Jueves 09 de Mayo de 1996

Trascendió en Fuentes Eclesiásticas

Renunció G. Schulemburg a las Labores Pastorales de la Basílica de Guadalupe

PATRICIA CERDA

El abad Guillermo Schulemburg presentó su renuncia a la dirección de las labores pastorales en la Basílica de Guadalupe, trascendió ayer en las fuentes eclesiásticas.

El nombramiento del nuevo abad, dijeron estas fuentes, se efectuará luego de que el Papa Juan Pablo II designe a los obispos auxiliares que hacen falta para la ciudad de México -se estima que serán 10- y que han sido solicitados al Sumo Pontífice por el arzobispo primado Norberto Rivera Cabrera durante su audiencia privada el pasado 15 de abril.

La renuncia, presentada desde hace varias semanas por el abad Schulemburg, es extraoficial y con ella terminarían más de 25 años de gobierno eclesiástico en la Basílica de Guadalupe, considerado el santuario más grande del país y el de mayor afluencia, porque anualmente es visitado por aproximadamente 12 millones de personas.

Al parecer, indicaron, la renuncia de Schulenburg se debió a diferencias abiertas en el manejo del gobierno eclesial. El abad pretendía que la Basílica de Guadalupe operara como una diócesis en la ciudad de México, mientras que el arzobispo Rivera Carrera y su antecesor, Ernesto Corripio Ahumada, estimaron que este santuario debe incluirse dentro de las tareas evangelizadoras que la Arquidiócesis de México realiza.

Hacer de la Basílica una diócesis, explicaron, implicaría que el nombramiento del abad dependería de la Santa Sede y no del obispo, conforme se establece en el nuevo Derecho Canónico, conservando para sí plena autonomía del arzobispado.

Estas fuentes recordaron la reunión que hace años efectuaron varios obispos -entre ellos el cardenal Corripio Ahumada- con el abad para discutir un nuevo proyecto pastoral para la ciudad de México. Los prelados se inclinaron por el establecimiento de diócesis que permitan evangelizar con más eficiencia a los capitalinos pero distinguieron que la Basílica debía continuar como parte de la Arquidiócesis.

Las razones argumentadas por los obispos para que la Basílica no se hiciera diócesis fueron simples: el santuario es visitado por millones de católicos pero bajo el esquema de peregrinos, pues no son una comunidad de fieles fijos y, por ende, se requiere de una pastoral específica que histórica y religiosamente ha sido desempeñada por la Arquidiócesis de México.

La respuesta de Roma para reorganizar la Arquidiócesis se espera de un momento a otro, pero lo que sí ha quedado claro es que el arzobispo primado Norberto Rivera asume que cualquier esquema de futura reorganización dentro de la Arquidiócesis de México deberá incluir el hecho de que el citado Santuario forme parte del Arzobispado capitalino, "no sólo por motivos históricos y sentimentalesm sino también pastorales y de sentido común".

Guillermo Schulenburg ha declarado que su cargo tenía un caracter vitalicio y fue asignado directamente por el Papa. Con su renuncia, conforme las nuevas leyes vigentes en la Iglesia, el nuevo abad deberá ser nombrado por el arzobispo primado.


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