EL REGISTRO de un nuevo mundo y el proceso de evangelización son los temas comunes de los virreinatos del Imperio Español. Pinturas y esculturas religiosas y la vida civil presente a través de biombos, herrajes y cocos chocolateros son muestra de la realidad novohipana.

La visión virreinal se enriquece con obras indoportuguesas, peruanas y del Distrito de Potosí, actual Bolivia.

Pintores como José Juárez, Cristóbal de Villalpando, Juan Correa, Miguel Cabrera y José de Páez, entre otros pueden ser admirados en esta sala, junto con maestros anónimos que dieron testimonio del arte barroco de la segunda mitad del siglo XVII y del tránsito al Neoclásico de la segunda mitad del siglo XVIII.

Miguel Cabrera
Nació en la ciudad de Antequera en el valle de Oaxaca –actual Tlalixtac–. Llegó a la capital de la Nueva España en el año de 1719, donde realizó trabajos por encargo del arzobispo Rubio y Salinas, quien lo nombró pintor de Cámara. Cabrera fue un autor prolífico.

En 1753 fundó la Academia de Pintura, de la que fue presidente hasta su muerte en la Ciudad de México en 1768. La representación de la Santísima Trinidad como tres figuras masculinas semejantes es muy característica de la Nueva España, aunque esta manera de plasmar el misterio fue luego prohibida por la Iglesia, debido a que resultaba contradictoria al dogma del Espíritu Santo concebido como entidad inmaterial. A pesar de tratarse de un tema tan recurrido en la época, Cabrera imprime su sello particular en esta obra, que se manifiesta en los rubicundos rostros de los personajes, así como en el manejo del rojo, azul y blanco que son, por otro lado, los colores representativos de las tres divinas personas.

Cristóbal de Villalpando
Es uno de los pintores más célebres del barroco novohispano. Son famosos los óleos que adornan la sacristía de la Catedral Metropolitana. La Iglesia militante y La Iglesia triunfante y los que pinta para el retablo mayor del convento franciscano de San Martín de Tours de Huaquechula en Puebla.

Museo Soumaya exhibe en la sala de arte virreinal cuadros con asuntos típicos de su autoría como lo fueron la representación de vírgenes y santos. Obras que comparten algunas de sus más notables características: composiciones sencillas, rico colorido y una narrativa clara.

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