CAPÍTULO II

II. Antecedentes


 


2.1 Antecedentes de la hemeroteca.
 

En 1908 se instituyó la primera hemeroteca en  París, con objeto de descongestionar la Biblioteca Nacional y el Arsenal.
Posteriormente se fundaron otras en Francia, Alemania, Italia. En España se fundó en 1924, la primera hemeroteca municipal en Madrid.
Hemeroteca Nacional  de México
Su origen está asociado a la Biblioteca Nacional. En ella se reunieron copiosas colecciones de libros antiguos y modernos, vastas cantidades de libros de los extinguidos colegios y conventos, y confundidas con ese acervo propiamente bibliográfico, publicaciones periódicas de los siglos XVII, XVIII y XIX.
Al triunfo de la República, en 1868, Benito Juárez dispuso acondicionar como sede de la Biblioteca el templo de San Agustín, según proyecto de los arquitectos Vicente de Heredia y Eleuterio Méndez. En el curso de las obras, que duraron 18 años, se encargaron sucesivamente de conservar, incrementar y clasificar el acervo José María Lafragua, José María Benítez, Joaquín Cardoso y José María Vigil. Éste se hizo cargo de la dirección en 1880, y el 2 de abril de 1884 se inauguró al fin oficialmente la Biblioteca Nacional, con asistencia del presidente Manuel González. Al ser fundada, quedó adscrita a la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública, y pasó a depender de la  Instrucción Pública y Bellas Artes cuando se creó ésta el 16 de mayo de 1905; en 1917 se asignó al patrimonio de la Universidad Nacional; en octubre de 1921, a la Secretaría de Educación Pública, y nuevamente de la Universidad a partir del 10 de julio de 1929, fecha en que se otorgó la autonomía a la máxima casa de estudios. Hacía 1912, Rogelio Fernández Güel, director de la Biblioteca Nacional, reunió el material hemerográfico disperso y organizó el Departamento de Periódicos y Revistas en el coro de la iglesia de San Agustín.
Este departamento estuvo en funciones durante 20 años. Más tarde, por decreto del 24 de enero de 1927, se facultó al Ejecutivo de la Unión para crear una sección que se encargara de la compilación de la prensa nacional y extranjera en la Biblioteca Nacional; con este apoyo legal, y persuadido de que la ausencia de un sitio adecuado para colocar las publicaciones había provocado su deterioro y mutilación, el profesor Francisco Monterde sugirió el traslado del acervo a un lugar más apropiado. El director de la Biblioteca, Enrique Fernández Ledesma, atendió la sugerencia y ordenó efectuar el cambio del Departamento de Prensa a la capilla de la Tercera Orden, localizada en el mismo edificio de la Biblioteca. Como el presupuesto asignado al Departamento de Prensa era  restringido, Fernández Ledesma recurrió a una activa campaña económica a fin de recolectar los fondos necesarios para la instalación del servicio de publicaciones periódicas. Fueron numerosos los bancos y negociaciones comerciales e industriales que contribuyeron económicamente para el establecimiento de la Hemeroteca nacional. “El 31 de agosto de 1932 se celebró la apertura de la nueva sala”1 . El establecimiento formal de la Hemeroteca favoreció la llegada de una mayor cantidad de publicaciones de toda índole; por ello, el crecimiento de este acervo fue aumentando año con año. Así, el 28 de agosto de 1942, el licenciado Rodolfo Brito Foucher, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), invitó al Consejo Universitario a la Biblioteca Nacional. Durante esta visita se observó el mal estado en que se encontraba el material hemerográfico, a causa de lo inadecuado e insuficiente del local, y para remediar la situación se decidió el cambio de todo el acervo de las publicaciones periódicas a un edificio distinto. Para albergar la Hemeroteca se eligió el extemplo de San Pedro y San Pablo, que ya era parte de los bienes de la UNAM de acuerdo a la Ley Orgánica de 1929, y se procedió a realizar la adaptación del edificio.
“El 28 de marzo de 1944 se inauguró la Hemeroteca Nacional. Este acto tuvo el carácter de sesión solemne y extraordinaria del Consejo Universitario y fue presidido por el presidente de la república, general Manuel Ávila Camacho, contaba con 30,225 volúmenes empastados de periódicos y revistas nacionales y extranjeras, más el acervo en rústica.”2
En este recinto funcionó la Hemeroteca Nacional hasta 1980, año en que el acervo empezó a trasladarse al moderno edificio construido en el Centro Cultural Universitario para albergar la Biblioteca y la Hemeroteca nacionales, así como al Instituto de Investigaciones Bibliográficas encargado por la UNAM de la coordinación y administración de ambas.
Los servicios empezaron a normalizarse y desde 1982 se prestan cotidianamente al público, no solamente universitario. La referencia más antigua de la cuantía del acervo data de 1894, cuando José María Vigil, director de la Biblioteca Nacional, dio a conocer el primer listado oficina que clasificaba 1 257 volúmenes de publicaciones científicas, literarias, históricas, políticas y de artes y oficios, además de calendarios.
 En 1944, el director de la Hemeroteca, Rafael Carrasco Puente, estimó el acervo en 30 225 volúmenes empastados y un número aproximado de 4 610 títulos de publicaciones periódicas. Para 1971 los volúmenes habían aumentado a 176 469, se recibían 5 550 diferentes periódicos y revistas, y había un gran depósito de piezas sueltas y obras de consulta.
En 1977 se hizo un recuento que arrojó los siguientes resultados: 6 058 títulos de revistas, 1000 de periódicos nacionales, 1135 de periódicos extranjeros, y 12 038 publicaciones periódicas y folletos de diversas materias empastados en misceláneas, es decir, en volúmenes que incluyen más de una publicación.
En el templo de San Pedro y San Pablo había más de 300 mil volúmenes y otros 300 mil se hallaban en cuatro depósitos periféricos.
Las cifras correspondientes a 1987 son las siguientes: total de publicaciones periódicas disponibles en el edificio principal, 250 mil volúmenes; de periódicos nacionales, 1 150 títulos; de revistas, 6 750.
Y en cuanto a las publicaciones vigentes en 1987: periódicos de la ciudad de México, 110 títulos; del interior del país, 310; gacetas oficiales, 33; y revistas, 2 500. Los volúmenes de periódicos y revistas duplicados o triplicados, de prensa extranjera y otros materiales que se encontraban en diferentes bodegas, se han concentrado en el ex templo de San Pedro y San Pablo y de allí saldrán para alojarse en el nuevo depósito que la UNAM construye actualmente cerca del edificio principal.
 “El número de usuarios atendidos en 1986 por la hemeroteca fue de 72 465, a quienes se proporcionaron 186 251 servicios de consulta, 138 105 de préstamo interno, 241 de préstamo interinstitucional nacional y 108 internacional, y 201 418 de reproducción de documentos.”3
Como se puede observar la hemeroteca ha tratado de organizar sus colecciones de la mejor manera posible y preservar la cultura.
Hoy en día la innovación de las tecnologías de información, han permitido el desarrollo de publicaciones digitales a través de Internet, gracias a estos avances en el futuro va ser posible consultar en medios electrónicos las colecciones hemerográficas de cualquier hemeroteca del mundo.
 

La UNAM  y la ANUIES en este año 2001 han iniciado el proyecto hemeroteca digital universitaria la cual ofrecerá a México y al mundo acceso a publicaciones periódicas útiles para la investigación y la docencia.
2.2. Origen de la biblioteca digital.

A lo largo de la historia, el papel ha sido el soporte físico de los fondos y servicios de una biblioteca tradicional.  Desde 1980 se ha transformado  en una biblioteca automatizada, en la que los fondos son mayoritariamente en papel, como son: publicaciones periódicas, libros, mapas, folletos, etc. pero los servicios se automatizan paulatinamente. Uno de estos servicios es el de la hemeroteca la cual como parte fundamental de la biblioteca esta en proceso de automatización.
En la última década del siglo XX muchas  bibliotecas cuentan ya con tecnología y acceso a la  red, por lo que, no sólo los servicios, sino la misma información se crea, se procesa y se difunde en forma electrónica, a través de las redes de transmisión de datos. Es lo que se denomina en la actualidad biblioteca digital.
Las bibliotecas digitales de esta época se caracterizaban por incluir únicamente texto. Los primeros ejemplos probablemente se remonten a la automatización de los catálogos de bibliotecas, con sus grandes cantidades de referencias bibliográficas; luego vinieron las bases de datos comerciales, normalmente temáticas, que vaciaban publicaciones periódicas, conferencias, etc. de interés para la comunidad investigadora y cuyo formato más habitual era el CD-ROM.
En los años noventa, gracias al rápido progreso de las nuevas tecnologías, los repertorios en texto completo aumentaron considerablemente y cambiaron notablemente su visualización, adoptando interfaces cada vez más sencillas de utilizar. También se caracterizaron por incorporar nuevos elementos: texto, datos, imágenes, figuras 3 D, gráficos, vídeos, audio, etc. y nuevas tecnologías: gestores de bases de datos, sistemas de información geográfica, hipertexto, sistemas multimedia, procesamiento y recuperación de la información, etc.
 Al introducir las tecnologías de información en las bibliotecas han surgido diferentes terminologías que comúnmente son utilizadas de manera indistinta y confusa.
A continuación se mencionan diferentes definiciones que  aclarar las diferencias entre : biblioteca electrónica, biblioteca virtual y biblioteca digital.
Biblioteca electrónica es aquella que cuenta con sistemas de automatización que le permiten una ágil y correcta administración de los materiales que resguarda, principalmente en papel. Así mismo, cuenta con sistemas de telecomunicaciones que le permitirán acceder a su información, en formato electrónico, de manera remota o local. Proporciona principalmente catálogos y listas de las colecciones que se encuentran físicamente dentro de un edificio.
Biblioteca virtual, es aquella que hace uso de la realidad virtual para mostrar una interfaz y emular un ambiente que sitúe al usuario dentro de una biblioteca tradicional. Hace uso de la más alta tecnología multimedia y puede guiar al usuario a través de diferentes sistemas para encontrar colecciones en diferentes sitios, conectados a través de sistemas de cómputo y telecomunicaciones.
Biblioteca digital, es un repositorio de acervos y contenidos digitalizados, almacenados en diferentes formatos electrónicos por lo que el original en papel, en caso de existir, pierde supremacía. Generalmente, son bibliotecas pequeñas y especializadas, con colecciones limitadas a sólo algunos temas.
El término ha sido definido por diversos autores, así como las características y funciones de estas bibliotecas. Lesk [1997], describe a las bibliotecas digitales como “colecciones organizadas de información digital, las cuales combinan la forma de estructurar y obtener información (como lo hacen las bibliotecas físicas) con la representación digital que ofrecen las computadoras. Además de que hacen posible la disponibilidad de la información desde cualquier parte del mundo, en una biblioteca digital la información puede preservarse, almacenarse de manera compacta y permitir rápidas búsquedas sobre ella.” 4
Por otra parte, la preservación del patrimonio histórico ha sido una de las principales preocupaciones de las bibliotecas depositarias de un importante fondo antiguo, hasta el punto de que, en muchas ocasiones, han tenido que restringir su consulta en beneficio de su conservación y custodia.
La estructura de una biblioteca digital exige integrar las tecnologías más avanzadas en el campo de la información con las características concretas de la institución para la que se diseña y con las necesidades de los usuarios finales.
La creación de un fondo histórico, la disponibilidad de acceso remoto a la copia digital, o la reproducción en CD ROM es una ventaja incuestionable, si se piensa en el tiempo gastado por el investigador en el acceso físico a los originales en bibliotecas lejanas o en el tiempo de espera de una reproducción fotográfica. Hoy esto es posible gracias a los avances en la capacidad de almacenamiento de los soportes ópticos y las tecnologías de comunicación.
La evolución del hardware y el software, el aumento de la capacidad de transmisión y enlaces de las redes, la reducción de los costes de almacenamiento, y la mayor capacidad de los soportes ópticos, hace todo ello que la construcción de archivos digitales sea viable tanto técnica como económicamente.
En 1971, Michael Hart envió una copia electrónica de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos al centenar de usuarios que tenía la red Arpanet, embrión de la futura Internet. Esa fue la primera acción del Proyecto Gutemberg, y la verdad es que por aquel entonces la idea de una biblioteca digital iba por delante de su época y, por tanto, tardó en ser comprendida.
“Michael Hart es una figura legendaria dentro de la corta historia de Internet. Y lo es porque desde hace 25 años dirige el ambicioso Proyecto Gutemberg, que aspira a reunir en el año 2001 una gran biblioteca digital y gratuita, integrada por 10.000 libros totalmente libres de copyright.”5
 Luego, con el tiempo, las cosas han cambiado e incluso han surgido otras iniciativas similares, pero la personalidad del Proyecto Gutenberg se mantiene intacta. Fue el primero y su doble propuesta, una biblioteca digital y gratuita, sigue siendo hoy en día un desafío a las leyes del mercado cultural y una invitación a la reflexión sobre las posibilidades de las nuevas tecnologías.
Y es que Hart inició su épico proyecto convencido de que un texto electrónico puede ser copiado y distribuido a un costo mínimo. Por eso, la biblioteca del Proyecto Gutenberg está formada por una colección de libros electrónicos a los que cualquiera puede acceder a través de varias direcciones de Internet y de diversas BBS repartidas por todo el mundo. Son ediciones sencillas, que únicamente incluyen texto, que pueden ser leídas incluso por los ordenadores más antiguos y que generalmente permiten que el contenido de un libro quepa en un único disquete de ordenador. De esta manera, la copia y distribución libre de disquetes, alentadas por el proyecto, permiten pensar en un público potencial compuesto por todos aquellos que tienen acceso a un ordenador.
El segundo punto central de la propuesta de Hart: se trata de una biblioteca gratuita. Y lo es porque se basa de aquellos libros cuyo copyright ha expirado, por tanto pueden ser reproducidos libremente y porque centenares de voluntarios repartidos por todo el mundo se encargan de investigar el estado del copyright de las obras y, llegado el caso, de realizar la edición electrónica de las mismas.
En 1996, Michael Hart tiene 49 años y sigue defendiendo la mezcla de aliento clásico y pasión digital que alumbró su idea con la misma vehemencia con la que ataca algunas características de la Internet actual.
Pese a todo, en una entrevista, fruto de varios contactos mantenidos con él vía e-mail, Hart se muestra inasequible al desaliento y confiado en conseguir su objetivo.
"Ya tenemos más de 600 libros editados explica y nuestro ritmo actual de producción es de un libro nuevo por día. Estoy seguro de que conseguiremos tener 10.000 libros publicados para el año 2001. Muchas veces ha habido intentos de pararnos, pero no han podido".6
Este fue uno de los primeros intentos para la creación una biblioteca digital, hoy en día el desarrollo de las bibliotecas digitales es una realidad en varios países. A continuación se mencionan algunos de los proyectos más importantes que se están desarrollando en el mundo.
2.3.   Desarrollo de la biblioteca digital
En la actualidad están surgiendo internacionalmente grandes proyectos de digitalización de las diferentes colecciones que conforman la biblioteca incluyendo desde luego la hemeroteca, y que en un espacio corto de tiempo, van a permitir el acceso a importantes bibliotecas digitales.
En España el proyecto pionero fue el del Archivo General de Indias, el de la Biblioteca de la Fundación Sancho el Sabio. La Biblioteca Nacional por su parte ha puesto a disposición del público estudioso, dentro del proyecto ADMYTE, una colección de manuscritos e incunables en CD ROM, al que se incorporan las transcripciones de los textos.
 

En los últimos años el mundo conoció la culminación del gigantesco proyecto de la Biblioteca Nacional de Francia, cuyo nuevo edificio alberga más de 22 millones de libros en 395 kilómetros de estantes.
” El objetivo es llegar a crear una biblioteca electrónica de textos, imágenes y sonidos; una biblioteca que permita a la vez transmitir documentos a distancia, reducir la presión sobre las colecciones originales y preservarlas suministrando ejemplares que las sustituyan, y por último promocionar los nuevos medios de lectura  a través de los puestos de lectura asistida por computadora” 7
Este hecho es una muestra de una tendencia de las grandes y más importantes colecciones de material bibliográfico existentes hoy en día la digitalización. Por ejemplo, se espera que, para el año 2000, el 91% de la Biblioteca Nacional de Francia y 5 millones de libros de la Biblioteca del Congreso de los E.U.A. estén digitalizados usando el medio más barato existente, la escanografía de documentos.
En el Reino Unido hay un proyecto de creación de una colección digital de fondos de bibliotecas públicas de nivel local, regional o global. En 1998 había un centenar de proyectos de digitalización acabados o en curso. La mayoría de estos proyectos se hacen con colaboración con archivos y museos.
Otro proyecto interesante es el Journal Storage Project, financiado por la Andrew W. Mellon Foundation, que intenta poner en línea las 10.000 revistas académicas más importantes del mundo, con la colaboración económica de las universidades norteamericanas.
En este proceso de digitalización de las bibliotecas, subsisten todavía otros problemas técnicos, entre los cuales mencionamos el de la estandarización de los formatos (protocolos), pero que estamos seguros tendrán soluciones apropiadas en un futuro cercano. De otra naturaleza, pero muy importante y delicado es el problema de los derechos de autor y propiedad intelectual.
La digitalización de las bibliotecas ofrece algunas ventajas. Entre estas se encuentran la protección de documentos frágiles y preciosos que hasta al momento estaba garantizada microfilmándolos. La ventaja de su digitalización, además de su protección, es la posibilidad de hacerlos circular electrónicamente a través de la red de Internet o en CD-ROM lo que los hace accesibles simultáneamente en diferentes lugares del mundo.
Otra ventaja, es la simplificación de los aspectos operativos cotidianos en las bibliotecas tradicionales. Se pueden seguir mencionando ejemplos de proyectos de colecciones digitales y todos coinciden en su objetivo que es: conservar, difundir y recuperar en forma electrónica y rápida la información, en todos los tipos de documentos: libros, revistas, etc.
2.4. Situación actual de la biblioteca digital

La biblioteca digital en pleno año 2001 es una realidad, su desarrollo esta en pleno auge en varios países del  mundo en donde cada vez son más los proyectos de bibliotecas digitales.
“En Estados Unidos el interés por las bibliotecas digitales está creciendo gracias a la creación en 1994 de la Digital Libraries Initiative, patrocinada por la NSF (National Science Foundation), la DARPA (Defense Advanced Research Projects Agency) y la NASA.”8 La misión de este organismo es impulsar el progreso tecnológico en la recolección, almacenamiento y organización de la información digital y en los métodos que permitan hacerla accesible para la búsqueda, recuperación y procesamiento de los datos mediante las redes de comunicaciones.

Estos desarrollos tienen un gran interés para la educación, sobre todo la educación a distancia (universidades virtuales), así como para la difusión de la información.
Uno de los campos en que están muy desarrolladas las bibliotecas digitales es el ámbito de las ciencias biomédicas. Sin embargo cabe mencionar que en todas las áreas del conocimiento se están generando importantes proyectos en países como Francia, España, Inglaterra, Estados Unidos.
En México se realizan los primeros intentos a través de universidades como la UNAM, el IPN, el ITESM, el ITAM, EL Colegio de México y muchas otras instituciones, las cuales se muestran cada día más interesadas en implementar bibliotecas digitales en sus instituciones. Este aspecto se trata ampliamente en el siguiente capítulo.