el tejido 6seo (Laberinto Oseo), dentro del cual se encuentran una serie de estructuras membranosas que ocupan parte de esas cavidades (Laberinto Membranoso). El espacio entre los dos laberintos (Espacio Aracnoide) de la meninge se presenta lleno de perilinfa, de composición seme- jante a la del líquido cefalorraquídeo. En otros delgados conductos que revisten al laberinto 6seo y a las estructuras membranosas, se encuentra un líquido (Endolinfa), diferente a el de la perilinfa. (TUNQUEIRA, 1982). En ciertas regiones el epitelio de sus paredes esta- blecen contacto con los nervios vestibular y coclear, engro- sándose y diferenciándose en órganos especiales (máculas, crestas y órgano espiral de corti). La cavidad central del laberinto 6seo es el vestíbulo en donde de un lado desembocan los canales semicirculares y del otro la cóclea. (figura No. 2). El vestíbulo tiene dos estructuras distintas, el sá- culo y el utrículo. En el utrículo desembocan los canales semicirculares. 14 El o1do medio est~ nstit ido or embrana - l ica e s a i ad a e ire e re o- f ri ge és e r pa e ustaquio. l 1do edio rqa ecesillos: l arti lo, l nque l tri o. iq ra o. ) e t a iten i r ci nes ucidas or l i ano asta ntana val. a bién cuentra en- a nda sta arte el i o. l i o t rno, bién la ado erinto s a t ctura pleja f r ada or n njunto e i ades ales li it os or l t ji o seo aberinto seo), ntro el al cuentran a rie e t cturas embranosas e pan arte e as i ades aberinto embranoso). l acio tre l s s l erintos spacio racnoide) e eninge r senta ll o e erilinfa, e posici6n e- jant~ el i i o f l rr uideo. n tr s l ados ductos e isten l erinto seo s t cturas embranosas, cuentra n i i o ndolinfa), i rente l e erilinfa. J QUEIRA,1982), n i rtas i ne• l itelio e s redes ta- l en ntacto n s rvios sti ular clear, gro- Andose i! i! dose 6 anos eciales Aculas, stas 6 ano piral e rti). a i ad ntral el erinto seo s l st1bulo nde e n l o bocan l s ales icirculares el tro 6clea. ra o. ). l st1bulo e s t cturas i ti tas, l A- lo l t 1culo. n l t 1culo bocan s 11 S icircular••· 15 PISIOLOGIA DEL APARATO DE LA AODICION El proceso de la audici6n se inicia cuando las ondas sonoras del aire son conducidas hacia el fondo de un supuesto embudo donde se abre el conducto auditivo externo protegido por cilios y gl6.ndulas que producen cerumen, evitando con ello la penetraci6n de part1culas s6lidas a la membrana timpAnica. Esta es dotada de una capacidad de vibración transmitida desde el aire exterior y lleva incluido en el espesor el mango del martillo. (Junqueira,1982}. El sistema t1mpano-osicular es el encargado de diri- gir y modificar a la onda sonora aérea hacia el oido estero con un mAximo aprovechamiento, el martillo y el estribo son los encargados de modular los desplazamientos de la cadena de estos huecesillos y as1 el sonido es recogido, transportado y modificado, concentrá.ndolo sobre el estribo ~ue se introduce en la ventana oval a modo de un pist6n (esto es por cada onda que ha recibido el t1mpano). Este movimientos a su vez desplaza los liquides del o1do interno, que es la porción mas profunda y delicada de todo el 6rgano, encargada de trasformar la energ ia mecá.nica en clectromecá.nica que se transmite al cerebro através de las vi.as auditivas nerviosas. El 6rgano transformador del sonido se encuentra en la cOclea. En su interior existe una separación en comparti- mientos denominados cada uno de ellos rampa (ver fig. No. 2). La rampa vestibular timpá.nica contiene perilinfa en tanto que en la rampa media existe endolinfa. Cuando estos liqui- das endolaber1nticos son desplazados por el efecto del pistón del estribo que se introduce y sale de la ventana oval apa- rece una onda que se tr~nsmite através de ellos, deformando el delicado laberinto membranoso sobre el que se asienta el 6rgano de corti. (Junqueira,1982). l'ZG'DRA No, 2 DISPOSICIO!I DEL QRGJU!O VESTIBULOCOCLEl\l\ Di.sello nquemitlco mostrando Ja disposldón del draano vcstibuJococlear y el lnlyecto de Jas vibraciones sonoras a tnvt!s de Jos oldos, encrno, medio e interno. 16 17 Este desplazamiento del 6rgano de corti da lugar a que los cilios de las células contacten con la membrana tec- torial, lo que les deforma inici~ndose un complicado proceso electromagnético. LO que resulta de estos cambios es la aparición de una corriente nerviosa, en las ra1ces nerviosas que se unen al otro extremo da cada cél~la ciliada y que se agrupan para transformar el nervio auditivo interno que sale de la c6clea caminando por el conducto auditivo interno para introducirse en el tronco cerebral y hacer recambio a nivel de los n6cleos coleares en los que existe una representación ordenada de cada sonido recogido en la c6clea. (Junqueira,1982). De estos una nueva conexión cruza al lado opuesto para terminar parte en el complejo olivar superior y para ascender hasta el tubérculo cuadrigémino y el cuerpo genicu- lado medial a nivel del tálamo donde se establece la última conexi6n que lleva la informaci6n hasta la corteza cerebral donde la percepci6n del sonido se hace conciente. (figura No. 3). As1 tenemos que la audici6n normal implica la capa- cidad para comprender el significado de los sonidos. (Ramirez,1987). El que un sonido sea audible no implica que sea com- prensible. La reacci6n al sonido puede ser un acto reflejo y no necesariamente audición, ya que para que esta exista re- quiere de: como: - Un 6rgano auditivo normal - Buen funcionamientos de los centros corticales auditivos - Atenci6n al estimulo auditivo Por lo tanto se puede atribuir al o1do funciones - Transformador o acoplador, logrando que iléreo através del cual se trasmite el sonido en interno sean compatibles acüsticamente, de no existirla reflexión en la que se perderla la mayor la energla. 18 el medio el oldo ser as1 parte de - Transductor, transformando la energ1a mecAnica de las oscilaciones moleculares en energ1a nerviosa, de tal ma- nera que se puedan transmitir las senales por el nervio y lleguen a la zona apropiada del cerebro. - Analizador de ciertas caracter1sticas del estimulo de manera que en el mensaje que se envla al cerebro exista ya informaci6n codificada sobre la frecuencia e intensidad del estimulo. (RAMIREZ, C. RAFAEL A.,1987), FIQllJIA •o. J IBIICIPALIB VIAi AIRIAB ~::::-~ :::.::~ - ~-~·- 19 ELEMENTOS BABICOS DE AUDIOLOGIA 1.- CONCEPTO Y FUNCION. El estudio de la audición ha creado una ciencia de- nominada "Audiologla" que está encargada de estudiar todos los problemas de la audición tanto en el oído normal como en el que acusa deficiencia auditiva. La parte de la audiología que mide la audición en todo el campo auditivo se llama "audiometría”. Esta ciencia ha creado especialistas dedicados única y exclusivamente a esta rama de la otología y se ha extendido de tal forma que ha sido necesario crear Centros de Audiolo- gía donde intervienen otólogos, audiólogos, psicólogos, in- genieros electrónicos y terapistas de lenguaje; esto es todo un equipo que se une para un mismo fin: diagnosticar y pro- porcionar tratamiento a todos los problemas que comparta la falta de audición. (Pialouz,1979). Gracias al descubrimiento del audiómetro se puede explorar el campo tonal auditivo y son muchas las pruebas que permite realizar de acuerdo con la necesidad actual. La audiometría permite investigar: a) La cantidad mínima de sonido que el individuo puede oir b) Conocer el sitio donde queda ubicada la lesión a lo largo del recorrido que sigue el sonido hasta impresionar la corteza cerebral c) Hay individuos cuyos oídos tienen una extraordinaria tendencia a las lesiones acústicas, ésta ciencia permite descubrir estos oídos predispuestos al trauma d) Sirven también para desenmascarar al individuo que simula ser sordo e) Calibra en medicina legal los daños ocurridos en caso de accidente f) Para saber si un oído puede recuperarse mediante cirugía g) Para explorar restos auditivos en deficientes severos con una posible reeducación auditiva, para 20 ~LZKBllTOS JUII B B DI LOGIA l.- CONCEPTQ Y FUHCION, l t dio e l dici6n a do a i cia e- inada udiol c¡1a" e tA argada e t diar t os l s r l a• e l dici6n t to l 1do r al o l e usa fi i ncia ditiva. a arte e l i l q1a e ide l dici6n t o l po diti o lla a i etr1a". sta i cia a do ecialistas i ados Qnica l i ente sta r a e l t l 1a a t dido e l f r a e a i o cesario r ar entros e udiolo- 1a nde i t r i en t6l gos, di6logos, si 6logos, i - nieros l t 6nicos t istas e l uaje; to s t o n uipo e e ara n is o i : i nosticar ro- rcionar t ta iento t os l s r l as e parta l lta e dici6n. i l z, 979), racias l bri iento el i etro ede plorar l ca po t al diti o y s n uchas l s r ebas e r ite lizar e erdo n cesidad tual. a i etr1a r ite i estigar: ) a ti ad 1ni a e ido e l i i i uo ede ir ) onocer l iti nde eda i ada l l i6n a l l o el rri o e i e l ido asta i presionar l rteza rebral ) ay i i i uos yos 1dos ti en a t rdinaria t encia s l i es üsticas, i ta i cia r ite scubrir t s 1dos is uestos l tra a ) i en t bién ara ascarar l i i i uo e i ula r r o ) alibra edicina l al l s ños u ridos so e i ente f ara er i n 1do ede perarse ediante i q1a ) ara plorar t s diti os fi i ntes s eros n a sible r cación ditiva, ,ar 21 poaibilitar al individuo mediante la utilizaci6n de un auxilia auditivo. AdemAa de ••r una eapecialidad englosada en al campo m6dico, hoy, aeta ciencia intereaa tambi6n no solamente para inveatigar la funci6n del o1do •ino también se sirven de ella loa departamentos de terapia de lenguaje, loa educadores, los paic6logoa, etc. La audiol091a tiene un campo da acci6n muy amplio; satisface las exigencias de comunicaci6n entre los individuos y proporciona también diagn6stico y tratamiento a los sujetos que presentan cuadros patol6gicos del mecanismo auditivo. (Northern,1985). 2.- CUALIDAPES PEL SONipo. La onda aonora aa distinque por tres caracterlsticas que aon: rrecuencia (o tono), intensidad (o volumen) y tim- bre. (figura No. 4). a) Frecuencia: Un tono puro puede detinirse por dos medidas: frecuencia e intensidad y se denomina "tono puro" al referirse a un tono que tiene forma de onda es simple y uni- forme. Si a éate tono puro se le aftade diferentes frecuen- ciaa tendremos un "aobratono" o a.rm6nico. Sin embargo, la mayor1a de aonidos qua o1moa no son ni una cosa ni otra, son •ruidos•, ea decir, un tono, conjunto de varias frecuencias y ~uya forma de onda es irregular y no es uniforme. Cambio de preai6n rIOUIUI llo. 4 CUl.CTllJlIH'ICU DB LAS OllDU BOllORA8 [í\J\J'J Tiempo Amplitud ·. 22 Laa onda• aonoras que tienen patrones repetidos son percibidos coao sonidos, en cambio las vibraciones aperió- dica• no repetidas causan una sensaci6n de ruido. El aonido de un vlol1n puede ser un tono puro, ai •• acompafta de varia• frecuencias mas serA arm.6nico, el sonido de un actor de coche ser& un ruido. Por lo tanto se entender! a la definici6n de fre- cuencia como "el n\1Jnero de vibraciones dobles que tienen lu- gar durante el periodo de un sequndo de tiempo". A la sensaci6n subjetiva. de oir esta frecuencia ae llama "tono". Las frecuencias (que aon ciclos por segundo) puedan ser qraves o agudas. El aonido que produce un tambor aerA grave (bajo), el de la 11!rena de un coche de bomberos ser& agudo (alto). El Area de frecuencia que puede ser o1da abarca desde lB cps. (ciclos por •sgundo) ha•ta los 20,000 epa., siendo el 6rea mas sensible la que va desde 500 a 4,000 cps. . Por debajo de soo cps. los sonidos serAn graves, a medida que se pasa qradualmente en frecuencia, estos serAn mas aqudos. Los sonidos por debajo de frecuencias percepti- bles por el o1do se llama "infrasonidos" y por encima de esta misma lrea "ultraaon.idos". De todos modos estos umbrales del Area auditiva no aon absolutos, pueden variar de una persona a otra .. Para msdir la audici6n se utilizan la• dquientea frecuencia• que son las que permiten la mayorla de loa au- di6metros: 125, 250, 750, 1.000t 2.000, l.000, 4.000, 6.000 y a.ooo epa., siendo la• ya mencionadas entre 2so y 4.ooo epa. laa mas Otiles para percibir la voz hWDana. 23 b) Intensidad: Ea tambi6n la "altura", el "volumen" del sonido. cuando decimos ¡baja la televlsi6n1 ¡estA muy alta 1 ea tamos describiendo una dimensi6n del sonido llamado en audioloq1a intensidad. (Pialoux,1979). cualquier materia tiene su unidad de medida y de igual aanera •l potencial acQstico tiene la auya, se mide en vatios. Si ae habla de •presión acdstica", en lugar de po- tencial, la medida se hace en dinas por cent1metro cuadrado (el nivel estandar de referencia para presiones acQsticas es de 0.0002 dinas/cm2, valor qua indica la intensidad de sonido mas suave que puede oir un o1do). Por ser todos ellos unos valores dif 1ciles de manejar se lleg6 al acuerdo de que en acdstica se adopte un sistema loqaritmico que simplifique aquellas mediciones. As1 se es- tablece la unidad logarltmica conocida como "bel 11 , nombre puesto en homenaje a Alexander Graham Bell, inventor del te- 16fono. En ac(lstica se emplea una fracción del bel como unidad denominada decibel (se abrevia db). Sabemos pues que la escala del d'b. es logarítmica. Un decibel, es la menor intensidad sonora percibida por un o1do y esta menor intensidad varia hasta O.J db. para sonidos auy intensos. Un sonido que es 10 db. más intenso que otro, suena el doble de fuerte. Loa niveles de intensidad no son iguales para todos los individuos. En audiologla se dice que estos niveles abarcan de O a 110 db. (los audiómetros permiten esta escala de valores de intensidad) • cualquiera medici6n de intensidad siempre se efectaa en relaci6n a una frecuencia determinada. A una distancia · de un metro, la voz moderada co- rresponde a 40-50 db., si esta es cuchicheada corresponderA a una menor intensidad 20-JO, la intensidad de voz normal estS alrededor de 50 db. en grandes almacenes alcanzan hasta los 80 db., un cami6n ruidoso alcanzara. los 100 db. y un avi6n reactor equivale a unos 120 db. Esta es una forma simple y esquematizada de describir intensidades. 24 El nivel de presi6n sonora del lenguaje varia de un moaento a otra, de una palabra a otra y de un sonido a otro en una aiama palabra. Adem!s que nuestro propio sentido de la intensidad subjetiva de un sonido no es constante. De esta manera se puede observar que un sonido fuerte suena me- nos fuerte después de estarlo escuchando por un largo mo- ••nto. Las grandes intensidades situadas a mas de 100 db. pueden producir molestia• y dolor. Por éste motivo se llama a ástos niveles da audici6n "umbral doloroso". La. intensidad sonora mas pequefta que puede oirse se denomina "umbral sen- sitivo m1nimo•. (ver figura No. 5) e) Timbre: Entre otras cualidades del sonido se puede mencionar el timbre. Este indica "la calidad" del sonido. Por ejemplo: la calidad especifica de sonido de cada instru- mento musical o de la diferencia que existe entre las dife- rentes voces humanas: mujeres, hombres o ninos. (Pialoux, 1979). 3,- FQNCION PEL AUQIOLQGO Ya que es muy dificil evaluar de manera precisa el nivel de audici6n de un nino pequeno, el audi6lo90 procurar! estimular a lo largó de las pruebas la atenci6n y colabora- ci6n del pequeno con suma cautela y paciencia; cuidar! ex- tremadamente la interpretaci6n de las respuestas obtenidas y deber4 ser, una persona experta en esta especialidad y sobre todo sumamente habituada al trato con los niftos con defi- ciencia auditiva. (Northern,1985), 25 Para investigar la audici6n en el nillo sordo, el audi6logo deber& considerar como factor importante: el pre- mio. Cada prueba tendrA al final una recompensa que haga despertar el interés del pequefto, pues la falta de atención y el cansancio son factores dif1ciles de superar y que en mu- chas ocasiones hacen necesaria la interrupci6n de las prue- bas para dar paso al juego hasta un examen posterior. '(Pialoux, 1979). Una adecuada preparaci6n ambiental y un poco de co- municaci6n y juego directo con el audi6logo se har& asimismo necesario. El audi6logo hachar~ mano de su propia imagina- ci6n para colaborar con el nifio. También se puede investigar la audición a base de instrumentos musicales y de juguetes sonoros. La producci6n de sonidos de voz humana es otro método, todos ellos para valorar e investigar el grado de pérdida auditiva en el nino. (Northern,1985). El aud16logo cl1nico mide la audición y hace reco- mendaciones sobre la adaptaci6n de un auxiliar auditivo. Pero la venta de estos aparatos no entra dentro de sus fun- ciones, existen casas comerciales especializadas en ello. El audi6logo debe apoyarse en varias especialidades y movilizarlas. Ahora bien, su funci6n principal entre otras es saber investigar el fenómeno auditivo. (Pialoux,1979). El audi6logo debe formar un a simbiosis con el médico en su labor cl1nica. Sin embargo, la audiolog1a puede ser También una ciencia individual en sus aspectos cient1f icos y de investi9aci6n. 26 4.- BASES SOBRE AUQIOME'fRIA Los aparatos que se usan para evaluar las pérdidas auditivas se llaman audi6metro. Existen varias marcas de audi6metros, como el Maleo, el Békesy y otros. Con estos aparatos se aplican pruebas audiométricas en tonos puros en una c!mara aislada a prueba de ruido deno- minada "c!mara silente". (Pialoux,1979). Por medio de las técnicas audiométricas, que son muy numerosas, se obtienen las audiometr1as, que son las qr!ficas é¡ue indican el grado de la pérdida auditiva en las diferentes alturas tonales, desde los sonidos mas graves (200 ciclos por segundo) hasta los mas agudos (8.000 ciclos por segundo). La mayor1a de los audiometristas coinciden en que las tonalidades de la voz humana abarcan desde 300 hasta 3. 000 ciclos, ámbito tonal denominado por ello "umbral de percep- ci6n de la palabra•. (ver fiqura No. 6) Las pruebas auditivas pueden hacerse por v!a aérea y por v1a 6sea. La v1a aérea se prueba usando los aud1fonos del audi6metro colocados en los pabellones auditivos, para medir la v1a 6sea se requiere de un aud1fono especial que se coloca fuera del o1do, en la prominencia del hueso temporal. Si la p6rdida auditiva se registra tinicamente en la prueba por v1a aérea, significarA que la hipoacusia es de tipo con- ductivo y que el nervio auditivo no estA daftado en lo abso- luto. En el caso contrario, cuando la pérdida auditiva se encuentra ímicamente en la gr&fica marcada por la v1a 6sea, la sordera o hipoacusia es de tipo neurosensorial. Si la pérdida auditiva •• encuentra tanto en la gr&fica de la via aérea como en la 6sea, la hipoacusia es de. tipo mixto. (Pialoux,1979). 27 Las claves usadas en la 9r4fica audiométricas deben permitir diferenciar las cifras que se refieren al otdo derecho de las del izquierdo y la via ósea de la v!a aérea e indicar adem4s la técnica empleada y el aparato que se haya usado. (ver fi91lra No.5) rIOURA llo. 5 TECHA ~-1.f......!!.J!!-?.!•2.!ll.L..__ COAO.!...!...:~Y- ~E"l'l!...f::.~~-;_-..__ HC'ICC"C,.!..~' ¡~•:1 P,"N.:.!~:.::'J:.~.:::.~. cu.·.·-·c~,.~-r.e.;__ C$11·~tC.l....i! __ _ /Hr(AHlCtAC•C'f: IM.;ACUS/4 ~·iArP•At. PtUJF'JflC.J. Nr:JQOSF'-!O•'I.!!.. acec U~.1.0 Ct AP/.;:>.J,:Q t'O:JO Cl ()/A 29 p1rr1rCION28 X CLASIPZCACIOJflB p1 L& SOBDl'R,A. Se ha definido al sordo como aquel cuya audici6n no es funcional para la vida ordinaria, presentando adem&s de- ficiencias en la impresión acUstica. De acuerdo a la 6poca de presentaci6n de la sordera la afecci6n se ha clasificado en dos grupos: SORDERA CONGENITA.- La deficiencia es adquirida antes del nacimiento. SORDERA ADQUIRIDA. - La sordera es contra1da por en- fermedad o accidente. En éste caso se naci6 con audición normal. Sin embargo en el transcurso del tiempo este término ha sido modificado por anacusia como sin6nimo de sordera; e hipoacusia para designar la disminución de la capacidad au- ditiva. (Suria, 1980). Las hipoacusias se han dividido en: HIPOACUSIAS DE TRANSHISION O CONDUCTIVAS.- El sistema mecánico de conducci6n del sonido se encuentra alterado, manifestándose un descenso de la audición por v1a aérea con lntegridad de la percepción por v1a 6sea. HIPOACUSIA DE PERCEPCION o NEUROSENSORIAL.- La lesi6n se encuentra en el interior del caracol o en las v1as ner- viosas encargadas de transportar el impulso nervioso hasta el cerebro. (HA.O. SURIA,1980). Las hipoacusias de transmisión o conducción tienen solución quirürgica en principio, en tanto que las percepti- vas o de recepción no la tienen, necesitando de métodos fo- noaudio16gicos. 30 En las hipoacusias a nivel del o1do externo en la oreja o en el conducto auditivo externo pueden aparecer mal- formaciones que oscilan desde la falta de pabellón y el con- ducto hasta estrechamiento de éste filtimo; por otra parte una causa frecuente de hipoacusia es la aparición de tapones de cerumen que impiden la propagaci6n de las ondas sonoras hacia el timpano. Hay ocasiones también en las que la introducci6n del objetos en el o1do (frijol, algodones, etc.) producen diver- sos grados de hipoacusia, observándose generalmente estos casos en los ninos. En relaci6n al oido medio, el tímpano puede llegar a perder su capacidad de ubicaci6n ya sea por perforaciones a consecuencia de superaci6n, una herida por objetos puntiaqu- dos introducidos desde el exterior o por un aumento de espe- sor y masa cuando se depositan en el sales de calcio a con- Secuencia de cicatrización. En relación con estos trastornos están las enferme- dades del o!do como son: la otitis aguda, el catarro tubárico (que impide la salida de las secreciones hacia la rinofa- ringe), los tumores benignos, las rupturas y dislocaciones de la cadena osicular (a consecuencia de otitis anteriores), en la que ocurre una f ijaci6n de la palatina a la ventana oval es la otosclerosis. Por otra parte en las hipoacusias perceptivas se tiene que las lesiones a las estructuras sensoriales y neu- rales ocurren por causas desconocidae en un alto porcentaje de casos. Entre las causas que se han determinado para ésta afección estAn: HEREDITARIAS.- Que se presentan en forma de lesiones cocleares manifestándose ya sea desde el nacimiento o tar- d!amente en forma de una degeneración progresiva de las células ciliadas. 31 LA RUBEOLA.- Contra1da por la madre entre la 7a y lOa semana de embarazo provocando una lesi6n en las células ci- liadas y la membrana tectoria del 6rgano de corti. INCOMPATIBILIDAD DE Rh.- Que condiciona anemia hemo- 11tica con gran ictericia que lesiona nücleos cocleares. LAS PAPERAS, EL PALUDISMO, LA FIEBRE TIFOIDEA, LA BUCELOSIS (fiebre de malta) y la VARICELA.- Todas ellas son responsables de un gran ntímero de hipoacusias. LA MENINGITIS. - Es la primera causa de hipoacusia dando ligar a la pérdida auditiva de ambos lados. También en el campo de los medicamentos de ha deter- minado el efecto de estos sobre el o1do, mencion&ndose a la KANAMICINA, GENTAMICINA, NEOMICINA, POLIMIXINA, VIOMICINA, QUININA Y SALICILATOS. (Ram1rez,1983). Las implicaciones de una perturbaci6n auditiva var1an segün la persona y las circunstancias. De aqu1 la dificultad de una definici6n precisa de lo que se quiere significar con términos como pérdida de audici6n, sordo o hipoacüsico. Tales denominaciones difieren segün el fin para el que han sido pensadas. En medicina, por ejemplo es frecuente la clasificaci6n a base del cuadro de los s1ntomas patol6gicos. En el campo pedag6gico se atiende preferentemente al grado de sordera y al momento de su origen. siendo diferentes los fines y los criterios, no puede haber un esquema da definici6n que cubra todas las necesidades. 32 !ALOBACIOK DI WI PQPIDJI A!!l!ITID Existen clasificaciones especificas que se basan en diferentes 9rados de audici6n, medidos con instrumentos adecuados para tal efecto y conaiderando la aparici6n de la aisaa. As1 la Escala Internacional da Audici6n, clasifica la p6rdida de audici6n en la siquiente forma: db Hz CLASIFICACION re PTA ( I ) l..- 15 Audici6n Normal (ni!los) 2.- 25 Audici6n Normal (adultos) 3.- 15 - 25 Pérdida superficial (ni!los) 4.- 26 - 40 Pérdida superficial (adultos) 5.- 41 - 55 Pérdida media 6.- 56 - 70 Pérdida media Severa 7.- 71 - 90 Pérdida severa e.- 90 Pérdida Profunda ( / ) Promedio de tonos audibles, y es el promedio del umbral por v1a aérea de 500, 1000 y 2000 Hz. Y de acuerdo a la edad de iniciaci6n se distingue: 1.- Temprana de O a 4-6/12 aftos. 2.- Intermedia da· 4-7/12 a 8-5 a!los y, 3.- Tard1a de 8-6 a 13-0/12 a!los. Es importante seftalar que las pérdittas superficiales no son motivo de un plan rehabilitatorio, lo son las pérdi- das o hipoacusias medias, severas y profundas, a fin de aprovechar al m~ximo la audici6n residual. 33 El '-bito de la hipoacuaia superficial comprende la p6rdida auditiva de 15 a 25 db., de d'sta manera los efectos son menores. En esta fase la voz humana es perceptible y no existe la imposibilidad de comprender el lenguaje, estos ca- sos suelen ser adquirido•. Si la pérdida es palpable se re- comienda la adaptaci6n da un auxiliar auditivo. (I.N.C.H.,1985). C A ~ X T U L O XXX K A R C O T B O R X C o 34 IL DIBUJO QI Ll\ lIOl!llJI ll!!!AJ!A Desde los tiempo• del hombre de las cavernas, el di- bujo es utilizado como una forma de comunicaci6n entre los Seres humanos, como un vinculo por medio del cual pueden ex- presar au tuero interno. Ha sido reconocido desde hace muchos allos por loa psic6loqoa la facultad de estos dibujos para revelar la personalidad. En 1935 Schilder con su libro de •The Image and Appareance ot the Human Body", us6 la imagen del cuerpo y la describi6 como: "La figura de nuestro cuerpo que nos formamos en la mente". A ésta la consider6 como un concepto mAs dinAmico que estático, ya que el indi- viduo percibe la imagen de su cuerpo como una gestalt que se encuentra en estado constante de transformaci6n y reor9ani- zaci6n en el proceso de actuar y reaccionar en su medio am- biente. Concibi6 una idea fundamental en la relaci6n entre el concepto de si aismo, su proyecci6n en el dibujo y la po- tencia de éste 0.ltiao como instrumento para revelar dina- mismos internos que generalmente no pueden ser evaluados. Observ6 y desciibi6 a través de la literatura, el uso de lo revelado por el contenido y la estructura de los dibujos • . (Valdez,M.R., 1979). Schilder dedujo que en los dibujos habla aspectos estructurales relativamente persistentes que reflejan los elementos b&.sicos de la personalidad. Esta clase de pen- samiento creativo, que incorpora la teor1a anal1tica dentro de un concepto cl1nico, sirvi6 de base para la utilizaci6n verdaderamente estimable del dibujo de f i9uras como técnicas proyectivas. Desde entonces los dibujos de figuras se han usado extensamente en el campo de la psicolo91a cl1nica. La proyecci6n en ~bra de las técnicas proyectivas, no es otra cosa que el acto perceptivo mismo, aunque no sea ab- solutamente consciente, la estructura anatomofisiol6gica del ojo o de loe procesos en los que ésta se efecto.a. 35 En otros términos, cuando el nifto cuenta lo que ve en su imagen de forma ambigua, proyecta literalmente su manera de ver. Por 6sta raz6n el dibujo constituye, en cierta manera, una prueba proyectiva, ya que proyecta la "visi6n" del nifto. El término proyecci6n tiene aqu1 un sentido muy general. El nifto se proyecta en el dibujo por que mirando a i•t•, pod&llO& dar del nifto un retrato psicol6gico. El dibujo revela adem&s sentimientos y pensamientos inconscientes en el sentido psicoanal1tico de la palabra, es decir, que se escapa al conocimiento del sujeto no solo por su naturaleza, sino también porque el nif\o no quiere saber nada de ellos y son objetos de una verdadera repulsa. Este punto de vista debe ser distinguido de los precedentes. El nifto no esconde nada, aqu1 se tropieza con procesos defensi- vos. Para contornearlos se deben de tener en cuenta asocia- ciones de pensamiento del nino que permitan indirectamente deducir la existencia y naturaleza de temas inconscientes. (Wldlocher,1978). J .H. Di Leo (1985) menciona que para entender los dibujoa de los ninos es fundamental reconocer que el nifto dibuja au impresi6n mental del objeto y no su observaci6n visual de 61; qua el producto es una representaci6n y no una reproducci6n; y que la representaci6n contiene elementos em.ocionale• e imaginativos. El niflo no distingue entre la realidad y su visi6n de ella. La visi6n y la idea son idénticas. Las manifestaciones gr!ficas de loa pequeftos son encantadores por su frescura y franqueza; dicen mls acerca del artista que acerca dal objeto representado. El objeto eatl distorsionado · por los sentimientos y pensamientos propio& del nifto. La afiraaci6n respecto que el nifto dibuja lo que sabe y no lo que ve expresa una verdad pero no toda la verdad. Resulta m&s adecuado decir que la expresi6n gr&f ica infantil de su penaamiento astl coloreada por sus sentimientos. Esta dimen•i6n agregada hace tan •ignificativoa a los dibujos como expresiones de la paraonalidad. 36 El nifto no es un adulto en miniatura. Su apariencia distintiva no se debe a su pequefio tamafio si no a las pro- porciones de su cuerpo. Reconocer que hay dos mundos, el infantil y el adulto, es un requisito indispensable para comprender al ni~o. La imagen del nifto se crea por la confluencia de ex- periencias sensoriales que en forma gradual se integran en percepciones de forma. Con la maduración y el aprendizaje la imagen cambia. Para el bebé el mundo es la madre. Al co- mienzo la siente y la qusta, luego ve y oye. La percepción est~ fuertemente influida por el afecto. Durante toda la primera infancia la imagen del mundo sigue siendo subjetiva¡ el afecto y la imaginaci6n siquen desempenando papeles fun- damentales en ella. La edad y la experiencia enseñan al adulto a mirar el mundo en forma objetiva. No puede evitar Un grosero error si trata de interpretar el mundo del niño en términos de sus propias percepciones. El concepto del niflo sobre el mundo externo, sus pensamientos y sus sentimientos acerca del medio, se expresan en su lenguaje, acciones y ac- tividad grAfic~. El estudio de la conducta infantil, ex- presiones verbales y grAficas son los indicadores más infor- mativos acerca de lo que sucede en su interior. El pensamiento de los adultos se basa en su mayor1a en el conocimiento objetivo, aunque sea especulativo. ca- rente de hechos y de experiencia, los pensamientos del nii'lo provienen de sensaciones , imaginación y efectos. Valdez Mar1n(1979) explica que el término "desarrollo psicogrAfico" trata del estudio de la actividad gráfica del nii'lo, en intima relación con su desarrollo metal, condicionado por las influencias económicas, pol1ticas y so- ciales en que se desenvuelve y que el modelo de la figura humana, con la que el nino entra en contacto desde su naci- miento, constituye el objeto por excelencia para apreciar como va evolucionando su presentación a través de sus manifestaciones gráficas, desde las etapas o estadios más elementales hasta los mas completos y acabados. Este tipo de dibujo permite el estudio, tanto del trazo como de la estructura y el contenido, permitiendo también comparar su evoluci6n aegQ.n las edades, con fines psicol6gicos y pedag6gicos. Inspirado en los trabajos sobre grafismo y grafomotricidad realizados por Kerschensteiner, Lamprech, 37 Rouaa, Luquet y Binet, as1 como las investigaciones m&s recientes de Goodenough y Fay, autores que han utilizado el dibujo de la figura humana como prueba para determinar el nivel de desarrollo intelectual de los nif\os, el Dr. Valdez Mar1n decidi6 estudiar el desarrollo gráfico del nifto, especialmente en lo que se refiere a la representaci6n de la figura humana y el espacio, para constatar el orden de aparici6n de las etapas seftaladas por los autores ya mencionados y verificar al mismo tiempo si las edades en que se producen estos cambios coinciden con las establecidas por dichos autores. Para la realizaci6n de éste estudio se utilizaron 180 sujetos de ambos sexos, en iguales proporciones, cuyas edades se extend1an de los 3 a los 12 af\os, dividiéndolos en grupos con intervalos de 6 meses, cada nifto realiz6 en forma individual el dibujo de la figura hu- mana. Valdez (1979), tom6 de Fay las siguientes etapas de desarrollo en cuanto al dibujo de la figura humana como cri- terio para determinar el estado general de la representaci6n: etapa de garabateo, etapa de las primeras tentativas de re- presentaci6n, etapa célula, etapa de monigote, etapa del desarrollo diferenciado de los miembros con indicaci6n del ropaje y etapa de la figura humana perfectamente reconocible, es decir con todos sus detalles. Datos obtenidos (estado general de la representación): Garabateo............................... 3 af\os - 4 anos Primeras tentativas de representación ••.•••••••••••••••••••• Monigote •••••••••••.••.••••••••••••••••• Estado celular •••••••••••••••••••••••••• cuerpo diferenciado de los miembros .•••••.••••••••••••.••••• Cuerpo diferenciado de los miembros (con indicaci6n del ropaje) ••••••••••••• Figura humana perfectamente reconocible ••••••••••••••••••••••••••••• af\os - anos - af\os - aftas af\os af\os 5 anos - 9 af\os 6 an.os - B aftas 5 aftos en ade- lante, alcanzando su plenitud a los 9 anos JB De conformidad con lo que aportaron los datos, Valdez (1979) observ6 que el nifto en su desarrollo grAfico sigue una 11nea similar a la del desarrollo del lenguaje y, todo ello en 1ntima relaci6n con el desarrollo mental. Las produccio- nes grAficas infantiles parten del garabateo y a medida que avanza su desarrollo mental va realizando representaciones cada vez mAs ajustadas a la realidad objetiva. Por ültimo seftala que el desarrollo psicográfico de la representación de la figura humana, constituye un verdadero estudio de desa- rrollo, ya que reúne los requisitos enunciados por Piaget (1956) de poseer un orden de sucesión constante, un carácter integrativo y una estructura de conjunto. Los estudios son los mismos y siempre se suceden en el orden descrito, lentificándose o acelerándose según las épocas y sujetos investigados. (Valdez,1979), Para Dolt6 (1980), la imagen del cuerpo tiene una significaci6n dinámica, la cuenta de la representación que nos hacemos de nuestro cuerpo y de los intereses que le atribuimos. EStos varlan según la parte del cuerpo: el niño puede dar gran interés a la zona bucal, las sensaciones que provienen de ésta región son entonces intensas y fuentes de un placer er6tico, se dirla que el investimento libidinal de la zona oral es prevalente. A cada edad el niño tiene de su cuerpo una imagen dinámica que resulta de diversos investimentos libidinales que fija sobre diferentes partes del cuerpo. (Doltó,1980). Las pruebas de evaluación de los factores emociona- les, incluidas las pruebas proyectivas, se apoyan visible- mente en la facilidad verbal. Con los niños hipoacúsicos, los procedimientos utilizados suelen ser el juego y los dibujos. Gradualmente se han ido elaborando pruebas no ver- bales, una de ellas es la del dibujo de la figura humana, a la que dio un gran impulso la obra de K. Machover en 1349. 39 La prueba de la figura humana cuenta a su favor de que adem.§s de ser no verbal, su uso se ha extendido en psiconeurologia, psiquiatria y en psicolog1a. Suele apli- carse dicha prueba como indicador de los problemas emo- cionales y al mismo tiempo para el análisis de las conco- mitantes de comportamiento, que implica los trastornos neu- rol6gicos. (Roa,1985). Mercado (1974) menciona que la prueba del dibujo de la figura humana es sumamente práctica para el diagnóstico de alteraciones cerebrales, as1 como para el análisis de la conducta humana. Machover (1949) ha seflalado su aplicabi- lidacl también para el estudio de la adaptación emocional. Toda esta obra es aprovechable dentro de la psicolog!a de la sordera en la aplicación de la prueba de la figura humana, ya C¡ue puede proporcionar la evaluación entre la deficiencia auditiva y el ajuste emocional. Elizabeth M. Koopitz (1987) coincide con Machover en que la consigna de dibujar 11 una persona" permite obtener di- bujos de la figura humana más ricos en material proyectivo que los "auto-retratos" dibujados a pedido. Los prepúberes y adolecentes tempranos conscientes de s1, son a menudo re- nuentes a dibujarse a s1 mismos, mientras que los nif'ios pe- quenos tienden a centrarse en su ropa y detalles triviales de su aspecto cuando tratan de dibujarse. La consigna ambigila de dibujar "una persona" parece llevar al nino a mirar dentro de si mismo y a sus propios sentimientos en el intento de capturar la esencia de "una persona". La persona que un niño conoce es él mismo, su di- bujo de una persona se convierte en un retrato de su interior y de sus actitudes. Los dibujos de la figura humana (DFH) se han conver- tido en una de las técnicas más ampliamente usadas por los psicólogos que trabajan con niflos, Pero varian mucho los objetos en función de los cuales se los administra. Actual- mente existen dos enfoques principales para la interpretación del DFH. El primero es utilizado por los clinicos primor- dialmente, los cuales consideran el DFH como una técnica proyectiva, y analizan los dibujos buscando signos de nece- sidades inconscientes, conflictos emocionales y rasgos de .. 40 personalidad. LOS representantes de la segunda escuela de pensamiento enfocan el DFH como un test evolutivo de maduraci6n mental. La prueba DFH es una técnica que resulta ser valiosa para evaluar a los nin.os ya que puede ser empleada como prueba de maduraci6n y como una prueba proyectiva. En cuanto a la preocupación por incapacidades espe- c1f icas reflejada en los OFH, Koopitz sostiene que los DFH reflejan la actitud del nino hacia si mismo y hacia su cuerpo. Por lo tanto, el dibujo no necesita guardar ningún parecido con la apariencia real del nif'lo. Un niflo per- fectamente sano y bien desarrollado, pero cuya madre so- breprotectora durante af\os lo ha inquietado por pequei\eces, puede haberse vuelto un hipocondriaco as1 como un inválido y un tullido. En su OFH, puede retratarse como tal. Mientras que otro nii'lo f1sicamente impedido desde su nacimiento o a temprana edad, pero 1ntegramente aceptado y amado por padres maduros y estables, puede haber tenido una buena adaptación ~mocional y soé:ial, y quizá no se sienta distinto a los de- más. cuando éste nino dibuja sin ningún impedimento o signo conflictivo visible, est6 retratado sus sentimientos para consigo, que no tiene por qué ser defensivos. Los OFH de niños con incapacidades son tan variados como los de nil\os sin incapacidades. Los inválidos preocu- pados por sus incapacidades, reflejarán estas preocupaciones en sus OFH, lo mismo que reflejar1an cualquier otra inquietud o ansiedad. La actitud de un niño hacia su deficiencia, de- pender.§. de muchos factores, además de los derivados de su dificultad. En alqunos casos la preocupación de un niño por su impedimento puede aumentar a medida que crece; en otros casos, disminuye con la edad. Los niftos no tienen una manera única de reaccionar ante sus incapacidades, ni tampoco sus reacciones se reflejan siempre igual en los DFH. Diversos estudios han sido realizados con niños, jó- venes y adultos, comparando sordos con oyentes, mediante Cuestionarios y pruebas de personalidad. Thomas (1931) llevó a cabo estudios de la relación entre la sordera adquirida y el transtorno psicol6gico, en- contrando que estos se dan a nivel psiconeurótico. Adcm&s plantea que la pérdida de la audición interrumpe la conver- sación e impone una restricción sobre las relaciones perso- nales, el nin.o sordo intenta alejarse del contacto social para evitar el riesgo de los efectos del aislamiento y la soledad, o no conocer y mal entender lo que los demAs dicen sobre él, lo que puede generar reacciones paranoides. Nafin (1933) y Gregory (1938) estudiaron el efecto de la sordera en la comunidad y en las relaciones sociales en- contrando que los sordos formaban estas de manera menos ade- cuada en comparaci6n con los oyentes. Salomen (1958), Barof (1955), Altshuler (1963) y Do- noghus (1968) en base a sus estudios realizados obtuvieron datos un tanto similares en relación a las caracter1sticas que los niflos sordos presentan y que son: inmadurez, sumi- si6n, dependencia, inseguridad, impulsividad; con deficiencia en la adaptabilidad emocional, falta de ansiedad, de intros- pecci6n y control de impulsos, sin empat1a y con tendencias at1picas conductuales. Myklebust (1975) aplicb el M.M.P.I. a adultos sordos y encontró ciertas reacciones psic6ticas e inmadurez en re- laci6n a su interacción social; el mismo autor hab1a plan- teado con anterioridad que "la sordera provoca que los nirios se comporten de diferente manera, ésta no causa simplemente una inhabilidad en la comunicaci6n humana, provoca que el individuo, vea, huela, use sensaciones tActiles y kinest6- sicas en formas diferentes y quizA algo mc1s importante que todo esto, y tal vez por ésta situaci6n el nifio sordo perciba en otra forma y como resultados de estos cambios en su fun- cionamiento; su personalidad y conducta también sea di- ferente". En 1980 Co11n refiere que los nifios sordos comparados con los oyentes, presentan algunos s1ntomas de retraso en el desarrollo, un elevado número de respuestas emocionales, gran infantilismo y cierto déficit de socializaci6n. Hess (1980) encontr6 que los niños sordos se muestran impulsivos y con pocos intereses en buscar contactos socia- les, con disminución con los efectos y tendencias a la depre- si6n. 42 En 1985 Ma. Dolores Roa C., realiz6 un estudio com- parativo de las caracterlsticas de personalidad entre los ninos de grupos integrados espec1ficos para hipoac1lsicos y los ninos hipoac1lsicos de integraci6n individual, utilizando como prueba proyectiva la del dibujo de la figura humana de Karen Machover y la técnica proyectiva de la casa, Arbol, persona. Las edades de los aujetos fluctuaban entre los 12 y 16 afies y formaron la muestra, tanto sujetos del sexo fe- menino como del masculino. Roa c. encontr6 que en ambos grupos se presentaba como caracter1stica principal, la falta de comunicaci6n y de relación, debido a su problema de audición, haciéndolos m!s introvertidos, inseguros y dependientes. Ella compar6 dos diferentes grupos de hipoac6sicos integrados a distintos medios escolares ya que e11a pensaba que el medio escolar de los G.I.E.H. fueran un !actor determinante que influyera en forma positiva en el desarrollo y adaptaci6n más favorable del medio social, ya que es lo que se procura, además de manejar el aspecto pedagógico y que se trata de que el nif&o no se sienta rechazado, ni disminuido socialmente ante los demás. Encon- tr6 también que los nil\os se sienten limitados y rechazados en algunos casos por la familia, en otros por los maestros y en alquno11 casos más por la sociedad; as1 como por varios casos más por dos o tres factores antes mencionados. Los nil\os hipoacasicos tienden al aislamiento, evitando as1 tanto el contacto flsico como social con los oyentes, manifestando un deseo de relación s6lo entre ellos mismos, formando su "sociedad" propia. La sordera puede causar aislamiento de distintas ma- neras, se ha observado que las familias donde hay niños con problemas auditivos, es dificil que éste pueda ser enterado de todas las ocurrencias y situaciones de la vida diaria, ya que para explicar tales acontecimientos se necesita mucha paciencia de parte de los padres, además de no poder dar to- d~s las explicaciones a causa de las limitaciones de comu- nicaci6n, lo que provoca una deficiencia de la experiencia total, que forma la base de las emociones, actitudes y de la personalidad en general. 43 Por lo que se puede considerar que existe una rela- ci6n entre la sordera, el desarrollo de la personalidad y el ajuste emocional; que ésta altera la experiencia, pues causa una imposici6n sobre la facultad de guiar la mente y provoca la aeparaci6n y el aislamiento; asi el lenquaje resulta ser un factor auy !•portante en el desarrollo de los contactos aociale• y personales, estando éste limitado, impide la ha- bilidad de inteqrar la experiencia, por lo tanto, la perso- nalidad puede ser menos madura, sutil y más sensoriomotora. Dado que en el presente estudio se utilizaron pruebas psicol6gicas, es pertinente hacer una descripci6n de los instrumentos realizados: Test Guest~ltico Visomotor para Niftos. Elizabeth M. Koppitz (1984) en base al test quest~l­ tico visomotor de L. Bender, logr6 adaptar una prueba breve y significativa de percepci6n visomotora para nin.os pequeños. El test guest.iltico visomotor como prueba perceptual y pro- yectiva para todos los niftos de 5 a 6 años, cualquiera que sea su inteligencia, funcionamiento neurológico y ajuste emocional, ha sido el resultado de una exploraci6n sistea&tica y sus principales contribuciones son probablemente los sistemas objetivos de puntuaci6n que fueron estandarizados sobre la base de m!s de 1200 alumnos en escuelas pUblicas. Seg V.I. 4.- Tiempo de Terapia: por lo menos de un año. - V.I. $.- Tipo de escuela a la que acude: jardín de niños de normoyentes, grupos integrados de Educación Especial, Escuela para Hipoacúsicos de Educación Especial y sin Escolaridad. - V.I. 6.- Núcleo Familiar: completo o incompleto. -=V.C. 1.- Capacidad de Aprendizaje Normal o Superior. -= V.C. 2.- Ausencia de Daño Cerebral. - V.C. 3.- Con adaptación de auxiliar auditivo. DEFINICION DE TERMINOS: HIPOACUSIA.- Se define como el defecto que se mani- fiesta en la disminución o pérdida de la audición, la cual puede clasificarse en tres grupos: 1.- Personas sordas desde el nacimiento o desde la primera infancia (las cuales sirven como sujeto de estudio para ésta investigación). 2.- Personas que adquieren la sordera después de ha- ber obtenido el habla y, 3.- Personas parcialmente sordas, capaces de oir con más o menos dificultad. INDICADORES EMOCIONALES.- Según Elizabeth M. Koppitz son un conjunto de signos que está primariamente relacionados con las actitudes, preocupaciones y ansiedades del niño. DISEÑO EXPERIMENTAL: Teniendo en cuenta las característica de ésta inves- tigación, en donde no existió un control directo de la Va- riabie Independiente, debido a que sus manifestaciones ya estaban presentes y al hecho mismo que se considera inherente no manipulable, es catalogado como un estudio expost facto de comparación de grupos. 53 - v.~. J.- ao a uxiliar uditivo: qula qular. • .I. .- i po e erapia: or enos e n fta. .I. s.- ipo e uela e de: 1n e ni~os e r oyentes, r pos r dos e ducación special, scuela ara i oacQsicos e ducaci6n special i scolaridad. .I. .- ücleo amiliar: pleto pleto. .C. .- apacidad e prendizaje ormal uperior. .e. .- usencia e afto erebral. .e. J.- on aptación e xiliar ditivo. pEFINICION PE TERMI OS· I ACUSIA.- e fine o l fecto e ani- sta inuci6n rdida e dición, al ede l sifi arse s r pos: . - ersonas r as sde l ci iento sde r era cia s ales en o jeto e t dio ara sta esti ación). .- ersonas e uieren r era spués e a- er t nido l abla , .- ersonas r i l ente rdas, aces e ir n 4s enos i i ltad. N RES OCIONALES.- Un li beth H. o pitz n n njunto e q os e st4 ari ente ados n s ti des, upaciones si ades el ino. QISEÑO EXPERIMENTAL; eniendo enta s racter!stica e sta es- q ci6n, nde o istió n ntrol i cto e a- le ependiente, bido e s anifestaciones a t an r sentes l cho is o e nsidera erente o anipulable, s t ado o n t dio post to e paraci6n e s. 54 Kerlinger (1979) considera que este diseno es apro- piado, ya que en él se investigan problemas sociales y edu- cativos. Una vez establecido el diseno experimental, se pro- cedi6 a realizar un estudio de variables dependientes con el objetivo de conatatar la hip6tesis, la cual no puede ser mo- dificada por ninquno de los factores que intervienen en el estudio. PROCEQIMIENTQ¡ Los pasos para la obtención de datos en el presente estudio fueron loa aiguientes: - El primer paso fue buscar en el archivo del I.N.C.H., loa e>CPedientea de los ni~os que tuvieron un diagn6stico de hipoacusia bilateral media o pro- funda y con una edad de 5 a 6 af\os; as1 como una capacidad de aprendizaje Normal o Superior. - También fueron tomados en cuenta los nin.os que fueron acudiendo a solicitar revaloraci6n en el de- partamento de psicolog1a de la misma instituci6n y que reunieron las caracter1stica necesarias para éste estudio. - se citaba a los ninos en forma individual de las 9 a las 11 hrs. - Con cada uno de los ninos se establecia el rapport y posteriormente se le aplicaban las pruebas. - La primera prueba aplicada fue el Test Guest~ltico Visomotor para niftos (Koppitz). Para éste fin se le proporcionó alo nii\o una hoja tamafio carta blanca, un l~piz No. 2 1/2 y una goma. Para las instrucciones dadas a estos niftos fue nece- sario el apoyo de senas y gestos, as1 como indicaciones ver- bales, ya que todos se presentaron con su auxiliar auditivo, el cual les proporciona cierta ganancia auditiva. Indi- c~ndoles: "Aqu1 tengo unos dibujos para que los copies Aqu1 estA el primero, haz uno igual a éste". 55 Al terminar la ejecuci6n de cada dibujo se le reti- raba la tarjeta y se le mostraba la siquiente, diciéndole: ahora haz 6ste, continuando as1 hasta concluir con las nueve tarjeta&. Durante la ejecuci6n de lsta prueba hecha por el nifto o nifta •• hicieron laa anotaciones pertinentes, observando la conducta qua el nifto tenla, as1 como el movimiento de la hoja y pollici6n corporal que el nillo hiciera, esto se tomar~ en cuenta para la calificaci6n de la prueba. Posteriormente se aplic6 la prueba de el DFH, para la realizaci6n de ésta prueba se volvi6 a proporcionar al niño µna hoja tamano carta blanca, lApiz No. 2 1/2 y una goma, dAndole laa siquientes instrucciones verbales y con apoyo de senas y gestos: "Quiero que dibujes un niflo/a, lo mAs com- pleto que puedas". Al terminar el dibujo se le dec1a: "muy bien". El objeto de la aplicación de las pruebas anteriores mencionadas fue para seleccionar la muestra del presente es- tudio para descartar la posibilidad de dano org6nico cerebral con el Test Guest6ltico Visomotor para Ninos, y el Dibujo de la Fiqura Humana como prueba proyectiva de indicadores emo- cionales. LOS niflos que no reunieron estos requisitos fueron excluidos de la muestra. Durante el transcurso de la aplicación de las prue- bas, se procedi6 a hacerle una serie de prequntas a la madre, al padre o a la persona que acudiera a la cita con el menor, aichas preguntas fueron efectuadas en relaci6n a: a) Integrantes del n~cleo familiar. b) Calidad de las relaciones interpersonales entre los miembros de la familia (buena, mala, regular). e) Escolaridad del nino o nina. d) Tiempo de asistencia a la terapia. e) Conducta en casa. As1 como se observ6 y se anot6 la conducta del ni~o/a durante el estudio. N!ALISJS DE RESULfAOOS; 56 Se llev6 acabo el an&liaia estadístico de los resul- tado• en base a porcentajea obtenidos por medio del DFH en las variables dependientea, en las variables independientes y el nWaero de indicadores emocionales alcanzados en el total de la muestra, posteriormente se procedió a la realizac16n de las qrAficas correspondientes. Clll'l:'l'ULO V llMllLl:Bl:B D B a Z B U L 'l' ll D O B 57 lllQLTl\DOI DI L&I PROIB&S &PLICJ\D&S El test Guest6ltico Visomotor para Niftos, fué utili- zado en la presente inveatigaci6n dnicamente para determinar si en loa sujetos de estudio existia o no Dafto orgAnico Ce- rebral y en al caso de que 6ata estuviera presente, el nino o hifta aer1a deacartado de la muestra, como no se present6 ninqQn caao, no hubo tal necesidad, ésta prueba fué calificada por tres jueces que estuvieron de acuerdo en que ninguno de los sujetos presentó Dano Orglnico Cerebral. En cuanto a los resultados de la evaluaci6n de los indicadores emocionales del DFH, fueron obtenidos mediante la medici6n de 30 variables dependientes, desglosadas a conti- nuaci6n: 1.- *Integraci6n pobre de las Partes de la Figura. 2.- El sombreado de los DFH. 3.- *El sombreado del cuerpo y/o extremidades. 4.- •El sombreado de las manos y/o cuello. s.- *El sombreado de la cara. 6.- La grosera aaimetria de las extremidades. 7.- La inclinaci6n de la figura en 15 o mas grados. e.- La figura pequena. 9.- La figura grande. 10.- Las transparencias. 11.- La cabeza pequefta. 12.- Los ojos bizcos. 13.- Los dientes. 14.- Los brazos cortos. 1s.- Los brazos largos. 16.- Los brazos pegados a los costados del cuerpo. 17.- Laa aanoa grandes. 18.- Las aanos seccionadas, o sea el dibujo da lo• brazos sin manos ni dedos. 19.- Las piernas juntas. 20.- El dibujo de los genitales. 21.- El dibujo de monstruos o figuras grotescas. 22.- El dibujo espontaneo de 3 o mas figuras. 23.- Las nueves, lluvia y nieve. 24.- La omisi6n de ojos en los DFH. 25.- La omisi6n de la nariz. 58 26.- La omisi6n del cuerpo. 27.- La omisi6n de los brazos. 28.- La omisi6n de las piernas. 29.-•La oaisi6n de los pies. 30.-•La omisi6n del cuello. De los antes mencionados, 6 indicadores emocionales fueron excluidos por ser vSlidos después de los 6 anos, que- dando as1 24 indicadores emocionales, de los cuales tlnica- mente 10 de ellos fueron encontrados en los DFH de los niños ~ipoactlsicos que formaron la muestra del presente estudio ya que los 14 indicadores emocionales restantes no aparecieron. (Los 6 indicadores emocionales excluidos se encuentran seña- lados con un asterisco). (ver tabla 1). Los 10 indicadores emocionales encontrados en los DFH de los niftos hipoac6sicos han sido ordenados de mayor a menor frecuencia, desglosados a continuación: 1.- Los brazos Cortos¡ éste indicador emocional pa- rece reflejar la dificultad para conectarse con el mundo circundante y con las otras personas. Parece estar asociado con la tendencia al retraimiento, al encerrarse dentro de si mismo y a la inhibici6n de impulsos y tué encontrado en un 42.22' de la muestra (en 19 DFH). 2.- Las Manos Grandes; indica una tendencia a actuar impulsoa·agresivos con sus manos, fué encontrado este indi- cador en un 35.55' de la muestra (en 15 DFH). J.- Oibuio de Monstruos o Figuras Grotescas; reflejo de sentiaientos de inadecuaci6n y un pobre concepto de s1 mismo, •e auto-percibe coao si no fueran del todo humanos, se sienten como si fueran extraf\os que no estAn plenamente in- tegrados a la sociedad en la que vi ve; éste indicador emo- cional ha sido encontrado en un 26.66\ de la muestra {en 12 DFH). 4.- La Figuro Grande: manifiesta expansividad, inma- durez y controles internos deficientes, encontrado en el 26.66t de la muestra (12 DFH). 59 5. - La Figura Peque na¡ éste indicador emocional pa- rece reflejar extrema inseguridad, retraimiento y depresión, as1 coao sentiaientos de inadecuaci6n, un Yo inhibido y preocupaci6n con las relaciones con el ambiente. Encontrado en un 24.44' de la muestra (ll DFH). 6.- Lo• Brazos Largos; que parecen indicar inclusi6n aqresiva en •l ambiente, encontrado en un 17.77\ de la mues- tra (8 DFH). 7. - Loa Bro;r;og pegados reflejan un control interno dificultadea para conectarse con 13.33' de la mueatra (6 DFH). a los Coste,dos del cuerno; bastante r1gido y con los dem6s, encontrado en un e.- Manos Seccionadas. o sea el dibujo sin manos ni dedos: signo que refleja sentimiento de inadecuaci6n o culpa por no loqrar actuar correctamente, o por la incapacidad para actuar; este indicador fue encontrado en un 6. 66' de la muestra (3 DFH). 9.- Los Oios Bizcos¡ reflejo de ira y rebeld1a, con hostilidad hacia loa dem6a y no poder o no querer ajustarse a las noraas de comportamiento esperados. Encontrado en un 4.40 (2DFH). 10.- Los Piernas Juntos: indica tensi6n, rigidez y control fr6gil. Encontrado en un 4.44\ de la muestra (2 DFH). (ver qrSfica 1). 60 Tabla _¡_1 Indicador•• l!aocional•• en loa DPB ele loa niaoa bipoacQaicoa. Indicador Emocional Presente Ausente 1.- •Inte9raci6n pobre de las 18 27 Partes de la Figura. 2.- El sombreado de los DFH. 45 3.- •El sombreado de la cara. 45 4.- •El sombreado del cuello y/o 45 las manos. 5,- •El sombreado de cuerpo y/o 1 44 extremidades. 6,- La grosera asimetr1a de las 45 extremidades. 7.- La inclinaci6n de la figura 45 en 15 o má.s grados. 8,- La figura pequen.a. 11 34 9.- La figura grande. 12 33 10.- Las transparencias. 45 11.- La cabeza. pequen.a. 45 12.- Los ojos bizcos. 43 13.- Los dientes. 45 14.- Los brazos cortos. 19 26 15.- Los brazos largos. 8 36 16.- Los brazos pegados a los 6 37 costados del cuerpo. 17.- Las manos grandes. 15 30 18.- Las manos seccionadas, o sea 42 el dibujo de los brazos sin manos ni dedos. 19.- Las piernas juntas. 2 43 20.- El dibujo de los genitales. 45 21.- El dibujo de monstruos. 12 33 22.- El dibujo espont4neo de 3 o 45 mas figuras. 23.- Las nueves, lluvia y nieve. 45 24.- La omisi6n de ojos en los DFH. 45 25.- La omisión de la nariz. 45 26.- La omisi6n del cuerpo. 45 27.- La omisi6n de los brazos. 45 28.- La omisión de las piernas. 45 . 29.-•La omisi6n de los pies. 45 30.-*La omisión del cuello. 9 35 ::! N N .. V.O. 61 aaa.1ca. 11 Indicador•• zaocional•• encontrados en lo• DrK de loa Diaoa hipoacGaico• " ~ •n ~ ~ .. n "' "' "' N N 10 DONDE: 1.- Los brazos·cortos. 2.- Las manos 9randes. 3.- Dibujo de monstruos o tiquras grotescas. 4.- La figura grande. s.- La figura pequel\a. 6.- Los brazos largos. 7.- Los brazos pe9ados a los costados del cuerpo. a.- Manos seccionadas. 9.- Los ojoa bizcos. 10.- Las piernas juntas. 62 Posteriormente se procedió a analizar cada una de las variables independientes, obteniéndose los siguientes resul- tados: 1.- ~.- El porcentaje mayor de la frecuencia lo representa el sexo masculino con un 55.55\ (25 niños), y el 44. 44\ restante corresponde al sexo femenino (20 nin.as). (ver. grA!ica 2). 2.- TIPO QE HIPOACUSIA.- De acuerdo con los resulta- dos obtenidos el 68.BB\ de la poblaci6n padece de hipoacusia profunda, siendo ésta la de más alta incidencia (Jl sujetos), un 22.22\ de la muestra de sujetos cursa con un tipo de hi- poacusia que va de media a profunda (10 sujetos), continuando con un 6.66\ que cursa con una hipoacusia que va de media a severa (3 sujetos) y por Qltimo tenemos que sólo el 2.22\ de la muestra presenta hipoacusia media (l. sujeto). (ver grá- fica J). J.- TIEMPO DE TERAPIA.- Aqui se presentó que el por- centaje mAs elevado corresponde a los antecedentes rehabili- tatorios de 1 a 2 años con un 62.22\ (28 niños), le sigue en un 24.44\ los sujetos que han recibido de 2 a 3 años de te- rapia rehabilitatoria (11 sujetos), luego esta que el 11.11\ ha recibido de J a 4 al\os de terapia (5 niflos) y en Último lugar se encuentra que el 2.22\ ha recibido 5 aftos terapia (1 nillo). (Ver gr6fica 4) blaci6n ños) y !los). 4, - USO PE AUXILIAR AUPITIVO. - El 57. 77' de la po- usa su auxiliar auditivo en forma irregular (26 ni- el 42.22\ restante lo usan en forma regular (19 ni- (ver figura 5) s.- TIPO OE ESCUELA A IJ:. QUE acuptN.- Los resultados muestran que el 55. 55\ asiste a escuelas de Normoyentes, siendo éste el más alto pocentaje (25 sujetos), sique el º17. 77\ que asiste a los llamados grupos integrados (8 suje- tos). Y. en un 8. 88\ se encuentran a los que asisten a la Escuela Especial para Hipoacüsicos (4 sujetos). (ver grAfica 6) 63 6. - NUCLEO FAMILIAR. - La frecuencia más~. elevada en este caso corresponde al NO.cleo Familiar completo con un 75.55\ (34 sujetos), esto es: El padre, La madre y Los her- manos, y el 24.44t corresponde al NOcleo Familiar Incompleto .<11 sujetos). (ver gr.1fica 7) A cada uno de los niftos hipoacO.sicos que participaron en éste estudio se le prequnt6 al finalizar su DFH, y apo- yAndose en seftas: ¿Quién es? a lo que invariablemente se respondi6, algunos de ellos en forma verbal, otros en forma verbal y apoy&ndose en seftas; y otros mas con puras señas; que eran ellos mismos, obteniéndose como resultado que el 100\ se dibujo as1 mismo. También con el mismo porcentaje de 100\ presenta buena identif icaci6n sexual al dibujar el sexo que corresponde a cada uno de ellos. GRAFICA 21 SB E XO. a o “¿Masculino E . Femenino 64 O~ICA 1 • • J: O. 44.45\ asculino enino 65 GllAJ'lCA 31 T 1 P O D B B 1 P O A C U 8 1 A. 68.SS\ 22. ZZ\ 6. 66\ • Media Media a Sev. Media a P. Profunda. 66 cnt»ICJ> 4: T I 1 lll .. O D 1 T ll A T A lll I B lll T o. 62.221 24.44\ ll.111 1 n 2 años z a 3 anos 3 a 4 a~os 4 a 5 anos 67 GIUIJ'XCA 51 'F O ll ll A D B O 8 O D B A O J: :l L :l A R A O D :l 'f :l V O. / / V 7 57. 77\ 4Z.ZZ\ Irregular Regular 6B GRAFICA €: TIPO DE ESCUELA A A QUE ASBSISTEM LOS NIÑOS HIPOACUBICOB. 55.554 17.77% 17.774 8.884 Gpos. Ints. Normoyentes Sin Escol.Para Hipoacúsicos ~ICA 11 I P O • • 8 C O • L A A LA Q O • 8 I • • • O 8 • I 9 O 8 • I • o A e o • I e o •• SS.SS\ . 7\ . 7\ . 8\ pos. ts. or oyentcs in scol. ara i oacúsi 8 69 ORUICA 71 • U C L • O I' A • I L I A R. 75; 551 24.251 Completo Incompleto 70 Dados los resultados cualitativos y cuantitativos se procede a analizar la relaci6n existente entre cada una de las Variablea Dependientes y las Variables ·independientes, quedando ordenadas de la aiquiente manera: A.- Los Brozas Cortos: indicador emocional presente en 19 OFH. De loa cuale• la mayorla de loa ninos tienen una edad que va de loa 5 aftoa 10 meses a los 6 anos (10 sujetos), el 63.15\ pertenece al se~o masculino y usa su auxiliar au- ditivo en forma irreqular. Presentado como tiempo promedio de terapia 2 aftas. El 78.94l tiene Hipoacusia Profunda. Los nó.cleos familiares a los que pertenecen se encuentran com- pletos en un 84.21' y ea referida sobreprotecci6n familiar en un 100\. (ver qr6fica A) B.- Los Manos Grandes: Indicador emocional presente en 15 DFH. La mayorla tiene u"na edad que va de los 5 anos 7 meses a los 6 aftos (12 sujetos); el 60\ de la muestra perte- nece al sexo masculino, con el mismo porcentaje se encuentra que tienen Hipoacusia Profunda; el 66.66\: usa su auxiliar auditivo en foÉ'ma irregular, con un tiempo promedio de tera- pia de 1 afto 7 meses; el 46. 67\ asiste a escuela de Normo- yentes y el 73.33\ pertenecen a NO.cleos Familiares Completos y de los cuales el 100\ refiera sobreprotecci6n familiar. (ver qr6fica B) c.- Dibuios de Monstruos o Figuros Grotescas: indi- cador emocional presente en 12 DFH. En la mayor1a sus edades fluctO.an entre los 5 aftos 6 meses a 6 anos (10 sujetos), el 75\ corresponde al sexo masculino y en el mismo porcentaje presentan Hipoacusia Profunda; as1 como el uso irregular del auxiliar auditivo. Con un tiempo promedio de terapia de 1 afto. Un 41.66t asista a la escuela de Normoyentes y otro 41.67t no tiene escoll!l:ridad. Los NO.cleos Familiares Com- pletos aa encuentran en un 66. 66t en donde es referida so- breprotecci6n familiar en un 100\. (ver gráfica C) D.- Lo Figura Grande: indicador emocional presente en 12 DFH. La mayor1a de los sujetos presentan una edad que va de los sanos 7 meses a 6 anos (11 sujetos). Un 50\: corres- ponde al sexo masculino y otro 50t al sexo femenino, el tipo de Hipoacusia Profunda se presenta en un 75\. El uso del auxiliar auditivo es Regular en un 58.33\, el tiempo promedio 71 de terapia rehabilitatoria es de 2 atlo. En 41.66l de la •uestra asiste a la escuela de Normoyentes. El 91.66t per- tenece al NCacleo Familiar completo y es referida sobrepro- tecci6n familiar en el lOOl de los casos. (ver gr4fica D) E. - La Figura peguena: indicador emocional presente ~n 11 OFH. La• edades var1an de los 5 aftos e meses a 6 aftoa en la aayor1a de loa aujetoa (7 sujetos), el 63.64' corres- ponde al sexo masculino, el tiempo de hipoacusia mas fre- cuente ea la Profunda; en un a1.s1t. El 90.90t de los niftos usan su auxiliar auditivo en forma Regular. El tiempo pro- medio de terapia de 1 at\o 2 meses. Un 45.45t asiste a la escuela de Normoyentes y el 54.54 pertenece al Nücleos Fami- liares Completos. (ver 9r&fica E) F.- Los Brazos Largos: indicador emocional presente en B OFH. La mayor1a de los nin.os presenta una edad entre los 5 anos e meses a 6 anos (7 aujetos), el 75\ de los casos corresponde al sexo masculino y en el mismo porcentaje usa su auxiliar auditivo en forma Irregular con un tiempo promedio de terapia de 2 anos. El 50\ de la muestra cursa con Hipoa- cusia Profunda. Un 87.56\ asiste a la escuela de Normoyentes y el NtJ.cleo Familiar se encuentra Completo en un 62. 56\. (ver gr4fica F) G. - LOs Brazos Pegados a los Costados del CU@rpo: indicador emocional presente en 6 OFH. La mayor1a de los ninos presentan edades entre 5 anos 10 meses y 6 (4 sujetos). Un so• corresponde al sexo masculino y otro 50' al sexo fe- menino. El 66.66' presenta Hipoacusia Profunda, con el mismo porcentaje tienen un uso Irregular del auxiliar auditivo. Teniendo un tiempo promedio de terapia de l ano 4 meses a ano 7 meses. En 50' de los ninos tienen escolaridad y su NQcleo Fa•iliar se encuentra Incompleto en un BJ,. (ver qr&tica G) H.- Las Manos Seccionadas. o sea el Dibuio de B~azos sin Manos ni Dedos: indicador emocional presente en 3 DFH. Las edades de los sujetos f luctOan entre los 5 aftos 4 meses a los 6 anos, el 66.66' pertenecen al sexo femenino El 100' de la muestra utiliza su auxiliar auditivo en forma Irregular y con el mismo porcentaje se encuentran que presentan Hipoa- cuaia Profunda. con un tiempo promedio de terapia de 1 ano; el 66.67' de los niftos no tienen escolaridad y su Ndcleo Fa- áiliar se encuentra Completo. (ver grAfica H) 72 I.- Los o1os Bizcos: indicador emocional presente en 2 DFH. Las edadea son de 5 anos 8 meses y 6 anos, un sujeto corresponde al sexo masculino y otro al sexo femenino. Los dos usan su auxiliar auditivo en forma Irreqular y presentan un tipo de Hipoacusia Profunda. En cuanto a su Núcleo Fami- liar en uno de ellos se encuentra Completo y el otro Incom- pleto. (ver qrAfica I) J.- Las Piernas Juntas: indicador emocional presente en 2 DFH. Las edades de los sujetos son de 5 años 1 meses y de 6 anos, uno de los sujeto corresponde al sexo masculino y otro al sexo femenino. Los dos presentan Hipoacusia Pro- funda. El tiempo de tratamiento del nifto es de 5 afias y el de la nina de 1 afto, el nif'to asiste a la escuela de ?lormo- yentes y la nif\a no tiene escolaridad. Los dos usan su au- xiliar auditivo en forma Irregular y pertenecen a Nücleos Familiares Incompleto. (ver gr4fica J) OllArXCA &1 LO• Braao• corto•. (19 DrB). 100\ 81.Zl\ - 78.941 - 63. IS\ SZ.63\ 31. 57' 26. 31\ DONDE 1.- Edad: de s-10 a 6 aftas. 2.- Hipoacusia Protunda. 3.- Sexo: masculino. 4.- Con 2 aftos de terapia. s.- con uso Irreqular del Auxiliar Auditivo. 6.- Sin Escolaridad y Escuela de Normoyentes. 7.- NQcleo Familiar Completo. 73 24 GRAFICA Bt Las Manos Grandes (15 DF). 100% - 80% 73.33% ] 66.664 7 A 505 — 46.674 DONDE: 1.- Edad: de 5-7 a 6-0 años. 2.- Sexo: masculino. 3.- Tipo de Hipoacusia: Profunda. 4.- Tiempo de Terapia: 2 años. 5.- Uso de Auxiliar Auditivo: Irregular. 6.- Tiempo de Escuela a la que Asisten: Normoyentes. 7.- Núcleo Familiar: Completo. O~ICA DI a• llano• or n4•• 5 PB). 0\ 0\ \ . 61 60; .67\ NDE: .- dad: e -7 -0 ftos. .- exo: asculino. .- i o e ipoacusia: r funda. .- i po e erapia: ftas. s.- so e uxiliar uditivo: ular. .- i po e scuela e sisten: ormoyentes. .- acleo amiliar: o pleto. 74 GRAPXCA c1 Bl Dibujo 4• Nonatruoa o Fiquraa Groteacaa (10 DFB). 100\ 90\ 75\ 66.66\_ 41.67\ 41. 66 \ DONDE: l.- Tipo de Escuela a la que Asisten: Normoyentes. 2.- Sexo: ~a~culino. J.- Tipo de Hipoacusia: Profunda. 4.- Tiempo de Terapia: l años. 5.- Uso de Auxiliar Auditivo: Irregular. 6.- Tipo de Escuela a la que Asisten: Sin escolaridad. 1.- Nücleo Familiar: completo. s.- Edad: de 5-6 a 6-0 años. 75 GRAJ'XCA DI La riqura Gran4a 112 DrB). 100\ 9l.b6\ 75\ 58.33\ - 50\ 41.66\ DONDE: 1.- Edad: de 5-7 a 6 anos. 2.- Sexo: masculino y femenino. 3.- Tipo de Hipoacusia: Profunda. 4.- Uso de Auxiliar Auditivo: Regular. s.- Tiempo de Terapia: 2 anos. 6.- Tiempo de Escuela a la que Asisten: Normoyentes. 7.- Nacleo Familiar: completo. 76 QRU'ICA •• La l'iqura l'equell& ( 11 DrB) • 100\ 90.90\- 81.81\_ 75\ 54.54\ 45.45\ DONDE: l.- Edad: de 5-B a 6 aftos. 2.- sexo: aasculino. J.- Tipo de Hipoacusia: Profunda. 4.- Uso de Auxiliar Auditivo: Regular. s.- Tiempo de Terapia: 1 afio 2 meses. 6.- Tiempo de Escuela a la que Asisten: Norm.oyentes. 1.- N~cleo Familiar: completo. 77 ORAJ'ICA r1 LO• Br8S08 Larqo• (1 Dra), 100\ ~~i56t -t-==:;z:::==n 62.56\ 50\ DONDE: 1.- Edad: de 5-8 a 6 anos. 2.- sexo: masculino. J.- Tipo de Hipoacusia: Profunda. 4.- Uso de Au~iliar Auditivo: Regular. 5.- Tiempo de Terapia: 2 ano. 6.- Tiempo de Escuela a la que Asisten: Normoyentes. 7.- Nücleo Familiar: Completo. 78 GRAFICA G: Los Brazos Pegados a los Costados del cuerpo (6 DYFE). . 83.334 _ 66.664 50$ q DONDE: 1.- Edad: de 5-6 a 6 años. 2.- Sexo: masculino y femenino, 3.- Tipo de Hipoacusia: Profunda. 4.- Uso de Auxiliar Auditivo: Irregular. 5.- Tiempo de Terapia: de laño 4 meses a 1 año 7 meses. 6.- Tiempo de Escuela a la que Asisten:sin escolaridad. 7.- Núcleo Familiar: Incompleto. 79 ~Ic& Q1 O• • • a » ; 4oa a oatadoa 4•1 erpo 1 J'll). "'"'nmdl . 66 \ 0\ 1 z s 7 NDE: l - dad: e -6 nos. .- exo: asculino enino. .- i o e ipoacusia: r funda. .- so e uxiliar uditivo: ular. .- i po e erapia: e fto eses no eses. .- i po e scuela e sisten:sin olaridad. .- ücleo amiliar: pleto. GRAl'ICA •• loa• xanoa aacoio11a4aa, o ••• •1 Dibujo 4• lo• Brasoa •in xano• ni D•4o• 1001~ 66.671 L i i i r=+=::::;==o71 1 3 4 DONDE: l.- Edad: de 5-4 a 6 afios. 2.- Sexo: femenino. 3.- Tipo de Hipoacuaia: Profunda. 4.- Uso de Auxiliar Auditivo: Irregular. 5.- Tiempo de Terapia: 1 afio. 6.- Tiempo de Escuela a la que Asisten:sin escolaridad. 7.- NGcleo Familiar: completo. 80 CIJIUIC& JI Lll8 PierD&8 J1111t&8 (2 Dl'B). 1~~: CT=--EFJ===Eh 1234567 DONDE: 1.- Edad: de 5-1 a 6 afto•. 2.- sexo~ masculino y femenino. J.- Tipo da Hipoacusia: Profunda. 4.- Uao de Auxiliar Auditivo: rrreqular. s.- Tiempo de Terapia: 1 y 5 afto. 6.- NQcleo Familiar: Incompleto. 7.- Tiempo de Escuela a la que Asisten: sin escolaridad y Normoyentes. 81 ClllUICA II Lo• Ojo• •hco• (2 DDI. 100\ ~ .... ,c.=~,=~~ 50\cti 1 LLLJJ 3 DONDE: 1.- Edad: de 5-B a 6 aftoa. 2.- sexo: masculino y femenino. J.- Tipo de Hipoacusia: Profunda. 4.- Uao da Auxiliar Auditivo: Irregular. s.- Tiempo de Terapia: de 1ano 3 meses a Jaftos 6 meses. 6.- Tiempo de Escuela a la que Asisten: Normoyentes. 7.- Ndcleo Familiar: completo e Incompleto. 82 83 Tomando en cuenta los resultados obtenidos cuantita- tivamente de acuerdo al número de indicadores emocionales encontrado• en lo& DFH de los niftos hipoacOsicos, se procedi6 a analizar el número de Variables Dependientes con cada una de las. Variables :Independientes, las cuales se describen a continuaci6n: 1.- Niftoa hipoacd•icoa que presentaron de 2 a 4 in- dicadores emocionales en sus OFH. Total de sujetos 29. De los cuales preaentan una edad que va de los 5 aftos 6 meses a los 6 af\o& en su mayor1a. El 62. 5\ pertenece al sexo mas- culino. El 72.41' presenta Hipoacusia Profunda. Con un tiempo promedio de terapia de 1 ano 7 meses, con uso Irre- qular del auxiliar auditivo del 68.96t. El 44.82t asiste a la escuela de Normoyentes. Y en un 68. 96\ de la muestra tiene su Ndcleo Familiar Completo. (ver qr&f ica I) II.- Los nifto• hipoacGsicos que presentaron un solo indicador emocional en sus DFH formaron un total de 11 suje- tos y 9 de ellos tienen una edad que va de los 5 aftos 7 meses a loa 6 aftos. El 54.54' pertenece al sexo femenino, preva- leciendo la Hipoacusia Profunda en un 72.72' con un promedio de tiempo de terapia rehabilitatoria de 1 afto 6 meses. El 54.54' Uaa au auxiliar auditivo en forma Irregular. El 63.63\ aaiate a la escuela de Normoyentes. Y el NCcleo Fa- miliar prevaleciente es el Completo en un 90.90,. (ver qrA- fica ll) III.- Loa niftoe hipoacGsicos que no presentaron nin- qQn indicador emocional en sus DFH, hacen un total de 5 su- jetos en donde el sexo masculino es prevaleciente en un 60\, los tipoa de hipoacusia que predominaron son: la Hipoacuaia Media, Media a severa, y la Hipoacusia Media a Profunda, ha- ciendo un total de 60t. El uso del auxiliar auditivo ea Re- qular en un lOOl; el tiempo promedio de tratamiento rehabi- litatorio e& de 2 anos 6 meses. El NO.cleo Familiar predo- minante es el completo en un 1oot. El 1oot de los niftos hi- poacQsicos que no presentan ningdn indicador emocional asis- ten a la escuela Normoyente. (ver grAfica III) 84 GJUl7ICA I1 De 2 a t In4ica4ora• laooionala• pr•••nt•• an lo• Dril 4• 21 ni6o• bipoacQ•ico•. / /I /' / / / ,/ L/ 72.41\ 68.96\ 62.5\ 68.96\ 44.85\ I/ DONDE: 1.- sexo: masculino. 2.- Tipo de Hipoacusia: Profunda. l.- Uso de Auxiliar Auditivo: Irregular. 4.- Tiempo de Escuela a la que Asisten: Normoyentes. s.- NQcleo Familiar: Completo. 1 Con 1 afto 7 meses con tiempo promedio de terapia para hipoacQsicos. GRAPZCA zzz con •61o 1 Zndicador zmociona1 pr•••nt• en 1o• DFll 4• 11 nifto• hipoacüoicoa. 90.90\ 63.63\ 54.54\ DONDE: l.- sexo: femenino. 2.- Tipo de Hipoacusia: Profunda. 3.- Uso de Auxiliar Auditivo: Irregular. 4.- Tiempo de Escuela a la que Asisten: Normoyentes. 5.- Ndcleo Familiar: Completo. Con l ano 6meses con tiempo promedio de terapia rehabilitatoria. 85 GRAFICA III3 Con Mingún Indicador Emocional presente en sus DH de 5 niños hipoacúsicos. 1004 100% | 100% 604 60% DONDE: 1.- Sexo: masculino. 2.- Tipo de Hipoacusia: Media, Media a Severa Y Media Profunda. 3.- "Uso de Auxiliar Auditivo: Regular. 4.- Tiempo de Escuela a la que 'Asisten: Normoyentes. 5.- Núcleo Familiar: Completo. Con 2 año 6 meses con tiempo promedio de terapia rehabilitatoria, ~XCA XXXI on lnqjln Xn4loa4or Baoclonal raaanta a a lrll 4• l6oa bl ac6alcoa. / / / /1 i 1 / 7 100\ 100\ 100\ j 0\ 0\ 1 1 I/' NDE: .- s o: asculino. .- ipo e ipoacusia: edia, edia s era y edia r funda. J.- U o e uxiliar uditivo: egular. .- i po e scuela e · sisten: ormoyentes. s.- úcleo amiliar: ompleto. on o eses n tie po edio e pia abilit t ri . 86 87 En la presente investi9aci6n fue encontrado que en un 64.45i de la poblaci6n muestra, en los DFH de los ni~os hipo- acQsicos se presentaron de 2 a 4 indicadores emocionales que son altamente suqestivos de problemas emocionales y relacio- nes interpersonales insatisfactorias, en un 24.44t de los DFH se presentó a.o lo un indicador emocional, lo cual no parece ser concluyente y no es necesariamente un signo de perturba- ción emocional y por Último en el 11.11\ restante de los OFH de ni~os hipoacQsicoa no se presentó nin9Gn indicador emocio- nal. Por lo que en el presente estudio se acepta la hipóte- sis alterna y se rechaza la hip6tesis nula. (ver 9rAf ica IV) or&tica IV [] 2 a l Inaicadores Emocionales ~ l Indicador Emocional 111 O Indicadores Emocionales 88 Por otra parte tam.bi6n se encontr6 que en el 66.66\ de los niftos hipoac6sicos dibujaron orejas prominentes, por- centaje confor111.ado por 30 sujetos de los cuales el 86.67\ presentan Hipoacusia Profunda. Los aud1fonos aparecen en los OFH en un 42.22' (en 19 DF!I) y la boca amplia aparece en un 95.SSt (en 43 DFH). En cuanto a las preguntas hechas a la madre, al padre o a la persona que acudiera a la cita con el menor, con res- pecto a las relaciones interpersonales, se encontró que en un 57.77\ las relaciones interpersonales son referidas como re- gulares (26 casos), en un 22.23\ fueron referidas como buenas ( 10 caso•) y en un 20\ fueron t·eferldas las relaciones inter- personales como malas (9 casca). Con respecto ala conducta en casa, se observo.t' que en 95.55\ la conducta de los ni~os es referida como caprichosa y berrinchuda (43 sujetos), el 33.33\ adema"s de ser referida su conducta como caprichosa y berrinchuda, tambi~n fue referida como aqreaiva, ' (15 sujetos). Por Último un solo sujetos es referido como tranquilo en cuanto a su comportamiento cuyo porcentaje corresponde_ al 2.22\. Los resultados de la conducta observada durante el estudio p•icol6gico muestran que en un 77.78\ presentan con- ducta cooperadora, tranquila y sociable, as1 como lapsos ade- cuados de atenci6n. 89 TOTAL DB BUJZTOB BIPOACUBICOB No. de suj. Edad Sexo e.A. Equivalente oiagnos. Audiol. 1 s-o F Normal Hip.Media a Severa. 2 s-o M Normal Hip. Profunda. s-1 F Normal Hip. Profunda. s-2 F Normal Hip. Profunda. 5 S-4 F Normal Hip. Profunda. 6 S-4 F Normal Hip. Profunda. 7 5-S M Normal Hip. Profunda. 8 5-6 M Normal Hip. Profunda. 9 S-7 F Normal Hip. Profunda. 10 5-7 M Normal Hip. Profunda. 11 S-7 F Normal Hip.Media a Profunda 12 5-8 M Normal Hip. Profunda. 13 S-8 M Normal Hip. Profunda. 14 5-8 F Normal Hip. Profunda. 15 S-8 F Normal Hip. Profunda. 16 S-8 M Normal Hip. Profunda. 17 S-8 F Normal Hip.Media a Profunda 18 S-8 M Normal Hip. Profunda. 19 S-9 M Normal Hip. Profunda. 20 S-9 F Normal Hip. Media. 21 S-9 M Normal Hip. Profunda. 22 s-10 M Normal Hip.Media a Profunda 23 s-10 M Normal Hip. Profunda. 24 5-10 M Normal Hip.Media a Profunda 25 5-11 M Normal Hip.Media a Profunda 26 5-11 M Normal Hip.Media a Profunda 27 5-11 F Normal Hip.Media a Profunda 28 s-11 M Normal Hip. Profunda. 29 s-11 M Nor111al Hip. Profunda. 30 6-0 M Normal llip.Media a Profunda 31 6-0 M Normal Hip.Media a Profunda 32 6-0 M Normal Hip. Profunda. 33 6-0 M Normal Hip. Profunda. 34 6-0 M Normal Hip.Media a Profunda 35 6-0 M Normal Hip. Profunda. 90 TOTllL D• 8Uó7ST08 BIPOAC68IC08 No. de suj. Edad Sexo C.A. Equivalente Diagnos. Audiol. 36 6-0 M Normal Hip. Profunda. 37 6-0 F Normal Hip. Profunda. 38 6-0 F Normal Hip.Media a Profunda 39 6-0 F Normal Hip. Profunda. 40 6-0 F Normal Hip. Profunda. 41 6-0 F Normal Hip. Profunda. 42 6-0 F Normal Hip. Profunda. 43 6-0 F Normal Hip. Profunda. 44 6-0 M Normal Bte. Hip. Profunda. 45 6-0 F Normal Hip.Media a Profunda TOTAL: 45 Sujet,os de ambos sexos. D e o 11 C A P X T U L O VX • e e L U u T R B o 6 a o 11 • 8 9l considerando los diferentes resultados en los di- versos autores que han estudiado aspectos de personalidad en el sordo como Thomaa, Nafin, Salomen, Myklebust, Colin, Hess y Roa Cam.arillo entre otros, realizando una comparaci6n de ~stos con los oyentes y que han encontrado como caracter1sti- cas principales, la falta de relaci6n y comunicaci6n que se presentan primordialmente en los sordos, debido a su problema de audici6n qua los hace mas introvertidos, inseguros y de- pendientes, como lo menciono Donoghus y Saloman. Clasifi- cando ademas otras caracter1sticas que en cierta medida se presentan en los oyentes pero definitivamente son mucho mas acertadas en los sordos; en el presente estudio se encontra- ron caracter1sticas similarea a las ya dadas por los autores antes aencionados, encontrAndose caracter1sticas de aisla- miento, inseguridad, dependencia, etc., no pudiéndose deter- minar en grado, pero si que los ni~os se sienten limitados y rechazados por la facilia, por los maestros y por la sociedad como lo seftalo Roa c. En base a los resultados logrados, donde se encontr6 que ninguno de 0 loa niftos hipoacüsicos present6 Oafto Org&nico Cerebral. En los DFH de loa niftos hipoacüsicos solo se encontr6 10 de los JO indicadores emocionales estudiados por E. H. Koppitz, los cuales reflejan la dificultad para conectarse con el mundo circundante y con las otras personas, retrai- miento, tendencia a actuar impulsos agresivos con sus manos, sentimientos de inadecuaci6n, pobre concepto de sí mismo y de no estar plenamente integrado a la sociedad en la que vive, expansividad inmadurez y control interno deficientes; as1 como inseguridad, retraimiento y depresi6n, con un Yo inhi- bido y preocupaci6n por la• relaciones con el ambiente. Tam- biln fueron encontrados: reflejo da ira y rebeld1a y hospita- lidad hacia los demAs, tensiOn, rigidez y control fr!gil. Los niftos hipoacüsicos presentan como edad mas fre- cuente la que fluct6a de los 5-9 a los 6 aftas, el sexo predo- minante resulto.._ser el masculino, aclarando que esto es de- bido a que en la muestra hubo mayor número de sujetos del sexo masculino y en cuanto al tipo de hipoacusia resultó ser '1a hipoacusia profunda la mas frecuente. En la mayor1a de los casos tienen 1 afto 2 meses como antecedentes rehabilita- 92 torio, el uso del auxiliar auditivo comunmente es irregular, lo cual indica que la mayorta de los nit\os hipoacO.sicos no aceptan el auxiliar auditivo. En su mayorta asisten a es- cuela de normoyentes (ya sea el jard1n de ninos o la escuela primaria). sus nQcleos familiares se encuentran completos con una calidad regular en cuanto a las relaciones interper- •onalea entre lo• miembros que los componen; y proporcionando aobreproducci6n familiar a los ninos hipoacdsicos. Invariablemente en todos los casos respondieron a la prequnta ¿Quién es?, que eran ellos mismos, lo cual coincide con lo mencionado por Elizabeth M. Koppitz en cuanto a que la persona que un nin.o mejor conoce es el mismo, su dibujo de una persona se convierte en un retrato de su interior y de sus actitudes. Dentro del anAlisis cualitativo se encontr6 una rela- ci6n siqnificativa entre nQcleos familiares completos en donde existe la sobreproducción familiar en donde los sujetos son el sexo masculino con hipoacusia profunda, con poco tiempo da tratamiento rehabilitatorio (terapia), el uso irre- gular del auxiliar auditivo y la asistencia de los nit'\os a la escuela de normoyentes, con los indicadores emocionales en- contrados en su OFH que reflejan la dificultad para conec- tarse con los dem&s, la tendencia al retraimiento y a ence- rrarse en si mismos, aqresividad manifiesta, sentimientos de inadecuaci6n, pobre concepto de si mismo, con sentimientos de no estar bien integrados a la sociedad en la que viven, ex- pansividad, inmadurez y controles internos deficientes, inse- quridad, retraimiento y depresi6n, con un Yo inhibido y preo- cupaci6n con las relaciones con el ambiente, as1 como ira y rebeld1a, caracter1sticas que resultan similares a las obte- nidas con estudios realizados con nit'\os, j6venes y adultos aordoa comparados con oyentes, realizados por: Thomas, Nafin y Greqory, Salomen, Barof, Altshuler y Donoghus; Myklebust, Colln, Hess y Ma. Dolores Roa c. De manera cuantitativa, se encontr6 que mas de la mi- tad de los sujetos del estudio presentan de 2 a 4 indicadores emocionales, lo cual es indicador de la existencia de proble- mas emocionales en los nit'\os hipoacQsicos, encontrAndose al- tamente relacionado con hipoacusia profunda y sobreproducci6n familiar que coincide con E. M. Koppitz quien afirma que,~os 93 DFH .retlejan la actitud del niilo hacia si mismo y hacia su cuerpo y que esto va a depender de la actitud sobreprotectora de la madre o de la familia. Los niftos f!sicamente impedidos desde su nacimiento o a temprana edad, pero íntegramente aceptados y amados por pa- dres aadu.ros y estables pueden haber tenido una buena adapta- cl6n eaocional y social y que quizA no se sienten distintos a los dem's co=o lo menciona Elizabeth M. Koppitz, confonnan en este estudio la minoria, no presentando ningün indicador emo- cional en aus OFH, en donde predomina la hipoacusia media y la hipoacusia que va de media a severa, encontrándose en el tiempo de tratamiento rehabilitatorio (terapia) es de 2 a mAs aftos, en donde el uso del auxiliar auditivo es regular {constante), cuyos nO.cleos familiares estAn completos y es negada la sobreproducci6n al nino hipoacUsicos. De acuerdo con Elízabeth M. Koppitz, los ni~os preo- cupados por sus incapacidades reflejan estas preocupaciones en sus DFH; en la presente investigación se encontró que los ninos hipoacO.slcos proyectan ansiedad y preocupación acerca de su impedimento al dibujar las orejas prominentes. El tratamiento del aud1f ono y de la boca amplia su- giere el deseo de la comunicaci6n con los demás y se encuen- tra problematizado con su deficiencia auditiva. La calidad regular en cuanto a las relaciones inter- personales entre los miembros de la familia parece mostrar que existe discrepancia en cuanto al manejo del nifio hipoacú- sicos. La conducta caprichosa. y berrinchuda, y en algunos aqreaiva de los niftos h1Poac6sicos parece estar asociada con ~a incapacidad para comunicarse con los dem!s. La prueba del Dibujo de la Figura Humana (DFH) fue de gran apoyo como prueba proyectiva, ya que reflejan claramente los rasgos emocionales mas relevantes en los ninos hipoacQsi- cos. Dentro del anAlisis cualitativo que fué realizado se encontr6 que en la prueba del DFH y con los datos aportados en las entrevistas a los padres o a las personas que les 94 acampanara; que las caracter1sticas que presentan son: nece- •idad de protecci6n, inseguridad, agresividad, etc., que los niftos presentan en determinadas situaciones ambientales, pues ~l aedio ambiente que les rodea no es del todo satisfactorio, son agresivos por que reciben del medio conductas agresivas, son inseguros por que las personas a su alrededor los repri- •en, no lea peralten la expresión que ellos puedan manifes- tar, los liaitan y mantienen en un margen y estas actitudes que Roa c. ha denominado "Problemas de tipo psicol6gico", para enmarcarlas en una denominación y poder expresar gene- ralmente lo que el nil'lo actfla, y decir que los problemas existen, estando de acuerdo con varios autores que determinan que estas ocurren en comiecuencia del trato que reciben de loa oyentes. Que los ninos hipoacQsicos sienten, comprenden y entienden que "alguien" le está procurando sentirse incomo- des, y que tanto en una prueba proyectiva, como en su rela- ción con los demás, lo pueden expresar y demostrar, y hace pensar a los que nos interesamos por su bienestar, que el problema existe para ellos, ya que frecuentemente no respeta- mos su formación personal. . Se observó que el estudiar ni~os hipoacQsicos, estos presentan problemas de tipo emocional, notificando que la forma en que se desempe~an a nivel escolar y de terapia reha- bilitatoria no influyen en forma determinante para que esto suceda, y posiblemente estudiando otras áreas como son: la relación familiar y más especificamente la relación madre- hijo, padre-hijo, hermano-hermanos y otras, es posible que se puedan determinar ciertas caracteristicas y éstas tengan ma- yor significancia. 95 e o • e L o 8 I o H B B El Dibujo de la Figura Humana (DFH) es una prueba dtil para detectar problemas emocionales en ni~os hipoacüsi- cos. Los niftos hipoacOaicos de ambos sexos presentan en su mayoria problemas emocionales. No fueron encontrados todos los indicadores emociona- les propuestos por Elizabeth M. Koppitz. Considero que en la rehabilitación del menor hipoaca- sicos es necesario tomar en cuenta su problemAtica emocional ya que influye en una manera directa y transcendente en su rehabilitaci6n integral. Es necesario que los profesionales encargados de la rehabilitaci6n del nil'lo hipoacüsicos estén informados de la existencia de ~a problem4tica emocional del nifto hipoacíisi- cos. Los resultados obtenidos en este estudio coinciden con los estudios realizados por diferentes autores. Tal vez sea el medio f a~iliar y social lo que pueden influir en forma detenninante para que los sordos se sientan ~nadaptados social=ente y que no puedan reaccionar de manera satisfactoria a las demandas del medio ambiente que les ro- dea. C A P I T 11 L O VII L I 11 I T A C I O N B S y s 11 G B R E B I e I a a 96 L I M I T A e I O N E S A continuaci6n se proceder~ a mencionar las limita- ciones que surgieron dentro del presente estudio como son: Por la corta edad y problemas de comunicaci6n de los niftos hipoacOsicos no fue posible la aplicaci6n de un numero mayor de pruebas proyectivas, ya que se piensa que entre ma- yor sea el número de pruebas proyectivas aplicadas, mayor sera la confiabilidad en la consistencia de los reactivos a pesar de ser pruebas proyectivas, su estabilidad estar1a me- jor delimitada y podr1an obtenerse mejores resultados, as1 como mayormente satisfactorios. . Que la sordera, y atfn más la hipoacusia son casi desconocidas, en la situación social poco aceptados y que aun existen padres que no se interesan por la rehabilitaci6n de sus hijos sordos, por lo que es dificil encontrar datos sig- nificativos dentro de una muestra de 45 sujetos, siendo pro- bable que si esta aumentara se obtendr1an datos mas conf ia- bles, además de que los resultados no aportan gran cosa, por carecer de un referente de contraste confiable para la in- vestigación pretendida a través de la prueba proyectiva. B U O B R E N C I A 8 Es sumamente importante que los profesionales que trabajan en torno a la salud manifiesten un interés ético ante la situación del sordo, ya que esto permite establecer una mayor difusi6n de los acontecimiento del sordo o hipoa- cúsicos y lograr un conocimiento mas profundo en la sociedad en general y mas estrechamiento ante la familia del mismo. En cuanto a la rehabilitacl6n que. se proporciona al ni~o hipoacúsicos en México, b~sicamente el psic6logo lleva a cabo un diagnóstico meramente psicométrico, descuidando los aspectos emocionales del menor y de la familia por lo que considero de suma importancia que los programas rehabilita- torios estén centrados tanto en la función auditiva como en la parte emocional del nino y su familia en donde la parti- cipaci6n del psicólogo resulta ser de importancia relevante para lograr la integración social del nifto hipoacúsicos. ,. 97 Me doy cuenta de que existen datos muy importantes que son arrojados por las pruebas proyectivas que influyen en ~a conducta de los niri.os hipoacíisicos, siendo dificil esta- blecerlos a un nivel estad1stico, sin embargo, si se puede hacer uso máximo del método cl1nico que para el psic6logo cl1nico es muy importante, enterAndonos de datos mas espec1- ficos y confiables de la situaci6n de cada sujeto, sin mane- jar la situación numérica que unidamente nos da aproximacio- nes poco acertadas de la posición cualitativa del individuo. Que todos aquellos profesionales que trabajan de al- quna manera con este tipo de niños, considere tar.ibién los resultados aqu1 mencionados y reflexione acerca de su labor dentro de éste campo y se percate de que realmente este cum- plimiento objetivo u objetivos creados por el sistema, o se dedica a laborar solo por cumplir un contrato de trabajo, si hace sentir al sordo como una persona inadaptable o también lo trata como un invalido y lo menosprecia, por lo que se considera oportuno mencionar y señalar que el hipoacúsicos es una persona que vive, siente y comprende muchas situaciones ~n su haber cotidiano. Por lo que invito a todos a procurar un esfuerzo mejor en torno al hipoacúsicos. Como una m1nima aportaci6n al estudio del campo del Psicólogo Cl1nico que no se limita unidamente a la aplicación de pruebas psicol6gicas, sino que también resulta ser de gran importancia el apoyo terapéutico enfocado al área afectiva del nino hipoacüsicos, pudiéndose extender a la familia, ma- estros y/o educadores y a todo su Ambito social para que es- tos ninos no se sientan limitados y rechazados, asi como para mejorara la calidad de sus relaciones interpersonales, espe- rando que ésta investigación tenga las bases suficientes para realizar una continuaci6n, con las propias criticas, suge- rencias y aportaciones, para que pueda ser aplicado de manera objetiva y eficaz, y que proporcione mayor pauta de desa- rrollo valido para el nino hipoacúsicos, por medio de múl- tiples investigaciones de hipoacusia en general, el cual se encuentra descuidado en su aspecto psicológico. 98 Este trabajo queda abierto, pero quisiera resaltar de profesi6n preocupados por la investigaci6n acerca del nifto sordo, la importancia que tiene la realizaci6n de estudios directos para ampliar el campo de trabajo de la Psicoloq!a Cl1nica y de ser posible aplicarla a los niños que presentan deficiencias auditivas, para un mejoramiento en sus condi- ciones de vida. B B L O G R A 99 1 X 1 L X O O R A r I & Altshuler R. y Oonough, 1963: Family and Mental Healt Pro- blema in a peof Popylotion. Columbia University, New York. Anastasi Anne, 1980: Test Psicol6qicos. Editorial Aquilar, M6xico. Ascoaga J.E., 1980: pel Lenguaje al Pensamiento yerbol. Edi- torial El Ateneo, México. Col1n O, 1980: Peicologlo del NiOo Sordo. Editorial Toray- Masson, Barcelona Espafta. Cortés P.P., 1982: Situaci6n Actual de la Educaci6n en ~. Tesina para obtener el grado en Psicolog1a. U.N.A.M. Cuelli José, 1977: Teorip de lo Personalidad. Editorial Tri- llas, México. Darcy M., 1981: El nino Sordo en el Hogar y en lo Escuela. I.N.C.H. México. D. Surio Ma., 1974: Guto poro Padres de Hiftos Sordos. Madrid. Oolt6 Francoise, 1980: psicoan61isis v Pedigtrta. Editorial Siqlo XXI. Oavis H.S. Silverman, 1980: Audici6n y Sordera. Editorial Prensa medica Mexicana, Sa edici6n. 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Koppitz M.E., 1987: El pibuio de la Figura Humana en los Ni- fl2.:¡. Editorial Guadalupe, Buenos Aires. La Jornada, 1989: Periódico, México. Lloren& Treviftci Victor, Arias B. Guillermo, 1982: La Educa- ci6n Especial en eyba, Editorial Pueblo y Educaci6n. La Ha- bana. Marchesi Al varado, 1988: El Desarrollo Cognoscitivo y Lin- guistica de los Ninos Sordos. Editorial Alianza Psicol6gica, Madrid. Mercado Montea R., 1974: Aspectos Psicol6gicos del Sordo. Te- sina para obtener el grado de Licenciatura en Psicologia. U.N.A.M. Morales Ma. Luisa, 1979: PgicomAtrin Aplicada. Editorial Tri- lla•, M6xico. Morkovin Boris, 1963: Rehabilitoci6n del Nino Sordo. Edito- rial Prensa Medica Mexicana, México. Myklebust R. Helmer, 1975: Psicolog!a del Sordo. Editorial Magisterio Espaftol. Espana. Nafin P., 1933: •pas soziole verhaltarn Taubstummer schulkin- ~. Konig~berg. 101 Northern Jerry L. y Oowns Marian P., 1985: La Audición en los ~. Editorial Salvat, Espafia. 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Conducta durante el estudio.- El nifto se mostr6 coo- perador, inquieto y con l.apsos adecuados de atención. Muy visual. La madre lo refiere como caprichoso, berrinchudo y ocasional•ente agresivo con sus hermanos. Su sue~o y su ape- tito aon referido• como normales. Se le preguntó al menor que a quién habla dibujado y contestó que era él. D ('\ J ;.-, , ) ) ~:1 () - \ '~ i t:J ' - / '-··-.. ' 1 ..-' '1 104 1 l.05 NOMBRE: M.G.I. EDAD: aftos. I.o.- Hipoacuaia Media a Profunda. Paciente del sexo femenino que acude a revaluaci6n Psicol6gica con diagnóstico anterior de Retardo de Lenguaje ~e Etiopatogenia Aud16gena. su nUcleo familiar se encuentra integrado y refieren regulares relaciones interpersonales. Es la tercera de cuatro hijos. Recibe terapia rehabilitato- ria desde hace aproxi•adamente un afto en el I.N.C.H., durante 60 minutos en cada sesión. Acude al jard1n de niños de nor- moyentes, refiriéndose buena adaptación y aprovechamiento. Usa su auxiliar auditivo en forma irregular. Conducta durante el estudio.- La nifta se mostr6 coo- peradora, tranquila y con lapsos adecuados de atención. La madre la refiere como inquieta, irritable sobre todo cuando no se la entiende lo que pide, caprichosa y berrinchuda. su sueno y •u apetito son referidos como normales. Se procedi6 a prequntarle al finalizar su OFH, que quién era la persona que habla dibujado, a lo que contestó que era ella. 106 107 . D00o Y 0 0 2 0 “y y o O : D O S Q U O 2 0 9 7 a u S U e a ad DY - . ~ . . . • 0 o O D v e; o·- 1 G 0 0 0 'vü(: 0 O'-·, e :.i o ·'.) ü 7 108 NOMBRE: I.G.S. EDAD: 6 alloa. I.O.- Hipoacusia Bilateral de Severa a Profunda. Paciente del sexo masculino que acude a revaluaci6n Psicol6qica con diagnóstico anterior de Retardo de Lenquaje de Etiopatogenia Audi6gena. Su nücleo familiar se encuentra desintegrado por ausencia de figura paterna (madre soltera). Actualmente vive con su madre y una t!a materna, refiriéndose malas relaciones interpersonales. Es hijo Qnico Recibe te- rapia rehabilitatoria desde hace aproximadamente dos año en un Centro Rehabilitatorio de Educación Especial (CREE) en el Estado de México (Toluca) refiri~ndose buena evoluci6n. Tam- bién asiste al jard!n de ni~os de normoyentes en donde se en- cuentra cursando el Jer grado con regular aprovechamiento. usa su auxiliar auditivo en forma irregular. Conducta durante el estudio.- se mostr6 poco coopera- dor, tranquilo y con lapsos adecuados de atenci6n. Se ob- serva muy dependiente de la madre y la t1a materna lo retie- Z.en como poco sociable, caprichoso y berrinchudo; as1 como también agresivo. Su suefto y su apetito son referidos como normales. Se le preguntó al menor, al finalizar su DFH, que a quien habta dibujado, a lo que contestó que era él. . 109 / llD ~~ . __ j (j) !\~· I ~ \ . I . r:J) . ·'. /'> ··qj 11.l NOMBRE: G.P.S. EDAD: 5 aftoa 9 seaes. l.D.- Hipoacusia Bilateral de Media a Profunda. Paciente del aexo femenino que acude a revaluaci6n Psicol6gica con diagnóstico anterior de Retardo de Lenquaje de Etiopatoqenia Audi6gena. su nQcleo familiar se encuentra integrado, ref iri6ndose buenas relaciones interpersonales. Es la sequnda de tres hijos. Recibe terapia rehabilitatoria en el I.N.C.H., desde hace aproximadamente 2 af\os 4 meses. Asiste al jard1n de niftos de normoyentes, con buena adapta- ci6n y aprovechamiento. Usa su auxiliar auditivo (curvetas) en forma reqular. Conducta durante el estudio.- Se mostr6 cooperadora, inquieta y con lapsos adecuados de atenci6n. Se le observo muy visual y sociable. Los padres la refiere como inquieta, berrinchuda en especial cuando los padres no comprenden sus demandas en ocasiones ea caprichosa, tambi6n la refieren de f&cil manejo. se procedió a preguntarle a la menor que a quién hab1a dibujado, a lo que ella respondió que era ella misma. 112 113 ! . o . o " o " e C) " . ' a , o o .; U . . - . 1, r _,,. '."tllt.\l.\:-\ l'.\\t\ '\\'.\11:> l\ll'l1\l \ :-'J('P;o; ~:.~~~IAJE ___ r 1;-¡~:~1~1 ~ ¡ '.% i ~: ~ 1;!1 ~ ¡: i ~ ·- - ::; 'é e;> ~ ~ 1 e;> "°.o;'° ::¡:::::: ~ ::! : ~ 1 ' 1 ENSAITADO DE i : . \ 1 CUENTAS 4 5 A 7 1 11 ; ¡ 111 11\' 1 ¡ ¡M-CEMO-O-lO-~-A~P-A~iA:-::El-t~!t-:-t-,t-,t- 1 - 0 r 1- 1 Tl_J¡·l-,-,t-t-l-J+-+-,-,f--t--l--\---l~l--+--i---+--l~J--+J.__::L_-J--J---l---l~l--.l--l--, i V ¡ ! YI 1 1 1 IDENTiflCAOON PtCTOllCA ASOCIAOOÑ PICTOIJCA DOllAOO D! PAPfl COMP. Df DIBUJOS MEMOllA PARA DIOITOS : 1 " 1 .. 1 ¡., 1 : 1 , • • 11n J1 •• ¡ , • 1 ta u l& 11 .. " I" ' ' ,1' • • IO l 11 12 IS 1 • . .. 115 HISICEY - NEHASKA TEST Of LEARNING Al'TTTUDE Nombre •..•.•.•..... ···················-······················· S.ao ... - .......... -. Fit