COMISION DE COMUNICACIÓN
PARA LA VISITA DEL PAPA
Despacho informativo No.
9
Enero 23, 1999.
¿A
qué viene el Papa a América?
El objetivo principal de la
visita de Juan Pablo II al continente es la firma y entrega de su
Exhortación Apostólica Postsinodal a los obispos de
América. Se trata del documento conclusivo y reflexivo para
la Nueva Evangelización que reclama el Tercer Milenio. Documento
que ha sido redactado a partir de los trabajos de la Asamblea Especial
para América del Sínodo de Obispos.
¿Qué es un Sínodo?,
¿Qué la Exhortación Apostólica Postsinodal?,
¿Qué quieren decir el Papa y los obispos a través
de estas acitividades y documentos y cuál es la relación
de esto con el Tercer Milenio? Estas y otras interrogantes fueron
despejadas en el cuarto módulo de familiarización
sobre el tema ofrecido a los reporteros y periodistas de México
y del mundo, a través de la Comisión de Comunicación
para la Visita de Juan Pablo II.
El resumen aquí presentado
es parte de la conferencia del padre Javier García, profesor
ordinario de Cristología en el Ateneo Pontificio Regina
Apostolorum y autor de Historia del Sínodo de América.
El sacerdote explicó en qué consiste un Sínodo,
su historia y la génesis del Sínodo de los Obispos
de América, cuya Exhortación Apostólica firmará
y entregará Juan Pablo II en México los días
22 y 23 de enero de 1999.
La palabra Sínodo proviene
del latín sinodus y éste del griego con
y camino. Se trata de una asamblea consultiva, no deliberativa,
que constituye un instrumento de colegialidad. Un Sínodo
no es una asamblea mayor, como lo es un Concilio, es decir, una
Asamblea General Legislativa, la más alta en toda la Iglesia.
En ella participan obispos con el Papa, es decir, participa el Colegio
Apostólico con su cabeza. Si a un Concilio no lo encabeza
un Papa, no es válido.
A partir del Siglo IV se han
desarrollado 21 Concilios, el primero de los cuales fue el de Nicea,
realizado en el año 325. Fue convocado por San Silvestre
y a él asistió el Emperador Constantino.
Le seguirían el de Efeso
(431) y el de Calcedonia (451). En el siglo pasado se llevó
a cabo el Primero del Vaticano (1869-1870) y, un siglo después,
el Vaticano Segundo, un Concilio Ecuménico, palabra que deriva
del latín oecumenicus y éste del griego la
tierra habitada, es decir, todo el mundo conocido.
El Concilio Vaticano II fue
convocado por el Papa Juan XXII I a favor del acercamiento con las
otras confesiones cristianas y de la fraternidad con las demás
religiones, y para el diálogo de la Iglesia con el mundo
actual.
En octubre de 1965, un mes antes
de que concluyera el Concilio, Paulo VI anunció a los obispos
conciliares el establecimiento del Sínodo, el cual se realizaría
dos años más tarde. Es decir, por sugerencia del Concilio
Vaticano II, el Papa indicó que se reanudara la práctica
y, así, se le diera intencionalidad al Concilio.
Existe una diferencia entre
lo que es una Conferencia General del Episcopado y un Sínodo.
La Conferencia General del Episcopado Latinoamericano es una asamblea
de obispos de una determinada zona de la Iglesia, en este caso,
de América Latina. Es una Asamblea soberana que puede hablar
en nombre propio, es decir, puede concluir y emitir documentos que
afectan a determinada región. En 1955 se fundó La
Conferencia del Episcopado Latinoamericano, CELAM, al llevarse a
cabo su primera Asamblea en Río de Janeiro. En 1968 llegó
Medellín, y a él le siguieron Puebla y Santo Domingo.
El Sínodo es una Asamblea
de obispos que reflexiona y actúa sobre determinada zona
de la Iglesia, por ejemplo Antioquía, Alejandría,
Monterrey o Baltimore, y se realiza desde los primeros tiempos de
la Iglesia.
Hay tres clases de Sínodos:
El General Ordinario que se realiza cada
tres años.
El General Extraordinario que
rompe la cadencia de estos tres años porque se lleva a cabo
fuera de programa.
Y la Asamblea especial para
una determinada región: por ejemplo, Líbano, Holanda,
Asia, África, Europa, Oceanía y América.
El Sínodo General de
los Obispos siempre se reúne en Roma y todos ellos son convocados
por el Sumo Pontífice para analizar un determinado tema o
situación. Los obispos participan a través de Presidentes
de las 23 Conferencias Episcopales o Delegaciones de América.
El 15% de los participantes en el Sínodo son elegidos directamente
por el Papa. El los nombra personalmente.
En 1992, en Santo Domingo, Su
Santidad Juan Pablo II hizo una primera alusión a la realización
del Sínodo de los Obispos de América y de la preparación
para el Jubileo del Año 2000.
En 1995 se nombró el
Consejo presinodal que pidió a las Conferencias Episcopales
sugerencias para el tema. Se hizo una síntesis de estas sugerencias,
llevando al Papa los tres posibles temas y Juan Pablo II eligió
el tema central del Sínodo de América: Jesucristo
vivo, camino para la conversión... la comunión y la
solidaridad en América, con especial énfasis en
la pobreza de América. ¿Por qué? Porque esta Asamblea
ha reunido por primera vez a los obispos de todo el continente para
analizar el camino de la nueva evangelización en un continente
con marcadas diferencias entre el norte y el sur.
El Presidente del Sínodo
fue el Papa Juan Pablo II y los Presidentes Delegados Monseñor
Darío Castrillón Hoyos (Bucaramanga-Roma), el Cardenal
Eugenio de Araujo Sales (Río de Janeiro) y el Cardenal Roger
M. Mahony (Los Ángeles).
El Secretario General Ordinario
es el Cardenal Jan Pieter Schotte y los Secretarios Especiales fueron
Monseñor Estanislao Esteban Karlic (Paraná, Argentina)
y el Cardenal Eugene George (Chicago).
El Relator General fue el Cardenal
mexicano Juan Sandoval Íñiguez (Guadalajara), auxiliado
por los dos Secretarios Especiales y 18 teólogos peritos
quienes son invitados por la Santa Sede a propuesta de los obispos.
También fueron invitados 40 auditores, seglares varones y
mujeres, religiosos o religiosas y sacerdotes que han destacado
en la Iglesia en un determinado campo profesional o de organización
de la misma.
En el Sínodo participan
también delegados fraternos, es decir, miembros invitados
de otras confesiones cristianas tanto de Iglesias Ortodoxas como
de Iglesias Evangélicas de la Reforma.
Así, y después
de haber emitido sus lineamenta y su Instrumentum laboris,
se realizó la Asamblea sinodal del 16 de noviembre al
12 de diciembre de 1997.
Los documentos emanados de este Sínodo, son:
Lineamenta
o líneas básicas.
Instrumentum laboris o guía
de trabajo.
Relatio ante disceptationem o relación
antes del debate.
Relatio post disceptationem o relación
después del debate.
Propositiones o sugerencias de los
padres sinodales al Papa.
Mensaje al pueblo de Dios.
Exhortación
apostólica postsinodal realizada
por el Papa, que contiene todo lo que se propuso desde la parroquia
más pequeña hasta la diócesis más grande.
Se trata de la Carta Magna de la Iglesia de América, cuyos
frutos y repercusiones, se extenderán por el tejido americano
en el corto, mediano y largo plazos en el próximo milenio.
Ahora, en la misa solemne que
oficiará Su Santidad en la Basílica de Guadalupe el
23 de enero -santuario que representa al Continente desde México
por intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe- entregará
la Exhortación Apostólica postsinodal, que firmará
en la Nunciatura Apostólica el día 22.
Los temas principales que emanaron del Sínodo
son:
- Jesucristo vivo: confesión de fe cristiana.
- Nueva Evangelización: nueva en su ardor,
nueva en sus métodos, nueva en sus expresiones
- Conversión a todos los niveles.
- Comunión a todos los niveles.
- Solidaridad: temas de pobreza-riqueza; justicia-injusticia;
globalización; deuda externa y doctrina social de la Iglesia.
- Cultura: nueva cultura, culturas indígenas,
afroamericanas, mestizas, criollas, modernas y postmodernas, urbanas,
religiosidad del pueblo, inculturación.
- Medios de comunicación social.
- La mujer.
- La familia los jóvenes y los niños.
- La educación.
|