BERTHA FERNANDEZ
Al reclamar el derecho a la diversidad, relacionado con la posibilidad de ser distintos, el escritor criticó a la derecha por su posición intolerante que, con argumentos subterráneos, "todo lo que contradiga la moralidad que profesan... es abominable y suprimible".
Como moderador en el encuentro "La sociedad diversa y sus enemigos", Monsiváis apuntó que antes de los avances de la diversidad, entendida ésta como el derecho a ser distinto sin el castigo de represiones, ostracismos, negación de derechos, campañas de odio, movilizaciones policiacas, expulsiones de la identidad nacional, etcétera, ha sido devastador en México y en buena medida lo sigue siendo, el rechazo beligerante a otras maneras de ver y ejercer el mundo".
Argumentó que las consecuencias del afán de uniformidad han sido el atributo más costoso al tradicionalismo, el autoritarismo y el capitalismo salvaje.
Quien es diferente, en pleno siglo XX, aun cuando no viole la ley, se ha sentido extraño, anómalo y, lo quiera o no, culpable e impulsado a canalizar su culpa con el aislamiento, el sectarismo, la frivolidad, la indiferencia política o el odio de sí y sus semejantes.
Dijo el escritor que la uniformización, la búsqueda de lo homogéneo, erigen barreras de exclusión que son también patíbulos anímicos, y en este orden de cosas la carga del desprecio, el choteo, la burla, el hostigamiento laboral, el linchamiento moral y el físico, repercuten inevitablemente en el disidente o el heterodoxo, a quien se acosa.
A la certidumbre del altísimo costo de la intolerancia, agregó el escritor, añadimos otra convicción, que determina este breve encuentro sobre temas y problemas de la sociedad diversa: lo amplio e irreversible de los cambios democráticos de los años recientes.
Si la derecha se tomara la molestia de razonar los presupuestos de su actitud, opondría a la sociedad diversa una tesis extravagante: no sólo cuentan las leyes, sino ante todo, la moralidad consuetudinaria, el jusnaturalismo en su versión Ripalda.
Al remarcar la intolerancia derechista, Carlos Monsiváis se refiere al retiro del mercado de "La última tentación de Cristo" y a la calificación de las sectas por parte del nuncio, quien las llama "moscas extirpables de un manazo".
Habla también de las palabras de Vicente Fox, quien cita a los homosexuales como compadecibles porque no alcanzan el rango de plena humanidad.