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UNIVERSIDAD NACIONAL AUT.
DE MEXICO
DIVISION DE ESTUDIOS DE POSGRAD(
FACULTAD DE MEDICINA
Hospital General de México, Secretaría de Salud
INFECCIONES MICOTICAS EN PACIENTES
CON NEOPLASIAS HEMATOLOGICAS
T E s s
QUE PARA OBTENER EL TITULO DE:
ESPECIALISTA EN HEMATOLOGIA
P R E S E N T A :
DRA. ELVA JIMENEZ HERNANDEZ
Asesor: Dr. Víctor F. Sales Carmena
MEXICO. D. F.
UNAM – Dirección General de Bibliotecas Tesis
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CONTENIDO
I. GENERALIDADES
II. LEUCEMIAS AGUDAS
l.
2.
3.
3.1.
3.2.
3.3.
3.4.
3.5.
4.
5.
6.
7.
7.1.
7.2.
e.
9.
10.
11.
12.
13.
13.l.
13.2.
13.3.
13.4.
13.5.
13.6.
13.7.
13. 7. l.
13.7.l.
Definición y aspectos ~istórico
Epidamiologia
Etiologia
La radiación ionizante
Quimicos
Virus
Alteraciones gan•ticas
i..ucemiaa •ecundariaa
Fisiopatologia
Cuadro clinico
Diagnóstico
Cla•ificación
t.euce11ia• linf obl••ticae
t.euc•aia• aielobl4atica•
'l'abla l
Iruounofenotipo
'l'abla 2
Citoqan•tica
F•ctoraa pronó•tico
Tratamiento
Inducción a la remisión
Terapia de conaolidación
Terapia da mantenimiento
Profilaxis a sistema nervioso central
Inducción a la ramiaión de LAH
Terapia postremiaión
Transplante da médula ósea en LA
Transplanta de médula ósea en LAH
Tranaplanta de médula ósea en LAL
3
4
5
5
5
6
7
8
8
10
12
13
13
14
15
18
19
23
25
27
28
31
32
32
33
35
36
36
39
III. LINFOllAS NO HODGKIN 41
l. Definición e historia
2. Epidemiologia 42
3. Etiologia y patogénesia 43
J.l. Viru• 43
3. 2. Factoras Inmunológico• 44
3. 3. Asoaiación con otras enfermedades 44
4. Clasificación 45
4.1. Tabla 3 47
s. Citogenética y biologia molecular de
los linfomas no Hodgkin 48
V
6.
7.
a.
9.
10.
10.l.
ll.
12.
12.l.
12.2.
12.3.
13.
Cuadro cl inico 51
Diagnóstico 52
Estaditicación 52
Factores pronóstico 54
Tratamiento 54
Radioterapia 54
Tabla 4 55
Quiaioterapia 56
Linfomaa de bajo grado de malignidad 56
Linfoma~ de grado intermedio de malignidad 57
Linfomas de alto grado de malignidad 59
Al ter a.e iones inmunes en el huésped
i.nllunocoaproaetido con neoplasias
hem.atológ'icaa y por co•plicaciones de la
quiaioterapia 61
IV. AllTECEDENTES 64
V. PLlUITEJUIIE!ITO DEL PROBLEllA
VI. JUSTIPICACIOK 75
VII. HIPOTESIS 75
VIII. OBJETIVOS 75
IX. METODOLOGIA 76
14. Población y muestra 76
15. criterios d• Inclusión 76
16. Criterios de exclusión 77
17. Criterio• de eliainación 77
18. Definición de variables 78
x. PROCEDDIIEKTO 7!1
XI. RESULTADOS 80
vi
19. Tabla s
XII. DISCUSION
20. Tabla 6
21. Tabla 7
XIII. BIBLIOGRAFIA
vii
81
84
84
85
89
IllPECCIOllll!lB HICOTICAB BB PACIEHTBB CON NEOPLABIAB BEHATOLOGICAB
ae11ereli4a4••
Toda• l•• célulH hematopoyéticas se originan an la médula
óeea (roja) hematopoyética de loa huHoa, exista una célula
pluripotenta priaitiva lluada célula aadre, de la cual se originan
doa células progenitoras •coapromatidaa•: célula comprometida
linfoide y célule coaprometida mieloide, de le célula coaproaetida
linfoide •• originan do• variedades, unas qua reciben al aet1mulo
para la diferenciación d• célula linfoide• B y otra• qua reciben al
••timulo pera la diferenciación da célula• linfoide• T, En la•
priaera• contando con método• adecuado• para idantificar aarcadore•
inaunolóqicoa o enziútico• •• han dbti119Uido la• dquientas
variedades: linfocito pre-pre-a, linfocito pre-e, linfocito B
tuprano,
t•11prana
linfocito B maduro, po•teriorunta célula plasmll.tica
y final11Bnt• célula pla•lll4tica madura. Para la
difarenciaci6n T, también •a han encontrado lae aiquiantea etapa•:
linfocito pra-pre-T, linfocito pre-T y a partir de éata •e
diferencian do• tipo•: aquallo• con caractari•tica• de ser
aupre•ores y los otros cooperadora• para la rHpua•ta inmune por lo
tanto en cada una de estH diferenciaciones se continlla un
linfocito T teaprano y un linfocito T maduro cooperador o •upreuor.
De la célula coapro .. tida 11ieloid• •• derivan otra• tre• célula•
•coapra.atidas• ali.• difer•nciadas: la qranulocito-aonocito,
•ritroid• y aeqacariocitica. De la c'1ula co11pro11Btida qranulocito
-aonocito •• van a diferenciar1 el monocito inaaduro o aonoblaato,
l
monocito temprano y monocito maduro. De esta misma célula
comprometida se tendr~ un mielocito inmaduro o mieloblasto, que
sigue el proceso de maduración a promielocito, mielocito,
metamielocito, banda y finalmente seqmentado. De la serie
eritroide, se reconoce una célula temprana el proeri troblasto, cuya
secuencia de iaaduración eo como sigue: eritroblasto basófilo,
eritroblaato policro11atótilo, eritrobluta ortocromd.tico,
reticulocito y qlóbulo rojo. Para la ••ria ~acarioc1tica, ••
reconoce una célula inmadura o me9acarioblasto, el aegacariocito
temprano y el aeqacariocito aaduro productor de plaqueta•. En el
contexto de eate •iateaa de Co.partiaientoa cuidado•amant•
requladoa por una célula madre en proliferación y au proqenie
clonal en diferenciación, •e pueden comprender las caracter1aticaa
fundamentales del crecimiento neopUdco. Toda célula capaz de
llevar a cabo división mitótica puede experimentar transformación
neoplásica. En consecuencia la• neoplasias hematolóqicas pueden
oriqinarse de la c4Uula madre, en células parcialmente
diferenciadas mitóticamente activas y a\ln en c~lulaa totalmente
diferenciadas que retienen au potencialidad de replicación
facultativa. Basados sobre las diferentes lineas de diferenciación
de las células hematopoyéticas las neoplasias hematolóqicns se
clasifican en general en: leucemia•, linfomas y mielo•••·
En el presente trabajo se describen en primer luqar los
aspectos qenerales sobre leuceaia• y de t§atas las de tipo aqudo asi
como d• linto•a• no Hodqkin, siendo estas neoplasias la principal
cau•a de •uart• de los casos hematolóqicos estudiados y las que con
mayor frecuencia se complican con infecciones micóticas.
Leucemias Aqudas
Do~inición y aspectos históricos
Las leucemias son un grupo de enfermedades neoplásicas
malignas caracterizadas por la acumulación de precursores inmaduros
de una. clona hematopoyética, en la sangre, médula ósea y/o
infiltrando cualquier órgano de la economia. La proliferación
incontrolada de las células bl¡\sticas leucémicas en la médula ósea,
suprimen la proliferación y diferenciación de las células
hematopoyéticas normales condicionando la enfermedad (1, 6).
Bennett en Escocia y Virchow en Alemania en forma
independiente, describieron por primera vez los primeros casos de
leucemia en 1845 (6). En 1847 Virchow introdujo el término de
leucemia y en 1856, estandarizó sus hallazgos y clasificó las
leucemias en dos grupo, algunas en donde hubo crecimiento del bazo
y un segundo grupo en donde los cambios fueron primariamente en los
nódulos linfoides, las que ahora parecen corresponder a leucemias
granulocitica crónica y linfocitica crónica, respectivamente (6).
En 1857 Friedreich describió el primer caso de leucemia aguda
(4) y en 1870, Neumann fue el primero en identificar a la leucemia
como una enfermedad que infiltraba la médula ósea y Epstein en
1889, la definió como una entidad clínica independiente. En 1903,
Turk agrupó a las leucemias linfáticas como crónicas, las clasificó
en aguda benigna y maligna y crónica maligna. Desde los tiempos de
Virchow's se describieron cambios primarios en el bazo y Neumann
denominó como mielógena a esta forma esplénica de leucemia. Más
tardo, con las técnicas de tinción especifica, desarrolladas por
Ehrlich y _Spilling, se pudo realizar la diferenciación de varios
tipos da leucemias agudas. En la primera década del siglo XX,
diversas variedades de leucemias agudas fueron reconocidas:
linfoblástica, mieloblástica, monoblástica (tipo Schilling) y
mielomonocitica (tipo !laegell). La participación de la serie
eritroide como proceso leucémico fue notado primero por Hirschfeld
en 1914 y denominada como eritroleucemia por OiGuglielmo hacia
1920, La diferenciación entre linfoblástica y mieloblástica fue
firmemente establecida por John Auer con la descripción de las
inclusiones citoplasmáticas en los nÍieloblastos de algunos casos de
leucemia mieloblástica aguda (1, 2, 6).
Epideaiologia
La incidencia de laS leucemias agudas en general, en los
Estados Unidos y en varios paises de Europa Occidental, es de 3.5
casos por 100,000 habitantes por año {l). Es 1a enfermedad maligna
más común en la infancia (5). La leucemia linfoblAstica (LAL) y la
leucemia mie1oblástica (LAM), tienen casi la misma incidencia pero
la primera es mucho más común en la infancia y la segunda predomina
en adultos con una relación de 3:1 respectivamente. En cuanto al
sexo la incidencia es mayor en los hombr.es, para una relación de
1.3:1. Este hecho se debe principalmente a 1a mayor proporción de
leucemia aguda en niños pequeños y en paciente masculinos de edad
avanzada ( 1) •
5
Btioloqia
La etiologia de las leuce:aiaa es desconocida, alqunos
factores se han asociado con una frecuencia aayor entre los que se
encuentran los siquientes:
La radiación ioniaanta
Desde hace aproximadamente 40 años ha llegado ser claro que
las radiaciones ionizantes pueden ser causa de leucemia, demostrado
en animales y en humanos: tales coao en médicos, técnicos
radiólogos y científicos expuestos a diferentes cantidades de
radiaciones durante varios añoa, asi ca.a en pacientes que reciben
dosis bajas de radioterapia por espondilitis anquilosante y en
personas que sobrevivieron a la exposición a las radiaciones en el
ataque nuclear sobre Hiroshima y Ragasaki, en todos se ha
encontrado una mayor incidencia de leucemia, la magnitud de la
exposición a la radiación se ha investigado cuidadosamente y una
relación lineal se ha demostrado sobre la dosis acumulativa entre
100 y 900 rads y la subsecuente incidencia de leucemias (2, 8).
QUi•iCOB
La exposición crónica a una gran cantidad de productos
quimicos, ha sido asociada con la CJ6ne.aia de la leucemia aguda,
pero sólo el benceno, tolueno y substancias derivadas de éstos, asi
como agentes alquilantes, se han documentado como factores de mayor
riesgo. Algunas comunicaciones sugieren que la duración de la
exposición del benceno, previo al diagnóstico de leucemia, fue
usualmente de 5 a~os o más y eventualmente después de sólo un año
de exposición (9).
Virus
Los virus, se han identificado como leucemoqénos en varias
especies mamiteras incluyendo primates, pero sólo en una forma
rara de leucemia en humanos como Os el caso del linfoma/leucemia de
células T del adulto, cuyo retrovirua humano fue aislado por Gallo
y colaboradores, en 1979, denominado virus linfotrófico T humano
tipo l (HTLV-1) (10). · El HTLV-1, fue primero aislado en un
paciente en los Estados Unidos como una neoplasia de células T
maduras, estudios epidemiológicos en este sitio mostraron solamente
pocas personas seropositivas a HTLV-1, una mayor incidencia fue
observada en el sudoeste de Japón en pacientes con leucemia de
células T adulto en el 100\, con anticuerpos especificas para HTLV-
1 (11, 12), en otras regiones endémicas fue también encontrado:
tales como lelas Caribeñas, sur de Estados Unidos, sur de Italia y
algunas partes de Africa, esto indica que probablemente la
transmisión del virus a nuevas áreas es a través de la población
migratoria (12). Otro retrovirus aislado de pacientes con linfoma
y leucemia de células T pilosas es el HTLV-11, este virus fue
clasificado como un virus nuevo por el n\lmero y diferencias en su
genoma observado, aunque el modo de acción es similar al HTLV-1.
Las lineas celulares obtenidas de pacientes infectados con HTLV-l,
muestran que el virus está presente· en células T CD4+CDB-. Las
células infectadas llegan a ser independientemente de Interleucina
7
2 (IL-2) exógena y constitutivamente expresan niveles altos de
receptores para IL-2, inicialmente esto condujo a la especulación
de que un modo autócrino de proliferación pudiera existir en estas
células, aunque investigaciones subsecuentes han fracasado para
demostrarlo (2, 3). Diferentes estudios da retrovirus han sugerido
que la activación de genes (oncogenes) promotores de crecimiento,
puede ser un mecanismo subyacente de leucemogénesis. La
transforinación de genes u oncogenes celulares que son expresados en
células leucémicas codifican para receptores de factores de
crecimiento son la sañal de transducción de factores de crecimiento
de la membrana calular o del núcleo tales como: c-myc, c-myb, c-abl
y c-cis (2, 7, 13, 14 ). Al mismo tiempo muchas células leucémicas
de humanos retienen la sensibilidad de estimulación de factores de
crecimiento normal y alqunas pueden producir sus propios factores
estimuladores de crecimiento (16, 17), otro de los virus que se ha
implicado en la leucemogénesls e¡; el virus Epstein Bar que se
asocia a la leucemia LJ de tipo Burkitoide (2).
Alteracionee q•n,tic••
Una susceptibilidad hereditaria para la leucemia, ha sido
inferida por la mayor incidencia de la enfermedad observada on
ciertas familias y la frecuencia elevada de leucemia en gemelos
monocigotos.
se ha relacionado el desarrollo de las leucemias agudaa con
ciertos sindromes hereditarios especifico& por ejemplo: sindrome de
Down, sindrome de Bloom, anemia de Fanconi, ataxia telangiecta•ia
y agammaglobulinemia congénita (1, 2, 4, s, 7).
Leuoeaiaa ••OUD.4aria•
Algunas enfermedades hematológicas adquiridas durante la
vida tienen una importante tendencia para terminar como leucemia
aguda. Los estados preleucémicos (sindromes mielodisplásicos)
terminan en leucemia aquda ce'rca de 1/3 de los casos, la
he111oqlobinuria paroxistica nocturna puede también terminar en
leucemia aguda y ocurre con menor frecuencia en pacientes con
leucemia lintocitica crónica, mieloma mllltiple, enfermedad de
Hogdkin y lintoma no Hodgkin (l, 2).
ii'ldopatoloqia
La leucemia aquda es el resultado de la acumulación de células
neoplásicas malignas de diferenciación mieloide en el caso de la
LAM o de diferenciación linfoide en el casode la IAL. se ha
propuesto que el proceso maligno evoluciona de una sola célula
(origen unicéntrico, expansión clonal). El actlmulo de células
leucémicas que no maduran y dificilmente mueren invaden loa
espacios medulares e infiltran territorios lo que produce supresión
de la hematopoyesia normal (l, 2). La producción de factores de
crecimiento, en el ambiente local, receptores para tactores de
crecimiento y la respuesta de acoplamiento factor receptor sobre
células normales contra leucémicas; pueden jugar un papel principal
en ~a expansión del tejido maligno a expensas de células normales.
Ninqun mecanismo por si solo es responsable de la hematopoyesis
9
inefectiva en la leucemia, la disminución de progenitores
granulocito-monocito (CFU-GM) y/o cantidades anormales de
reguladores humorales de la mielopoyesis han sido observados en
pacientes con leuc .. !a aguda, pero con una marcada variabilidad en
los resultados ( 18) . En paciente• que responden a la quimioterapia
y en quienes se consigue una remisión completa, se normalizan tanto
en aspectos cualitativo como· cuantitativo, el nWnero de
progenitores de la ....Sula ósea normal y la producción de factores
estimulante de colonias. Con la recurrencia de la enfermedad las
anormalidadea en progenitores y sus raquladorea, retornan
nuevamente (1, 16, 18). Actualmente la pancitopenia aooc!ada con
leucemia, sa considera que representa una deticiencia en la
diferenciación, proliferación y maduración de la c4lula primordial
(Stem cell), posiblemente debido a una falla an la producción
hum.oral o estimuladores del crecimiento microambientnl, o bien, a
la liberación de inhibidores de la célula hemopoyétlca normal. Loa
niveles de diferanciación en donde la participación leucémica
ocurre, varia de acuerdo a la edad dal paciente y al subtipo de
leucemia1 auchoa paciente• con IAL y alqunoa niftoa con LAM tienen
su enfermedad restringida a una linea. En otros la linea de las
c4lulas laucéaica• aa incierta, de tipo celular aültiple o hibrida, .
por eje11plo1 9ranulocitica, eritroide y aegacariocitica son
simult4neamenta afectadas. La enfermedad representa la expansión
de una, al aenos, o de pocas clona• de células descendientes de
c6lulaa transfonoadas originalmente. Estas concluaionea e·at4n
basadas sobre estudios de enzimas alotipos, citogenética,
10
inmunofenotlpo y más recientemente rearreglos de genes somáticos,
que indican que los defectos genéticos idénticos existen en todas
las células leucémicas en cada caso (2, 19). La remisión y la
curación dependa respectivamente de la reducción y erradicación de
las células leueól:licas y máa tarde el control o rehabilitación de
la población de células normales; pero en la leucemia mielógena, se
han demostrado anormalidades en la apariencia y función de
granulocitos maduros, plaquetas y en la reactividad inmunolóqica;
metamielocitos diferenciados, mielocito y granulocitos retienen
estigmas de leucemia tales como; anormalidades citogenéticas y
cuerpos de Auer se han identificado in vivo e in vitre posteriores
a la curación (1, 2, 7).
cuadro CUniao
La leucemia aquda 89 de inicio abrupto: los signos y sintomas
que se presentan en esta enfermedad, van paralelamente con las
principales anoraalidades de laboratorio y consideraciones
patofi&iológicas (1, 4, 6). Existen manifestaciones sistémicas
comunes inaspecificas tales como: ratiga, debilidad, calo•frio,
fiebre y pérdida de peso. Los sintomas de mayor importancia
diagnóstica, son aquellos que reflejan el crecimiento o
infiltración de células leucéaicas en la médula ósea y que
incluyen: dolor óseo persistente o recurrente, en ocasione•
inflamación de grandes articulaciones, que en niilos puede ser
cataloqado como fiebre reUJ1li.tica y en adul toa alqün tipo de
artritis si no cuentan con •.studio heaatológico (1, 2 ) , el aumento
11
de ·nódulos linfoides, hiqado y bazo ocurre comUnmente en la
leucemia aguda, la prevalencia y qrado de infiltración a órganos
varia algunas veces con los diferentes tipos de leucemias, la
participación tisular ús importante en todos los tipos de leucemia
es la infiltración de la médula ósea por células leucémicas,
interfiriendo con la producción de eritrocitos, granulocitos y
p~aquetas dando como resultado la presencia de anemia, infección y
hemorragia. Existen manifestaciones menos comunes de la leucemia
aguda dependiendo del subtipo tales como: hipertrofia ginqival,
presencia de sarcoaa granulocitico en tejido subcut4neo, hueso,
órbita, glAndulas mamarias, testículos, etc. La leucemia meníngea
cuando est4 presente en el momento del diagnóstico o en el curso de
la enfermedad, se puede manifestar con cefalea, visión borrosa,
n4usea, vómito y par4lisis de nervioa craneales. El resto de la
sintomatoloqia da la leucemia esbl.n relacionadas con la producción
y liberación de las células leucéllicas 11etabolitos de Acidos
nucleicos, electrolitos intracelulares y enzimas biológicamente
activas, de eatoa productos el aas importante clínicamente es el
Acido drico. Lll liberación da toatatoa, sulfatos y otros aniones
org4nicos de las células leucémicas pueden conducir reducciones en
las concentraciones séricas de calcio y aaqnesio, asi mismo, la
liberación de material procoaqulantft de las c6lulas leuc6aicaa
puede iniciar el proceso de coagulación intravascular diseminada y
producir todas las complicacion•• de 6ata. Lll severidad de alqunaa
maniteataciones clinicas se han encontrado en relación al nllaero da
céluias leuc6aicaa (1, 2, 4, 7' 14, 15).
12
Diaqnóstioo
El diagnóstico de la leucemia aguda, se establece con base en
el cuadro clinico, con el examen al microscopio de la sangre
periférica y el aspirado de médula ósea en donde se observa la
presencJ.a de células inmaduras neoplásicas denominados blastos; las
leucemias se clasifican desde el plmto de vista morfológico, de
tinciones histoquimicas, estudio ·1nmunol6gico y citogenético con
las caracteristicas previamente mencionadas ( l, 2, 3, 4) . La
presencia de anemia y trombocitopenia están invariablemente
presentes como reoultado del disturbio de la hematopoyesis por las
células leucémicas.
El resto de datos auxiliares de laboratorios y gabinete no son
para establecer el diagnóstico, sino más bien nos proporcionan una
estimación en cuanto al grado de extensión leucémica a nivel de
otros órganos y sistemas, el establecimiento del pronóstico y para
evaluar la función orgánica previa a la quimioterapia, entre éstas
la función renal, hepática y cardiaca ( l, 2, 4) . Los problemas
neurológicos en la leucemia pueden estar relacionados directamente
por infiltración leucémica en el sistema nervioso central o sitios
extradurales, hemorragias y trastornos secundarios relacionados con
alteraciones metabólicas, tales como: hipercalcemia, hipocalcemia,
uremia, as1 como por efecto de masa por blastos en el flujo
sanguíneo en la leucemia hiperleucoci ta ria. Los avances en la
tecnología so~re imagen¡ ultrasonografia, tomografia computada de
alta resolución, nuevos agentes farmacológicos para imagen
radionllclida y recientemente la resonancia magnética son de gran
13
ayuda para determinar la extensión da esta patologia (1, 2,).
Cla•ificaoióa
Las leucemias sa clasi~ican en doa qrandes grupos: leucemie
aguda linfática (LAL) y leucemia aguda mieloide (Ll\11).
En 1976, el grupo colaborativo Franco-Americano-Británico
(FAB) propuso criterios para la claaificación, un sistema lltil,
reproducible y con un alto qrado de concordancia entre loa
observadores (20).
La LAL - clasifica an 3 aubtipoe basados en la aorfologia de
los blaatos observados en los axtendidoa d• -6dula 6aea con la
tinción de -lty • •, asic¡nando' a cada uno de estos grupos la
siguiente denoainación Ll, L2 y Ll, dependiendo del tallallo de laa
células naoplll•icas, proporción nllcleo-citoplasaa, contorno de la
aellbrana nuclear, presencia de nucleoloa y vacuolaa y con
citoplaa11a baa6filo (20) • Varios grupo• da investigadores han
sugerido que loa aul>-tipo• L1 'I L2 .. tlln asocimdos con buen
pronóstico. otros investigadores no encontraron est4 asoc~ación,
sin -rgo rsaultó ser evidente que el subtipo Ll ea 11Aa coalln en
la infancia (85t) y el subtipo L2 u ú• frecuenta en adUltoa (21,
22). cuando se comparaba el diagnóstico citológico de . varios
observadores sobre el •iaso eapeci..n, el acuerdo intor-cbservador
para diatinguir Ll de L2 el ranl;IO era de 113 ·¡, 79 t (23).
Poateriol'119nte el grupo colaborativo PAJI reeonoció la dificultsd
14
para distinguir los tipos Ll/L2 y se publicó una modificación de
sus criterios iniciales en 1901 (24), con un sistema de
calificación para identificación de Ll/L2 basado en
caracteristicas ci tolóqicas que se muestran en la tabla l. En
aquel tiempo se reportó un promedio de 84' de concordancia entre
observadores (24) • Los criterio" para el diagnóstico da la L3, son
los siguientes: células qrandas con crolll4tina nuclear finamente
suspendida y hosoqénea; ndcleo oval o redondo de contorno regular;
uno o m4s nucleolos prOlDinentes y vesiculars•r citoplasma
relativamente e•cs•o, baaófilo y predOlllinantasente vacuolado (20).
Leu..-.da• IUelobl••tioas
Al igual que en la LAL, uisten controveraias en cuanto a la
clasificación de la LAM, por la dificultad qu• a>Ciste para
distinguir la morfoloqia celular dabido al origen OOlllWt de varias
·lineas celularea be11atopoy6tiCB111. La variabilidad de las
caracteristicas morfológica• de la LN( ha conducido al de•arrollo
de varios sistemas de clasificación, el ab aceptado •• el del
qrupo Franco-Alllericano-Brit.tnico (20, 25), que eaplea criterios
mortolóqicos y tinciones citoqu1micas aspecHicllB. El qrupo FAB ha
.,.tablecido los criterios para el estableciaiento de 7 •ub-tipoa da
leucemias aielobl••ticaa, que tiena un razonable grado de
reproducibilidad (57 a 88 t) (26). A continuación ee mencionan los
criterios del qrupo PAB para cada •ub-tipo d• UM:
K-1 Kielob16atica •in aaduración
Be aprecian blastoa ain ¡ranulación o con ali¡unoa gr6nulos
15
TASIA 1
SISTEMA DE CALIFICACION PARA L-1 ~ L-2
CRITERIO CALIFICACION
Relación nücleo citoplasma alta en ...
+ o • del 75\ de células
Relación nücleo citoplasma baja en -
+ o - del 25i de células
'Nucleolo: o a l (pequef\o) en ... o - ...
del 75\ de células
Nucleolo: l o mé.s (prominente) an -
+ o • del 25' de células
Membrana nuclear irregular en + o a -
del 25\ de células
Células grandes en + o = del sot de -
células
Los siguientes no son nWlleradoa: (l) criterio intermedio o
indeterminado, (2) me=brana nuclear regular en + o - del 75\
de células, (3) menos del sot de células grandes, con respecto
a la heterogeneidad del tamado celular (tomado de Bennett JM,
1981). RESULTAOO: O a +2 • Ll; -1 a -4 = L2
16
azurótilos, se pueden observar algunos cuerpos de Auar, uno o más
nucleoloa y la maduración qranulocitaria no es evidente.
M-2 Mialobláatica •con maduración
En esta sub-variedad ad8más de la presencia do blastos, existe una
mayor proporción da maduración mialoide. KAa del 50' de las
células son mieloblastos y promielocitos, la mayoria de las células
tienen gránulos azurófilos y ea comdn la presencia de cuerpos de
Auor. Alqunos mieloblastoa·puadan parecer monoblaatos por lo que
os necesario usar tinciones citoqu1micaa para podar aatablacar el
diaCJDóstico diferencial. Loe caso• con hiparplada aritroide
(•enoa d•l 50 t de aritroblaatoa), pero sin la aorfol091a de la
aritroleucomia (M-6) se incluyen en eats grupo.
M-3 Proaieloc1tica
En esta leucemia predominan loa promielocitoB anormales, el ndcleo
varia lmportantemente en lo que a su tamafto •• refiere y el
contornó es a menudo renifor111e o bilobulado. Bl citoplasma está
completamente ocupado por.una qran cantid~d de qr!nulos teftidos da
color rosa brillante, rojo o pdrpura y alqunas células contienen
cuerpos de Auer.
M-4 Mielomonocitica
En este tipo de neoplasia hay participación de qranulocitoa y
aonocitoa, la diferencia entre M-2 y M-4, es la proporción da más
del 2ot de monocitoa an la H-4, lo mismo sucede con la M-5
diferenciada, paro en la M-4, el porcentaje de mieloblaatoa y
proaielocitoa debe aar mayor del 2ot.
M-5 Monoc1tica
17
Esta sub-variedad puade presentarse como:
a) pobremente diferenciada (monoblástica) con grandes monoblastos
da cromatina delicada y nucleolos vesiculares prominentes, el
citoplasma es abundante, a menudo tiene pseudópodos, rara vez con
9r4nulos azurófilos.
b) diferenciada, donde se identifican monoblastos, promonocitos y
monocitos, la proporción de estos ~ltimos es más alta en la sangre
peritérica c¡ue en la médula óaoa, en ocasiones prosantan cuerpos de
Auer y la citoquimica ayuda a diferenciarlos de H-2 y H-4.
H-6 Eritroleucemia
El componente eritropoyético n9opl4sico de esta leuc8lllia,
com~nmente excede el 50\ de todas las célula& de la médula ósea y
los eritroblastos muestran los qrados variables en au mortoloqia,
especialmente lobulación m~ltiple del n~cleo1 prolongacionea
citoplasa4ticaa; nucleolos aültiples y prominentea1 fragmentación
nuclear y formas gigantes semejantes a loa qua se presentan ¡,n
cuadros megalobl4sticos. Si la proporción de eritroblastos con
disaritropoyesis excede e1·1ot y laa otraa anomalias el JOt, es
suficiente para establecer el diagnóatico da eata variedad da
leucemia. La serie 9ranulopoyética muestra mieloblastos y
promielocitoa-y en ocasiones cuerpos de Auer, el porcentaje de
esta• c•lulas •• menor al 30\ y se debe diferenciar de un sindro•e
mielodispl4sico.
M-7 Me9acarioblástica
!l aspirado de la médula ósea en esta sub-variedad da leucemia a
••nudo •• dificil de obtener, por incremento en las fibras densas
10
de reticulina. El extendido de sangre periférica muestra signas de
mielofibrosis, tales como fraqmontos de megacariocitos y en 'r'1ras
ocasiones también megacariocitos. La médula ósea debf! prcs~nt:a?'.'
30% o rnás de magacar ioblastos; estas células son al tam.':!ntP
pleornórfic<"ls, pueden ser pequeñas y redondas con escaso c1topl~1sma
y cromatina nuclear dens,1 sir:iilar a 1:-.is ct.?Lulas lcucénicac Ll o
grandes con má& citoplt't.sma semejantes a l.n.s de la r..2, pn_;sent.un o
no citoplasma grannlarr el nlicleo es rt=.dondo con c:.,:imrtl:in<1 nucle
onent1 de cllUl• epltellodts Mixto
g LM, difuso, de efluln granda de dlula• herdldas de c6lulM Difuso
no herdldH con nclerosh ffl•tlocltlco
h LM, de cilulu grwde:S, lranobliistlco pl .. .xttolde de
cflub11 ct1ru p;ill.:irfo con t.r\ ~te de eftutas
epttet lofdes
l LM, llnfobltlnlco con clrconvoluclone1, sin clrconvoti.J:lone11
LM, de dtutas ~· no hendidas llnftxm de Bur1dn con
lrH1 fol lcularn
IV Mlscel4neos
c~;to
11icosls f1.riQOlde1
pl1.-oclt01M extrlllledJlar
no clHtflcfi>lK y otros
LLC leucenia tlnfocftlce crón!CI
UI l lnfoma mal lgno
(tancer, 1982).
Dlfuao, hh.tlocftlco
llnfobUstlco
con clrc..woli.J:lone1
sin clrconvoluclonH
Dtf~
lndlferl!Oelado
5urkltt
no Burkltt
Mlom Urmlnos
47
48
equivalente linfomatoso de linfocitos B monocitoides encontrados en
nódulos reactivos, particularmente en la linfadenitis toxoplásmica
y lintadenopatia relacionada con el SIDA, las células monocitoides
son morfológicamente similares a las de la leucemia de células
pilosaa y estudios inmunológicos han mostrado caracteristicas
fenotipicas comunes. Clinicamente, este tipo de linforaa se
comporta como el lintoma de bajo grado de malignidad y al igual que
estos puede progresar a un linfoma de alto grado de malignidad
(91).
citogsn•tica y biología molecular de loa linfomaa
Las células malignas en muchos pacientes quienes tienen
leucemia, linfoma u otra neoplasia hematolOgica han adquirido
anormalidades cromosómicas en una forma clonal, se han reconocido
anormalidades citogenéticas especificas y algunas veces únicamente
asociadas con ciertos subtipos morfológicos de leucemia o linfoma.
La detección de estas anormalidades citogenéticas recurrentes
pueden ser útiles para establecer el diagnóstico correcto e
intormación de importancia desde el punto de vista pronóstico (92,
93, 94, 95). Recientemente se ha mostrado que estas anomalias
jugando un papel integral en el proceso de transformación maligna
por análisis detallado sobre la secuencia del ONA que están
localizados en los puntos de rupturas cromosómicas de las
translocaciones recurrentes en las leucemias y linfomas. Asi
mismo, se ha determinado que los genes localizados en estos sitios
son proto-oncogenes, que son el resultado de la mutación genética
49
inducida por rearreglo cromosómico, la función del gen se altera
convirtiéndose en un oncogén, como ejemplos son las translocaciones
observadas en el linfoma de aurkitt y en la leucemia granulocitica
crónica (92, 94, 96).
El 90\ de los casos· de linfoma de células pequeñas no
hendidas: ambos Burkitt y no Burkitt, muestran una translocación
caracteristica conocida como t(BI 14) (q24: q32) y una pequeña
proporción 10 a 20\ de casos tienen una variante t(2: 8) o t(B;
22). El punto de ruptura en los cromosomas 14, 2 y 22 contienen
los genes que codifican para las cadenas pesadas kappa y laml:>da, el
cromosoma 8 está involucrado en ambos: tanto en la translocación
tipica como en las variantes, la región afectada del cromosoma e
banda q24 contiene el oncogén c-myc. Probablemente como un
resultado de la yuxtaposición del oncogen c-myc, con un gen de
imn.unoglobulina, ocurre activación del c-myc y disregulación de la
transcripción, conduciendo a un incremento en la producción de la
proteina c-myc, la cual parece estar involucrada en el control de
la replicación del ONA, esta expresión anormal puede ser el
resultado de la proliferación no restringida de las células B que
contienen estas translocaciones cromosómicas. La alteración de la
expresión c-myc es importante en la patogénesis de las neoplasias
de células B (94, 95, 96),
Una anormalidad citogenética común en el linfoma folicular es
la t(l4; lB) (q32; 21), aproximadamente 65 a 85% de linfomas
foliculares muestran esta translocación, el cromosoma 14 q32
contiene los genes que codifican para las cadenas pesadas de las
50
inmunoglobulinas, lo que indica que el linfoma folicular se deriva
de células B. Tsujimoto y colaboradores, clonaron la secuencia de
ONA derivado del cromosoma 1Bq21 designado como bcl-2, este gen
bcl-2 es activado y disregulado por la yuxtaposición con el gen de
las cadenas pesadas de las inmunoqlobulinas del cromosoma l4qJ2.
La siqniticancia clinica del bcl-2 no ha sido determinada (97).
En el lintoma linfocitico peciueilo la anomalia citogenética má.s
comUn es la trisomia 12 y aproximadamente el 10\ de los casos
muestran una translocación designada como t(llr l4)(ql3tq32), esta
última anomalia citoqenética se ha encontrado en otros subtipos
histol6gicoa de linfomas; tales como el linfoma de células grandes
y centrocitico difuso, el pronóstico de los pacientes con esta
translocación es muy pobre (98).
La t(2; 5) (p23: qJS), sfÍ encuentra usualmente en el linfoma de
células grandes Ki-1, esta entidad es por lo regular en linfoman de
células T y morfolóqicamcnte semejan a histiocitosis maligna (99).
La reacción de cadena de polimerasa, fue usada originalmente
en el diagnóstico prenatal de la anemia de células falciformes,
esta técnica reproduce en forma geométrica mültiples copias de una
copia existente, expandiendo el numero de secuencias de ONA anormal
un millón de veces 1 es tan sensible que puede detectar 1 en 100, 000
células que portan alguna anornalidad citogenética, con esta
técnica se ha encontrado que pacientes en estadios tempranos de
linfoma folicular presentan células neoplásicas circulantes y
muchas muestras de sangre periférica de pacientes en supuesta
remisión completa muestran persistencia de células con t(l4; 18),
Sl
tomando en cuenta estos hallazgos la aplicación de esta técnica
seria necesaria para definir la curación (94, 95, 101).
cuadro clínico
La heterogeneidad clinica y patológica de los linfomas no
Hodgkin hacen dificil generalizar las carncteristicas clinicas de
~os diferentes subtipos, virtualmente todos los pacientes se
presentan con crecimiento de nódulos linfoide o tumores en sitios
extranodales y sintomas sistémicos, los nódulos linfoides afectados
generalmente no son dolorosos, son de consistencia ahulada y las
cadenas más comtlnmente involucradas son cervicales, seguido por
inquinales, axilares y sitios mUltiples (1). Los sintomas
sistémicos incluyen; fiebre, diaforesis nocturna y pérdida de peso~
estos sintomas son más comunes en linfomas difusos y en estados
avanzados de la enfermedad, otros sintomas menos frecuentes que
pueden presentarse son: dolor abdominal, fatiga, adenopatias
dolorocas, disfagia, tos, dolor óseo, edema y prurito generalizado
y otros síntomas de acuerdo al órgano involucrado, existen ciertas
caracteristicas clínicas y evolución de acuerdo al subtipo
histológico de linfoma. La presentación del linfoma extranodal
puede ser primario o simultáneamente con la afección nodal en el
momento del diagnóstico o puede ocurrir durante la evolución ~e la
enfermedad, los sitios extranodales de afección primaria más
comunes son: anillo de Waldeyer, tubo digestivo, hueso, piel,
pulmones, glándulas salivales, tiroides, testiculos Y gl4ndulas
mamarias. La participación de bazo, higado, médula ósea y sistema
52
nervioso central ocurre más comúnmente junto con la afeccion nodal
en el momento del diagnóstico (l, 74, 75).
Din.gnósticio
El diagnóstico de 1 infama se establece mediante el cuadro
clinico y la examinación histopatológica del ganglio linfático o
espccimen del sitio extranodal en caso del linfoma extralinfático
primario (1, 74, 75).
Eatadificación
Una vez que se ha establecido el diagnóstico histopatológico
definitivo de .linfoma no Hodgkin, aÍltes de iniciar el tratamiento,
el paciente debe ser sometido a algunos procedimientos destinados
a determinar la extensión del tumor. Como se mencionó los !infamas
no Hodgkin son un grupo diverso de neoplasias linfoides con
remarcables diferencias en la presentación clinica; pronóstico y
respuesta a la terapéutica, lo que hace imposible recomendar un
patrón uniforme para estadif icación de la enfermedad que pueda ser
aplicado a todos los pacientes. El sistema de estadificación de
Ann Arbor desarrollada en 1971 para la Enfermedad de Hodgkin, es el
sistema de estadificación más aceptada para los linfomas no
Hodgkin. Los detalles de esta clasificación se muestran en la
tabla 4. La evaluación inicial incluye una historia clinica y
exploración fisica completa con puntos de interés particular tales
como; presencia de síntomas sistémicos, síntomas sugestivos de
participación extralinfática, evaluación de todas las regiones
ganglionares
occipitales,
incluyendo;
femorales
epitrocleares,
y popliteos, la
53
preauricularea,
presencia de
hapatoesplenomegalia que debe ser determinada en el examen fisico,
asi como la evaluación de la presencia de linfoma a nivel de piel,
tiroides, glándulas salivales, anillo de waldeyer y huesos (74, 75,
102). LOs estudios de laboratorio deben incluir una biometria
hemática completa con examinación del extendido de sangre
pariférica para b\lsqueda de células linfomatosas, pruebas de
funcionamiento hepático y renal, ácido ürico, nivel sérico de
deshidrogenasa láctica como signo de carga tumo1·a1 y como valor
pronóstico. Las enzimas hepáticas y fosfatasa alcalina elevadas
pueden ser un signo de infiltración hepática o de hueso y se debe
realizar evaluación de médula ósea por aspirado y biopsia.. De un
30 a un 40\, de todos los pacientes se les documenta infiltración
a este nivel en el momento del diagnóstico, la incidencia varia con
cada subtipo histolóqico de linfoma al iqual que la participación
del sistema nervioso central, el examen del liquido cefaloraquideo
como procedimiento de estadificación inicial se realiza
principalmente en el linfoma de Burkitt y no Burkitt y en el
linfoma linfoblástico. LOS estudios radiológicos para la
estadificación incluyen; tele de tórax PA y lateral con la que se
detecta en su gran mayoria la presencia de enfermedad
intratorácica. La linfangiografia es otro estudio radiológico para
evaluar abdomen que tiene una sensibilidad y especificidad del 85\
a 90%:, para evaluación linfangiográfica de nódulos linfoide~
iliacos y paraórticos, pero no es tan confiable para evaluar los
54
9an9lioo localizados en la porción superior del abdomen como los
del hilio esplénico; porta-hepáticos, celiacos y mesentéricos y
subestima frecuentemente el tamaño del tumor. La tomoqrafia axial
computarizada ea un estudio ~til y a su vez complementario de la
lintangioqrafia en la evaluación sobre todo del hemiabdoman
superior y a su vez. detecta extensión extraganqlionar sobre todo de
hígado, bazo y riftones. Existen otros estudios radiológicos
auxili1t.rea, que sólo se deben realizar de acuerdo a la sospecha
cl1nica y el subtipo históloqico de linfoma (102).
Factor•• Pronóatico
Desafortunadamente el sistema de estadificación de Ann Arbor
no provee información pronóstica y terapéutica satistactorla en los
linfomaa no Hodgkin, el pronóstico de éstos depende m4s bien de
algunos factores que actualmente se han reportado tales como: el
subtipo histológico de linfoma, carga tumoral, nÚlllero de sitios
ganglionares y extraganglionares afectados, nivel de deshidrogenasa
láctica y b~ta-2 microqlobulina séricas.
'l'ratamiento
Radioterapia
Los linfomas no Hodgkin son :nuy radiosensibles, pero su uso en
este tipo de neoplasia es muy limitado, debido a que los pacientes
con enfermedad verdaderamente localizada son muy escasos, algunos
investigadores sugieren que para los pacientes con estadios clinico
I y IIA determinado por laparotomia exploradora se pu.ede utilizar
Estadio
TABLA 4
SISTEMA DE ESTADIFICACION DE ANN ARBOR
l: Participación de una sola reqión nodal (1) o un
solo sitio extralinfático (lE).
SS
Estadio 11: Participación de dos o más regiones nodales sobre
el mismo lado del diafragma (11) o participación
localizada de un sitio extralintático y una o mAs
regiones nodales sobre el mismo lado del diafragma.
Estadio 111: Participación de regiones nodales linfoides en
ambos lados del diafragma, donde también puede ser
acompañado por paricipación extralinfática
localizada (lllE) o paricipación esplénica (lllS)
o ambos (lllES),
Estadio lV: Participación diseminada de uno o más órqanos o
tejido extralinfático, con o sin enfermedad nodal
linfoide asociada.
Sintoma A asintomático
B fiebre, diaforesis nocturna y pérdida de peso
mayor del 10' en los seis meses previos.
Canear Research, 1971
56
radioterapia sólamente y se ha visto que induce remisión completa
duradera, no obstante otros autores recomiendan que los linternas no
Hodgkin deben ser.manejados con quimioterapia independiantemente
del subtipo histolóqico y estadio clinico on el que se encuentren
(74).
guiaioterapia
Los lintomas no Hod9kin al igual que con la radioterapia
responden bien a agentes quimioter6picos y existe una gran variedad
de drogas que son empleadas para el tratamiento de loa linfomas no
Hod9kin de acuerdo al subtipo his~ológico.
Lintomas de bajo qrado d• malignidad
Este tipo de linfoma es el m6s común en pacientes de edad
avanzada y por lo regular se encuentra en estadio IV en el momento
del diagnóstico, de acuerdo a la historia natural de esta variedad
de lintoma puede requerir o no quimioterapia durante la
presentacióiÍ, en los pacientes con enfermedad más rápidamente
progresiva y que se acompañan de sintomas sistémicos la
quimioterapia paliativa está indicada, usualmente con un solo
agente alquilante del tipo del clorambucil o bien en combinación
con prednisona, estos agentes producen respuesta parcial o remisión
completa an aproximadamente 65% de los pacientes (74). A su vez
existen regimenes de combinación de quimioterapia poco tóxica
como el uso de ciclofosfamida, vincristina y prednisona (CVP), o el
uso de ciclofosfamida, adriamicina, vincristina y prednisona
57
(CHOP). En algunos estudios comparativos de un solo agente contra
quimioterapia multidroga no se ha demostrado diferencia en el
beneficio terapéutico a largo plazo (103, 104).
Linfoaas de qrado intermedio de maliqnidad
El linfoma de células grandes difuso es el más comUn de este
grupo, con un comportamiento agresivo que requiere regimenes de
quimioterapia combinada en sequida del diagnóstico. Antes de 1960,
esto grupo de linfomas tenian un pronóstico muy pobre, inicialmente
se utilizaba para su tratamiento un solo agente quimioterápico,
llegándose a presentar remisiones completas en muy raras ocasiones
y la mayoría de pacientes fallecian a un año del diagnóstico,
posteriormente con los resultados obtenidos con quimioterapia en
estadios avanzadoa en la enfermedad de Hodgkin, se propuso el uso
de un regimen similar al de ciclofosfamida, oncovin, procarbazina
y prednisona (C-MOPP) en donde el citosan fue substituido por
mostaza nitrogenada, de 24 pacientes tratados originalmente con
este esquema, 46t consiguieron una remisión completa y 37l
permenecieron en remisión completa después de 5 años de siguimiento
(105). La introducción de la adriamicina representó un avance
importante en la quimioterapia de los pacientes con cáncer. La
combinación de ciclofosfamida, adriamicina, oncovin y prednisona
(CHOP) , ha sido usado extensamente en el tratamiento del linfoma de
células grandes y aún permanece como el tratamiento más empleado
hasta la actualidad (106). El grupo oncológico del sudoeste de los
Estados Unidos, en un estudios do 418 pacientes empleando el
58
régimen CHOP, reportó una remisión completa promedio de 53%, de los
cuales el 30l de los pacientes tratados permanecen en remisión
completa sostenida.después de 12 años de sequimiento (107).
Otro réqimen oriqinado en el Instituto Nacional del Cáncer de
los Estados Unidos, para estos subtipos de linfomas fue el empleo
de; bloomicina, ,adriamicina, ciclofoefamida, vincristina y
prednisona (BACOP), y fue uno ·de los primeros regimenea de
quimioterapia que utilizaron droqas secuenciales alternando
mielosupresoras y no mielosupresoras, de 32 pacientes tratados con
este esquema inicialmente 48\, consiguieron remisión completa y J4t
de todos los pacientes incluidos fueron aparentemente curados.
En la Universidad de Chicago se han empleado para esta
variedad de linfomas ciclofostamida, oncovin, methotrexate,
leucovorin y arabinósido de citosina (COMIA) réqimen que incluye
antimetabolitos, originalmente tueron tratados con este esquema 42
pacientes, 55\· consiquieron remisión completa y 48%: con una
sobrevida libre de entennedad a 10 años de sequimiento (74).
En los regimenes de quimioterapia de primera qeneración ya
mencionados hubo un avance importante en el tratamiento de los
linfomas de grado intermedio de malignidad, pero la mayoria de
paciente morian de esta enfermedad y ante este hecho, se fueron
desarrollando los regímenes de quimioterapia de segunda generación
en la década de los 70 y los de tercera generación en la década de
los 80 con la finalidad de mejorar el promedio de remisión completa
y subsecuente promedio de curación; a través del uso alternado de
drogas mielosupresoraa y no mielosuprcsoras, asi como la exposición
59
temprana de varios agentes quimioterApicos a las células tumorales
para evitar resistencia a las droqas de acuerdo a la hipótesis
propuesta por Gol die y Coldman ( 108) • con loa reqimenes de segunda
y tercera generación al parecer los resultados son mejores que los
conseguidos con el régimen CHOP, aunque es importante mencionar que
son resultados de estudios aislados de una sola institución y no
como ensayos clinicos controlados. Recientemente el grupo
Oncológico del Sudoeste complotó una serie de estudios fase II en
un c¡rupo cooperativo en donde comparó los regimenes de
methotrexate, bleomicina, adriamicina, ciclotosfamida, oncovin y
decadron (m-BACOP), Prednisona, adriamicina, ciclotostamida,
etopóside, citarabina, bleomicina, oncovin y methotrexate
ProMACE-Cyta-BOH) y de methotrexate, adriamicina, ciclofosfamida,
oncovin, prednisona y bleomicina (HACOP-8), este estudio piloto
mostró un promedio de remisión completa de 65t y es importante
señalar que este promedio de respuesta no es marcadamente diferente
del promedio de respuesta completa con el réqimen CHOP de estudios
cooperativos, cabe mencionar que con los regimenes más agresivos
hay una morbilidad y mortalidad por la toxicidad de quimioterápicos
de aproximadamente 4 a St. Con base en lo reportado, no existen en
la actualidad estudios comparativos aleatori'!ados de los diferentes
regimenes de quimioterápicos como tratamiento de elección para este
subgrupo de linfomas (109, 110).
Linfomas de alto qrado de maliqnidad
Este grupo está comprendido por el linfoma inm.unoblástico,
60
Burkitt y no Burkitt y el lintoblastico. Los pacientes con linfoma
inmunoblástico reciben esquemas de quimioterapia similar a los
empleados para los ·.otros subtipos de linfomas de células grandes
difuso• (109, 110). Los otros dos subtipos so presentan con mayor
frecuencia en niños, en loa que existe mayor experiencia en cuanto
a su manejo. De lop estudios disponibles en pacientes adultos con
linfoma linfoblástico, es claro que con esquemas convencionales los
resultados son poco alentadores y con regimenes de quimioterapia
semejantes a los utilizados en leucemia linfoblástica que
comprendan tase de inducción intensiva, consolidación,
mantenimiento y profilaxis a sistema nervioso central resultan ser
más benéfico• (111). El linterna de Burkitt es una de las pocas
ont'ermedadea malignas en donde la cirugia juega un importante papel
para la detumorización cuando se encuentra localizado, previo a la
quimioterapia, el linterna de Burkitt es muy sensible a la
quimioterapia y en particular a la ciclofosfamida. Burkitt fue
capaz de conseguir remisiones completas en la mayoria de sus
pacientes después de 1 a 2 dosis altas de ciclofosfamida pero por
periodos muy cortos, al parecer por la aparición de nuevas clonas
de células resistentes a la droga, con el uso de quimioterapia
combinada que incluye ciclofosfamida, methot.rexate, arabinósido de
citosina y adriamicina se han informado remisiones completas más
duraderas (74).
61
Alteraciones inaunes en •1 hU6•P•4 inmmoco11pro•etido con
naopla•i•• b.,.atoló~ioaa y por oomplioacion•• da la quimioterapia
La piel y las superficies mucoaas constituyen el mecanismo de
defensa primario del huésped contra la invasión de microorganismos
endógenos y exógenoa. La inteqridad de esta barrera puede ser rota
por la mi&ma neoplasia o por el tratamiento como radioterapia o
quimioterapia qua pueden inducir dermatitis o mucositis, astas
lesiones sirven como un foco de infección local y una puerta de
entrada para la invasión ai&témica. Les neutrófilos y los
monocitos-macrófa9os aon la principal defensa celular contra muchas
bacterias y hongos. Los pacientes con leucemia aguda por lo
regular cursan con neutropenia severa (menor de 500 neutrófilos
xmm3) agravada aü.n más por la quimioterapia durante tiempo
prolongado, siendo un factor de riesqo auy importante para
infecciones bacterianas y sobre todo de tipo micótico. En los
pacientes con c4ncer, además del defecto cuantitativo de
neutrófilos, cursan con anormalidades funcionales de los
neutrófilos tales como: defecto en la quimiotaxis; en la
fagocitosis; la capacidad bactericida y la generación de radicales
superóxidos que acompañan a la fagociton:is. Asi mismo la
quimioterapia de la leucemia y linfomas pueden también producir
defectos funcionales de los neutrófilos, por ejemplo los
corticoesteroides disminuyen la fagocitosis y la migración de
neutrófilos, la combinación de vincristina, prednisona, L-
asparaginasa, 6-Mp y methotrexate producen una disminución
significativa de la capacidad fagocitica y bactericida de los
62
neutrótilos, esto mismo también sa ha visto en pacienteo posterior
a radioterapia craneoeapinal en pacientes con leucemia. El sistema
monocito-macrófago' provee capacidad taqocitica residual durante
periodos de neutropenia grave, aiendo éstos m~s resistentes a la
quimioterapia citotóxica, al macrófaqo activado se asocia con
linfocitos T como un efector de la inmunidad mediada por células y
sirve como defensa importante ·para mycobacterias, listeria,
brucella, varios hongos, protozoarios y virus. Los pacientes con
linfomas cursan con alteraciones aignifica.tivas de la inmunidad
celular, presentan disminución de la respuesta a la
fitohemaglutinina, disminución en la producción de lintocinas,
anergia y otros defectos que m6s tarde aon agravados por la
quimioterapia, haciendo a tales pacientes m4s susceptibles a
ciertas infecciones virales, como herpes zoster o a infecciones
micóticas como criptococo.
La quimioterapia citotóxica tiene efectos adversos importantes
sobre la función de las células T y B, dando lugar a disminución de
la actividad opsonizante, aglutinación inadecuada, lisis de
bacterias y neutralización deficiente de toxinas bacterianas. Asi
mismo, varios componentes del complemento son importantes para el
mecanismo de defensa del huésped, incluyendo opsonización,
quimiotaxis, generación de anafilotoxinas y actividad bactericida
sérica. Las secuelas infecciosas especificamente relacionadas a
complemento no se han descrito en pacientes con cáncer (112, 113,
114).
El bazo sirve como un filtro mecánico eficiente y como origen
63
de la actividad opzonizante temprana en una infección. Los
pacientes esplenectomizados manifiestan disminución de la
producción de anticuerpos, de tuftsina, (péptido promotor de la
fagocitosis) disminución de los niveles de IgM y properdina y como
consecuencia tienen un riesgo incrementado de septisemia,
usualmente con gérmenes capsulados tales como estreptococo
pneumonie, noiseria meninqitidis, haemophilus influenzae, con gran
numero de microorganismos en la circulación sanguinea y con una
mortalidad muy elevada (115).
Otro factor que contribuye a la pérdida de la integridad
intertegumentaria, barreras mucosas, disminución de la migración de
neutrófilos, de la fagocitosis y depresión de la función
linfocitaria, es la desnutrición que frecuentemente se asocia en
los pacientes con cáncer, además de los anteriores tenemos también
a la trombocitopenia como consecuencia de la neoplasia y agravada
por la quimioterapia, que da lugar a hemorragia local sirviendo
como foco infeccioso local y como via de entrada sistémica (116).
64
Infeocion•• Kioóticaa en Paciente• con Meoplaaia• Hematológioaa
La causa de auert• mAs frecuente en pacientes con c6ncer en
general y neoplaaiaa hematológicas en particular es el proceso
infeccioso. A medida que el tratamiento antineop14aico ha
mejorado, se ha incrementado la sobrevida global de los pacientes
con eaas . patoloq1~s pero también han aumentado los efectos de
inmunodepreSión, lo que ha producido a su vez una mayor severidad
y frecuencia de las complicaciones inteccioso.11 ( 117) • Conforme los
esquemas de tratamiento antibacteriano se han modificado, con base
en la aparición de nuevos antibióticos de mAs amplio espectro o de
espectro m4s especifico contra detérminados gérmenes, los agentes
etiolóqicos de los procesos infecciosos han sufrido transformación
en cuanto a susceptibilidad al tratamiento y a gérmenes causales se
refiere (118).
En la década de los 70 1 s Inaqaki y colaboradores en un periodo
de tres años re~lizaron examinación postmortem en 816 pacientes con
c4ncer no hematológico, la principal causa de muerte encontrada fue
de etiologia infecciosa en 380 (47\) y de éstas predominaron los
gérmenes gram negativos, 68% de los casos, bacterias gram positivas
10% y dnicamente el 3.4% fueron debidos a etiologia mic6tica (119).
El mejoramiento sustancial en el manejo de infecciones bacterianas
está asociada con un incremento en la frecuencia de infecciones
micóticas y éstas emergen como un importante problema en pacientes
inmunocomprometidos a partir de la década de los 60 1 s, descrito
predominantemente en pacientes con leucemias agudas y sobre todo en
aquellos en estado terminal de la enfermedad.
65
En 1976, Chang y colaboradores en una revisión de casos de
autopsias en pacientes con leucemia aguda, encontraron también
predominio de bacterias gram negativas como cnusn de muerte, aunque
en esta serie las infecciones de causa micótica alcanzaron hasta el
20%, las causadas por el ·género c4ndida constituyeron las m4s
frecuentes seguidas por las del género aspergillus de ambas el lJt
fueron de tipo sistémico y en éstas, \lnicamente el 25\ de los casos
se obtuvieron resultados positivos en los hemocultivos realizados
antes de la muerte (120). En series más recientes la frecuencia de
infecciones por hongos tiene un rango de 27\: a 40\ en pacientes con
neoplasias hematológicas y de éstos la mayor frecuencia se
encuentra en pacientes con leucemia aguda ( 121, 122) • como lo
demostró Bodey, la infección micótica causó 21% de las muertes en
pacientes con leucemia aguda, l3t en paciente con linfoma y
solamente 6\ en pacientes con tumores sólidos. Los tipos de hongos
más frecuentemente encontrados han sido los del género cándida y
asperqillus, aunque otros como ficomicetos y criptococcus también
participan (121, 122,). Se infiere que el principal factor
predisponente para que se produzcan infecciones por hongos es la
neutropenia, la cual es inducida básicamente por efecto de la
quimioterapia antineoplásica. De acuerdo con varios autores esta
predisposición a las infecciones micóticas es particularmente seria
cuando la cuenta total de neutróf ilos es inferior a sao por mm3 en
sangre periférica y sobre todo cuando se prolonga por varios dias
(121, 123). otro de los factores es el uso de antibacterianos en
forma de profilaxis o para el tratamiento de fiebre de origen
66
desconocido en pacientes con neutropenia, al abatir y barrer con la
flora bacteriana normal se permite la emergencia y proliferación de
hongos oportunistas, asimismo el uso de corticoesteroides como
terapia antineoplásica especifica o como terapia de apoyo, facilita
el establecimiento de infecciones micóticas al disminuir la
producción de antic;uerpos, suprimen la respuesta inflamatoria aguda
y crónica, reducen la reacción de hipersensibilidad tardia, alteran
la tunci6n de los neutrótilos, lo que se traduce en la disminución
de la depuración de material extraño (114, 118, 121, 124,).
Se ha considerado que el sitio principal por infección de
cándida es el tracto digestivo, hras y colaboradores, reportaron
una prevalencia en autopsias del 27t en pacientes con linfoma, 15\
con leucemia aguda y 11\ con enfermedad de Hodgkin (125). Dreizen
encontró que al menos el 50% de las infecciones en cavidad oral en
los pacientes bajo tratamiento por leucemia aguda y 70% en los que
reciben quimioterapia para tumores sólidos son causadas por cándida
especies {126). Aunque la candidiasis puede presentarse invadiendo
prácticamente cualquier segmento del tracto digestivo, otro de los
aitios más frecuentemente afectados, además de la cavidad oral, es
el esófago, incluso en una revisión de 370 esofagoscop1as
realizadas en pacientes sin cáncer se encontraron 27 casos de
candidiasis esofágica, de las cuales únicamente en 14 se
presentaron manifestaciones clinicas, esto sugiere que la
candidiasis esofágica es más prevalente de lo que comúnmente se
aprecia (127). Aunque alguhos pacientes son asintomáticos, cuando
se presentan el sintoma más común es la odinofagia que puede ser
67
severa durante la deglución, otros de los sintomas es la disfagia
predominantemente a sólidos, dolor opresivo retroesternal o en
región interescapular y ocasionalmente sangrado gastrointestinal
masivo (127). Hay un n\lmero de entidades clinicas que pueden
confundirse con candidiasis esofágica y que paciente con leucemia
puede desarrollar; como son la esofagitis viral causada por herpes
s~mple o citomegalovirus o que pueden ocurrir en forma concomitante
y que tienen los sintomas clinicos idénticos a los observados en
pacientes con candidiasis esofágica, a menudo es necesario el
cepillado endoscópico y biopsia para diferenciar estas dos
entidades (127, 128, 129).
La candidiasis sistémica constituye un gran problema en los
pacientes con cáncer, Bodey, encontró una frecuencia del 20\ de
candidiasis sistémica en pacientes con cáncer no hematológico
(128). De Gregario y colaboradores, reportaron un 27t de infección
invasiva por hongos en pacientes con leucemias agudas de los cuales
el 80\ correspondieron a candidiasis ya sea como germen ~nico o en
combinación con otros hongos (figura 3) (122).
La infección por cándida puede involucrar cualquier órgano de
la economia, los principales sitios de origen de la infección son
el tracto gastrointestinal y los catéteres vasculares. Dependiendo
del origen la predominancia de los órganos afectados es distinto,
a.si, cuando la infección proviene del tubo digestivo incluye
principalmente higado, bazo y pulmones y si proviene de un catéter,
~fecta con mayor frecuencia riñones, corazón y pulmones (128). De
cuerdo con Andrew 1 los pulmones son los órganos más a menudo
68
involucrados en candidiasis diseminada en el 95\·de los pacientes
con fun9emia y
pulmones (130).
50t en pacientes sin fungemia, adem4s de los
La afección de higado y bazo es frecuente pero
rara vez se sospecha antes de la muerte, en las últimas décadas,
abscesos por cándida en el higado o en al bazo son diagnosticado
con mayor frecuencia gracias al ultrasonido y a la tomografia
computada con esta última se estableció el diagnóstico en 43 de 48
pacientes estudiados y con ultrasonido en 24 de 35 pacientes. Con
Ambos procedimientos se pueden tener falsos negativos (131).
11.aparr¡ilosia
Al igual que la candidiasis, la asperqilosis es una infección
micótica que se adquiere habitualmente en forma intrahospitalaria,
ain embargo difiere en su presentación considerablemente. Las
especies de
respiratorios,
aspergillus
por lo que
son primordialmente patógenos
la mayoria de las infecciones se
localizan en senos paranasales y pulmones como punto de partida de
la enfermedad, aunque éstas son inespecificaa, en cerca del 30% de
los casos la infección se disemina al resto del organismo (121,
128). De Greqorio y colaboradores (122) reportan que de 27
pacientes con infección micótica y leucemia aguda, 14 presentaron
aspergilosis la mayoria de ellos con manifestaciones clinicas o
radiológicas de in!ecci6n.
criptococoaia
otro tipo de micosis que se presenta en este grupo de
69
pacientes es la criptococosis, la cual además de ser menos
frecuente que las anteriores, difiere de ellas en que su
adquisición ocurre habitualmente en forma extrahospitalaria. Se ha
comunicado que cerca del JO\ de los casos ocurre en pacientes con
linfoma no Hodgkin y enfermedad de Hodgkin, en esta \l.ltima el 25\
de las infecciones por hongos son debidas a este germen y aunque la
forma de presentación es habitualmente con ataque al sistema
nervioso central pueden llegar a desarrollarse formas diseminadas
(118, 128, 132).
La mayoria de los pacientes con micosis diseminadas no
revelan ningún signo o sintoma caracteristico que sugiero. el
diagnóstico, s,in embargo numerosos investigadores han encontrado
que existe una presentación uniforme que consiste en fiebre
persistente, refractaria a la terapia con antibióticos de amplio
espectro, aunado a la neutropenia severa y prolongada (114, 122,
124, 128). Además es bien reconocido la dificultad para obtener la
confirmación microbiológica, las biopsias de tejidos profundos
usando procedimientos invasivos, son a menudo necesarios, otros
métodos de diagnóstico temprano de infección micótica aún no son
disponibles y es particularmente dificil también distinguir
colonización por hongos de infección invasiva sin una biopsia
(128). Varios grupos están investigando pruebas serológicas que
detectan anticuerpos anticándida circulantes pero no son seguras
por la falta de especificidad y la incapacidad de muchos pacientes
susceptibles a la infección micótica para producir anticuerpos.
Técnicas para detección de antigenos del organismo cándida o sus
70
componentes incluyendo citoplásmicos y pared celular, han sido
evaluados y encontr4ndose su uso variable y sin poderse recomendar
en ~arma de rutina actualmente (124, 132, 133, 134). Lo mismo que
ocurre con asperqillus (135, 136).
Las series m4s optimistas reportan que únicamente en el sot da
los casos se establece el diagnóstico de infección por hongos antes
de la muerte, el problema se acrecienta si consideramos que hasta
el 50\ de los pacientes que cursan con infecciones por hongos
presentan en forma asociada infecciones bacterianas (129). Estas
dificultades diaqnósticas han llevado al concepto de que los
pacientes con cáncer tiebre y neutropenia en quienes no &e haya
establecido la etiología da algtln proceso inteccioao, deberían ser
tratadoa en forma empirica con antibióticos de amplio espectro,
habitualmente asociando un aminoglucócido y una cefalosporina de
tercera generación y si la fit;?bro inexplicable persiste por un
periodo de 5 a 7 dias después de una adecuada combinación de
antibacterianos, se ha enfatizado la necesidad de administrar
tratamiento antimicótico a base de anfotericina B (11~, 124, 137,
138).
Recientemente la Organización Europea para la investigación y
tratamiento del cáncer (EORTC) en su estudio de 132 pacientes
febriles y granuloci topénicos mostraron beneficio del uso de
anfotericina B empirico tempranamente en pacientes quienes tenian
4 dia11 de fiebre continua después del uso de antibióticos de amplio
espectro, ae encontró resolución de la fiebre 69% del grupo de
terapia con anfotericina B, comparado con solamente 53% en el que
71
no se administró y lo m6s importante, sólo una infección micótica
documentada ocurrió en el primer grupo, comparado con 6 pacientes
del qrupo que no recibió an!oterina B (139). Sin embarqo por la
toxicidad potencial de la anfotericina a, existe mayor interés en
la profilaxis do la infecci~n micótica en pacientes susceptibles y
sobre todo por la dificultad diaqnóstica y poca utilidad del
tratamiento una vez que se ha establecido: desafortunadamente
aunque la profilaxis antimicótica se ha utilizado desde hace varios
afies existen pocos estudios que determinan su eficacia (140).
Ezdinli y colaboradores describieron la frecuencia de candidiasis
en estudios de autopsias de 39 pacientes que habian recibido
profilaxis con anfotericina B y 33 que no recibieron, 8 casos de
infección por c4ndida y 6 de candidiasis sistémica ocurrió en el
grupo control comparado, con 2 casos de infección por cándida y
solo un caso de candidiasis sistémica en el grupo que recibió
profilaxis, demostrando el estudio un claro beneficio de la
profilaxis con anfotericina B, pero no se utiliza ampliamente como
agente antimicótico profiláctico ni empirico en forma temprana por
su efecto tóxico (141). Existen otros agentes antimicóticos que se
han utilizado como profilácticos tales como: la nistatina, el
miconazol, el clotrimazol y el ketoconazol, aunque hay pocos
estudios aleatorizados prospectivos, casi todos demuestran una
reducción sustancial en el total de infecciones micóticas entre
pacientes que reciben profilaxis comparados con los controles, sin
embargo la infección micótica sistémica ocurrió con poca frecuencia
y de igual fonna entre los pacientes quo raciben profilaxis y los
72
controles (140, 142, 143, 144). Recientemente se está utilizando
un nuevo aqanto antiaicótico: el fluconazol, un triazol que ha
demostrado ser activo principalmente contra cándida sp. Meunier en
un ensayo aleatorizado doble ciego estudió la eficacia de
fluconazol contra ketoconazol en 37 pacientes neutropénlcos con
cáncer y candidiasis orotaringea; 19 recibieron fluconazol y 18
ketoconazol, el promedio de curaCión, mejoria da los aintomas y
talla del tratamiento fue similar en ambos c¡rupos, la recaida
ocurrió en 4 pacientes tratados con fluconazol en un plazo no menor
de 30 dias después de descontinuar la terapia, a diferencia del
grupo tratado con ketoconazol donde recayeron 5 inmediatamente
después de la suspensión del ketoconazol, e pacientes del grupo
tratados con tluconazol y 4 de ketocona2:ol murieron al mes de
descontinuar la terapia antimic6tica por complicaciones de su
enfermedad subyacente. Se realizó autopsia en dos pacientes de
cada grupo sin encontrar evidencia de candidiasis sistémica, pero
en un paciente de cada grupo se demostró la presencia de
arpergillosis invasiva, los resultados sugieren que el ketoconazol
es tan efectivo como el fluconazol pero que la recaida después de
suspender. el tratamiento es mas tardia con fluconazol. El
fluconazol también se estA utilizando como agente antimicótico
profiláctico; en un estudio de Bodey GP (140) en pacientes con
ccincer bajo tratamiento quimioterápico fueron aleatorizados para la
administración de fluconazol contra placebo, desarrollando
candidiasis orofaringea en 28% de los 54 pacientes evaluables que
recibieron placebo y solamente 2% de los 58 pacientes evaluables
73
que recibieron fluconazol (p .0003), lo que indica que el
fluconazol resulta ser efectivo como agente antimicótico
profiláctico. Por otro lado investignciones clinicas en unidades
de Hematologia en donde la asperqilosis es una causa regular de
muerte, han encontrado que· el Itraconazol es capaz de reducir el
número de infecciones por aspergilosis en pacientes neutropénicos
pero los datos son limitados (145).
Hyerowitz y colaboradores en su estudio sugieren que el mejor
intento para reducir la probabilidad de candidiasis diseminada en
los pacientes inmunocomprometidos es: la prevención de la infección
por cándida que se puede lograr principalmente reduciendo la
colonización gastrointestinal o el sobrccrecimiento de cándida a
través del uso de técnicas de aislamiento, esterilización de la
comida, antibióticos orales no absorvibles y antimicóticos,
encontrándose buenos resultados en varios centros (146).
Plantalllllianto d•l problema
La principal causa de mortalidad en los pacientes con
neoplasias hematológicas son los procesos infecciosos. Dentro de
éstas las infecciones por gram negativos, ocupan el primer lugar en
frecuencia. Los hongos oportunistas se presentan hasta en un 27 a
un 40% como causa de muerte en estos pacientes. Se ha mencionado
que este tipo de complicaciones es debido tanto a la
inmunosupresión con la que habitualmente cursan estos pacientes
como los tratamientos mielosupresores que producen en los pacientes
periodos prolongados de granulocitopenia, alteraciones en la
74
función de nautrófilos, de linfocitos T y D y alteraciones en las
barreras mucosas y tegumentarias (117). A pes.ar de que los
procedimientos diagnósticos son cada vez mejores sique existiendo
dificultad importante para establecer el diagnóstico
en forma oportuna. Por otra parte adn y cuando se dispone de un
importante numero 4e antibióticos para el tratamiento de diversos
tipos de bacterias, no ocurro lo.mismo con la disponibilidad de
antimicóticos limitándose a dos o tres fármacos cuyo uso conlleva
riesgos importantes qua incluso ponen en peligro la vida del
paciente. otro factor limitante en el tratamiento con
antimicóticos en forma oportuna es que hasta en un 50t se acompaña
de infecciones bacterianas. La prevalencia de pacientes con
neoplasias hematolóqicas en relación con otro tipo de patoloqias,
tratados en el sexvicio de hematologia en 1987 fue de 44.6% de un
total d~ 390 pacientes aproximadamente. Del total de neoplasias,
estas se distribuyeron d9 la siquiente forma: 28' linfoma no
Hogdkin, 27t para enfermedad de Hodgkin y 19.St leucemias agudas,
en el periodo comprendido entre 1953 a 1970 se realizaron 302
autopsias de pacientes con linfomas y leucemias en el HGM, las
cuales constituyeron la segunda enfermedad principal oncológica
encontrada en autopsias, superadas únicamente por carcinoma
cervico-uterino del cual se realizaron 495 autopsias. El total de
autopsias de pacientes con cáncer en el mismo periodo fue de 2, 498.
Puesto que el tratamiento de este tipo de complicaciones, por
las dificultades en el diagnóstico son empiricas, es importante el
conocimiento de la incidencia de las complicaciones infecciosas
75
debidas a gérmenes mic6ticas y asi establecer esquemas diagnósticos
y terapéuticos más apropiados y oportunos.
Juatifiaaaión
Hasta la actualidad no se cuenta con estudios que permitan
conocer con exactitud la importancia da las infecciones micóticas
e_n pacientes con neoplasioa hematológicas y otros tipos de cáncer
en pacientes del Hospital General de México. El conocimiento de la
incidencia de este tipo de complicaciones identificados con métodos
de diagnóstico confiables y su forma de presentación permitirá en
un futuro mejorar el enfoque diagnóstico y terapeútico en los
pacientes con alguna forma de inmunosupresión.
Bipótesb
Si los pacientes con neoplasias hematológicas presentan
mayores condiciones de inmunosupresión que pacientes con otro tipo
de cáncer o sin neoplasias, entonces los pacientes con neoplasias
hematológicas presentan mayor frecuencia de infecciones micóticas
que los otros grupos de pacientes.
Objetivos
l.- Determinar la frecuencia de las infecciones micóticas y su
forma de presentación, en los pacientes con neoplasias
hematológicas que fallezcan en el Hospital General cte México de
la Secretaria de Salud.
2.- Comparar la frecuencia de infecciones micóticas, en diferentes
grupos de pacientes con neoplasias y pacientes no
inmunocoapromatidos.
3.- Determinar los ·gérmenes causales por medio de cultivos
especiticos post-mortan.
76
4.- comparar estos resultados con los hallazgos histopatológicos
Ketodol09ia
Poblaoión y aueetra
Se estudiaron pacientes adultos de ambos sexos que fallecieron
en el Hospital General de México, en quienes se realizó autopsia,
que llenaron los criterios de incluSión y a quienes se clasificaron
en los siguientes grupos:
Grupo 1 : Pacientes con neoplasias hematolóqicas: 4 con leucemia
aguda linfoblAstica, 3 con leucemia aguda mieloblástica, 1 can
leucemia granulocitica crónica en crisis blástica, 2 con !infama no
Hodgkin y l con Histiccitosis maligna .
Grupo 2: Pacientes con neoplasias no hematológicas: 3 con carcinoma
cervico-uterino, l con carcinoma de páncreas, l con carcinoma de
higado, l con adenocarcinoma gástrico, l con carcinoma de esófago,
1 con carcinoma de próstata y l con carcinoma de vías.biliares.
Grupo 3: Pacientes controles sin neoplasias que fallecieron por
complicaciones quirürgicas sin compromiso inmune.
criterios de Inclusión
l.- Adultos de uno y otro sexo tratados y que fallecieron en el
Hospital General de México que pudieron ser incluidos en alguno de
77
los qrupos ya mencionados •
2.- Casos en quienes se autorizó la realización do la autopsia
3.- Que la autopsia y la toma de cultivos, se realizara dentro
delas primeras 6 hrs de ocurrido el fallecimiento.
Criterios de Exclusión
1.- Los casos de personas que al fallecer eran menores de 15 años
2.- Los casos que no pudieron ser incluidos en los grupos
mencionados
l.- Los casos en quienes no se autorizó la realización de la
autopsia
4.- Los casos en los que la autopsia se hubiese realizado después
de 6 horas de ocurrido el fallecimiento
Criterios de Bliminaoión
Se eliminaron del análisis, aquellos pacientes que habiendo
llenado los criterios de inclusión, la realización da los estudios
no se llevó acabo, ya sea la toma de muestras para los cultivos
como para las tinciones histopatol6gicas.
Tamaño de la Nuestra
El número requerido de pacientes s~ calculó de acuerdo con la
siguiente fórmula:
n-2 • (
z + z )'
2 ares in~ - 2 arcsin.¡rt;
78
De acuerdo con lo publicado en la literatura, se esperaba que
la proporción de pacientes con neoplasias no hematológicas
presentaran infección micótica en un o.OS\, en tanto que los
pacientes con neoplasias hematológicas presentarian esta
complicación en por lo menos un 20\.
En relación con estos datos y con un nivel alfa de . 05 (Z alfa
de 1.64) y beta de .20 (Z beta 1.28), y con el empleo de la
siguiente fórmula, el número pacientes a estudiar seria de 55 por
grupo, pero durante el desarrollo del estudio se observó que el
100\ de los pacientes, tanto hematológicos como no hematológicos,
presentaron dearrollo de cultivos positivos para hongos con lo cual
el número de pacientes requerido fue menor tomando en consideración
que su comparación se realizó con sujetos sin condiciones de
inmunodepresión.
Definición da variables
Las variables que se estudiaron fueron las siguientes:
Tipo de neoplasia
Resultado de los cultivos, examen directo y de las tinciones de los
especímenes estudiados (cavidad oral, esófago, estómago, duodeno,
pulmones, higado, bazo, sangre, cerebro, liquido cefalorraquideo)
Gérmenes aislados.
Características previas al fallecimiento:
Clínicas: hemorragia, fiebre
Tratamiento antimicrobiano
Tratamiento antimi.cótico
79
Ex4menes de laboratorio: biometria hemática, cultivos de cavidades,
excresiones y hemocultivo
Prooadimianto
Sa llevó un registro que incluyó a todos los pacientes que
fallecieron por las. patoloqias ya mencionadas y que llenaron los
criterios de inclusión, con los siguientes datos; edad, sexo, tipo
de neoplasia en los grupos 1, 2 y 3 diaqnóstico y motivo de la
indicación quirúrgica, tratamiento antineoplásico utilizado, fecha
de la ~!tima maniobra terapéutica antineoplásica, complicaciones
infecciosas antes del fallecimiento'documentadas o no, esquema del
tratamiento antibacteriano, esquema de tratamiento antimicótico:
Previos al fallecimiento: biomctria hemática, cultivos, síntomas y
signos durante la fase final de la enfermedad, diagnóstico
presuntivo de muerte, t'echa y hora de la defunción, .fecha y hora de
la realización de la autopsia. Técnicas especificas para la
demostración de hongos lo que incluyó; observación directa de los
especímenes de los órganos estudiados, tinciones especificas en los
cortes histológicos y cultivos para hongos. Los órganos estudiados
fueron; cerebro, pulmones, higado , bazo, riñones, cavidad oral,
esófago, estómago, sangre, liquido cefalorraquídeo y algunos otros
órganos Unicamente ante la sospecha de invasión por hongos.
Las muestras se tomaron de los órganos mencionados
anteriormente con técnica completamente estéril, obteniendo
muestras para estudio histopatológico las cuales se fijaron en
formaldehido al 10% y muestras para cultivos las cuales se
80
transportaron de inmediato en frasco vial con solución salina
estéril al 0.9t.
Las muestras para estudio histopatológico se procesaron con
técnicas habituales para bloque de parafina y se realizaron
tinciones con hematoxilina· y eosina, ácido peryódico de schiff,
tinción de grocott y tinciones de plata lo cual se realizó en la
unidad de Anatomia Patológica del Hospital General de México.
Las muestras para cultivos de hongos se sembraron en medios de
Saboraud, micosel y medios para cultivo de hongos anaerobios
(tioglicolato), asi mismo se realizó frotis para observación
directa con hidróxido de potasio (ROH) y tinción de wright, una vez
que hubo desarrollo en los cultivos se determinó género y especie
de los hongos encontrados con los procedimientos y pruebas
bioquimicas correspondienten (morfoloqia colonial, morfologia
microscópica, medios especificos: cor miel+twin 80,
prueba del tubo germinativo, timoqrarna con carbohidratos corno
glucosa, maltosa, sacarosa, lactosa y galactosa), realizado en el
departamento de micologia de la Unidad de Dermatologia del Hospital
General de México.
Resultados.
Los casos estudiados y su clasificación se muestran en la
tabla 5.
TABLA 5
PACIENTES ESTUDIADOS
81
Grupo 1 Pacientes con neoplasias hematoló<¡icas:
leucemia linfoblástica,
3 leucemia aguda mieloblástica,
1 leucemia granulocitica crónica en crisis blástica,
2 linfoma no Hodgkin y
1 histiocitosi& maligna.
Total 11
Grupo 2
Total
Grupo 3:
Total
Pacientes con neoplasias no hematológicas:
3 carcinoma cervico-uterino,
1 carcinoma de páncreas,
l carcinoma de higado,
1 adenocarcinoma gástrico,
l carcinoma de esófago,
l carcinoma de próstata y
1 carcinoma de vias biliares.
9
Controles, pacientes sin neoplasia que fallecieron por
complicaciones quirürqicas de las siguientes patoloqias:
2 netrectomla.
1 cardiopatia isquémica.
1 quiste gigante de ovario.
1 litiasis vesicular.
1 aneurisma aorta-abdominal
1 toracotomia
1 ~iastenia gravis
1 cesárea
9
82
En los 29 casos estudiados se realizaron 181 cultivos de los
diferentes segmentos or94nicos de los cuales el 32% (58 cultivos)
fueron positivos. De éstos, tueron positivos 26 de los 94
practicados en los casos dal Grupo l y en 32 de 87 de los casos del
Grupo 2 y no se encontró diferencia (p•0.25).
De loa 11 c~sos del Grupo 1, 10 desarrollaron cultivos
positivos en por lo menos uno de los cultivos especificas para
honqos y el caso que más cultivos positivos presentó fueron siete.
El total de los 9 casos del Grupo 2, presentaron entre uno y trece
cultivos positivos para hongos. De los 9 controles estudiados,
Grupo J, ninquno presentó desarrollo de hongos con ninguna de las
técnicas empleadas, esto representa una diferencia estadisticamente
significativa (p-0.00004). El sitio que con mayor frecuencia
resultó positivo para el desarrollo de hongos fue el tracto
gactrointcstinal, on loz:: casen del Grupo 1, en 16 de las 32
muestras tomadas en este sitio resultaron positivas y en los casos
del Grupo 2, en 22 de las 27 muestras se encontraron positivas,
para una diferencia de p=0.02. Los cultivos tomados de esófago de
ambos grupos mostraron los siguientes resultados: en los casos del
Grupo 1, de 17 cultivos, 3 resultaron positivos y en el Grupo 2, de
9 cultivos realizados 8 fueron positivos, para una diferencia de
p•0.04. Nueve de los 11 casos del grupo 1, desarrollaron cándida
en alguno de los cultivos tomados en el tracto digestivo y de éstos
cuatro también presentaron micosis extraintestinales (pulmón,
rif'lón, higado, bazo y sangre); uno de los casos de este grupo
desarrollo cultivos positivos para cándida en higado y riñón además
83
de asperqillus en pulmón, pero no se encontró desarrollo de hongos
en el tracto digestivo. De los nueve pacientes del grupo 2, B
presentaron cultivos positivos para c4ndida en el tracto digestivo
y de éstos, tres también presentaron cultivos positivos en órganos
extraintestinalea (bazo, hic¡ado, rii\ones), tres presentaron también
desarrollo de aspargillus en pulmón; de este mismo grupo, un
paciente presentó cultivo positivo para c4ndida en aanqre e hiqado,
pero no en tracto digeativo.
Todos los casos del Grupo 1, recibieron antibióticos de amplio
espectro, en tanto que en loa otros doa grupos sólo tres casos de
cada uno de los grupo• r~cibieron este tipo da tratamiento. La
diferencia entre los Grupos 1 y 2, asicomo otras variables clinicas
y de laboratorio de interés encontradas previas al fallecimiento de
los pacientes, se muestran en la tabla 6.
En lo que se refiere a .los cultivos de cerebro, liquido
cefalorr8quideo, pulmones, higado, bazo, riftones, sangre, no se
encontraron diferencias estadísticas, sus resultados se muestran en
la tabla 7.
Por dltimo, en ninguno de los órganos estudiados se encontró,
desde el punto de vista de anatomía patológica, lesión histológica
compatible con micosis de alglln tipo y en todos los casos del Grupo
l, la causa de la muerte estuvo en relación con actividad
neoplbic11.
Di•ouaión.
Una de las mayores dificultades en el manejo de las
84
TABLA 6
DIFERENCIAS ENTRE LOS GRUPOS 1 Y 2
VARIABLES GRUPO 1 GRUPO 2
ESTUDIADAS SI. NO SI NO p
Fiebre de
llás de 7 11 o J 6 0.002
di a•
Homorra9ia
en 1 o aáa 6 5 7 2 0.27
órqanos
Neutropenia
< a 500 X g 2 o g 0.0003 -3 da llÁB
da 7 dias
Plaquetas do
11enoa 100 10 1 o g 0.00005
•il por 111113
Aislamiento
da hOl> o[ canccr. Science 1987;
235: 305-311.
93. Fifth International Workshop on Chromosorne in
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