De
la competencia entre televisoras se pasó al escándalo, al
show, a la violencia verbal. Los televidentes fueron testigos de que lo
más importante no eran ellos mismos, sino defender un negocio, un
mercado de millones de anunciantes y al mismo tiempo un espacio de negociación
política. A TELEVISA y TV Azteca nunca pareció preocuparles
que sacaran sus “trapitos al sol”: lo que de verdad les interesaba era
limpiar su imagen con el actual régimen y demostrar que antes sí,
pero ahora ya no tenían nada que ver con la familia Salinas de Gortari.
Para ello no escatimaron esfuerzos en insultarse y atacarse frente a millares
de televidentes, que impávidos asistían a una función
de box para la que ni siquiera habían solicitado boleto. 1996 fue
un año en el que las sospechas -hasta ahora insuficientemente documentadas-
de las ligas entre políticos y empresarios de la comunicación
para obtener concesiones de radio y TV, o de otra índole, parecen
haberse descubierto. Aún faltan muchos cabos por atar, pero la impresión
reinante es que ahora los medios -más que nunca actores políticos-
entraron en una etapa de mayor disputa de espacios de poder con el gobierno.
Todo ello se presenta en el contexto de la puesta en marcha de nuevas tecnologías
como la televisión directa al hogar (Direct to Home, DTH) y de un
replanteamiento de las estrategias de varios medios como TELEVISA, TV Azteca
y Multivisión (MVS) para seguir incursionando en diversos ámbitos
de la comunicación o concentrarse en alguno de ellos.
La
disputa por el DTH
Uno
de los acontecimientos más importantes en materia de televisión
en 1996 fue la introducción del sistema de TV vía satélite
denominado Direct to Home (DTH). Superados los primeros escollos de tipo
legal al firmarse el 27 de abril el tratado relativo a la transmisión
y recepción de señales de satélites para la prestación
de servicios a usuarios de México y Estados Unidos, los gobiernos
de ambos países se dieron a la tarea de negociar los protocolos
respectivos. Y lograron llegar a acuerdos siete meses después, luego
de intensas negociaciones empantanadas durante todo ese tiempo, entre otros
aspectos, debido a la concertación de acuerdos relacionados con
la transmisión de anuncios comerciales entre ambos países
y a la necesidad de que las empresas mexicanas de TV pasaran una prueba
de competitividad conocida como Ecotest. Otro de los puntos de conflicto
se relacionaba con una cláusula propuesta por el gobierno estadunidense,
cuyo contenido establecía que los gobiernos no tendrían “ninguna
injerencia sobre los contenidos de la programación satelital”, lo
cual representaba una amenaza a la soberanía.1 Finalmente,
sin esos candados impuestos, en noviembre pasado los dos gobiernos firmaron
los protocolos respectivos. La demora en la firma de los protocolos ocasionó
que los planes de Multivisión se retrasaran considerablemente. Tal
dilación sirvió para que de manera indirecta se beneficiara
a TELEVISA luego de que SKY -como se le conoce a su sistema de DTH-
resultara afectado por la explosión en febrero del satélite
Intelsat 708. Tras de que en octubre se anunciara de manera sorpresiva
la alianza entre Clemente Serna y TELEVISA para desarrollar el DTH de manera
conjunta, la disputa se centró entre Multivisión y el consorcio
de Emilio Azcárraga. En el caso de TELEVISA, el gobierno le otorgó
la concesión respectiva en mayo, lo cual como se recordará
fue motivo de polémica desde 1995, cuando tal empresa comenzó
a celebrar su entrada en esa tecnología sin tener la concesión.
De manera simultánea, TELEVISA solicitó a la todavía
denominada Telecomunicaciones de México (TELECOMM) la renta de siete
transpondedores del satélite Solidaridad II. Guillermo Cañedo
White, vicepresidente de Finanzas de TELEVISA, estimó en unos 180
millones de dólares la cantidad total a desembolsar en los tres
primeros años para la ejecución del proyecto.2
En tanto se firmaban los protocolos con Estados Unidos, MVS y TELEVISA
se dieron a la tarea de afianzar alianzas o acuerdos con televisoras de
otros países. La empresa de Joaquín Vargas firmó en
mayo un convenio con Antena 3, la televisora española, para crear
un nuevo canal internacional, Antena 3, el cual comenzó a difundirse
en septiembre por Multivisión. TELEVISA, a su vez, llegó
a un acuerdo en junio con ATC de Argentina para transmitir programación
de manera compartida durante cinco horas a la semana. Se considera que
ATC es la primera televisora por cable de aquel país. Pero, sin
duda, la empresa de Emilio Azcárraga y MVS -junto con las empresas
aliadas respectivamente en el DTH- mostraron un enorme interés por
participar en España, pues ese mercado representa la puerta de entrada
a Europa. Al respecto, TELEVISA pasó de tener, en principio, un
papel protagónico junto con Radio y Televisión Española
(RTVE) para desarrollar el DTH en España, a una participación
menor -17 por ciento- en la nueva empresa que finalmente se organizó
para ese fin, en la que la mayoría de acciones -35 por ciento- es
propiedad de la empresa Telefónica de España. Tal hecho fue
resultado de una serie de críticas a nivel interno en contra del
Presidente español, José María Aznar, por favorecer
a la empresa de Azcárraga e incrementar “el peso del gobierno español
en los medios de comunicación”.3 Las cosas se complicaron
al darse a conocer, en diciembre último, que Antena 3 -que estaba
aliada a TELEVISA y a la Telefónica Española- había
decidido dar marcha atrás a aquel acuerdo para sumarse aparentemente
a una nueva empresa formada por el grupo PRISA, a fin de crear una plataforma
de TV digital, donde además tiene participación Direct
TV, es decir, el servicio de DTH encabezado por Multivisión
en México. Por otra parte, Direct TV logró ganarle
a SKY un convenio para transmitir en exclusiva a América Latina
el Disney Channel, al que se suman acuerdos con otras productoras como
Universal, Warner y Fox.4 Luego, en diciembre pasado TELEVISA
anunció una alianza estratégica con la empresa Lockheed Martin
Telecommunications para proporcionar información, entretenimiento
y el comercio de productos con miras el DTH. Más allá del
costo del servicio -lo cual por el momento no augura un gran número
de suscriptores-, cabe destacar que en principio la oferta televisiva no
parece ser muy atractiva, sobre todo si se piensa que varios de los canales
disponibles en Direct TV o SKY, ya los ofrecen Cablevisión
y Multivisión a un menor costo. SKY de TELEVISA abrió
con un costo de tres mil 700 pesos, los cuales pueden pagarse a plazos.
Mientras que Direct TV tiene un precio de tres mil 190 pesos, con
descuentos a suscriptores de entre 400 y 600 pesos. En ambos casos se cobra
por separado la renta mensual. La principal pugna entre ambas empresas
se dará en el terreno de la programación. Hasta ahora, MVS
ha anunciado además de los programas de las cadenas extranjeras,
un canal educativo denominado “Clase”, y de acuerdo con versiones periodísticas
es probable que en breve firme un acuerdo con Televisión Azteca
para difundir algunos de los programas de la empresa de Salinas Pliego.
Nuevas
concesiones y alianzas
En
mayo pasado, se le otorgó una concesión para desarrollar
el sistema DTH a Grupo ACIR, propiedad del radiodifusor Francisco Ibarra.
Y en ese mismo mes concretó una sociedad con el empresario de origen
libanés, Carlos Slim, quien adquirió por unos 50 millones
de dólares, el 40 por ciento de ACIR a través de las denominadas
Sociedades de Inversión de Capital (SINCAS). Hasta ahora no parece
visualizarse un futuro muy promisorio para ese grupo que, por lo visto
al igual que Clemente Serna, propietario de Radio Red, tendrá que
asociarse si pretende consolidar su proyecto televisivo. En el caso de
Serna, sorprendió la noticia de su alianza con TELEVISA, anunciada
después de haber desplegado durante el primer semestre del año
una campaña publicitaria en torno a su proyecto denominado Telered,
y luego de haber dado a conocer su sociedad con Slim, por medio de la cual
el también propietario de TELMEX adquirió el 40 por ciento
de las acciones de Medcom, el corporativo de Serna. Además, resulta
importante destacar que el dueño de Radio Red, según el columnista
Alberto Aguilar, desde mayo ya estaba pagando los siete transpondedores
que rentó para llevar a cabo su proyecto, lo que aparentemente representaba
el pago mensual de un millón 400 mil dólares.5
Pese a todo, Serna decidió replantear el proyecto buscando “un efecto
multiplicador, porque la batalla se está librando en el posicionamiento
de las empresas en el contexto global”, con lo cual se vino abajo una opción
real de entretenimiento e información por TV.6 Tras la
alianza anunciada en octubre, se prevé un mejor posicionamiento
de TELEVISA en el mercado, pues a partir de esa transacción de entrada
utilizará los transpondedores rentados por Clemente Serna. Casi
de manera inmediata, ambas empresas dieron a conocer su interés
en participar en todos y cada uno de los rubros del proceso de apertura
de la empresa Telecomunicaciones de México, con el fin de contar
con la infraestructura necesaria para construir más satélites
y ampliar la cobertura del DTH. Además, TELEVISA tratará
de aprovechar en lo inmediato la alianza contraída por Serna con
la empresa Echostar, la cual no sólo posee cajas y antenas para
la recepción de señales, sino además satélites
de Direct Broadcasting System (DBS), así como para TV directa.7
De manera casi simultánea, TELEVISA dio a conocer a través
de un escueto boletín de prensa, el regreso del también senador
Miguel Alemán a las filas de dicha empresa, como presidente de la
División DTH.
La
guerra de televisoras
La
disputa entre las dos principales empresas de TV abierta se recrudeció
en el primer semestre del año, luego de que en junio pasado un periodista
de The Miami Herald, Andrés Oppenheimer, publicara por vez
primera algunas evidencias sobre las ligas financieras entre Ricardo Salinas
Pliego y Raúl Salinas de Gortari. En un principio, el dueño
de TV Azteca externó su negativa tajante a tal noticia, pero la
posterior aceptación de ese vínculo con el hermano “incómodo”
del ex presidente de la República, provocaría que se desatara
una guerra publicitaria entre su empresa y TELEVISA. La pugna no pasó
de ser una gran bola de humo sin mayores repercusiones porque ni los órganos
legislativos hicieron una pesquisa exhaustiva sobre la privatización,
ni la opinión pública quedó totalmente convencida
acerca de la real participación política y accionaria de
Raúl Salinas de Gortari en TV Azteca. Si acaso uno de los aspectos
positivos de todo el conflicto fue el hecho de comprobar las ligas de algunos
medios de comunicación y seudolíderes de opinión con
el poder político, como fue el caso de Abraham Zabludovsky y Raúl
Salinas de Gortari en la empresa Mexicana de Autobuses, S.A. de C.V. (MASA),
nexo que ese conductor de TV se había resistido a aceptar durante
años, lo cual incluso le costó un retiro temporal aunque
luego sería ratificado en su puesto. Con agudeza, lo que Oppenheimer
ponía a discusión era la posibilidad de que el hermano del
ex presidente, utilizando su posición y parentesco privilegiado,
le hubiera ayudado a Ricardo Salinas Pliego a ganar el paquete de medios.
Tal supuesto fue aprovechado por TELEVISA para desarrollar una campaña
en contra de TV Azteca. La televisora del Ajusco, a su vez, contraatacó,
lo que dio como resultado un lamentable espectáculo de dimes y diretes.
No obstante quedó claro que Raúl Salinas de Gortari le prestó
29 millones de dólares al dueño de TV Azteca para adquirir
esa empresa en julio de 1993. Fue tan intensa la discusión entre
ambas televisoras -sobre todo en los espacios informativos Hechos
y Detrás de la noticia, donde se expresaron ataques poco
usuales, tales como llamarse mutuamente cobardes, mentirosos y manipuladores-,
que hubo evidencias de que el secretario de Gobernación tuvo que
intervenir para calmar las aguas.8 La disputa amainó
al acordarse que la Contaduría Mayor de Hacienda del Congreso realizaría
cinco auditorías y dos estudios especializados sobre el proceso
de desincorporación de TV Azteca a partir de la primera quincena
de julio. Esta revisión se realizaría en un plazo de tres
meses. La segunda parte de esa “guerra” tuvo como contexto un nuevo reportaje
de Ricardo Rocha sobre la “dudosa privatización de los canales 7
y 13”, al cumplirse el plazo establecido por la Contaduría Mayor
de Hacienda del Congreso y no haberse dado a conocer un informe al respecto.
Ese segundo episodio tuvo también como marco la publicación
de innumerables desplegados de prensa por parte de ambas televisoras, donde
daban a conocer cada cual, a su manera, los resultados de los estudios
de medición de audiencias realizados fundamentalmente por el Instituto
Brasileño de Opinión Pública y Estadística
(IBOPE). Llamaron particularmente la atención los desplegados de
TELEVISA, que enlistaban por género los programas de TV más
vistos en México: series y películas extranjeras, emisiones
deportivas y telenovelas, entre otros, lo cual no hizo más que mostrarnos
un decepcionante cuadro sobre los hábitos y gustos del público
mexicano. Series como Renegado, películas como Karate
Kid, telenovelas del tipo de María la del Barrio, partidos
de futbol, programas infantiles como Bugs Bunny y sus amigos, conforman
parte de ese panorama, por lo visto real, acerca de lo que se consume actualmente
en la televisión mexicana. Los desplegados de TV Azteca tenían
como finalidad cuestionar los índices de audiencia de TELEVISA en
una coyuntura por demás especial: la renovación de los planes
de publicidad de 1997, en particular del plan francés de la empresa
de Azcárraga. Mercado publicitario que, de acuerdo con estimaciones,
alcanzaría los mil 250 millones de dólares.9 Al
incluir los estudios de audiencia como parte de los alegatos de ambas empresas,
las compañías encargadas de tales mediciones (IBOPE, Nielsen
e INRA) terminaron en el ojo del huracán, especialmente la empresa
brasileña que se vio en la necesidad de precisar su “posición
de imparcialidad” entre una televisora y otra, aclarando que su “labor
es proporcionar datos, no interpretarlos”. Finalmente, en los últimos
días de octubre, la disputa entre tales televisoras pareció
darse por terminada cuando el dueño de TELEVISA, Emilio Azcárraga,
difundió un comunicado de prensa donde aclaraba que “no tenía
el más mínimo interés en los alegatos relacionados
con la licitación de TV Azteca, los préstamos o las triangulaciones
de movimientos financieros”. Por ese motivo, consideraba el asunto “total
y definitivamente cerrado, por parte de TELEVISA”. No obstante, TV Azteca
respondió con otro desplegado intitulado “Las 20 mentiras de Emilio
Azcárraga y Ricardo Rocha”, donde se refutaban cada una de las afirmaciones
sostenidas sobre la “dudosa” privatización de los canales 13 y 7
en el programa Detrás de la noticia. Como antecedente, cabe
resaltar que en mayo del año pasado, cuando algunos periodistas
interrogaron a Azcárraga en relación con la competencia que
representaba TV Azteca, el Tigre comentó que le gustaba más
la iniciativa privada que “la gente del gobierno. Prefiero más a
empresarios que a políticos”.10 Como resultado de esta
serie de alegatos y ataques entre una televisora y otra, de manera simultánea
el propietario de TV Azteca inició una campaña, al parecer
intimidatoria, contra varios periodistas que se interesaron en abordar
el tema. Reporteros, columnistas y colaboradores de La Jornada, El Heraldo
de México y El Financiero, entre otros, han sido acusados
por daño moral y por ese motivo se siguen, al menos hasta principios
de 1997, una serie de demandas de tipo penal y civil. En contraparte, el
periodista Ricardo Rocha hizo lo propio en noviembre al acusar a Salinas
Pliego por violar las garantías constitucionales relacionadas con
el derecho a la información y desarrollar una campaña de
desprestigio en contra de periodistas y medios de información impresos
y electrónicos. Por otro lado, luego de realizar una auditoría
al proceso de licitación del paquete de medios que concluyó
en diciembre, la Contaduría Mayor de Hacienda de la Cámara
de Diputados determinó que la privatización de TV Azteca
estuvo “apegada a la normatividad establecida para ello”. Así se
puso de manifiesto la escasa trascendencia que en términos reales
-tangibles- tuvo la denominada “guerra electrónica”. Pareciera que
la revisión hecha en la Cámara de Diputados fue una simulación
y que todavía estamos lejos de saber con exactitud hasta dónde
llegó el vínculo entre Raúl Salinas de Gortari y Ricardo
Salinas Pliego, y en qué otro tipo de acuerdos derivó.
Estrategia
de TELEVISA
En
el año recién concluido, TELEVISA, a diferencia de otras
épocas en que adquirió una serie de empresas relacionadas
con la comunicación, cambió su estrategia: empezó
a deshacerse de acciones en diferentes compañías para concentrarse
fundamentalmente en la producción. Su propósito se enmarcó
dentro de las diversas tareas enfocadas a la televisión restringida
vía satélite o DTH. Asimismo, tuvo que reducir su planta
laboral. Se estima que en el primer semestre del año desaparecieron
500 fuentes de trabajo.11 1996 se caracterizó también
por una fuerte competencia con TV Azteca, lo que en diversas ocasiones
la obligó a cambiar parte de su programación, reorientar
sus planes de comercialización (plan francés), y recontratar
a figuras como Guillermo Ochoa y Gloria Trevi. Pero, sin duda, un rasgo
distintivo fue el temporal viraje en la política informativa de
TELEVISA, que marcó un hito en la TV mexicana al transmitir completo
el video de Aguas Blancas, Guerrero, lo que a su vez significó la
caída de uno de sus vicepresidentes y accionistas: Alejandro Burillo.
Desde junio de 1995, fecha en que ocurrió la matanza de Aguas Blancas,
se tenían indicios de que el video exhibido en aquel entonces había
sido editado y que por tanto existía una versión completa
de lo sucedido. Luego de la transmisión de ese video por parte de
Ricardo Rocha en febrero pasado, se suscitó la licencia del entonces
gobernador Rubén Figueroa, hecho que ocasionó un sismo político
en la entidad. Semanas después, TELEVISA informó que Burillo
había renunciado para “dedicarse a sus negocios personales”, que
conservaría sus acciones (14 por ciento), y que continuaría
siendo vicepresidente del Consejo de Administración. Al parecer
la verdadera causa de esa baja, escribió Ricardo Alemán,
fue la difusión del video que incluso habría propiciado un
encuentro entre el Presidente Ernesto Zedillo y Emilio Azcárraga.12
Mientras se anunciaba días después que Alejandro Burillo
era el socio mayoritario del equipo de futbol Atlante, entre otros negocios,
se cocinaba una reestructuración en la División de Noticias
e Información, donde Jacobo Zabludovsky quedó a la cabeza
como autoridad máxima en el comité de asuntos informativos.
A tal reestructuración se sumaron otros movimientos, como la incorporación
del ex director de Comunicación con Miguel de la Madrid, Manuel
Alonso, como presidente de la División de Noticias; la salida de
Emilio Diez Barroso y la llegada de Pablo Cañedo White como nuevo
presidente del equipo de futbol América. Además, se incorporó
como responsable del área de comercialización, Manuel Rubiralta,
quien hasta octubre pasado fue presidente de Pepsi Cola Mexicana.13
Venta
de empresas, finanzas, distribución, contrataciones...
Durante
el primer semestre del año anterior, TELEVISA dio a conocer que
vendería su participación accionaria en algunas empresas
como Vendor -una compañía de publicidad exterior líder
con más de 10 mil anuncios a nivel nacional-, en donde detenta un
37 por ciento de las acciones, las cuales se cotizarían en unos
25 millones de dolares.14 Asimismo anunció que dejaría
de tener mayoría (51 por ciento) en la empresa Skytel, en sociedad
con MTEL. Dicha empresa, encargada del servicio de localización
personal, es una de las más importantes del país: alcanza
a cubrir unas 120 ciudades en México, Estados Unidos y Canadá,
y controla más del 50 por ciento del mercado en el Distrito Federal.15
Otra de las empresas en que dejó de tener participación es
Panamsat, compañía líder en comunicación vía
satélite, en la cual TELEVISA tenía el 40 por ciento de las
acciones desde 1993. Panamsat fue adquirida por la Hughes Electronics -cabeza
del proyecto Direct TV, el otro sistema alterno al SKY de
TELEVISA-, que compró el 71 por ciento de las acciones. TELEVISA
sólo retuvo el ocho por ciento de las acciones, y por el restante
32 por ciento habría recibido casi 600 millones de dólares.
Además, la empresa de Azcárraga hizo público su deseo
de vender el 49 por ciento de las acciones de Megavisión, la empresa
de TV chilena, operación que hasta diciembre pasado no se había
efectuado. De igual forma, luego de que parecía haber un arreglo
con Carlos Slim para que TELEVISA se desprendiera del 51 por ciento de
sus acciones de Cablevisión -las cuales estaban valuadas en unos
211 millones de dólares-, la transacción se deshizo. Una
de las razones que influyeron en ello, habrían sido las condicionantes
impuestas por la Comisión Federal de Competencia para que la infraestructura
de TELMEX fuera pública y se abriera también a otras empresas
del ramo. En tanto, TELMEX mantendría el 49 por ciento de su participación
en Cablevisión, y conjuntamente con TELEVISA planea ofrecer nuevos
servicios interactivos del tipo de Internet. Y gracias a la oferta pública
de acciones de Univisión -la cadena de TV en Estados Unidos-, TELEVISA
logró obtener por concepto de pago de cuentas por cobrar y otros
financiamientos, cerca de 190 millones de dólares.16
Asimismo disminuyó su participación accionaria de 25 a 20.3
por cierto. En contrapartida y como resultado de su interés en incorporarse
de lleno al negocio de la programación, sobre todo en inglés,
la televisora de Azcárraga adquirió en julio la empresa Bay
Citi Televisión Inc. y Radio Televisión por unos 170 millones
de dólares.17 Se trata de dos compañías
que transmiten en inglés, operan en la banda de VHF y están
afiliadas a la cadena estadunidense FOX. Su sede se localiza en Tijuana,
lo cual le permite a TELEVISA distribuir y ampliar su programación
al mercado estadunidense: espacio estratégico dentro de los planes
de dicha empresa. La pinza se cierra al servir ambas empresas -Bay Citi
y Radio Televisión- de vehículos para darle salida a las
producciones bilingües que realiza TELEVISA, fundamentalmente telenovelas.
En el terreno de las telenovelas, un aspecto destacado fue la firma, en
noviembre pasado, del contrato de exclusividad -por diez años- con
la escritora cubana Delia Fiallo, que le da derecho a TELEVISA a utilizar
y comercializar 12 historias de esa escritora. Asimismo, la actriz July
Furlong ganó en julio pasado una demanda interpuesta por un millón
de dólares -10 meses antes- en contra del consorcio televisivo,
por recesión de su contrato de exclusividad, sin previo aviso, luego
de 25 años de trabajar para esa empresa. En marzo, TELEVISA también
demandó a TV Azteca por transmitir -en el programa Ventaneando-
imágenes de sus programas sin autorización, a pesar de que
según directivos de la empresa de Salinas Pliego, la ley permite
utilizar 20 segundos de imágenes, con la condición de que
aparezca la palabra “Crestomatía”. Tres meses después, el
fallo sería favorable para esta última televisora. Otra noticia
que sorprendió fue el regreso de Juan Gabriel a TELEVISA. Como se
recordará, luego de que en agosto de 1993 demandara legalmente a
la disquera BMG Ariola, la empresa de Azcárraga decidió vetarlo.
El retorno del cantautor se ratificó con el homenaje que le brindó
Raúl Velasco por sus 25 años como artista. Los otros dos
regresos más comentados fueron el de Gloria Trevi y el de Guillermo
Ochoa. El primero sin duda fue producto de la encarnizada competencia frente
a TV Azteca con la cual -meses atrás- la Trevi había dicho
que firmaría. En agosto pasado, Trevi firmó -al parecer por
unos 12 millones de dólares- un contrato de exclusividad por seis
años, que le da derecho a realizar cuatro telenovelas, seis películas
y la conducción de algunos programas musicales. El retorno de Guillermo
Ochoa, por su parte, se anunció en septiembre, tras un largo veto
que se prolongó durante siete años luego de que sin autorización
transmitiera una entrevista con Joaquín Hernández Galicia,
la
Quina, encarcelado durante el gobierno de Carlos Salinas. En materia
de finanzas, la situación de TELEVISA no ha sido lo boyante que
se esperaba, tanto por la crisis económica como por la competencia.
En los nueve primeros meses del año tuvo pérdidas por 726
millones de pesos, pese a que el monto de sus ventas en ese mismo lapso
alcanzó los 990 millones de dólares. Ello significó
un decremento del 0.3 por ciento con respecto a 1995.18 Tales
cifras no consideran los acuerdos alcanzados dentro de su plan francés
al 31 de octubre de 1996. La propuesta de la televisora del Tigre
a los anunciantes fue un incremento del 40 por ciento en su inversión
con respecto a 1995, con una bonificación de cuatro anuncios por
el precio de uno. En noviembre, TELEVISA dio a conocer que a través
de su plan de comercialización había logrado recaudar más
de cinco mil millones de pesos, lo que significó un incremento del
9.5 por ciento con respecto a 1995.
Los
pasos de TV Azteca
La
televisora de Ricardo Salinas Pliego se metió de lleno a la competencia
utilizando instrumentos y estrategias similares a las de TELEVISA, lo cual
le permitió incrementar sus ventas y su audiencia. En la disputa,
TV Azteca logró penetrar en rubros antes impensables como las telenovelas,
donde su contrincante parecía moverse a sus anchas. El caso más
ilustrativo fue el lanzamiento -en mayo- de la telenovela Nada Personal,
para lo cual contrataron a una artista exclusiva de TELEVISA, Ana Colchero,
a quien por el papel estelar le ofrecieron cerca de 500 mil dólares.19
No obstante que la telenovela desde un principio logró un buen rating,
meses después sería víctima del escándalo luego
de la demanda que interpusiera Colchero, en noviembre, por incumplimiento
de contrato. Ese hecho motivó que TV Azteca presentara una contrademanda
por un monto aproximado de tres millones de dólares. Una parte de
la programación de la televisora del propietario de Elektra se tiñó
de rojo al difundir producciones propias que se enfocaban primordialmente
a hechos de violencia. A la manera de los más sensacionalistas programas
de Estados Unidos, las reconstrucciones de asaltos, asesinatos, notas sobre
accidentes, comenzaron a invadir los canales de TV Azteca. Primero fue
Expediente
13, 22:30, producido por la misma empresa de Nada Personal,
Argos. Luego se sumaría Ciudad Desnuda. TELEVISA no se quedó
atrás y produjo Cerezo Rojo, A sangre fría
y A través del video, entre otros. En total, las dos empresas
llegaron a dedicar, con todo y retransmisiones, 24 horas a la semana a
este tipo de programas. Tal despegue provocó que, en agosto pasado,
el Presidente de la República hiciera un inusual llamado a ambas
televisoras para que se “autorregulen” y supriman los programas de nota
roja y violencia que inundan los horarios estelares de la televisión.
A ese llamado presidencial, se sumarían en noviembre un grupo de
senadores, quienes lamentaron que las televisoras hicieran a través
de sus programas “apología de la violencia”. Pero todo ello de nada
valió. Simplemente las empresas televisivas hicieron algunos ajustes
a sus programas, pero no variaron su estrategia de seguir ventilando asuntos
de esa naturaleza, porque a su juicio eso es lo que vende y por desgracia,
en parte, parecen tener razón.
Exclusivas,
planes, inversiones y anunciantes
Para
la televisora del Ajusco fue un año complicado en materia de contrataciones.
Luego de que Gloria Trevi los dejara literalmente vestidos y alborotados,
siguió el cantante Juan Gabriel al que pretendía contratar
para formar parte de su empresa disquera. Pero TELEVISA se adelantó
con ambos A cambio, en agosto, contrataron en exclusiva por tres años
a Lucía Méndez, quien realizará además de diversas
telenovelas, un disco y podrá continuar grabando algunas series
de TV en Estados Unidos. También -y coincidiendo con el retorno
de Guillermo Ochoa a TELEVISA- contrataron a Juan Calderón, el
gallo, con quien en principio no se logró el éxito que
se esperaba y en varias ocasiones su programa tuvo que cambiarse de horario.
En el área informativa se hicieron diversos ajustes tanto de formato
como de conductores en los noticiarios, así como en la estructura
jerárquica. Desde julio pasado, Raúl Sánchez Carrillo
fue nombrado director ejecutivo de Información, en lugar de Maribel
Díaz. El ex director de IMCINE, Ignacio Durán Loera, fue
contratado para desempeñarse como Vicepresidente de Producción.
En tanto, fue despedido el otrora brazo derecho de Salinas Pliego,
Ignacio Suárez, quien tuvo diversos cargos en la empresa: director
general de TV Azteca, vicepresidente ejecutivo y presidente ejecutivo de
la misma y de Azteca Digital. Oficialmente renunció por diferencias
de opinión con Salinas, aunque se rumoró que fue por no haber
detectado a tiempo algunos desvíos dentro de la empresa.20
En lo que concierne a planes de expansión, Salinas Pliego también
estuvo activo en el extranjero. A manera de ejemplo, suscribió un
convenio con la cadena Telemundo de Estados Unidos con el fin de coproducir
programas de TV, en particular telenovelas, y participar en los planes
de comercialización de esos productos. En diciembre se anunció
que compraría acciones del Canal 12 de El Salvador, y participaría
en las licitaciones de los canales 5, 7 y 13 en ese mismo país.21
También se sabe que Salinas Pliego quiere entrar al mercado guatemalteco
y al de Costa Rica. Parte de su objetivo es ampliar su cadena de tiendas
Elektra. A propósito de su tienda de electrodomésticos, en
abril compró el 14.5 por ciento de las acciones de TV Azteca y Compañía
Operadora de Teatros (COTSA), lo que representó para la televisora
un ingreso de 107 millones de dólares.22 Con esa transacción
fijada a 10 años, Elektra tiene garantizada la difusión de
300 spots de TV en tiempo no comercializado por semana, a un costo de 1.5
millones de dólares anuales. Uno de los proyectos de mayor interés
para la televisora del Ajusco fue la inauguración en mayo del Centro
Azteca Digital -que está ubicado en lo que fueran los Estudios América-,
en el que invirtió 15 millones de dólares. Se destinará
principalmente a la producción de -por lo menos- seis telenovelas
al año. De manera simultánea se dio a conocer la creación
de su propia empresa disquera llamada Azteca Digital, con la finalidad
de dar oportunidad a los nuevos talentos de la música. No obstante,
de entrada firmó un contrato con el compositor Armando Manzanero.
Mientras tanto, sigue pendiente la petición que TV Azteca hiciera
a la SCT para obtener dos nuevas concesiones en la banda de UHF: las del
58 y del 64. En el ámbito deportivo destacaron dos asuntos: el castigo
temporal impuesto por la Federación Mexicana de Futbol en contra
del presidente del equipo Veracruz y de TV Azteca, Moisés Saba,
y la obtención de los derechos para transmitir los juegos del Cruz
Azul. El castigo que en un principio sería de seis meses fue producto
de la disputa encarnizada que TV Azteca tiene con TELEVISA por los derechos
de transmisión de los partidos de la selección mexicana.
En tanto, en junio se anunció que esa misma empresa difundiría
los juegos del Cruz Azul, con lo que concluyó un arreglo con nueve
equipos en total; mientras que los otros nueve llegaron a un acuerdo con
el consorcio del Tigre. Un renglón donde TELEVISA ha resentido
la competencia es la inversión publicitaria. El año pasado,
los directivos de TV Azteca se anotaron un gran triunfo al conseguir que
una de las empresas publicitarias más consolidadas, Unilever, firmara
con ellos. Se trata de un anunciante suizo que incluye en su firma marcas
como Ponds, Angel Face, Brut, Carnes Frías Zwan y Clemente Jacques,
entre otros. Unilever ocupa el número 38 entre los 500 consorcios
más influyentes en todo el mundo, según Fortune.23
La base de su agresiva estrategia publicitaria, se basó en señalar
que la audiencia del Canal 2 había disminuido considerablemente,
en comparación con la del 13 y 7 que habría aumentado en
un 74 por ciento con respecto a 1995. De acuerdo con información
de la propia televisora, el número de clientes de TV Azteca se incrementó
de 52 en 1994 a 265 en mayo de 1996.24 Se calcula que la televisora
del Ajusco habría alcanzado por concepto de ventas publicitarias,
unos mil 200 millones de pesos en 1996.25 Para cerrar el año,
TV Azteca dio a conocer que canjearía el crédito convertible
en capital proporcionado por tres bancos (Banco del Atlántico, Bital
e Inbursa) por un pagaré a ocho meses, parte del cual se liquidaría
con publicidad por un costo de 350 millones de dólares.26
Retos
para la TV por cable
Los
concesionarios de la TV por cable iniciaron 1996 con la noticia de que
la SCT había autorizado su petición de convertir su estatuto
jurídico a redes públicas de telecomunicaciones, lo cual
les permite otorgar otros servicios como correo electrónico, telefonía
local y de larga distancia. Para los cableros, tal decisión
los colocaba en una posición de competencia, ya que la apertura
a la iniciativa privada en 1995 y el surgimiento de la TV directa al hogar
(DTH) no parecía ofrecerles un futuro promisorio. Según estimaciones
de la Cámara Nacional de la Industria de Televisión por Cable
(CANITEC), esa transformación significaría un gasto global
de dos mil millones de dólares.27 De manera paralela,
el presidente de la CANITEC, Francisco Ramírez, compareció
ante las comisiones de Comunicación Social y Comercio de la Cámara
de Diputados, donde instó al Congreso de la Unión a “intervenir
en la elaboración de los reglamentos de la Ley Federal de Telecomunicaciones
a fin de preveer la creación de monopolios.”28Denunció
el alto burocratismo al señalar que existen más de 300 solicitudes
de concesión con hasta 12 años de antigüedad que no
han sido resueltas, y criticó que con los nuevos servicios del DTH
no se estaba contemplado la competencia desleal y su impacto en la TV por
cable. A cuatro meses de la autorización, la CANITEC dio a conocer
en mayo que se invertirían, en principio, entre 1996 y 1997, mil
millones de dólares en infraestructura para ofrecer los nuevos servicios
considerados en esas redes. Asimismo, señaló que de entrada
penetrarían en los servicios de interconexión de bases de
datos y bancarios, y que hasta 1998 participarían en la telefonía.29
Pese a los esfuerzos de los concesionarios, sus posibilidades de competir
siguen pareciendo mínimas. Por ello, para 1997 se prevé la
desaparición de empresas pequeñas y la fusión de otras
con inversionistas extranjeros. Sólo las financieramente más
sólidas como Cablevisión o Telecab, sobrevivirán.
Multivisión
De
manera independiente a su proyecto de televisión directa al hogar
-mencionado en párrafos anteriores-, la empresa de Joaquín
Vargas tuvo que sortear diversos problemas, tanto los derivados por la
crisis económica de 1995 como aquellos producto de la liberación
de la TV restringida. Por principio de cuentas, comenzó el año
pasado incrementando en un 20 por ciento sus tarifas a suscriptores, con
la finalidad de hacer frente a los “compromisos contraidos con proveedores
e instituciones financieras”. Además, se inconformó ante
la decisión de la SCT de subastar canales para televisión
restringida, pues provocaría “pequeños monopolios regionales
de empresas de TV por cable, que restarían competitividad a los
actuales concesionarios”.30 Como se recordará, la tecnología
que MVS utiliza es el Sistema de Distribución Multicanal Multipunto
(MMDS, por sus siglas en inglés), que tiene normalmente capacidad
para 33 canales, mientras que los sistemas de cable pueden transmitir hasta
200 canales para TV y comunicación telefónica. Pese a que
durante varios años Multivisión dominó el mercado
de TV restringida, el hecho de liberar ese mercado pone en riesgo su supremacía.
En ello reside su oposición. Mientras tanto, en abril logró
adquirir la concesión del Canal Plus de Chiapas, ampliando su cobertura
en esa región del sureste. A lo largo de 1996, MVS echó a
andar otros proyectos como su propia red de televisión privada inaugurada
en abril de 1996 para ofrecer capacitación, teleconferencias y otros
servicios a sus empleados. También en diciembre se alió con
el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey para
desarrollar el primer canal de TV interactiva vía satélite,
denominado Aula Virtual Empresarial. De igual forma, y como parte de una
estrategia para ser más competitivos, en octubre firmó un
acuerdo con TV Azteca orientado a coproducir tanto para la TV abierta como
para la restringida y la vía satélite, aunque no se descarta
que ambas empresas lleguen a un arreglo más global a fin de unir
sus fuerzas para el DTH. Cabe mencionar que, como lo hicieron en su momento
TELEVISA y TV Azteca, Multivisión decidió en enero de 1996
crear un cargo para asuntos gubernamentales y políticos. Así,
designó a Homero Cárdenas, personaje muy ligado al ex secretario
de Comunicaciones, Emilio Gamboa, lo cual generó suspicacias ya
que durante el periodo de Gamboa, MVS obtuvo diversas concesiones
Privatización
tecnológica
El
proceso de privatización de los satélites iniciado desde
1995, no ha terminado de adquirir un perfil propio. Se convocó en
abril de 1996 a una licitación para la construcción del nuevo
satélite que deberá sustituir al Morelos II. Pero hasta diciembre
pasado, no se había determinado si la apertura en ese sistema sería
parcial o total. Con un presupuesto estimado en mil 200 millones de pesos31,
Telecomunicaciones de México (TELECOMM) está en espera de
que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes termine de replantear,
luego de la entrada de capital privado, sus nuevas atribuciones. En principio,
TELECOMM convocó a una licitación internacional para la construcción
de un satélite de mayor cobertura y con capacidad para 48 transpondedores
-el Morelos II sólo tenía 22-, que se entregará en
un plazo máximo de 24 meses. De acuerdo con cifras oficiales, el
nuevo satélite tendría un costo -considerando el armado,
lanzamiento y los seguros respectivos- de aproximadamente 250 millones
de dólares.32 El concurso fue ganado por la empresa Hughes
Communication International, que recibió de TELECOMM un pago de
15 millones de dólares. El costo total sólo por concepto
de la construcción sería de 90 millones de dólares.
Cabe mencionar que el gobierno decidió dar tal paso luego de la
indefinición en que cayó durante 1996 el proceso de apertura
satelital. Y es que mientras la iniciativa privada ha externado su interés
en que una sola empresa administre todo el sistema -es decir, que se vendan
en paquete los satélites, órbitas, bandas de frecuencia,
etcétera-, otro sector de la sociedad se ha manifestado por una
apertura parcial donde el Estado tenga participación. Uno de los
aspectos de mayor interés para los inversionistas es la posición
orbital 77 oeste, a través de la cual puede colocarse un satélite
DBS (Direct Broadcasting System) para transmitir directamente a los hogares
señales de radio y TV.33 Después de varios meses
de espera, el gobierno dio un paso más para concretar la privatización
al publicar, el 25 de noviembre, un aviso para aquellas empresas interesadas
en invertir en el sistema de satélites mexicano, pero sin determinarse
hasta ese momento si sería en paquete o por separado. Entre los
consorcios extranjeros interesados en dicha apertura destacan Hughes, General
Electric y MCI Communications, entre otros. A nivel nacional se ubican
TELEVISA y Medcom, Multivisión y Carso Global Telecomunicaciones,
por citar algunas. Por la venta del sistema de satélites, el gobierno
mexicano espera obtener -según el investigador Fernando Mejía-
unos cinco mil millones de dólares.34 Finalmente, en
agosto, el Gobierno Federal puso en marcha la Comisión Federal de
Telecomunicaciones: un órgano desconcentrado de la SCT con autonomía
técnica y operativa, y con facultades para regular y promover el
desarrollo de las telecomunicaciones en el país. En tanto, y como
signo desalentador, la facultad de otorgar concesiones y permisos -rubro
constantemente cuestionado por la falta de transparencia- seguirá
recayendo en la SCT.
Canal
40
El
caso del Canal 40 es digno de mención, porque pese a las limitaciones
técnicas y de infraestructura, poco a poco se ha ido consolidando
como una opción dentro de la TV mexicana. Luego de iniciar operaciones
en junio de 1995, esa televisora se ha destacado por ventilar diversos
temas de trascendencia política, cultural y económica como
el seguimiento del caso Colosio, las negociaciones con el EZLN en Chiapas,
el movimiento del Barzón y los conflictos en Tabasco, entre otros.
Resaltan los espacios informativos producidos por Telenoticias, cadena
que por cierto era controlada hasta septiembre pasado en sociedad por Reuters,
Antena 3 de España, Artear de Argentina y Telemundo de Estados Unidos,
luego de lo cual fue vendida a la cadena estadunidense Westinghouse-CBS.
(Se estima que a pesar de que Telenoticias actualmente llega a más
de 20 millones de hogares en América Latina, durante 1995 sus pérdidas
ascendieron a 14 millones de dólares.35 Por esa razón
se decidió ofrecerla al mejor postor). Precisamente este cambio
de dueño propició que se volviera a vender su señal,
sin aparentemente considerar los derechos de exclusividad adquiridos por
el Canal 40. Así, también se ofreció la señal
a la empresa Direct TV en la que participa Multivisión. Por
eso, ésta la anunció como una opción dentro de su
DTH, lo que provocó que la televisora de Javier Moreno Valle interpusiera
una demanda. Al cumplir su primer aniversario, Canal 40 anunció
que su cobertura abarca el Valle de México y 120 ciudades más
de la República Mexicana, por lo que espera superar su actual nivel
de audiencia, a pesar de que la banda de UHF no tiene una gran cobertura.
La
televisión cultural
Los
esfuerzos de la TV cultural por mantenerse como otra alternativa -en momentos
en que la TV directa vía satélite (DTH) amenaza con llegar
a todo el país y arrasar con este tipo de proyectos-, merecen
ser reseñados. Entre los principales logros del Canal 11, según
su directora Alejandra Lajous, están el cambio en la imagen corporativa
y en algunos segmentos de su programación, la creación de
un nuevo logotipo, y la ampliación de su señal a Morelos
y próximamente a Tijuana, además de haber concluido el año
con un 40 por ciento de la programación propia.36 El
presupuesto de la emisora fue de aproximadamente 69 millones de pesos,
13 millones más respecto a 1995. Uno de los movimientos más
sorpresivos que generó críticas en contra de Lajous, fue
la intempestiva salida de Ana Elena Cruz como directora ejecutiva de Hoy
en la cultura, tras un año de labores y luego de plantear -durante
la celebración del décimo aniversario del noticiario- su
propuesta para darle continuidad a ese esfuerzo e invitar a la iniciativa
privada a que apoyara económicamente al canal. Las vicisitudes del
Canal 22 por hacer una televisión entretenida y competitiva en momentos
de crisis económica, estimularon a sus directivos a poner en práctica
una serie de acciones para abaratar costos, apoyar a los creadores y dar
paso a producciones nacionales propias. De entrada, en febrero, el Canal
22 junto con la Red Nacional de Radiodifusoras y Televisoras Educativas
y Culturales, así como con el Fondo Nacional para la Cultura y las
Artes, convocó a productores independientes a presentar proyectos
para la realización de dos series de TV. Además llevó
a cabo coproducciones con TV UNAM e IMCINE, entre otras instituciones.
Con la adecuación de un nuevo estudio, la creación de una
unidad de subtitulaje y otras de doblaje, y la instalación de 12
islas de edición y posproducción, la televisora dirigida
por José María Pérez Gay se propuso disminuir sus
gastos hasta en un 50 por ciento. El presupuesto de la estación
en 1996 fue de 72 millones de pesos.37 Para ampliar su cobertura
en el territorio nacional, Canal 22 instaló dos nuevas repetidoras,
una en Cofre de Perote, Veracruz, para cubrir Tamaulipas y el resto de
Veracruz; y en Colima, con el fin de llegar a El Bajío y Oaxaca.
Según cifras de IBOPE, Canal 22 hasta junio del año pasado
tenía 3.4 por ciento de rating, y su señal llegaba
a 294 poblaciones del país. En el terreno de contenidos, la oferta
de Canal 22, a pesar de ser limitada financieramente, se destacó
por la difusión de algunas series extranjeras, por la transmisión
en vivo de conciertos realizados en Bellas Artes, y por su espléndida
selección de ciclos de cine. Por último, es preciso señalar
que en el contexto de una intensa privatización de medios, el Sistema
de Radio Nuevo León y el Canal 28 de televisión de esa entidad
fueron desincorporados en enero del año pasado antes de la caída
del ex gobernador Sócrates Rizzo, para lo cual se constituyeron
dos empresas paraestatales llamadas Radio Nuevo León y Televisión
Pública de Nuevo León.
NOTAS
1)
Reforma,
24 de mayo de 1996.
2)
Telecomunicaciones, suplemento de Reforma, 10 de junio de 1996.
3)
La Crónica de Hoy, 9 de diciembre de 1996.
4)
Véase A. Aguilar, Reforma, 27 de noviembre de 1996.
5)
Reforma,
3 de junio de 1996.
6)
El
Financiero, 11 de noviembre de 1996.
7)
Reforma,
4 de noviembre de 1996.
8)
La
Jornada, 10 de julio de 1996.
9)
La
Jornada, 30 de octubre de 1996.
10)
Reforma,
21 de mayo de 1996.
11)
Véase Alberto Barranco, Reforma, 19 de junio de 1996.
12)
La
Jornada, 15 de marzo de 1996.
13)
Reforma,
18 de octubre de 1996.
14)
El
Financiero, 27 de junio de 1996.
15)
El
Nacional, 20 de mayo de 1996.
16)
Reforma,
9 de octubre de 1996.
17)
El
Financiero, 16 de julio de 1996.
18)
La
Jornada, 31 de octubre de 1996.
19)
Proceso
Núm. 1047.
20)
Reforma,
10 de noviembre de 1996.
21)
Reforma,
22 de diciembre de 1996.
22)
El
Financiero, 9 de abril de 1996.
23)
Reforma,
1 de octubre de 1996.
24)
Reforma,
26 de agosto de 1996.
25)
Adcebra
Núm. 56.
26)
Reforma,
15 de enero de 1997.
27)
La
Jornada, 4 de enero de 1996.
28)
La
Jornada, 17 de enero de 1996.
29)
El
Financiero, 27 de mayo de 1996.
30)
La
Jornada, 10 de julio de 1996.
31)
El
Financiero, 18 de marzo de 1996.
32)
El
Financiero, 17 de junio de 1996.
33)
Reforma,
26 de noviembre de 1996.
34)
La
Crónica de Hoy, 2 de diciembre de 1996.
35)
Proceso
Núm. 1032.
36)
La
Crónica de Hoy, 14 de octubre de 1996.
37)
Reforma,
12 de marzo de 1996. |