NORMA JIMENEZ
Durante la misa celebrada con motivo de la Resurrección de Cristo, el arzobispo primado de México hizo también un llamado a la población católica en favor de la unidad y el fortalecimiento de la fe que Cristo pide al Padre para su Iglesia.
El final del siglo XX, advirtió por otra parte, resulta una ocasión propicia para la aparición "de charlatanes y futuristas" con la pretensión de hacer creer que conocen lo que vendrá y ganar importancia provocando el miedo entre la población.
Ante una sociedad incapaz de ofrecer por sí misma una respuesta de vida, dijo, es necesario hacer escuchar a todos claramente el mensaje que resuena en esta Iglesia desde hace 2000 años. "No busquemos a Cristo entre los muertos; ha resucitado".
Y en consecuencia de ello, con el fin de fortalecer la evangelización que proclama la Iglesia católica, el arzobispo primado anunció la puesta en marcha de un proyecto de evangelización trianual a cumplirse en el capital del país bajo la denominación de "Itinerario Pastoral para la Misión 2000".
Esta misión, apuntó, "gira en torno del propósito de realizar una evangelización que nos permita conjuntar orgánicamente los diversos programas que nos han ido permitiendo dar a las acciones pastorales una orientación más eclesial y misionera.
"El próximo año llevaremos a cabo la misión intensiva, especialmente hacia los más alejados, y a partir del 2001 buscaremos consolidar la renovación de nuestra pastoral de conjunto", enfatizó el cardenal.
Al dirigirse a los adolescentes, jóvenes, adultos y personas de la tercera edad de buena voluntad, abierta a los valores de la justicia, la reconciliación, la solidaridad, la paz y la fraternidad, el también cardenal les dijo que hicieran un frente común para renovar la ciudad de México.
"Nos dirigimos a ustedes para que se abran con optimismo a la auténtica libertad y al deseo de un futuro mejor; a cada uno Cristo le dice: 'Deja lo que te destruye, toma el camino de la vida, ven y sígueme'", añadió.
En el marco de la celebración del "Fuego Nuevo" en donde se da la efusión del Espíritu Santo, en la Catedral se llevaron a cabo alrededor de 50 bautizos y comuniones en agradecimiento a la Resurrección de Cristo que se recordará hoy.
En la historia, la vigilia pascual fue la primera en ser organizada por la comunidad cristiana como una noche en vela, en oración y escucha de la palabra, concluyendo con la celebración de la eucaristía.
Al recordar el Evangelio, Rivera Carrera manifestó que "Jesucristo nos pone en guardia contra falsos Mesías y doctores y como Maestro de verdad, nos enseña algo diverso: estén atentos para que nadie los engañe... Traten de no alarmarse... Surgirán numerosos falsos profetas que engañarán a mucha gente... Pero el que persevere hasta el final, ése se salvará. Esta buena noticia del reino se anunciará en el mundo entero... En cuanto al día aquel y la hora, nadie sabrá nada... sino sólo el Padre".
En este tiempo de promesa y esperanza que no engaña, indicó, sigue resonando la palabra reconfortante de Juan Pablo II: "No tengan miedo, abran las puertas al Cristo redentor".
Rivera Carrera dijo que en el marco del fortalecimiento de la Iglesia católica, los miembros de la arquidiócesis de México continuarán trabajando por el Jubileo del año 2000 y en la perspectiva trazada en la exhortación pastoral "La Iglesia en América", además de renovar su vocación y revitalizar su dimensión misionera.
El cardenal, durante la misa, también recordó el documento postsinodal, "Ecclesia in America", que dio a conocer el papa Juan Pablo II en su cuarta visita a México en enero pasado y que fijó las directrices de lo que debe ser el catolicismo para el próximo milenio.
Dijo que un ejemplo cercano y palpable de esta realidad ha sido la reciente visita del Papa a este país, con lo que el pueblo de México fue testigo de cómo salió de Roma y vino a buscar lo que estaba lejos.
"Lo vimos recorrer nuestras calles y plazas, recordándonos que ahí también debe estar Cristo. Al recibir las llaves de la ciudad, se sintió en su casa y con derecho pleno para abrir todos los espacios, de modo que resonara el Evangelio del resucitado.
"A los pies de la Morenita del Tepeyac (la Virgen de Guadalupe) entregó a sus hermanos del continente americano la voz de sus pastores plasmada en el documento la Iglesia en América", expresó.
Subrayó que al encontrarse con enfermos, les transmitió consolación y paz; y en los lugares de encuentros multitudinarios estadio "Azteca" y autódromo "Hermanos Rodríguez", abundó, compartió el pan, la oración y la eucaristía.
El Papa en su visita pretendió que todos los habitantes del continente americano tomaran conciencia del tiempo y lugar en donde viven, de las necesidades que tienen y animarlos a colaborar para que los alejados del influjo del Evangelio lo conozcan y crean en él y lo vuelvan a encontrar, agregó, quienes de él se han olvidado.
Con la resurrección de Cristo, subrayó, ha comenzado ya el fin del mundo degradado "que estamos palpando a diario". Sin embargo, abundó, un día su venida será gloriosa y entonces se manifestará el poder pleno de Jesús, capaz de someter todas las cosas y transformará totalmente este mundo en reino de Dios.
Exhortó a todos los católicos a procurar un encuentro personal con Jesucristo resucitado y caminen hacia la conversión, comunión y solidaridad expresando así una nueva organización pastoral de corte misionero y en acciones concretas de caridad en favor de los más necesitados.